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VV.AA.

; La abolición del feudalismo en el mundo


occidental; SIGLO XXI; 1979
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xxi-1979
October 19, 2008

0. Introducción
–En ningún momento podemos decir que el feudalismo de la Edad Moderna, a pesar de
los términos con que son definidos el sistema económico, la forma de propiedad y las
cargas, no se corresponde con el modelo originario que Bonnassie definió ya en su
momento para los siglos XII y XIII. Sí podemos, sin embargo, hablar más bien de régimen
señorial, que es lo que al fin y al cabo perdura, pues la adscripción a los feudos quedó
atrás en el tiempo.

1. El régimen feudal en Francia en vísperas de su abolición. M.Garaud

– La monarquía había reunido en sus manos los atributos de la soberanía y había


sustituido al feudalismo como régimen político. Pero en lo privado aún existía toda una
serie de señores cuyas prerrogativas se confundían con los derechos feudales, y los
cuales sometían a los súbditos del rey.

-En el Franco Condado había millares de siervos bajo Luis XVI. En el sur de Francia había
tierras libres.

–El régimen feudal obligaba a ciertas cargas periódicas, como el censive. Más grave
era el derecho de laudemio (RAE: Cesión perpetua o por largo tiempo del dominio útil de
un inmueble, mediante el pago anual de un canon y de laudemio por cada enajenación de
dicho dominio). A las contribuciones feudales se añadían los derechos señoriales,
basadas, sobre todo, en el peaje.

-En resumen, el régimen feudal se alteraba lentamente y los beneficios que procuraba
estaban más bien en regresión.

-Pero con Luis XVI aún el peso del fardo feudal pesaba sobre los campesinos apareceros,
arrendatarios o jornaleros, con mayor peso que antes. De ahí que algunos autores vieran
en estos efectos aislados una causa generalizada en todos los territorios, pero no es así.

–Filósofos y fisiócratas alentaban al campesinado a concienciarse de lo injusta e


inconveniente que eran los derechos feudales. El sector servil ya estaba persuadido de la
injusticia del régimen feudal y se mostraba impaciente por su abolición.

–Boncerf escribieron acerca de los Inconvénients des droits féodaux, y fue muy
denunciado por su atrevimiento. Jaurès sí fue escuchado cuando dijo que “ni siquiera era
necesaria una Revolución para terminar de arrancar las últimas raíces del árbol feudal ya
cercenado por Luis XI, Richelieu y Luis XIV”.

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-A pesar de la petición de los Estados Generales, el rey se negó a atentar contra los
derechos de los señores feudales y sus censos, rentas, diezmos y prerrogativas. Visto que
el rey no iba a colaborar en este objetivo los campesinos condujeron una insurrección el
4 de agosto de 1789 contra la restringida Asamblea Constituyente en una dura
declaración de principios.

–Las tres asambleas que gobernaron sucesivamente a Francia durante la Revolución se


dedicaron a terminar con los últimos vestigios del feudalismo, pero sólo lo
consiguieron gracias a las circunstancias políticas favorables y a la tenacidad campesina.

2. Nota sobre el impuesto feudal en el siglo XVIII. A. Soboul.

-Es necesario conocer, en primer lugar el porcentaje que los derechos feudales
representaban en el conjunto de la producción y, por consiguiente, la carga que
significaban para los campesinos, y, en segundo lugar, el porcentaje de estos derechos en
los ingresos totales del señorío.

-La administración señorial, los libros de ingresos, los contratos de arrendamiento de los
derechos, las actas de adjudicación y las estimaciones de las cargas diezmales y censales
son nuestros únicos documentos.

-La “igualación de los censos” de fines del S.XVIII facilitó el cálculo del recuento.
Directamente utilizables son los documentos fiscales del “décimo” y la “veintena”.

-El edicto de 1749 imponía a todos los propietarios la obligación de presentar una
declaración conteniendo el inventario de sus tierras y su superficie, así como el importe de
las rentas, derechos feudales y diezmos que pesaban sobre ellas.

*PROBLEMA DEL PESO DE LA CARGA FEUDAL CON RELACIÓN A LA SUPERFICIE


DE LOS FUNDOS

-El terrazgo y las tenencias campesinas son los dos modelos de censo a que estaban
sometidas las tenencias campesinas.

-En el caso de los terrazgos, si nos basamos en los documentos territoriales, la carga se
imponía a la cosecha, como el diezmo, no a la tierra. Sin embargo, desconocemos el
porqué, como señala Lefebvre, existe una arco muy dispar entre la mayor y las menor
cuantías de éstas. Si nos fijamos en los documentos fiscales, sacamos conclusiones más
claras. Por lo general oscilaba el cobro por hectárea desde 5 a 9 libras. Si miramos más a
fondo sacamos una importante conclusión: es posible establecer una relación entre el peso
de las contribuciones señoriales y el valor de los fundos que les servían de apoyo.

*EL PROBLEMA DEL PESO DE LA CARGA FEUDAL EN RELACIÓN CON LOS


INGRESOS

-La pérdida de ingresos que sufre el señor como consecuencia del arrendamiento de los
derechos feudales y de las rentas de la tierra a los labradores acomodados le perjudicaba
más a él mismo que al campesino. La desaparición de los derechos feudales, al igual que
la del diezmo, se tradujo finalmente por un alza del arrendamiento y por una agravación de
la aparcería.
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-A falta de los ingresos del agricultor, lo que es posible conocer es la renta de la tierra, es
decir, los ingresos del propietario arrendador; los ingresos del arrendatario deben de ser
proporcionales. Pero es sólo el peso total que soportaba la tenencia en relación con su
producto lo que habría que conocer. Sólo entonces tendríamos una idea de la carga
relativa que constituía el conjunto del complexum feudale.

-El impuesto del feudal sobre el trigo fue de hasta 1/5 del producto. No fue casual, pues,
que las insurrecciones campesinas se sucedieran entre 1789 y 1792

*RELACIÓN DERECHOS FEUDALES-INGRESOS TOTALES DEL SEÑORÍO

-Según algunos registros, en 1790 se decía que “no hay un impuesto más sólido, más
seguro que el de las rentas; no está expuesto a ningún peligro y no produce ningún
gasto. Los simples sondeos acerca de esta situación no nos dan cifras totales. Lo más
interesante sería saber si estos impuestos eran agobiantes.

-En el septentrión de Francia encontramos que las cargas constituyen para el señor entre
un 60 y un 75% del total de sus ingresos.

-Constatamos también que el impuesto feudal era parte esencial de los ingresos de las
abadías de antigua fundación. Aunque las corvée no eran tan usuales, sí es cierto que
existían aún los diezmos, los derechos señoriales regulares (banalidades, justicia,
mercado, pesca) y los derechos esporádicos sobre los inmuebles. Todo en total, más o
menos, constituía desde un 49% a un 69% de la renta global para monasterios y abadías.

-Los impuestos y elementos dominicales prevalecen en los pequeños señoríos, los


señoriales en los grandes.

-Los derechos beneficiaban exactamente a la nobleza, con un 63% de los territorios


(haciendo una media entre las distintas partes de Francia), al clero, con un 26% y los
censatarios. Con esto, y asumiendo que el tercio de los ingresos de la nobleza en
Auvernia eran feudales, podremos comprender la resistencia de los altos estamentos a la
abolición del feudalismo.

-Concluimos. El impuesto feudal tenía además otras consecuencias: reforzaba, si no


provocaba por sí solo, la precariedad de la existencia campesina, y era también en buena
parte responsable del inmovilismo de la agricultura. En una economía donde el capital de
la tierra constituía la principal fuente de ahorro, la renta feudal era consumida por los
privilegiados en bienes y servicios de lujo en lugar de ser invertida en el sector. Todo el
movimiento económico de la época estaba al servicio de los altos estamentos que lo
empleaban en actividades improductivas. La agricultura no recibía en inversiones lo que
da. Al consumir en vez de invertir, los beneficiarios de las cargas feudales obstaculizaban
el crecimiento económico.

-El desarrollo de la sociedad moderna y la transformación capitalista de la economía


exigían la abolición del privilegio y del feudalismo. La Revolución francesa se ocuparía de
hacerlo.

3. Supervivencias feudales y régimen señorial en las provincias septentrionales de


Francia durante el siglo XVIII. Louis Trenand (importancia por su relación con
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Flandes, zona de gran adelanto industrial y capitalista patente en esta época).

-Merlin de Douai, reconoce que, contrariamente a una definición estricta, el uso del adjetivo
feudal se hace extensivo a todos los derechos que, encontrándose ordinariamente en
manos de los señores, forman, en conjunto, lo que Dumoulin califica de complexum
feudale.

-Los títulos y ceremonias celebrados en la iglesia por los nobles no son simplemente
simbólicos. Sirven para confirmar el derecho de primogenitura, la prioridad de la línea
directa, los derechos de tanteo, la suma que se da al chambelán que asiste a la ceremonia
de sucesión, el derecho de recibir un quinto del precio en caso de venta. Pero la división
del feudo (esclissement) sigue siendo excepcional, tanto de hecho como de derecho en
1762.

-Los feudos atraen enemigos. Envidia y codicia son los dos motores que movieron los
enfrentamientos nobiliarios en la Edad Moderna. Se establece una jerarquía de feudos,
normalmente cedidos a nobles, pero también a eclesiásticos, y subfeudos, cedidos a
burgueses y campesinos con posibles.

-Las jurisdicciones varían de un señorío a otro. Pero por lo general, se establece una
distinción entre la alta justicia (encarcelar, poner en la picota, llevar al cadalso, ejecutar
en la horca, decapitar, hervir, quemar); la media justicia (procede los secuestros, interroga
testigos, resuelve casos de herencia, venta de bienes o nuevas nupcias); y la baja justicia
(que afecta a los litigios de censos, renta, derechos señoriales…).

–En el siglo XVIII, el señor toma la justicia menos como poder que como fuente de
ingresos; por eso decíamos que no se puede comparar el feudalismo del S.XIII del que se
da en estos siglos.

-Por tanto, el régimen feudal sobrevive. Pero esta supervivencia es confusa, aunque
estable desde el punto de vista de la psicología, heredada desde muchos siglos atrás. Ya
se trate de feudo o de tenencia, las cargas, que son la marca del derecho superior del
señor sobre la tierra, subsisten legalmente en el siglo XVIII.

-El diezmo es el más importante de todos, tenía carácter eclesiástico. Se daban muy
pocas exenciones. En algunas partes incluso había distintos diezmos sobre tierras,
huertos, árboles frutales, aves de corral, corderos, cerdos… En principio, toda tierra de
labor tiene que pagarlo. Por el contrario, los pastos, los bosques, las marismas y las tierras
baldías no están sujetas a este impuesto.

–El censo era similar al diezmo, pero de carácter señorial(lo que quiere decir que si el
señor de ciertas tierras era un monasterio, este podía cobrar ambas cargas), el cual
percibía entre un 8% y un 10% entre dinero y especie.

–Los derechos económicos son el pontazgo, la venta en el mercado, la medición de


granos, el derecho de gambage sobre los fabricantes de cerveza…

-Entre las banalidades varía de un lugar a otro. El más común solía ser el pago por uso
del molino. Así como otros derechos en lo referente a la caza y a la pesca.

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-En caso de que existan, hay que ejecutar las sernas y pagar los derechos señoriales,
sobre todo el terrazgo.

(Para ejemplos concretos en lo referente a impuestos, consultar paginas 55-56).

-En el siglo XVIII, una minoría de parroquias se preocupa por la cuestión de los derechos
colectivos y los bienes comunales. Nobles, burgueses y notables roturan, en
detrimento de las comunidades y prohíben a los usuarios tradicionales el acceso a sus
propios bienes. A esto se lo conoce como enajenación de la propiedad.

–En Flandes, siempre bajo los Habsburgo, la desaparición de estas supervivencias


feudales y de estas estructuras señoriales es especialmente interesante. La
supresión de los derechos feudales simbólicos, de los derechos señoriales reales, de los
derechos colectivos ¿fue por un movimiento repentino revolucionario o por un movimiento
de opinión previo? En el S.XVIII el ejército ya no era feudal. La “revolución campesina”
se inicia por la creciente acumulación de conflictos locales, que no siempre están
fundamentados en un resentimiento generalizado contra el sistema feudal, sino más por el
acicate de la burguesía rural y urbana. Los campesinos se rebelaron contra la humillación
que suponía atenerse a ciertas prácticas impositivas heredadas del siglo XVI.

–La disputa más acalorada se daba por el diezmo, el cual se impone sobre el producto
bruto, sin tener en cuenta las necesidades de siembra y de alimentación del campesino.
Esto no favorecía al progreso de la agricultura. Pero en Flandes el clero llegó más allá.
Trató de poner el diezmo, no ya sobre el grano, sino sobre la fruta, el vellón de algodón o
la patata, lo que supuso numerosos enfrentamientos legales, pero las más de las veces
sediciones.

–Por lo general, los señores quisieron imponer sus prerrogativas y derechos


feudales de primer orden sobre los campesinos que ya se negaban, o al menos se
oponían, a cumplirlos. A veces les negaban espiguear y otras querían apoderarse sin
remisión de sus tierras o la percepción de hasta un tercio de los bosques comunes. Los
Cahiers de doléances son el mejor documento para conocer estos aspectos.

–El Tercer Estado de Cambrai y de Lila reivindican la supresión de los derechos de


feudo franco y de aforado, y la reducción o desaparición de los diezmos. En Dommery se
aboga por una mayor igualdad en las propiedades, pues no buscan desmembrar un feudo
íntegramente, sino dejar una parte para las necesidades básicas. Otros, en Quesnoy, se
pide la abolición de los diezmos insólitos, sobre productos que antes nunca lo tuvieron. A
cambio se reivindicaba la confección de un nuevo corpus de leyes civiles.

-La supresión de los derechos prosigue a ritmo acelerado a partir de agosto de 1789.
Desde 1790 los campesinos reclaman los títulos constitutivos para distinguir, de acuerdo
con los derechos de agosto, el feudalismo dominante del feudalismo contratante. La crisis
revolucionaria consagró la ruina de una potencia económica antaño impotente.

4. El fin del régimen señorial en España. Antonio Dmguez Ortiz

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–Los aspectos jurídicos y legislativos de la cuestión están bien tratados. No igual
los aspectos reales, más difusos entre la maraña de documentación. La mitad del
territorio español a comienzos de la Edad Moderna era de un 50%, mientras que la
mayoría de ciudades era de realengo. Con el transcurso del siglo XVI se procuraron
desamortizaciones del clero regular y las órdenes militares. El resto de señoríos cambió de
naturaleza, cuyo alcance no sabemos cuál fue en los dominios laicos.

–En 1646 Felipe IV, con autorización de las cortes, permitió la enajenación de 40.000
realengos para ponerlos en venta con un precio fijado de antemano. No todas fueron
compradas para ampliar o crear señoríos, algunas fueron adquiridas para consolidar la
jurisdicción de un pueblo. Esta acción para la corona simplemente era financiera, para
los nobles una cuestión de prestigio.

-Pero el señorío en Castilla no tuvo la importancia que en Francia. Siempre tuvo el


poder limitado por los concejos y la misma corona de los Borbones. El señor tendía a verse
más como propietario que como juez. Como tal defendió su derecho, no al arriendo
perpetuo, sino al temporal. La mayoría de las veces Carlos III, asesorado por
Jovellanos, se puso de parte de los arrendatarios.

-Que algunos señoríos tuviesen un carácter más jurídico que otros, dio lugar a una
variedad de éstos, de ahí las opiniones contradictorias emitidas en las Cortes de Cádiz al
respecto. En Castilla y Andalucía (no sé por qué las nombra por separado…) las rentas
propiamente señoriales eran escasas y los ingresos de los señores provenían más bien de
su carácter de grandes terratenientes.

–El decreto del 6 de agosto de 1811, por el que se abolían los señoríos, declaraba
que los de carácter territorial se transformarían en propiedad privada. Los pueblos
pasaron a beneficiarse de los derechos señoriales y los de monopolio.

-Cuando Fernando VII instaló el absolutismo no volvió a permitir los derechos


jurisdiccionales, pero al menos sí el dominio territorial de los señores. Tras el paréntesis
absolutista, el régimen liberal afrontó de nuevo el problema señorial, pero esta vez con un
talante netamente conservador. En 1837 finalmente se declaraba propiedad privada
todos los cobros efectuados en pueblos que no hubieran pertenecido a señoríos
puramente territoriales (solariegos). Sólo 16 de 128 casos se saldaron a favor de los
pueblos.

-A costa del abandono de unos derechos arcaicos y de unos ingresos escasos, los
señores transformaron una propiedad dudosa y compartida en una propiedad absoluta, y
multitud de colonos a título perpetuo se convirtieron en arrendatarios o simples jornaleros.
Algunas ventajas hubo positivas, pero fueron más perjudiciales, las medidas, que
beneficiosas para el campesinado.

5. EL FIN DE LOS ELEMENTOS FEUDALES Y SEÑORIALES EN CATALUÑA


EN LOS SIGLOS XVIII Y XIX, CON ALGUNAS REFERENCIAS COMPARATIVAS AL
RESTO DE ESPAÑA Y AL ROSELLON. PIERRE VILAR.

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-El régimen señorial en Castilla, ya a mediados del siglo XVIII era bastante limitado.
Domínguez Ortiz señaló que los encuestadores del Catastro del marqués de Ensenada
(1750(, clasificaban los ingresos señoriales como fuente de ingresos mobiliarios.

–La defensa del régimen señorial por parte de los diputados catalanes en las Cortes
de Cádiz se debe sobre todo a que allí el derecho enfitéutico (cesión perpetua o por largo
tiempo) estaba completamente extendido con el fenómeno señorial y la cohesión de la
clase media de burgueses y campesinos propietarios. En pocas palabras, que el sistema
funcionaba relativamente bien.

–En Valencia, por su parte, las cargas señoriales eran insoportables todavía a finales del
siglo XVIII. Tanto es así que de los 82 millones de reales que suponían los derechos del
señor en toda España 40 fueron recaudados en este reino.

-Para el Principado de Barcelona, primero señalaremos los rasgos que van en contra de
las hipótesis que nos demuestran la ligereza de cargas, para luego agrupar las más
abundantes a favor.

A. -Entre 1730 y 1800 encontramos un aumento de 1 a 5 de los ingresos señoriales,


mientras el aumento de los precios es de 1 a 3. Por ingresos señoriales se entienden los
vestigios feudales (terrazgos, alberges), los derechos jurisdiccionales (venta de
judicaturas), los censos y contribuciones periódicas tradicionales (oncenos, diezmos de
seglares, peajes, banalidades) y los derechos eventuales.

-La reacción señorial contra los campesinos acomodados se basa, sobre todo, en hacer
cumplir las relaciones enfitéuticas y el pago de los censos y laudemios; pero en realidad
existen tantas reglas como señoríos, depende los intereses intercambiados de señores y
“siervos”. La presión a favor de los derechos señoriales no ha disminuido, pues cada vez
es más habitual hacer referencia al derecho feudal más antiguo.

–Las contraofensivas campesinas se dividen dependiendo las motivaciones:


antiseñoriales (que son las que nos interesan) de aparcería o salariales; pues sería un
error afirmar que los campesinos catalanes se muestran satisfechos con el rigor de sus
señores. En referencia a los primeros, encontramos alzamientos colectivos, disturbios
urbanos vinculados con el mundo rural antes y después de la revolución antifrancesa.

–Los ingresos regionales, si sumamos los ingresos señoriales y las rentas enfitéuticas
(cesión parcial o permanente de ciertas tierras), rondaron los 20 millones de reales en el
Principado de Barcelona, el saldo positivo de su mejor época colonial. Dicho esto
entendemos la oposición que hubo en las cortes de Cádiz a los ingresos de Antiguo
Régimen.

B. –La enfiteusis catalana era garantía de prosperidad material y prestigio moral. La


imagen del mestre de masia es vista como la de un siervo más de su señor, eso sí,
semipropietario, ya que puede heredar y legar, vender, enajenar, dividir y, por último
subestablecer.

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-En Cataluña, en el S.XVIII no podemos hablar de régimen señorial tanto como de
feudalismo y relaciones enfitéuticas. El cobro de los derechos no personales era conocido
como “reales” mientras que los que corresponden al dominio eran “dominicales”.

-En el Rosellón no se dejaba parte a la relación de “semipropiedad” y roturación “si no


fuera por enfeudación de la tierra”; es decir, el reconocimiento ante juez y notario del
establecimiento a efectuar.

–El tradicionalismo jurídico defendido por la sociedad media catalana en las Cortes
de Cádiz se debe sobre todo a que se oponían a la disolución del derecho catalán en un
derecho liberal e igualitario al estilo francés. Así expresaban la convicción de burgueses,
campesinos y señores, de que el “establecimiento” a censo perpetuo era el secreto de la
prosperidad de su país, sistema estrechamente unido al señorío e incluso al feudalismo. Al
mismo tiempo, que se arrendara el cobro de impuestos (pues los señores en persona ya
no lo hacían) dio pie a muchos burgueses a especular con este negocio y sacar
beneficios en su favor; máxime cuando ellos mismos eran los señores de ciertas
propiedades ya compradas.

-No obstante, si miramos la situación real, la costa catalana tendía mucho más a las
ganancias en base a la mercancía y al dinero, que los pueblos de interior, de montaña,
cercanos a los Pirineos. Caso de Cint, donde aún se vivía en plena Edad Media. Valga
citar que se identificaban como “siervo del señor tal” y decía que “el diezmo lo cobra el
cura”.

-En cualquier caso, no se puede llegar a una investigación sistemática sobre el fin del
sistema feudal sin haber multiplicado los estudios concienzudos, no de las
excepciones en el sistema señorial de Cataluña, sino diferenciales entre Castilla,
Cataluña, Galicia y la Provenza; aunque la polarización de la intensidad del fenómeno en
estos lugares ya indica de por sí una gran particularidad.

6. VESTIGIOS DEL FEUDALISMO EN LA INGLATERRA DE LOS SIGLOS XVII Y XVIII.


K.G. DAVIES

-Que una sociedad de terratenientes compusiera las dos cámaras del parlamento, y que
dichos miembros tuvieran propiedades que le rentaran ciertos beneficios, no quiere decir
que Inglaterra estuviese bajo un sistema feudal.

-Los terratenientes, al contrario que en el resto de países, en vez de aferrarse tenazmente


a sus antiguos privilegios particulares y locales, sino controlando el cuerpo legislativo
del país y haciéndole tomar medidas conformes con sus intereses, sin tener que depender
del derecho consuetudinario.

-Aun con ello, es posible encontrar tribunales y jurisdicciones señoriales (manorial) en las
cercanías del año 1700; aunque desde 1500 se había atribuido a los jueces de paz las
responsabilidades de dirigir el campo inglés.

–Las supervivencias más patentes de la Edad Media son, sin duda, las tenencias
concedidas por la Corona y las pequeñas tenencias consuetudinarias, concedidas por los
señores. Estas tenencias conservaban todos sus derechos fiscales, y la corona se

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aprovechó de ellos hasta 1641.

-Tras la República, con la Restauración, las tenencias en feudo fueron abolidas. La ley de
1660 puso fin a las tenencias feudales, lo cual supone un gran interés; pero no aportó
soluciones a las pequeñas tenencias de carácter señorial. La costumbre de conceder
arriendos vitalicios no por un plazo fijo debería ser considerada como el residuo del
sistema señorial, pues el arriendo a plazo fijo era conocido desde tiempos más antiguos.

-Sin embargo, en Escocia tendría mucho más éxito la superviencia de las estrucutras
feudales, hasta 1747

7. EL RÉGIMEN FEUDAL EN ALEMANIA EN EL SIGLO XVIII Y SU DISOLUCIÓN.


W.VON HIPPEL

-Teniendo en cuenta que en los siglos XVII y XVIII el término feudalismo se desvirtúa,
podemos comprenderlo como la situación jurídica de un señoríos (derechos feudales
y señoriales). De aquí derivó a la “emancipación de los campesinos”, esencial para
comprender la nueva configuración del estado soberano basado en la sociedad burguesa
y la integración de la agricultura en la economía liberal.

-El 80% de la población era rural. Pero la servidumbre había perdido su sentido de ser.
Que en el siglo XVI el siervo existiera aún se debía, simplemente, a que constituía la
fuente principal de ingresos para el señor. En este caso cobrado mediante sernas o
corveas, a lo que a menudo se añadía el diezmo.

-El marcado dualismo entre los modelos de la Alemania orienta, la occidental y la central,
entre el señorío territorial (Grundherrschaft), el señorío “petrificado” (Gutsherrschaft) y el
arriendo (Meilrrecht) marcaron el devenir de la abolición posterior

–Alemania Occidental, modelo más próximo a Francia. El régimen agrario del señorial
territorial (Grundherrschaft) se basa en el cobro de rentas de la tierra en dinero y en
especie.

–Alemania Oriental. Por su parte, el señorío “petrificado” (Gutsherrschaft) se basaba en


la concentración de derechos señoriales, territoriales y judiciales, así como la obligación a
las sernas y otras prestaciones. Aquí las prestaciones en dinero son menos importantes.
Este modelo se impuso en las regiones donde se logró eliminar la influencia del príncipe.
Este modelo perduró en Pomerania hasta el siglo XIX, inclusive. En Austria y Prusia la
monarquía refrenó los intereses de la nobleza cuyos derechos, si bien no abolía, sí
recortaba. Bohemia, Silesia y Moravia se llevaron la peor parte.

–José II, en su lucha por centralizar el estado de modo racional, combatió el régimen
feudal en 1781 reduciendo sus múltiples imposiciones a una sola: una sola renta en
dinero al estado/monarquía (pues en este momento eran lo mismo…) donde se fijaba el
porcentaje de las demás contribuciones. Pero no supuso el fin absoluto de las
rentas, sólo el paso de la Gutsherrschaft a la mera percepción de rentas de la tierra. Sin
embargo, en el caso de los territorios de señorío territorial (Grundherrschaft) pocas
reformas se hicieron ya que allí lo único que todavía existía era lo que se acababa de
imponer en la “otra” Alemania.

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-Si bien el sistema napoleónico supuso un cambio mucho más radical, no debemos
sobreestimar la irradiación directa de las reformas. Pero sí es cierto que indirectamente
ayudó a impulsarlas, hasta culminar en 1848-1849, cuando se puso final a la abolición. La
victoria de Napoleón sobre Prusia en 1806-1807, obligó a este Estado a asumir unas
reformas desde hacía tiempo necesarias. Además, hizo posible el triunfo general de la
concepción moderna del Estado en Alemania, destruyendo las estructuras arcaicas del
Imperio alemán y reemplazándolas por un sistema de Estados medios.

-En Austria, en 1835 se formuló a las asambleas de los Estados de las diferentes
partes de la monarquía el deseo de abolir progresivamente las cargas campesinas a
cambio de una indemnización adecuada. En un principio la nobleza austriaca accedió, y
ello la llevó a asumir la legislación de la redención de 1848.

-El hecho de que los disturbios campesinos e la primavera de 1848 se concentraran


en los antiguos territorios de la nobleza mediatizada mostraba más claramente que
nunca que los campesinos daban la espalda a sus antiguos señores, los cuales no
aparecían ya como un poder protector, sino sólo como acreedores inoportunos. La
revolución de 1848 puso fin definitivamente a las últimas resistencias feudo-señoriales.

8. LA ABOLICIÓN DEL FEUDALISMO EN EL REINO DE NÁPOLES. P. VILLANI.

–El problema del feudalismo se muestra especialmente complejo y variado en la historia


italiana. La división del país en numerosos Estados, con sus tradiciones propias y sus
acontecimientos históricos específicos, no permite hacer ninguna generalización.
Generalmente el Risorgimento marca el año bisagra.

-Desde el momento en que los sistemas mercantiles y manufactureros padecieron una


crisis, la tierra como principio inversor pasó a revalorizarse, lo cual llevó a los señores
feudales a ser verdaderos protagonistas, queriendo sacar provecho de tal coyuntura, entre
los siglos XVI y XVIII. Pues las fuerzas antifeudales estaban poco desarrolladas en los
reinos de la península itálica.

-Los feudos lombardos, con Jose II de Austria (antes citado en el caso Alemán),
perdieron el derecho a recaudar impuestos y contribuciones. La jurisdicción de los feudos
pasó a manos de la monarquía, al menos en su mayor parte. En 1796 los franceses
hicieron el resto, aboliendo el resto de derechos (sobre las aguas públicas, de pesca y
caza, molinos, hornos y posadas). No obstante, hasta la unificación en 1861 (pero sobre
todo hasta 1870) los lazos feudales no fueron totalmente destruidos.

-En el reino de Nápoles, en el cual nos centraremos la burguesía tomó conciencia de


clase intermediaria entre barones y campesinos. Los acontecimientos de 1799 afectaron
gravemente a la baronía. El feudalismo estaba en crisis, pero fue la intervención francesa
la que lo que decidió su hundimiento. La comisión que dio el golpe de gracia al
feudalismo proclamaba que “el feudalismo queda abolido con todas sus atribuciones.
Todas las jurisdicciones hasta ahora en manos de los barones y los beneficios de
cualquier tipo vinculados a ellas son restituidos al poder soberano, del que serán
inseparables”.

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-Si bien a los barones se les impidió gozar de los derechos de jurisdicción, se les
permitió disfrutar en exclusiva de las tierras que habían sido administradas por ellos
mismos; medida realmente justa, pues atañían totalmente a la legalidad implantada. El
resto de territorios se pretendió repartirlo entre los campesinos libres y no libres. No
obstante, la participación y derrota de Napoleón en la campaña de Rusia, la larga serie de
alzamientos masivos, la difícil situación financiera, la agitación en las provincias y los
primeros movimientos carbonarios, hacían imposible la aplicación de dichos términos.

-De todos modos no podemos esperar que el cambio fuera radical. Esperar que, en las
condiciones del Reino, los campesinos pobres fuesen los beneficiarios de la ruina de
la baronía, es, cuando menos, ingenuo.

-(Revisando los datos expuestos en el libro) parece cierto que entre la perdida de los
dominios y las retribuciones, los barones sufrieron un golpe del que no podían
recuperarse. Otra cuestión es que los burgueses acomodados suplieran a éstos en una
parte estimable. El hecho de haber nacido al amparo del feudalismo impidió que se
conformara como un colectivo con soluciones rápidas y seguras.

9. EL HUNDIMIENTO DEL REGIMEN FEUDAL EN RUSIA. P. RYNDUNSKI

–La abolición de la servidumbre en Rusia, proclamada en 1861, estuvo


predeterminada por el desarrollo de profundos y prolongados procesos sociales. La
peligrosa competencia de los países europeos avanzados, así como la desproporción
que se agravaba entre la industria rusa y la agricultura, había llevado a la necesidad de
abolir el derecho de servidumbre.

-En la mayoría de las veces la obligación al pago de impuestos feudales iba compensado
por el incremento de las posibilidades materiales de los campesinos. Quedaban en sus
manos más medios, aunque la parte del producto del trabajo campesino percibida por el
señor hubiera aumentado. Esta situación, más que garantizar el sistema de servidumbre lo
que demostraba era su profunda descomposición.

-La ley de 1861 daba tanta libertad económica al campesino como reforzaba el poder
material de los señores feudales gracias a la regeneración burguesa de sus economías. Ya
que la reforma no resolvió la situación, el antagonismo siguió vigente hasta que
estallaron en 1905 y 1917 las dos revoluciones burguesas y democráticas.

-Un resultado de esta reforma de 1861 fue que se equiparó al siervo por su condición
jurídica, con los “aldeanos libres”, es decir, con los campesinos del Estado. Otras medidas
paralelas fueron el permiso de fundar libremente una familia, dedicarse a actividades
industriales, comerciar y efectuar diferentes transacciones, todo ello sin el permiso del
señor.

-El propio curso del desarrollo económico favorecía la entrega de toda la tierra al
campesinado. Sólo la conservación de los latifundios supuso un fardo especialmente
pesado para el progreso social y económico. El conjunto de 114.000 nobles poseían
73.200.000 desiatinas, mientras que los 24 millones de personas, abarcaban 33.700.000.
Este resultado se debe, sobre todo, a la enajenación de tierras a los campesinos por parte
de los señores (acción que osciló entre un 16% y un 45% del total de sus propiedades).
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-La gran masa de los campesinos no podía cubrir las necesidades mínimas con los
ingresos de las tierras campesinas. Los pagos, incluyendo el mantenimiento de los
campesinos, sobrepasaban a los ingresos entre un 24% a 124%, en las parcelas medianas
y hasta en un 200% en las pequeñas. Por tanto, analizando más de 18.000 documentos
directos de la situación, concluimos que la parcela concedida a los campesinos al
librarlos de la servidumbre sólo les aseguraba una parte de la suma necesaria para
subsistir.

-Debido a esto, muchos campesinos extraían hasta un 24% de actividades no agrícolas


(albañiles, terraplenadores, guadañadores, segadores, obreros de los astilleros fluviales,
cargadores de muelle etc. Como vemos, la producción industrial y los ferrocarriles
absorbían buena parte de estos trabajadores sin posibles, del proletariado (79% de la
población rural).

-Por tanto, en las dos décadas siguientes encontramos dos tipos de configuración
social: la pequeña producción individual y el trabajo asalariado. No hablamos de dos
modelos completamente aislados. Entre los miembros de una misma familia los
encontramos; ya dijimos que la situación era realmente precaria.

–Las tierras arrendadas, acaso debido a su mala documentación actualmente, fueron


una fuente insuficiente para asegurar la vida de las familias campesinas. La anormal
correlación entre el coste de la tierra y el precio del arriendo era el resultado de la presión
de las supervivencias feudales, de la prerrogativa de los latifundistas y de la situación sin
salida de los campesinos: por el arriendo los campesinos pagaban de 5 a 10 veces más de
lo que pagaban anualmente por la redención de su parcela.

-Aunque se hubiera desgajado una capa del campesinado plenamente proletarizada,


predominaban los campesinos cuya integración en la esfera de las relaciones
capitalistas no había adoptado todavía una forma definida, debido sobre todo al carácter
temporal del trabajo y a la falta de regularización del contrato

-Si en Inglaterra, por ejemplo, la caída del feudalismo creó efectivamente campesinos
independientes y libres, la reforma en Rusia realizó de un solo golpe el paso del
ignominioso plusproducto feudal a la libre plusvalía capitalista. Ello creó condiciones
más amplias y fáciles para la conjunción del movimiento democrático de la clase obrera.

10. EL PROCESO DE ABOLICIÓN DEL REGIMEN FEUDAL EN LOS TERRITORIO


POLACOS EN EL SIGLO XVIII Y XIX. POR B.LESNODORSKI

-El paso del feudalismo al capitalismo agrario fue, en los territorios polacos, un proceso de
larga duración, cargado de conflictos y luchas, realizado por medio de reformas graduales,
penosas y costosas para las masas campesinas de Austria, Rusia y Prusia. Las primicias
de este proceso, que se prolongará durante todo el siglo XIX, se manifestaron en ciertas
provincias (Silesia y Posnania) en las 2/2 del siglo XVIII. Los últimos vestigios de
relaciones feudales perduraron hasta la década de 1920 e, incluso los latifundios, hasta la
Polonia popular de 1944-1945.

*La decadencia de la antigua República

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–Ningún campesino gozaba de una propiedad en el siglo XVIII. Lo más parecido que
encontramos son los arrendamientos vitalicios o perpetuos. La legislación concedía a los
nobles jurisdicción y administración sobre los campesinos de sus dominios.

–La constitución del 3 de mayo de 1791 garantizaba a todos los campesinos “la
protección de la ley y del gobierno del país” y, por tanto, la de los tribunales y la
administración del Estado. El mayor ilustrador de entonces fue Hugo Kollataj. Las primeras
normas jurídicas concretas fueron promulgadas durante la insurrección de 1794: suprimía
la servidumbre personal y limitaba las sernas.

-La república nobiliaria caería sin que estos textos fuesen aplicados. Pero estos pasos
tendrían importancia capital para tendencias reformistas posteriores.

*Las primeras reformas en la zona prusiana y austriaca

-Los campesinos que quedaron en zona rusa tras el reparto de Polonia, fueron sometidos
a una mayor explotación.

-En la zona prusiana, no podían ser expulsados sin veredicto previo del tribunal. La
servidumbre podía ser redimida. En la zona austríaca fueron aún más lejos: las sernas
fueron limitadas a tres días a la semana, los hijos de los campesinos podían trabajar como
artesanos, podían presentar denuncia ante las autoridades locales.

*Los primeros años del siglo XIX

-La economía agraria pasó del sistema aislado y cerrado, primitivo, al sistema
multisectorial, donde predominaron durante mucho tiempo las sernas y la obligación de
realizar prestaciones de trabajo… incapaz de hacer frente a las nacientes necesidades del
mercado interior y exterior.

-La introducción del cultivo de la remolacha azucarera supuso un avance hacia la


economía monetaria, debido a la gran cantidad de mano de obra que había que contratar
para que su actividad fuera rentable. Otra actividad destacable fue la destilería de
aguardiente. El rendimiento de los cereales pasó de 3 a 6; pero las rentas en general
representaban 1/3 respecto a las de Francia y 1/5 de las de Inglaterra.

-Otro sector que creció mucho en este momento fue la agricultura forestal.

*El Ducado de Varsovia y el Reino de Polonia

-Los jacobinos aquí instalados hicieron algo muy moderno: tomaron la iniciativa para
realizar una encuesta sobre las necesidades y las tareas de Polonia, en una corriente
continental conocida como estado de las tierras.

-La constitución del Ducado de Varsovia de 1807 proclamó la supresión de la


“esclavitud”, antes de la llegada, incluso, de Napoleón. Con ella la propiedad feudal
dividida se transformó así en propiedad homogénea burguesa. Se aseguraría por una
parte el libre desplazamiento de los campesinos que hubiesen cumplido con sus
obligaciones, de tal modo que había sernas pero no servidumbre.

-En todas partes los elementos burgueses se confundían con los feudales.
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–En 1815, bajo el zar Alejandro I se garantizó a los campesinos la libertad personal, pero
guardó silencio sobre su derecho a la tierra. El período posterior no aportó cambios a estas
leyes. El ejército intervendría contra los campesinos que no cumplieran con sus
obligaciones.

*El viraje posterior a 1830

-Dentro del régimen servil, los campesinos estaban a merced de los señores. En la parte
occidental los campesinos eran personalmente libres. Aquellos que habían sido
propietarios fueron reducidos a simples arrendatarios, perdieron sus derechos a los
bosques y a los pastos y se veían obligados a realizar prestaciones gratuitas. Campesinos
y terratenientes codiciaban por igual la tierra.

–Las revueltas campesinas, especialmente en Prusia, Silesia, Pomerania y Mazuria,


influyeron en la concesión de la tierra en propiedad a los pequeños campesinos y en el
curso de la parcelación.

–En Polonia, primero los demócratas nobles y luego los demócratas revolucionarios
se declararon favorables a la revolución agraria. Las diferentes corrientes de liberación
nacional marcaron el ritmo de las reformas, más o menos moderadas dependiendo la
presión terrateniente.

*Los dominios polacos de Prusia

-Entre 1807 y 1850, se suprimió en Prusia la servidumbre, se separaron las tierra


dominicales y campesinas y se redimió la tierra a los poseedores de las explotaciones más
importantes (6’4 ha)

-La jurisdicción señorial fue al mismo tiempo gradualmente reemplazada por los órganos
de los poderes administrativos y jurídicos del Estado.

-Todas las prestaciones fueron definitivamente suprimidas en 1858, y lo últimos derechos


señoriales en 1872.

*Los dominios polacos de Austria

-Era la parte más atrasada de la Polonia desmembrada. El fracaso de las reformas de


José II consolidó durante varias décadas el sistema de servidumbre y sernas. Aquí el
sistema señorial fue apoyado hasta la década de 1840.

-La revolución lanzada desde la ciudad libre de Cracovia, en 1846, marcó un hito
inconmensurable en los acontecimientos venideros, especialmente porque coincidió con el
movimiento antifeudal de los campesinos de Galitzia, dirigido contra los castillos de los
nobles y la insurrección nacional.

–Supresión de servidumbre y la concesión de la plena propiedadfueron proclamadas


simultáneamente en Galitzia en 1848. El Estado se encargó de las indemnizaciones, que
por lo demás se cubrían con exceso gracias a los impuestos territoriales pagados por los
campesinos.

*Las reformas del reino de Polonia


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-Los campesinos habían perdido cerca de 900.000 ha. Nada les preservó de esta
pérdida, ni oposición legal ni bélica.

-También aquí se inició un proceso de liquidación de parte de las grandes reservas


señoriales en beneficio de las pequeñas explotaciones campesinas.

–Por temor a que la rebelión de Galitzia se propagase al Reino y la presión


generalizada del resto del continente, hubo de intervenir el Imperio ruso, los poderes
públicos prohibieron expulsar a los campesinos que poseyeran más de 1,7 ha. Los
conflictos surgidos entre la aldea y el castillo fueron sometidos a la competencia de la
administración pública.

-En la época en que el Reino de Polonia recobró momentáneamente la autonomía, en


1861, la reforma emprendida por el régimen zarista se limitó a un acensuamiento general.
La reforma rusa, por su parte, había dado lugar a disturbios masivos. Debido a esto, los
campesinos polacos se negaron a realizar las sernas.

-Con esta situación tan tensa, comienzan en 1863 las operaciones insurreccionales.
Dos decretos del Gobierno Nacional aplicados por los insurrectos en diferentes
partes de Polonia, concedían la propiedad a los campesinos poseedores de la tierra y
anunciaban la distribución de parcelas entre los campesinos sin tierras.

-Aunque los insurrectos fueron derrotados, el Imperio Ruso se vio obligado a promulgar
una reforma agraria especial en el Reino, que fue más lejos que la de 1861. En 1864 se
promulgó el derecho a la plena propiedad de todos los campesinos poseedores de
tierra, a cambio de una indemnización que el gobierno pagaría a los terratenientes (pero
las obligaciones serviles siguieron, a cambio del permiso a tomar tierras nacionales o
eclesiásticas.

-Las tierras campesinas aumentaron hasta un 28%.

*Después de las reformas

-El latifundio continuó existiendo (a pesar de que la pequeña propiedad aumentó en un


22%), obligaciones serviles y redención del trabajo.

-En la década de 1870 nos enfrentamos ya a un terrateniente semimoderno y a un


campesino semimoderno, de ahí que la reforma aún no hubiese cristalizado del todo.

11. LA EMANCIPACIÓN DE LOS SIERVOS EN HUNGRIA Y EN EUROPA ORIENTAL.


E.NIEDERHAUSER

–Las propuestas de reformas en Hungría no vinieron de la Revolución francesa, sino de


las reformas realizadas en Alemania. La Dieta húngara se ocupó por primera vez de esta
cuestión en 1830. Hasta 1850 hubo muchas propuestas para hacer realidad la
emancipación. La mayoría de ellas preveían un reparto de la tierra “rústica” para los
campesinos y la “dominical” para los señores. En lo único que se diferenciaban era en
las fuentes financieras capaces de asegurar esta indemnización.

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-La ya citada revolución de Galitzia sembró el miedo entre los señores húngaros. En
1848 los habitantes de las ciudades (artesanos, obreros, jornaleros) desempeñaron un
importante papel en el desencadenamiento de la revolución. Ésta buscaba sobre todo la
emancipación de los siervos. La ley, finalmente, fijó la indemnización de los señores de
manera que no gravase a los campesinos, sino que fuese garantizada por el Estado. Se
abolieron las jurisdicciones señoriales; pero se mantuvieron las contribuciones
feudales.

-Con el estallido de la guerra contra los Habsburgo, de todos estos proyectos sólo se
hizo realidad el referente a la abolición del diezmo sobre las viñas.

-En 1849 todo el territorio del país fue dividido en 8 clases, con 3 subdivisiones,
según la calidad de la tierra. A imitación de la legislación prusiana de 1850, la
indemnización fue abonada en obligaciones con intereses que fueron reembolsadas a
partir de 1857. Al final de las regulaciones, el 50% de los campesinos carecían de una
situación de mínima subsistencia.

-(Muy importante para todo el libro) El tema central alrededor del que giran todos los
territorios de la Europa oriental es que la nobleza era la clase dominante y no había allí
una burguesía lo suficientemente fuerte para oponerse a la propiedad feudal de las tierras,
como ocurrió con la burguesía francesa, por ejemplo.

-En los territorios lituanos, bielorrusos y ucranianos antaño dominados por Polonia,
el gobierno ruso modificó en 1864 la emancipación en un sentido favorable a los
campesinos. Fue esta emancipación la que determinó el marco de la evolución capitalista
de la agricultura.

-En los países balcánicos podemos observar otra solución. En la época en que se
llevaron a cabo las reformas en Europa oriental, el gobierno turco comenzó a abolir el
sistema de los spahilik: los campesinos pasaron a ser tributarios únicamente del Estado.
La liberación de la dominación otomana llevó también la liquidación del régimen feudal.

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