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PROYECTO
Diseño de la cubierta del libro “Conocimiento y cultura. Estudios modernos en la Facultad
de Filosofía y Letras”.
Se eligió la tipografía FELL y FELL FLOWERS de finales de siglo xvii digitalizada por Igno
Marini.
Esta tipografía muestra imperfecciones propias de las impresiones del pasado al “conservar
el corte original, sobre todo para los glifos; para cada glifo se digitalizaron varias imágenes
y del conjunto se seleccionaron los mejores ejemplos. Es importante destacar que se
conserva cierta imperfección técnica que es, sin duda, parte del carácter tipográfico Fell
en la impresión. Los tipos difieren en altura, no mantienen la línea estrictamente horizontal
y muchos de ellos no presentan una perfecta verticalidad. Estos detalles se podrían haber
corregido mediante el empleo de software específico, pero hasta ahora nadie se atrevió a
corregirlos, debido a que estos rasgos son los que determinan el carácter de los tipos de
Fell. Sin embargo, es importante destacar que se ha trabajado especialmente para lograr
una buena calidad de ajuste automático autoespaciado iKern”.
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Adriana Álvarez Sánchez
Ciencia y pensamiento
El Apocalipsis en Nueva España. Los cambios
de una tradición milenaria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Antonio Rubial
“No quiero latines en lo que pretendo vulgar”: la querella sobre
los cometas entre los universitarios, médicos y astrólogos
novohispanos en la segunda mitad del siglo xvii . . . . . . . . . . 59
Héctor Rafael Aparicio Sedano
Ernesto Priani Saisó
La originalidad literaria en un manuscrito del siglo xvii,
los himnos de Guillén de Lampart. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
Olivia Isidro Vázquez
Ethos barroco en la identidad mexicana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Ambrosio Velasco Gómez
Cultura universitaria
Los Vizcarra: vecinos, universitarios y rebeldes
novohispanos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
Gibrán Bautista y Lugo
Composiciones literarias en tesis novohispanas. . . . . . . . . . . . 135
Yésica Ramírez Pérez
La argumentación sobre la infidelidad y la herejía
en el jesuita Francisco Javier Alegre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
Leticia López Serratos
E l A p o c a l i p s i s e n N u e va E s pa ñ a .
L o s c a m b i o s d e u n a t ra d i c i ó n
milenaria
Antonio Rubial
1
Jean Delumeau, Historia del paraíso, v. 2, pp. 57 y ss. Marjorie Reeves,
The Influence of Prophecy in the Late Middle Ages. A Study in Joachinism.
2
San Buenaventura, Escritos completos de San Francisco de Asís y biografías
de su época, Leyenda de San Francisco, p. 465.
3
“Vuelven por la tarde y padecen hambre como los perros”. Aunque este
salmo fue hecho como una oración contra los enemigos, fray Martín segu-
ramente lo interpretó en el sentido de considerar a los gentiles de América
como los perros que llegaban en la tarde de los tiempos a la ciudad celestial.
Para este tema, véase Antonio Rubial, La hermana pobreza. El franciscanismo: de
la Edad Media a la evangelización novohispana. En un apéndice de este mismo
libro se puede consultar la vida de fray Martín de Valencia escrita por fray
Francisco Jiménez, con un estudio introductorio de Pedro Ángeles.
4
Toribio de Motolinía, Historia de los indios de la Nueva España, iii,
cap. ii, p. 122.
5
Idem. El mismo hecho lo narra Jerónimo de Mendieta, Historia eclesiás-
tica indiana, Lib. v, cap. iv, v. ii, p. 269. Ambos se basaron en la biografía de
Valencia hecha por fray Francisco Jiménez.
6
Luis Weckmann, “Las esperanzas milenaristas de los franciscanos en
Nueva España”, p. 98.
Preguntáis ¿qué tan grande es su Iglesia? Dígote que a solis ortu usque
od occasum… (salmo 112,3), desde oriente hasta occidente y en toda
esta grande Iglesia de Dios es y ha de ser el nombre de Dios loado
y glorificado; y como floreció en el principio la Iglesia (en) oriente,
que es principio del mundo, bien ansi agora, en el fin de los siglos,
ha de florecer en occidente que es fin del mundo.8
7
Delno West, “Medieval ideas of Apocalyptic Mission and the early
franciscans in Mexico”, p. 310.
8
T. de Motolinía, Memoriales, p. 220.
9
El primer trabajo serio realizado sobre estas pinturas fue el de Rosa
Camelo, Jorge Gurría y Constantino Reyes, Juan Gersón. Tlacuilo de Teca-
machalco.
Imagen 1
San Juan devora el libro (Apocalipsis X, 8, 9)
Fuente: Juan Gersón, 1562. Pintura sobre amate. Coro bajo de la iglesia coventual
de Tecamachalco, Puebla, México. Reproducido en Miguel Ángel Fernández, La
Jerusalén indiana, p. 123.
Olmos. Para ampliar sobre el tema, véanse varios de los artículos recopilados
por María Sten (coord.), El teatro franciscano en la Nueva España. Fuentes y
ensayos para el estudio del teatro de evangelización en el siglo xvi.
Imagen 2
Cristo Juez en el día del Juicio Final flaqueado por la espada
de la justicia y el lirio de la caridad
Fuente: Cristóbal del Villalpando, finales del siglo xvii. Serie sobre la vida de San
Francisco. Museo colonial de la ciudad de la Antigua, Guatemala. Reproducida
en Juana Gutiérrez Haces et al., Cristóbal del Villalpando, p. 390.
también al cronista irlandés, muy leído en los ambientes franciscanos del Nuevo
Mundo. La recepción de Amadeo entre los franciscanos novohispanos en la
segunda mitad del siglo xvii se puede descubrir en fray Agustín de Vetancurt
Fuente: Cristóbal de Villalpando, finales del siglo xvii. Serie sobre la vida de San
Francisco. Museo colonial de la ciudad de la Antigua, Guatemala. Reproducida
en J. Gutiérrez Haces et al., ibid., p. 390.
12
El Floreto ha sido reeditado modernamente en Madrid (1998) por la
editorial Cisneros. Los “viri spiritualis” son una clara alusión a san Francisco
y a santo Domingo. Véase José María Alonso del Val, “El milenarismo en la
primera evangelización de los franciscanos en América”, pp. 370 y ss.
13
R. Mujica Pinilla, “El arte y los sermones”, pp. 225 y ss.
Imagen 5
Cristo y san Francisco unidos como ángeles seráficos
Fuente: Portada del libro de Pedro de Alva y Astorga, Naturae Prodigium, gratiae
portentum, Madrid, 1651. Reproducido en El barroco peruano, p. 225.
Fuente: Ignacio Berben, principios del siglo xviii. Museo del Colegio de Guada-
lupe de Zacatecas, México. Reproducido en Maricela Valverde Ramírez, Ignacio
Berben, un pintor del Reino de la Nueva Galicia, siglo xviii, portada.
15
Véase la ficha del cuadro elaborada por Rogelio Ruiz Gomar en Elisa
Vargaslugo Rangel et al., Arte y mística del Barroco, p. 274.
16
San Buenaventura, Escritos completos de San Francisco de Asís, Leyenda
de San Francisco, cap. IV, núm. 4, p. 484.
17
Ibid., Proemio, p. 465.
Imagen 7
San Vicente Ferrer como Ángel del Apocalipsis
Elías antes que llegue el día de Yahvé, grande y terrible”.20 Por otro
lado, de acuerdo con varios autores medievales, Elías era uno de los
dos testigos mencionados en Apocalipsis xi, 3-13. Por último, señala
Montes, Elías y Henoc fueron personajes asociados con las misiones
en Nueva España, pues con el primero “la salvación alcanzó a los pa-
ganos” (1 Reyes, xvii, 10, 16) y con el segundo se anunció “un reino
mesiánico eterno y no establecido en Jerusalén, sino en una tierra
nueva (Henoc, xlv, 4, 5). Así, la presencia de san Francisco como
Elías-Henoc podía estar también asociada con la misión franciscana en
América, la tierra nueva de la predicación evangélica que precedería al
final de los tiempos (Imagen 8).
Imagen 8
San Francisco arrebatado en un carro de fuego
Fuente: Cristóbal de Villalpando, finales del siglo xvii. Serie sobre la vida de San
Francisco. Museo colonial de la ciudad de la Antigua, Guatemala. Reproducido
en J. Gutiérrez Haces et al., op. cit., p. 388.
paña, siglo xvi (Iconología en la provincia del Santo Evangelio), pp. 322 y ss.
franciscana”, p. 171.
25
Jaime Cuadriello, “Virgo Potens. La Inmaculada Concepción o los ima-
ginarios del mundo hispánico”, v. III, pp. 1169-1264.
Imagen 9
La Inmaculada Concepción flanqueada por Duns Scoto
26
Este personaje se convirtió, en los siglos xvii y xviii en una figura cen-
tral de las representaciones inmaculistas en toda América. Véase A. Rubial,
“Dos santos sin aureola. Las imágenes de Duns Scoto y la madre Ágreda en
la propaganda inmaculista franciscana”, v. II, pp. 563-580.
Imagen 10
La Inmaculada Concepción y la Jerusalén franciscana
27
Aunque la tradición de colocar alas a los santos se dio por primera
vez en el arte bizantino con san Juan Bautista, las versiones occidentales
asociaron estos atributos angélicos al ámbito de los mendicantes hasta el
siglo xvii. El dominico san Vicente Ferrer fue quizá el primero en recibir alas
en su iconografía, como vimos, aunque después se utilizó para santo Tomás,
conocido como doctor angélico, y para el franciscano san Buenaventura,
llamado también doctor seráfico. Véase Louis Reau, Iconografía del arte
cristiano, v. III, p. 253 y v. V, pp. 282 y 329. En la iconografía americana
también san Francisco ha recibido este atributo.
28
Se encuentra reproducido en la imagen número 151 de la sección
iconografía de la página web del centro Duns Scoto. Recuperado de <http://
www.centrodunsscoto.it>.
Imagen 11
Duns Scoto alado con la Inmaculada pisa al dragón
Fuente: Autor anónimo, siglo xviii. Iglesia de San Antonio de Padua en Izamal,
Yucatán. Reproducido en Efraín Castro Morales, Adopte una Obra de Arte. Patri-
monio recuperado, p. 207.
29
Querétaro. Tesoros de la Sierra Gorda, p. 63. Aunque hay un error en
la nota a pie de página, pues dice que es san Miguel.
Imagen 12
Seraphicus Atlas. San Francisco, la Inmaculada
y su lucha contra las fuerzas demoniacas
30
J. Cuadriello, op. cit., pp. 1216 y ss.
31
Suzzane Stratton-Pruitt, La Inmaculada Concepción en el arte español.
32
María de Jesús de Ágreda, La mística ciudad de Dios, Lib. I, cap. 17,
párr. 250.
33
Baste citar dos ejemplos de esta presencia de la madre Ágreda en la
iconografía franciscana: el mural sobre la puerta de la portería del convento
de Ozumba, en el que la monja aparece junto a Duns Scoto flanqueando
a un san Francisco que sostiene tres grandes esferas y a la Inmaculada. Es
también muy significativo el relieve del siglo xviii sobre la puerta principal
de la fachada del colegio de Guadalupe en Zacatecas, donde la monja com-
parte la veneración de la Inmaculada (que es ya la Virgen de Guadalupe)
con otras tres figuras: san Lucas, san Juan y Duns Scott. La madre Ágreda
fue muy venerada en los colegios de Propaganda Fide. Véase A. Rubial, “Dos
santos sin aureola. Las imágenes de Duns Scoto y la madre Ágreda en la
propaganda inmaculista franciscana”, pp. 563-580.
34
A. de Robles, Diario de sucesos notables, v. II, p. 211. “Domingo 24
[septiembre de 1690] Se leyeron tres edictos de la Inquisición prohibiendo
los escapularios, oratorios, libros de la monja Ágreda y cruces”.
Imagen 13
La mística Ciudad de Dios contemplada por san Juan evangelista
y la madre Agreda
Fuente: Cristóbal de Villalpando, finales del siglo xvii. Museo del Colegio de
Guadalupe de Zacatecas, México. Reproducido en Federico Sescosse, El Colegio
de Guadalupe de Zacatecas, p. 134.
35
Véase la interesante ficha que elaboró sobre este cuadro Clara Bargellini
en J. Gutiérrez Haces et al., Cristóbal de Villalpando, pp. 317-318.
36
“Desde el principio y antes de los siglos fui creada y hasta el fin no
dejaré de ser... Como cedro de Líbano crecí, como ciprés de los montes del
Hermón, como palmera de Engadí, como rosal de Jericó, como hermoso olivo
en la llanura, como plátano junto a las aguas... Como vid eché hermosos
sarmientos, y mis flores dieron sabrosos y ricos frutos... Yo soy la madre del
amor hermoso, de la ciencia y de la santa esperanza. Venid a mí cuantos me
deseáis y saciaos de mis frutos”. Libro del Eclesiástico, cap. XXIV, vers. 14-26.
Descripción de la Sabiduría que inspiraría la letanía lauretana.
Imagen 14
Inmaculada niña, con sus padres san Joaquín y santa Ana,
pisa la serpiente
Imagen 15
San Miguel vence al Demonio de la idolatría
Fuente: Luis Juárez, primera mitad del siglo xvii. Museo Nacional de Arte, Ciudad
de México. Reproducido en Varios Autores, México, esplendor de treinta siglos,
p. 302.
Imagen 16
Inmaculada apocalíptica con san Miguel luchando contra
el dragón de siete cabezas
Imagen 17
Virgen alada del Apocalipsis pisando al dragón
de las siete cabezas y san Juan a lo lejos
Fuente: Autor anónimo, siglo xviii. Museo Nacional del Virreinato, Tepotzotlán,
Estado de México. Pintura novohispana, Museo Nacional del Virreinato, Tepotzotlán,
v. ii, p. 112.
39
J. Cuadriello, “El obrador trinitario o María de Guadalupe creada en
idea, imagen y materia”, pp. 61-205.
Imagen 19
La Virgen de Guadalupe como la mujer vestida al sol
que describe san Juan
Fuente: Autor anónimo, primera mitad del siglo xviii. Museo Franz Mayer, Ciu-
dad de México. Reproducido en Xavier Escalada, Guadalupe, arte y esplendor,
p. 81.
p. 165.
Construcción del idólatra y escritura de la Historia en una crónica del siglo xvi,
pp. 151 y ss.
Imagen 20
San Miguel vence al dragón de siete cabezas mientras
porta un estandarte guadalupano
Epílogo
Fuentes d o c u m e n ta l e s *
Ciencia y pensamiento