¿POR QUÉ LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA DEBE SER SOCIALMENTE
RESPONSABLE?
La complejidad de la acción del hombre en el contexto socio económico
ambiental y cultural ha superado la capacidad de respuestas de la administración pública, ante las ilimitadas necesidades y problemática de la sociedad actual. Surge entonces la importancia de abordar nuevos retos en el cambio de la administración pública, aunado a la participación de la empresa privada y la sociedad para asumir importantes desafíos que hoy demanda la sociedad en el siglo XXI.
En este sentido, el papel de la administración dentro del sector público
supone una gran responsabilidad social, vinculante a un proyecto de nación con enfoque socialista, humanista, integral sistémico, holístico, transversal y definición de grandes dimensiones de abordajes geopolítico, social, ambiental que debe responder a la problemática social, a fin de garantizar un proceso de inclusión de justicia e igualdad. Por esta razón, la misión, visión y la responsabilidad social de las instituciones públicas deben estar acorde a los grandes objetivos estratégicos establecidos a nivel nacional, a los planes de desarrollo estadal, los planes estratégicos y planes operativos a nivel estadal
De acuerdo a los referentes teóricos consultados, en Venezuela la
responsabilidad social se establece legalmente en el reglamento de la Ley de Contrataciones Públicas, Decreto n° 6708 (2009) y establece la modalidad de selección de contratistas (art 34) y el compromiso de la responsabilidad social aplicada mediante la ejecución de proyectos sociales (art 41) destinando entre 1 al 5% dependiendo del monto del contrato suscrito. Por esta razón, la responsabilidad social y la definición de políticas debe asumirse mucho más allá del simple conocimiento teórico conceptual, requiere involucrar además las empresas privadas, la cual incluye una responsabilidad social interna, ejercida sobre los trabajadores asociada a las condiciones de trabajo, la promoción del recurso humano, las medidas de salud y seguridad laboral, la participación de los trabajadores en la gestión empresarial; la cultura organizacional, los valores y principios éticos, pero además una responsabilidad social externa que va asociado al contexto social, al desarrollo sostenible, el medio ambiente y la calidad de vida del venezolano
Este enfoque deja a un lado la responsabilidad social en el ámbito laboral, y
discrepa con los planteamientos y adelantos realizados en España por cuanto define la responsabilidad social bajo otro contexto. En España, el Consejo Estatal de Responsabilidad Social de las Empresas (2008) define la responsabilidad social como un conjunto de compromisos de diversos orden económico, social y medioambiental adoptados por las empresas, las organizaciones e instituciones públicas y privadas que constituyen un valor añadido al cumplimiento de sus obligaciones legales, contribuyendo, a la vez, al progreso social y económico en el marco de un desarrollo sostenible.
La administración pública debe ser socialmente responsable, debe estar
estrechamente vinculada a los grandes objetivos estratégicos nacionales, debe ir asociado al interés y beneficio del colectivo, además toma más fuerza cuando se vincula a la gestión del cambio, al abordaje de los retos de la transversalidad, al ahorro económico y de recursos, al diálogo con los grupos de interés y la creación de confianza, a la dirección de los equipos humanos, a la contratación de servicios y al desarrollo de los valores internos.
Carlos Cueto y Marta de la Cuesta, autores del libro 'La Administración
Pública de la Responsabilidad Social Compartida señalan: "La gestión de la responsabilidad social es de interés público y no exclusivamente privado". Desde un punto de vista teórico, la administración pública debe enfocarse hacia una gestión socialmente responsable como factor diferencial o ventaja competitiva, para legitimar el poder a través de pruebas de su ejercicio de forma responsable, alinear la organización y sus procedimientos con los grupos de interés, Impulsar conductas éticas de las organizaciones frente a la sociedad. Y además permite reforzar la reputación, la legitimación y confianza ante la sociedad a través de una gestión responsable integral a nivel de transparencia y buen gobierno.
En definitiva, la administración pública es socialmente responsable porque
genera importantes transformaciones dentro de las instituciones gubernamentales, y contribuye a fomentar una cultura organizacional sustentada en valores que dignifiquen el trabajo y al hombre que lo ejecuta, beneficiándose no solamente el trabajador que disfrutara del ejercicio pleno de sus derechos laborales, sino también el entorno social.
Por lo tanto la responsabilidad social debe entenderse como una
contribución al desarrollo sostenible, con un enfoque de gestión que impulsa la competitividad y la cohesión social entre el estado- empresa- sociedad, es decir una responsabilidad social compartida que garantice una mejor gestión y el cumplimiento de las políticas públicas, en beneficio del interés colectivo.
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