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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE MEDICINA HUMANA

TEMA : INFECCIONES VULVOVAGINALES

ASIGNATURA : GINECOLOGIA

DOCENTE RESPONSABLE : DR. JUAN WONG DEL CARPIO

ALUMNO : CARO MEZA MARCOS

CICLO : XI

2014
DEDICATORIA

A Dios y a nuestros padres, gracias por todo su cariño,

comprensión y confianza que nos depositan día a día para

salir adelante en este proceso de formación

académica.
AGRADECIMIENTO

A nuestra docente :

Por su enseñanza, dedicación y paciencia que tiene

Hacia cada uno de nosotros

Y a todos aquellos que aportaron y formaron parte de esta monografía


INDICE DE CONTENIDO

Dedicatoria

Agradecimiento

Introducción………………………………………….... 5

MARCO TEORICO

1.1.- Fisiología vaginal …………………………..……7


1.2.- Vaginosis bacteriana…………………………….8
1.3.- Vulvovaginitis por cándida……………………..11
1.4.- Tricomoniasis……………………………………15

ESQUEMA GENERAL ………………………………..21

CONCLUSIONES …………………………………......22

BIBLIOGRAFIA…………………………..….…………24
INTRODUCCIÓN

Todas las infecciones del aparato genital femenino presentan una


sintomatología que puede ser común, como disuria, polaquiuria, prurito
vulvar, dispareunia y leucorrea. Resulta muy difícil distinguir dichas
infecciones entre sí solo sobre la base de la sintomatología, siendo
absolutamente necesario fundamentarse en la exploración y el estudio
microbiológico para establecer el diagnóstico.

Ante una mujer con sintomatología de infección del tracto urogenital inferior
se debe intentar:

1. Diferenciar si existe cistitis, uretritis, vaginitis o cervicitis.

2. Conocer la etiología precisa para establecer una terapéutica


adecuada.

3. Excluir la existencia de infecciones superiores (pielonefritis,


endometritis, enfermedad pélvica inflamatoria).

4. En caso de no observarse infección, establecer si las molestias son


funcionales o psicosomáticas.

La leucorrea puede deberse a una infección vaginal o cervicitis


mucopurulenta (CMP).

Para establecer el diagnóstico se requiere una exploración cuidadosa de la


paciente y un estudio del exudado vaginal y cervical que comprende: pH,
examen microscópico

en fresco y prueba de las aminas; Gram del exudado; cultivos de cérvix para
Chlamydia y N. gonorrhoeae y citología.

La infección vaginal se caracteriza habitualmente por la existencia de


exudado vaginal, picor vulvar e irritación; también puede detectarse olor

5
vaginal . Las tres causas más frecuentes de infección vulvovaginal son la
vaginitis por Trichomonas vaginalis, la vaginitis candidiásica y la vaginosis
bacteriana (VB). Estas dos últimas infecciones no suelen tener el carácter de
enfermedad de transmisión sexual (ETS), pero las consideramos aquí por
ser cuadros que se diagnostican frecuentemente en mujeres atendidas en
las clínicas de ETS.

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 MARCO TEORICO

Fisiología Vaginal

Las secreciones vaginales normales están compuestas por secreciones vulvares de


las glándulas sebáceas, sudoríparas, de Bartholin y de Skene locales, el trasudado
proveniente de la pared vaginal, las células vaginales y cervicales exfoliadas, el
moco cervical, los líquidos endometriales de los oviductos y los microorganismos y
sus productos metabólicos.

El tejido descamativo vaginal está constituido por células epiteliales de la mucosa


que reaccionan a las cantidades variables de estrógeno y progesterona. Las células
superficiales, tipo predominante en las mujeres en edad reproductiva, lo son cuando
hay estimulación estrogénica. Las células intermedas predominan durante la fase
lútea a causa de estimulación progestágena. Las células parabasaales predominan
en ausencia de cualquiera de estas hormonas, y este trastorno puede encontrarse
en mujeres posmenopáusicas que no están recibiendo tratamiento de restitución
hormonal.

La flora vaginal normal es predominantemente aerobia, con un predominio de seis


especies diferentes de bacterias, la más frecuente de ellas son los lactobacilos
productores de peróxido de hidrógeno. La microbiología de la vagina depende de
factores que afectan a la capacidad de las bacterias para sobrevivir. Estos factores
incluyen el pH vagina y la disponibilidad de glucosa para el metabolismo bacteriano.
El pH vaginal normal es menor de 4.5 (3.5 – 4.5) y se conserva gracias a la
producción de ácido láctico. Las células epiteliales vaginales estimuladas por los
estrógenos son ricas en glucógeno. Estas células desintegran el glucógeno hasta
convertirlo en monosacáridos, que a su vez se pueden convertir después en ácido
láctico por acción de los lactobacilos.

Las secreciones vaginales normales son de consistencia flocular y de color blanco,


y suelen estar localizadas en la porción más baja de la vagina (fondo de saco

7
posterior). Se puede realizar estudio microscópicos de una secreción vaginal
aplicando la muestra sobre una laminilla con solución salina. Normalmente se
encontraría: células epiteliales superficiales, pocos leucocitos (<1 por célula
epitelial) y pocas “células pistas” (“clue cells”). Las células pistas son células
epiteliales vaginales superficiales con bacterias adheridas, por lo general,
Gardnerella vaginalis, que deforman el borde celular ondulado y casi siempre se ven
al microscopio. Puede agregarse hidróxido de potasio (KOH), que en presencia de
flora vaginal normal no daría olor a aminas. La coloración de Gram revelará que las
células epiteliales superficiales normales tienen este aspecto, y predominan los
bastoncillos grampositivos (lactobacilos).

VAGINOSIS BACTERIANA

La vaginosis bacteriana (VB) es una condición caracterizada por el reemplazo de los


lactobacilos vaginales con otras bacterias, sobre todo microorganismos
anaeróbicos, tales como Gardnerella
vaginalis y Prevotella, Peptostreptococcus y Bacteroides spp. Se identifica con una
prevalencia que oscila entre el 10 - 40%%, de acuerdo a diferentes estudios, y se
considera la infección vaginal más frecuente .
Cabe mencionar que un número importante de investigadores considera a la
vaginosis bacteriana como un complejo desequilibrio microbiano, no como una
infección.

La vaginosis bacteriana afecta a millones de mujeres en edad reproductiva. Está


asociada a diversos problemas, tales como parto prematuro, enfermedad
inflamatoria pélvica y endometritis posparto y postaborto, así como a un aumento en
la susceptibilidad a diversos patógenos causantes de infecciones de transmisión
sexual (ITS): Neisseria gonorrhoeae, Trichomonas vaginalis,Chlamydia trachomatis,
virus del papiloma humano y virus de la inmunodeficiencia humana, y otras
infecciones como candidiasis.

Varias conductas de riesgo asociadas a infecciones de transmisión sexual coinciden

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en la vaginosis bacteriana. Sin embargo, las ITS típicas involucran habitualmente a
un solo agente etiológico, con rutas claras de infección, en tanto que la VB involucra
a múltiples microorganismos, la mayoría de los cuales puede detectarse, en bajas
cantidades, en mujeres sin vaginosis.

 Etiología.

En las mujeres que experimentan vaginosis bacteriana, sin embargo, la


concentración de bacterias anaerobias (bacteroides, peptococos,
peptoestreptocosos), lo mismo que Gardenerella vaginalis, Mycoplasma hominis y
Mobiluncus, es 100 a 1000 veces más elevada que en mujeres normales. No suelen
tener lactobacilos.

No se sabe lo que desencadena el trastorno de la flora normal. Se ha postulado que


desempeña una función la alcalinización repetida de la vagina, que se produce con
el coito frecuente o con el empleo de duchas vaginales. Una vez que desaparecen
los lactobacilos productores de peróxido de hidrógeno, será difícil restaurar la flora
normal y será frecuente la recurrencia de la vaginosis bacteriana.

 Secuelas.

En numerosos estudios se ha demostrado una relación entre la vaginosis bacteriana


y secuelas adversas importantes. Las mujeres con VB está bajo riesgo
incrementado de sufrir enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), EIP subsecuente al
aborto, infecciones posoperatorias de manguito vaginal después de histerectomía y
citología cervical anormal. Las mujeres embarazadas con VB están en peligro de
ruptura prematura de membranas, trabajo de parto y parto antes del término,
corioaminioitis , y endometritis subsecuents a operación cesárea. No se sabe si la
investigación de la VB y el tratamiento de la misma disminuiría el riesgo de estas
secuelas adeversas.

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 Diagnóstico.

1. Olor vaginal a pescado, particularmente notable después del coito, y


descarga vaginal.

2. Secreciones vaginales que son del color grisáceo y que cubren con una capa
muy delgada las paredes vaginales.

3. Valor pH de estas secreciones > 4.5 (4.7 – 5.7).

4. Microscopía de las secreciones vaginales que revela aumento del número de


“células pistas”, y leucocitos notablemente ausentes. En los casos
avanzados de VB más del 20% de células epiteliales son células pistas.

5. La añadidura de KOH a las secreciones vaginales (prueba de las aminas)


descarga un olor tipo amínico a escado.

 Tratamiento.

De manera ideal, el tratamiento de la VB debe inhibir el crecimiento de las bacterias


anaerobias pero no de los lactobacilos vaginales.

Alternativas terapéuticas:

1. Metronidazol (oral). Antibiótico con actividad excelente contra los


microorganismos anaerobios pero con actividad deficientes contra los
lactobacilos, es el fármaco de elección para tratar la VB. Dosis: 500 mg PO
dos veces al día por 7 días. Se aconsejará a las pacientes que eviten la
ingestión de alcohol durante el tratamiento con metronidazol y durante 24
horas luego de la interrupción. Tasa global de curación: 95%. Un régimen
alternativo consiste en una sola dosis oral de 2g de metronidazol (curación:
84%).

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2. Metronidazol (gel). Se pone un aplicador lleno intravaginal dos veces al día
durante cinco días.

3. Clindaminicina (oral). Se administra 300 mg PO dos veces al día por siete


días.

4. Clindamicina (crema vaginal).

No se ha demostrado que el tratamiento del compañero sexual mejore la reacción


terapéutica, por lo que no se recomienda.

VULVOVAGINITIS POR CANDIDA

La candidiasis vulvovaginal (CVV) es una vaginitis sintomática –que a menudo


implica a la vulva– causada por hongos del género Candida, principalmente C.
albicans (85-90% de los casos) . Su tratamiento origina costes elevados y, la
frecuente automedicación, puede dificultar el tratamiento de otras condiciones
clínicas de distinta etiología . Supone la segunda causa más frecuente de vaginitis,
estimándose que el 50-75% de las mujeres sufren al menos un episodio durante su
vida; y de éstas, un 25% desarrollarán CVV recurrente .

Los síntomas predominantes son prurito y descarga vaginal anormal (mínima,


acuosa o más densa y blanquecina), a los que puede asociarse dolor durante la
micción y el coito . Su aparición parece deberse a la proliferación de Candida, que
previamente coloniza la vagina sin causar sintomatología. Entre los factores de
riesgo de sufrir CVV se incluyen:

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embarazo, diabetes mellitus y el uso de antibióticos sistémicos. Aunque se ha
señalado la utilización de diversos tipos de contraceptivos como factor de riesgo, su
papel en el desarrollo de CVV no está bien definido.

Factores de riesgo

Los factores usualmente identificados como asociados a la infección de la vagina


por hongos son el uso de antibióticos de amplio espectro, embarazo, uso de
anticonceptivos orales o incluso en algunos trabajos se menciona al uso de
dispositivos intrauterinos, como factor asociado.

Asimismo, la diabetes y las infecciones por VIH deben de ser consideradas dentro
de este grupo.

La razón de esta asociación está bien determinada en el caso de la diabetes, ya


que es bien conocido que la glucosa en las secreciones vaginales se encuentra
incrementada y esta condición predispone el crecimiento y la adhesión del cándida,

sobreviniendo la infección.

Los síntomas típicos de la CVV consisten en prurito vulvar acompañado de


secreción vaginal, que se parece, por sus características, al requesón. Sin
embargo, la secreción puede variar entre acuosa y densa, de manera homogénea.

Puede haber dolor vaginal, dispareunia, ardor vulvar e irritación.

Puede ocurrir disuria externa, cuando la micción produce exposición del epitelio
vulvar y vestibular inflamado a la orina.

El examen revela eritema y edema de los labios y la piel vulvar. Puede encontrarse
lesiones pústulopapulosas periféricas definidas.

Quizás la vagina se encuentre eritematosa y con una secreción blanquecina


adherente. El pH vaginal suele ser normal. La ‘prueba de olor’ o de Whiff es
negativa.

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ETIOPATOGENIA

Las especies comúnmente asociadas a la infección vaginal por cándida son C.


albicans, C. glabrata, C. tropicalis, C. krusei y C. guillermond.

Hay que tener en cuenta la existencia de más de 100 diferentes especies de


cándida e incluso, el C. albicans, la especie más frecuente, tiene más de 200 cepas
distintas.

La gama es bastante amplia. Aproximadamente, 85% a 90% de las CVV es debido


a C. albicans. La incidencia de no-albicans, principalmente C. glabrata, está en
auge y puede ser la causa de CVV recurrente y resistente a drogas.

DIAGNÓSTICO

Los síntomas de CVV incluyen prurito, descenso vaginal, dolor vaginal, dispareunia
y disuria externa. El diagnóstico de candidiasis se puede hacer mediante
inspección visual, determinación del pH vaginal, microscopía, Papanicolaou, prueba
de látex y cultivo de secreción cervicovaginal.

Inspección visual

El flujo vaginal de una real infección por hongos puede tener diferentes apariencias.
Puede estar ausente, o muy discreto, o muy fluido, blanco, con presencia de placas
en la pared vaginal, típicamente como ‘requesón’. Se debe de sospechar de
cándida si la paciente tiene un rash geográfico simétrico en la vulva o en el área
perineal.

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Una forma algo atípica de presentación del cándida es aquella paciente que tiene
una irritación inexplicable y disconfort o aquella sin historia de dispareunia que
inicia molestias de quemazón intra o poscoital, irritación, disconfort. Este problema
suele presentarse en mujeres peri y posmenopáusicas.

pH vaginal

La determinación del pH vaginal sin duda es de utilidad. Un pH normal(<4,5)


esencialmente descarta la posibilidad de vaginosis y debe de buscarse la presencia
de hongos en la secreción o considerar que todo se encuentra dentro de límites
normales. Un pH mayor a 4,5 sugiere vaginosis bacteriana, tricomoniasis o
endocervicitis mucopurulenta.

TRATAMIENTO

El objetivo principal del tratamiento es aliviar los síntomas. La mayoría de los


autores entienden por “curación” la completa remisión de la sintomatología junto a
cultivos negativos de Candida, Se dispone de diversos preparados para el
tratamiento de la CVV. Aunque la nistatina intravaginal puede ser eficaz en el
tratamiento de la CVV, según los ECR realizados la nistatina(a dosis de 100.000-
200.000 UI, durante 12-14 días) parece menos eficaz que los imidazoles
intravaginales ; siendo la proporción de recurrencias mayor con nistatina. Otro
ECR, con escaso número de pacientes, evaluó la eficacia de la nistatina (crema
intravaginal a dosis de 1 millón de UI, una vez al día, durante 7 días) frente a
clotrimazol (100 mg, durante 14 días), no observándose diferencias significativas
entre ambos tratamientos . Sus efectos adversos suelen ser ocasionales, leves y

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transitorios (vaginitis, prurito vaginal, sensación de quemazón) Los imidazoles
intravaginales son considerados actualmente el tratamiento de elección de la CVV .
No parecen existir diferencias significativas entre los diferentes imidazoles
intravaginales, ni entre las distintas pautas de tratamiento . La mayoría de las
pacientes no suelen experimentar efectos adversos a esta terapia, siendo los más
frecuentes los de tipo local: prurito, irritación, sensación de quemazón. La
sensación de ardor del epitelio de la vulva se debe a los metabolitos de la Candida,
mientras que la fuente de infección está en la vagina; por ello, la aplicación de
antifúngicos en la vulva es ineficaz y además puede causar dermatitis de contacto.

Entre los derivados imidazólicos orales, itraconazol, ketoconazol y fluconazol han

mostrado su eficacia mejorando la sintomatología . Se han realizado diversos ECR


comparativos de imidazoles orales frente a los de administración intravaginal,
incluso en monodosis, observándose que no existen diferencias significativas de
eficacia en el tratamiento de CVV no complicada .

En cuanto a su seguridad, el fluconazol e itraconazol orales pueden causar


náuseas, cefalea y dolor abdominal . Aunque se estima que el riesgo es muy bajo,
se han notificado algunos casos de hepatitis fulminante por ketoconazol oral , por lo
que algunos autores recomiendan vigilar la función hepática, especialmente en
caso de tratamiento prolongado .

Tras completar el tratamiento con imidazoles (orales o tópicos), se estima que se


obtienen cultivos negativos en el 80-90% de las mujeres. Debe aconsejarse a las
pacientes que consulten nuevamente en caso de persistencia o recurrencia de la
sintomatología

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TRICOMONIASIS

Es una enfermedad de transmisión sexual, totalmente curable y extendida en el


mundo entero. El agente causante de la enfermedad se conoce como Trichomonas

vaginalis, un parásito unicelular flagelado, el cual puede ser encontrado con


regularidad en la flora vaginal y en la flora bacteriana de la uretra masculina.

En hombres es la causa más habitual de Uretritis No-Gonocócica. Es la


enfermedad de Transmisión Sexual no Viral más común, con una prevalencia
estimada que frecuentemente sobrepasa Gonorrea y Clamidia .

La tricomoniasis en mujeres ocurre durante los años reproductivos. La infección


antes de la menarca o después de la menopausia es rara. Regularmente causa una
infección asintomática aunque en algunas ocasiones se presenta la infección
sintomática caracterizada por descarga vaginal fétida. El ser humano es el único
huésped natural de la Trichomonas Vaginalis.

La Tricomoniasis se encuentra frecuentemente asociada a otras enfermedades de


transmisión sexual existiendo muchas veces infección concomitante con Chlamydia
trachomatis, Gardnerrella Vaginalis y Neisseria gonorrhoeae transmitiendo también
evidencias de un comportamiento sexual de alto riesgo.

MANIFESTACIONES CLINICAS

Las manifestaciones clínicas pueden presentarse en cualquier parte del tracto


genito- urinario aunque una alta proporción de las mujeres infectadas son
asintomáticas cuando ocurren los síntomas se puede presentar descarga vaginal,
el cual constituye el más frecuente de los síntomas, presentándose en más del 50%
de los casos, de esta forma, un estudio realizado en Nigeria demostró que un 74%
de las mujeres que presentaba flujo vaginal se encontraba infectada con la
bacteria.

cuanto a distribución porcentual sin embargo todos los autores concuerdan en que
los síntomas habitualmente asociados además de la descarga vaginal son prurito,
disuria, dispareunia e irritación vulvar. Acerca de la distribución porcentual de los

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síntomas más frecuentes Jane R. Schwebke and Donal Burgess documentan que
los signos de infeccion por trichomonas vaginalis incluye flujo (42%), fetidez (50%)
y edema o eritema (22 a 37%).

A diferencia de los hombres donde la resolución espontanea de la enfermedad es


común, la infección en las mujeres puede persistir en el tracto uro-genital, por
periodos prolongados. Cerca de un tercio de las mujeres asintomáticas
desarrollaran infección sintomática dentro de los seis meses posteriores. Al examen
físico durante la especuloscopía, se puede observar el flujo vaginal el cual puede
ser de cualquier color, aunque la presentación más usual es verdusco espumoso.
Una colpitis macular (cérvix afresado) es signo clínico especifico de esta infección,
sin embargo es detectado principalmente por colposcopia y raramente durante el
examen físico rutinario.

La extensión de la respuesta inflamatoria hacia el parásito puede determinar la


severidad de los síntomas. Algunos factores que pueden influir sobre esta
respuesta inflamatoria del huésped pueden incluir factores hormonales, la flora
vaginal coexistente y la agresividad y concentración relativa de los
microorganismos presentes en vagina. En los hombres sintomáticos se presenta en
forma clara una descarga muco purulenta y disuria. Las complicaciones asociadas
con esta infección incluyen aunque muy infrecuentemente prostatitis, balanitis
Epididimitis e infertilidad. Las complicaciones de la enfermedad en la mujer
también son inusuales, sin embargo, pueden resultar en enfermedad pélvica
inflamatoria o esterilidad .

La infección genital es la principal causa de esterilidad en el mundo, no sólo en


patología tubárica, sino también la que afecta cada una de las diversas partes de la
anatomía genital, tanto masculina como femenina.

Estas complicaciones pueden incluir además varias condiciones inflamatorias,


erosión cervical salpingitis y endometritis En las mujeres infectadas el paracito
celular puede ser encontrado en la vagina, el cérvix, vejiga, así como también en
las glándulas de Skene y Bartolino.

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DIAGNOSTICO

El cultivo en los caldos de Roiron y de Diamond se considera el método de


referencia para el diagnóstico de la tricomoniasis; la sensibilidad del cultivo se
considera del 98% y la especificidad, del 100%.

No obstante, estudios recientes indican que en varones el cultivo puede


infraestimar el número de pacientes con tricomoniasis; el cultivo de orina o de
exudado uretral diagnostica el 67% de los casos. El cultivo de las muestras de
semen puede tener una mayor rentabilidad.

El examen en fresco del exudado vaginal o uretral presenta una sensibilidad


variable dependiente del observador (entre el 62 y el 92%), su especificidad es del
98%, aunque no hay evidencias que respalden su utilización rutinaria. Cabe

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destacar la importancia de la detección de la enfermedad en las parejas sexuales
de los pacientes infectados y en lo que ha esto respecta un estudio realizado en

mujeres con tricomoniasis y sus parejas sexuales catalogados como de alto riesgo,
en varios estados de Los Estados Unidos de América, comparó la capacidad para
detectar infección por tricomona en los varones entre dos métodos: el cultivo y la
prueba PCR- ELISSA y demostró una detección más sensible con este último
método por sobre el cultivo.

TRATAMIENTO

Las infecciones causadas por Trichomona Vaginalis son usualmente son tratadas
con metronidazol en dosis de 250 mg vía oral cada ocho horas por siete días, o 2 g
vía oral en dosis única, según estándares farmacológicos mundiales y es el único
tratamiento curativo avalado para esta infección. El metronidazol es generalmente
eficiente en la eliminación de las infecciones por Trichomonas Vaginalis y tiene
además un bajo riesgo de presentar efectos adversos graves. Sin embargo
estudios han demostrado que menos del 5% de casos clínicos de Tricomoniasis
son causados por parásitos resistentes a la droga. La falta de tratamientos
alternativos apropiados para las infecciones de Trichomonas Vaginalis ha dado
como resultado la utilización de dosis altas y a veces tóxicas de metronidazol por
considerarse la uso intravenoso con una dosis de 500mg a 2g administrados
durante 20 minutos para Tricomoniasis, aunque este esquema es raramente
utilizado se asocial con menos efectos colaterales en relación a las dosis orales.
Las tasas de curación para los regímenes orales e intravenosos son similares, de
85% a 95% y aumenta si el compañero sexual es tratado simultáneamente. Debido
a la alta incidencia de infección asintomática el tratamiento de rutina del compañero
sexual es altamente recomendado para prevenir la recurrencia. El tratamiento de
uso tópico puede ser prescrito para esta infección, el mismo incluyen dentro de las
preparaciones más modernas clotrimazole, yoduro povidona y nonoxynol-9 estos
preparados proporcionan alivio sintomático local pero la documentación a acerca
de su efectividad para la cura ha sido inconsistente. El uso de metronidazol durante
el embarazo es controversial debido a que se conoce que cruza la placenta y ha
sido catalogado con un factor de riesgo B según la F.D.A (Food and Drug
Administration) por lo que está contraindicado durante el primer trimestre del

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embarazo y es considerado de segunda línea en etapas más tardías del mismo. En
algunos casos de tricomoniasis complicada durante el embarazo cuando el riesgo
para el feto puede ser mayor que la exposición a metronidazol, según
recomendación del Centro de Control de Enfermedades, se puede utilizar 2 g como
dosis única en cualquier etapa de la gestación El metronidazol es secretado en la
leche materna en pequeñas cantidades por lo que se recomienda que las mujeres
que se encuentran amamantando utilicen también la dosis única de 2 g seguido por
24 horas de interrupción de la lactancia.

El metronidazol generalmente es bien tolerado, los pacientes experimentan pocos o


ningún efecto adverso con los regímenes habituales, sin embargo algunas
reacciones comunes incluyen nauseas, vómitos, cefalea, insomnio, rash, sequedad
bucal.

CONDUCTA ANTE UNA TRICHOMONIASIS PERSISTENTE

Cuando identificamos un comportamiento persistente en una infección


Tricomoniásica, se sugiere comprobar el cumplimiento por parte de los dos
miembros de la pareja del tratamiento, además debe descartarse una reinfección,
para luego repetir el tratamiento en dosis más altas; se debe asociar al tratamiento
con mayor dosis por siete diás con tratamiento tópico vía vaginal. Por lo general

la tricomoniasis resistente al Metronidazol lo es a los derivados de los 5


Nitroimidazoles. En estos casos la literatura propone que el tratamiento con
Mebendazol, Furazolidona y la anisomy-cina pueden ser efectivos para las
trichomoniasis metronidazol resistentes.

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ESQUEMA GENERAL

21
CONCLUSIONES

 La causa más común de los procesos asociados a las infecciones


cervicovaginales y/o de transmisión sexual sigue siendo la VB

 La vaginosis ha sido relacionada con riesgo de complicaciones durante la


gestación y de parto pretérmino, y aumentan el riesgo de enfermedad
inflamatoria pélvica.

 Su diagnóstico es sencillo y económico fácil de ejecutar en el primer y


segundo nivel de atención lo que representa que esta enfermedad se puede
prevenir y tratar evitando repercusiones en la salud reproductiva de la mujer.

 La CVV no complicada es una infección frecuente, causada por C. albicans,


estimándose que hasta en la cuarta parte de las pacientes se producen
recurrencias.

 Los imidazoles parecen tener la misma eficacia aplicados intravaginalmente


que administrados por vía oral, tanto en dosis única

 El tratamiento de las recurrencias consta de dos fases: inducción y


mantenimiento.

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 La cura parasitológica puede lograrse con dosis únicas de nitroimidazol por
vía oral. Las investigaciones futuras deberían concentrarse en el desarrollo
de estrategias efectivas de tratamiento de la pareja, para prevenir
reinfecciones y reducir la prevalencia de la tricomoniasis.

 El tratamiento de la pareja puede ser efectivo en la reducción de la tasa de


reinfección en el más largo plazo.

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BIBLIOGRAFÍA

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