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Ana Carolina, la psicópata adolescente

Por Autor Invitado


Padece un nivel de psicopatología en la escala de crímenes violentos del FBI al tope. Ella es un nueve de nueve

Chihuahua. 2014- Nadie sospecharía que esta una escena y te das cuenta si se excitó el asesino, si es
adolescente de zapatillas Converse, sentada en una silla un sádico o si su intención era hacer sufrir a las víctimas.
que le queda muy grande, es uno de esos casos extraños Es como meterte en su mente.
que los mejores criminalistas de Chihuahua siguen sin
explicarse. Ana Carolina mató a sus padres y no tiene la Pero ésta era diferente. A riesgo de sonar poético, diría
intención de agradarle a nadie. que quien mató a estas personas no tenía alma. Aquel
sábado 4 de mayo, Ochoa se estaba preparando para
“La tenemos separada por seguridad” –me dice de sentarse con sus hijos a mirar el televisor, cuando un
entrada un guardia de la fiscalía local. Lo que no me comandante de homicidios le llamó por teléfono.
explica es si se trata de la seguridad de Ana Carolina o
de los demás. –¿Te acuerdas del caso de la niña que mató a su amiga
y su madre? –le preguntó el judicial.
La jovencita trae unos jeans entubados y una playera de
tirantes. No hace otra cosa que mirar al frente, con las –¿La que estuvo tres días con los cuerpos? Sí.
manos agarradas a los lados, como si estuviera trepada
en un columpio. No mide más de 1.48 metros y está tan –Tenemos uno peor.
flaca como un pájaro.
El comandante no exageraba: había un doble homicidio
Podría decirse que Ana Carolina no creció en lo físico, que, hasta ahora sigue en la boca de la gente en
pero sí en lo emocional. Si no fuera una asesina confesa Chihuahua. Este caso puede desembocar en cadena
ni tuviera una psicopatología nivel 9 –que en las escalas perpetua para dos adolescentes. Y podría reavivar el
del FBI está reservada sólo a los homicidas más duros–, debate sobre si un menor de edad debe ser juzgado como
el resto de su personalidad concordaría con la adulto bajo ciertas circunstancias.
descripción de cualquier adolescente.
La historia incluye a tres jóvenes, 13 litros de gasolina,
Mira todas las películas de Zach Efron, tiene una una caja de cerillos Clásicos y una pareja de ancianos
debilidad por la ropa de marca, viaja mucho y Tito “El millonarios con fin trágico. Y en el centro de todo está Ana
Bambino” sí que la hace bailar. En otras palabras: es toda Carolina. Una “niña fresa” de 17 años, que estaba por
una teen cuyos familiares describen como esa niña que salir de viaje a Venecia y a la que caracteriza un
puede pasar tardes enteras brincando en el tumbling que desapego extraño frente al dolor ajeno.
está en el patio trasero de su casa.
Hace unos días, justo cuando la enviaron a esa celda
Ana Carolina fue detenida hace dos semanas. Tiene 17 especial con la silla alta, le preguntaron cómo se sentía
años y hoy es el centro de un intenso escrutinio después de planear y lograr el asesinato de sus padres.
criminalístico. Psicólogos e investigadores tratan de
entender qué resortes operan en la cabeza de una menor “Libre”, dijo.
de edad, sin antecedentes de abuso familiar y que en
apariencia lo tiene todo, para todavía envenenar y Cadáveres que desconciertan
después quemar a sus padres, don Efrén y doña
Albertina, el pasado 3 y 4 de mayo. (Por privacidad de la Los dos cadáveres estaban carbonizados y yacían junto
familia se omiten sus apellidos.) a una barda de hormigón ennegrecido, ahumado, como
si ahí hubiera una chimenea. Los peritos determinaron
–Encontrarte a una menor de edad que no presenta que habían sido incendiados y abandonados apenas
ningún remordimiento por haber cometido un doble hacía unas horas. Por la posición de las manos y los pies,
homicidio… es rarísimo –dice David Ochoa, analista atadas a la espalda, estaba claro que no habían podido
criminal de la fiscalía de Chihuahua, a quien recurre el defenderse. El desgaste de los dientes en los cadáveres
Gobierno del Estado cada vez que necesita el perfil de un reveló que eran personas ya viejas. Una cadera permitió
asesino. establecer que una de ellas era mujer, quizá de 60 años
de edad.
Ochoa ha recorrido unas 250 escenas del crimen, en los
17 años que ha trabajado en esto. Ha perfilado a El otro muerto desconcertaba. Todo indicaba que se
enfermos mentales, asesinos pasionales y sicarios, de trataba de un hombre que rondaba 90 años, algo que
los que no fallan. Hace mucho tiempo perdió la cuenta de hacía el crimen completamente atípico. A escala
los cuerpos que han desfilado frente a sus ojos. Pero toda nacional, menos de 0.09% de los homicidios involucran a
su experiencia no le valió de nada hace dos semanas. Le personas mayores de 80. ¿De 90? Quizá haya uno o dos
llegó el día de quedarse boquiabierto. casos en 10 años.

–Las escenas de crimen son como lienzos –explica A Ochoa no le tomó más de 20 minutos arribar a la
Ochoa–. En criminología lo llamamos intención. Llegas a escena, en el sur de la ciudad, en un descampado cerca
del tristemente célebre parque acuático El Sapo Verde, a enterarse de que su novio la había traicionado, aceptó su
cuya desierta periferia acuden con regularidad homicidas culpa.
para abandonar cuerpos.
Lo planeó durante un mes
–Por allá están– le dijo un policía, aunque no era –¡Ya no los aguanto!– dijo la niña.
necesario. Bastaba con seguir el rastro de pasto
quemado. Ochoa entró en acción, con su libretita y bata –Este… ¿Quieres que silencie a tus papás?– preguntó
blanca, caminando, dando vueltas, estudiando todos los José Alberto, no muy convencido, como en broma. Yeni
ángulos del pastizal y los cuerpos. Todo para llegar a ese sonaba histérica.
momento en el que las cosas hacen clic en su cabeza.
Éste vino cuando estudió los rostros de las víctimas. No –¿Es en serio lo que me dices?
mostraban ni sorpresa ni terror, emociones que suelen
grabarse en un rictus en quienes son asesinados y –Tú dime. ¿Quieres que lo haga?
torturados. No había ceños fruncidos, párpados
arrugados o labios contraídos. –Sí.

–Los tomaron por sorpresa –diría después–. Nunca se La menor que mató e incineró a sus padres adoptivos
esperaron la agresión. Estaban en un ambiente de narró al MP cómo ocurrieron los crímenes. La joven
confianza cuando los mataron. aceptó que durante un mes planeó los homicidios.

Los cuerpos quedaron registrados como NN. No Podría decirle que la fotografía de Ana Carolina parece
identificados. extraída de un catálogo pervert. O que pertenece a una
adolescente común y corriente que está jugando con la
La solución del caso tomó menos de lo esperado. Sólo 24 cámara. Eso lo decide usted, que es quien mira la imagen
horas después del hallazgo cerca del Sapo Verde, un tomada con un celular. Nos muestra a una niña de
joven de 18 años confesó haber participado en el doble coletas, pequeña como un ratón, con los labios pintados
homicidio. Se trata de José Alberto Grajeda Batista, de color ocre brillante.
estudiante de quinto semestre de preparatoria.
Está lanzando un beso al espejo. Inocente o precoz,
“¡Ya no puedo más, necesito un psicólogo!”, pidió a queda al juicio subjetivo. Lo que es indiscutible es que
investigadores de la Fiscalía, según consta en actas detrás de ese beso se encuentra la homicida más extraña
judiciales. Le estaban haciendo preguntas de rutina sobre que haya visto Chihuahua en mucho tiempo.
la desaparición del empresario Efrén L. y su esposa
Albertina E., dueños de una decena de bares y expendios Su álbum fotográfico es un paseo por la vida de una
de licor en la ciudad, además de distintas propiedades en adolescente rica: Ana Carolina, Yeni, de minifalda y
Chihuahua y Texas. Eran padres adoptivos de su novia, tacones en las Bahamas. Ana Carolina en Disneyland.
Ana Carolina. Ana Carolina en Miami. Ana Carolina en lo que parece
ser una graduación, de vestido de diseñador traslúcido
Eran las 17 horas del domingo 5 de mayo y la Fiscalía abrazando a su novio, José Alberto.
respondía al reporte de una persona desaparecida,
presentado por la familia de Albertina. Desde la tarde del Son la pareja dispareja: él ni siquiera le ha quitado la
viernes no se sabía de ella y su esposo. etiqueta al traje barato que le queda demasiado largo. Por
si fuera poco, coronó su mal gusto acomodándose el
“Efrén estaba acostado en el cuarto y Albertina armando cuello de la camisa roja al tipo Tony Montana, encima de
su rompecabezas en la terraza”, reportó Margarita S., la las solapas.
mucama, última persona en verlos con vida. Durante 15
años había trabajado en la casa del matrimonio y, como –Siempre la vi como una niña chiple (mimada)–, resume
todos los viernes, salió temprano. Gabriela, compañera de semestre y estudiante de
preparatoria en el Tec Milenio de Chihuahua–. Acababa
Ahí es en donde entra en escena Ana Carolina. Yeni, de decir que se iba ir este verano a Venecia. Esas serían
como le decían de afecto. Una niña de 17 años adoptada sus últimas vacaciones antes de ser enviada a un
en el DIF local cuando tenía sólo dos meses de edad. internado en Estados Unidos.
Había sido criada por Efrén y Albertina como propia.
El viaje, por supuesto, quedó cancelado. En vez de fotos
El quiebre de José Alberto lo arruinó todo. Ana Carolina de Ana Carolina en una escuela de la Ivy League o Ana
ya había sido entrevistada por agentes judiciales en dos Carolina sonriente en la Plaza de San Marcos, decidió
ocasiones, en las que se comportó fría y resoluta. Se añadir a su vida otra muy diferente. La de su presentación
mantuvo firme: aseguró haber visto a sus padres viernes como homicida ante los medios de comunicación, el
y sábado, como todos los fines de semana. No fue sino pasado 6 de mayo.
hasta el domingo que se dio cuenta de su desaparición.
En la imagen más reciente, Yeni está de pie frente a un
–Me desperté y ya no estaban– sostuvo. rótulo en el que se puede leer “Policía Estatal Única
Investigadora”. Lleva un top de tirantes y tiene los últimos
El relato, que incluía una detallada lista de visitas a rastros de haber usado mousse en su cabello.
lugares públicos y otras coartadas, se vino por tierra con
la confesión de su novio. Compungido, reveló haber Se ve diminuta. Al lado derecho está su novio, con una
participado la noche del viernes, junto con Ana Carolina playera Aeropostale que resalta sus músculos. Al costado
y otro amigo, Mauro Domínguez, en el asesinato. izquierdo está un tipo que parece un viejo prematuro. Es
Mauro Domínguez y las de su cara no son arrugas.
Reconstruyó paso a paso una trama que para él comenzó
un mes antes, cuando Yeni le llamó para quejarse de que Tiene el rostro quemado porque se flameó
sus padres le habían castigado con el coche. accidentalmente al tratar de desaparecer parte de la
evidencia que le vinculaba al homicidio. El coche en el
El diálogo forma parte de su confesión, la cual se dio a que los tres transportaron los cuerpos sin vida de don
conocer públicamente la semana pasada. Concuerda con Efrén y doña Albertina hacia su incineración callejera.
el testimonio que Ana Carolina rindió después. Tras (Los apellidos se omiten por privacidad de la familia).
haber desarrollado un mecanismo de protección. Cada
–Sus papás la amaban mucho – cuenta Jesús Alberto, vez que la bulleaban, lloraba a voluntad. Se decía a sí
nieto de don Efrén–. Tenía todo lo que pedía. Una misma: llora. Una forma fina de manipulación.
computadora, una lap, un iPad, celular, ropa, un coche,
tv en el cuarto. Nunca le negaban nada.
Las conclusiones del reporte criminalístico precisan que
Decir que la familia sigue conmocionada es quedarse el homicidio se fue madurando durante un año. Fueron
corto. Se nota cuando Jesús Alberto se atraganta al meses en los que Ana Carolina llegó a germinar la idea.
hablar de la cercanía entre Ana Carolina y don Efrén, un Y a convencerse de que podía hacerlo. Que asesinar a
hombre que en sus 89 años jamás se enfermó y al que sus padres era “igual que deshacerse de un objeto”.
todos auguraban llegar a los 110 por ser fuerte como un
toro en el retiro. Dotada presumiblemente de un IQ elevado, Yeni debió
entender bien que no tenía el cuerpo para concretar su
“Cuando salían a comer ella le escogía los platos. La plan. Una niña de 1.48 y cuarenta y pocos kilos jamás
última vez fue hace como un mes. Le pidió unas flautas”, podría asesinar a dos personas, por muy viejas que
recordó. “Vaya que el abuelo la amaba. Le decía ‘mi fueran.
niña’”.
Pero el informe nos confirma que por eso emprendió la
El golpe le pegó más duro a la nana de Ana Carolina, búsqueda de lo que psicólogos definen como un proxy:
Margarita S. Hoy carga con unas enormes ojeras y un sustituto con la fuerza física necesaria.
parece estar lista para ser hospitalizada. Hasta que se
hizo adolescente, uno de sus trabajos había sido el de ser Los detalles del homicidio de don Efrén y doña Albertina
la confidente de Yeni, a la que llevó a numerosas fiestas salieron a luz el lunes pasado, durante una audiencia en
infantiles. Al álbum se pueden añadir las fotos de una niña la que el Ministerio Público dio lectura a las confesiones
vestida de hada. de Ana Carolina y su novio. Fueron 45 minutos tensos,
llenos de lágrimas de las familias de las víctimas y los
–¡Era una persona normal cien por ciento! –dice–. La victimarios, sentados lado a lado en el Juzgado 5 de lo
conocí desde bebé. Todos estos años de estar con ella. penal de Chihuahua.
Lo que le puedo decir es que no tiene nombre lo que hizo.
No lo entiendo. Era muy tierna. Ahí, en un tono impersonal que no podía ocultar la
realidad de lo que se estaba narrando, un agente
Nadie parece encontrar la explicación a la mutación de describió lo que sucedió entre el viernes 3 y el domingo 5
niña chiple a multihomicida, aunque Jesús y Margarita de mayo.
coinciden en haber notado desde noviembre pasado un
cambio en el comportamiento de Ana Carolina. Por lo que describe, es mejor dejar la narración de los
hechos incompleta. La letra fina de esa noche atroz fue
Quizá nada demasiado raro para una adolescente, pero redactada por Ana Carolina durante un mes, en el que se
dejó de comer con sus padres en la casa. Comenzó a hizo de dos cómplices que servirían de músculo. Su novio
pelear a gritos. Pasó más y más tiempo frente a la y Mauro, un amigo que mostró un inusitado interés por
computadora. Y se volvió cruel con su perro schnauzer. participar en la desaparición de dos personas.
Lo que Ana Carolina solía contarle en los últimos meses Fue ella quien eligió el viernes porque era el día más
a sus compañeros de la escuela ya era un foco rojo. En propicio: Margarita se habría ido por la noche y don Efrén
secundaria llegó a ser perseguida con el apodo de “Anita tampoco estaría. Pasaría buena parte de la tarde en su
La Huerfanita” porque, con papás de 70 y 90 años, era juego semanal de billar, dejando sola a su esposa.
evidente su origen. Parece que el resentimiento la
persiguió hasta la preparatoria. ‘Ya no los aguantaba’
“Un día dijo que le iba a meter un susto a sus papás por En esencia, Ana Carolina preparó una trampa de dos
no protegerla del bullying”, me dijo Gabriela, quien pidió tiempos. Primero prendió la televisión de la sala y esperó
no ser identificada por su nombre verdadero. “Pero lo a que su padre no estuviera para llamar a su madre a la
tomé a broma porque sabíamos que se llevaba mal con cocina, con Mauro agazapado detrás de un sillón. “Mamá,
ellos”. no encuentro un ingrediente”, dijo. Cuando Albertina
entró a la estancia, fue sorprendida por la espalda. Tenía
El reporte psicológico que se le hizo a Yeni luego de su los ojos clavados en su hija al momento de ser asfixiada
detención, nos borra por completo la imagen de la niña con un cable.
que elegía la comida de su padre y lo reemplaza por el
retrato de una asesina extremadamente peligrosa. En Don Efrén nunca tuvo la oportunidad de salvarse. A las
éste, se advierte que padece de un nivel de 10, cuando regresó de la que sería su última partida de
psicopatología en la escala de crímenes violentos del FBI pool, Ana Carolina repitió la operación. “Papá, ¿no vienes
al tope. Ella es un nueve de nueve. a cortar fruta conmigo?”. Esta vez el brazo de Yeni fue
José.
El examen reveló trazas de sadismo sexual, una absoluta
falta de remordimiento y un distanciamiento paulatino con Varios elementos adicionales han sorprendido a los
sus padres. La ruptura –interna y externa– habría iniciado investigadores en este caso. Sobre todo, la frialdad y la
desde la secundaria, desde los años en que estudiaba en casualidad –hasta banalidad podría decirse–, con que
el Instituto América, un estricto colegio de monjas en una niña que convivió toda su vida con una familia pudo
donde sus compañeras abusaban verbalmente de ella. deshacerse de sus padres. Como si fuera algo cotidiano.
Un hecho más de rutina.
Bajo el escrutinio de los médicos, Ana Carolina admitió
Después del homicidio, Ana Carolina, José y Mauro
dejaron los cuerpos en la sala para ir a cenar hot dogs.
Remataron con un six de Tecates. Al día siguiente, luego
de la incineración cerca del Sapo Verde, los novios se
fueron de shopping a medirse los dedos para anillos de
compromiso. Por la noche acudieron a celebrar en una
fiesta de XV años.

Probablemente la Fiscalía habría encontrado elementos


para resolver el caso sin la necesidad de la confesión de
José. Pero llama la atención un hecho. Ana Carolina
soportó dos interrogatorios sin quebrarse un centímetro.
No falló ella. Fue su novio.

Como menor de edad, Ana Carolina será juzgada de


forma separada a sus cómplices. A diferencia de José
Alberto y Mauro, que enfrentan la posibilidad de ser
sentenciados a cadena perpetua por la agravante de
haber cometido un feminicidio, ella no recibirá más de 15
años de prisión. Estará libre a los 32 años.

–Como familia de las víctimas le vamos a pedir al


Congreso del Estado que modifique la ley– me explicó
Jesús Alberto. A raíz de esto deben reducir la edad penal
a 16 años. Después de lo que hizo, Ana Carolina va a
estar libre muy joven. Sabemos que no puede aplicar a
su caso porque no hay retroactividad, pero en el futuro
esto es algo que no puede repetirse.

Para quienes la han visto después del homicidio, Ana


Carolina no ha mostrado la más mínima señal de
arrepentimiento. En las horas iniciales tras su detención,
entabló un diálogo absurdo con investigadores de la
Fiscalía. Testigos la describen como completamente
relajada. “Siempre capaz de sostener la mirada”, delineó
un judicial presente.

–¿No te arrepientes?, le preguntó un agente.

–Sí y no. Sí porque ya no me voy a poder casar con mi


novio. No, porque ya no aguantaba a mis papás.

–Vamos a suponer que no te hubieran atrapado. ¿Cómo


te veías?

–Yo, feliz

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