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MAQUIAVELO- EL PRÍNCIPE-

ALVAREZ GARZÓN, Horacio Joaquín


JUANEDA, Rodrigo

INTRODUCCIÓN

El poder sedujo a los hombres desde los comienzos de las civilizaciones. A


través de la historia hubo muchos hombres que publicaron sus concepciones de lo que
realmente es el poder; pero nadie lo hizo de forma tan realista y práctica como Nicolás
Maquiavelo. Nuestro trabajo apunta a analizar la obra más importante de Maquiavelo:
“El Príncipe”; donde describe como los gobernantes pueden adquirir y mantener el
poder político.
Maquiavelo, considerado junto a Jean Bodin iniciador de la teoría política,
piensa no sólo que una sociedad debe ser fundada, sino que también debe perdurar y por
esto explica, a través de su obra, qué es necesario hacer para que perdure. Las ideas
propuestas por Maquiavelo no fueron tomadas solamente en la época ya que tuvieron
gran repercusión a través de la historia, luego de su publicación.

VIDA Y OBRA

Escritor y estadista florentino. Nacido en 1469 en el seno de una familia noble


empobrecida, Nicolás Maquiavelo vivió en Florencia en tiempos de Lorenzo y Pedro de
Médicis.
Tras la caída de Savonarola (1498) fue nombrado secretario de la segunda cancillería
encargada de los Asuntos Exteriores y de la Guerra de la ciudad, cargo que Nicolás
Maquiavelo ocupó hasta 1512 y que le llevó a realizar importantes misiones
diplomáticas ante el rey de Francia, el emperador Maximiliano I y César Borgia, entre
otros.
Su actividad diplomática desempeñó un papel decisivo en la formación de su
pensamiento político, centrado en el funcionamiento del Estado y en la psicología de
sus gobernantes. Su principal objetivo político fue preservar la soberanía de Florencia,
siempre amenazada por las grandes potencias europeas, y para conseguirlo Maquiavelo
creó la milicia nacional en 1505.
Maquiavelo intentó sin éxito propiciar el acercamiento de posiciones entre Luis XII de
Francia y el papa Julio II, cuyo enfrentamiento terminó con la derrota de los franceses y
el regreso de los Médicis a Florencia (1512).
Como consecuencia de este giro político, Maquiavelo cayó en desgracia, fue
acusado de traición, encarcelado y levemente torturado (1513). Tras recuperar la
libertad se retiró a una casa de su propiedad en las afueras de Florencia, donde
emprendió la redacción de sus obras, entre ellas su obra maestra, El príncipe (Il
principe), que terminó en 1513 y dedicó a Lorenzo de Médicis (a pesar de ello, sólo
sería publicada después de su muerte).
En 1520, el cardenal Julio de Médicis confió a Maquiavelo varias misiones y,
cuando se convirtió en Papa, con el nombre de Clemente VII (1523), Maquiavelo pasó a
ocupar el cargo de superintendente de fortificaciones (1526). En 1527, las tropas de
Carlos I de España tomaron y saquearon Roma, lo que trajo consigo la caída de los
Médicis en Florencia y la marginación política de Maquiavelo, quien murió poco
después de ser apartado de todos sus cargos.
Su obra se adentra por igual en los terrenos de la política y la literatura. Sus
textos políticos e históricos son deudores de su experiencia diplomática al servicio de
Florencia, caso de Descripción de las cosas de Alemania (Ritrato delle cose della
Alemagna, 1532).
En Discursos sobre la primera década de Tito Livio (Discorsi sopra la prima
deca di Tito Livio, 1512-1519) esbozó, anticipándose a Vico, la teoría cíclica de la
historia: la monarquía tiende a la tiranía, la aristocracia se transforma en oligarquía y la
democracia en anarquía, lo que lleva de nuevo a la monarquía.
En El príncipe, obra inspirada en la figura de César Borgia, Maquiavelo describe
distintos modelos de Estado según cuál sea su origen (la fuerza, la perversión, el azar) y
deduce las políticas más adecuadas para su pervivencia. Desde esa perspectiva se
analiza el perfil psicológico que debe tener el príncipe y se dilucida cuáles son las
virtudes humanas que deben primar en su tarea de gobierno.
Maquiavelo concluye que el príncipe debe aparentar poseer ciertas cualidades,
ser capaz de fingir y disimular bien y subordinar todos los valores morales a la razón de
Estado, encarnada en su persona.
Su pensamiento histórico quedó plasmado fundamentalmente en dos obras: La vida de
Castruccio Castracani de Luca (1520) e Historia de Florencia (Istorie fiorentine, 1520-
1525).
Entre sus trabajos literarios se cuentan variadas composiciones líricas, como Las
decenales (Decennali, 1506-1509) o El asno de oro (L'asino d’oro, 1517), pero sobre
todas ellas destaca su comedia La mandrágora (Mandragola, 1520), sátira mordaz de las
costumbres florentinas de la época. Clizia (1525) es una comedia en cinco actos, de
forma aparentemente clásica, que se sitúa en la realidad contemporánea que Maquiavelo
tanto deseaba criticar.

CONTEXTO HISTÓRICO

El Renacimiento, época en que vivió Maquiavelo, es la culminación de un


proceso que arranca de la época anterior; no supone, en este sentido, una ruptura radical
con la Edad Media. Sin embargo, el Renacimiento, en cualquiera de sus
manifestaciones, opera una revisión del mundo medieval al tiempo que procede a la
revalorización de la antigüedad grecorromana.
Éste es un período de grandes cambios, en todos los aspectos de la vida;
podemos destacar:
9 Transformaciones económicas, se forma una sociedad de mercado
(mercantilismo), que considera factor primordial de la riqueza a la moneda
en sí.
9 Gracias al factor económico nace la burguesía, nueva clase social que
depende de la condición económica. Ésta irrumpe con fuerza y modela a un
hombre distinto (sentido comercial, apego a la riqueza, inclinación por el
mundo sensible.
9 Se producen grandes movimientos de la población, tales como crecimiento
demográfico y revitalización de las ciudades.
9 Hay un cambio de la mentalidad, se inclina hacia una afirmación del
individualismo.
9 Los descubrimientos científicos, entre los que podemos citar a Copérnico,
Galileo y Kepler con la teoría heliocéntrica. Esta “revolución Copernicana”
trajo aparejado importantes cambios en el pensamiento de la época.
9 La gran floración de la técnica, destacando importantes inventos como la
brújula que permitió descubrir tierras nuevas; la imprenta y el papel que
favoreció a la difusión de la cultura; la aplicación de la pólvora como arma
bélica, lo que ayudó al surgimiento de las grandes monarquías; el telescopio,
el microscopio, etc
9 La expansión de la cultura, con las nuevas Universidades y el fácil acceso a
libros gracias a la imprenta.
9 El nuevo concepto de la política y de las formas de convivencia (Maquiavelo
y Bodin) culminando con la creación del Estado Moderno.
9 La crisis religiosa, que se inicia con la influencia del paganismo
grecorromano y culmina con conflictos religiosos tales como la Reforma
Protestante y consecuentemente la Contrarreforma Católica. Cabe destacar
también el nacimiento de la Orden de los Jesuitas, fundada por San Ignacio
de Loyola.
9 El giro en la propia concepción del hombre y de su proyección social.
9 El amplio desarrollo del arte en todas sus expresiones (pintura, escultura,
arquitectura, música, literatura, etc) destacándose personajes tales como
Miguel Angel, Rafael, Donatello, Bruneleschi. Sin lugar a duda el prototipo
del hombre renacentista fue Leonardo da Vinci, destacándose en muchas
ramas del saber.
9 El gran progreso de la ciencia en general, ya que el hombre de ciencia
comienza a indagar con la razón hasta poder comprobar el porqué de las
cosas.
9 El humanismo, donde se destaca Erasmo de Rotterdam, que afirma el
derecho del hombre a realizarse en el mundo.

Cabe destacar que el movimiento renacentista comenzó en Italia, más


específicamente en la ciudad de Florencia y de ahí se propagó por toda Europa y el
mundo Occidente. Este período se caracterizó por una vuelta a la antigüedad clásica o
grecorromana. Hay que hacer mención aquí a un detalle significativo: la Edad Media no
fue una época oscura ya que sin ella no se hubiese podido llegar al Renacimiento; fue
una época en la cual se conservaron ocultamente los ideales de la antigüedad clásica.
Maquiavelo vivió en la Italia renacentista, una Italia que no estaba unificada,
sino dividida en muchos pequeños Estados que guerreaban entre sí; no sólo hay guerra
entre diferentes ciudades sino también en el interior de ellas se producen disturbios
civiles, tales como regicidios. Maquiavelo, comprendiendo esta situación nefasta, y
viendo además como se constituían las grandes monarquías en Francia, Italia e
Inglaterra, se da cuenta que hay que llevar a cabo una gran empresa: cambiar los ideales
de la época. Propone así soluciones completamente nuevas para la época: la unidad de
la sociedad es la política y la política es un acto; entonces para que haya una sociedad
una es necesario un acto fundador. Con esta idea escribe en 1513 “El Príncipe”.

SINTESIS DEL LIBRO


Podemos dividir a El Príncipe en tres partes; la primera, que consta de once
capítulos, enumera las diversas clases de principados, después analiza los tipos de
ejércitos como base sobre la que el príncipe debe construir(no hay que olvidar que
Maquiavelo fue un verdadero perito en cuestión de defensas, organización de milicias y
ordenanzas militares de la república florentina) y por último, el examen de las
“cualidades” o “virtudes” que deben adornar al Príncipe. Parte esta última que es la más
apasionante, donde pone las raíces de aquella “razón de Estado” de la que todavía se
discute y que tantos problemas y atrocidades a ocasionado en la historia moderna.
Además, si no referimos al forma de escribir de Maquiavelo, veremos que hay
como dos estilos: uno, que deja ver al hombre influenciado por la burocracia de
archivos y anotaciones breves y concretas. Pero inesperadamente aparece el otro, el de
un escritor nato capaz del toque directo y apasionado, influenciado por sus
experiencias, sobre todo durante su exilio.
A continuación se hará un breve resumen del libro, enfatizando ciertos párrafos
que muestran el pensamiento de Maquiavelo, y se los relacionará con hechos que han
ocurrido desde entonces que ejemplificaran dichas ideas.

“Y quien se adueña de una ciudad libre y no la aniquila, prepárese para ser


aniquilado por ella, pues ésta tendrá siempre como enseña de rebeldía su libertad y sus
antiguas leyes, cosas que no se olvidan por mucho tiempo que pase y muchos beneficios
que se reciban. Y por más que se haga o se prevenga, si no se extirpa la cohesión de los
ciudadanos y se les disgrega, nunca olvidarán el nombre de la libertad y de sus viejas
leyes, a la que recurrirán ante cualquier incidente.” (Nicolás Maquiavelo- El Príncipe-
Cap.V- pág.24) Esto es un claro ejemplo de lo que hace Estados Unidos en Irak,
llevando a cabo la frase: “divide y reinarás”, y destruyendo, aunque sea por “error”
todo aquellos símbolos que pertenezcan al viejo régimen de Hussein, con el fin de que
los soldados que quedan fieles se desanimen.

“Debe tenerse en cuenta que no hay cosa más difícil de intentar, ni menos segura
de conseguir, ni más peligrosa de manejar, que llegar a ser jefe o príncipe e imponer
nuevas leyes. Porque serán enemigos suyos cuantos aman las viejas instituciones, y
tibios amigos y defensores quien amen las nuevas. La tibieza de los últimos nace, en
parte, del miedo a los adversarios, que cuentan con las viejas leyes, y en parte de la
incredulidad de los hombres, que realmente no creen en las cosas nuevas si primero no
se cuenta con sólida experiencia.” (Nicolás Maquiavelo- El Príncipe- Cap.VI- pág.26)
En este caso nuestro país es un claro ejemplo, de que muchas veces cuando un
gobernante quiere cambiar algo ya instalado, como la burocracia, que trae beneficios a
unos pocos, son muy pocos los que lo apoyan en su reformas porque se ven dañados
sus intereses, por lo que el gobernante o bien desiste de sus reformas o se ve obligado a
renunciar por la falta de apoyo.

“... los estados creados repentinamente no pueden tener raíces profundas ni


ramas sólidas, como ocurre en la naturaleza con todo lo que crece de la noche a la
mañana: al primer suceso adverso se extinguen. Solamente si los príncipes hechos de
pronto tienen tanta fortuna y valor que aprenden pronto a conservar lo que la suerte ha
puesto en sus manos, irán adelante con sólo que busquen y encuentren los fundamentos
que los demás tenían antes de llegar a príncipes.” (Nicolás Maquiavelo- El Príncipe-
Cap.VII- pág.30) Creo que por ejemplo el presidente Kirchner refleja este párrafo,
porque aún sin haber podido hacerse el ballotage, ha ido construyendo su poder de a
poco, y incluso a llegado a cosas mas productivas que otros presidentes electos en
primera vuelta. Todo esto por ahora.
“creo que depende del buen uso o mal uso que se haga de la crueldad. Puede
llamarse crueldad bien usada(si es lícito hablar bien de lo que es malo) la que se lleva a
cabo rápidamente, para lograr la firmeza del poder, y después no se insiste en ella, sino
que se busca la mayor utilidad posible para los súbditos. Mal usada es la crueldad que,
poco notable al principio, va creciendo con el tiempo y se sostiene en vez de
extinguirse.” “...de lo cual hay que deducir que quien usurpa un estado debe realizar de
una vez todos los actos de crueldad que estime necesarios para lograr su objetivo.”
(Nicolás Maquiavelo- El Príncipe- Cap.VIII- pág.43)

“digo que a este principado(civil) se llega o por el favor del pueblo, o con ayuda
de los poderosos. Porque en todo Estado se dan dos tendencias, que nacen del hecho de
que el pueblo no quiere ser gobernado ni oprimido por los potentes que, a su vez, no
anhelan más que mandar y oprimir al pueblo. De estos contrapuestos apetitos nace en
los estados uno de estos tres efectos: o principado, o libertad o anarquía...” “...porque
cuando los grandes o poderosos ven que es imposible resistir al pueblo, empiezan por
apoyar a uno de ellos y lo hacen príncipe por propia decisión, a fin de satisfacer sus
apetitos a la sombra del elegido. El pueblo, por su parte, cuando ve que no puede
resistir a los magnate, elige a un conciudadano y lo hace príncipe para que lo defienda
de la autoridad.” (Nicolás Maquiavelo- El Príncipe- Cap.IX- pág.45)
Esto se ve claramente en algunos gobernantes, que al llegar al poder sólo se
limitan a favorecer a aquellas personas que los apoyaron y se olvidan de lo que es bueno
para la gente, y es así como muchas veces se provocan manifestaciones y disturbios que
no benefician a nadie.

“El príncipe no ha de tener otro objetivo ni otra preocupación que no sea la


guerra y su organización y disciplina, ni debe asumir alguna otra profesión. Porque ésa
es la que se espera de quien manda y es de tanta fuerza que no sólo sostiene a quienes
han nacido príncipes, sino que muchas veces hace que simples ciudadanos lleguen a
aquella altura. Por el contrario, cuando los príncipes piensan más en delicadezas que en
el ejercicio de las armas, pierden su posición.” (Nicolás Maquiavelo- El Príncipe-
Cap.XIV- pág.69)
“En cuanto al ejercicio mental, el príncipe debe leer las historias y meditar en
ellas las acciones de los hombres más excelentes: ver cómo han actuado en la guerra,
examinar las razones de sus victorias y de sus pérdidas, a fin de evitar estas e imitar
aquellas.” Estas afirmaciones no deben sacarse del contexto de que Maquiavelo era un
verdadero perito en cuestiones de defensa y milicias. (Nicolás Maquiavelo- El Príncipe-
Cap.XIV- pág.71)

“El príncipe no debe cuidar de que se le llame cruel si se trata de mantener fieles
y unidos a sus súbditos, pues con pocos actos de benignidad será más piadoso que
tantos otros que, por exceso de piedad dejan crecer los desórdenes, con su secuela de
asesinatos y latrocinios. Éstos hacen daño a toda la comunidad, mientras que las
ejecuciones capitales ordenadas por el príncipe son en daño de unos pocos.” (Nicolás
Maquiavelo- El Príncipe- Cap.XVII- pág.77)

“Sobre todo no toque los bienes ajenos porque los hombres olvidan más
fácilmente la muerte del propio padre que la pérdida del patrimonio.” (Nicolás
Maquiavelo- El Príncipe- Cap.XVII- pág.79)
“Ser amigo leal y enemigo verdadero es otra cosa causa de estima del príncipe;
es decir, cuando sin velo alguno se manifiesta a favor de uno o contrario a otro. Esto es
más útil que mantenerse neutral, pues si dos poderosos vecinos tuyos vienen a las
manos, puede ocurrir que la victoria de uno de ellos pueda dañarte o no; en todo caso
es más útil decidirte por uno de ellos y entrar descubiertamente en la contienda; porque
si no te decides y vence quien quiere hacerte daño, caes en sus manos con
satisfacción del vencido, sin que tengas razón alguna que te justifique ni persona que te
de refugio.”(Nicolás Maquiavelo- El Príncipe- Cap.XXI- pág.104)

“Debemos advertir que un príncipe nunca debe hacer alianza con otro más
poderoso que él para atacar a un tercero, a menos que sea absolutamente necesario,
porque si el más fuerte vence, serás prisionero suyo.” (Nicolás Maquiavelo- El
Príncipe- Cap.XXI- pág.106)

“También ha de mostrarse el príncipe amante de las virtudes, acogiendo a los


hombres virtuosos y honrando a los que sobresalen en cualquier arte debe animar a sus
conciudadanos a ejercer tranquilamente su profesión, en el comercio, en la agricultura
y en cualquier otra actividad.” “... el príncipe debe premiar a quienes hacen tales cosas
y a quien pretende, por cualquier medio, engrandecer su ciudad o su Estado.” (Nicolás
Maquiavelo- El Príncipe- Cap.XXI- pág.107)

“...cuando ves que el ministro piensa más en si mismo que en ti y que en todos
sus actos sólo busca el propio bien, puedes decir que no es un buen servidor, ni
podrás nunca fiarte de él. Porque quien gobierna el Estado de un príncipe nunca debe
pensar en sí mismo, sino en su señor, ni recordar a este nada que no sea propio de su
posición.” (Nicolás Maquiavelo- El Príncipe- Cap.XXII- pág.109)

ANÁLISIS
Antes que todo hay que aclarar que el Príncipe es un producto típicamente
renacentista, ya que se ha visto que en el campo de las ciencias y del pensamiento en
general, el Renacimiento aporta dos novedades sustanciales que son: el dato
experimental como punto de arranque de la inducción científica, y la independización
de las ciencias con respecto a aquella unidad teológico-filosófica que preside el
pensamiento de la Edad Media. Y aunque actualmente esta separación ya sea algo
normal, en el siglo XVI suponía una lucha a veces violenta con los sustentadores de la
vieja unidad, rota ya en parte por el Humanismo y mucho más por el Renacimiento.

A Maquiavelo cabe el descubrimiento de la posibilidad de una política y por lo


tanto, de una ciencia política autónoma, independiente de los antiguos principios
generales y al margen de consideraciones del orden moral. Lo que guía a esta ciencia
son motivaciones como la utilidad, el valor, la virtud, la fuerza, la astucia, la fortuna y la
audacia entre otros. Estas ideas están en concordancia con las de otro pensador de la
época, Jean Bodin.

La doctrina de Maquiavelo no era, en su época, una cosa puramente “libresca”,


conocida nada más por un pequeño grupo de pensadores. El de Maquiavelo, es el estilo
de un hombre de acción que quiere mover a la acción; él no quería que sus ideas
quedasen en la nada sino que movieran a los hombres hacia la política, especialmente a
los italianos.
Otro aspecto interesante de esta obra es que Maquiavelo deja de lado las
cosas imaginadas acerca del príncipe para describir las que son verdaderas. Él parte
de realidades, a veces experimentadas personalmente, y nunca se sale del terreno de lo
real capaz de ser probado por experimentación directa, lo que va de acuerdo a lo que el
Renacimiento planteaba. Porque al leer la obra se observará que son muchas las lecturas
que manifiesta Maquiavelo: Tito Livio, Herodiano, Homero, Jenofonte, Polibio citando
a los más antiguos; y estas lecturas no sirven para crear una teoría universal, sino
solamente para ejemplificar con datos bien concretos lo que el autor ve en la realidad
que lo rodea, porque ,como ya hemos mencionado, Maquiavelo se limita a describir lo
que los hombres hacen realmente: lo que son, no lo que debieran ser.

Si bien en los once primeros capítulos de su obra traza el autor un panorama


completo de las diferentes clases de principados y de ejércitos, en el conjunto del libro
es evidente su propósito de referirse al “príncipe nuevo”, es decir al hombre que llega
al poder en un Estado no por derechos hereditarios o de sucesión dinástica sino por
diferentes factores, que pueden ser: la propia virtud, la buena fortuna, el favor del
pueblo que lo elige, la ayuda de los nobles o la colaboración militar de otros príncipes.
Para cada uno de estos casos Maquiavelo muestra causas y motivaciones, analiza
posibles peligros y desequilibrios del poder o de las relaciones de éste con los súbditos
y con los nobles y poderosos del Estado. Se ponen ejemplos antiguos y modernos
(muchos de estos últimos provienen de experiencias personales), que dan
consideraciones prácticas que nunca quieren ser leyes universales, sino sólo ejemplos.

“El fin justifica los medios”


Cabe aclarar que esta frase no se encuentra textualmente en ninguna parte del
libro, pero son varios lo párrafos del mismo que dejan entrever esta idea, como por
ejemplo:
“Es de saber que hay dos modos de combatir: el uno, mediante las leyes; el otro,
por la fuerza. El primero es propio del hombre; el segundo, de las bestias. Pero como a
veces el primero no basta, conviene recurrir al segundo. De ahí que, al príncipe sea
necesario saber usar debidamente tanto la bestia como el hombre.” (Nicolás
Maquiavelo- El Príncipe- Cap.XVIII- pág.81)
“El príncipe, por lo tanto, ni puede ni debe cumplir la palabra dada si eso le
perjudica y si desaparecieron los motivo s de su promesa. Si todos los hombres fueran
honestos, este principio no sería válido, pero como son perversos y no mantienen lo que
prometen, tampoco uno debe mantenerlo.” (Nicolás Maquiavelo- El Príncipe-
Cap.XVIII- pág.82)

Creemos que lo que Maquiavelo quiere expresar es que el príncipe debe tener
la capacidad de adecuar la propia conducta a las circunstancias que lo rodean, ya que si
él no piensa en el bienestar de su Estado nadie lo hará, y de discernir lo que es útil para
su gobierno, de forjarse un ejército propio a fin de prescindir de tropas mercenarias y
auxiliares que son la ruina segura.
Se suele decir que las normas dadas por Maquiavelo para la actividad política
“se aplican pero no se proclaman”; los grandes políticos empiezan maldiciendo a
Maquiavelo, declarándose antimaquiavélicos para luego aplicar sus normas sin cargos
de conciencia. El mismo Maquiavelo señala que lo que él escribe es aplicado ( y
siempre lo ha sido) por los grandes de la historia.
Es nuestra opinión que Maquiavelo pensaba en “el que no sabe”, que se
proponía educarlo políticamente, pero no en el sentido negativo, enseñándole a odiar a
los tiranos, sino de modo positivo, de quien debe reconocer como necesarios
determinados medios, aunque sean propios de los tiranos, porque se quiere alcanzar
determinados fines. Cuando uno nace en la tradición de los hombres de gobierno,
adquiere o “absorbe” por el ambiente familiar las características del político realista;
pero si uno nunca ha tenido contacto con la política esto es muy difícil. Puede
considerarse que Maquiavelo quiere persuadir, o mejor enseñar, a estos últimos que
existe la necesidad de un “jefe” que sepa lo que quiere y cómo conseguirlo, y de la
necesidad de aceptarlo con entusiasmo aunque sus acciones sean o parezcan contrarias
a la ideología de la época o la religión.

El pesimismo de Maquiavelo
Es fácil, en la condición personal de Maquiavelo y en el complejo mundo
político-social de su tiempo, derivar hacia un pesimismo que encuentra expresiones
extremas: “...es necesario a quien gobierna una república presuponer que todos los
hombres son malvados...” dice en los “Discursos” ( cap I ) y en el capítulo XV de “El
Príncipe”: “....un hombre que quiera obrar en todo como bueno, necesariamente
fracasará rodeado de tantos malos....” y en el XVII: “.... de los hombres en general
puede decirse que son ingratos, volubles, disimuladores, ansiosos de ganancia y de
evitar peligros...”; por último en el capítulo XXIII: “....los hombres obran el mal a
menos que la necesidad los obligue a obrar el bien...”.
También este pesimismo se expresa al decir que los bienes materiales son más
importantes para el hombre que los valores morales. En palabras del autor: “....sobre
todo no toque los bienes ajenos porque los hombres olvidan más fácilmente la muerte
del propio padre que la pérdida del patrimonio.” (Nicolás Maquiavelo- El Príncipe-
Cap.XVII- pág.79)
Sin duda hay que entender esta mirada pesimista de Maquiavelo desde “su”
perspectiva: él había sido traicionado, engañado, y exiliado por personas en las que solía
confiar y esto lo llevó a pensar que todos los hombres son egoístas y piensan primero
en su beneficio antes que en la honestidad y los valores.

La Italia de Maquiavelo
Una de las principales preocupaciones de Maquiavelo, era ver a Italia
disgregada por las luchas internas, a diferencia de lo que sucedía en España y Francia,
en donde monarquías estaban llevando a su esplendor a la sociedad de la época. Y nos
podríamos preguntar por qué esto no ocurría en Italia; y esto se debe a que no existía
una voluntad colectiva, que buscase ese líder que los llevase al progreso, ya que Italia
todavía en esta época tenía muy arraigado el sistema feudal, lo que provocaba que
hubiese una pequeña aristocracia terrateniente y una gran cantidad de campesinos
desinteresados por la política. Y para que se formase esa voluntad colectiva de la que
hemos hablado, es necesario que toda esa masa de campesinos “irrumpan
simultáneamente” en la vida política, como sucedió en Francia con los jacobinos.
Sin embargo, lo que en la teoría parece tan fácil, que es que se una todo el
pueblo, a lo largo de la historia y sobre todo a partir del siglo XVII, se ha visto que se
repite la lucha de las clases tradicionales por impedir la formación de la voluntad
colectiva, para mantener el poder.
En fin podríamos considerar a Maquiavelo como la expresión necesaria de su
tiempo, como un hombre estrechamente ligado a las condiciones y a las exigencias de
su época, que resultan de:
• Las luchas internas de la república florentina y de la estructura particular del
Estado, que no sabía liberarse de los residuos comuno-municipales, es decir, de
una forma de feudalismo que se había convertido en un estorbo.
• Las luchas entre los Estados italianos por imponer un equilibrio en el ámbito
italiano, obstaculizado por la existencia de un Papado demasiado influyente y
los restos del sistema feudal.
• La luchas de los Estados italianos, más o menos solidarios, por un equilibrio
europeo.

El Príncipe en la actualidad
Una de las cosas que mas nos atrajo de las lectura de este libro es el ver cómo
la figura del príncipe trazada por Maquiavelo sigue siendo actual en nuestros tiempos:
que el Príncipe vive aún, gobierna, rige, es astuto y cruel, invade territorios, crea
imperios, persigue y elimina enemigos, supera obstáculos, crea ejércitos y armas
nuevas, procura ganarse los pueblos o por la persuasión o por la violencia, cree que los
hombres se inclinan por el mal antes que por el bien, coloca a los hombres de
confianza en los puntos clave del Estado, elimina rivales, lleva a cabo purgas,
genocidios, asesina, roba, deporta, confisca y destruye para construir su gran máquina
de poder que tiende no ya al dominio de pequeños estados, como el reino de Nápoles o
el Milanesado, sino de continente enteros, o del mundo si fuera posible.

Bibliografía
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