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Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de

comprender… Hermes Trismegisto

Para la masonería, El silencio es una de las MAXIMAS del 1er grado, nos invita al
razonamiento, nos invita a la retrospección y a la búsqueda eterna de la luz

En la Escuela Pitagorica la distinción del primer grado era llamado acústico, por
que en el se aprendia a silenciar la mente durante 5 años, ya que solo al
abstraerse del mundo sensible, el discípulo era capaz de encontrar a D-os con una
mente pura, pitagoras pensaba que el ejercicio de la dialéctica y el razonamiento,
antes de concoer el sentido verdadero solo producia cabezas huecas y
presuntuosos sofismas.

El Silencio es la privación voluntaria de la facultad del habla, acto individual por


medio del cual se llega a la comunicación, cualidad con la que nosotros gozamos,
y esa privación es casi una virtud divina, el saber callar la boca, para que hable el
espíritu, reposando en la espiritualidad y contemplando la creación divina.

En Logia, la primer palabras del VM al iniciar los trabajos es: “SILENCIO”, nos
invita a entrar a un estado que nos leva mas alla del que nos llevarían nuestros
sentidos por si solos, y con ello recibir la espiritualidad y el conocimiento que
emana del GADU a través de esta unión mistica de energías de cada miebro de la
fraternidad, al abrir en silencio los trabajos, nos aislamos de las percepciones
externas, y se establece la armonía necesaria para desarrollar con claridad
neustras ideas.

El aprendiz no sabe nada, por lo tanto no tiene nada que decir, no tiene preguntas
por formular, pues desconoce lo que sucede en logia y el silencio es su primer
deber.

Es mejor callar cuando no sabemos como ni cuando hablar, hasta que se llegue el
momento y aprendamos la relevancia sobre la utilización de la palabra, es mejor
no decir nada, cuando nuestras pasiones pueden hacerse presentes, pero para
ello debemos ser autocriticos, saber qué es lo que hay en nosotros mismos, y
paso a paso, aprendamos a hablar poco, lo justo y adecuado, pero siempre lo
suficiente, pues las palabras son la consecuencia de nuestro pensamiento.

El silencio nos da la paciencia necesaria para resolución de los problemas


alrededor, nos da de forma contradictoria, la habilidad para el uso del verbo en el
momento adecuado. Es un gesto de nobleza que radica en la gracia del hombre
discreto. Es el Silencio, la antítesis de la locura misma.
Como aprendices masones, se nos plantea entonces, una doble funcionalidad del
silencio, la primera es el silencio necesario para escucharnos a nosotros mismos,
introducirnos, iniciarnos en nuestros propios misterios, hacer uso de la
introspección para llegar a ese lugar en el que habita el GADU, y por otro lado,
silencio ante nuestros semejantes, nos capacita para escuchar, nos conlleva al
buen juicio, nos enseña a tener piedad y sana compasión sobre los defectos de
los demás, concentrándonos en la escucha reflexiva , método para enriqueces el
bagaje de conocimientos que hemos decidido adquirir a partir de hoy, entendamos
entonces que como aprendices, somos parte importante del dialogo en logia,
participando con nuestro silencio, pues como en la música, la belleza radica en la
conjunción entre sonidos y silencios.

Al aislarnos de las influencias externas, se potencializan las posibilidades


espirituales, se abren los canales de concentración cuando escuchamos,
observamos y analizamos, aprendemos a ver la luz aumentando con ello la
posibilidad de crecimiento, lento pero seguro y firme, y siempre recordar que
cuando todos se orgullecen de su grandilocuencia, nosotros debemos agradecer
al G.A.D.U. por la capacidad y el buen jucio para callar, las palabras solo
expresan lo convencional de nuestro mundo interior, la genialidad aguarda en el
silencio, en ella no hay prisa y como dice Rene Guenon, el silencio es la voz del
“Gran Espíritu”, siendo el perfecto equilibrio entre las tres partes del ser, el cuerpo,
el alma y el espiritu.

Es entonces el Silencio, la herramienta perfecta para el perfeccionamiento interior,


generador de calma divina, que nos ayuda a alcanzar los más altos principios
morales, intelectuales y sociales, y con ello encaminarnos hacia el
perfeccionamiento humano

El silencio como virtud de los sabios, que nos independiza del ruido banal y
superficial de la cotidianeidad, y que puede ser abrumador cuando no lo
frecuentamos, puede incomodarnos, aterrarnos, sin embargo considero que debe
ser una virtud apetecida por nosotros, y que fuera de dogmatismos, a travez de los
distintos rituales masónicos en los que hacemos uso de el, entramos en contacto
con la divinidad y hay trascendencia a travez de la luz, es en el silencio que
corregimos nuestros defectos, tenemos entonces que la palabra no siempre es
necesaria pues nosotros podemos presentarnos asi mismos con el silencio, la
palabra no puede conquistar todos los terrenos, algunos son solo inteligibles en el
silencio, adquiriendo tanta o tal vez más relevancia que el discurso propio.

Es el Silencio además, La salvaguarda de nuestra institución, entregando en su


finalidad la seguridad y la perpetuidad, pues siempre debemos recordar que en
nuestros juramentos, el voto de silencio tiene la finalidad de proteger la unidad e
inviolabilidad de la orden.

Privarse de callar para limitarse a escuchar, aprendiendo a pensar, el mason


aprendiz debe privarse de proselitismo intempestivo,pues no hay peor error que
una verdad mal comprendida y articular palabras para malexplicar es mas nocivo
que la ignorancia misma, completamente antimasónico.

Y al contrario de lo que se podría pensar, que estamos hablando de una


incongruencia sobre ser “libre pensador” y el silencio metódico, es alcontrario, este
silencio, la ruta adecuada a seguir, ya marcada por nuestros antecesores, para
llegar a esa libertad de pensamiento, sorteando la superficialidad del m,undo
tangible, llegando hasta nuestro interior mas profundo, que es realmente el
universo mas pleno y morada del D-OS verdadero, pues el solo nos habla cuando
la agitación de nuestras almas sesa, y su palabra logra penetrar, pues como decía
el abad Henri Stephane, El verbo solo tiene cabida en el pespacio vacio que
conforma el silencio.

Filosofía del silencio : Alejandro Arvelo 2008

Silencio y soledad Rene Guenon 1949

El libro del aprendiz Oswald Wirth 1894

Curso básico aprendiz mason Tomo 1

El Ara: Instructivo para el aprendiz masón

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