Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
CORTAZAR
MARECHAL
SAER
PIGLIA
VIÑAS
SARMIENTO
BORGES
POESIA
CLASICOS
ESTETICAS
ENSAYOS
TEORIAS
CRONOPIOS - ISSN 1853-0869
ALMACEN DE LITERATURA Y ARTE
Directores
ROMULO MONTES
Consejo editorial
Editorial………………………………………………………………...4
Cortázar: „‟Circe‟‟………………………………………………........5
Viajeros: Sarmiento………..……………………………………..…38
Clásicos: Boccaccio………………………….....………….…….…77
Borges: poesía………….………………………………………….…80
Normas y convocatoria…………………………………………..…99
Contratapa………………………………….….…………………….101
Portada de este número: XUL SOLAR - Vuel Villa – 1936 (acuarela sobre papel)
And one kiss I had of her mouth, as I took the apple from her hand. But while I bit it, my brain
whirled and my foot stumbled; and I felt my crashing fall through the tangled boughs beneath her feet, and
saw the dead white faces that welcomed me in the pit.
Dante Gabriel Rossetti The Orchard-Pit
1
Fuente http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos
2
Ponencia presentada para la Cátedra Libre José Saramago, Facultad de Filosofía y Humanidades,
Universidad Católica de Córdoba, 2008.
3
SARAMAGO, José. Cuadernos de Lanzarote IV, Madrid, Alfaguara, 2003, pág. 35.
4
SARAMAGO, José. “Todos los Nombres“, Madrid, Alfaguara, 2003, pág. 28
5
BAUMAN, Zygmun. “Etica Posmoderna”, ”, Bs. As., Siglo XXI Editores, 2004, pág. 167
6
AUGE, Marc. “La vida como relato” (En: La dinámica global/local. Cultura y comunicación: nuevos
desafíos. R. Bayardo-M. Lacarriu (comps.), Bs. As., La crujía, 1999, pág. 173-184)
7
AUGE, Marc. op. cit., 1999.
8
BAUMAN, Zygmunt. Op.cit., 2004, pág. 168.
9
BAUMAN, Zygmunt. Op. cit. 2004, pág. 169.
10
SARAMAGO, José. “Todos los nombres”, Madrid, Alfaguara, 2003, pág. 275
11
BAUMAN, Zygmunt. Op. cit. 2004, pág. 176.
12
BAUMAN, Zygmunt. “Modernidad Líquida”, 7ma. Reimp. Bs. As., Fondo de Cultura Económica de
Argentina, 2006, pág. 104.
13
SARAMAGO, José. Op. cit. 2003, pág 241
14
KUNDERA, Milan. “Inmortality”, citado por Z. Bauman, Op. cit., 2004, pág. 179.
15
SARAMAGO, José. Op. Cit., 2003, pág. 249
16
SARAMAGO, José. “El cuento de la isla desconocida” en “Casi un objeto”, Bs. As., Alfaguara, 2003,
pág. 179.
Bibliografía
AUGE, Marc. “Los no-lugares. Espacios del anonimato”, Barcelona, Gedisa, 1992.
AUGE, Marc. “El oficio de antropólogo”, Barcelona, Gedisa, 2006.
AUGE, Marc. “El viajero subterráneo”, 2 ed., Barcelona, Gedisa, 1998.
AUGE, Marc. “La vida como relato “(En: La dinámica global/local. Cultura y comunicación:
nuevos desafíos. R. Bayardo-M. Lacarriu (comps.), Bs. As., La crujía, 1999, pág. 173-184)
BAUMAN, Zygmunt. “Ética Posmoderna”, Bs. As., Siglo XXI Editores, 2004.
BAUMAN, Zygmunt. “Modernidad Líquida”, 7ma. Reimp. Bs. As., Fondo de Cultura Económica
de Argentina, 2006.
PONCE, Mónica. “Espacios de identidad. Espacios de anonimato.” En “Indagaciones: ensayos
sobre la alteridad en la narrativa de José Saramago”, Córdoba, Universidad Católica de Córdoba,
2006
SARAMAGO, José. “Todos los nombres”, Madrid, Alfaguara, 2003.
SARAMAGO, José. “El cuento de la isla desconocida” en “Casi un objeto”, Bs. As., Alfaguara,
2003.
SARAMAGO, José. “Cuadernos de Lanzarote IV”, Madrid, Alfaguara, 2003.
Leopoldo Marechal
ELEGIA DEL SUR
1 de los días borrachos que danzaban
Cuatrero pañuelos blancos, sobre la loma de Maipú, en el tiempo
cuatro celestes: de las grandes cosechas?
cuatro colorados
¡Ay, como ayer tu corazón se engaña,
me dan la muerte.
centro del mediodía y de la tierra:
Has regresado a la juiciosa tierra
galopa sin quererlo hacia su llanto,
donde te llama un canto prisionero:
hoy como ayer y siempre!
allá, donde guitarras ofendidas
2
lloran tu desamor.
Esta la casa de la loma, el huerto
Porque tu voz no tiene inocencia que nunca fue negado paraíso:
ni el orgullo temple de otros días, junto al álamo verde has desmontado,
a la tierra frutal has regresado y se nublan tus ojos.
y a la casa del viento,
¡Ah, como una morada se derrumba
solo por ver si todavía es hora cuando le niega su puntual el hombre!
Nunca sabremos cómo fue James Joyce. De Gorman a Ellmann, sus biógrafos
oficiales, el progreso principal es únicamente estilístico: lo que el primero nos trasmite
con vehemencia, el segundo lo hace asumiendo un tono objetivo y circunspecto, lo
que confiere a su relato una ilusión más grande de verdad. Pero tanto las fuentes del
primero como las del segundo (entrevistas y cartas) son por lo menos inseguras, y
recuerdan el testimonio del «hombre que vio al hombre que vio al oso", con el
agravante de que para la más fantasiosa de las dos biografías, la de Gorman, el
informante principal fue el oso en persona. Aparte de las de este último, es obvio que
ni la escrupulosidad ni la honestidad de los informantes pueden ser puestas en duda, y
que nuestro interés debe orientarse hacia cuestiones teóricas y metodológicas.
En este orden de cosas, la objetividad ellmaniana, tan celebrada, va cediendo
paso, a medida que avanzamos en la lectura, a la impresión un poco desagradable de
que el biógrafo, sin habérselo propuesto, va entran do en el aura del biografiado,
asumiendo sus puntos de vista y confundiéndose paulatinamente con su subjetividad.
La impresión desagradable se transforma en un verdadero malestar en la sección
1932 1935, que, en gran parte, se ocupa del episodio más doloroso de la vida de
Joyce, la enfermedad mental de Lucía. Echando por la borda su objetividad, Ellmann,
con argumentos enfáticos y confusos, que mezclan de manera imprudente los
aspectos psiquiátricos y literarios del problema, parece aceptar la pretensión
demencial de Joyce de que únicamente él es capaz de curar a su hija. Cuando se trata
de meros acontecimientos exteriores y anecdóticos, no pocas veces secundarios, la
biografía puede mantener su objetividad, pero apenas pasa al campo interpretativo el
rigor vacila, y lo problemático del objeto contamina la metodología.
La primera exigencia de la biografía, la veracidad, atributo pretendidamente
científico, no es otra cosa que el supuesto retórico de un género literario, no menos
convencional que las tres unidades de la tragedia clásica, o el desenmascaramiento
del asesino en las últimas páginas de la novela policial.
17
"El concepto de ficción", publicado por Ariel. © 1997 J. J. Saer ©1997 Espasa-Calpe Argentina/Ariel
Fuente: www.literatura.org
El rechazo escrupuloso de todo elemento ficticio no es un criterio de verdad.
Puesto que el concepto mismo de verdad es incierto y su definición integra elementos
dispares y aun contradictorios, es la verdad como objetivo unívoco del texto y no
solamente la presencia de elementos ficticios lo que merece, cuando se trata del
género biográfico o autobiográfico, una discusión minuciosa. Lo mismo podemos decir
del género, tan de moda en la actualidad, llamado, con certidumbre excesiva, non-
fiction: su especificidad se basa en la exclusión de todo rastro ficticio, pero esa
exclusión no es de por sí garantía de veracidad. Aun cuando la intención de veracidad
sea sincera y los hechos narrados rigurosamente exactos (lo que no siempre es así)
sigue existiendo el obstáculo de la autenticidad de las fuentes, de los criterios
interpretativos y de las turbulencias de sentido propios a toda construcción verbal.
Estas dificultades, familiares en lógica y ampliamente debatidas en el campo de
las ciencias humanas, no parecen preocupar a los practicantes felices de la non-
fiction. Las ventajas innegables de una vida mundana como la de Truman Capote no
deben hacernos olvidar que una proposición, por no ser ficticia, no es
automáticamente verdadera.
Podemos por lo tanto afirmar que la verdad no es necesariamente lo contrario de
la ficción, y que cuando optamos por la práctica de la ficción no lo hacemos con el
propósito turbio de tergiversar la verdad. En cuanto a la dependencia jerárquica entre
verdad y ficción, según la cual la primera poseería una positividad mayor que la
segunda, es desde luego, en el plano que nos interesa, una mera fantasía moral. Aun
con la mejor buena voluntad, aceptando esa jerarquía y atribuyendo a la verdad el
campo de la realidad objetiva y a la ficción la dudosa expresión de lo subjetivo,
persistirá siempre el problema principal, es decir la indeterminación de que sufren no
la ficción subjetiva, relegada al terreno de lo inútil y caprichoso, sino la supuesta
verdad objetiva y los géneros que pretenden representarla. Puesto que autobiografía,
biografía, y todo lo que puede entrar en la categoría de non- fiction, la multitud de
géneros que vuelven la espalda a la ficción, han decidido representar la supuesta
verdad objetiva, son ellos quienes deben suministrar las pruebas de su eficacia. Esta
obligación no es fácil de cumplir: todo lo que es verificable en este tipo de relatos es en
general anecdótico y secundario, pero la credibilidad del relato y su razón de ser
peligran si el autor abandona el plano de lo verificable.
La ficción, desde sus orígenes, ha sabido emanciparse de esas cadenas. Pero
que nadie se confunda: no se escriben ficciones para eludir, por inmadurez o
irresponsabilidad, los rigores que exige el tratamiento de la verdad, sino justamente
Ricardo Piglia
EN OTRO PAIS18
Saber vender. Mi padre, dijo Ratliff, fue un narrador excepcional. Vendía
máquinas de coser por el campo. Andaba de un lado a otro, con un camioncito
entoldado y paraba en las chacras y se sentaba a la sombra de los tilos a conversar
con las mujeres que le ofrecían limonada. Era capaz de vender una máquina inservible
usando el arte hipnótico de la narración. Narrar, decía mi padre, es como jugar al
póker, todo el secreto consiste en parecer mentiroso cuando se esta diciendo la
verdad.
La voz cantante. Mi padre, dijo Steve, dice que la mejor historia del mundo es la
más fácil de contar. Conoce varias. Por ejemplo la historia de Randolph, un
agrimensor que anduvo levantando mapas por el Delta del Mississippi y se encontró
con un viejo que había estado escondido en las islas desde la época de la guerra.
Tenía casi setenta años y vivía en una balsa y se alimentaba de pescado. Su única
preocupación era un transmisor de onda corta que cuidaba más que a su alma. Parece
que durante la guerra había tenido problemas con el ejército norteamericano y
entonces se escondió en los pantanos y desde ahí transmitía sus mensajes en inglés y
en italiano. Uno de sus temas favoritos era la usura, el carácter satánico del dinero. Le
hablaba directamente al presidente de los Estados Unidos, que seguía siendo Truman
según el viejo. Cada tanto cambiaba de frecuencia para no ser interceptado por el FBI.
A veces cuando estaba muy borracho se ponía a cantar My darling Clementine
mientras la balsa navegaba por los riachos pantanosos.
La caza de elefantes. Si la literatura no existiera esta sociedad no se molestaría
en inventarla. Se inventarían las cátedras de literatura y las páginas de crítica de los
periódicos y las editoriales y los cóctailes literarios y las revistas de cultura y las becas
de investigación pero no la práctica arcaica, precaria, antieconómica que sostiene la
estructura. La situación actual de la literatura se sintetizaba, según Steve, en una
opinión de Roman Jakobson. Cuando lo consultaron para darle un puesto de profesor
18
Del libro "Prisión Perpetua" de Ricardo Piglia © 1988 Editorial Sudamericana
Fuente: www.literatura.org
David Viñas
19
"De Sarmiento a Dios", publicado en 1998. © 1998 Sudamericana.
Fuente http://www.literatura.org/Vinas/dvsarm.html
(…)
CHICAGO
Así llegué a Chicago. Vi la ciudad hercúlea en momento escogido. Preséntaseme
ahora en mis recuerdos, coronada y ceñida de luces, cual la vi en uno de sus días de
gala.
Cada día Chicago toma más y más el rango de centro y capital de los Estados Unidos.
La gran convención republicana para nombrar presidente reuniose allí. Hanse reunido
varios que llamaremos concilios religiosos y están citados en agosto quinientos
hombres de ciencia, de la asociación que tiene por objeto promoverla y de que soy
miembro honorario.
Llegaban a la sazón, de Wurtemberg, Viena, Francfort, Berlín y de cada ciudad
de los Estados Unidos, por centenares y por millares, los alemanes, para celebrar una
Sangerfest. Mil quinientas voces ejecutaron una de esas composiciones musicales que
han constituido la nacionalidad alemana.
Ni la lengua servía de vínculo a los pueblos separados por reyes, emperadores,
obispos, abades, electores que los dividieron como rebaños. Hay alto y bajo alemán,
alemán del sur y del norte.
¿Dónde está la nacionalidad alemana? Ni en Prusia, ni en Austria, aunque la preparó
la Grande Opera de Sadowa con acompañamiento de mil cañones. La música, pues,
fue el órgano nacional de los alemanes; y en América, la música y la cerveza son
signos de reconocimiento. Este concierto monstruo de Chicago, con los delegados de
Europa, presentaba el más solemne espectáculo. Los antiguos tuvieron sus
solemnidades parecidas, en los templos únicos de un culto. Una calle State Street,
estaba decorada de verdura para darles la bienvenida.
Chicago es célebre por su cerveza, y el partido republicano en Nueva York
perdió 50.000 votos alemanes por haber prohibido beber el día domingo. ¡Cuánta
cerveza bebieron 40.000 alemanes en tres días! Yo iba con mi secretario a las once de
20
Fuente: proyectosarmiento.org
ANN ARBOR
Habíamos prometido hallarnos en el commencement de la Universidad de
Michigan. El 34, terminados los previos ejercicios, la comitiva de profesores,
estudiantes y convidados se dirigió a un templo preparado al efecto; en la plataforma,
el presidente tenía a la izquierda al general Pope y la derecha me estaba designada a
mí. Entre los nombres de los que recibían el grado de doctor en leyes, fue pronunciado
el mío por el presidente, con un breve discurso en que hacía valer mis buenos
servicios a la causa de la educación en la América. — Recuerdo que en Chile durante
quince años, y en mi país en ocho, mi nombre no aparece en los documentos públicos.
Yo soy un antiguo conocido de la universidad de Michigan y su biblioteca contiene
media docena de mis escritos. Soy, pues, doctor, como Longfellow, John Stuart Mili y
otros que lo eran cada uno en su ramo. Si de leyes sobre educación se trata y de
tierras...
CAMBRIDGE
En otro trip hice una excursión a Boston... Era la semana santa de la Nueva
Inglaterra, en que se reúnen todas las sociedades filantrópicas y religiosas, a darse
cuenta de los trabajos del año, a cobrar nuevos bríos para la obra del año que
principia.
WASHINGTON
Tenía que despedirme del presidente por escrito, ya que no tengo carta de
retiro. A Mr. Seward dije lo que necesitaba para satisfacerlo por no haber residido en
Washington. Si la misión de un diplomático es cultivar las buenas relaciones, yo he
llenado la mía con superabundancia. No se estima lo que no se conoce; y yo he
consagrado el dinero que otro habría invertido en comidas y carruaje, en recorrer los
Estados Unidos, estudiar sus instituciones, visitar sus establecimientos públicos,
mezclarme con su pueblo, mientras el cuerpo diplomático juega al tresillo en
Washington.
No sólo los ministros europeos ignoran lo que son los Estados Unidos, después de
diez años de residencia, sino que los de Sud América no vuelven más adelantados.
Yo haré conocer este país en el mío y sus relaciones serán siempre simpáticas.
Como era de esperarlo, visité a Henry Barnard en el Departamento de
Educación. Mis cartas al senador Sumner, la primera pedida por él, la segunda
sugerida por la inspección de los preciosos documentos que va a publicar el
Departamento, si tienen el éxito que Barnard y Sumner le auguran, habrán salvado
esta institución en Norte América y héchola productiva de bien en la del Sur. Llegarále
a cada nación de las nuestras un cajón de libros que yo les mando y harán de ellos lo
que han hecho de Ambas Américas; predicar en el desierto.
Encontré al ministro Matías Romero de Méjico, que me contó cómo el ministro
de Instrucción Pública de su país, había prometido subscribirse a ¡cuatro ejemplares!
de aquella publicación para todo Méjico; pero que ya estaba arreglado con Juárez que
serían 200. ¡La cebada al rabo! — Dígale que soy más rico que Méjico, pues he
podido gastar tres mil duros. Que lea el artículo que le consagro y donde le hago la
justicia de reconocer qué clase de borrico había de ser el tal ministro de instrucción.
Arturo Firpo
21
Cahiers du CRICCAL, Nº 9/10 – París Presses de la Sorbonne Nouvelle 1990–1992 2 vol.
Fuente: catedra, „‟Revistas, Culturas y Vanguardias. Problemas y perspectivas entre las décadas de 1920
y 1970‟‟, de la U. N. Q.
Rómulo Montes
22
Del Libro de los evangelios, de Otto III, Biblioteca Nacional Bávara, Múnich
Conclusiones
Podemos decir entonces que en esta época, los conceptos de belleza y verdad,
se encuentran fuertemente condicionadas por la idea de pequeñez que siente el
hombre ante Dios, su único refugio posible en este mundo violento e impredecible,
ante el caos creado por el mal.
Esta presencia de lo sagrado implica que el artista debe ser mediado en su
producción, no puede crear belleza sino es dirigido por la mano de lo divino y hacia lo
divino, no hay autonomía, hasta podemos decir que no hay intención creativa
autónoma. Para el artista medieval, aunque conozca las técnicas antiguas y presienta
la belleza en la naturaleza, la intención nace de la necesidad del hombre de ser guiado
hacia la verdadera belleza, la belleza que no se puede contemplar en un mundo
sensible, la belleza de la idea de Dios.
Existe por ello una fuerte carga simbólica en las producciones artísticas, carga
simbólica que significa la imposibilidad de exponer la verdadera belleza, la verdad de
la existencia de Dios.
BIBLIOGRAFIA
CASULLO Nicolas , „‟Carpeta de trabajo‟‟, unidades I y II, catedra AEHO, UNQ, Bernal, 2000
PLATON , „‟Ion‟‟ , en Dialogos I , Gredos , Madrid, 1992
TRIAS , E. „‟La produccion y el deseo‟‟, en ‟‟ El artista y la ciudad , Anagrama, 1997
PANOFSKY, E. , „‟ cap. I y II „‟ ,en‟‟Estudios sobre iconografia‟‟, Alianza, Madrid ,1972
ECO, Humberto , „‟Arte y belleza en la estetica medieval „‟ , cap 2. , Lumen, Barcelona, 1997
¡TUCUMAN ARDE!
1968 pareciera ser ese ―punto cero‖ al que siempre volvemos: arte, política,
movimientos estudiantiles, huelgas obreras, represiones, revoluciones, cordobazos,
bastones largos, onganiatos y parisinos; y la lista podría seguir, en una contradictoria y
enmarañada mezcla de acontecimientos que hace de ese año un punto de inflexión.
1968. Aquí volveremos en las siguientes líneas, abriendo discusiones en torno a
un acontecimiento artístico-político ocurrido durante ese año, conocido con el nombre
de Tucumán Arde.
En el presente escrito realizaremos un racconto de las acciones realizadas bajo
el proyecto Tucumán Arde, intentando analizar la importancia que tuvieron las mismas
para el desarrollo del arte de vanguardia argentino durante los años sesenta, ligado a
la politización del arte. Además cuestionaremos sobre las consecuencias de Tucumán
Arde respecto al arte actual, la vigencia de estas prácticas en la sociedad
contemporánea: a mas de cuarenta años, y retomando a Ana Longoni, ¿Tucumán
seguirá ardiendo? Para ensayar posibles posturas y conclusiones, volvamos al
principio…
1968.
Los años sesenta han sido prolíferos, complejos y conflictivos por una importante
cantidad de factores políticos, sociales, culturales y económicos que se conjugaron de
maneras particulares dando como resultado escenarios diversos, problemáticos y
muchas veces difíciles de abordar. En este marco se desarrolló Tucumán Arde: un
proyecto realizado por artistas, economistas, intelectuales y sociólogos que buscaba
generar espacios de contra-información donde denunciar la situación en que vivía la
provincia de Tucumán luego del cierre de los ingenios azucareros. Realizando una
fuerte investigación basada en estadísticas, con trabajos de campo, y desde un
accionar interdisciplinario, tenían como objetivo llevar hasta Buenos Aires y Rosario la
situación tucumana que los grandes medios de comunicación, digitados por el
gobierno y los poderes económicos, ocultaban.
23
Experiencias ’68 fue la segunda exposición de arte experimental organizada por el Instituto Di Tella, en
la cual los artistas recibían una beca por parte de la institución, lo que les permitía realizar las obras que
luego se exhibían. Durante el desarrollo de las Experiencias ’68 la instalación El baño (1968) de Roberto
Plate fue clausurada, debido a que el público la intervino con graffitis, y el gobierno lo consideró como
una agresión y falta de respeto a la figura del ejecutivo. Luego de la clausura, y como gesto de protesta, el
resto de los artistas participantes resolvieron sacar sus obras a la calle y destruirlas como medida de
protesta en respuesta a la censura. Ver: KING, John, El Di tella y el desarrollo cultural argentino en la
década del ’60, Bs. As., Gaglianone, 1985.
24
LONGONI, Ana y MESTMAN, Mariano, Del Di Tella a Tucumán Arde. Vanguardia artística y
política en el 68 argentino, Bs. As., Ed. Eudeba, 2008, pág. 38.
25
Ver: BOURDIEU, Pierre y DARBEL, Alain, El amor al arte. Los museos europeos y su públicos, Bs.
As., Ed. Paidós, 2004; o BOURDIEU, Pierre, Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo
literario, Barcelona, Editorial Anagrama, 2005.
26
GIUNTA, Andrea, Vanguardia, internacionalismo y política. Arte argentino en los año sesenta, Bs.
As., Ed. Paidós, 2001, pág. 34-35.
27
GRAMUGLIO y ROSA, Artistas de vanguardia responden con Tucumán Arde (extracto de Manifiesto,
3 de noviembre de 1968), en Transatlántico nº 5, invierno 2008, en www.ccpe.org.ar
28
RENZI, Juan Pablo, 4 hojas manuscritas de Carpeta de Escritos, en www.juanpablorenzi.com
29
RIZZO, Patricia, Instituto Di Tella. Experiencias ’68, Bs. As., Ed. Fundación Proa, 1998.
30
LONGONI, Ana, Tucumán sigue ardiendo, en Brumaria n° 5: la imaginación, política radical,
Barcelona, 2005.
31
Córdoba es escenario de una multiplicidad de acciones e intervenciones en el espacio público: el
creciente movimiento graffitero; Crisalida, con sus instalaciones en diversas plazas de la ciudad; Circo en
Escena, y sus presentaciones callejeras; X, susurrando historias a los transeúntes; o los cuenta-cuentistas
X que hacen más placentero el viaje en colectivo; por solo mencionar algunas de las variadas expresiones
artísticas que se llevan a cabo actualmente en el espacio público cordobés.
Giovanni Boccaccio
El judío Melquisedec evita con una historia de tres anillos un gran peligro que Saladino le había
preparado.
Cuando Neifile hubo terminado su cuento, en medio de los aplausos de todos,
cumpliendo las órdenes de la reina, empezó Filomena a hablar así:
–La historia contada por Neifile me trae a la memoria el singular caso acaecido
en otro tiempo a un judío; puesto que bastante se ha dicho ya de Dios y de la verdad
de nuestra religión, no deberemos desdeñarnos de descender ahora a los
acontecimientos y a los actos de los hombres; os referiré una historia que, después de
que la hayáis oído, tal vez os haga ser más cautas en contestar a las preguntas que se
os hicieren. Vosotras, mis cariñosas compañeras, debéis saber que así como la locura
saca con frecuencia de un estado feliz a unos y sume a los otros en una miseria
extrema, así la sensatez saca al sabio de innumerables peligros y le pone en grande y
seguro reposo. Y de que sea cierto que la locura lleva a veces de un estado feliz a la
miseria, muchos ejemplos se han visto que no es cosa nuestra relatar ahora, teniendo
en cuenta que cada día se presentan mil de esos efectos. Mas de que la sensatez sea
motivo de consuelo voy a demostrároslo brevemente, cual, os lo he prometido, por
medio de una historieta.
Saladino, cuyo valor fue tan grande que no solamente de hombre insignificante
le hizo sultán de Babilonia, sino que además lo hizo alcanzar muchas victorias sobre
los reyes sarracenos y cristianos, habiendo gastado todo su tesoro en diversas
guerras y en sus incomparables magnificencias, y haciéndole falta para un
compromiso que le había sobrevenido, una buena suma de dinero, y no viendo de
dónde poder sacarlo tan pronto como lo necesitaba, acudióle a la memoria un
acaudalado judío llamado Melquisedec, que prestaba con usura en Alejandría, y creyó
que éste tendría medio de servirlo, con tal de que quisiera; mas era tan avaro, que de
su propia voluntad jamás lo habría hecho, y el sultán no quería emplear la fuerza; por
lo cual, apremiado por la necesidad y decidido a encontrar la manera de que el judío le
sirviese, decidióse a emplear una artimaña que tuviese las apariencias de razonable. Y
habiéndole mandado llamar y recibiéndole con familiaridad, le hizo sentar a su lado, y
Giovanni Boccaccio
Poeta y humanista italiano, Boccaccio probablemente nació en París aunque sea un hecho muy
discutido, hijo ilegítimo de un comerciante florentino y una noble francesa. Criado en Florencia, fue
enviado a estudiar el arte del comercio a Nápoles, hacia el 1323. Abandonó la contabilidad por el Derecho
Canónico y éste por los estudios clásicos y científicos. Formó parte de la corte de Roberto de Anjou, rey
de Nápoles.
A su regreso a Florencia, hacia 1340, Boccaccio desempeñó varios cargos diplomáticos con el
gobierno de la ciudad, y en 1350 conoció al gran poeta y humanista Petrarca, con el que mantuvo una
estrecha amistad hasta la muerte de Petrarca en 1374.
La obra más importante de Boccaccio es El Decamerón, que empezó en 1348 y terminó en 1353.
Esta colección de cien relatos ingeniosos, alegres, se desarrolla en un marco concreto: un grupo de
amigos educados, afortunados y discretos, siete mujeres y tres hombres, para escapar a un brote de
peste se refugian en una villa de las afueras de Florencia. Allí se entretienen unos a otros durante un
periodo de diez días (de ahí el título) con una serie de relatos contados por cada uno de ellos por turno. El
relato de cada día termina con una canzone, una canción para bailar entonada por uno de los narradores;
estas canciones representan algunas de las muestras más exquisitas de la poesía lírica de Boccaccio. Al
terminar el cuento número cien, los amigos vuelven a sus casas de la ciudad. El Decamerón es la
primera obra plenamente renacentista ya que se ocupa sólo de aspectos humanos y sin hacer mención a
temas religiosos y teológicos. Es notable por la riqueza y variedad de los cuentos, que alternan entre la
solemnidad y el humor; por la brillantez de su escritura, y por su penetrante análisis de los personajes. En
esta obra Boccaccio reunió material de muchas fuentes: fabliaux franceses, clásicos griegos y latinos,
relatos populares y observaciones de la vida italiana de su época.
Entre los otros escritos de Boccaccio se cuentan Il Filocolo (1336), Elegía de Madonna
Fiammetta (1344), Il Corbaccio (1354), Filostrato (1338) y la Teseida (1340-1341). También escribió
una vida de Dante, con un comentario de la Divina Comedia, y varias obras eruditas, científicas y poéticas
en latín, entre ellas De Claris Mulieribus (1360-1374).
© eMe http://www.epdlp.com
UNA BRÚJULA32
32
Los cuatro poemas han sido extraidos del librode poemas „‟El otro, el mismo‟‟, (1964)
Fuente http://www.literatura.us/borges/elotro.html
EDIPO Y EL ENIGMA
I
YA NO ES mágico el mundo. Te han dejado
Ya no compartirás la clara luna
Ni los lentos jardines. Ya no hay una
Luna que no sea espejo del pasado,
Cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
Que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
La fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde (repites vanamente)
Sino lo que no tiene y no ha tenido
Nunca, pero no basta ser valiente
Para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
Y te puede matar una guitarra.
II
YA NO SERÉ feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
Un instante cualquiera es más profundo
Y diverso que el mar. La vida es corta
Y aunque las horas son tan largas, una
Oscura maravilla nos acecha,
La muerte, ese otro mar, esa otra flecha
Que nos libra del sol y de la luna
Y del amor. La dicha que me diste
Y me quitaste debe ser borrada;
Lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo me queda el goce de estar triste,
Esa vana costumbre que me inclina
Al sur, a cierta puerta, a cierta esquina.
Terry Eagleton
Una introducción a la teoría literaria33
En caso de que exista algo que pueda denominarse teoría literaria, resulta
obvio que hay una cosa que se denomina literatura sobre la cual teoriza.
Consiguientemente podemos principiar planteando la cuestión: ¿qué es literatura?
Varias veces se ha intentado definir la literatura. Podría definírsela, por
ejemplo, como obra de ―imaginación‖, en el sentido de ficción, de escribir sobre algo
que no es literalmente real. Pero bastaría un instante de reflexión sobre lo que
comúnmente se incluye bajo el rubro de literatura para entrever que no va por ahí la
cosa. La literatura inglesa del siglo XVII incluye a Shakespeare, Webster, Marvell y
Milton, pero también abarca los ensayos de Francis Bacon, los sermones de John
Donne, la autobiografía espiritual de Bunyan y aquello –llámese como se llame– que
escribió Sir Thomas Browne. Más aún, incluso podría llegar a decirse que comprende
el Leviatán de Hobbes y la Historia de la rebelión de Clarendon. A la literatura francesa
del siglo XVII pertenecen, junto con Corneille y Racine, las máximas de La
Rochefoucauld, las oraciones fúnebres de Bossuet, el tratado de Boilean sobre la
poesía, las cartas que Madame de Sevigné dirigió a su hija, y también los escritos
filosóficos de Descartes y de Pascal. En la literatura inglesa del siglo XIX por lo
33
Fuente: catedra de Introduccion a la Literatura - UNQ
34
Cf. M. I. Steblin-Kamenskij, The Saga Mind (Odense, 1973)
35
Cf. Lennard J.Davis, “A Social History of Fact and Fiction: Authorial Disavowal in the Early English
Novel”, en Edward W.Said (comp.). Literature and Society (Baltimore y Londres, 1980).
3
The Theory of Literary Criticism: A Logical Analysis (Berkeley, 1974). pp. 37-42.
Julio Cortazar
Antes, Después
CORDOBA - ARGENTINA