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Las Brigadas Rojas...¿Que Fueron?

Brigadas Rojas

Las Brigadas Rojas (en italiano Brigate Rosse) fueron una organización de lucha armada revolucionaria italiana fundada en
1969, que fue paulatinamente convirtiéndose en un grupo terrorista. Partiendo de una formación teórica marxista-leninista,
tenía como objetivo atraerse a una parte del proletariado hacia sus posturas insurreccionales frente a las políticas reformistas
del PCI. Uno de sus objetivos fundacionales era retirar a Italia del Tratado del Atlántico Norte, que influía la politica italiana a
través de la denominada Operación Gladio. Su símbolo es una estrella asimétrica de cinco puntas.

El nacimiento de la Brigadas Rojas


Antecedentes
Los últimos años 60 marcan la frontera donde termina en Italia el periodo del llamado "milagro económico" y el bienestar
social, cada vez más contestado por la siguiente generación y comienza la inestabilidad y las revueltas tanto en el mundo
laboral como en el universitario. A imagen del Mayo francés y las protestas contra la guerra de Vietnam en Berkeley y
siguiendo los ejemplos de Rudi Dutschke y Daniel Cohn-Bendit los jóvenes universitarios italianos acogen los nuevos
conceptos del marxismo atípico que condena a los EE.UU., pero que a la vez se distancia de la URSS y de sus partidos
comunistas de la Europa Occidental. En Italia especialmente el Partido Comunista Italiano (PCI) es considerado por las nuevas
generaciones de izquierda como un partido que traicionando el espiritu partisano había entrado a colaborar directamente con
los enemigos de los trabajadores. Anteriormente a la Brigadas Rojas, otros grupos habían comenzado diversos proyectos de
lucha armada, como es el caso del Gruppo Cavallero (Piero Cavallero, Sante Notarnicola, Adriano Rovoletto, Danilo Crepaldi),
que actuó entre 1963 y 1967, en una especie guerra al estado de signo más bien anarquista, o el Gruppo 22 de Octubre (Rinaldo
Fioroni, Silvio Malagoli, Augusto Viel, Giuseppe Battaglia) seguidores en Genova de las tesis de Carlos Marighella y su
Pequeño Manual del Guerrillero Urbano.

La historia de las BR comienza con algunos estudiantes de la Universidad de Trento, que durante las revueltas estudiantiles de
1968 forman parte de los CUB (Comites Unitarios de Base), grupos mixtos de estudiantes y trabajadores que organizan las
revueltas, huelgas y mitines de aquel año. En estos grupos sobresalen las personalidades de Marco Boato, Mauro Rostagno y
sobre todo de Renato Curcio y su futura esposa Margherita "Mara" Cagol. Curcio es redactor de la revista "Lavoro Politico" de
inspiración marxista-leninista, critica en un principio con la lucha armada, pero que poco a poco va cambiando de postura
influido por la represión de la policía en la manifestación de Avola (Siracusa) donde mueren 2 braceros y hay 50 heridos, así
como por el aumento de la violencia neofascista de grupos como Ordine Nuovo. Curcio y Cagol se casan en agosto de 1969 y
se trasladan a Milán junto a Giorgio Semeria y Paola Besuschio, futuros miembros fundadores de las BR.

Izquierda Proletaria y lucha armada


La fusión de estos grupos y de otros menores dieron lugar al partido extraparlamentario Izquierda Proletaria, que tendrá su
propia publicación de igual nombre donde aparecerán, como símbolos, la hoz y el martillo cruzados con un fusil. Izquierda
Proletaria participará junto a otros grupos como Lotta Continua o Avanguardia Operaria en la lucha social por la vivienda o el
transporte, pero tras el congreso de Pecorile (Reggio de Emilia) dará un primer salto hacia la clandestinidad, y al nacimiento de
las BR. Renato Curcio, Mara Cagol y Alberto Franceschini hablaban de lucha armada basada en gestos propagandísticos,
incendios, secuestros publicitarios (relámpago), proclamas y reivindicaciones, para despertar la conciencia revolucionaria de
los trabajadores. Sin embargo Corrado Simioni estaba favor de una lucha armada más sanguinaria con propuestas que para
algunos eran demasiado aventureras, en las que se incluía el asesinato político o la utilización de bombas. Vencen las tesis de
Curcio, por lo que Simioni abandona el partido, fundando el Superclan (en el sentido de superclandestino) con otros militantes,
como Duccio Berio y Vanni Mulinaris.

La experiencia de Izquierda Proletaria continua paralelamente a las primeras acciones brigadistas, anunciando el 20 de
septiembre de 1970 con un boletín titulado L'autunno rosso è già cominciato (El otoño rojo a comenzado), el final de la SP y el
nacimiento de la revista "Nuova Resistenzia" portavoz del neonato grupo Brigadas Rojas. El nombre fue elegido tras largas
discusiones entre Curcio, Cagol y Franceschini en referencia a la Brigada Garibaldi y el Ejercito Rojo. La estrella de cinco
puntas se relacionaba con la bandera del Vietcong y al grupo guerrillero Tupamaros de Uruguay, la verdadera referencia de la
banda armada.

La primera acción de las BR fue el incendio del coche de Giuseppe Leoni, dirigente de la empresa Sit-Siemens enMilán el 17 de
Septiembre de 1970 dentro de las luchas obreras dentro de la fábrica. Esa misma tarde aparece en la ventanilla del Ferrari de
otro jefe de la empresa (el ingeniero Giorgio Villa) aparece un pasquín con el mensaje: ¿Hasta cuando durara tu Ferrari? Hasta
que nosotros decidamos que es hora de acabar con ella y con los esquiroles. BRIGADAS ROJAS. El 20 de octubre en el boletín
de Sinistra Proletaria saludan el nacimiento de las BR: Las apariciones de organizaciones obreras autónomas (Brigadas Rojas)
indican los primeros momentos de autorganización proletaria para combatir a los patrones y a sus siervos en su mismo
terreno y con los mismos medios que ellos utilizan contra la clase obrera.

Actúan basándose en las decisiones de una Dirección estratégica que establece campañas destinadas a la desarticulación de
su adversario: el poder político estatal. La dirección se expresa por medio de resoluciones estratégicas, consistentes en
documentos de análisis político que a intervalos indican los objetivos primarios a lograr y el modo (acciones armadas) a través
de las cuales se deben alcanzar. En la historia de las brigadas rojas se distinguen principalmente tres fases:

- la propaganda armada (1970-1974)


- el ataque al corazón del estado (1974-1980)
- la división y la disolución (1981-1988)

Mientras que en las dos primeras fases las BR operan como una única entidad, tanto ideológicamente como militarmente, la
tercera lleva a l grupo armado a dividirse tanto en el ámbito del análisis político, como en el de las tácticas militares.
Entre el otoño de 1980 y la primavera de 1981, dentro del cuerpo de las Brigadas Rojas se destacan:

- la columna Walter Alasia, consistente principalmente en la columna de Milán


- el Partido de la Guerrilla (Senzani) que combinará las columnas de Turín, de Nápoles y parte de las de Roma.

Lo que queda de las Brigadas Rojas toma el nombre de BR –para la construcción del Partido Comunista Combativo (BR-PCC)
que - después haber sufrido la separación de la columna veneta (la "2 de agosto&quot – sufrirá también una división
debido a la acción de la Unión de los Comunistas Combativos.

Las Brigadas Rojas surgen en un contexto muy favorable existente durante el período 1968-1969, un bienio de luchas de
trabajadores y estudiantes. En el sector milanés, al lado de aquellos que más tarde conformarán los "grupos históricos" de la
nueva izquierda se forman muchos Comités Unitarios y Colectividades Autónomas. Consisten en formaciones externas al
control parlamentario y a las organizaciones sindicales.
La coordinación de varios de esos grupos, en el otoño de 1969, toma el nombre de Colectividad Política Metropolitana (CPM),
que reúne trabajadores y técnicos presentes, particularmente, en dos establecimientos: Sit Siemens y Pirelli. A ellos se unen,
estudiantes de diversos estratos sociales: hijos de la pequeña y mediana burguesía, pero también hijos de trabajadores. Las
dos ramas principales- que en poco tiempo más formarán el grupo armado – provienen de la Universidad Libre de Trento
(Curcio, Cagol, Semeria) y de Reggio Emilia (Franceschini, Gallinari, Ognibene, Paroli, Pelli). Estos últimos - los muchachos del
departamento - son jóvenes formados en la FGCI, la organización juvenil del PCI. Posteriormente se unirán jóvenes
provenientes de otros grupos, tales como de las luchas de trabajadores del final de los años (Bassi, Bertolazzi) o de aquel
grupo que se convertirá primero en el Superclán y después – nacidos de la formación clandestina – en la escuela de Hyperion
de París (Mulinaris, Berio, Simioni) o de la inmigración de la provincia (Moretti).

Los militantes del CPM - el núcleo histórico de las Brigadas Rojas – fueron agrupados por el marxismo-leninismo en la versión
del Tercera Internacional, renovada con el análisis maoísta. Sin embargo, muchos de los militantes del CPM provienen de la
experiencia católica.
Un año después una parte del CPM da vida al grupo Izquierda Proletaria.
El debatido uso de la violencia encuentra apoyo e impulso en muchas formaciones extraparlamentarias a partir de la masacre
de la Plaza Fontana (12 de diciembre de 1969), interpretada por gran parte de los movimientos de aquel momento como
masacre de estado proyectada para disuadir las luchas de los trabajadores, mediante métodos terroristas.
En la Izquierda Proletaria dicho impulso se traduce por un lado en la opción de la creación de un periódico (Nueva
Resistencia), mientras que por el otro, se forma en la Pirelli de Milán, la primera Brigada Roja (noviembre de 1970). El pasaje al
ámbito del terrorismo ocurre en el otoño de 1970, en una convención realizada en Chiavari (Liguria), En esa sede se establecen
las bases de las Brigadas Rojas, que inicialmente tienen como objetivo la propaganda armada: con acciones manifiestas, pero
no sangrientas (atentados incendiarios, secuestros relámpago, divulgación de delitos, reivindicaciones y discursos), el grupo
armado procura sacudir las conciencias revolucionarias.
Entre noviembre de 1970 y mayo de 1972, nacen Brigadas Rojas en algunas grandes fábricas milanesas (Pirelli, Sit-Siemens) y
en algunos barrios grandes (Lorenteggio, Quarto Oggiaro).
Sus posiciones son expuestas, no sólo en volantes que acompañan sus intervenciones, sino también en documentos cortos o
en autoentrevistas.

La primera acción de las Brigadas Rojas de cierta importancia ocurre la noche del 25 de enero de 1971: son colocadas ocho
bombas incendiarias en ocho autotrenes de la pista de prueba de neumáticos de Lainate del empresa Pirelli. Tres de los
autotrenes son destruidos por las llamas.
La primera acción de las BR que tiene como objetivo una persona sucede en Milán el 3 de marzo de 1972, cuando el Ing. Idalgo
Macchiarini, dirigente de la Sit-Siemens, es capturado frente al establecimiento, fotografiado con un cartel colgado del cuello y
sometido a un interrogatorio de algunas horas sobre los procesos de reestructura puestos en marcha dentro de la fábrica.
El 2 de mayo de 1972, en Milano, se lanza la primera operación policial importante contra las BR. Sin embargo, la mayor parte
de los militantes perseguidos, logra evadir la detención. A partir de este momento la semiclandestinidad se transforma, para la
nueva organización, en una verdadera clandestinidad.
En agosto-septiembre de 1972 las BR, siguiendo el modelo propuesto en Uruguay por la organización guerrillera urbana de los
Tupamaros, crean en Milán y Turín dos columnas, cada de las cuales compuestas de más brigadas funcionando dentro de las
fábricas y de los barrios. Junto con la distinción entre fuerzas regulares (militantes de mayor experiencia totalmente
clandestinos) y fuerzas irregulares (militantes de todas las instancias que conforman la organización sin ser totalmente
clandestinos) se definen en forma precisa los niveles de militancia.
Mientras tanto, se van consolidando los acuerdos organizativos con grupos de Lodi y de Emilia-Romagna.
Entre 1972 y los 1974 las columnas de Milán y de Turín intentan tomar una decisión sobre la siguiente cuestión: las columnas
deben lograr afirmarse en sus respectivos polos y las brigadas en sus respectivas fábricas, o su existencia no tiene razón de
ser.
En el otoño 1973, en un encuentro entre los exponentes de la columna de Milán y Turín se decide articular el funcionamiento de
las columnas en tres sectores:
- el sector de las grandes fábricas;
- el sector de la lucha y la contra-revolución;
- el sector logístico

La Operación Fritz: Aldo Moro


Aunque el 1978 se abrió con los atentados mortales en el llamado "Frente de los presos", el verdadero objetivo seguía siendo
el "corazón de Estado" y muy especialmente la Democracia Cristiana, el brigadista Franco Bonisoli comentaba en una
entrevista en 1998: El proceso de Turín a los jefes históricos de la BR, debía ser también nuestro proceso, la revolución que
procesaba al Estado. Y la Democracia Cristiana para nosotros era el Estado y algunos de sus dirigentes, como Andreotti e
Moro, eran su verdadera representación...
El secuestro de Moro debía ser continuado con el de Leopoldo Pirelli y el de otros protagonistas. Aldo Moro encarnaba el alma
de la Democracia Cristiana y además la acción contra Giulio Andreotti era mucho más complicada al vivir en pleno centro de la
ciudad, mientras Moro vivía en un barrio residencial a las afueras de Roma. El asesinato de Moro fue el principio del fin de las
BR, pues posibilitó un endurecimiento considerable de las políticas de control del Gobierno. Se decretó, entre otras medidas,
la obligación por parte de los docentes universitarios de prestar un "Juramento de Lealtad a la República", imposibilitando así
cualquier postura, no ya de apoyo de las organizaciones revolucionarias, sino de crítica al Estado. La muerte de Aldo Moro
hizo que el asesinato fuera criticado no sólo por algunas de las personalidades de la izquierda radical italiana, sino incluso por
los presos de la organización.

Brigadas Rojas
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Brigadas Rojas
Brigate Rosse

Operacional 1969 - 1987

Liderado por Renato Curcio

Objetivos Establecer un Estado socialista en Italia.

Regiones activas Italia

Ideología Extrema izquierda, marxismo-leninismo.

Actos criminales El secuestro y posterior asesinato del primer ministro Aldo Moro en 1978.

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Las Brigadas Rojas (en italiano Brigate Rosse) fueron una organización de lucha armada
revolucionaria italiana fundada en 1969, que fue paulatinamente convirtiéndose en
un grupo terrorista (véase: estrategia de la tensión). Partiendo de una formación
teórica marxista-leninista, tenía como objetivo atraer a una parte del proletariadohacia sus
posturas insurreccionales frente a las políticas reformistas del PCI. Uno de sus objetivos
fundacionales era retirar a Italia del Tratado del Atlántico Norte, que influía la política
italiana a través de la denominada Operación Gladio. Su símbolo es una estrella asimétrica
de cinco puntas.
Índice
[ocultar]

 1El nacimiento de la Brigadas Rojas


o 1.1Antecedentes
o 1.2El Colectivo Político Metropolitano
o 1.3Izquierda Proletaria y lucha armada
 2La Propaganda Armada (1970-1974)
o 2.1Primeras acciones
o 2.2Secuestros relámpago
o 2.3La Campaña Sossi
o 2.4Los primeros reveses
 3El ataque al corazón del Estado (1975-1978)
o 3.1La Resolución Estratégica
o 3.2La muerte de Mara y el 2º arresto de Curcio
o 3.3El asesinato de Coco. La era Moretti
o 3.4Reorganización
o 3.5La Operación Fritz: el secuestro y asesinato de Aldo Moro
 4La Deriva militarista (1978-1980)
o 4.1El turbulento 1979
o 4.2Los arrepentidos
o 4.3Las escisiones
o 4.4La retirada estratégica
 5Las Otras Brigadas Rojas (1980-1988)
o 5.1BR-WA. La Walter Alassia
o 5.2BR-PCC. El Partido Comunista Combatiente
o 5.3BR-PG. El Partido de la Guerrilla
o 5.4BR-UdCC. La Unión de los Comunistas Combatientes
 6Las Brigadas Rojas hoy
 7Actividades
 8Efectivos
 9Zona de operaciones
 10Apoyos internacionales
 11El fin de las Brigadas Rojas: el proceso de "disociación"
 12Referencias
 13Bibliografía
 14Enlaces externos

El nacimiento de la Brigadas Rojas[editar]


Antecedentes[editar]
Los últimos años de la década del 60 marcan la frontera donde termina en Italia el periodo
del llamado "milagro económico" y el bienestar social, cada vez más contestado por la
siguiente generación y comienza la inestabilidad y las revueltas tanto en el mundo laboral
como en el universitario. A imagen del Mayo francés y las protestas contra la guerra de
Vietnam en Berkeley y siguiendo los ejemplos de Rudi Dutschke y Daniel Cohn-Bendit los
jóvenes universitarios italianos acogen los nuevos conceptos del marxismo atípico que
condena a los EE. UU., pero que a la vez se distancia de la URSS y de sus partidos
comunistas de la Europa Occidental. En Italia especialmente el Partido Comunista
Italiano (PCI) es considerado por las nuevas generaciones de izquierda como un partido
que traicionando el espíritu partisano había entrado a colaborar directamente con los
enemigos de los trabajadores. Anteriormente a la Brigadas Rojas, otros grupos habían
comenzado diversos proyectos de lucha armada, como es el caso del Gruppo
Cavallero (Piero Cavallero, Sante Notarnicola, Adriano Rovoletto, Danilo Crepaldi), que
actuó entre 1963 y 1967, en una especie guerra al estado de signo más bien anarquista, o
el Gruppo 22 de octubre (Rinaldo Fioroni, Silvio Malagoli, Augusto Viel, Giuseppe
Battaglia) seguidores en Génova de las tesis de Carlos Marighella y su Pequeño Manual
del Guerrillero Urbano.
La historia de las BR comienza con algunos estudiantes de la Universidad de Trento, que
durante las revueltas estudiantiles de 1968 forman parte de los CUB (Comités Unitarios de
Base), grupos mixtos de estudiantes y trabajadores que organizan las revueltas, huelgas y
mítines de aquel año. En estos grupos sobresalen las personalidades de Marco
Boato, Mauro Rostagno y sobre todo de Renato Curcio y su futura esposa Margherita
"Mara" Cagol. Curcio es redactor de la revista "Lavoro Político" de inspiración marxista-
leninista, critica en un principio con la lucha armada, pero que poco a poco va cambiando
de postura influido por la represión de la policía en la manifestación de Avola (Siracusa)
donde mueren 2 braceros y hay 50 heridos, así como por el aumento de la violencia
neofascista de grupos como Ordine Nuovo. Curcio y Cagol se casan en agosto de 1969 y
se trasladan a Milán junto a Giorgio Semeria y Paola Besuschio, futuros miembros
fundadores de las BR.
El Colectivo Político Metropolitano[editar]
En Milán las revueltas estudiantiles de 1968 dan paso en 1969 al llamado "otoño caliente"
de lucha obrera y sindical, en el cual los estudiantes se unen a los trabajadores en un
movimiento revolucionario que la izquierda histórica es incapaz de controlar y gestionar. El
matrimonio Curcio-Cagol establecerán diversos contactos con operarios y técnicos en
los CUB de las fábricas lombardas, militantes como Mario Moretti, Pierluigi
Zuffada, Giuliano Isa, Corrado Alunni, Umberto Forioli o Corrado Simoni, que formarán en
septiembre de 1969 el CPM (Colectivo Político Metropolitano), núcleo fundamental de las
BR. Formado en principio como un laboratorio de análisis político donde se unían
manifestaciones teatrales, cursos de arte o música para trabajadores, tras el atentado de
Piazza Fontana (nunca aclarado pero atribuido a neofascistas al servicio de los servicios
secretos), cambia su dirección para convertirse en un instrumento que debe predisponer a
la estructura laboral para la organización revolucionaria y desarrollar una ofensiva
generalizada contra el sistema.
A finales de 1969 el CPM organiza un congreso en el hotel Stella Maris de Chiavari en el
que participan alrededor de 60 delegados y donde la hipótesis de pasar a la lucha armada
se concreta en el llamado Libretto Giallo, un documento de 28 páginas titulado Lucha
social y organización en la metrópoli. El congreso de Chiavari señala también la necesidad
de transformar el CPM en una organización que recoja a militantes de distintos colectivos.
El más importante es el llamado "Gruppo dell'appartamento" de Reggio Emilia, formado
por otros históricos de las BR, Alberto Franceschini, Tonino Paroli, Lauro Azzolini, Fabrizio
Pelli, Franco Bonisoli, Prospero Gallinari, Roberto Ognibene., ex-miembros del FGCI
(juventudes comunistas), desencantados con el inmovilismo del PCI que incluso les
impidió manifestarse contra la base de la OTAN en Rímini.
Izquierda Proletaria y lucha armada[editar]
La fusión de estos grupos y de otros menores dieron lugar al partido
extraparlamentario Izquierda Proletaria, que tendrá su propia publicación de igual nombre
donde aparecerán, como símbolos, la hoz y el martillo cruzados con un fusil. Izquierda
Proletaria participará junto a otros grupos como Lotta Continua o Avanguardia Operaria en
la lucha social por la vivienda o el transporte, pero tras el congreso de Pecorile (Reggio
Emilia) dará un primer salto hacia la clandestinidad, y al nacimiento de las BR. Renato
Curcio, Mara Cagol y Alberto Franceschini hablaban de lucha armada basada en gestos
propagandísticos, incendios, secuestros publicitarios (relámpago), proclamas y
reivindicaciones, para despertar la conciencia revolucionaria de los trabajadores. Sin
embargo Corrado Simioni estaba favor de una lucha armada más sanguinaria con
propuestas que para algunos eran demasiado aventureras, en las que se incluía el
asesinato político o la utilización de bombas. Vencen las tesis de Curcio, por lo que Simioni
abandona el partido, fundando el Superclan (en el sentido de superclandestino) con otros
militantes, como Duccio Berio y Vanni Mulinaris.
La experiencia de Izquierda Proletaria continua paralelamente a las primeras acciones
brigadistas, anunciando el 20 de septiembre de 1970 con un boletín titulado L'autunno
rosso è già cominciato (El otoño rojo ha comenzado), el final de la SP y el nacimiento de la
revista "Nuova Resistenzia" portavoz del neonato grupo Brigadas Rojas. El nombre fue
elegido tras largas discusiones entre Curcio, Cagol y Franceschini en referencia a la
Brigada Garibaldi y el Ejército Rojo. La estrella de cinco puntas se relacionaba con la
bandera del Vietcong y al grupo guerrillero Tupamaros de Uruguay, la verdadera referencia
de la banda armada.
La primera acción de las BR fue el incendio del coche de Giuseppe Leoni, dirigente de la
empresa Sit-Siemens en Milán el 17 de septiembre de 1970 dentro de las luchas obreras
dentro de la fábrica. Esa misma tarde aparece en la ventanilla del Ferrari de otro jefe de la
empresa, el ingeniero Giorgio Villa, un pasquín con el mensaje: ¿Hasta cuándo durará tu
Ferrari? Hasta que nosotros decidamos que es hora de acabar con ella y con los
esquiroles. BRIGADAS ROJAS. El 20 de octubre en el boletín de Sinistra Proletaria
saludan el nacimiento de las BR: Las apariciones de organizaciones obreras autónomas
(Brigadas Rojas) indican los primeros momentos de autorganización proletaria para
combatir a los patrones y a sus siervos en su mismo terreno y con los mismos medios que
ellos utilizan contra la clase obrera.

La Propaganda Armada (1970-1974)[editar]


Acciones de las Brigadas Rojas (1970-1974)
Primeras acciones[editar]
El primer periodo de actividad de las BR es fiel al concepto de Renato Curcio sobre
la lucha armada, que debería ser utilizada como aglutinante de la lucha obrera en las
fábricas y las grandes empresas, en este sentido las acciones deberían tener un marcado
objetivo propagandístico para ganarse el consenso de la clase proletaria. Por otro lado
también las acciones deberían tener como objetivos los enemigos políticos del movimiento
obrero, que estaban instaurando en Italia un estado policial anti-proletario a través de la
llamada estrategia de la tensión, ideada desde las mismas fuerzas del Estado y puesta en
marcha por los grupos terroristas neofascistas. El Atentado de piazza Fontana contra la
Banca Nazionale dell'Agricoltura por parte de estos grupos, señala para muchos el
comienzo de los "años de plomo", con continuos atentados y enfrentamientos entre las
fuerzas del estado, grupos de extrema derecha y grupos de extrema izquierda.
Las primeras acciones brigadistas se limitaban a incendiar los automóviles de diversos
jefes de las grandes compañías milanesas, así como a miembros del Movimiento Social
Italiano (MSI). Su primer éxito mediático fue el atentado de Lainate (Milán), donde se
colocaron 8 bombas incendiarias en las instalaciones de la Pirelli, a pesar de que solo
explotaron tres, el revuelo levantado fue suficiente como para que la prensa empezara a
hablar del nuevo grupo armado. A pesar de que el Corriere della Sera calificara a las BR
de "fantasmagórica organización extraparlamentaria" y el diario del propio PCI, l'Unità, lo
tildara de "provocación de estilo fascista", las BR habían conseguido su objetivo de darse a
conocer entre los colectivos reivindicativos obreros. Al mismo tiempo se producen varias
acciones en Roma reivindicadas por las BR-Roma, grupo autónomo y espontáneo no
ligado a las originales BR, que desmienten su relación y desdeñan las acciones en las que
estén involucrados artefactos explosivos y amenazas de muerte.
Secuestros relámpago[editar]
Renato Curcio entiende que no podían continuar quemando viejos coches y por esta razón
se pensó en realizar gestos al estilo Tupamaro, los secuestros relámpago: breves
retenciones demostrativo-punitivas de algún personaje símbolo particularmente odiado,
inmortalizado a través de fotografías que se difundirían en prensa y boletines de
propaganda donde se reproducirían los mensajes brigadistas así como el juicio del
secuestrado, a partir de su liberación en estado de "libertad provisional". El primer elegido
es Idalgo Macchiarini, dirigente entre los más duros de la Siemens, que tras una hora de
retención es liberado con un cartel al cuello: BRIGADAS ROJAS. MUERDEN Y HUYEN.
NADA QUEDARÁ IMPUNE. GOLPEAR A UNO PARA EDUCAR A CIEN. TODO EL
PODER PARA EL PUEBLO ARMADO.
Los enfrentamientos se recrudecen el 11 de marzo de 1972 por la acusación contra Pietro
Valpreda (militante anarquista) de ser el autor del atentado de la piazza Fontana, al grito
de "¡Valpreda libre!, ¡el terrorista es el Estado!", se desencadena en Milán la revuelta
urbana en la cual son lanzados cocteles molotov contra la sede del Corriere della Sera.
Cuatro días después se produce la muerte, mientras preparaba el sabotaje de una línea de
alta tensión en Segrate Milán, de Giangiacomo Feltrinelli, dueño de la editorial Feltrinelli,
así como fundador de los Grupos de Acción Partisana (GAP). Las BR secuestran al
secretario de la sección local del MSI, Bartolomeo Di Mino, comenzando sus golpes contra
la extrema derecha, encarnadas en el Movimiento Social Italiano, el sindicato
fascista CISNAL, y el grupo paramilitar Avanguardia Nazionale.
El 2 de mayo de 1972, la policía italiana da el primer golpe contra las BR, se descubre la
base brigadista de Via Boiardo, donde es detenido Marco Pisetta, en realidad un infiltrado
de los carabineros en la organización. Los documentos requisados en la sede permiten
lanzar a la judicatura un mandato de busca y captura contra Mario Moretti y otros
brigadistas acusado de pertenencia a banda armada. Las BR se van especializando en el
secuestro relámpago, en el que los brigadistas hacen una especie de juicios a los
retenidos y después liberan con proclamas, como al ingeniero de la Alfa-Romeo, Michele
Mincuzzi: BRIGADAS ROJAS-MINCUZZI MICHELE DIRIGENTE FASCISTA DE LA ALFA
ROMEO-PROCESADO POR LAS BR. NADA QUEDARÁ IMPUNE-GOLPEAR A UNO
PARA EDUCAR A CIEN-TODO EL PODER PARA EL PUEBLO ARMADO-POR EL
COMUNISMO
El secuestro de Ettore Armerio de la FIAT, es un nuevo paso adelante en la escalada
propagandística de las BR, durante su retención se hacen públicos tres comunicados:
"¡Ningún compromiso con el fascismo FIAT!", "¡Los despidos no quedarán impunes!" y "No
somos nosotros quienes deben tener miedo". Los comunicados son repartidos en las
principales factorías italianas Ansaldo (Sampiderena Génova), SIT-Siemens (Milán), Breda
(Porto Marghera y Sesto San Giovanni), Alfa-Romeo (Arese) y en la misma FIAT, también
en Módena, Piacenza, Varese y otros muchos lugares, lo que demostraba la peligrosa
extensión del fenómeno brigadista. El secretario del Ministerio del Interior, Ernesto Pucci,
observa que: "el episodio representa una manifestación de la expansión de un cierto tipo
de criminalidad, que impone la movilización de toda la energía del estado".
La Campaña Sossi[editar]
Pero fue el secuestro de Juez instructor Mario Sossi cuando las BR alcanzan su cenit.
Cuenta Mario Moretti: Es la primera gran acción armada contra el estado y tuvo un
grandísimo efecto. Es un enfrentamiento real, vivido y visible, pequeño pero emblemático,
contra el verdadero estado, contra la magistratura, contra la policía y contra los
carabineros. Fascinó a muchos, y tuvo un eco extraordinario en la prensa. Fue con Sossi
con el que conquistamos el terreno de los medios. Efectivamente la "campaña Sossi" fue
muy productiva para las BR, hasta 8 comunicados fueron emitidos, en los cuales se
sacaron a la luz las relaciones entre diversos estamentos del estado, grupos de
delincuentes comunes y grupos de terrorismo negro. La torpeza con que fue tratado el
secuestro por parte del magistrado de Génova Francesco Coco, dio alas a los brigadistas
que piden la liberación de 8 miembros del grupo 22 de octubre. Durante 35 días en un
continuo cruce de comunicados y acusaciones, incluidos los del propio Sossi que pide a
Coco y al ministro Paolo Emilio Taviani que ocupen su lugar y le hagan compañía en la
"cárcel del pueblo" terminan el 20 de mayo con la decisión de la corte de apelación
de Génova de dar de oficio la libertad provisional a los 8 del 22 de octubre. Por su lado las
BR liberan a Sossi el 23 de mayo en Milán, con un billete de tren para Génova en el
bolsillo, tras el secuestro Sossi hace algunas declaraciones en contra de la
magistratura ...la independencia de la Magistratura es una utopía, esto ya lo sabían las BR,
yo lo he entendido en estos 35 días. Francesco Coco que públicamente había asegurado
la excarcelación de los 8 del 22 de octubre, da marcha atrás aduciendo que El acuerdo no
ha sido respetado: Sossi es libre físicamente pero no espiritualmente. Se produce una
honda polémica en la sociedad italiana, hasta Giuseppe Branca (expresidente del la Corte
Constitucional) se pregunta: ¿Quién garantiza que un estado incapaz de mantener hoy la
palabra dada a los delincuentes sabrá mantenerla mañana a los ciudadanos honestos?, de
todo ello obtienen las BR el resultado de prolongar el efecto de su acción en periódicos,
radio y televisión, en los que se habla de la honestidad de las BR y la deshonestidad del
propio Estado. La estrella de cinco puntas brillaba como nunca más lo haría.
Los primeros reveses[editar]
Tras la "campaña Sossi" las BR habían salido con la imagen de bandidos capaces de
meter en apuros a todo el aparato de Estado sin derramamiento de sangre. Sin embargo el
17 de junio de 1974 en Padua una noticia empieza a contradecir esta fama. En un ataque
a la sede del MSI, Giuseppe Mazzola y Graziano Giralucci se enfrentan a los brigadistas y
ambos mueren en la acción. Para las BR es un "incidente de trabajo", que incluso,
dice Curcio, tuvieron la tentación de no reivindicar, eran para las BR muertes imprevistas,
inesperadas y sobre todo muy embarazosas, que no deberían modificar la línea
estratégica de la organización. Al final reivindican la acción con un lacónico
comunicado: Un núcleo armado de las BR ha ocupado la sede del MSI en Padua. Los dos
fascistas presentes, habiendo reaccionado violentamente, han sido ajusticiados.
Más grave fue, sin embargo, los sucesos del otoño de 1974. La SID había conseguido
introducir en la organización a un infiltrado Silvano Girotto, "Hermano metralleta", un
supuesto rebelde de la guerrilla de América Latina. Tras varios contactos, Girotto consiguió
ser fotografiado el 31 de agosto con Renato Curcio y Mario Moretti, concertando una cita
para el 8 de septiembre. Ese día los carabineros les estaban esperando y fueron detenidos
en Pinerolo (Turín), Renato Curcio y Alberto Franceschini, dos de los miembros más
importantes de la cúpula de las BR. Moretti logra eludir la captura. Por las declaraciones
de Girotto se arresta el 9 de octubre en Como al ex-partisano Giambattista Lazagna,
supuesto jefe de las BR (aunque no militaba en la organización), también cae el día 10 la
sede de Via Amendola en Robbiano di Mediglia (Milán), y se arresta a Fausto
Tommei y Aldo Bonomi. El día 13 en Robbiano cae Pietro Bertolazzi, el 14, Pietro Bassi y
al día siguiente Roberto Ognibene es herido gravemente por los carabineros en un tiroteo
durante su detención en la que muere el teniente carabinero Felice Maritano.
El secuestro de Sossi, la caída de Curcio y el aumento de la espiral de violencia (además
de la BR por otros grupos armados) van a marcar un importante cambio estratégico en la
lucha armada de las BR que ya se venia gestando desde hacia tiempo en el seno de la
organización.

El ataque al corazón del Estado (1975-1978)[editar]


Acciones de las Brigadas Rojas (1975-1978)
La Resolución Estratégica[editar]
A lo largo de 1974 se discutía dentro de las BR la necesidad de abrir un nueve frente de
acción revolucionaria. Junto al "Frente de las Grandes Fábricas", donde se trataba de
crear un ambiente revolucionario y para el cual se había creado los NORA (Núcleos
Obreros de Resistencia Armada), se abría el "Frente de la Lucha a la Contrarrevolución"
que proyectaba un ataque contra las instituciones políticas y contra el mismo Estado, la
fase de la "propaganda armada" ha terminado, comienza el "ataque al corazón del
Estado". El secuestro del juez Sossi puede enmarcarse dentro de esta nueva línea, aún no
definida, pero que en su primer comunicado ya hablan de : contra el neo-gaullismo llevar el
ataque al corazón de estado. Transformar la crisis del régimen en lucha armada por
el comunismo. Desde la cárcel Renato Curcio habla de una "guerra de clases", no solo
italiana sino de ámbito europeo, por lo que recuerda la muerte en la cárcel de Holger
Meins miembro de la Fracción del Ejército Rojo (RAF).
Sin embargo las BR atraviesa su primera crisis, las fuerza del estado han reducido sus
miembros activos a una docena de efectivos. La dirección estratégica había sustituido a
Curcio y Franceschini en el ejecutivo por Giorgio Semeria y Mara Cagol, que deciden dar
un golpe impactante, la liberación del penal de Casale Monferrato de Renato. La operación
fue escrupulosamente preparada y su acción fue en cierto modo sorprendentemente fácil,
lo que lleva a pensar a ciertos sectores de la izquierda, como Vanguardia Obrera o la
diario l'Unità, que la BR tienen relación con los servicios secretos. Las BR en un nuevo
documento subrayan que la acción de liberación de los presos se enmarca en el contexto
de la "propaganda armada" en el sentido que ha producido una desarticulación profunda
en el estado y ha creado las premisas para organizar la vanguardia revolucionaria, la cual
debe enfrentarse ahora de lleno contra el estado que representa al fascismo de camisa
blanca.
En abril de 1975 se emite la Resolución de la dirección estratégica en la cual se hace
referencia por primera vez al acrónimo SIM (Estado Imperialista de la Multinacionales) el
verdadero causante de la violencia antiproletaria y contrarrevolucionaria. La lucha necesita
por tanto una intensificación del ataque al "corazón de Estado", el aumento de la guerrilla
urbana y la expansión de la asambleas obreras autónomas. El objetivo ya no son los
grupos fascistas, en los cual las BR no ven un peligro real, sino que sus objetivos apuntan
directamente a la Democracia Cristiana los verdaderos sostenedores del estado, a los
sindicatos amarillos que hacen el juego al SIM y a sus órganos de represión.
La relación con otros grupos armados aumenta, en Nápoles con los Núcleos Armados
Proletarios (NAP) (escisión de Lotta Continua), fermento de la nueva columna napolitana,
con los que colaboran en el secuestro en Roma de juez Giuseppe De Gennaro, o en la
misma Roma con los escindidos de Poder Obrero (POTOP), que formarán la columna
romana, uniéndose a las ya existentes en Milán, Turín y el Véneto.
La muerte de Mara y el 2º arresto de Curcio[editar]
La organización necesita medios para continuar su actividad, por ello se planean acciones
para obtener dinero. La primera es el secuestro del industrial viticultor Vallarino Gancia, los
brigadistas le sorprenden a la salida de su finca y lo introducen en un furgón.
Contemporáneamente en un lugar cercano un automóvil tiene un accidente, los
carabineros reconocen al conductor Massimo Maraschi, miembro de las BR, que es
detenido, los agentes relacionan los dos asuntos, un secuestro y un brigadista detenido, en
la zona debía haber una base del grupo, como así era. Se hacen continuos controles en
las haciendas y caseríos, en uno de ellos, Spiotta d'Arzelio ven dos autos sospechosos, al
llegar a la inspección se desata un tiroteo, caen heridos dos carabineros Giovanni
D'Afonso que morirá algunos días después y Umberto Rocca que perderá un ojo y un
brazo. Mara Cagol se encuentra sentada herida con dos disparos, un policía la dispara en
el tórax acabando con su vida. La noticia corre deprisa, Curcio se entera en Milán donde
estaba refugiado, más tarde emite un solo comunicado: Hoy ha caído combatiendo
Margherita Cagol, Mara, dirigente comunista y miembro de Comité Ejecutivo de las
Brigadas Rojas. Su vida y su muerte son un ejemplo que ningún combatiente por la
libertad podrá olvidar. Que miles de brazos se levanten para recoger su fusil. Nosotros,
como último saludo, le decimos: Mara una flor se ha abierto y esta flor de libertad las
Brigadas Rojas continuarán cultivando hasta la victoria
En la dirección de la BR, Renato Curcio se ve poco a poco aislado debido al cerco que
mantiene la policía en torno a él, y su distanciamiento ideológico con Mario Moretti. Las
acciones de las BR van dar una paso hacía formas más cercanas al terrorismo. La
necesidad de dinero hace que se cree un "Frente logístico", encargado de asaltar
entidades financieras (expropiaciones revolucionarias) y también encargado de obtener
armas y municiones. Se da un salto en los secuestros, que pasan a ser acciones punitivas
por medio de la gambizzazione, es decir se hiere en la pierna al secuestrado como método
de castigo (utilizado con anterioridad por el IRA), y de hecho se comienza a plantear por
primera vez los asesinatos políticos como forma de lucha armada. Esta nueva forma de
lucha no es bien recibida por algunos miembros sobre todo del "Frente de la Grandes
Fábricas", de esta forma se produce la primera escisión de la Brigadas. Corrado
Alunni, Fabrizio Pelli y Susanna Ronconi lideran un nuevo grupo más ligado a la lucha
dentro de la fábrica, nace la Formación Comunista Combatiente (FCC).
En otoño de 1975 la policía y los carabineros comienzan una ofensiva contra las BR. El 4
de septiembre en Ponte del Brenta se produce un tiroteo en el que muere el policía
Antonio Niedda y son detenidos los brigadistas Carlo Picchiura y Luigi Despali. El 30 del
mismo mes es herida y capturada en Altopascio (Lucca) una histórica del grupo, Paola
Besuschio. El 24 de diciembre los carabineros arrestan en Pavia a Fabrizio Pelli y por fin
en enero de 1976 consiguen cerrar el cerco sobre Curcio. La policía controlaba un piso en
Milán en el que vivía Nadia Mantovani a la que se la había visto con Renato algunos
meses antes, cuando intentaban acceder a la casa fueron detenidos los
brigadistas Vicenzo Guagliardo, Silvia Rossi y Angela Basone. La policía intenta el asalto y
en el tiroteo son heridos el brigadier Lucio Prati y el propio Renato Curcio, que es detenido
junto con Nadia Mantovani. Posteriormente son arrestados Giuliano Isa, Adriano
Colombo y Antonio Morlacchi y cuatro días después es detenido y herido gravemente otro
histórico, Giorgio Semeria. Es el primer gran éxito de la policía en contra de las BR. Ese
mismo año, el 17 de mayo se inicia en Turín un proceso contra veintitrés brigadistas, entre
los cuales están algunos de los dirigentes: Curcio, Franceschini, Gallinari, Ognibene,
Bassi, Bertolazzi, Levati, e incluso contra alguno que nunca fue de las BR,
como Giovanbattista Lazagna.
El asesinato de Coco. La era Moretti[editar]
Casi todos los fundadores de las BR estaban a principios de 1976 en la cárcel, solo
quedaba Mario Moretti en libertad y con él mucho nuevos brigadistas de nuevo cuño y
bastante más violentos que su antecesores. El proceso contra las BR sirve de motivo para
dar el salto al asesinato planeado, y lógicamente se elige un juez, y entre ellos el más
odiado, Francesco Coco, el que no cumplió su compromiso tras el secuestro de Sossi. El 8
de junio de 1976, de regreso a su casa en Génova, y cuando sale de su coche es
disparado con pistolas con silenciador, en la acción son asesinados también dos agentes
de su escolta, Giovanni Saponara y Antonio Decana. Para muchos el asesinato de Coco
era la crónica de una muerte anunciada, días antes habían aparecido pintadas
amenazantes en las paredes del Palacio de Justicia de Génova, la firma de la ordenanza
en la que detenía de nuevo a los miembros del 22 de octubre, fue la firma de su sentencia
de muerte.
En el juicio de Turín contra los brigadistas, el acusado Propero Gallinari intentó leer un
comunicado Ayer los núcleos armados de la Brigadas Rojas han asesinado al esbirro del
estado Francesco Coco y dos mercenarios que debían protegerlo..., el juez lo interrumpió y
los carabineros le retiraron el escrito, Gallinari continuó: Ajusticiar a Coco no es una
represalia ejemplar, con esta acción se abre una nueva fase de la guerra de clases, hoy
junto a Coco ha sido juzgado también usted, Señoría. Lo que indicaba el claro cambio de
actitud de los brigadista en su nuevo paso hacía el terrorismo político. En el proceso los
acusados rechazaron la "justicia burguesa" y recusaron a los abogados de oficio,
declarándose prisioneros políticos. Las BR amenazaron de muerte a cualquier abogado o
magistrado que actuara como defensor, y la amenaza no fue en vano, el abogado Fulvio
Croce era el presidente de consejo del Orden de Turín, el encargado de designar a los
abogados. El 28 de abril de 1978 poco antes de iniciarse el juicio (3 de mayo) es
asesinado en la entrada de su casa.
Para muchos autores con el asesinato de Coco comienza el periodo más duro de los "años
de plomo", que tendría su cenit en el secuestro de Aldo Moro. Tras las elecciones políticas
de 1976, en el nuevo parlamento, por primera vez desde 1947, el PCI no vota en contra
del gobierno de la Democracia Cristiana, este hecho y la derrota de la izquierda radical
(Lotta Continua, Vanguardia Obrera) en las elecciones produce una radicalización con la
aparición de múltiples grupos armados de izquierda revolucionaria: en septiembre se
constituye Primera Línea (PL), en octubre aparecen en Turín la Escuadras Proletaria
Armadas (SPA), el mismo mes nacen los Comités Comunistas Revolucionarios (CoCoRi),
noviembre aparecen la siglas de Sin Tregua (ST) y Lucha Armada por el
Comunismo (LAC) que convergerán en la llamadas Brigadas Comunistas
Combatientes (BCC) yen enero del 77 reivindican su primera acción los Comités
Comunistas por el Poder Obrero (CCPO).
Reorganización[editar]
Mientras tanto las BR se reorganizan rápidamente con nuevas incorporaciones, a la vez
que la policía lanza una nueva campaña de detenciones. A lo largo del mes de julio de
1976 se realizan diversas operaciones en los ambientes de izquierda en los que son
arrestados varios brigadistas, en Milán es detenido Franco Brunelli, en Verona caen Marco
Fasoli, Michele Galati y Luigi Pedilarco y en Turín Adriana Garizio. El 15 de diciembre se
produce un tiroteo en Sesto San Giovanni (localidad conocida como
la Stalingrado de Italia), en el cual mueren los policías Vittorio Padovani y Sergio Bazzega,
así como el joven Walter Alassia, militante del Comité Comunista Revolucionario y de Lotta
Continua. Alassia era un militante de base de la BR, pero que a partir de su muerte se
convertiría en un símbolo de la columna milanesa, que tomaría su nombre, como ya lo
hiciera la turinesa con Mara Cagol.
A pesar de la detenciones, Mario Moretti, consigue reestructurar la organización, y las
acciones se multiplican durante el año 1977. Son "gambizzados", Valerio Traversini
(funcionario de justicia), Bruno Diotti (jefe de la FIAT), Guglielmo Restelli (jefe de la Breda),
Alberto Mammoli (médico de la cárcel de Pisa, Vittorio Bruno (director de Il Secolo
XIX), Indro Montanelli (historiador y periodista, director de Il Giornale Nuovo), Emilio Rossi
(director del TG1), Antonio Granzotto (director de Il Gazzetino), estos últimos en una
campaña contra los periodistas (con la intención de desarticular la función
cotrarrevolucionaria desarrollada por los grandes medios), Mario Perlini (secretario
regional de Lazio de Comunión y Liberación), Maurizio Puddu (presidente de la DC en
Turín), Rinaldo Camaioni (funcionario de la FIAT), Carlo Arienti (consejero de la DC en
Milán), Antonio Cocozzello (consejero de la DC en Turín), Publio Fiori (miembro de la
DC), Carlo Casalegno (director adjunto de La Stampa), Giorgio Coda (neuropsiquiatra).
Además de innumerables asaltos, quema de vehículos y ataques a comisarías, periódicos,
sedes de la DC y establecimientos militares. También son acciones notorias las fugas
de Prospero Gallinari de la cárcel de Treviso con doce detenidos más y la de Antonio
Savino con otros nueve, del presidio de Forlì.
El ambiente durante el año 1977 es terrible, se suceden huelgas, manifestaciones y
enfrentamientos. El 11 de marzo se enfrentan en la Universidad de Bolonia, grupos
autónomos contra militantes de Comunión y Liberación, con la intervención de la policía
muere Francesco Lorusso de Lotta Continua, lo que produce una revuelta de 50.000
jóvenes, padeciendo la ciudad una jornada de guerrilla callejera. El ministro del
interior, Francesco Cossiga, prohíbe las manifestaciones, aunque estas continúan, en
Roma muere Giorgiana Massi, en un acto del PRI (Partido Radical Italiano). Meses
después es asesinado el militante de Lotta Continua, Walter Rossi, por un grupo
neofascista, así como el estudiante Roberto Crescenzio.
Las Brigadas Rojas en solitario o junto a otros grupos extienden sus acciones por todo el
país, a nivel organizativo están establecidas en 1977, seis columnas principales:

 Columna de Turín (Colonna Mara Cagol)


 Columna de Milán (Colona Walter Alassia)
 Columna de Génova (Colonna Francesco Berardi desde 1979)
 Columna del Véneto (Colonna Annamaria Ludmann desde 1980)
 Columna de Roma (Colonna XXVIII di Marzo desde 1980)
 Columna de Nápoles
 Diversos grupos menores en Bolonia, Florencia, las Marcas y la Romaña
Todas las columnas actúan de forma autónoma y en colaboración con otros grupos
siguiendo las directrices de la Dirección Estratégica dirigida por Mario Moretti con Prospero
Gallinari y Barbara Balzerani. Junto a los frentes ya establecidos (grandes fábricas, lucha
contrarrevolucionaria y logístico), se abre uno nuevo. "Frente de los presos políticos". Es
precisamente en este frente donde la BR se hacen eco de las muertes en la cárcel
(supuestamente asesinados) de los militantes del RAF, Andreas Baader, Gudrun
Ensslin e Jan Carl Raspe, el 18 de octubre de 1977 en Stammhein (Alemania). La iniciativa
contra el tratamiento carcelario de los prisioneros políticos, duramente establecido desde
julio de 1977 con la apertura del conjunto de cárceles de máxima seguridad bajo el control
del general Carlo Alberto Della Chiesa, se desarrolla con atentados mortales contra:
Riccardo Palma, magistrado de la Dirección general de Institutos Penitenciarios (Roma 14-
2-78); Lorenzo Cotugno, agente de vigilancia de la cárcel "Le Nuove" (Turín, 11-4-78);
Francesco Di Cataldo, jefe de los vigilantes de la cárcel "S.Vittore" (Milán, 20-4-78).
La Operación Fritz: el secuestro y asesinato de Aldo Moro [editar]
Aunque el 1978 se abrió con los atentados mortales en el llamado "Frente de los presos",
el verdadero objetivo seguía siendo el "corazón de Estado" y muy especialmente
la Democracia Cristiana. El brigadista Franco Bonisoli comentaba en una entrevista en
1998: El proceso de Turín a los jefes históricos de la BR, debía ser también nuestro
proceso, la revolución que procesaba al Estado. Y la Democracia Cristiana para nosotros
era el Estado y algunos de sus dirigentes, como Andreotti y Moro, eran su verdadera
representación... El secuestro de Moro debía ser continuado con el de Leopoldo Pirelli y el
de otros protagonistas. Aldo Moro encarnaba el alma de la Democracia Cristiana y además
la acción contra Giulio Andreotti era mucho más complicada al vivir en pleno centro de la
ciudad, mientras Moro vivía en un barrio residencial a las afueras de Roma.
Bonisoli vio por casualidad a Moro dirigiéndose a la iglesia de Santa Clara, informó al
grupo estratégico que se venía preparando en Roma, formado por brigadistas de todas las
columnas y lo pusieron en observación. Los brigadistas comprobaron que realizaba el
mismo recorrido todas las mañanas, se descartó atacar cerca de la iglesia al haber
demasiada gente y tras un largo estudio se señaló como el lugar más indicado la Via Mario
Fani al noroeste de la ciudad. La acción fue rápida y muy bien organizada. El 16 de marzo
a las 9:00 de la mañana Moro viajaba en un FIAT 130 junto al mariscal de carabineros
Oreste Leonardi y el conductor (también carabinero) Domenico Ricci. A este automóvil le
escoltaba una Alfa Romeo Alfetta con tres policías del Estado, el conductor Giulio Rivera,
el brigadier Francesco Zizzi y el guardia Raffaele Iozzino. Un FIAT 128 sale marcha atrás
desde la Via Stresa y bloquea al coche de Moro y el Alfa de la escolta choca contra él, de
la parte izquierda de la calle salen varios brigadistas (hasta 10) vestidos con uniformes
de Alitalia y sacan sus metralletas, disparan primero contra el FIAT y después acribillan al
Alfa Romeo de la escolta del que consigue salir Iozzino pistola en mano pero es abatido,
del FIAT sacan a Moro y lo suben a otro coche para salir huyendo junto con otros dos
coches más desapareciendo en las calles de Roma.
Foto de Aldo Moro el segundo día de su secuestro.

Al día siguiente del secuestro es elegido por ambas Cámaras y con procedimiento de
urgencia un gobierno democristiano monocolor, presidido por Giulio Andreotti, que es
apoyado por una gran mayoría parlamentaria, incluido el PCI. Desde un primer momento el
gobierno Andreotti defiende una posición de firmeza ante la posible extorsión al estado por
parte de los secuestradores.
El 18 de marzo a las 12:00 después de los funerales de la escolta, se recibe en el diario Il
Messaggero una llamada telefónica de parte de las BR en la que se indica que en
un fotomatón dentro del pasaje subterráneo de la plaza de Torre Argentina se encontrará
una bolsa, que contenía 5 copias del primer comunicado de la banda y la foto de polaroid,
en la que se ve a Moro en mangas de camisa y que dará la vuelta al mundo. En el
comunicado las BR titulado Intentamos movilizar la más grande e unitaria iniciativa armada
para el posterior crecimiento de la guerra de clases por el comunismo y en él se decía:
Jueves 16 de Marzo, un núcleo armado de la Brigadas Rojas ha capturado y recluido en una cárcel del pueblo a ALDO MORO,
presidente de la Democracia Cristiana. Su escolta armada compuesta de cinco agentes de los cuerpos especiales ha sido
aniquilada....(Moro)ha sido el jerarca más poderoso, el "teórico" y el "estratega" indiscutible de este régimen democristiano que
desde hace treinta años oprime al pueblo italiano....Moro es el padrino político y el ejecutor mas fiel de las directivas impuestas
por las centrales imperialistas...Está claro que con la captura de Aldo Moro, y el proceso al cual será sometido ante el Tribunal
del Pueblo, no intentamos "cerrar" la partida, ni aún menos destruir un símbolo. sino desarrollar una voz de mando con la cual
todo el Movimiento de Resistencia Proletario se está uniendo para convertirse en mas fuerte, más maduro, más incisivo y
organizado... Llevar el ataque al estado imperialista de las multinacionales. Desarticular las estructuras, los proyectos de la
burguesía imperialista atacando a los personajes político-económico-militares que son su expresión...

Ese mismo día 18 son asesinados en Milán Lorenzo Ianucci y Fausto Tinelli, dos jóvenes
afines a la izquierda, el atentado es reivindicado por un desconocido Ejército Nacional
Revolucionario - Brigadas Combatientes Franco Anselmi. Este atentado llevará a
enfrentamientos entre sindicalistas en Milán, pues unos presentaban una moción de
huelga general por el caso Moro, pero otros se manifiestan en la plaza del Duomo gritando
"por Moro huelga general, por nuestros compañeros asesinados, volver a trabajar". Al final
no hay movilización unitaria de los sindicatos y en diversas ciudades se presencian
enfrentamientos entre policías y militantes.
El 21 de marzo el gobierno aprueba un decreto ley contra el terrorismo, introduciendo
normas excepcionales en el código penal. Ello no impide que el día 24 en Turín la BR
vuelvan a atentar, en este caso contra Franco Giovanni Picco, consejero regional de la DC
que resulta herido. A pesar de las continuas reuniones de un gabinete de crisis en el que
participan todas las fuerzas de defensa del estado, nada se avanza en encontrar el
paradero del secuestrado. El día 25 de marzo, las BR hacen encontrar su segundo
comunicado en Roma, Turín, Milán y Genova, en el cual se hace un repaso de la vida
política de Moro. El tercer comunicado, del 29 de marzo, va acompañado de mensajes del
propio Moro a su mujer Nora, a su colaborador Nicola Rana y al Ministro del
Interior Francesco Cossiga. En los comunicados de las BR aunque se incide
principalmente en el "juicio proletario" de Moro, se escribe abundantemente de revolución
proletaria, partido armado, y todas las inquietudes ideológicas que definen a las BR,
utilizando la publicación de estos como altavoz de su propaganda política. Es remarcable
en el número 2 la mención a Ianucci y Tinelli "asesinados por los sicarios del régimen",
señalando que:
se buscaran las directas responsabilidades de Aldo Moro por las cuales y con criterios de JUSTICIA PROLETARIA, será
juzgado...El interrogatorio, cuyos contenidos ya hemos hablado, prosigue con la completa colaboración del prisionero. Las
repuestas suministradas aclaran mucho más las líneas contrarrevolucionarias que las centrales imperialistas están usando,
delinean con claridad los contornos y el cuerpo del "nuevo" régimen que, en la reestructuración del Estado Imperialista de las
Multinacionales se está instaurando en nuestro país y que tienen como apoyo a la Democracia Cristiana...Moro es también
consciente de no ser el único, de ser, quizás, el más alto exponente del régimen; llama a los demás jerarcas a compartir con el
la responsabilidad, y envía a los mismos una apelación que suena como una explicita llamada al orden.

La dirección de la DC se reúne y responde con un mensaje de firmeza ante el terrorismo y


añade la falta de "validez moral" de los escritos de Moro dado su estado de cautividad. El 3
de abril se realizan redadas entre los ambientes de izquierda, los carabineros retienen a
150 personas y la Policía de Estado a otros 129, con acusaciones de "asociación
subversiva" o posesión de armas. Los sindicatos protestan: "la condena al terrorismo no
puede ser excusa para delimitar las libertades constitucionales" y todos los partidos de la
nueva izquierda convocan para el día 9 una manifestación unitaria contra "el ambiente de
terror creado por el gobierno" y la utilización del ejército como fuerzas de orden público.
Durante estos días se reciben sucesivas cartas de Moro, a Zaccagnini (presidente de la
DC), a su esposa, a los presidentes de ambas cámaras, a Cossiga, al Papa Pablo VI, a
Virgilio Levi, a Paolo Emilio Taviani, etc. En los comunicados nº4, del 4 de abril, y nº 5, del
10 de abril, se continua con el irregular juicio proletario a Aldo Moro y la propaganda
habitual de las BR, pero se añade un punto importante:
Hemos afirmado muchas veces que uno de los puntos fundamentales de nuestra Organización es la liberación de todos los
prisioneros comunistas y la destrucción de todos los campos de concentración y lager del régimen. (comunicado nº4).... Como
ya se ha dicho en anteriores comunicados, la prensa continua su campaña de mixtificación, queriendo hacer creer de
existencia de "tratos secretos" y de misteriosos "pactos"; debemos rebatir esto... nuestra posición es la misma: ninguna trato
secreto, nada debe ser escondido al pueblo (comunicado nº5).

En la misma dirección van las peticiones de Aldo Moro a sus compañeros de partido y los
presidentes de las cámaras:
Esta solución debería ser negociada a través de la Cruz Roja de Ginebra y debería concretarse en una ley extraordinaria y
urgente del Parlamento, la cual me confiriera el "status" de detenido en condiciones del todo análogas de las de los prisioneros
políticos de las Brigada Rojas (Carta de Moro al Presidente del Parlamento Italiano)

El presidente Andreotti asegura en la Cámara: "No se puede pactar con los que tienen las
manos llenas de sangre" Benigno Zaccagnini, presidente de la DC reafirma esta posición
de no tener cualquier tipo de trato, igualmente Alessandro Natta, jefe del grupo comunista
en el parlamento apoya la línea de firmeza. Solamente desde el PSI, su presidente Bettino
Craxi aboga por abrir alguna puerta a la negociación, al menos por motivos humanitarios.
Dentro de la DC un pequeño grupo encabezado por Amintore Fanfani apoya le iniciativa
socialista, y se intentó por medio de Franco Piperno, líder de POTOP, y Claudio
Signorile del PSI un posible contacto con Mario Moretti para salvar la vida de Moro. El 15
de abril las BR hacen público su sexto comunicado:
El interrogatorio al prisionero Aldo Moro ha terminado... Las responsabilidades de Aldo Moro son las mismas por las cuales
este estado está bajo proceso. Su culpabilidad es la misma para la DC y su régimen, que serán definitivamente vencido,
liquidado y dispersado por la iniciativa de las fuerzas comunistas combatientes. No hay dudas. ALDO MORO ES CULPABLE Y
ES POR TANTO CONDENADO A MUERTE

Durante su cautiverio El 20 de abril, Moro apeló directamente al Papa Pablo VI para que
interviniera, de la misma manera que Pío XII lo había hecho en el caso del
profesor Giuliano Vassalli. El Papa escribió una carta a las Brigadas Rojas:
"No tengo ningún mandato para hablar con usted, y no estoy sujeto a ningún
interés privado en lo que respecta. Pero le quiero como a un miembro de la gran
familia humana, como un amigo de la época de estudiante y -por un título muy
especial- como a un hermano en la fe y como un hijo de la Iglesia de Cristo. Hago
un llamamiento que ustedes ciertamente no ignorarán;... de rodillas se los ruego,
liberen a Aldo Moro, simplemente, sin condiciones, no tanto por mi humilde y bien
intencionada intercesión, pero debido a que comparto con usted la común dignidad
de un hermano en la humanidad... Hombres de las Brigadas Rojas, me dejan, el
intérprete de las voces de muchos de nuestros conciudadanos, la esperanza de
que en sus sentimientos de corazón, que la humanidad triunfará. En la oración, y
siempre amándolos, espero prueba de ello.'Paulus PP VI."

La Deriva militarista (1978-1980)[editar]


El turbulento 1979[editar]
Los arrepentidos[editar]
Las escisiones[editar]
La retirada estratégica[editar]
El asesinato de Moro fue el principio del fin de las BR, pues posibilitó un
endurecimiento considerable de las políticas de control del Gobierno. Se decretó, entre
otras medidas, la obligación por parte de los docentes universitarios de prestar un
"Juramento de Lealtad a la República", imposibilitando así cualquier postura, no ya de
apoyo de las organizaciones revolucionarias, sino de crítica al Estado. La muerte de
Aldo Moro hizo que el asesinato fuera criticado no sólo por algunas de las
personalidades de la izquierda radical italiana, sino incluso por los presos de la
organización. La policía italiana haría detenciones masivas el 7 de abril de 1979, entre
las cuales cobraría fama la de un grupo de intelectuales del área de la Autonomía
Operaria, colaboradores de la revista Metrópoli, entre los que se contaba Paolo Virno,
además de Toni Negri, Oreste Scalzone, Luciano Ferrari Bravo y otros. Tras años de
prisión, finalmente se reconoció que no estaban vinculados a la organización.
Algunos años más tarde se especularía sobre la verdadera autoría del asesinato
de Aldo Moro. No son pocos los que insinúan que detrás de aquella acción podría
haber estado la organización paramilitar conservadora Operación Gladio, fundada en
los años 50 con objetivo de impedir el acceso al gobierno italiano del Partido
Comunista.
En 1981 la organización secuestró al general de brigada del ejército
estadounidense James Dozier, que fue posteriormente rescatado en una operación
policial. La policía italiana arrestó a varios miembros que proporcionarían valiosa
información sobre otros activistas, conduciendo a nuevas detenciones.

Las Otras Brigadas Rojas (1980-1988)[editar]


BR-WA. La Walter Alassia[editar]
Vittorio Alfieri, Pasqua Aurora Betti, Maurizio Biscaro, Adriano Carnelutti, Stefano
Ferrari, Caterina Francioli, Nicola Giancola, Walter Pezzoli, Ario Pizzarelli, Roberto
Serafini, Patrizia Sotgio, Giuliano Varchi
BR-PCC. El Partido Comunista Combatiente[editar]
Giuseppe Armante, Barbara Balzerani, Alberta Biliato, Nicola Bartone, Maria Cappello,
Umberto Catabiani, Tiziana Cherubini, Antonio De Luca, Mauro di Gioia, Antonio
Fosso, Franco Galloni, Claudio Giorgi, Simonetta Giorgieri, Antonio Giustini, Enzo
Grilli, Franco La Maestra, Flavio Lori, Rosella Lupo, Fausto Marini, Cecilia Massara,
Fulvia Matarazzo, Michele Mazzei, Stefano Miguzzi, Giani Pelossi, Carlo Pulcini, Fabio
Ravalli, Francesco Sinchich, Vicenza Vacaro, Carla Vendetti, Marco Venturini.
BR-PG. El Partido de la Guerrilla[editar]
Pasquale Aprea, Vittorio Bolognese, Antonio Chiocchi, Annamaria Cottone, Ennio di
Rocco, Natalia Ligas, Emilio Manna, Antonio Morocco, Vicenzo Olivieri, Maria Rosarina
Perna, Giovanni Planzio, Marina Sarnelli, Teresa Scinica, Giovanni Senzani, Clotilde
Zucca.
BR-UdCC. La Unión de los Comunistas Combatientes[editar]
Massimiliano Bravi, Paolo Casetta, Geraldina Colotti, Claudia Gioia, Fabio Liberti,
Maurizio Locusta, Francesco Maietta, Fabrizio Melorio, Daniele Mennella, Wilma
Monaco, Claudio Nasti, Paolo Persichetti.
En el período 81-82, la Columna Walter Alasia, de Milano, se escindió de las BR
promoviendo un retorno a la línea obrerista de los primeros años y, a continuación, el
grueso de la organización se dividió en dos facciones: la mayoritaria del Partido
Comunista Combatiente, conocida también bajo las siglas BR-PCC (sin clara
orientación política, más allá de una recurrente retórica leninista ortodoxa) y la
minoritaria del Partido de la Guerrilla, también conocida como BR-PG. En la misma
época era detenido el máximo dirigente Mario Moretti, tras siete años en busca y
captura.
En 1984, las Brigadas Rojas reivindicaron el asesinato de Leamon Hunt, responsable
estadounidense del Grupo de Observadores Internacionales para la Península del
Sinaí.
En 1985 algunos terroristas asilados en Francia regresaron a Italia. Al mismo tiempo
se incrementaron las detenciones. En febrero de 1986, la facción BR-PCC asesinó al
ex alcalde de Florencia, e intentó matar a un consejero del primer ministro Bettino
Craxi. En marzo de 1987, la otra facción (BR-UCC) asesinó al general Licio
Giorgieri en Roma. También fue en 1987, con una actividad casi nula, cuando
históricos militantes y dirigentes de la organización (como Curcio, Moretti, Barbara
Balzeranni, Anna-Laura Braghetti y otros) daban por finalizada la historia de las
Brigadas Rojas y reclamaban el fin de los atentados y la apertura de una etapa de
reflexión social y política sobre los errores y aciertos de los "años de plomo". El 16 de
abril de 1988 el BR-PCC asesinó al senador Roberto Ruffilli. Tras ello, las actividades
de estos grupos cesaron a causa del arresto de sus dirigentes.

Las Brigadas Rojas hoy[editar]


Pese a la "desautorización" de una posible continuación de los atentados BR después
de 1987, las autoridades han imputado a supuestas reconstrucciones de las Brigadas
Rojas las siguientes acciones, sin que aún se haya demostrado una vinculación con la
militancia brigadista histórica :

 20 de mayo de 1999: asesinato de Massimo D'Antona, consejero del gabinete


centroizquierdista de Massimo D'Alema.
 20 de marzo de 2002: la misma pistola usada para este asesinato fue usada
también para el de Marco Biagi, otro consejero económico, en este caso del
gobierno centroderechista de Silvio Berlusconi, y figura clave en las actuales
políticas de mercado de trabajo italianas. Las Brigadas asumieron la
responsabilidad.
 3 de marzo de 2003: dos activistas, Mario Galesi y Nadia Desdemona Lioce,
inician un tiroteo con la policía en un tren estacionado en la estación de
Terontola. Galesi y Emanuele Petri (uno de los policías) murieron. Lioce fue
detenida.
 23 de octubre de 2003: los carabineros arrestan a seis miembros de las Brigadas
en redadas simultáneas en Florencia, Cerdeña, Roma y Pisa, estando esta
operación relacionada con el asesinato de Massimo D'Antona.
 26 de mayo de 2012: Las Brigadas Rojas de Italia atentarán contra los políticos, a
quienes acusan de la crisis, en referencia a los dirigentes: "ha llegado el momento
de pagar por lo que han hecho".

Actividades[editar]
El núcleo original de las Brigadas Rojas se especializó en asesinatos y secuestros de
miembros del gobierno y empresarios italianos. Su modus operandi era disparar a las
víctimas cuando abandonaban su domicilio o su trabajo. El grupo había estado
largamente inactivo desde que las autoridades italianas y francesas arrestaron a la
mayoría de sus miembros en 1989. En la actualidad cuenta con recursos y militancia
limitados. La mayoría de los terroristas no se encuentran activos.

Efectivos[editar]
Mauro Acanfora, Vincenzo Acella, Roberto Adamoli, Sergio Adamoli, Francesco
Aiosa, Walter Alassia "Luca", Vittorio Alfieri, Rita Algranati "Marzia", Corrado
Alunni "Federico", Norma Andriani, Vittorio Antonini, Gloria Argano, Renato
Arreni, Lauro Azzolini, Giorgio Baiocchi, Livio Baistrocchi, Barbara Balzerani "Sara",
Pietro Barone, Paolo Baschieri, Angelo Basone, Pietro Bassi, Enzo Bella, Cecco
Belosi, Francesco Berardi "Cesare", Susanna Berardi, Pietro Bertolazzi, Leonardo
Bertulazzi, Paola Besuschio, Lorenzo Betassa "Antonio", Elio Blasi, Stefano
Bombaci, Franco Bonisoli, Anna Laura Braghetti "Camilla", Carla Maria Brioschi,
Alfredo Bonavita, Giulo Cacciotti, Margherita Cagol "Mara", Marco Caliandro, Fabio
Caliandro, Enzo Calvitti, Roberta Cappelli, Marcello Capuano, Lorenzo Carpi, Attilio
Casaletti, Alessio Casimirri.

Zona de operaciones[editar]
Tanto sus bases como sus objetivos están en Italia. Algunos miembros viven
escondidos o refugiados en otros países europeos, especialmente en Francia donde
se encontraban protegidos por la llamada "Doctrina Mitterrand", y
en Argelia, Angola, Brasil y Nicaragua.

Apoyos internacionales[editar]
En la actualidad se desconocen. Las Brigadas Rojas de la primera etapa se
autofinanciaban, aunque probablemente recibieron apoyos de otros grupos armados
de Europa Occidental.

El fin de las Brigadas Rojas: el proceso de


"disociación"[editar]
Adriana Faranda (Tortorici, Sicilia, 1950), exmiembro del comando que secuestró y
asesinó al primer ministro italiano Aldo Moro, junto con Giorgio Bazzega, cuyo padre
fue asesinado por la Brigadas Rojas, participó en mayo de 2012 en el Congreso sobre
Memoria y Convivencia organizado por el Gobierno Vasco, para hablar del proceso de
"disociación" que se puso en marcha en Italia en los años 80 para poner fin a las
Brigadas Rojas y reintegrar a sus militantes en la vida civil.1

Prospero Gallinari, secuestrador y


carcelero de Aldo Moro
El militante de las Brigadas Rojas participó en el asesinato del político
italiano
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LUCIA MAGI

16 ENE 2013 - 20:48 ART

El militante de las Brigadas Rojas Prospero Gallinari.

Prospero Gallinari, que perteneció al grupo terrorista marxista leninista de las Brigadas Rojas, murió en la mañana del lunes
14 de enero en el garaje de su casa, en Reggio Emilia. Tenía 62 años, corazón débil y manos grandes. Los problemas
cardiacos que acabaron con su existencia le permitieron salir de la cárcel en la década de los noventa y obtener la suspensión
de la pena de por vida. Sus manos de campesino y de obrero cogieron las armas a principio de los años setenta, en una
guerra al Estado organizada en varios ataques. En la primavera de 1978, formó parte del grupo que secuestró y asesinó a la
víctima más famosa del terrorismo italiano: Aldo Moro, presidente de la Democracia Cristiana.

En 1993, Mario Moretti contó haber apretado el gatillo. Hasta entonces los jueces habían condenado como ejecutor a
Gallinari, quien sostuvo, frente al periodista Sergio Zavoli, que la responsabilidad de aquel gesto fue compartida: “Los
militantes de las Brigadas Rojas mataron a Moro. Reivindicamos la paternidad de lo que decidimos hacer. Hemos llevado a
cabo nuestras elecciones, conscientes de lo que estábamos haciendo y de las consecuencias que provocarían”.

Gallinari creció en Reggio Emilia, ciudad rica de industrias y con pasado rural en el norte del país, galardonada con una
medalla de oro por su lucha contra el fascismo nazi: las matanzas del Ejército alemán que se retiraba, entre septiembre de
1943 y abril de 1945, allí se cuentan por docenas y fueron de una extrema crueldad. En 1960, cuando la Democracia
Cristiana (DC) formó un Gobierno con el apoyo externo de la extrema derecha del Movimiento Social, en la zona estalló la
protesta. Durante una manifestación sindical, la policía disparó y mató a cinco trabajadores, todos inscritos al Partido
Comunista (PCI), la agrupación de sobra más votada. En esta zona, entre Bolonia y Milán, los padres cogieron el fusil para
echar a los fascistas. Sus hijos crecían en el mito de aquella resistencia traicionada. Algunos de ellos —no reconociéndose
más en la política de los partidos de izquierdas— fundaron el núcleo de las Brigadas Rojas y en las colinas de Reggio, en
1970, decidieron volver a las armas. Empezó una época oscura de pistoletazos, secuestros y muertes. Empresarios, policías,
funcionarios, periodistas, magistrados, profesores, hasta un obrero, fueron víctimas del grupo armado. En el otro bando, la
extrema derecha ponía bombas en trenes, plazas y bancos.

La mañana del 16 de marzo de 1978, 10 brigadistas mataron a los agentes que escoltaban a Aldo Moro, el presidente del
primer partido italiano, y le secuestraron. Desde aquel momento, Roma escondió un agujero negro en su vientre caótico. Un
puntito invisible a centenares de investigadores, policías y carabinieri: la prisión del pueblo, en la jerga terrorista. Cuatro
hombres, entre ellos Gallinari, y una mujer mantuvieron al diputado en un pequeño piso, en una habitación tras una
estantería, interrogándole y dejándole escribir sus reflexiones y cartas. Italia, allá fuera, estaba convulsionada pero inmóvil
entre la búsqueda y la indecisión sobre si negociar. El Estado decidió que no.

Nunca se arrepintió ni se desvinculó de lo hecho en su periodo terrorista

Moro fue condenado a muerte. Gallinari no dejó ni un minuto el piso en los 55 días del secuestro. No salió ni la mañana del
9 de mayo, cuando Moro fue escondido en una cesta, llevado al garaje, tiroteado y dejado en el baúl de un Renault 4,
aparcado en el centro de Roma, entre la sede del PCI y la de la DC. Una tumba bien estudiada, ya que Moro, a pesar de las
presiones del Vaticano y de EE UU, imaginaba un Gobierno abierto a los comunistas.

Le preguntaba Zavoli: “Gallinari, usted se quedó en el umbral viendo aquella cesta que desaparecía por las escaleras. ¿Qué
hizo?”. “Recuerdo el telediario. Teníamos una televisión en blanco y negro, pero el color del rostro del periodista yo lo vi.
He visto su cambio de expresión. Aún no había leído la noticia, pero supe que estaba a punto de anunciar el hallazgo del
cadáver”. En aquel momento, Italia perdió la inocencia. Las Brigadas Rojas siguieron disparando, pero cada vez más
aisladas. Gallinari fue arrestado el año siguiente. Con la misma frialdad con la que contaba el evento que desvió la historia
de su país y su vida personal, decretó el fracaso de la lucha armada en 1987. Nunca se arrepintió o disoció de lo hecho.

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