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Cuanto contamina una pila?

Sabias que una pila de mercurio puede


contaminar 600 mil litros de agua, una
alcalina contamina 167 mil litros de agua,
mientras una de óxido de plata, 14 mil
litros.
Para contaminar los 6.5 millones de litros
de agua, correspondientes a una piscina
de clavados, se necesitarían sólo 40
alcalinas.
Algunos datos sobre los compuestos de
las pilas
El mercurio es un posible cancerígeno y
es bioacumulable. Una alta exposición
puede dañar el cerebro, los riñones y al
feto, y muy probablemente provocar
retraso mental, afectación en el andar o el
habla, falta de coordinación, ceguera y
convulsiones. El mercurio que se emite en
los basureros contamina el agua y la tierra,
con lo que puede llegar a la comida pues
se acumula en los tejidos de los peces.
El plomo puede dañar el sistema
nervioso, los riñones y el sistema
reproductivo. Como no se degrada,
cuando se libera al aire puede ser
transportado largas distancias antes de
sedimentar. Se adhiere a partículas en el
suelo y puede pasar a aguas
subterráneas.
El litio es un neurotóxico y es tóxico para
el riñón. La intoxicación por litio produce
fallas respiratorias, depresión del
miocardio, edema pulmonar y estupor
profundo. Daña al sistema nervioso, hasta
provocar estado de coma e incluso la
muerte. El litio puede lixiviarse fácilmente y
llegar a los mantos acuíferos.
El cadmio es una sustancia cancerígena
que si se respira en altas concentraciones
produce graves lesiones en los pulmones;
ingerirlo provoca daños a los riñones. En
dosis altas puede producir la muerte.
Ingerir alimentos o tomar agua con cadmio
irrita el estómago e induce vómitos y
diarrea. El cadmio entra al aire y al agua
desde vertederos o por derrames de
desechos domésticos, y pueden viajar
largas distancias.
El níquel tiene efectos sobre la piel.
Respirar altas cantidades produce
bronquitis crónica, y cáncer del pulmón y
de los senos nasales. Se libera a la
atmósfera por la incineración de basura.
En el aire, se adhiere a partículas de polvo
que se depositan en el suelo.
¿Qué se puede hacer?
Cambie sus hábitos, consuma de manera
ambientalmente responsable:
 Exija depósitos adecuados para que
ponga sus pilas y baterías cuando ya
no las use.
 No permita la incineración de pilas y
baterías. Las campañas de recolección
de pilas en comercios u otros sitios no
siempre solucionan el problema,
averigüe cuál será el destino de las
pilas recolectadas.
 Opte por las pilas recargables, pues
pueden sustituir 300 desechables. E
Incluso Ahora ya salieron al mercado
pilas que se pueden recargar
mediante USB para mas fácil su
uso.
 Evite el uso de pilas, siempre que sea
posible.
 Use y promueva productos que
funcionen con cuerda, energía solar y
energía eléctrica.
 Elija los productos que se puedan
conectar a la red eléctrica; además de
no contaminar, es más eficiente desde
el punto de vista energético.
 La mitad de las pilas utilizadas son
para actividades de esparcimiento
(música, juegos, cámaras); disminuya
dicho consumo.
 No compre pilas piratas: es ilegal,
duran menos y son más tóxicas.
 No tire las pilas en la basura, en el
campo, en la calle. Evite que lleguen a
los ríos o cañerías y jamás las quemes,
pues los metales tóxicos desprendidos
irán a la atmósfera.
 No entierre las pilas, ya que
contaminan la tierra, el subsuelo y el
agua una vez que se oxida su cubierta
de metal.
Los mp3, cámaras de fotos, controles
remotos y otros artículos de uso común
dependen de ellas para funcionar;
pero al desecharlas, no se tiene
conciencia de cuánto se está
contaminando el medio ambiente.
El uso de pilas es masivo, generalmente
son dispositivos pequeños, en los que la
energía química se transforma en
eléctrica. Pero su inofensiva apariencia, al
momento de ser desechadas junto a la
basura común puede contaminar los
suelos y los cursos de agua, así lo explica
la directora de la carrera de Ecoturismo de
nuestra Universidad, Mitzi Acevedo.
El 30 % de cada pila está compuesto por
elementos tóxicos como mercurio, plomo,
litio, cadmio y níquel. Según datos del
Banco Central, a Chile ingresan cerca de
cien millones de pilas al año y se
desechan aproximadamente 80 millones,
sin contar con el mercado de pilas ‘piratas’,
desechadas de otros países que aumentan
en un 10 % estas cifras. “Y cuando se
agotan y deja de ser útiles se van a la
basura y terminan en un vertedero o
relleno cercano a un área urbana, donde
junto a otras basuras, inician su lento
proceso de descomposición, momento en
el que se convierten en un peligroso
enemigo de la salud del ambiente y de la
vida, humana y no humana”, alerta la
académica.
De acuerdo a informes de Greenpeace, el
mercurio es bioacumulable y se considera
un elemento cancerígeno. Una alta
exposición puede causar daño cerebral, en
los riñones y al desarrollo fetal. El mercurio
emitido en los basureros contamina el
agua y la tierra, con lo que puede llegar a
la comida pues se acumula en los tejidos
de peces.
El plomo puede dañar el sistema nervioso,
los riñones y el sistema reproductivo.
Como no se degrada, cuando se libera al
aire puede ser transportado largas
distancias antes de sedimentar. Se adhiere
a partículas en el suelo y puede pasar a
aguas subterráneas.
El litio es un neurotóxico y es tóxico para el
riñón. Puede producir fallas respiratorias,
depresión del miocardio, edema pulmonar
y estupor profundo. Daña al sistema
nervioso, hasta provocar estado de coma e
incluso la muerte. El litio puede lixiviarse
fácilmente y llegar a los mantos acuíferos.
El cadmio es una sustancia cancerígena
que si se respira en altas concentraciones
produce graves lesiones en los pulmones;
ingerirlo provoca daños a los riñones. En
dosis altas puede producir la muerte.
Ingerir alimentos o tomar agua con cadmio
irrita el estómago e induce vómitos y
diarrea. El cadmio entra al aire y al agua
desde vertederos o por derrames de
desechos domésticos, y puede viajar
largas distancias.
El níquel tiene efectos sobre la piel.
Respirar altas cantidades produce
bronquitis crónica, y cáncer del pulmón y
de los senos nasales. Se libera a la
atmósfera por la incineración de basura.
En el aire, se adhiere a partículas de polvo
que se depositan en el suelo.
Mitzi Acevedo resalta que “así, el daño es
inversamente proporcional al tamaño,
entre más pequeña es la pila, más
contamina: una pila común gastada y
arrojada al suelo contamina 3.000 litros de
agua; una pila alcalina (que contiene
mercurio) 160.000 litros y una pequeña
pila de reloj 600.000 litros de agua”.
Y lo más preocupante es que a pesar de
esto, las pilas no tienen el manejo que
requiere un residuo peligroso sino que van
a parar a los vertederos municipales,
donde su envoltorio es corroído por los
procesos de fermentación de la basura,
haciendo que sus compuestos tóxicos se
escurran (lixivian) contaminando suelos y
cuerpos de agua.
Por lo general las pilas y baterías terminan
siendo quemadas en estos basureros, lo
que aumenta la contaminación por la
generación de sustancias altamente
peligrosas y cancerígenas, como son las
dioxinas y los furanos.
Por ello la académica recomienda:
– Evitar el botar pilas y baterías en la
basura doméstica
– No adquirir pilas de dudosa procedencia
– Promover que fabricantes, importadores
y distribuidores de pilas se hagan cargo
del acopio y reciclaje de estos productos al
final de su vida útil
– Opta por las pilas recargables, pues
pueden sustituir 300 desechables, pero se
deben evitar las de Niquel-Cadmio (Ni-Cd).
Aunque son más caras, las de Ni-MH
(Niquel-Hidrato de Metal) son
suficientemente inofensivas como para ser
desechadas con la basura doméstica, y
funcionan mejor con los aparatos de alto
consumo.

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