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Radiestesia

por alcione

Assagioli Benoit El Tibetano, D.K. Gurdjieff Jung Ken Wilber Krishnamurti Ramana Maharshi
Radiestesia y Sanación con la Cruz Egipcia Ankh por alcione | Radiestesia Introducción: En este trabajo
expongo de manera sucinta consideraciones sobre el origen, nombres,...

Radiestesia y Sanación con la Cruz Egipcia Ankh


por alcione | Radiestesia
Introducción:

En este trabajo expongo de manera sucinta consideraciones sobre el origen, nombres, significados,
materiales y formas del símbolo Ankh. Se indaga y describen brevemente los principales artefactos
sagrados que usaban las divinidades y los faraones en los ritos de pasaje e iniciación, para protección de
fuerzas invisibles, para acceder a otros planos dimensionales de manifestación, etc. Se examina el
estrecho nexo de la cruz Ankh con el electromagnetismo y algunas de sus aplicaciones en el Antiguo
Egipto, así como su rol como antena cósmica y como acelerador de partículas subatómicas, los llamados
taquiones; y se hace referencia a sus usos y efectos.

Quizás lo mas importante de esta presentación sea mi contribución – sobre la tecnología Ankh que
empleo en la sanación, atenuación y alivio del dolor y en los valiosos testimonios que se entregan; todo
se hace con el apoyo de la radiestesia y la radiónica.

También se abre una ventana que conecta a la cruz con el misterio del electromagnetismo oficial,
espiritual y la meditación egipcia.

Al final de este trabajo lanzo un desafío cordial a los creyentes ankhianos para tratar de delinear y
completar, con abordajes creativos y contenidos científicos comprobados, el gran marco de referencia de
las Ciencias del Ankh, cuyo esquema inicial propongo. Espero muy sinceramente que las referencias y
bibliografía sean útiles en su búsqueda al ankhiano de corazón.

todo lo aquí contenido es verdad; quien tenga oídos para oír, que escuche…

Primeras Investigaciones

Al igual que muchas otras personas, desde hace muchos años siempre sentí una poderosa atracción y
curiosidad por la cultura egipcia en general y por la cruz egipcia Ankh en particular. Me considero muy
afortunado que, en los últimos tiempos, se me hayan dado las condiciones adecuadas para poder estudiar
y aplicar la tecnología Ankh, lo cual me ha permitido comprobar la existencia de una gran cantidad de
material escrito sobre este tema (libros, artículos, monografías, reseñas etc.). En efecto, se ha vertido
mucha tinta sobre el Ankh y constato que en la gran mayoría de los casos se repiten demasiado las
mismas ideas y temas básicos indicando que casi todo lo conocido hasta hace poco tiempo está basado
en creencias y supuestos. En mi caso, espero no contribuir demasiado a la redundancia denunciada.

Mi primer acercamiento al tema Ankh es reciente y se lo debo a la lectura del libro de título Iniciación.
(1) Esta obra está escrita como novela e intencionalmente, hasta donde fue posible, se evitaron los
nombres egipcios para permitir su lectura de manera fluida. Trata de las enseñanzas del Sumo Sacerdote
Ptahhoptep (Ptah es Dios) y de la iniciación de la hija del faraón. En una sección del libro se relata un
caso increíble de sanación, utilizando la llave de la vida; se narra la casi resucitación y total recuperación
de un adolescente rescatado de un naufragio. Debo confesar que esta historia me impresionó.

La información y conocimientos que he logrado hasta la fecha respecto del Ankh los he obtenido
mediante mis deambulaciones no náuticas navegando en los océanos del Internet, con el estudio de
diversas publicaciones, con la experimentación radiestésica y radiónica, con la práctica frecuente de la
sanación (en lo que atañe a la atenuación y alivio del dolor físico, moral y espiritual) y, muy en especial,
gracias a los aportes de personas con facultades de canalización espiritual.

Considero que la importancia de este trabajo estriba en la íntima y muy estrecha correspondencia que
descubrí al asociar los tres conceptos centrales: símbolo/cruz Ankh, electromagnetismo y taquiones. Los
taquiones son partículas subatómicas que viajan a velocidades superiores a la velocidad de la luz.
Podríamos soñar y pensar que los taquiones cabalgan a horcajadas sobre la energía que proyecta la cruz
Ankh, generando condiciones adecuadas y grandes posibilidades de sanación y bienestar para la
humanidad.

Declaro que lo planteado en este trabajo se basa y justifica por los excelentes resultados obtenidos
mediante la praxis cotidiana y frecuente de la sanación de diversas patologías dolorosas.

Origen, nombres, significados, materiales y formas del símbolo Ankh

Desde hace mucho tiempo al símbolo Ankh se le asocia con el Antiguo Egipto, lugar donde se presume
fue creado, aunque el tema de su verdadero origen se debate hasta el día de hoy entre los egiptólogos. Lo
cierto es que los egipcios lo reverenciaban principalmente como un símbolo espiritual, mediante la
práctica de la llamada meditación egipcia, Neb-Ankh.
El Ankh es la denominación de la cruz ansata de los antiguos que ostentan en la mano de Thot o Path, en
los monumentos egipcios; es la cruz presente en la divinidad.

El origen primigenio y verdadero de la cruz Ankh y de otras cruces- como la cruz Cristiana, la cruz de
Malta, la cruz Tau, etc.- se pierde en la oscura nebulosa de los tiempos. La pista de esta cruz aparece en
el período de las primeras dinastías de Egipto y se le encuentra en muchas obras de arte y bajorrelieves
relativos a dioses y faraones.

Este símbolo tuvo una influencia muy poderosa en diversos períodos dinásticos de Egipto como un ícono
que poseía poderes sobrenaturales o místicos, particularmente en la Era del Cristianismo Copto.

Es muy probable e interesante considerar que el origen del Ankh se encuentre en la astronomía y muy
especialmente en los eclipses solares. En efecto, a comienzos del siglo XX, en el diario The Sun, un
astrónomo profesional informa que en el eclipse solar total visible en las Rocky Mountains de los
EE.UU., la corona o halo solar mostraba la clara disposición de una estrella cuadrilátera o de cuatro
puntas. También se señala que dicha corona puede variar de forma por diversas causas.

Asimismo, en el libro de Flammarion Astronomie Populaire aparece un grabado que muestra el eclipse
solar total del día 29 de julio de 1878, con una corona que presenta una estrecha semejanza con la cruz
Cristiana crux immissa- y muy en especial con la cruz Ankh. (2)

Al ícono o emblema del símbolo/cruz Ankh se le conoce con diversos nombres: cruz Ankh, cruz egipcia,
cruz de la vida, cruz ansata, la llave del Nilo, cruz copta, cruz cíclica, cruz de Isis, etc.

La figura del Ankh es una de la mayor transcendencia en la antigüedad egipcia puesto que emerge en
casi todas las épocas: sobre la cruz Tau ( cruz mocha, a la que le falta el vástago superior), que
representa al ser humano, aparece una bóveda (argolla, anillo), que representa la bóveda celeste. Es el
hombre bajo la inmortalidad del cielo y así sugiere la vida eterna. Es una figura antropomórfica, hombre
con los brazos extendidos, profecía precursora del Cristo en la cruz. (3)

Ya en el instante de la Creación el poder divino lleva el Ankh en la mano, abre las puertas del año,
preside e inaugura las ceremonias rituales asociadas con la vida, la muerte y la vida después de la
muerte. El Ankh es símbolo de vida y de vida eterna, conecta al tiempo de los humanos con la eternidad.
Se asemeja a una llave y se le considera la llave de la vida eterna después de la muerte. Lo usaban los
dioses, diosas y sus representantes.

Al profundizar en la geometría y el significado de la cruz Ankh emerge la idea que su bóveda superior se
corresponde con el tiempo cíclico; que su brazo horizontal, barra atravesada o patibulum se corresponde
con el tiempo rectilíneo (pasado, presente y futuro) y que el trazo vertical inferior o tallo se corresponde
con el inferus, la estancia de los muertos. Es casi inevitable percibir una increíble y clara convergencia
entre la bóveda, el patibulum y el inferus y sus implicaciones. Así, el tiempo cíclico círculo de la vida y
del tiempo divinos, con carácter cualitativo – recorre la horizontal patibularia tiempo lineal, con carácter
cuantitativo… con un ahora inasible. La sacralización del tiempo, vale decir, su inmutabilidad sagrada y
su eternidad implica el recomenzar de un nuevo día, año, zodíaco, etc.

A cada una de las tres partes de la cruz también se le asocian otros significados distintos a los ya
expuestos, a saber:
Argolla: representa a los tres chakras (centros energéticos) superiores o espirituales del ser humano, que
constituyen su parte divina; también expresan los principios divinos femenino útero, diosas de la
naturaleza- y el universo divino.
Tallo: esta línea vertical representa a los cuatro chakras físicos inferiores; también expresan los
principios masculinos falo – y los dioses.
Barra atravesada: representa la división entre lo masculino y lo femenino en todos los aspectos de la vida
y su necesario equilibrio de la polaridad entre los dos.

Los egipcios usaban al Ankh como amuleto para la buena suerte y para la protección contra la mala
suerte y las energías negativas. Por mi parte, considero que el Ankh es un talismán, o sea un amuleto
activo o talismán energético. En realidad es el talismán más poderoso que se conozca; superior al anillo
Atlante. En la sección del Electromagnetismo se proporciona una teoría que explicaría el funcionamiento
de la cruz Ankh como talismán.

Al Ankh se le atribuían poderes para controlar el flujo de agua subterránea del río Nilo. ( al igual que la
llave en un grifo de agua) .

Se han encontrado cruces egipcias fabricadas con muy diversos materiales y combinaciones de estos;
como los siguientes:
Metales: oro, plata, cobre, etc.
Aleaciones: bronce (cobre con estaño), latón (cobre con cinc), peltre (cinc con plomo y estaño), etc.
Piedras preciosas y semi-preciosas.
Piedra, madera, barro.
En la meditación egipcia se alude al Ankh de luz.

En lo concerniente a las formas del símbolo Ankh se establece que no existe un solo diseño de este y
que, al contrario, se dispone de un patrón único o modelo básico del cual se derivan diversas formas, con
múltiples variaciones, según sean los objetivos a alcanzar o la inspiración del artista. Esta forma es
importante en la meditación egipcia.

El misterio del Ankh y el Electromagnetismo

Cuando comencé a indagar sobre la historia del electromagnetismo, ya disponía de un bagaje de


conocimientos que me habían sido impartidos durante mis estudios humanísticos primero y de ingeniería
después. Sin embargo, cuando estudié el libro The Ankh: African Origin of Electromagnetism, pude
darme cuenta que muchos de mis conocimientos estaban errados puesto que se basaban en una multitud
de inexactitudes y mentiras. (4)

En la obra señalada se plantea con fundamento que el origen del electromagnetismo no fue descubierto
por los europeos, conocimiento actualmente aceptado. En realidad el tema ya había sido aplicado en el
Antiguo Egipto 5.000 años antes del invento del condensador eléctrico ( jarra o vaso de Leyden ) en el
año 1742.

La misma obra ya citada también se explaya en la gran cantidad y variedad de artefactos egipcios
antiguos sagrados encontrados y su correspondencia con nuestros modernos artefactos y circuitos
electromagnéticos. Citaremos solo algunos ejemplos importantes con sus nombres en inglés, en español,
simbolismo y circuitos eléctricos correspondientes, a saber:

…the Ark of the covenant el Arca de la Alianza


condensador eléctrico…
…djed…pila voltaica…batería eléctrica…
…uraeus…ureo…serpiente cobra protectora…oscilador…
…scepter…cetro de poder…vara de poder…antena dipolo…
…ankh…oscilador de alta frecuencia…

…El Arca de la Alianza… Un condensador se construye colocando un material eléctricamente aislante


– como madera, vidrio u otro entre dos láminas de metal. Las urnas sagradas destinadas a la protección
de los objetos sagrados que ahí se almacenaban eran construidas como condensadores que luego se
cargaban eléctricamente. Cuando el Arca estaba así cargada podía ser letal si se le tocaba.

El voltaje necesario para cargar el Arca lo provee la diferencia de potencial eléctrico atmosférico
existente entre el cielo y la tierra. La gradiente eléctrica sobre la tierra es de unos 60 a 100 voltios por
metro en buen tiempo y aumenta de 6.000 a 12.000 voltios por metro en un régimen de tormenta. El
Arca se instalaba usualmente en lugares altos naturales o artificiales (pirámides) para aprovechar este
efecto.

Los antiguos egipcios fabricaban artefactos sagrados con maderas preciosas revestidas de láminas de
oro. El Arca de la Alianza es, quizás, el mas famoso de esos artefactos. Era una caja de madera de acacia
revestida de láminas de oro fino, donde se guardaban las tablas de piedra (en las que se había grabado la
Ley), el maná o ambrosía y la vara de Aarón. (5)

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amplio dominios.

Fundada sobre las radiaciones y vibraciones que emiten tanto los objetos como los individuos, nos
permite, mediante una varilla o bien un péndulo, detectar lo invisible y oculto para las técnicas actuales
de análisis, pero que, sin embargo, subyace dentro de la materia.

El Dr. Gesta explica en esta obra cómo llegar a ser un radiestesista y cómo utilizar cuidadosamente los
conocimientos en ella expuestos. El concepto de salud como contraposición a enfermedad se sustituye
por una concepción más amplia de calidad de vida, de pleno bienestar físico y psíquico del organismo.

La Radiestesia médica, técnica simple y eficaz, con la que se aprende no sólo a determinar
correctamente el órgano o región del cuerpo enfermo, sino también a elegir los remedios adecuados para
su mejor funcionamiento.

La Psicología Transpersonal y lo Paranormal


por alcione | Psicología transpersonal
A continuación trataremos de responder a dos cuestiones básicas:

1- ¿Cuál es la relación que existe entre la experiencia paranormal y lo transpersonal?

2- ¿Cuál es la relación que existe entre la psicología transpersonal y la parapsicología?

Y, a lo largo de esta discusión, abordaremos también varias cuestiones relacionadas, como la naturaleza
de lo transpersonal, la definición y el objetivo de la psicología transpersonal y la importancia y el papel y
el valor que tienen las experiencias transpersonales en la vida transpersonal.

Lo transpersonal y lo paranormal

Veamos ahora, a modo de punto de partida, dos extractos de relatos de experiencias inusuales.

Me desperté en mitad de la noche… y sentí como si me hubieran despertado intencionalmente. Al


comienzo pensé que alguien había entrado en casa… pero cuando me giré para tratar de conciliar
nuevamente el sueño, inmediatamente sentí una presencia en la habitación que no era, por más extraño
que pueda parecer, la de una persona viva, sino más bien una presencia de tipo… espiritual. Ya sé que
este comentario puede despertar la sonrisa del lector, pero lo único que puedo hacer es contar lo que
me sucedió. No se me ocurre mejor modo de describir esa sensación que diciendo que sentí una
presencia espiritual… y también sentí, al mismo tiempo, un fuerte temor supersticioso, como si algo
extraño y terrible estuviera a punto de ocurrir (E. Gurney: Phantasms of the Living, citado en James,
1901/1960, p. 76-77).

Mientras la miraba, ella (santa Teresa) se levantó casi un metro del suelo, sin que sus pies lo tocasen.
Al ver eso me quedé aterrada y, en cuanto a ella, le temblaba todo el cuerpo. Me acerqué lentamente y
puse mis manos bajo sus pies, que bañé con mis lágrimas mientras duró el éxtasis, quizás una media
hora. Entonces de pronto bajó, se puso sobre sus pies y, volviendo su cabeza hacia mí, me preguntó
quién era y si llevaba allí mucho tiempo (comentario de Ana dela Encarnación de Segovia, citado en
Broughton, 1991, p. 53).

Quisiera señalar que ambas experiencias comparten elementos tanto “transpersonales” como
“paranormales”. En el primer caso, por ejemplo, se trata de una sensación de presencia que, si bien
resulta espeluznante, no deja por ello de ser “espiritual”. En el segundo caso, por su parte, el éxtasis
espiritual de santa Teresa va acompañado de una levitación corporal aparentemente paranormal. Esta
combinación de rasgos espirituales y paranormales parece ser uno de los rasgos comunes de un amplio
abanico de fenómenos extraordinarios que van desde el éxtasis chamánico hasta las experiencias
cercanas a la muerte, los encuentros con ovnis y las abducciones alienígenas. Lo paranormal ha sido, a lo
largo de toda la historia, un rasgo muy importante de la experiencia humana que, independientemente de
lo que consideremos divino y/o demoníaco, siempre ha estado muy ligado, en la mayoría de las culturas,
a la religión y la espiritualidad. Algunos ejemplos evidentes de estas conexiones son la adivinación, los
oráculos, las voces, las visiones, los estigmas, la magia, los milagros, los hechizos, las apariciones, los
viajes espirituales, los encuentros supranaturales, las posesiones y un amplio rango de fenómenos
mediúmnicos y espiritistas.

Sólo muy recientemente, en la cultura industrializada de Occidente, el reino de lo paranormal se ha visto


desgajado de su contexto espiritual, en algunos de los casos, lo que ha provocado el rechazo escéptico de
lo paranormal, bajo el argumento científico materialista de que el mundo es un lugar físico y racional en
el que no cabe lo espiritual ni lo “paranormal” (que, casi por definición, no existe). Para otros,
especialmente los parapsicólogos, lo paranormal abarca un amplio arco de fenómenos naturales
ciertamente anómalos que existen fuera de las fronteras habituales del conocimiento científico. Desde
esta perspectiva, obviamente, la parapsicología es una forma legítima de exploración científica
vanguardista.

A pesar de esta visión humanista y científica, resulta muy difícil, aún en la sociedad moderna, deslindar
lo paranormal de la religión. La reciente historia dela Societyfor Psychical Research (fundada en 1882),
la primera organización dedicada a la investigación científica de lo paranormal, evidencia que, para
muchos de sus miembros fundadores, el objetivo fundamental de su estudio consistía en el intento de
demostrar la realidad de la creencia religiosa en la vida después de la muerte. No hay que olvidar que,
aunque la mayor parte de la investigación fue llevada a cabo por no espiritistas, trece de los diecinueve
miembros de su primer consejo directivo eran espiritistas (Nicol, 1982).

Han sido muchas las figuras clave de la psicología transpersonal que han mostrado un serio interés por lo
paranormal y por lo oculto. Digamos, para comenzar, que William James, uno de los pioneros de la
psicología transpersonal, también era miembro de la Societyfor Psychical Research y, en 1885,
emprendió una investigación científica (Murphy y Ballou, 1961) sobre los trances de la conocida Mrs.
Leonora Piper (1859-1950). De hecho, James no veía diferencia fundamental alguna entre la religión y
lo paranormal. Por ello escribió, en su clásico Las variedades de la experiencia religiosa (1901/1960, p.
69): Si nos preguntásemos por las características de la vida religiosa en los términos más amplios y
generales posibles, deberíamos responder que se asienta en la creencia de que existe un orden invisible
y de que nuestro bien supremo consiste en amoldarnos y acomodarnos a él.

James es muy cuidadoso en definir la noción de un “orden invisible” de un modo que incluya fenómenos
generalmente asociados al ámbito de lo paranormal. De hecho, llega a relatar experiencias de
“presencias” y apariciones como la anteriormente citada, en las que las dimensiones paranormales son,
al menos, tan evidentes como las religiosas o espirituales.

Otra figura importante en este contexto es Carl Jung, cuya psicología arquetípica sigue siendo uno de los
enfoques más influyentes en el estudio de lo paranormal. Jung estuvo toda su vida interesado en lo
paranormal y experimentaba regularmente fenómenos psíquicos, entre los que se cuentan visiones,
apariciones, extrañas sincronicidades, premoniciones, comunicaciones telepáticas, fenómenos
psicoquinéticos y muchas experiencias visionarias cercanas a la muerte a comienzos de 1944, que
siguieron a un ataque al corazón (1). Conviene recordar, en este sentido, que su tesis doctoral (1902) fue
un estudio de los trances mediúmnicos que experimentaba su prima de quince años Hélène Preiswerk y
que una de las principales razones por las que acabó rompiendo con Freud fue la indiferencia y la
agresividad que éste mostraba hacia el mundo de “lo oculto” (2).

Son muchas las figuras importantes de la psicología transpersonal actual que están seriamente
interesadas en la parapsicología y en lo paranormal. Entre ellos cabe destacar a Stan Grof, Willis
Harman, Charles Tart y David Fontana, miembro fundador de la sección de psicología transpersonal de
la BPS, que también ha sido presidente de la Societyfor Psychical Research. Si miramos más allá de las
personas interesadas en ambos contextos, es evidente que el reino de lo transpersonal está muy solapado
con el de lo paranormal. Rhea White, por ejemplo, aboga por eliminar cualquier distinción clara entre lo
paranormal y lo transpersonal afirmando, en su lugar, una variedad de las experiencias humanas
excepcionales (EHE), “un término que engloba a las llamadas experiencias místicas, psíquicas ‘cumbre’
y de ‘flujo’”. Aunque existen cinco grandes tipos de EHE (experiencias místicas, psíquicas, de
encuentro, las relacionadas con la muerte y las normales excepcionales), White afirma la imposibilidad
de establecer distinciones claras entre las experiencias psíquico/paranormales y las místico/espirituales,
una indefinición que, en la práctica, se ve fácilmente corroborada por el gran número de cuestiones que
han sido investigadas tanto por los parapsicólogos como por los psicólogos transpersonales, entre las
cuales cabe destacar las de la tabla.

Áreas de interés comunes a la psicología transpersonal y a la parapsicología

El aura y los sistemas de energía sutilCanalización y experiencias mediúmnicasExperiencias de


ángelesExperiencias de sincronicidad

Sueño lúcido

Experiencias cercanas a la muerte (ECM)

Experiencias extracorporales (EEC)

Recuerdos de vidas pasadas

Posesión

Profecía y precognición

Experiencias de reencarnación

Sensación de presencia

Experiencia chamánica

Curación espiritual

Estigmas y otras transformaciones corporales

Telepatía, clarividencia y “siddhis”

Trance
Experiencias con ovnis y contacto o abducción alienígena

Fenómenos psicoquinéticos

Brujería y magia

Obviamente, aunque todos esos temas sean comunes, los pormenores de la investigación, los enfoques,
las epistemologías y las metodologías empleadas por ambas disciplinas difieren considerablemente. Éste
es uno de los temas de los que nos ocuparemos ahora pero, para entenderlo plenamente, convendrá
empezar considerando la definición de la psicología transpersonal.

Lo transpersonal y la psicología transpersonal

Como ya hemos dicho, el término “transpersonal” empezó a ser ampliamente utilizado a finales de los
años sesenta para referirse a las dimensiones de la experiencia humana que parecen llevar a la persona
más allá de las fronteras normales del reino personal y se adentran en un dominio habitualmente
asociado a la religión, la espiritualidad, la meditación y el misticismo. De una revisión global de las
cuarenta definiciones publicadas entre 1968 y 1991, Lajoie y Shapiro (1992) identificaron los cinco
temas o conceptos clave siguientes que, en su opinión, caracterizan a la psicología transpersonal:

· El interés por los estados de consciencia.

· La preocupación por los potenciales más elevados o últimos de la humanidad.

· La idea de que la experiencia humana puede desarrollarse más allá del ego o del yo personal.

· La noción relacionada de trascendencia.

· La importancia de la dimensión espiritual en la vida humana.

Basándose en ello, Lajoie y Shapiro definieron la psicología transpersonal diciendo que: “…se preocupa
por el estudio del potencial más elevado de la humanidad y por el reconocimiento, comprensión y
realización de los estados de consciencia unitivos, espirituales y trascendentes.”
Pero, como señalan Walsh y Vaughan (1993), el ámbito de la psicología trasnpersonal no se halla
definido por los estados de consciencia. Aunque podamos considerar, por ejemplo, que la oración, la
acción compasiva, el amor desinteresado y la curación espiritual son fenómenos transpersonales, no
podemos decir que sean precisamente “estados alterados de consciencia” simplemente porque vayan
acompañados de fuertes componentes conductuales. Bien podríamos coincidir, pues, con Ferrer (2002)
en que los fenómenos transpersonales no son tanto experiencias internas como eventos participativos.
Además, la misma noción de “potencial más elevado” resulta un tanto problemática. ¿Cómo podríamos,
por ejemplo, saber qué es lo más elevado sin imponer una perspectiva a priori? También existe el
problema adicional de que tal definición presupone creencias metafísicas concretas sobre la existencia,
por ejemplo, de una realidad espiritual trascendente o sobre la importancia de la “experiencia unitiva”.

Walsh y Vaughan también señalan que, en la práctica, el interés de la psicología transpersonal no tiene
que ver con los estados más elevados ni con lo “espiritual”. Cada vez hay un mayor interés, no tanto por
las experiencias “cumbre” sino por el proceso en sí de las mismas, por el “a través”, como por ejemplo,
las emergencias espirituales o la noche oscura del alma (Grof, 2000; Grof y Grof, 1995; Hale, 1992 y
Steele, 1994). También existen muchas experiencias que, si bien pueden ser consideradas
“transpersonales” porque, en ellas, la persona parece ir “más allá del yo”, son, en otros sentidos,
manifiestamente primitivas o regresivas. Quizás los ejemplos más claros de todo ello provengan de la
enumeración comprehensiva de las experiencias transpersonales realizada por Grof (1988, 2000), basada
en su trabajo con el LSD y la respiración holotrópica:

· Identificación con animales

· Identificación con plantas y procesos botánicos

· Experiencia de materia inanimada y procesos inorgánicos

· Experiencias embrionarias y fetales

· Experiencias ancestrales

· Experiencias de encarnaciones pasadas

· Experiencias filogenéticas
· Experiencias espiritistas y mediúmnicas

· Experiencias de espíritus animales.

La cuestión más importante, obviamente, es si tales experiencias deben ser consideradas como
auténticamente transpersonales o si, por el contrario son, como diría Wilber (1980, 1996 y 1997),
fundamentalmente prepersonales. En breve volveremos a este punto, pero entretanto quisiera señalar el
peligro de la posición sustentada por Lajoie y Shapiro, y es que podemos vernos tentados por nuestras
propias preferencias y prejuicios religiosos, y considerar sólo auténticamente “espirituales”
determinados tipos de experiencias, dejando de lado otras que no se adaptan a nuestra visión teológica o
metafísica. De este modo, por ejemplo, las experiencias indígenas, chamánicas, mediúmnicas o
espiritistas pueden verse desdeñadas por algunos como formas primitivas de religión que carecen de
todo valor espiritual o transpersonal genuino o “superior” (Kremer, 1998). Tales personas afirmarían que
la psicología transpersonal sólo debería dedicarse al estudio del tipo de estados exaltados de consciencia
alcanzados por los místicos cristianos, judíos, sufíes o por ciertos yoghis o meditadores avanzados.

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