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Sociologismo
objetivismo
mecanicista
El pensamiento relacional propuesto por
Bourdieu
un campo puede ser definido como una red o una configuración de relaciones
objetivas entre posiciones. Estas posiciones están objetivamente definidas, en su
existencia y en las determinaciones que imponen sobre sus ocupantes, agentes o
instituciones, por su situación presente y potencial (situs) en la estructura de
distribución de especies del poder (o capital) cuya posesión ordena el acceso a
ventajas específicas que están en juego en el campo, así como por su relación
objetiva con otras posiciones (dominación, subordinación, homología, etcétera).
El principio de la dinámica de un campo yace en la forma de su estructura y, en
particular, en la distancia, las brechas, las asimetrías entre las diversas fuerzas
específicas que se confrontan entre sí. Las fuerzas que están activas en el campo
—y por ende son seleccionadas por el analista como pertinentes debido a que
producen las diferencias más relevantes— son las que definen el capital
específico. Un capital no existe ni funciona salvo en relación con un campo.
Confiere poder al campo, a los instrumentos materializados o encarnados de
producción o reproducción cuya distribución constituye la estructura misma del
campo y a las regularidades y reglas que definen el funcionamiento ordinario del
campo, y por ende a los beneficios engendrados en él.
Lo real es relacional
CAPITAL
HABITUS
CAMPO
El campo como un juego
En cada momento, es el estado de las relaciones de fuerza entre los jugadores lo que define la estructura del campo. Podemos
representarnos a los jugadores como si cada uno de ellos tuviera una pila de fichas de colores y cada color correspondiese a una
especie dada de capital, de manera tal que su fuerza relativa en el juego, su posición en el espacio de juego como así ́ también
los movimientos que haga, más o menos arriesgados o cautos, subversivos o conservadores, dependerán tanto del número total
de fichas como de la composición de las pilas de fichas que conserve, esto es, del volumen y estructura de su capital. De hecho,
y con cautela, podemos comparar el campo a un juego (jeu) aunque, a diferencia de este último, el campo no es el producto de
un acto de creación deliberado, y sigue reglas o, mejor, regularidades que no son expli ́citas ni están codificadas. De manera que
tenemos lo que está en juego (en- jeux), que en su mayor parte es el producto de la competencia entre los jugadores. Tenemos
una inversión en el juego, la ilussio (de ludus, el juego): los jugadores son admitidos en el juego, se oponen unos a otros, algunas
veces con ferocidad, sólo en la medida en que coinciden en su creencia (doxa) en el juego y en lo que se juega, a lo que
atribuyen un reconocimiento fuera de todo cuestionamiento. Los jugadores acuerdan, por el mero hecho de jugar y no por medio
de un "contrato", que el juego merece ser jugado, que vale la pena jugarlo, y esta cohesión es la base misma de su competencia.
Tenemos también cartas de triunfo, esto es, cartas maestras cuya fuerza varía según el juego: así como el valor relativo de las
cartas cambia para cada juego, la jerarquía de las diferentes especies de capital (econo ́mico, social, cultural, simbo ́lico) vari ́a
en los distintos campos. En otras palabras, hay cartas que son válidas, eficaces en un campo —e ́stas son la especie
fundamental de capital— pero su valor relativo como cartas de triunfo es determinado por cada campo e incluso por los sucesivos
estados del mismo campo.
ejemplo
Capital
económico
Clase social no
equivale a
Estilos
grupo real Capital de vida
cultural
Capital
simbólico
Los agentes tienen una captación activa del mundo. Sin duda
construyen su visión del mundo. Pero esta construcción se opera
bajo coacciones estructurales
Hay que retornar a la práctica, ámbito de la dialéctica del opus operatum y del modus operandi, de los productos
objetivados y de los productos incorporados de la práctica histórica, de las estructuras y de los habitus.
Los condicionamientos asociados a una clase particular de condiciones de existencia producen habitus,
sistemas de disposiciones duraderas y transferibles, estructuras estructuradas predispuestas a funcionar como
estructuras estructurantes, es decir, como principios generadores y organizadores de prácticas y
representaciones…sin suponer el propósito consciente de ciertos fines…sin ser para nada el producto de la
obediencia a ciertas reglas…
Producto de la historia, el habitus origina prácticas, individuales y colectivas y por ende, historia, de acuerdo con
los esquemas engendrados por la historia; es el habitus el que asegura la presencia activa de las experiencias
pasadas que, registradas en cada organismo bajo la forma de esquemas de percepción, de pensamientos, de
acción, tiende con más seguridad que todas las reglas formales y todas las normas explícitas, a garantizar la
conformidad de las prácticas y su constancia a través del tiempo.
Interiorización de la exterioridad
habitus
El habitus tiende a engendrar todas las Capacidad infinita de engendrar, con total
conductas razonables, de sentido común, libertad (controlada), unos productos…que
que son posible en los límites de esas ..y siempre tienen como limite las condiciones
que tienen todas las posibilidades de ser históricas y socialmente situadas de su
positivamente sancionadas porque se producción…historia incorporada, naturalizada
ajustan a la lógica característica de un por lo tanto olvidada, es la presencia actuante
campo específico de todo el
Lógica real de la acción
Sentido Objetivación en
objetivado las instituciones