Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
1
1. MÉTODO SISTEMÁTICO PARA LA FORMULACIÓN DE LOS MODELOS
La técnica general que se utiliza para realizar la predicción es la modelación, la
cual consiste en construir modelos con los cuales se predice el comportamiento
del sistema que interesa [66].
Los modelos matemáticos son entes en los que se integran los conocimientos
científicos y tecnológicos y con ellos se construyen programas de cómputo que se
implementan con medios computacionales. Hoy en día, la simulación numérica
permite estudiar sistemas complejos y fenómenos naturales que sería muy
costoso, peligroso o incluso imposible estudiar por experimentación directa. En
esta perspectiva la significación de los modelos matemáticos en Ciencias e
Ingeniería es clara, porque la modelación matemática constituye el método más
efectivo de predecir el comportamiento de los diversos sistemas de interés. En
nuestro país, ellos son usados ampliamente en la industria petrolera, en las
ciencias y la ingeniería del agua, en la industria automotriz y en muchas otras.
2
ondas sísmicas (cuyo estudio es básico, entre otros temas, en Sismología e
Ingeniería Sísmica, así como en la exploración del petróleo y otros recursos
naturales), la dinámica de los océanos y de la atmósfera, etc.
Cuando se estudia la materia con este último enfoque, se considera que los
cuerpos llenan el espacio que ocupan, es decir que no tienen huecos, que es la
forma en que los vemos sin el auxilio de un microscopio. Por ejemplo, el agua
llena todo el espacio del recipiente donde está contenida; nuestro escritorio de
trabajo es un continuo de materia perfectamente delimitado. Este enfoque
macroscópico está presente en la física clásica. La ciencia ha avanzado y ahora
sabemos que la materia está llena de huecos, que nuestros sentidos no perciben y
que la energía también está cuantizada. A pesar de que estos dos enfoques para
el análisis de los sistemas físicos, el microscópico y el macroscópico, parecen a
primera vista conceptualmente contradictorios, ambos son no tan sólo compatibles
sino además complementarios, y es posible establecer la relación entre ellos
utilizando a la Mecánica Estadística. La Teoría de los Sistemas Macroscópicos es
3
aplicable no solamente a sistemas físicos, sino también a sistemas químicos y a
algunos sistemas formados por seres vivos. Así, utilizándola en algunos casos es
posible predecir el movimiento y evolución de poblaciones formadas por seres
vivos microscópicos. Para ello, se ignora a los individuos microscópicos y se les
considera distribuidos en todo el espacio de estudio.
4
En la Teoría de los Sistemas Continuos, ‘los cuerpos llenan todo el espacio que
ocupan’; y en cada punto del espacio físico hay una y solamente una partícula. Un
cuerpo es un conjunto de partículas, que denotaremos por B , el cual en cualquier
instante dado ocupa un dominio -en el sentido matemático, [18]-, del espacio
físico; es decir, del espacio Euclidiano tridimensional. Denotaremos por B (t ) al
dominio ocupado por el cuerpo B , en el tiempo t . En general, t puede ser
cualquier número real; es decir − ∞ < t < ∞ , pero en cada caso de estudio hay un
intervalo finito de tiempo en el cual se centra el interés. Dado un cuerpo B , todo
subdominio B~ ⊂ B , constituye a su vez otro cuerpo; en tal caso, se dice que
B~ ⊂ B es un subcuerpo de B . De acuerdo con lo mencionado antes, una hipótesis
básica de la teoría de los sistemas continuos es que en cualquier tiempo,
t ∈ (−∞, ∞) , y en cada punto, x ∈ B(t ) , de la región ocupada por el cuerpo, hay una
y sólo una partícula del cuerpo B . Como nuestro estudio incluye no solamente la
estática (es decir, los cuerpos en reposo), sino también la dinámica (es decir, los
cuerpos en movimiento), un primer problema de la cinemática de los sistemas
continuos consiste en establecer un procedimiento para identificar a las partículas
cuando están en movimiento.
5
movimiento, la región ocupada por el mismo, B (t ) , cambia con el tiempo (ver
Figura 1). Formalmente, para cualquier t ∈ (−∞, ∞) , B (t ) se define por
{ }
B(t ) ≡ x ∈ R 3 ∃ X ∈ B ∋ x = p ( X , t ) (1.2)
B B(t)
x
Coordenadas materiales
tiempo incial
t
hipótesis de
6
B B(t)
p( X ,t)
X
−1
p ( x, t )
tiempo incial
t
7
los sistemas continuos: En cualquier tiempo t ∈ (−∞, ∞) y en cada punto x ∈ B(t )
de la región ocupada por el cuerpo hay una, y solo una, partícula del cuerpo B
para cada t fijo. Es decir, p (i, t ) es un mapeo biunívoco, por lo que existe el
−1
mapeo inverso p ( i,t ) . Ver Figura 2.
8
función V ( X , t ) proporciona la represnteación Lagrangeana de la velocidad, la cual
toma valores vectoriales. Note que una propiedad intensiva vectorial es
equivalente tres escalares, correspondientes a cada una de sus tres componentes.
Los nombres de estas representaciones son en honor a los matemáticos Leonard
Euler (1707-1783) y Joseph Louis Lagrange (1736-1813), respectivamente.
Frecuentemente, el punto de vista Lagrangeano es ampliamente utilizado en el
estudio de los sólidos, mientras que el Eulereano se usa más en el estudio de los
fluidos.
Es fácil ver que las Ecs.(1.4) y (1.6) son equivalentes. Envista de las Ecs. (1.4) y
(1.6), la representación Lagrangeana de la velocidad, dada por la Ec.(1.3),
satisface
∂p
( X , t ) = V ( X , t ) ≡ v ( p( X , t ), t ) (1.7)
∂t
Además,
−1
v ( x, t ) ≡ V ( p ( x, t ), t ); (1.8)
9
La derivada parcial con respecto al tiempo de la representación Lagrangeana
φ ( X , t ) , de una propiedad intensiva, de acuerdo a la definición de la derivada
parcial de una función, es la tasa de cambio con respecto al tiempo que ocurre en
una partícula fija. Es decir, si nos montamos en una partícula y medimos a la
propiedad intensiva y luego los valores así obtenidos los derivamos con respecto
al tiempo, el resultado final es ∂φ ( X , t ) / ∂t . En cambio, si ψ ( x, t ) es la
representación Eulereana de esa misma propiedad, entonces ∂ψ ( x, t ) / ∂t es
simplemente tasa de cambio con respecto al tiempo que ocurre en un punto fijo en
el espacio. Tiene interés evaluar la tasa de cambio con respecto al tiempo que
ocurre en una partícula fija, cuando se usa la representación Eulereana. Derivando
con respecto al tiempo a la identidad de la Ec.(1.4) y aplicando la regla de la
cadena, se obtiene
∂φ ( X , t ) ∂ψ 3
∂ψ ∂p
= ( p( X , t ), t ) + ∑ ( p( X , t ), t ) i ( X , t ) (1.9)
∂t ∂t i =1 ∂xi ∂t
o, más brevemente
∂φ ( X , t )
= ∂ψ / ∂t + v ⋅∇ψ (1.10)
∂t
Se acostumbra definir el símbolo Dψ / Dt por
Dψ / Dt = ∂ψ / ∂t + v ⋅∇ψ (1.11)
Utilizando esta notación, se puede escribir
∂φ ( X , t )
∂t
( ) (
= ( Dψ / Dt ) p ( X , t ), t ≡ ( ∂ψ / ∂t + v ⋅ ∇ψ ) p ( X , t ), t ) (1.12)
Una expresión tal vez más transparente se obtiene aplicando la Ec.(1.12) a cada
una de las componentes de la velocidad. Así:
ai ( x, t ) = ( ∂v i / ∂t + v ⋅∇v i )( x, t ) ; i = 1,...,3 (1.14)
10
∂ ∂2
V ( X ,t ) ≡ 2 p ( X ,t) (1.15)
∂t ∂t
11
la densidad de masa, con sencillez se pasa de un concepto al otro. Sin embargo,
una ventaja de utilizar a las propiedades intensivas por unidad de volumen, en
lugar de las propiedades intensivas por unidad de masa, es que la definición del
volumen del espacio físico es independiente del sistema continuo considerado, en
cambio el concepto de masa es relativo al sistema continuo en estudio.
Concomitantemente, la correspondencia entre las propiedades extensivas y las
intensivas por unidad de volumen es más directa que la correspondencia entre las
propiedades extensivas y las intensivas por unidad de masa; en efecto, cuando se
usa la propiedad intensiva por unidad de volumen, dada una propiedad extensiva
para identificar la propiedad intensiva correspondiente, basta con expresar a la
primera como una integral de volumen, pues el integrando de ella es la propiedad
intensiva correspondiente. Por otra parte, del cálculo se sabe que
E (t )
∫B t ψ (ξ , t )d ξ
()
ψ ( x, t ) ≡ lim = lim ; (1.17)
→ 0 Vol
Vol Vol
→0 Vol
La Ec.(1.17) proporciona un procedimiento efectivo para determinar las
propiedades extensivas experimentalmente: se mide la propiedad extensiva en un
volumen del sistema continuo de que se trate, se le divide entre el volumen y el
cociente que se obtiene es una buena aproximación de la propiedad intensiva, si
el volumen es suficientemente pequeño.
El uso que haremos del concepto de propiedad extensiva es, desde luego,
lógicamente consistente. En particular, “cualquier propiedad que satisface las
condiciones de la definición de propiedad extensiva establecidas antes es, por ese
hecho, una propiedad extensiva”. Sin embargo, no todas las propiedades
extensivas que se nos pueden ocurrir de esta manera son de interés en la
mecánica de los medios continuos. A pesar de esto, el concepto de propiedad
extensiva es fundamental en la teoría de los sistemas continuos, pues el modelo
básico de todos ellos se formula en términos de ecuaciones de balance de
propiedades extensivas.
12
Los modelos matemáticos de los sistemas continuos están constituidos por los
balances de algunas familias propiedades extensivas. Por ejemplo, los modelos de
transporte de solutos (los contaminantes transportados por corrientes superficiales
o subterráneas, son un caso particular de estos procesos de transporte) se
construyen haciendo el balance de la masa de soluto que hay en cualquier
dominio del espacio físico. Aquí, el término balance se usa, esencialmente, en un
sentido contable. En la contabilidad que se realiza para fines financieros o fiscales,
la diferencia de las entradas menos las salidas nos da el aumento, o cambio, de
capital. En forma similar, en la mecánica de los medios continuos se realiza, en
cada cuerpo del sistema continuo, un balance de las propiedades extensivas en
que se basa el modelo.
13
Similarmente, en la mecánica de los medios continuos, la lista exhaustiva de las
causas por las que una propiedad extensiva de cualquier cuerpo puede cambiar,
contiene solamente dos motivos:
i. Por producción en el interior del cuerpo; y
ii. Por importación (es decir, transporte) a través de la frontera.
Esto conduce a la siguiente ecuación de ‘balance global’, de gran generalidad,
para las propiedades extensivas:
dE
(t ) = ∫ g ( x, t )d x + ∫ q( x, t )d x + ∫ g Σ ( x, t )d x (1.19)
dt B( t ) ∂B ( t ) Σ( t )
por la última integral, donde g Σ ( x, t ) es la producción por unidad de área. Por otra
q ( x, t ) ≡ τ ( x, t ) ⋅ n ( x, t ) (1.20)
14
En la mayor parte de los tratados sobre mecánica de medios continuos, la función
g Σ ( x, t ) no se considera y la ecuación que se obtiene corresponde a la Ec.(1.21)
con gΣ = 0 ; es decir,
dE
(t ) = ∫ g ( x, t ) d x + ∫ τ ( x, t ) ⋅ n ( x, t ) d x (1.22)
dt B(t ) ∂B ( t )
Aquí, ese término se ha incluido porque hay casos de interés cuyo tratamiento
requiere de la incorporación de fuentes concentradas en la superficie Σ . Un
ejemplo de esta situación se presenta la modelación de “yacimientos con punto de
burbuja variable”, de la Ingeniería Petrolera [19-24]. Sin embargo, para simplificar
un poco y también porque la condición gΣ ≠ 0 se da solo en casos muy especiales,
15
continuo. Y, hay que decirlo, solamente en problemas de carácter especial es
necesario introducir modelos en que las propiedades intensivas son discontinuas.
Los llamados ‘choques’, ampliamente conocidos en el flujo supersónico de fluidos
compresibles –no-viscosos-, son cambios muy rápidos tanto en la presión como
en otras propiedades del fluido [25], los cuales en los modelos en que se
desprecia la viscosidad, se simulan como discontinuidades de dichas propiedades
del fluido [25].
Una vez establecidas las ecuaciones diferenciales y de salto del balance local, e
incorporada la información científica y tecnológica necesaria para completar el
modelo (la cual por cierto se introduce a través de las llamadas “ecuaciones
constitutivas”), el problema matemático de desarrollar el modelo y derivar sus
predicciones se transforma en uno correspondiente a la Teoría de la Ecuaciones
Diferenciales, generalmente parciales, y sus Métodos Numéricos.
1.6.3 Las Ecuaciones de Balance Local. En lo que sigue se supone que las
propiedades intensivas pueden tener discontinuidades, de salto exclusivamente, a
través de la superficie Σ ( t ) . Se entiende por ‘discontinuidad de salto’, una en que
d ∂ψ
dt ∫B ( t )
ψ dx ≡ ∫
B ( t ) ∂t
+ ∇ ⋅ (vψ ) dx + ∫ (v − v Σ )ψ ⋅ ndx
Σ
(1.23)
16
Teorema 6.2.- Considere un sistema continuo,. Entonces, la “Ecuación de Balance
Global”, (1.21), se satisface para todo cuerpo del sistema continuo, si y solamente
si, se cumplen las condiciones siguientes simultáneamente:
i. La ecuación diferencial
∂ψ
+ ∇ ⋅ (vψ ) = ∇ ⋅τ + g (1.24)
∂t
vale en todo punto x ∈ R 3 , excepto en Σ , de la región ocupada por el sistema.
ii. La ecuación
ψ (v − v Σ ) − τ ⋅ n = 0 (1.25)
Combinando esta ecuación con la Ec. (1.23), resulta que la Ecuación de Balance
Global es equivalente a
∂ψ
∫ ( ) ∂t
B t
+ ∇ ⋅ (vψ ) − g ( x, t ) − ∇iτ ( x, t ) dx + ∫ (v − v Σ )ψ − τ ⋅ ndx = 0 (1.27)
Σ( t )
A su vez, esta ecuación se satisface para todo dominio del espacio físico B ( t ) , si
17
∇ ⋅ (vψ ) = ∇ ⋅τ + g (1.28)
que vale en todo punto del sistema continuo, y mientras que la Condición de Salto
está dada por la misma Ec.(1.25). Sin embargo, en muchos estados estacionarios
las superficies de discontinuidad Σ ( t ) se mantienen fijas (no se mueven y v Σ ≡ 0 ),
del espacio físico (es decir, de R 3 ) ocupado por el cuerpo. Observe que una forma
que muestra en forma explicita el integrando en la Ec.(1.30) es
V f (t ) = ∫ 1dx
B(t )
(1.31)
Comparando esta ecuación con la ecuación (1.16), vemos que el volumen del
fluido es una propiedad extensiva y que la propiedad intensiva que le corresponde
18
es ψ ≡ 1 . Además, la hipótesis de que el volumen de los cuerpos se conserva
durante el movimiento implica
dV f
(t ) = 0 (1.32)
dt
Claramente, la Ecuación de Balance Global se satisface tomando g = 0 y τ ≡ 0 en
la Ec. (1.22). A su vez, esta condición es equivalente a las Ecs.(1.24) y (1.25), con
ψ ≡ 1 . Estas ecuaciones se reducen a
∇ ⋅v = 0
[v ] ⋅ n = 0, en Σ
(1.33)
función tanto de la posición como del tiempo. Las variaciones con la posición
pueden ser debidas, por ejemplo, a heterogeneidad del medio y los cambios con el
19
tiempo a su elasticidad; es decir, los cambios de presión del fluido originan
esfuerzos en los porosos que los dilatan o los encogen.
los huecos del dominio del espacio físico que ocupa. Así,
V f (t ) = ∫ ε ( x, t ) dx (1.35)
B( t )
contenido en un medio poroso, está dada por las Ecs.(1.24) y (1.25), con
ψ ≡ ε ( x, t ) , g = 0 y τ = 0 : es decir
∂ε
+ ∇ ⋅ (ε v ) = 0
∂t (1.36)
ε (v − v Σ ) ⋅ n = 0, en Σ
[ε v ] ⋅ n = 0 (1.37)
subíndices más y menos para los límites por los lado más y menos de Σ ,
respectivamente, la Ec.(1.37) es
ε +v n+ = ε −v n- (1.38)
20
U ≡ εv (1.39)
Así, las Ecs.(1.37) y (1.38) son
[U ] ⋅ n = 0 y U n+ = U n- (1.40)
21
misma fase, estas dos componentes se mueven con la misma velocidad y es por
ello que no se separan aunque las dejemos en reposo durante un tiempo
prolongado.
En la teoría de los sistemas continuos, los modelos para procesos como el que se
acaba de describir, se conceptualizan como se explica a continuación. Se
considera que hay dos fases: la fase líquida (el agua con la sal disuelta) y la fase
sólida (la sal no disuelta). En cada punto del espacio físico ( R 3 ) hay una partícula
de cada una de las fases y cada una de ellas se mueve con su propia velocidad.
Por lo mismo, cada dominio de R 3 define dos cuerpos, que son los formados por
los conjuntos de partículas correspondientes a cada una de las fases. Además, en
cada punto tenemos definidas dos velocidades, que en general pueden ser
diferentes; por lo tanto los dos cuerpos que en un tiempo dado ocupan el mismo
dominio de R 3 , inmediatamente después se separan y en general en otros
tiempos ocuparán dominios que no coinciden. En el caso que nos ocupa la masa
de cada una de las componentes: agua pura, sal disuelta y sal no disuelta, define
una propiedad extensiva cuyo balance está dado por la Ec.(1.22), o en forma
equivalente por las Ecs.(1.28) y (1.29). Note, sin embargo, que en estas últimas
ecuaciones debe utilizarse la velocidad de la fase a la cual está asociada la
componente correspondiente.
22
de la Ec. (1.22), en cada cuerpo del sistema continuo. Esta condición es
equivalente a la Ecuación Diferencial de Balance Local y a la Condición de Salto
de las Ecs. (1.28) y (1.29). El sistema así obtenido, formado por las ecuaciones
diferenciales y las condiciones de salto, constituye el modelo básico del sistema
correspondiente.
Entonces el modelo básico de los sistemas multifásicos está constituido por las
Condiciones de Balance correspondientes a cada una de las propiedades
intensivas del sistema Aplicando las ecuaciones Ecs.(1.24) y (1.25) se obtiene
∂ψ α
∂t
(
β α α
)
+ ∇ ⋅ v ( )ψ α = ∇ ⋅τ + g α ∀ α = 1,..., N (1.42)
y las condiciones de salto
α β (α ) − v − τ α in = 0 ∀α = 1,...,N
ψ v ( Σ )
(1.43)
Estas ecuaciones básicas gobiernan a una gran diversidad de sistemas continuos.
En general, interesa construir modelos completos; es decir uno que nos permita
predecir el comportamiento del sistema continuo a que se refiere el modelo. Como
hemos visto los modelos de los sistemas continuos son sistema de ecuaciones
23
diferenciales parciales, pues cada una de las ecuaciones de balance da lugar a
una ecuación diferencial parcial -u ordinaria, cuando el modelo depende de una
sola variable independiente-, la cual se complementa con las condiciones de salto
en el caso de modelos discontinuos, las cuales deben satisfacerse en las fronteras
interiores, Σ . Por lo mismo, los modelos de los sistemas continuos están
constituidos por sistemas de ecuaciones diferenciales cuyo número es igual al
número de propiedades intensivas –o equivalentemente extensivas- que
intervienen en la formulación del modelo básico. El Apéndice III de este Capítulo
está dedicado a una breve presentación de algunos de los temas de la teoría de
las ecuaciones diferenciales parciales que son más relevantes para los objetivos
de este curso.
24
A esta clase de relaciones se les llama “ecuaciones constitutivas”, y a traves de
ellas se integra el conocimiento científico y tecnológico en los modelos
matemáticos. Para establecerlas se usan conocimientos de la Física, la Química,
la Biología, las Ingenierías, etc.; todo depende de la clase de procesos
involucrados. Por ejemplo, al estudiar el transporte de un soluto producido por una
reacción química, la rapidez con que se produce el soluto depende de la
concentración de él y de las demás sustancias que participen en la reacción, por lo
que el ´suministro´, g α ( x, t ) , sería una función de esos parámetros. En este caso,
25
APÉNDICE I
ALGUNOS RESULTADOS DEL CÁLCULO
i=E
una partición de Ω , Σ denota el complemento cerrado –con respecto a ∪ ∂Ω
i =1
i - de
26
cerradura de Ωi . Note que cuando una función es continua por partes su límite por
f ≡ f+ − f− A(1.2)
Aquí, f + y f − son los límites respectivos. A la función f definida en Σ , salvo
donde n = (n1 ,..., nn ) es el vector normal unitario, que apunta hacia el exterior de
Ω.
∫ ∇iud x = ∫ u ind x
Ω ∂Ω
A(1.4)
Una versión más general del Teorema de Gauss, aplicable a campos vectoriales
continuos por partes y con primeras derivadas también continuas por partes, se
presenta a continuación.
27
Una versión más general del Teorema de Gauss, aplicable a campos vectoriales
continuos por partes y con primeras derivadas también continuas por partes, se
presenta a continuación. Más específicamente, supondremos que la función
vectorial u y su primera derivada, son continuas en cada una de las subregiones
{Ω1 ,..., Ω N } , separadamente.
componentes, continua por partes y con primeras derivadas continuas por partes
en Ω . Entonces
Prueba.
E E
∫ ∇iud x = ∑
Ω α =1 Ωα
∫ ∇iud x = ∑
α =1 ∂Ωα
∫ u ind x = ∫ u ind x − ∫ u ind x
∂Ω Σ
A(1.7)
Excepto la última igualdad, las demás son inmediatas por aplicación d el Teorema
de Gauss en cada uno de los subdominios de la partición separadamente. Para
derivar la última de esas igualdades, dado cualquier punto de Σ , denotaremos por
Ω + y Ω − a los subdominios que se encuentran en el lado positivo y en el negativo,
∑
α
∫ u ind x = ∫ u ind x + ∫ ( u
=1 ∂Ωα
+ i n + + u − in − ) d x A(1.8)
∂Ω Σ
E
A(1.9)
∑
α
∫ u ind x = ∫ u ind x − ∫ ( u
=1 ∂Ωα
+ − u − )ind x = ∫ u ind x − ∫ u ind x
∂Ω Σ ∂Ω Σ
28
CAPÍTULO 1
APÉNDICE II
Derivada de una Integral cuando la Región de Integración Depende de un
Parámetro.
Teorema A2. 1. Sea ψ(x, t) una función continua y con primera derivada continua
y B(t ) el dominio ocupado por un cuerpo, el cual depende del parámetro t . Defina
E (t ) ≡ ∫ ψ ( x, t ) d x
B(t )
A(2.1)
Entonces
dE ∂ψ
(t ) = ∫ ( x, t ) + ∇i(ψ v ) d x A(2.2)
B(t )
dt ∂t
y también
dE ∂ψ
(t ) = ∫ ( x, t ) dx + ∫ ψ v indx A(2.3)
dt B(t )
∂t ∂B ( t )
Dψ ∂ψ
( x, t ) ≡ ( x, t ) + v ( x, t )i∇ψ ( x, t )
φt ( X , t ) = A(2.7)
Dt ∂t
Por otra parte, aplicando la formula de la derivada de un determinante se obtiene
29
∂ 2 p1 ∂p1 ∂p1 ∂p1 ∂ 2 p1 ∂p1
∂t ∂X 1 ∂X 2 ∂X 3 ∂X 1 ∂t ∂X 2 ∂X 3
∂2 p ∂p2 ∂p2 ∂p ∂ 2 p2 ∂p2
Det 2
+ Det 2
+
∂t ∂X 1 ∂X 2 ∂X 2 ∂X 1 ∂t ∂X 2 ∂X 3
∂2 p
3 ∂p3 ∂p3 ∂p3 ∂ 2 p3 ∂p3
∂X ∂t ∂X ∂X 3
∂t ∂X 1 ∂X 2 ∂X 3 1 2
Jt ( X , t) ≡ A(2.8)
∂p1 ∂p1 ∂ 2 p1
∂X 1 ∂X 2 ∂t ∂X 3
∂p ∂p2 ∂ 2 p2
Det 2
∂X 1 ∂X 2 ∂t ∂X 3
∂p3 ∂p3 ∂ 2 p3
∂X ∂X
1 2 ∂t ∂X 3
Además, la representación Lagrangeana de la velocidad satisface
∂p
V ( X ,t ) ≡ ( X ,t) A(2.9)
∂t
Así
∂V1 ∂p1 ∂p1 ∂p1 ∂V1 ∂p1 ∂p1 ∂p1 ∂V1
∂X 1 ∂X 2 ∂X 3 ∂X 1 ∂X 2 ∂X 3 ∂X 1 ∂X 2 ∂X 3
∂V ∂p2 ∂p2 ∂p2 ∂V2 ∂p2 ∂p2 ∂p2 ∂V2
J t ( X , t ) ≡ Det 2 + Det + Det A(2.10)
∂X 1 ∂X 2 ∂X 2 ∂X 1 ∂X 2 ∂X 3 ∂X 1 ∂X 2 ∂X 3
∂V ∂p3 ∂p3 ∂p ∂V3 ∂p3 ∂p ∂p3 ∂V3
3 3 3
∂X 1 ∂X 2 ∂X 3 ∂X 1 ∂X 2 ∂X 3 ∂X 1 ∂X 2 ∂X 3
Tomemos ahora a la configuración en el tiempo t como configuración de
referencia. En tal caso
∂pi
p ( X ,t ) = X ,
∂X j
( )
= δ ij , J ( X , t ) = 1 y V ( X , t ) = v p ( X , t ) , t = v ( X , t ) A(2.11)
30
Esta ecuación es equivalente a la Ec. A(2.1), que deseábamos demostrar.
Finalmente, aplicando a esta ecuación el Teorema de Gauss (ver Apéndice I de
este Capítulo) se obtiene la Ec. A(2.3).
Teorema A2. 2. Sea ψ(x, t) una función continua por partes, con respecto a una
partición para la cual Σ ( t ) es la frontera interior, y con primeras derivadas
continuas por partes. Además, sea B (t ) el dominio ocupado por un cuerpo, el cual
depende del parámetro t y suponga que la definición de la Ec. A(2.1) es válida.
Entonces
dE ∂ψ
(t ) = ∫ ( x, t ) + ∇i(ψ v ) dx + ∫ ψ (v − v Σ )indx A(2.14)
B(t )
dt ∂t Σ(t )
E
A(2.15)
E (t ) = ∑ ∫ ψ ( x, t ) d x
α =1 Bα ( t )
obtiene
E
( x, t ) dx + ∫ ψ v indx
dE ∂ψ
(t ) = ∑ ∫ A(2.16)
dt α =1 Bα ( t ) ∂t
∂Bα ( t )
O, en otra forma
dE ∂ψ E
A(2.17)
(t ) = ∫ ( x, t ) dx∑ ∫ ψ v indx
dt B( t )
∂t α =1 ∂Bα ( t )
Note que
E
∑
α
∫ ψ v indx =
=1 ∂Bα ( t )
∫ ψ v indx − ∫ ψ v indx = ∫ ψ v indx − ∫ ψ v
Σ Σ indx A(2.18)
∂B( t ) Σ(t ) ∂B( t ) Σ( t )
31
E
∑
α
∫ ψ v indx =
=1 ∂Bα ( t )
∫ ∇i(ψ v ) dx + ∫ ψ (v − v )indx
Σ A(2.20)
B( t ) Σ( t )
Combinando esta ecuación con la Ec. A(2.17) se deriva la Ec. A(2.14) propuesta.
32
APÉNDICE III
Ecuaciones Diferenciales Parciales
El estudio de las ecuaciones diferenciales parciales y de los sistemas de tales
ecuaciones, es fundamental en la modelación matemática y computacional de los
sistemas continuos. Debido a su importancia, en las Referencias de este Capítulo
se incluyen un buen número de textos básicos sobre este tema. En este Apéndice
solamente se tocan algunos de los resultados sobre su clasificación, en relación
con los ‘problemas bien planteados’ que se consideran más importantes.
A.3.1. Clasificación
Es importante clasificar a las ecuaciones diferenciales parciales porque muchas de
sus propiedades son comunes a los miembros de cada clases. Así, su
clasificación es un instrumento para alcanzar el objetivo de unidad conceptual que
nos hemos propuesto en este curso.
33
referencias de este Capítulo se pueden encontrar discusiones relativas a los
sistemas de ecuaciones correspondientes [25, 26, 47, 48].
escalar (es decir, un número real). Definido así, L es el operador diferencial lineal
más general de segundo orden. Los elementos de la matriz a y del vector b se
equivalente a
n n
∂ 2u n
∂u
Lu ≡ ∑∑ aij + ∑ bi +cu = f Ω A(3.2)
i =1 j =1 ∂xi ∂x j i =1 ∂xi
Debido a que la matriz a ( x ) es simétrica, ella posee una base de vectores propios
Tomando en cuenta que a12 = a21 , es fácil ver que las condiciones anteriores son
equivalentes a:
34
I. Elíptico ⇔ a12 2 − a11a22 < 0
II. Hiperbólico ⇔ a12 2 − a11a22 > 0
III. Parabólico ⇔ a12 2 − a11a22 = 0
I. Elíptico ⇔ b 2 − ac < 0
II. Hiperbólico ⇔ b 2 − ac > 0
III. Parabólico ⇔ b 2 − ac = 0
35
referirse a ellas como ‘las formas canónicas’ de los diferentes tipos de ecuaciones
diferenciales de segundo orden.
36
Note que las condiciones de frontera de los casos A) y B ) , son casos particulares
de C ) .
Los problemas bien planteados para la Ecuación del Calor y la Ecuación de Onda
ilustran lo que es típico para las ecuaciones parabólicas e hiperbolicas,
respectivamente. En ambos casos el problema se plantea en el dominio Ω × [ 0, ∞ ) ,
37
REFERENCIAS CAPÍTULO 1
3. Truesdell, C. and R. Toupin “The classical field theories”. In Vol. 31 (12, 15, 16, 17,
18, 19, 71, 72, 73) of the Handbuch der Physik, edited by S. Flügge. Berlin-Göttingen-
Heidelberg: Springer-Verlag, 1960.
6. Eringen, A.C. “Mechanics of Continua”, 2nd ed., Huntington, New York: Krieger,
Krieger, 1980.
7. Eringen, A.C. and Craine, R.E., J.D. “Continuum theories of mixtures: basic theory and
historical development”, Q. J. Mech. Appl. Math., 29(2), 209-244, 1976.
8. Allen, M.B., Herrera, I. and Pinder, G.F. “Numerical modeling in science and
engineering”, John Wiley & Sons. 418 p., 1988.
38
Boundary Problems, Vol. 1: Fluid Flow, Eds. L.C. Wrobel and C.A. Brebbia, CMP, pp.
399-415, 1991.
20. Herrera, I., Camacho, R. y Galindo, A. "Shock Modelling in Petroleum Engineering",
Chapter 7 of the book Computational Methods for Moving Boundary Problems in Heat
and Fluid Flow, Eds.: L.C. Wrobel and C.A. Brebbia, pp. 143-170, CMP Elsevier
Applied Science, 1993.
21. Herrera, I., Camacho, R. y Galindo, A. "Mechanisms of Shock Generation in Variable
Bubble Point Systems". Computational Modelling of Free and Moving Boundary
Problems, Vol. 2, Computational Mechanics Publicactions, Southampton & Boston, pp.
435-453, 1993.
22. Herrera, I. y Chargoy, L. "Shocks in Solution Gas-Drive Reservoirs". SPE Thirteenth
Symposium in Reservoir Simulation, San Antonio, Paper No. SPE 029136, pp. 429-
440, 1995.
23. Herrera, I. “Shocks and Bifurcations in Black-Oil Models”, SPE Journal 1(1), pp. 51-
58, 1996.
24. Herrera, I., y Camacho, R.G. “A Consistent Approach to Variable Bubble-Point
Systems”, Numerical Methods for Partial Differential Equations. 13, pp. 1-18, 1997.
25. Meyer R. E. “Introduction to Mathematical Fluid Dynamics” Dover Pubns; October
1982 (ISBN: 0486615545).
29. Courant, R., John, F., Introducción al Cálculo y al Análisis Matemático, Vol. 2,
México: Limusa, 1974.
30. Kraut, E.A. “Fundamentals of Mathematical Pysics”, McGraw-Hill Book Co., New
York, 1967.
33. Margenau, H. and Murphy, G.M. “The mathematics of Physics and Chemistry”, D. Van
Nostrand, Inc. Toronto, New York, London, 1948.
34. Pita Ruiz, C. Cálculo Vectorial 1° edición Ed. Prentice-Hall Hispanoamericana S.A.
35. Thomas, G. B., Finney, R. L., Cálculo: Varias Variables. Adison-Wesley, Longman,
1999.
36. Thomas, G.B. “Calculus and Analytic Geometry”, Addison-Wesley Publishing Co.
39
Reading, Massachusetts, 1956.
37. Garabedian P.R. “Partial Differential Equations”, John Wiley, New York, 1964.
39. Courant R. and Hilbert D. “Methods of Mathematical Physics”, Vol. I., Interscience
Publishers, New York, 1953.
40. Courant R. and Hilbert D. “Methods of Mathematical Physics”, Vol. II: Partial
Differential Equations, Interscience Publishers, John Wiley, New York, 1962.
41. Lions, J.L. and Magenes, E. “Non-homogeneous Boundary Value Problems and
Applications”, Springer-Verlag, New York, Heildelberg, Berlin (3 volumes), 1972
43. Treves, F., “Basic Linear Partial Differential Equations”, Academic Press, 1975.
44. Thomas, J.W. “Numerical Partial Differential Equations: Finite Different Methods”,
Text in Applied Mathematics 22, Springer-Verlag, New York, 1995.
46. Thomas, J.W. “Numerical Partial Differential Equations: Conservation Laws and
Elliptic Equations”, Texts in Applied Mathematics 33, Springer-Verlag, New York,
1999.
47. Sokolnikoff, I.S., “Mathematical Theory of Elasticity” McGraw-Hill Book Co., New
York, 1956.
48. Ewing, W.M., Jardewsky, W.S. and Press, F. “Elastic Waves in Layered Media” 380
p., McGraw Hill Book Co., Inc. 1957
40