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DEL
INSTITUTO HOMEOPÁTICO
X)£ MAX)RXX).
REDACCIÓN.
DOCTORES: ALVAHEZ (D Anastasio), GARCÍA LÓPEZ, VIGNAU,
NüÑEZ, RODRÍGUEZ P I N I L L A , ESPARZA.
COLABOKADORES:
Todos los médicos del Hospital homeopático y
los alumnos del Instituto.
DIRECTOR.
Excmo. ftr. D. TOMÁS FF.tucEfi.
REDACCIÓN Y ADMINIlSTHACION.
Calle de Fuenrarral, 57, 2." derecha.
svnumo.
L—PRO('.RAM\ pftra los exámenes de Clínica racdicn. (conolu-
sLon', ])or el l l r . D. Tomás l'ellleer.
11.—T,AS AULAS MINiaiALF.S Y LA TKKAPKLTIGA HOMF.OPA-
TICA, por el Or. EapnrE».
III.-SORDIÍRA CON BriDí)^; líN LA dABKZA, por (A Dr . I». R.
T. C«e|ier.
IV.—LA H0MK(3PATL\ KN ALMERÍA, por el Dr, Rodri^oez
Pinilla.
V.—VARIEDADF.S.—Bibliografift.—Un acto de oortcsia.—Anun-
cios.
ANUNCIOS.
FARMACIA HOMEOPÁTICA ESPECIAL,
la primera efUh\eáá¡¡ en E«psfia
DE LA VIUDA
del Rr. Cesáreo Martin Somolinos,
Infantas, núm. 26, Madrid.
Eí.la farmacia, cuya reputación universal en la elaboración de los me-
dicamenlos homeopáticos es de lodos bien conocida, sigue dedicándose á
esta especialidad; bajo la dirección del doctor en farmacia I). Jaime Pizá
Rosselló, hermano político del doctor Somolinos, y encargado desde el año
C9 de la preparación de dichos medicamentos.
Se remiten á cualquier punto de España, por correo certificado (eicep-
to los líquidos) lodos los preparados houieopálicos.incluso las cajas-boti-
quines que se pidan. Catálsgos gratis.
PROGRAMA
para los exámenes de CUnica médka^por 1). Tomás Pellicer,
Catedrático de dicAa asignatura en el Instituto homeopático,
y Profesor-Decano del Hospital de San José.
Conclusión (1).
APÉNDICE.
Expuestos ya en este programa los puntos esenciales de la
doctrina médica de Hahnemann, que deben conocer nuestros
alumnos,,,procede darles algunas reglas, siquiera sea de pasada,
para la práctica de esos mismos principios que han aprendido
en la escuela.
Dos cosas hay, pues, en esta materia, que el médico que se
crea en condiciones de poder ejercer la homeopatía, no puede en
manera alguna dejar de poseer.
1." Conocimiento perfecto de la Patología para poder distin-'
guir en el enfermo, al establecer el diagnóstico, cuáles son los
síntomas esenciales ó fundamentales, y cuáles los accidentales ó
simpáticos.
2." Conocimiento de los síntomas ó fenómenos medicamen-
tosos que sean característicos y apropiados para cada caso con*
creto de enfermedad.
LA HOMEOPATÍA EN ALMERÍA.
Hace pocos meses, que sintiendo algunas distinguidas familias
de la ilustrada ciudad do Almería, la necesidad de que en dicha po-
blación existiese un representante de la doctrina médica homeo-
pática, hubieron de reunirse para concertar unas bases, que sir-
vieran de garantía de estabilidad en lo futuro para el medico que
fuese designado como capaz de desempeñar la misión que aquellas
familias le hablan de proponer. Alma maler de aquel pensamiento
y de su cabal éxito fué el distinguido doctor homeópata de esta
238 BOLBTIN CLÍNICO,
corte, nuestro distinguido amig'oD. Pedro de Aróstegul. Un joven,
que no por serlo era menos docto, el Sr. D. José Bocafull y de Mon-
tes, práctico en te^'^éutica homeopática casi desde que acabó su
carrera, fué el designado para médico-homeópata en aquella
ciudad.
Recibido en Almería, nuestro amigo el Sr. RocafuU, con gran-
des muestras de simpatía, no solamente ha logrado aumentar
aquella clientela distinguida que podríamos llamar o/ieial, puesto
que era ya obligatoria, sino que ha logrado también propagar
grandemente en aquella población nuestra doctrina, conquistando
para ella una porción de adeptos, hasta el ponto de haberse creido
aquel ilustrado Ayuntamiento en el deber de establecer en aque-
lla localidad un dispensario homeop&tico subvencionado con sus
fondos.
Naturalmente, esta serie de triunfos debidos al Sr. Rocafull,
no debian ser del agrado de los representantes de la vieja escuela
que por boca del Sr. Domenech, han sostenido en un periódico de
aquella localidad, discusión animada ¿obre el valor de nuestra
doctrina médica, discusión que ha terminado, desertando del cam-
po de la lucha el alópata Sr. Domenech, á quien tenemos mucho
gusto en conceder dotes de audaz polemista.
Ha concluido también, con la publicación en el Boklin oficial de
la ciudad de Almería del siguiente anuncio:
VARIEDADES.
—BIBLIOGRAFÍA.—LA METALOSCOPIA T LA MITALOTERAFIA Ó EL BDR-
ooisao, por el Dr. Dumonlpallier.—Traducción de D. Manuel Flores y
Pld, Licenciado en Medicina y Cirujia.
El autor de la traducción de Las Enfermedades Nerviosas de
Charcot, sigue por tan laudable senda d&ndonos hoy una versión
castellana de varios trabajos notables de los Dres. Dumontpallier,
Burq, Luys y Charcot. En un libro impreso con lujo y que á pesar
de ésto y de tener 300 páginas en ifi no cuesta más que tres pese-
tas, reúne el Sr. Flores: dos conferencias sobre Metaloterapia dadas
por Dumontpallier en el hospital de la Piedad; dos informes dados
á la Sociedad de Biología, sobre el Burquismo, por Charcot, Luys y
Dumontpallier de que es ponente el ultimo; y finalmente dos capí-
tulos de Charcot sobre la histero-epilepsl» y la hiperestesia ova-
rica.
El burquismo, conjunto de estudios y leyes sobre aplicación de
los metales para la curación de algunas enfermedades, y, llamado
así como para inmortalizar el nombre del descubridor de tan curio-
sos fenómenos, ha merecido ser estudiado, admitido y considerado
240 SfotBTiK ctíinoo.
por corporaciones tan doctas como la Sociedad de Biología de París
cuyos miembros no han hecho solo un estudio de aquello que se
proponía á su consid'é^acion, sino que han engrandecido el asunto
con su poderoso talento.
¿Qué era la Metaloterapia antes de Burq? Miedosa aspiración y
raquitioo engendro.
¿Qué es la Metaloterapia de Burql Claras nociones sobre la in-
fluencia de la aplicación externa de los metales en determinadas
enfermedades y algún bosquejo de la metaloterapia interna.
¿Qué es la Metaloterapia al presente? Un conjunto sistematizado
de conocimientos derivados de observaciones y experiencias que
todo médico debe conocer.
Dos leyes ó principios se deducen de estos estudios sobre los
cuales nosotros debemos llamar la atención; el uno es el principio
de individualización morbosa; el otro se refiere á la dosificación de
los remedios que se emplean: los metales; principios que no son es-
traflos á la homeopatía. «La primera ley, dice Dumontpallier, es que
los enfermos gozan de una aptitud metálica; es decir, que cada en-
fermo parece ser en cierto modo influido por la aplicación externa
de un metal, el cual ha de entenderse que no es el mismo para todos
los enfermos.» La segunda ley—á que nosotros nos referimos—no
tiene enunciado, hasta ahora. Se comprueba observando que sin
neeesidad de ingerir ninguna cantidad de metal se influye sobre la
enfermedad (dosis imponderable) y cuando se administra al inte-
rior bastan dosis pequeñas, más cuanto más homeopáticas.
En resumen: la metaloterapia y la metaloscopia es asunto im-
portantísimo y palpitante, y el libro del Sr. Flores útil por más de
un concepto. Beoiba nuestros plácemes.
—Un ACTO DB coiTEsiA.—El Sr. D. Julián Gsrcia San Miguel, ex-
director dé Beneficencia y Sanidad, y hoy digno Subsecretario del
Ministerio de la Gobernación, ha tenida la galantería que le agra-
decemos por todo estremo de enviar un atento B. L. M. á esta re-
dacción y & las de otros colegas profesionales ofreciéndoles sus ser-
vicios en el cargo con que ha sido honrado por el Gobierno de S. M.
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l'nion. O, Barcelona.
HOSPITAL HOMEOPÁTICO.
3.—Paseo de la Habana. — 3.