Sei sulla pagina 1di 18

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN
2. OBJETIVOS
3. MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL
3.1. Concepto de suelo contaminado

La contaminación del suelo consiste en una degradación química que provoca la


pérdida parcial o total de la productividad del suelo como consecuencia de la
acumulación de sustancias tóxicas en unas concentraciones que superan el poder
de amortiguación natural del suelo y que modifican negativamente sus propiedades.
Esta acumulación se realiza generalmente como consecuencia de actividades
humanas exógenas, aunque también se puede producir de forma natural o endógena
cuando los procesos de edafización liberan elementos químicos contenidos en las
rocas y los concentran en el suelo alcanzando niveles tóxicos. Un ejemplo de esto
último lo tenemos en suelos muy evolucionados formados sobre rocas
serpentinizadas con altos contenidos en metales pesados como el Cr, Ni, Cu y Mn,
entre otros, que se concentran en los suelos a medida que la intensa edafogénesis
produce el lavado de otros constituyentes esenciales como el Ca, Mg e incluso el Si.
Conforme se desarrolla esta concentración residual metálica, estos elementos que
inicialmente eran constituyentes no asimilables de los minerales primarios pasan a
formas más activas, solubles y biodisponibles que influyen negativamente sobre la
actividad biológica.

Como ya se ha señalado, las propiedades físicas, químicas, fisicoquímicas y


biológicas del suelo controlan en gran medida los ciclos biogeoquímicos
superficiales, en los que actúa como un reactor complejo que sirve de elemento
protector de otros medios más sensibles frente a elementos contaminantes. Así, el
suelo ejerce su labor protectora a través de su poder de amortiguación o capacidad
natural de depuración de la contaminación. Esta atenuación de los elementos
nocivos contaminantes se realiza, entre otras, a través de reacciones de
complejación, reacciones de adsorción y desorción, reacciones de precipitación y
disolución, reacciones de oxidorreducción, reacciones ácido-base y reacciones
derivadas de procesos metabólicos. Todas estas reacciones están estrechamente
controladas por propiedades del suelo como su textura, estructura, porosidad,
capacidad de intercambio catiónico, pH, Eh y la actividad microbiológica.
En cualquier caso, hay que tener muy presente que el poder de amortiguación de un
suelo no es ilimitado y cuando se rebasa, el suelo deja de ser eficaz como sumidero
de la contaminación, llegando incluso a invertirse el proceso y a convertirse en una
fuente de contaminación para los organismos del suelo y para el medio circundante.

A la hora de abordar el estudio de la contaminación de un suelo no basta sólo con


detectar la presencia de la sustancia o sustancias contaminantes sino que su
concentración debe superar la carga crítica o máxima cantidad permitida en el suelo
sin que se produzcan efectos nocivos que no puedan ser contrarrestados por el
poder de amortiguación del suelo.
De esto se deduce que distintos suelos van a reaccionar de forma diferente ante la
presencia de un mismo contaminante o de una misma cantidad de contaminante.
Esta reacción estará condicionada por factores como la vulnerabilidad específica de
cada suelo, que representa el grado de sensibilidad del suelo frente a la agresión de
los agentes contaminantes y que está muy relacionada con el poder de
amortiguación del suelo, de forma que cuanto menor sea esta capacidad de
amortiguación del impacto del contaminante mayor será su vulnerabilidad. Así, el
grado de vulnerabilidad de cada suelo frente a la contaminación depende de la
intensidad de la contaminación y de la velocidad con que se producen los cambios
negativos en las propiedades del suelo en respuesta a esa contaminación. Además,
el grado de contaminación de un suelo no puede ser estimado exclusivamente a
partir de los valores totales de los contaminantes frente a determinados valores guía,
sino que es necesario considerar la biodisponibilidad del contaminante o su posible
asimilación por los organismos del suelo, determinada por la competencia entre el
sistema radicular de la planta, la solución del suelo y la fase sólida del suelo; la
movilidad, que regulará su distribución y transporte en el suelo o a otros medios; y
la persistencia, que controlará la duración de su efecto pernicioso en el suelo. Todos
estos conceptos permiten evaluar los riesgos potenciales de determinadas
actividades contaminantes y planificar actuaciones de acuerdo con el tipo de suelo,
aunque es necesario recalcar que la propia heterogeneidad del suelo puede dificultar
en muchos casos la caracterización de estos parámetros.

Los agentes potencialmente contaminantes del suelo están fundamentalmente


asociados a residuos derivados de actividades industriales, mineras, agrícolas y
ganaderas. (Bernad, García, Valiño, & Fernández, 2007)

3.2. Causas y efectos de la contaminación del suelo

3.2.1 Causas

Causas de contaminación del suelo se deben a productos que se ubican en


su superficie y por permeabilidad se filtran. Cuando nos referimos a su
superficie no nos limitamos al roce con el propio suelo sino que algunos de
los contaminantes provienen de productos que se hallan en suspensión en el
aire y son arrastrados por la lluvia hacia su interior.

Las causas de la contaminación del suelo cuando el embrutecimiento esta en


cotas bajas se ven en primera fase sobre la flora que surge de su interior y se
muestra en esa vegetación por repercutir en su forma y fisonomía, pero en
cotas elevadas su podredumbre impide generar vida vegetal.

La superficie transmite sus productos tóxicos hacia los acuíferos por filtración,
y hacia las plantas y árboles frutales que ingiere el ganado y los humanos de
forma directa. Algunos de esos tóxicos se eliminan pero otros permanecen
en el cuerpo y tras años de acumulación generan un sinfín de trastornos
físicos y síquicos

La incomprensión del hombre en ver que el terreno que pisa, es el que a la


vez le da sustento ha provocado innumerables situaciones en las que ha
influido en degradar ese medio. El soterramiento de materias contaminantes
por la ignorancia de ocultar aquello que no se desea, ha repercutido en que
la respuesta del suelo y como efecto rebote, nos venga devuelta en amplia
variedad de malformaciones y enfermedades

La degradación del terreno se realiza de forma lenta pero con igual lentitud
se puede recuperar una vez el deterioro se manifiesta. En algunos casos se
hace prácticamente imposible lograr la fertilidad de ese suelo y por ello la
imposibilidad de vida en su superficie.
Dos son las Causas de contaminación del suelo o las formas que se pueden
presentar:

a) Causas de contaminación del suelo endógenas:

Es la que causa la naturaleza por sus diferentes procesos naturales: erosión


por fenómenos meteorológicos lluvia, viento, nieve, granizo, hielo, sequia,
(inundación) desastres naturales (terremotos, huracanes, volcanes,
tsunamis, tornados) y de forma indirecta las consecuencias de cada uno de
estos fenómenos

b) Causas de contaminación del suelo exógenas

Es la forma en que el hombre se ve directamente involucrado de forma


directa o indirecta por actividades antropogénicas (antrópicas). Algunas
causas entre tantas son:

 Ruptura de tanques de almacenamiento subterráneo con contenidos


tóxicos
 Excesivo aporte de abonos
 La sobreexplotación de acuíferos en zonas costeras, el empleo de aguas
de riego con sales y el abuso de fertilizantes origina la salinización del
suelo
 Procesos como la lluvia ácida que al precipitarse por reacción química
atmosférica, acompaña ácido sulfúrico o nítrico con el contenido del agua.
La suspensión en la atmosfera se debe principalmente a la combustión de
hidrocarburos
 La minería modifica el paisaje y descarga residuos tóxicos (según sea la
explotación de mercurio (Hg), cadmio (Cd), cobre (Cu), arsénico (As),
plomo (Pb) ), arrastrados por el agua de lluvia
 Las basuras no tratadas y acumuladas en los vertederos(baterías,
hidrocarburos, químicos, fármacos) y los lixiviado resultantes de
percolación de un fluido a través de un sólido y la toxicidad que producen
 Residuos industriales, principalmente las de las industrias químicas
y Residuos urbanos no tratados por depuradoras.
 Los vertidos líquidos orgánicos de granjas (purines, alpechines)
 Soterramiento y almacenaje de productos tóxicos y radiactivos
 Los hidrocarburos son uno de los más importantes contaminantes del
suelo. Los combustibles fósiles (fueles, gasolinas, gasóleos,
kerosenos, aceites, lubricantes) y el vertido incontrolado. (Falcón, 2002)
3.2.1 Efectos

Los suelos contaminados pueden tener efectos muy diversos, desde el riesgo
tóxico para la salud humana hasta pérdidas de recursos naturales y
económicos. Los principales peligros que puede suponer un suelo
contaminado son:

o Peligro toxicológico para la salud humana:

- Por inhalación: problemas alérgicos y respiratorios desde leves hasta


muy graves.
- Por ingestión: por desconocimiento al cultivar suelos contaminados.
- Por contacto directo con la piel: alergias y problemas cutáneos en
trabajadores que manipulan este tipo de suelos.

o Peligro de contaminación de aguas superficiales, aguas subterráneas,


atmósfera, sedimentos de río, del aire interior de las instalaciones, etc.

o Peligro físico: explosión o fuego, corrosión de estructuras o efectos en


las propiedades mecánicas del suelo en las excavaciones.
.
o Peligro de utilización de agua de abastecimiento contaminada.

o Peligro de contaminación de los alimentos cultivados y animales de


granja por utilización de agua subterránea contaminada.

o Disminución de fertilidad en el suelo: los químicos tóxicos que se


presentan en la tierra pueden afectar la fertilidad y por lo tanto
disminuyen el rendimiento en el suelo.

o Efecto en el crecimiento de plantas: el balance ecológico de cualquier


sistema es afectado cuando la contaminación en el suelo es expandida.
La mayoría de las plantas se les imposibilita su adaptación cuando existe
algún químico derramado en sus raíces.

Hay que tener en cuenta que los efectos causados por un suelo contaminado
son, en general, a largo plazo y en ocasiones las consecuencias no se detectan
de inmediato por lo que los peligros potenciales pueden tardar décadas en
manifestarse con efectos de gran magnitud. (González, 2004)

3.3. Trayectoria de la contaminación del suelo


3.4. Factores que inciden en la contaminación del suelo
3.4.1. El clima
3.4.2. Relieve
3.4.3. Hombre, etc Buscar más
3.5. Principales fuentes de contaminación
3.5.1. Contaminación del suelo por plaguicidas o pesticidas
a) Insecticidas
b) Herbicidas
c) Fungicidas
3.5.2. Contaminación del suelo por la actividad minera
a) Metales pesados
b) Lixiviación
3.5.3. Contaminación por residuos sólidos
a) Lixiviados orgánicos
b) Sustancias orgánicas
3.5.4. Contaminación automotriz e industrial

3.5.4.1 Contaminación Automotriz

Los automóviles emiten una compleja mezcla de níquel, cromo, cadmio,


arsénico, manganeso y berilio. Algunos de estos metales “pesados” pueden
ser altamente tóxicos en bajas concentraciones. La presencia de metales
pesados cambia la química y la biología de los suelos, y su acumulación en
los ecosistemas puede afectar la salud de las plantas y animales. Estos
metales entran en la cadena alimentaria principalmente a través del pescado
y de la leche de vaca y pueden ocasionar graves problemas de salud.

3.5.4.2 Contaminación Industrial

Los suelos han sufrido degradaciones de todo tipo, pero desde el punto de
vista ambiental es muy importante el papel que han jugado como almacén
de residuos y como consecuencia de ello la degradación química.

Contaminantes conservativos:

Su estructura química se mantiene a lo largo del tiempo a pesar de su


interacción con los materiales del medio. Ejemplos: metales pesados (Hg,
Pb, Zn, Ag, etc.).

Contaminantes no conservativos

Su estructura química se modifica al interaccionar con el medio o por


autodegradación. Ej: contaminantes orgánicos o biológicos. La degradación
puede ser total o parcial. Las reacciones de degradación son muy variadas
pudiendo estar mediadas tanto por agentes inorgánicos como orgánicos.

Efectos:

- El transporte:

Aunque los principales efectos repercuten sobre la atmósfera, los suelos


también se ven afectados por los residuos generados por los transportes. La
contaminación de los suelos se debe generalmente a la lixiviación de
residuos (hidrocarburos y aceites).

- La Industria

La contribución de cada sector industrial a la contaminación es muy variable.


La industria química es la principal fuente de contaminantes orgánicos. La
amplia variedad de este sector (petroquímica, farmacia, pinturas, productos
químicas, cosmética, electroquímica, etc.) produce grandes cantidades de
sustancias, muchas de ellas nocivas, que precisan tratamientos específicos
de depuración, antes de ser vertidas o depositadas en contenedores
especiales para su eliminación final.

- Sectores de la actividad industrial

 Energía y agua
Carbones, petróleo, gas natural, energía eléctrica, gas y agua,
minerales radiactivos.
 Industria básica
Metálicas básicas, minerales no metálicos (cementos, cales, yesos,
derivados del cemento, vidrio, otras industrias no metálicas),
química (base industrial, procesos farmacéuticos, otra química
final).

 Transformación de metales
Fundiciones, forja, talleres, estructuras metálicas, artículos
metálicos, maquinaria, material eléctrico y electrónico, material de
transporte.

 Sustancias radiactivas.
Sus partículas pueden proceder de las pruebas de explosiones
nucleares o del desastre de algún reactor nuclear, también de los
residuos líquidos o solidos escapados de las plantas atómicas
industriales o centros de investigación atómica.

 La industria minero metalúrgica.


Los residuos y polvos que se acumulan a los alrededores de las
minas y de las plantas metalúrgicas deterioran y contaminan los
suelos.

 Residuos industriales.
Los humos y gases que arrojan las industrias a la atmosfera
contienen diversas clases de partículas que acaban por depositarse
en el suelo, la contaminación es más grave en los suelos que se
encuentran alrededor de las zonas industriales.

Basura no biodegradable arrojada al suelo o al agua.


- Lixiviados; es decir sustancias tóxicas procedentes de la basura
descompuesta y filtradas al suelo mediante el agua de la lluvia.
- Pesticidas(o plaguicidas), o sea sustancias químicas empleadas para
eliminar plagas de los cultivos.
- Pesticidas(o plaguicidas), o sea sustancias químicas empleadas para
plagas de los cultivos.
- Fertilizantes; esto es, sustancias químicas usadas para aumentar la
producción agrícola.
- Sustancias radiactivas, es decir sustancias que emiten radiaciones
nocivas para los seres vivos.
- Derrames de petróleo en el suelo o el agua. (Camila, 2014)

a) Emisiones de gases contaminantes

Debido a las emisiones se generan las lluvias acidas. Consisten en


deposiciones húmedas (agua de lluvia, nieve y niebla) o secas (gases o
partículas sólidas) de la atmósfera constituidas principalmente por SO2
y óxidos de nitrógeno, NOx , que proceden fundamentalmente de
actividades industriales, como las emisiones de centrales térmicas y las
producidas por la combustión de hidrocarburos, la desnitrificación de
fertilizantes añadidos en exceso a los suelos y otros procesos naturales
similares que tienen lugar en zonas de manglares, marjales, arrozales,
volcanes, etc. Los óxidos de azufre y nitrógeno así emitidos a la
atmósfera reaccionan con el agua y el oxígeno, dando lugar a soluciones
diluidas de ácido sulfúrico y nítrico que se van depositando sobre los
suelos, plantas, árboles, ríos, lagos, etc. Las consecuencias de estas
deposiciones se reflejan en un aumento de la acidez de los suelos y las
aguas, un incremento de la movilidad de iones y metales pesados, la
solubilización y movilización del Al y la materia orgánica y, en definitiva,
el descenso de la capacidad de los suelos para neutralizar ácidos. En
este sentido, los suelos presentarán distinta sensibilidad al impacto de
las deposiciones ácidas en función de su poder de amortiguación para
contrarrestar la acidez, de forma que los suelos más sensibles a las
lluvias ácidas serán aquellos desarrollados en zonas frías, donde las
bajas temperaturas limiten su alteración, sobre materiales poco
alterables, con valores bajos de capacidad de intercambio catiónico y
grado de saturación y pobres en formas de Al y Fe activas. (Bernad,
García, Valiño, & Fernández, 2007)

b) Hidrocarburos

Los derrames de hidrocarburos de petróleo son una de las principales


fuentes de contaminación de suelos ya que ocasionan perturbaciones en
los ecosistemas ante esto se plantea las alternativas de solución que con
un manejo adecuado se puede lograr el objetivo . Los efectos que
ocasiona en el suelo son los siguientes:

Efectos químicos: Aumento de carbono orgánico,disminución del PH


Efectos Físicos: Ruptura de los agragdos, Aumento de la retención del
agua.

El aceite usado en automotriz al ser derramado en la tierra, provoca


infertilidad en el suelo debido a que le aceite usado contiene
hidrocarburos que producen la muerte del suelo y transforma la
vegetación en inerte.
Además el aceite derramado en el suelo causa un efecto nocivo en el
ambiente, ya que este al entrar en contacto con la luz del sol y ayuda
del aire emana óxidos, permitiendo de esta manera que estos
compuestos sean filtrados a través del suelo y contaminan el mismo.
Un problema común en los centros de cambio de aceites como lo son
los tecnicentros, mecánicas, lubricadoras, entre otras, no disponen de
un plan de almacenamiento adecuado por lo que se ven en la necesidad
de verter el aceite usado en coladeras, baldes y terrenos baldíos
cercanos a sus establecimientos, causando si un problema en la salud
de quienes habitan a sus alrededores.
Cave recalca que el aceite usado derramado en el suelo tiene la
capacidad de expandirse rápidamente, lo que ocasiona la formación de
un film que no permite el ingreso de oxígeno, lo que conlleva a lo hoy en
di se conoce como suelos infértiles o poco productivos. (Gallegos, 2015)

3.5.5. Contaminación natural

La contaminación natural del suelo está provocada por diferentes formas,


una de ellas es por la concentración y densidad de elementos y materiales
tóxicos. Por ejemplo en materiales tóxicos podríamos destacar diferentes y
variadas rocas, materiales metálicos, entre otros. Sin embargo, el primer
contaminante del suelo son los fenómenos atmosféricos ya que provocan
grandes problemas en el suelo.

 Corrientes de aire: este tipo de corrientes provocan distintos y variados


elementos contaminantes, además de partículas contaminantes. Para
entenderlo mejor podríamos poner un ejemplo como las tormentas, las
tormentas provocan una elevada cantidad tanto de polvo como de otras
partículas que se quedan suspendidas en el aire. Las otras partículas
que suelen estar suspendidas en el aire, aparte del polvo, son esporas,
semillas o incluso polen.
 Incendio forestal: este tipo de incendios se han de provocar de forma
natural, si se ha producido de forma natural se considera contaminante.
Cualquier incendio, sea provocado por actividad humana o natural,
ambos emiten una gran cantidad de gases como pueden ser el monóxido
y el dióxido de carbono además de que también se libera polvo, humo y
ceniza. Todo esto provoca una grave contaminación en la atmósfera y
sin duda, también produce una gran contaminación en el suelo.

a) Salinización del suelo

Es el resultado de la acumulación en el suelo de sales más solubles que


el yeso (2,6 g/L en agua pura a 25°C, Porta et al., 2003). La salinización
se refleja en un incremento en la conductividad eléctrica de la solución
del suelo que tiene efectos adversos sobre las propiedades físicas y
químicas del suelo y dificulta el crecimiento y la productividad vegetal
(Tejada et al., 2006). Los suelos afectados por este proceso se
denominan suelos salinos y en ellos el Ca y el Mg son los cationes
predominantes en el complejo de cambio. En el caso específico de que
sea el Na el catión predominante en el complejo de cambio se habla de
suelos sódicos, en los que esta acumulación de Na produce una
alcalinización que da lugar a la dispersión de las arcillas y la materia
orgánica y a la destrucción de la estructura del suelo. Los principales
tipos de sales que se encuentran en suelos salinos son cloruros,
sulfatos, carbonatos y bicarbonatos, y nitratos.

Para que se produzca esta acumulación de sales en el suelo es


necesario que haya un fuerte aporte de sales y que su eliminación del
suelo esté impedida por algún mecanismo, como malas condiciones de
drenaje y lavado. En regiones áridas y semiáridas, donde la
evapotranspiración es superior a la precipitación, el proceso de
salinización se origina de forma natural a partir de la herencia o
alteración de la roca original (fundamentalmente rocas sedimentarias) o
de las aguas de escorrentía cargadas de sales que se acumulan por
evaporación en las zonas más deprimidas. En otras ocasiones, las
acumulaciones salinas ocurren por ascensión capilar de las sales en el
suelo a partir de mantos freáticos suficientemente superficiales,
especialmente en zonas costeras y, en cualquier caso, el viento siempre
puede contribuir a la contaminación salina por arrastre de partículas en
suspensión. El hombre también contribuye en gran medida a la
contaminación de los suelos por sales a través de prácticas agrícolas
inadecuadas, como el riego con aguas salinas y el empleo de cantidades
muy elevadas de fertilizantes solubles, de la sobreexplotación de
acuíferos, que ocasiona un descenso de los mantos freáticos regionales
y la intrusión de agua salina, y de actividades industriales y mineras que
contaminan directamente los suelos o indirectamente a partir de
deposiciones atmosféricas o de las aguas superficiales.

Como ya se ha indicado, el exceso de sales en el suelo tiene efectos


perniciosos sobre los cultivos. La concentración de sales eleva la
presión osmótica del suelo y, en consecuencia, el agua menos
concentrada contenida en los jugos celulares de las plantas tiende a salir
hacia la solución del suelo para igualar ambas concentraciones. Como
resultado, las plantas sufren estrés hídrico, se secan a pesar de que el
suelo contenga agua y terminan muriendo. En otras ocasiones, las
plantas realizan una adaptación osmótica que les permite seguir
absorbiendo agua pero que requiere un consumo energético que se
realiza a costa de un menor crecimiento. Otros atribuyen la inhibición
del crecimiento a que las sales afectan la división celular y producen un
engrosamiento de las paredes celulares, impidiendo el crecimiento de
forma irreversible aunque se produzca el ajuste osmótico o disminuya la
salinidad del suelo. En cualquier caso, el proceso de salinización
aumenta la concentración de algunos iones que pueden resultar tóxicos
para las plantas o que pueden provocar desequilibrios en el metabolismo
de nutrientes. Además, en suelos sódicos la destrucción de la estructura
puede favorecer el sellado y encostramiento del suelo y la disminución
de la conductividad hidráulica. (Bernad, García, Valiño, & Fernández,
2007)

3.6. Factores que determinan un suelo contaminado


3.6.1. Pérdida de carbono orgánico del suelo.
3.6.2.
3.7. Características del suelo frente a los contaminantes
3.7.1. pH
3.7.2. Porosidad y permeabilidad
3.7.3. Textura
3.7.4. Intercambio iónico
3.8. límites máximos permisibles para un suelo contaminado
3.9. Descontaminación

En los últimos años, muchas investigaciones han ido encaminadas a tratar de


recuperar los suelos contaminados en vez de destruirlos. La destrucción de los
suelos se realiza generalmente trasladándolos a vertederos adecuadamente
aislados y controlados porque se intuye que otros tratamientos de recuperación no
ofrecen las garantías suficientes para contener la contaminación.

En la actualidad se dispone de un amplio abanico de tecnologías de recuperación


de suelos contaminados, algunas de aplicación habitual y otras todavía en fase
experimental, diseñadas para aislar o destruir las sustancias contaminantes
alterando su estructura química mediante procesos generalmente químicos,
térmicos o biológicos. Su aplicación depende de las características del suelo y del
contaminante, de la eficacia esperada con cada tratamiento, de su viabilidad
económica y del tiempo estimado para su desarrollo. Según la forma en la que se
apliquen las técnicas de recuperación de suelos se habla de tratamientos in situ, que
actúan sobre los contaminantes en el lugar en el que se localizan, y tratamientos ex
situ, que requieren la excavación previa del suelo para su posterior tratamiento, ya
sea en el mismo lugar (tratamiento on-site) o en instalaciones externas que requieren
el transporte del suelo contaminado (tratamiento off-site). Los tratamientos in situ
requieren menos manejo pero por lo general son más lentos y más difíciles de llevar
a la práctica dada la dificultad de poner en contacto íntimo a los agentes de
descontaminación con toda la masa de suelo contaminada. Los tratamientos ex situ
suelen ser más costosos pero también más rápidos, consiguiendo normalmente una
recuperación más completa de la zona afectada.

Se puede distinguir entre:

 Técnicas de contención, que aíslan el contaminante en el suelo sin actuar sobre


él, generalmente mediante la aplicación de barreras físicas en el suelo
 Técnicas de confinamiento, que reducen la movilidad de los contaminantes en
el suelo para evitar su migración actuando directamente sobre las condiciones
fisicoquímicas bajo las que se encuentran los contaminantes.
 Técnicas de descontaminación, dirigidas a disminuir la concentración de los
contaminantes en el suelo.

3.9.1 Técnicas de contención

Las técnicas de contención se emplean para prevenir o reducir


significativamente la migración de los contaminantes orgánicos e inorgánicos en
suelos y aguas subterráneas. No requieren la excavación del suelo y son
típicamente de bajo coste, aunque sí necesitan de inspecciones periódicas.
a) Barreras verticales

Se emplean in situ con objeto de reducir los movimientos laterales de


los contaminantes, ya sea a través de lixiviados o por disolución en las
aguas subterráneas. Incluyen la instalación de muros pantalla que
requieren la excavación en el suelo de zanjas profundas de hasta 100
m que son posteriormente rellenadas de material aislante como mezclas
de cemento y bentonita u hormigón; la inyección vertical a presión,
generalmente hasta 50 m de profundidad, de lechada de cemento o
cemento-bentonita a través de sondeos, formando pilotes, y culminada
con la inyección adicional de lechada en el suelo existente entre los
pilotes para conformar una barrera subterránea continua; y el
tablestacado metálico, una sucesión de perfiles de acero con sección en
forma de Z o U que se hincan verticalmente en el suelo no más allá de
30 m de profundidad sobre una base impermeable (natural o creada
artificialmente) y que a veces se acompaña con la inyección de lechada
de cemento-bentonita para sellar el espacio que ocupan. Una forma de
mejorar las propiedades de estas barreras verticales es utilizar
geomembranas, generalmente constituidas por polietileno de alta.

Estas técnicas de contención vertical se aplican de forma óptima en


suelos de textura gruesa no muy compactados, aunque en el caso de
los muros pantalla la presencia de grandes bloques puede dificultar las
labores de excavación.

b) Barreras horizontales

Son zanjas o sondeos horizontales in situ que se rellenan con material


sellante cuya aplicación está actualmente en desarrollo, sin demostrarse
aún si son efectivas, aunque podrían ser potencialmente útiles para
restringir el movimiento vertical de contaminantes metálicos sin
necesidad de recurrir a la excavación del terreno.

c) Sellado superficial

Su finalidad es evitar la exposición directa del suelo a la contaminación,


limitar la infiltración de agua de lluvia en el suelo contaminado y controlar
la volatilización de ciertos contaminantes a la atmósfera. La superficie
del suelo se puede sellar in situ con materiales naturales que reducen la
permeabilidad, como la bentonita, sola o combinada con un material
geotextil; con aglomerados asfálticos u hormigones y con láminas
sintéticas fabricadas con materiales termoplásticos. Para el correcto
funcionamiento de esta técnica es necesario que el material de sellado
no esté sometido a continuos periodos de humectación y desecación
que pueden deteriorarlo y en el caso de que exista riesgo de dispersión
lateral de la contaminación a través de la fracción gaseosa del suelo, es
recomendable utilizarla en combinación con un sistema de contención
lateral y de captación de contaminantes volátiles. Esta técnica presenta
el inconveniente de que genera residuos.

3.9.2 Técnicas de confinamiento

Las técnicas de confinamiento, también llamadas de estabilización/solidificación,


reducen la movilidad de los contaminantes a través de procesos físicos y
químicos, ya sea convirtiéndolos en formas menos solubles y tóxicas
(estabilización) o encapsulando el material contaminado en una estructura sólida
de gran integridad estructural (solidificación). La mayoría de estas técnicas
presentan limitaciones para tratar substancias orgánicas y pesticidas, excepto la
solidificación con asfaltos y la vitrificación.
a) Estabilización físico-química

Es una técnica ex situ que se aplica para reducir la movilidad de los


contaminantes, fundamentalmente inorgánicos como los metales pesados,
mediante reacciones químicas que reducen su solubilidad en el suelo y su
lixiviado. El suelo contaminado se suele pretratar para eliminar la fracción
gruesa y luego se mezcla en tanques con agua y una serie de aditivos o
agentes estabilizantes como cementos y fosfatos o álcalis, que aumentan el
pH y favorecen la precipitación e inmovilización de determinados metales
pesados. En función del éxito de cada tratamiento, el suelo tratado puede
ser devuelto a su localización para ser reutilizado o puede acabar en un
vertedero controlado. Esta técnica está indicada para tratar compuestos
inorgánicos, incluidos elementos radioactivos, pero tiene limitada su eficacia
para sustancias orgánicas y pesticidas.

b) Inyección de solidificantes

Es una técnica semejante a la anterior, en la que los agentes estabilizantes,


inorgánicos como el cemento u orgánicos como las sustancias bituminosas,
el polietileno o las parafinas, son inyectados in situ en el suelo contaminado
a través de pozos similares a los utilizados en el sellado profundo (Mulligan
et al., 2001a) o mezclados con el suelo (Khan et al., 2004), encapsulando
físicamente a los contaminantes en una matriz estable impermeable al agua.
Se trata de una técnica apropiada para suelos contaminados con sustancias
inorgánicas, con limitada eficacia para compuestos orgánicos semivolátiles
o pesticidas.

3.9.3 Técnicas de descontaminación

Los siguientes tratamientos describen distintas técnicas de descontaminación de


suelos que combinan asimismo en algunos casos la descontaminación del agua
subterránea.

3.9.3.1. Tratamientos físico-químicos

a) Extracción

Son técnicas típicamente aplicadas in situ que tienen como objetivo separar
los contaminantes del suelo para su posterior tratamiento depurador. Son
tratamientos sencillos que requieren que los suelos sean permeables y que
las sustancias contaminantes tengan suficiente movilidad y no estén
altamente adsorbidas en el suelo. Según con qué elementos se realice la
extracción, se habla de:

Extracción de aire

Se emplea para extraer los contaminantes adsorbidos en las partículas de


suelos no saturados mediante su volatilización o evaporación a través de
pozos de extracción verticales y/u horizontales que conducen el aire con los
contaminantes a la superficie. Allí, pueden ser tratados en plantas
especializadas (generalmente adsorbidos a carbono) o ser degradados en la
atmósfera de forma natural. La volatilización de los contaminantes también
se puede ver favorecida por prácticas como el arado, y el riego puede
contribuir a la solubilización y desorción de contaminantes que pueden ser
arrastrados a la superficie por evaporación. Esta técnica está indicada para
suelos contaminados con sustancias volátiles y semivolátiles como
hidrocarburos ligeros derivados del petróleo, algunos disolventes no clorados,
hidrocarburos aromáticos policíclicos ligeros y compuestos organoclorados
volátiles. Sin embargo, no se recomienda para hidrocarburos pesados
derivados del petróleo, PCBs, dioxinas o metales. A veces se puede
aumentar el rendimiento de este tratamiento estimulando la extracción de aire
con temperatura, generalmente mediante la inyección de aire caliente.

Extracción de agua

Es una técnica empleada principalmente para acuíferos contaminados que


consiste en extraer el agua contaminada del suelo y del subsuelo, tanto de la
zona saturada como de la zona no saturada. Cuando se trata la zona
saturada, el agua es bombeada a la superficie para su posterior tratamiento,
conocido con el término de Pump&Treat . Cuando se busca actuar sobre la
zona no saturada, normalmente se hace una inyección previa de agua, por
gravedad o a presión, que arrastre y lave los elementos contaminantes del
suelo y que los almacene en la zona saturada para ser posteriormente
bombeada a la superficie. Esta inyección de agua se puede ver reforzada con
la adición de disolventes o compuestos químicos que puedan favorecer la
desorción de los contaminantes del suelo como tensoactivos, para eliminar
compuestos orgánicos de baja solubilidad; hidróxido sódico, para disolver la
materia orgánica del suelo; solventes solubles en agua como el metanol;
sustitución de cationes tóxicos por cationes no tóxicos; agentes complejantes
como el EDTA; ácidos y bases, que desorben metales y algunos compuestos
orgánicos y sales; y agentes reductores y oxidantes que incrementan la
movilidad de los contaminantes. De esta forma, el tipo de suelo, su pH, la
capacidad de intercambio catiónico, el tamaño de partícula, la permeabilidad,
etc., son parámetros que determinan la eficacia de la desorción .
Normalmente, los sistemas de Pump&Treat se utilizan para aguas
subterráneas contaminadas con compuestos orgánicos volátiles y
semivolátiles, combustibles y metales.

b) Lavado

El lavado de suelos es un tratamiento generalmente ex situ en el que el suelo


excavado es previamente separado físicamente por tamizado, densidad o
gravedad para eliminar las partículas de grava más gruesas, con poca
capacidad de adsorción, de la fracción fina y seguidamente lavado con
extractantes químicos que permitan desorber y solubilizar los contaminantes.
Después del tratamiento químico, el suelo se vuelve a lavar con agua para
eliminar los contaminantes y agentes extractantes residuales y se devuelve a
su lugar de origen . La eficacia de esta técnica depende del grado de
adsorción del contaminante, controlado por una serie de propiedades del
suelo como el pH, la textura, la capacidad de intercambio catiónico, la
mineralogía o el contenido en materia orgánica y otros factores como el
tiempo que hace que el suelo está contaminado o la presencia de otros
elementos tóxicos.

El lavado de suelos se utiliza fundamentalmente para suelos contaminados


con compuestos orgánicos semivolátiles, hidrocarburos derivados del
petróleo y substancias inorgánicas como cianuros y metales pesados, y es
menos eficaz para tratar compuestos orgánicos volátiles y pesticidas

3.9.3.2. Tratamientos biológicos

La biorrecuperación se define como todos aquellos tratamientos de recuperación


que degradan contaminantes orgánicos o disminuyen la toxicidad de otros
contaminantes inorgánicos como metales tóxicos a través de la actividad
biológica natural, principalmente la de los microorganismos, mediante
reacciones que forman parte de sus procesos metabólicos. Estos tratamientos
utilizan bacterias, hongos y plantas para detoxificar las sustancias de riesgo para
el hombre y el medio ambiente. Para que los tratamientos de biorrecuperación
de suelos sean efectivos no sólo hay que tener en cuenta factores biológicos,
como la existencia de poblaciones microbianas susceptibles de transformar los
contaminantes, la presencia de nutrientes y oxígeno u otros aceptores de
electrones alternativos, sino también factores ambientales como el tipo de suelo,
la temperatura y el pH.

a) Procesos in situ

La principal ventaja de los tratamientos biológicos in situ frente a los ex situ


es que el suelo tratado no tiene que ser excavado ni transportado, con lo
que los costes se abaratan. Sin embargo, generalmente requieren más
tiempo para su desarrollo, están sujetos a la heterogeneidad de las
características de los suelos y acuíferos y su eficacia es más difícil de
verificar.

Biodegradación asistida
La Biodegradación es el proceso por el cual microorganismos indígenas o
inoculados (bacterias y hongos) metabolizan los contaminantes orgánicos
que se encuentran en suelos y/o el agua subterránea, convirtiéndolos en
productos finales inocuos. En este proceso, los contaminantes orgánicos
son biotransformados porque generalmente los microorganismos pueden
utilizarlos para su propio crecimiento como fuente de carbono y energía y,
en el caso de que no sean capaces de crecer a partir de ellos, pueden seguir
transformándolos si se les aporta un sustrato de crecimiento alternativo o
cosustrato. Para el crecimiento de los microorganismos es necesaria la
presencia de donadores y aceptores de electrones, una fuente de carbono
y nutrientes (N, P, K, S, Mg, Ca, Mn, Fe, Zn, Cu y elementos traza). El
proceso más básico del metabolismo microbiano es la transferencia de
electrones desde un substrato donante hasta un substrato aceptor. Los
electrones son necesarios para oxidar (o reducir) los compuestos orgánicos,
que son la fuente de carbono, a la forma química utilizada por los
constituyentes celulares y para generar la energía necesaria que posibilite
la síntesis y el mantenimiento de la biomasa.

Fitorremediación

La Fitorremediación es una técnica emergente que utiliza la capacidad de


ciertas especies vegetales para sobrevivir en ambientes contaminados con
metales pesados y sustancias orgánicas y a la vez extraer, acumular,
inmovilizar o transformar estos contaminantes del suelo. Las plantas
utilizadas en la fitorremediación presentan mecanismos constitutivos y
adaptados para tolerar o acumular un elevado contenido de metales en su
rizosfera y en sus tejidos. El éxito de este tratamiento está controlado por la
selección de las especies vegetales adecuadas para recuperar un suelo
determinado, así como de la cuidada selección de enmiendas (materia
orgánica, agentes quelantes, cal, etc.) que permitan mejorar las
propiedades del suelo y fomenten la supervivencia y el crecimiento de las
plantas.

b) Procesos ex situ

Compostaje

El compostaje es un proceso biológico que consiste nuevamente en


estimular la actividad biodegradadora, aerobia y anaerobia, de
microorganismos indígenas bajo condiciones termofílicas (12-18ºC) que
permita transformar compuestos orgánicos tóxicos en sustancias inocuas.
Para ello, los suelos contaminados son excavados y mezclados con residuos
animales y vegetales como abonos, estiércol, paja, trozos de madera, etc,
que proporcionan una porosidad óptima y un balance adecuado de carbono
y nitrógeno. El calor generado metabólicamente con este proceso es
atrapado dentro de la matriz del compost, lo que da lugar a la elevación de
la temperatura característica del compostaje .Una vez que se ha realizado
la descomposición microbiana, se produce un efecto de enfriamiento debido
al descenso de la actividad microbiana cuando todo el carbono orgánico
presente ha sido utilizado .La eficacia del proceso biodegradador se
consigue controlando parámetros como el contenido en oxígeno, humedad
y temperatura. Este tratamiento se puede realizar sobre el terreno, con el
material contaminado apilado y aireado con bombas de vacío, o en
reactores. El compostaje termofílico aeróbico se ha visto que es eficaz para
reducir la concentración de explosivos (TNT, RDX y HMX)

3.10. Gestión sostenible del suelo

3.10.1 Perú: Por una gestión integral del suelo

3 de agosto, 2010.- El CEPLAN (2010) menciona que el país enfrenta severos


problemas de deterioro de suelos agrícolas: en la costa por salinización, en la sierra
por erosión y en la selva por deforestación.
Entre el 20 al 23 por ciento de las emisiones anuales de CO2 a nivel global tiene
su origen en la destrucción y quema de bosques (Gore, 2010). A nivel nacional esta
cifra se duplicaría. El Mapa de Desertificación del Perú presentado por el INRENA
en el año 2006 daba cuenta que las áreas desertificadas en el Perú eran de 3 862
786 ha. y que 30 522 010 ha. se encontraban en proceso de desertificación. Así
mismo se menciona que para 1985 la superficie de áreas degradadas era de 43 057
038 ha. (MINAM y colaboradores, 2009).
El MINAG (2008) considera que la superficie agropecuaria presenta una alta
fragmentación de la tierra, la cual se expresa en el reducido tamaño de las unidades
agropecuarias, que a su vez comprenden parcelas dispersas (situación agravada
por la topografía nacional), lo que constituyen un gran obstáculo a la rentabilidad del
agro, donde el 84 por ciento de las unidades agropecuarias eran menores de 10 ha.
y ocupaban alrededor del 50 por ciento del total de la superficie. El MINAG considera
que esta reducida extensión de las parcelas, genera obstáculos para el desarrollo
de una agricultura moderna.
Preocupa que con estos datos no exista una política y una institucionalidad
específica para la gestión integral del suelo. Si se revisa las políticas se encuentra
que mayormente que el tratamiento de los suelos se hace de manera indirecta a
través de la promoción de la gestión de bosques, gestión de cuencas y la
Zonificación Ecológica y Económica (ZEE) y el Ordenamiento Territorial (OT). Esto
podría ser entendido así en la medida en que exista una gestión pública integrada
pero que en la práctica no se da. De ahí la necesidad de avanzar hacia la
implementación de los sistemas de gestión ambiental y gestión forestal.

Marco político y normativo


Analicemos el marco político y normativo al respecto. Con relación a lineamientos
de política sobre suelos la Política Nacional del Ambiente (MINAM, 2009) considera:
i) impulsar la caracterización, evaluación y registro de los suelos y tierras a nivel
nacional,
ii) fortalecer los conocimientos y tecnologías tradicionales compatibles con el
manejo sostenible de los suelos y agua.
iii) impulsar acciones para prevenir los procesos de desertificación, degradación y
pérdida de suelos mitigando sus efectos y/o recuperándolos.
En el Eje Estratégico 6 de Recursos Naturales y Ambiente del Plan Perú 2021 no
aparece un rubro específico de tratamiento de los suelos y sólo es incluido en el
acápite 6.6 “otros recursos estratégicos” en el cual se menciona que el Perú posee
una baja disponibilidad de tierras arables per cápita (CEPLAN, 2010).
La Comisión Técnica Multisectorial (2003) consideró entre los lineamientos
generales de política agraria la conservación del ambiente y el aprovechamiento
sostenible de los recursos naturales promoviendo: a) el uso eficiente del agua de
riego, así como su conservación y preservación para evitar el deterioro y la pérdida
de suelos por erosión y salinización y b) el ordenamiento territorial mediante el
manejo integrado de cuencas y la recuperación de ambientes degradados.
Ley Orgánica para el aprovechamiento sostenible de los recursos Naturales (Ley Nº
26821) considera como recurso natural el suelo, subsuelo y las tierras por su
capacidad de uso mayor: agrícolas, pecuarias, forestales y de protección. Se
consideran recursos naturales a todo componente de la naturaleza, susceptible de
ser aprovechado por el ser humano para la satisfacción de sus necesidades y que
tenga un valor actual o potencial en el mercado.
Los lineamientos de política para el ordenamiento territorial (MINAM, 2010) tiene
como orientación estratégica el aprovechamiento responsable y sostenible de los
recursos naturales, la conservación de la diversidad biológica y de los procesos
ecológicos que lo sustentan. En el lineamiento 5.2 Promover la recuperación de los
ecosistemas deteriorados y la protección de áreas frágiles y relictos se consideran
las siguientes actividades:
i) Promover programas de reforestación con fines de protección en áreas
deterioradas.
ii) implementar un sistema de monitoreo y control satelital para el mantenimiento y
recuperación de los ecosistemas. Estas buenas intenciones han chocado contra la
realidad de los intereses políticos y económicos que limitan la efectividad del
cumplimiento de la Zonificación Ecológica y Económica y el Ordenamiento
Territorial.
El Ministerio de Agricultura (MINAG) mediante D.S. 017- 2009-AG del 02 de
Setiembre del 2009 aprueba el Reglamento de Clasificación de Tierras por su
Capacidad de Uso Mayor busca promover y difundir el uso racional continuado del
recurso suelo con el fin de conseguir el óptimo beneficio social y económico. Así
mismo busca evitar la degradación de los suelos como medio natural de
bioproducción y fuente alimentaria, además de no comprometer la estabilidad de las
cuencas hidrográficas y la disponibilidad de los recursos. No obstante esta norma
ha sido cuestionada por tener una visión extremadamente agrarista y por dejar la
posibilidad de hacer cambio de uso de las tierras.
En esa misma dirección la Ley de promoción de la inversión privada en reforestación
y agroforestería (Ley Nº 28852) considera adjudicaciones para reforestación y
agroforestería con compromisos de inversión privada. La norma menciona que las
actividades de reforestación y agroforestería son cultivos ubicados en tierras sin
cubierta boscosa, con capacidad de uso mayor forestal, sean de propiedad privada
o adjudicadas en concesión por el Estado, constituyen agronegocios forestales y se
rigen por la Ley Nº 28611, Ley General del Ambiente y sus normas Reglamentarias
y la presente Ley. Bajo estos considerandos, la norma señala que el Estado podrá
adjudicar en concesión mediante subasta pública, tierras forestales sin cubierta
boscosa y/o eriaza de su dominio. El derecho de concesión se otorgará por un plazo
de 60 años, con compromiso de inversión, acto jurídico que será inscribible en los
Registros Públicos. Se ha solicitado su derogatoria en la propuesta de Ley Forestal
y de Fauna Silvestre (Proyecto de Ley 4141).
La Resolución Ministerial Nº 0443-2010-AG del 23 de junio de 2010 determina que
corresponde a los Gobiernos Regionales de los departamentos con ámbito en la
Selva, desarrollar los procedimientos de cambio de uso de tierras de aptitud
agropecuaria de Selva, a que se refiere el artículo 26 de la Ley Nº 27308 – Ley
Forestal y de Fauna Silvestre, una vez concluido el proceso de efectivización de la
transferencia de la función “q” del artículo 51 de la Ley Nº 27867 - Ley Orgánica de
Gobiernos Regionales. (Rojas, 2016)
3.10.2 Rotamiento de cultivos

Rotación de cultivos

La rotación de cultivos es necesaria para ofrecer una fuente de alimentación variada


a los microorganismos del suelo; dado que están ubicados a distintas profundidades
del suelo, son capaces de explorar las diferentes capas de suelo en busca de
nutrientes. Los nutrientes que han sido lixiviados a las capas más profundas y que
no están disponibles para el cultivo comercial, pueden ser "reciclados" por los
cultivos de la rotación. Esta forma de rotación de cultivos funciona como un motor
biológico. Más aún, una diversidad de cultivos en rotación conduce a una diversa
flora y fauna del suelo; las raíces excretan diferentes sustancias orgánicas que
atraen a diferentes tipos de bacterias y hongos los cuales, a su vez, tienen una
función importante en la transformación de esas sustancias en nutrientes
disponibles para las plantas. La rotación de cultivos también proporciona una
función importante fitosanitaria dado que previene transmisión de plagas y
enfermedades específicas de un cultivo al próximo por medio de los residuos.

Un ejemplo de una rotación de cultivos para mantener la fertilidad del suelo y


romper la transmisión de patógenas.

Los efectos de la rotación de cultivos:

 Mayor diversidad en la producción vegetal y, por lo tanto, en la nutrición humana


y animal.
 Reducción y menor riesgo de ataques de plagas y malezas.
 Mayor distribución de una red de canales o bioporos creados por las diversas
raíces (varias formas, tamaños y profundidades).
 Mejor distribución del agua y los nutrientes a través del perfil del suelo.
 Exploración de nutrientes y agua en todo el perfil del suelo por las raíces de las
distintas especies, lo que resulta en un uso óptimo del agua y de los nutrientes
disponibles.
 Incremento de la fijación del nitrógeno mediante simbiosis entre los simbiontes
de la biota planta-suelo y un mejor equilibrio de N/P/K, tanto de las fuentes orgánicas
como minerales.
 Incremento de la formación de humus.

Métodos y prácticas:

 Diseño e implementación de las rotaciones de cultivos de acuerdo a varios


objetivos: producción de alimentos y forraje (granos, hojas, tallos), producción de
residuos, control de malezas y plagas, asimilación de nutrientes y mezcla biológica
debajo de la superficie / cultivo, etc.
 Uso de semillas mejoradas / adecuadas para altos rendimientos así como alta
producción de residuos de las partes aéreas y subterráneas, según las condiciones
del clima y el suelo. (ONU, 2015)

4. CONCLUSIONES
5. RECOMENDACIONES
6. BIBLIOGRAFÍA

ANEXO
Índice

 1Causas de la contaminación del suelo


 2Efectos de la contaminación del suelo
 3Consecuencias
 4Contaminación del suelo por plaguicidas o pesticidas
o 4.1Insecticidas
o 4.2Herbicidas
o 4.3Fungicidas
 5Contaminación del suelo por la actividad minera
 6Descontaminación
 7Referencias

Bibliografía
Bernad, I. O., García, J., Valiño, M., & Fernández, S. (2007). Técnicas de recuperación de suelos
contaminados. Madrid: Universidad de Alcalá.

Camila. (2014). CONTAMINACIÓN DEL SUELO POR INDUSTRIAS.

Falcón, R. L. (2002). Degradación del suelo. Mérida: CIDIAT.

Gallegos, L. B. (2015). Diagnóstico dela contaminación ambiental. Cuenca.

González, C. S. (2004). Guía sobre suelos contaminados. Zaragoza.

ONU. (2015). Principios básicos de la Agricultura de Conservación. Agricultura de Conservación.


Rojas, R. A. (2016). Perú: Por una gestión integral del suelo. Lima.

Potrebbero piacerti anche