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1753 Una intención buena (por ejemplo: ayudar al prójimo) no hace ni bueno ni justo un
comportamiento en sí mismo desordenado (como la mentira y la maledicencia). El fin no
justifica los medios. Así, no se puede justificar la condena de un inocente como un medio
legítimo para salvar al pueblo. Por el contrario, una intención mala sobreañadida (como la
vanagloria) convierte en malo un acto que, de suyo, puede ser bueno (como la limosna).
1755 El acto moralmente bueno supone a la vez la bondad del objeto, del fin y de las
circunstancias. Una finalidad mala corrompe la acción, aunque su objeto sea de suyo
bueno (como orar y ayunar “para ser visto por los hombres”).
El objeto de la elección puede por sí solo viciar el conjunto de todo el acto. Hay
comportamientos concretos -como la fornicación- que siempre es un error elegirlos, porque
su elección comporta un desorden de la voluntad, es decir, un mal moral.
1758 El objeto elegido especifica moralmente el acto de la voluntad según que la razón
lo reconozca y lo juzgue bueno o malo.
1759 “No se puede justificar una acción mala por el hecho de que la intención sea
buena” (S. Tomás de A., dec. praec. 6). El fin no justifica los medios.
1760 El acto moralmente bueno supone a la vez la bondad del objeto, del fin y de las
circunstancias.
1761 Hay comportamientos concretos cuya elección es siempre errada porque ésta
comporta un desorden de la voluntad, es decir, un mal moral. No está permitido
hacer un mal para obtener un bien.
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Entonces es cuando abrimos los ojos para reconocer tentaciones y pecados que nos
apartan del camino de la vida y nos hunden en el mundo del mal. Porque el camino
de la conversión nos permite denunciar las obras de las tinieblas a partir del
descubrimiento (que es don de Dios y búsqueda sincera por parte de un corazón
honesto) de los horizontes de bien que son propios de toda vida humana digna y
bella.
Acercarse a Cristo nos permite entrar en la luz. "Porque en otro tiempo fuisteis
tinieblas; mas ahora sois luz en el Señor. Vivid como hijos de la luz; pues el fruto de
la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad" (Ef 5,8-9).
El primer efecto de la luz es esa posibilidad de discernir, con la ayuda de Dios, entre
lo bueno y lo malo. Lo cual, en un mundo de engaños relativistas, ya es mucho.
Desde ese discernimiento, la voluntad encontrará fuerzas para dejar las obras del
mal y para seguir el camino del amor que nos fue enseñado por Cristo en el
Evangelio.
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Isaías
El cántico de la viña
20 y la luz en tinieblas,
21 y se consideran inteligentes!
7 21 No bastará con decirme: ¡Señor!, ¡Señor!, para entrar en el Reino de los Cielos; más bien
entrará el que hace la voluntad de mi Padre del Cielo. 22 Aquel día muchos me dirán: ¡Señor,
Señor!, hemos hablado en tu nombre, y en tu nombre hemos expulsado demonios y realizado
muchos milagros. 23 Entonces yo les diré claramente: Nunca les conocí. ¡Aléjense de mí
ustedes que hacen el mal!
24 Si uno escucha estas palabras mías y las pone en práctica, dirán de él: aquí tienen al hombre
sabio y prudente, que edificó su casa sobre roca. 25Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos,
soplaron los vientos y se arrojaron contra aquella casa, pero la casa no se derrumbó, porque
tenía los cimientos sobre roca. 26 Pero dirán del que oye estas palabras mías, y no las pone en
práctica: aquí tienen a un tonto que construyó su casa sobre arena. 27 Cayó la lluvia, se
desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se arrojaron contra esa casa: la casa se derrumbó y
todo fue un gran desastre.»
28 Cuando Jesús terminó este discurso, la gente estaba admirada de cómo enseñaba, 29 porque
lo hacía con autoridad y no como sus maestros de la Ley.
Según el tema anterior, no debemos guiarnos de nuestra propia intuición, sino analizar la
situación
Carta a los Romanos
La vida cristiana: tener en cuenta a los demás
12 1 Les ruego, pues, hermanos, por la gran ternura de Dios, que le ofrezcan su propia
persona como un sacrificio vivo y santo capaz de agradarle; este culto conviene a criaturas que
tienen juicio. 2 No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a
partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es
bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto.
3La gracia que Dios me ha dado me autoriza a decirles a todos y cada uno de ustedes que no
se entrometen en cualquier cosa, sino que aspiren a loi que se debe buscar. Que cada uno
actúe sabiamente según el carisma que Dios le ha entregado.
:B:6 Es verdad que con los “perfectos” hablamos de sabiduría, pero es una sabiduría que no
procede de este mundo ni de sus poderes, que están para desaparecer. 7 Enseñamos el
misterio de la sabiduría divina, el plan secreto que estableció Dios desde el principio para
llevarnos a la gloria.
8 Esta sabiduría no fue conocida por ninguna de las cabezas de este mundo, pues de haberla
conocido, no habrían crucificado al Señor de la Gloria. 9 Recuerden la Escritura: Ni ojo vio, ni
oído oyó, ni por mente humana han pasado las cosas que Dios ha preparado para los que lo
aman. 10 Pero a nosotros nos lo reveló Dios por medio de su Espíritu, pues el Espíritu escudriña
todo, hasta las profundidades de Dios.
11 En efecto, nadie nos conoce como nuestro espíritu, porque está en nosotros. De igual modo,
sólo el Espíritu de Dios conoce las cosas de Dios. 12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu
del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, y por él entendemos lo que Dios nos ha regalado.
13 Hablamos, pues, de esto, no con los términos de la sabiduría humana, sino con los que nos
enseña el Espíritu, expresando realidades espirituales para quienes son espirituales.
5 1 Como hijos amadísimos de Dios, esfuércense por imitarlo. 2 Sigan el camino del amor, a
ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como esas ofrendas y víctimas cuyo
olor agradable subía a Dios. 3 Y ya que son santos, que la fornicación o cualquier clase de
impureza o de codicia ni siquiera se mencionen entre ustedes. 4 Lo mismo se diga de las
palabras vergonzosas, de los disparates y tonterías. Nada de todo eso les conviene, sino más
bien dar gracias a Dios.