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NUEVAS LECTURAS DE SAUSSURE

ECATERINA BULEA
Universidad de Ginebra

Introducción

uisiera empezar este capítulo1 con un comentario acerca del título,


Q comentario que me ayudará a clarificar de entrada el estatuto y
la línea general de mi propósito.
Es legítimo preguntarse qué es lo que justifica el hablar hoy de
1
'nuevas lecturas" de Saussure: qué hay que decir de nuevo sobre
una obra que se reconoce como la fundadora de una disciplina, obra
que todo el mundo cita, conoce o piensa que conoce. En una palabra,
¿por qué seguir hablando -todavía dirían algunos- de Saussure?
Naturalmente, se pueden considerar varias respuestas, respuestas
que son también de orden diferente.
Podemos mencionar en primer lugar algunas celebraciones reali~
zadas en 2007, y que han dado lugar a un coloquio internacional que
organizamos en Ginebra: se trata del150° aniversario del nacimiento
de Ferdinand de Saussure, y del 100' aniversario del primer curso
de lingüística general que impartió Saussure en la Universidad de
Ginebra.
Se puede evocar, en segundo lugar, el acontecimiento que ha
supuesto el descubrimiento, relativamente reciente, es decir en 1996,
de un conjunto de manuscritos de Saussure que se han encontrado
con ocasión de los trabajos hechos en la casa familiar situada en la
parte vieja de Ginebra. Se trata fundamentalmente de notas inéditas
de lingüística general, que no eran conocidas por los redactores del

Agradezco muy especialmente a Itziar Idiazábal y a Luis María Larringan por la


traducción de mi texto al español, y por las estimulantes discusiones que tuvimos
en ocac;ión de una conferencia sobre el mismo tema que dí en la Universidad del
País Vasco Vitoria-Gasteiz.

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Curso de lingüística general (cf. Cours de linguistique générale, 1916),
y que han sido publicadas en 2002, bajo el título Ecrits de linguistique
générale 2 • De cara a este acontecimiento inesperado, se podría decir
que las "nuevas lecturas" conciernen sobre todo este nuevo corpus de
textos, y que estas tendrían como objetivo una interpretación filoló-
gicamente fundada de la teoría saussureana.
Esto, evidentemente, no es falso, y tiene su valor pero, como inten~
taré demostrar a lo largo de mi texto, la razón principal por la cual
se puede hablar de "nuevas lecturas" de Saussure se encuentra de
hecho en la profundidad, la precisión y la inagotable pertinencia de
las propuestas teóricas y epistemológicas saussureanas consideradas
en su integralidad; pertinencia que, además, no concierne sólo a la
lingüística, sino a las ciencias humanas o sociales en general. De
hecho, se puede decir que las propuestas saussureanas siguen siendo,
todavía hoy, en cierta medida "nuevas" en sí mismas. Y esto porque
su carácter propiamente innovador o revolucionario, o no ha sido
percibido, o ha sido percibido pero no ha sido bien comprendido, o ha
sido comprendido pero todavía no ha sido verdaderamente admitido
ni explotado, por razones que conciernen a la historia misma de la
lingüística y de las ciencias humanas, y a las opciones epistemológicas
adoptadas por estas ciencias a lo largo del siglo pasado -hago refe-
l'encia, entre otras, a la interpretación estructuralista de Saussure, y
también a la dominancia cognitivista que la lingüística y la psicología
principalmente han experimentado desde los años 1960.
Las "nuevas lecturas" consisten, por tanto, desde mi punto de vista,
tanto en la integración propiamente dicha de los nuevos manuscritos
saussureanos, cuanto en una nueva mirada sobre lo que se conocía
ya de la obra saussureana; dicho de otro modo, en la reapropiación
creativa de esta obra. Estas nuevas lecturas radican en un nuevo exa-
men de las propuestas epistemológicas y metodológicas de Saussure
teniendo en cuenta simultáneamente el contexto de su elaboración,
su destino posterior y el estado actual de nuestras ciencias. Estas
lecturas pretenden, en fin, no una vuelta al pasado, sino un "retorno
a Saussure" para avanzar un paso más que permita la prolongación
y la superación de algunos aspectos de su pensamiento.
Este capítulo se estructurará en dos grandes partes. La primera
parte tendrá un carácter más bien histórico: recordaré brevemente

2 Esta obra fue traducida al español bajo el título de Escn:tos sobre lingü{stica geneml
(Barcelona: Editorial Gedisa, 2004).

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algunos aspectos de la biografia de Saussure, para poder situar mejor
las condiciones de producción de su obra y los tipos de trabajo que
realizó. A continuación aportaré algunas referencias cronológicas que
conciernen las condiciones de publicación de lo que se conoce como el
"corpus saussureano", lo que me llevará a un conjunto de comentarios
de orden fundamentalmente metodológico.
La segunda parte tendrá un carácter a la vez teórico y prospe~tivo:
abordaré algunos grandes temas saussureanos que me parecen funda-
mentales, y que deben, desde mi punto de vista, ser objeto de reflexión,
de una nueva interpretación -fundamentalmente en relación con el
modo en el que aparecen en el Curso de lingüística gene1ul-, o que
hay que descubrirlos simplemente como propiamente saussUI'eanos.
Finalmente sería injusto no citar desde el principio que las reflexio-
nes que vienen a continuación deben mucho a Jean-Paul Bronckart y
al trabajo en común que venimos realizando desde ('hace tiempo" en
el marco de la redacción de una obra sobre la teoría saussureana.

1. Saussure y su obra

1.1. Aieunos datos bioeráficos

Como sin duda ya conocen, Ferdinand de Saussure nació en Gine-


bra, el 26 de noviembre de 1857, en una familia perteneciente a la
gran aristocracia ginebrina; pero una familia también de sabios: un
buen número de Saussure estudió y ejerció en profesiones relacionadas
con el ámbito de las ciencias naturales y de la filosofia. Ferdinand
es hijo de Henri de Saussure, geólpgo y entomólogo, y de Louise de
Pourtales, y es el primogénito de ocho hermanos (uno de ellos, Réné,
será matemático y profesor de la Universidad de Washington, y luego
de Berna; otro, Léopold, oficial en la marina francesa, estudiará
astronomía china). Entre los ancestros de la familia no se puede dejar
de mencionar a Horace-Bénédict de Saussure, profesor de filosofía y
de ciencias naturales, considerado como el padre de la geología y de
la mineralogía alpinas, y al que se le conoce fundamentalmente por
la famosa ascensión al Mont Blanc que emprendió en 1787; y está
también Nicholas-Théodore, el abuelo de Ferdinand, que fue fisico
y naturalista, y a quien se le debe el descubrimiento de un mineral
llamado ... "saussurita".

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En cuanto a Ferdinand, realizó sus estudios en principio en la
Suiza alemana, en un instituto cerca de Berna, y después en el
Colegio y el Liceo (Gymnase) de Ginebra, estudiando durante estos
años sobre todo el alemán, el griego y el latín. En 1872, cuando no
tenía más de 15 años, redactó con convicción y entusiasmo un Essai
pour réduire les mots du grec et de l'allemand a un petit nombre de
racines (Ensayo para reducir las palabras del griego y del alemán a
un pequeño número de raíces), trabajo en el que la idea central dice
que es posible, a partir de cualquier lengua, de llegar a las raíces
"universales" de dos y tres consonantes, a condición de considerar
ciertas consonantes como equivalentes. Saussure envió este trabajo
a Adolphe Pictet, profesor de literatura comparada y amigo de la
familia; y Pictet, aunque consideró que el contenido científico era
cuasi absurdo, percibió también la inmensa claridad de la argumen~
tación, y animó al joven a perseverar en este tipo de estudios, aunque
le desanimó con fuerza respecto de buscar algún "sistema universal
del lenguaje", sea como sea ...
A pesar de su carácter semi~anecdótico, este episodio no deja de
tener importancia. Retrospectivamente, se puede decir con justicia que
la teoría saussureana, y en concreto la conceptualización del carácter
radicalmente arbitrario de los signos, y del carácter eminentemente
social de los valores que constituyen un sistema de lengua, ponen de
facto en entredicho toda idea de "semántica universal".
Volviendo a sus años de juventud, diría todavía que la influencia de
Pictet sobre Saussure ha sido bastante importante. Fue, por ejemplo,
Pictet quien le aconsejó estudiar el sánscrito, lo que Saussure comenzó
cuando tenía 16-17 años, de manera autodidacta, y valiéndose de la
gramática de Bopp. Y es el estudio de esta gramática lo que le llevará
a interesarse también en los escritos más técnicos de Bopp y luego en
los de Curtius, en el ámbito de la lingüística comparada.
A los 18 años, sometiéndose a los deseos de sus padres y a la tra-
dición familiar, Saussure se matriculó en la Universidad de Ginebra,
en la Facultad de Ciencias Naturales, donde estudió un año, en contra
de su voluntad, física y química; pero durante este mismo año siguió
interesándose paralelamente en lo que de verdad le cautivaba, es
decir, la filología y la lingüística comparada, y siguió algunos cursos
de la Facultad de Letras. En 1876 le pidió a un amigo suyo que le
inscribiera en la Société Linguistique de Paris, que se había fundado
diez años antes, y empezó a enviar pequeños artículos. Como, por otro

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lado, muchos de sus amigos ginebrinos eran estudiantes en Leipzig,
sus padres acabaron por aceptar que Saussure pudiera ir también
allí para emprender por fin y "oficialmente" estudios en lingüística
indoeuropea.

1.2. El trabajo de Saussure y las condicioneS de producción


de su obra

1.2. 1. El periodo de Leipzig (y Berlin): 1876-1880

Saussure permaneció en Leipzig cuatro años, de 1876 a 1880, y


este período marca lo que se puede considerar como la primera fase de
su trabajo, que se desarrolla en el marco de la lingüística histórica y
comparada, tal como había sido practicada fundamentalmente por los
"neogramáticos". En la Universidad de Leipzig, y también de forma
privada, Saussure recibe cursos de persa antiguo, de celta, de eslavo
y de lituano. Realiza una estancia de casi un año en Berlin, en donde
continúa estudiando sánscrito y celta y, según ciertos comentaristas,
empieza ya a interesarse por los textos, más exactamente las leyendas
germánicas. Finalmente, de nuevo en Leipzig, redacta su trabajo de
fin de curso, la Mémoire sur le systeme primitif des voyelles dans les
langues indo~européenes, que aparecerá en diciembre de 1878; y en
1880, recibe su título de doctor con una tesis titulada De l'emploi du
géniti{ absolu en sanscrit, en donde aborda un tema de sintaxis, domi-
nio que había sido descuidado por Bopp y por los neogramáticos.
Pero es la Memoire de Saussure (y no su tesis) la que más se conoce
y no sin razón. Este trabajo acabará siendo la única obra publicada
por el autor en vida -además de algunos artículos- y ofrece un doble
interés.
En parte por su temática, y en parte por el método utilizado, se
trata en efecto de un trabajo de lingüística comparada; y todavía hoy
los especialistas lo consideran como una de las obras más grandes e
importantes de este ámbito. Pero además esta Mémoire es bastante
más que eso (cf. Béguelin, 2003; 2010; Bergounioux, 2010), pues ya
desde este escrito Saussure se opone al punto de vista "atomista"
de ciertos comparatistas, es decir, al estudio de los sonidos con-
1
siderados aisladamente, preconizando 'la necesidad del sistema"
para comprender el vocalismo indoeuropeo. Además de adoptar la

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perspectiva sistémica, la reflexión de Saussure se fundamenta en la
idea, absolutamente nueva, de la interdependencia entre la vertiente
fonética y la vertiente morfológica de la lengua en el curso de su evo·
lución. Por tanto, si la técnica utilizada por Saussure en este trabajo
es efectivamente comparatista, la perspectiva teórica subyacente es
radicalmente diferente, por la toma en consideración de la estrecha
correlación entre los cambios fonéticos que sufren las palabras a lo
largo del tiempo, y la composición-descomposición de estas mismas
palabras en raíces, sufijos y desinencias; dicho de otro modo, en
subunidades portadoras de sentido, o contribuyendo al sentido. Y
estos dos aspectos, la co-funcionalidad sistémica de las unidades y la
relación de codeterminación entre la vertiente fonética y la vertiente
semántica de la lengua, serán dos ideas fuerza, dos pilares de lo que
llegará a ser más tarde su lingüística general.

1.2.2. El periodo parisino: 1880-1891

En 1880, en base a una relación difícil y por toda una serie


de divergencias teóricas con los neogramáticos -entre otros, estos
habían manifestado una gran hostilidad hacia la Mémoire: Osthoff,
por ejemplo, critica de manera airada precisamente la perspectiva
sistémica-, Saussure deja Leipzig y se instala en París, en donde
permanecerá diez años.
El período parisino de Saussure es quizás el menos bien conocido,
aunque su actividad fue intensa y se desarrolló en varios planos.
Saussure prosigue allí su formación lingüística: continúa estu-
diando especialmente el sánscrito y la filología latina, sigue cursos de
iraní, y frecuenta los cursos de Michel Bréal en la École des Hautes
Études. En 1881, a propuesta de Bréal es nombrado "profesor agregado
de gótico y de alto alemán antiguo" en esta prestigiosa institución, en
donde enseña durante casi diez años la interpretación de textos, la
gramática y el vocalismo de dialectos germánicos antiguos, así como
la gramática comparada de griego y de latín. Paralelamente, ejerce
como secretario adjunto de la Société Linguistique de Paris, siendo
también redactor jefe de las Mémoires de esta Sociedad. Durante este
período publica -fundamentalmente en estas Mémoires y en diversas
obras de homenaje- una veintena de artículos de lingüística histó-
rica, de fonética y de etimología. Es de este mismo período de donde
data un voluminoso manuscrito sobre la fonética; asimismo, parecen

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también datar (¡ya!) de entonces algunas notas sobre la lingüística
general, que Saussure no publicará jamás.

].2.3. El periodo ginebrino: 1891-1913

En 1891 Saussure vuelve a Ginebra, donde es nombrado profesor


extraordinario "de historia y comparación de lenguas indoeuropeas";
título que cambiará "ligeramente" en 1906, cuando es nombrado cate-
drático, esta vez de "lingüística general e historia y comparación de
lenguas indoeuropeas". El período ginebrino de Saussure es conocido
evidentemente por los tres cursos de lingüística general, que impartió
entre 1907 y 1911: el curso I en 1907, el curso II en 1908-1909, y el
curso III en 1910-1911. Pero este cuadro rápido debe enriquecerse
y clarificarse, por una parte, porque el trabajo de Saussure no se
reduce a esas tres enseñanzas; por otra, porque tampoco se puede
considerar que sus reflexiones sobre la lingüística general estén todas
contenidas en estos tres cursos, o que se reduzcan temporalmente
a ... cuatro años. Mencionaré, por tantb, tres aspectos que considero
importante tener en cuenta.
El primero concierne las tres conferencias que Saussure dio cuando
llegó a Ginebra en 1891, para la inauguración de su cátedra. Estas
conferencias, aunque no hayan sido numerosas, son importantes
desde un punto de vista teórico, en cuanto que en ellas expone ya lo
esencial de sus ideas sobre el carácter extremadamente diverso de las
lenguas, y sobre la naturaleza dinámica de los hechos de lenguaje.
En el plano epistemológico, Saussure se opone firmemente a toda
"biologización" de la lingüística, y a toda asimilación de la lengua
a un organismo natural -tal como lo había preconizado Schleicher
y sus continuadores-, y sostiene que las lenguas tienen un carácter
radicalmente histórico. Las lenguas son, según Saussure, fenómenos
íntegramente socio-históricos; y si se puede considerar que tienen una
''vida", esta vida no es otra cosa que el movimiento incesante que las
caracteriza, y que es inherente a su naturaleza (cf. Bulea, 2006). Con-
cretamente, decir que las lenguas viven es admitir que son fenómenos
históricamente ininterrumpidos, continuos, pero que se transforman
necesaria y continuamente en el tiempo y en el uso:

"Efectivamente, el primer aspecto en que debe ser contempl¡:tda la-idea de Histo-


ria cuando se trata de la lengua, o la primera cosa..q~e hace ·que 1á lengua tf~ng; -

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una historia es el hecho fundamental de su continuidad en el tiempo; no digo,
tomen nota, por favor, del hecho de que sea fija[ ...], sino de su continuidad"
(Primera conftrencia, ELG-trad. esp., p. 136).

El hablar humano se caracteriza pues primm·o y antes de nada


por su diversidad, su circulación social y su transmisión continua. Por
consiguiente, no es posible establecer, a nivel ontológico, verdaderos
cortes o fronteras entre las lenguas, ni espacialmente (o en sincronía)
ni temporalmente (o en diacronía); razón por la cual hablar de len-
guas como se habla de individuos, hablar de "lenguas madres" y de
"lenguas hijas", de nacimiento y de muerte de una lengua, no tiene
ningún sentido:

"[... ] cada individuo usa al día siguiente el mismo idioma que hablaba la víspera
y así ha sido siempre. No exisre pues un día en que se haya podido expedir
un certificado de defunción de la lengua latina e inscribir el nacimiento de la
lengua francesa. Nunca los habitantes de Francia se han levantado diciendo
buenos dias en francés, tras haberse ido a dormir la víspera diciendo buenas
noches en latín" (Primera conferencia, ELG-trad. esp., p. 136).

Pero esta continuidad de la lengua no es fijación, no es inmovilidad,


sino al contrario. Las lenguas continúan siendo a pesar del cambio;
o, mejor, existen porque cambian, porque, en el dominio del lenguaje,
cambiar es un modo de ser:

"Hay transformación, y siempre más transformación[ ...]. Por lo tanto, consi-


deramos absoluto el principio de la transformación incesante de las lenguas.
El caso de un idioma que se encontrara en estado de inmovilidad y de reposo
no se presenta" (Segunda conferencia, ELG-trad. esp., pp. 140-141).

Tal como muestran estos extractos, las tres Conferencias son


ya suficientes para refutar, o al menos poner en cuestión la tesis,
atribuida a Saussure, según la cual el sistema de la lengua sería
un sistema cerrado, autosuficiente, o un sistema de relaciones fijas
e inmutables, o incluso -tal como se ha dicho y redicho- un sistema
forrna.l, que sería independiente del paso del tiempo y de la socio-
historia humana:1 .

3 Y en otro registro que concierne específicamente las investigaciones contemporáneas


en el dominio del plurilingüi<:~mo, pienso que el punto de vista saussureano sobre la no
estanqueidad radical de las lenguas en el plano ontológico, así como sus reflexiones
sobre lo que es percibido como sistema, o sobre lo que se convierte en sistema en un

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Otro aspecto que me gustaría mencionar en relación con el período
ginebrino de Saussure se refiere a las enseñanzas que impartió
durante veinte años, en la Universidad de Ginebra. No hay que olvi-
dar que además de los tres cursos de lingüística general, Saussure
enseñó regularmente sánscrito, gramática, fonética, etimología griega
y latina, gramática histórica del inglés, del alemán, del gótico y del
sajón antiguo, a lo se añaden algunos cursos puntuales relativos a
las producciones textuales: cursos sobre la versificación francesa, un
curso sobre la Canción de los Nivelungos, y algún curso relativo a
las inscripciones griegas y de persa arcaico. Y a la vista de los múl~
tiples ejemplos que figuran en los tres cursos de lingüística general,
es evidente que estas enseñanzas alimentaron constantemente y
pusieron a prueba sus reflexiones propiamente teóricas. Finalmente,
hay que mencionar también que los tres cursos de lingüística gene-
ral no fum·on ni similares ni homogéneos. De un año a otro cambió
su contenido y su estructura, y los conceptos movilizados también
cambiaron y evolucionaron, ya que Saussure se hacía cargo de esta
docencia con un espíritu de investigación y reflexión, pero haciendo
también de didáctica de su pensamiento. Por esta razón, las reflexio-
nes que aparecen en algunas notas manuscritas -y especialmente
en los manuscritos hallados en 1996, De l'essence double du la.nga.ge
(Sobre la. esencia. doble dellengua.je)- son a veces mucho más sutiles
y más profundas de lo que aparece en las notas de los estudiantes,
sin entrar en el Curso de lingüística general.
El último aspecto que evocaré concierne precisamente las inves-
tigaciones de Saussure que datan de este período. Corno se puede
apreciar en las notas ahora disponibles, y aunque su datación exacta
sea dificil y a veces imposible, se puede, por una parte, atestiguar
que las reflexiones relacionadas con la lingüística general, con la
semiología y con el estatuto del signo son muy anteriores a los tres
cursos de lingüística general. Más aún, según parece, Saussure
preparaba ya entre 1893-94 y 1897, es decir, quince años antes de
los cursos, uno o dos libros de lingüística general. Son testimonio de
ello las notas que Saussure mismo diseñó como "notas destinadas a

momento dado para una sociedad o para un locutor, son temas de una gran actuali·
dad y de una gran pertinencia. Estos temas podrían nutrir las reflexiones actuales
relativas a la noción de "interlengua" fundamentalmente y su carácter sistémico
(ciertos comentaristas incluso han criticado a Saussure diciendo que su concepción
de la lengua estaba demasiado influenciada por su propio plurilingüismo, así como
por el contexto plurilingüe que caracteriza también a Suiza ... ).

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un libro de lingüística generaf' (cf. Status et motus. Notes pour un
livre de linguistique générale, in Ecrits de linguistique générale), así
como el manuscrito De l'essence double du langa.ge. Por otro lado, me
parece importante revelar que estas mismas reflexiones se turnan
o se prolongan en los estudios que Saussure llevó en ámbitos que
revelan claramente de la textualidad -los estudios sobre las Leyen-
das "burgondes" (cf. Turpin, 2003), los anagramas (cf. Starobinski,
1971), la métrica homérica, etc.- que datan de los años 1900, y que
no abordaré aquí. Pero, de todos modos, es importante subrayar el
hecho de que contrariamente a lo que dicen ciertos comentaristas,
que encuentran en estas investigaciones una preocupación misteriosa,
independiente de la lingüística, el signo de un Saussure "nocturno"
e irracional, o el indicio de un Saussure desesperado por las "verda-
deras" investigaciones lingüísticas, no hay nada de esto. Un estudio
atento de estas notas muestra, al contrario, la profunda coherencia
de conjunto que caracteriza su trabajo: Saussure parece buscar en
los textos una consolidación en el plano empírico-funcional, véase
metodológico, de ciertas ideas y nociones de lingüística general -en
particular las nociones de identidad, de diacronía, de valor o de la
linearidad de los signos.

1.3. La publicación de la obra saussureana

Abordemos ahora la cuestión de la publicación de la obra


saussureana; cuestión importante, ya que plantea problemas de acceso
al pensamiento del autor durante el siglo pasado y actualmente, y
por consiguiente, de la base de las interpretaciones de esta obra. De
manera un poco seca y cronológica, he aquí algunas referencias al
respecto; luego haré algunos comentarios.

Como ya he mencionado, Saussure publicó muy poco en vida (La


Mémoire de Leipzig y algunos artículos), y sobre todo no publicó
nada de sus trabajos de lingüística general, considerando que sus
reflexiones no estaban suficientemente acabadas. Y como ya sabe-
mos, el Curso de lingüística general, publicado en 1916 (tres años
después de la muerte de Saussure) fue redactado por Charles Bally
y Albert Séchehaye, a partir de notas de estudiantes, y sin que
ellos mismos hubieran asistido a los cursos de Sanssure.

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En 1922 aparece una recopilación de textos editados por Charles
Bally y Léopold Gautier, pero no contiene ningún documento de
lingüística general. Este libro recoge la Mémoire de Leipzig, la
tesis de Saussure sobre el genitivo en sánscrito, así como la mayor
parte de Jos artículos que Saussure había publicado en vida.
Nada nuevo aparece durante más de treinta años. En 1954, Robert
Godel publica en los Cahiers Ferdinand de Saussure, por primera
vez (¡) un conjunto de notas inéditas de Saussure (veinte páginas
aproximadamente). Pero no son más que extractos pegados uno
a otro sin infm·mación de la fuente. A posterim·i, se puede decir
que se trata de hecho de algunas notas de fonología, de algunos
fragmentos precisamente de la Primera Conferencia de la Uní·
versidad de Ginebra, y de extractos de un artículo de homenaje a
Whitney, que Saussure redactó en 1894, pero que finalmente no
envió a publicar.
En 1957, el mismo Godel publica una obra (su tesis doctoral) titu-
lada Les sources manuscrites du Cours de linguistique générale,
que contiene extractos de los cuadernos de los estudiantes que
siguieron los cursos, y algunas notas de Saussure que se conservan
en la Biblioteca de Ginebra. Se trata por tanto de la publicación,
fragmentaria pero original, del material que había servido para
la fabricación del Curso de lingüística general.
Desde 1959 y hasta el presente, Jos Cahiers Ferdinand de Saus-
sure, y también otras revistas y obras han publicado regularmente
diversas notas de Saussure o de los estudiantes, de las cartas de
Saussure y de otros documentos, transcritos y editados por dife-
rentes investigadores (Godel, Benveniste, Jakobson, Starobinski,
Komatsu, Amaker, etc.) que aportan también su interpretación y
su propia teoría.
En 1967 aparece la versión italiana del Curso de lingüística general
con el excelente comentario crítico de Tullio De Mauro; comentario
crítico que será inmediatamente traducido al francés, y que desde
entonces acompaña todas las reediciones del Curso de lingüística
general.
En 1968 se publicará la edición crítica del Curso de lingüística
general a cargo de Rudolf Engler, que constituye una empresa
absolutamente monumental. Cada página está organizada en seis
columnas: la primera retoma sucesivamente todos los parágrafos
del Curso de lingüística general, y las otras cinco contienen, en

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relación con cada párrafo, las notas de Saussure que se conocían
entonces y las notas de varios estudiantes, todo ello colocado para-
lelamente. Es un documento de trabajo extremadamente precioso,
pero tiene el inconveniente de estar estructurado (siempre) según
la lógica del Curso de lingüística general, y no permite seguir la
lógica de la organización propia de cada uno de los cursos impar-
tidos por Saussure.
Este "defecto" estará precisamente en el origen de la publicación,
entre 1987 y 2007, de un conjunto de obras consagradas cada una
de ellas a cada uno de los cursos (cf. Komatsu & Wolf, 1996- curso
I; Komatsu & Wolf, 1997 - curso II; Komatsu & Harris, 1993
· y Constantin, 2005 - curso III), obras que reproducen la lógica
interna de estos cursos sobre la base de las notas de los estudian-
tes, especialmente de Riedlinger y de Constantin. Actualmente
contamos, por ejemplo, la totalidad del curso III según las notas
de Constantin, que son las más completas, y que no conocieron los
redactores del Curso de lingüística general en 1916.
Finalmente, los manuscritos encontrados en 1996 fueron publica-
dos en 2002, a cargo de Simon Bouquet y de RudolfEngler. Y exis-
ten aún, en la Biblioteca de Ginebra especialmente, pero también
en Harvard, numerosas notas que todavía no se han publicado.

Este estado de cosas me lleva a hacer dos comentarios, tanto de


orden histórico como metodológico.
El primer comentario se refiere a la distancia que separa la
aparición del Curso de lingüística general (1916) de la aparición
progresiva de las notas de Saussure y de los estudiantes (final de los
años 1950 y más tarde). Esta distancia coincide evidentemente con
la explotación estructuralista de Saussure y con el desarrollo de esta
corriente; pero esta corriente se desarrolló sobre la base del Curso
de lingüística general, y no sobre la base de un conocimiento real e
íntegro de la obra de Saussure. Estos son los avatares de la historia,
pero lo que es problemático desde el punto de vista teórico es que
esta distancia ha permitido la instalación de una interpretación de
Saussure grosso modo reducida a ciertos clisés: "la lengua es social
y el babia individual"; "la lengua es un sistema formal de signos"; "la
tarea de la lingüística es estudiar la lengua (y no el habla) en sí misma
y por sí misma" etc. etc.; clisés que a veces son reductores y, otras,
simplemente falsos. Estos lugares comunes han sido seleccionados

26 NUEVAS LECTURAS DE SAUSSURE


además de algunas oposiciones que se conocen como antinomias o
"dicotomías" in res: lengua-habla, sincronía-diacronía, significante-
significado, etc. Estas distinciones son efectivamente de Saussure,
pero a menudo han sido mal entendidas. Lo mínimo que se puede decir
es que para Saussure tienen un estatuto metodológico y no ontológico:
Saussure insiste, al contrario, sobre la interacción permanente, sobre
la ca-determinación, o aun sobre la relación dialéctica que establecen
los fenómenos que designan estos términos.
Por otro lado, se plantean otros problemas relacionados, como
cierta confusión terminológica, que hace que se atribuya a Saussure
nociones e ideas que en realidad son de otros lingüistas que han explo.
tado la teoría saussureana. Así, por ejemplo: a) el término "paradigma"
es de Hjelmslev y no de Saussure, que habla de ''paralléie" o de "series
asociativas"; b) la noción de "forma", muy explotada por Hjelmslev
como oposición a sustancia, sólo aparece una vez en el Curso de lin-
güística general (en el índice ni siquiera figura), y, aunque Saussure
la utiliza también en sus notas, su significado y su función son mucho
más sutiles que la famosa oposición "forma-sustancia"; e) el término
"estructura" apenas aparece en las notas de Saussure, y sobre todo
nunca es sinónimo de "sistema", ya que Saussure prefería utilizar la
exp1·esión "juego de signos", para subrayar su ca-determinación y su
dinámica sistémica.
Las condiciones históricas de producción y explotación de la obra
saussureana nos comprometen por tanto, desde un punto de vista
metodológico, con una actitud crítica y vigilante en cuanto a la atri-
bución o no a Saussure de ciertas ideas o nociones.
El segundo comentario es que el "corpus saussureano" se halla
extraordinariamente disperso en diversas publicaciones, cada una
con su lógica propia: la lógica del Curso de lingüística general, lógica
de cada curso, etc. Este corpus es, por otro lado, muy heterogéneo,
ya que consta del Curso de lingüística general en sus diferentes ver-
siones, de las notas de los estudiantes, de las notas de Saussure más
o menos acabadas, más o menos largas y elaboradas, que presentan
cortes y espacios en blanco, etc. Esto plantea evidentemente proble-
mas metodológicos y filológicos importantes, que a veces dividen a
los investigadores: ¿quién utiliza qué?; ¿son fiables las notas de los
estudiantes?; ¿habría que limitarse exclusivamente a las notas de
Saussure?; pero en este caso, ·¿cómo utilizarlas, si se trata de borra-
dores inacabados?, etc.

ECATERINA BULEA 27
Frente a estas preguntas, se pueden constatar hoy tres tenden-
cias. Por un lado está la posición pro Curso de lingüística general,
que tiende a minimizat' el rol de las fuentes manuscritas, con el
argumento que de hecho está en la base del Curso que la lingüística
general se construyó durante el siglo pasado. Por otro lado, está la
posición contraria según la cual el Curso de lingüística general debe
de rechazarse definitivamente, y no hay que tener en cuenta más
que los manuscritos de Saussure, y en particular los encontrados en
1996. Existe también una tercera posición que postula que el Curso de
lingüística general debe ser rechazado, pero los manuscritos de 1996
no aportan nada nuevo en relación con las notas de los estudiantes
(y especialmente en relación con las de Constantin del curso III), y
por tanto se debería limitar a estas notas que traducirían '(la (buena)
palabra de Saussure".
Estas tres tendencias son todas problemáticas y cuasi dogmáticas.
En lo que nos concierne (cf. Bronckart, Bulea & Bota, 2010), conside-
ramos que es inútil e injusto eliminar y I'echazar sea lo que sea y que
es totalmente ilegítimo considerar que los últimos manuscritos "no
aportan nada". Es necesario, al contrario, y de forma vigilante, crítica
pero respetuosa con la historia, tomar cada documento como lo que
es, recolocarlo en su contexto de origen e intentar, en la medida de lo
posible, reconstruir el pensamiento saussureano en su progresión y
su coherencia de conjunto.

2. Nuevas lecturas: algunos temas fundamentales

Abordaré en esta parte algunos temas fundamentales de la teoría


saussureana que me parecen unas fuentes indispensables para redi-
namizar, es decir, refundamentar, las reflexiones contemporáneas
sobre el lenguaje.

2.1. La metodoloefa y epistemoloefa de Saussure

El primer aspecto corresponde a la postura metodológica y


epistemológica que sería la de Saussure, o que él por su parte consi-
deraba como apropiada para el estudio de los fenómenos del lenguaje.

28 NUEVAS LECTURAS DE SAUSSURE


A este respecto, a decir verdad, poco dice el Curso de lingüística
general; así, pues, voy a recabar otras fuentes.
Respecto de la posición epistemológica de Saussure, quisiera
destacar un sólo aspecto, que puede considerarse como la "columna
vertebral" de sus estudios. Se trata de un firme rechazo de todo dua-
lismo, bien se trate de un dualismo "primario", a saber, de la ruptura
entre las substancias física y psíquica -en el caso que nos ocupa, entre
sonidos materiales e "ideas" o conceptos-, o bien se trate del dualismo
"derivado", que opera una separación radical entre el pensamiento y el
lenguaje. En el manuscrito De l'essence double du langage, Saussure
llega a calificar como "fácil y perniciosa" aquella concepción según
[a cual la dualidad que caracteriza el lenguaje se basaría sobre un
dualismo de hechos (sonidos e idea); por su parte, afirma que es
totalmente falso considerar que las unidades lingüísticas no harían
más que traducir o expresar un pensamiento disjunto, independie~te
y previamente construido. El carácter doble, la doble naturaleza, o
doble-faz de los signos, si bien es bien evidente, debe ser repensada
en su fundamento: la posición de Saussure es que, aun admitiendo
que esta doble naturaleza -denominada también "compleja"- es una
construcción diferencial interna al orden psíquico, no puede darse sin
la intervención de lo social.
En cuanto a la metodología de Saussure, tras el examen crítico
tanto del método histórico y comparado, como de la gramática lógica
(sobre todo la de Port-Royal), el autor preconiza y adopta un método
a la vez empirista e inductivo, es decir, un método que,, en un movi-
miento de ida y vuelta permanente, combina: a) la observación y la
recogida de hechos concretos; b) la elaboración, sobre esta base, de
conceptos gene1'alizantes y propuestas teóricas; e) la permanente
puesta a prueba de estos conceptos, de su validez, retornando de
nuevo a los datos empíricos. De ningún modo se trata de un empirismo
acumulador, o de una mera colección de hechos (como es el caso de
la lingüística comparada), ni de un método puramente teórico, que
ignora el tiempo y lo social (como sucede en el caso de las gramáticas
lógicas), sino de la puesta en práctica de una dialéctica permanente
entre la observación de hechos concretos, en sus manifestaciones
socio-históricas concretas, y la abstracción de propiedades generales.
En el dominio del lenguaje, esto implica ante todo el estudio de una
multitud de lenguas naturales en su diversidad y su historia -y que
algunos datos biográficos que he expuesto con anterioridad muestran

ECATERINA BULEA 29
que es justamente lo que no ha dejado de hacer. Asimismo es lo que
enseñó, como lo testimonian los siguientes pasajes:

"[ ...]efectivamente el estudio del lenguaje como hecho humano está del todo
o casi del todo contenido en el estudio de las lenguas [... ] pero jamás, me
permito decirlo, jamás los más elementales fenómenos del lenguaje se podrán
sospechar o percibir claramente, clasificar y comprender si no se recurre en
primera y última instancia al estudio de las lenguas. Lengua y lenguaje son
una sola y misma cosa; uno es la generalización de la otra. Querer estudiar
el lenguaje sin tomarse la molestia de estudiar sus diversas manifestaciones,
que son evidentemente las lenguas, es una empresa absolutamente vaga y
quimérica; pero querer estudiar las lenguas olvidando que esas lenguas están
regidas primordialmente por determinados principios que se resumen en la
idea de lenguaje, es un trabajo todavía más desprovisto de significación seria,
de cualquier auténtica base científica. En consecuencia, el estudio general del
lenguaje se alimenta sin cesar de las observaciones de todo tipo que se hayan
realizado en el campo particular de tal o cual lengua" (Primera conferencia,
ELG-trad. esp., p. 131).

"[ ...] la cosa <<dada», no es sólo la lengua, sino las lenguas. Y el lingüista,
inicialmente, no puede acceder a otra cosa que a la diversidad de las lenguas.
Antes que nada debe estudiar las lenguas, el mayor número posible de len-
guas; debe extender su horizonte lo más posible. Es así como procederemos.
Gracias al estudio, la observación de estas lenguas, el lingüista podrá sacar
las trazas más generales, podrá retener todo aquello que juzgue esencial y
universal, y podrá dejar de costado lo particular y lo accidental. Se encontrará
con un conjunto de abstracciones que será la lengua [... ]. En la lengua, queda
resumido lo que hemos podido observar en las diferentes lenguas" (Cours IIJ,
Constantin, p. 89).

Las regularidades constatadas tras el examen de múltiples lenguas


se podrán considerar como reveladoras del lenguaje, o de LA LENGUA.
LENGUA, en este sentido, es una entidad abstracta, una construcción
del lingüista, una "idea" cuya naturaleza es, necesariamente, "secun-
daria" en relación a los hechos reales. No obstante, conviene subrayar,
ya de entl·ada, que el término "lengua" tiene en Saussure varias
acepciones y funciones, y que el carácter propiamente abstracto sólo
corresponde a esta acepción, una acepción, por lo demás, metodológica-
teórica del término. Lo anterior en absoluto excluye que la lengua,
o toda lengua sea (igualmente) una realidad histórica, como ya se

30 NUEVAS LECTURAS DE SAUSSURE


ha visto (cf. § 1.2.3, supra); tampoco excluye que la lengua sea una
realidad anclada tanto en la sociedad como en el individuo, como lo
vamos a ver brevemente a continuación (cf. § 2.4, infra).
Vamos a volver a la metodología de Saussure: tal como hemos suge-
rido anteriormente, el lingüista consideraba además que las lenguas
deberían estudiarse bajo todos sus aspectos: fonético, morfológico,
léxico, sintáctico, etc., y de acuerdo a todas sus manifestaciones,
orales o escritas, en sus materializaciones en textos o en discursos.
Para Saussure estos aspectos conforman un "todo inseparable", que
debería abordarse en una perspectiva sistémica y diferencial, o incluso
correlativa. Es justamente la toma en cuenta de este "todo" lo que
puede conducirnos al estudio del proceso de significación, significación
que es el corazón de toda semiología:

"Semiología= morfología, gramática, sintaxis, sinonimia, retórica, estilística,


lexicología, etcétera, pues todo esto es inseparable" (De la doble esencia, ELG-
trad. esp., pp. 48-49).

1.1. El rol de la semioloefa y el lunar de la Iineüfstica dentro


de las ciencias humanas

Ahora bien, ¿qué es la semiología, y cuál es su función en el método


de Saussure? El C<trso de lingüística general pretende responder de
la siguiente manera a dicha pregunta: la semiología es una nueva
disciplina, una ciencia que hace suya la lingüística y que le asigna
un lugar "claro" dentro de las ciencias humanas:

"Se puede concebir una ciencia que estudia la vida de los signos en el interior
de la vida socia{j dicha ciencia formaría parte de la psicología social, y, en
consecuencia, de la psicología general; la denominaremos semiología {... ]. La
lingüística no es más que una parte de esta ciencia general, y las leyes que ella
descubra serán aplicables a la lingüística que, de esa manera, quedará adscrita
a un dominio bien definido dentro del conjunto de los hechos humanos"
(CLG, p. 33).

Este pensamiento, si bien subraya la no-impermeabilidad de las


ciencias sociales y pone en evidencia la estrecha relación, en opinión de
Saussure, entre "vida de los signos" y "vida social", tal acoplamiento,
ya mencionado en el Curso de lingüística general (psicología general
--.psicología social~ semiología--. lingüística), refleja sólo parcial-

EcATERINA BuLEA 31
mente el pensamiento de Saussure. El autor, en efecto, tuvo dudas en
cuanto a la jerarquización de estas disciplinas, y las observaciones
de los estudiantes muestran que su posición era, al mismo tiempo,
prospectiva y mucho más problematizadora:

"La semiología podrá situarse aliado de la psicología. Corresponderá a los lin-


güistas distinguir los caracteres semiológicos de la lengua a fin de encontrar su lugar
entre los sistemas semiológicos" (Cours 11, Cahier C, en CLG-E, p. 49).

Las mismas notas dejan claramente entrever uno de los aspectos


fundamentales de la argumentación saussureana en favor de la nece~
sidad de instaurar una disciplina lingüística-semiológica autónoma:
la lengua es ante todo una actividad humana; una actividad social;
pero una actividad social diferente, poseedora de unas propiedades
específicas:

"De esta manera, cualquiera que sea el círculo exacto a trazar en torno a la
lengua, resulta evidente que nos encontramos ante una acción social bastante
particular del hombre para que pueda constituir una disciplina. Y todos estos
hechos serán el objeto de una disciplina, de una rama de las ciencias que
echa mano de la psicología y de la sociología" (Cours II, Cahier R, CLG-E,
p. 48).

"La lengua es un género de la actividad social. Puede que la semiología sea una
rama ligada a la psicología. [... ] Pero corresponde al lingüista la constitución
de la lingüística en ciencia semiológica y diferenciarla de otras ciencias semio-
l6gicas" (Cours 11, Cahier G, CLG-E, pp. 48-49).

Ahora bien, en la medida en que esta disciplina nueva debe incluir


una forma particular de la actividad humana, se plantean inevita-
blemente dos tipos de problemas: por una parte, ¿cómo articular las
dimensiones sociales y la dimensiones psicológicas, tal conw ellas se
manifiestan dentro de esta actividad específica y tal como las mis-
mas asignan su naturaleza propiamente lingüística?; por otra parte,
¿cuáles son las relaciones existentes entre esta actividad psico-social
particular y los hechos sociales y psicológicos generales, a saber,
aquellos que no presentan una dimensión propiamente semiológica?
Evidentemente, a esta pregunta sólo puede responderse estudiando
la esencia de los signos; más en concreto, estudiando los signos de
lenguaje.

32 NUEVAS LECTURAS DE SAUSSURE


La semiología ha sido para Saussure, además de una disciplina,
una vía de reflexión, o el medio para tomar en consideración una nueva
.conceptualización de los signos de la lengua, capaz de dar cuenta
tanto de la doble naturaleza, o doble-cara de los signos -naturaleza
que otros hechos psicológicos parecen no presentar-, como de la natu-
raleza eminentemente social de todo sistema de signos.

2.3. La problemática del sisno

En este tema, Saussure ha defendido, en contra de la Tradición


-Aristóteles y los demás convencionalistas, incluido Whitney- que los
signos no tienen ninguna base exterior al lenguaje, ni en los objetos
fisicos y su organización en el mundo, ni en las ideas pre-delimitadas;
una tal posición significa que las lenguas no pueden, sea cual fuere
el nivel de su estructuración, reducirse a ser simples instrumentos
de expresión de entidades preexistentes. Saussure ha sostenido, por
igual y a la par, que los signos no tienen existencia alguna fuera del
hombre o de la especie humana, y que los mismos ponen de manifiesto
unidades que no son ni aisladas ni aislables (a imagen de los objetos),
ni atemporales o ahistóricas:

"Pero, implícitamente, hay [...] una tendencia que no podemos ignorar ni


dejar pasar sobre lo que es en definitiva el lenguaje: esto es, una nomenclatura
de objetos. Objetos datos en primer lugar. Primero el objeto, luego el signo;
por lo tanto (cosa que negaremos siempre) se da base exterior al signo [.. ,]
Mucho más grave es el segundo error en que caen generalmente los filósofos
y que consiste en imaginar:
zo ¡que una vez que se ha designado un objeto con un nombre se tiene un todo
que va a transmitirse sin otros fenómenos que prever!" (Status y motus. Notas
para un libro de lingüística general, ELG-trad. esp., pp. 206-207).

Saussure, siguiendo su postura anti-dualista, por encima de todo


ha demostrado que los signos, con ser dobles, no proceden en absoluto
de la asociación entre un elemento físico (o sonido) y un elemento
psíquico (o ideas). Los signos, en tanto que construcciones humanas,
son para Saussure unidades íntegramente psíquicas, que revelan
un "orden" cuyo origen no es la puesta en correspondencia biunívoca
de entidades pre-organizadas y positivas, sino que son ante todo un
lugar de despliegue de procesos de diferenciación-asociación. Dichos

EcATERINA BuLEA 33
p1·ocesos inciden sobre ¡¡imágenes'', o sobre representaciones de soni-
dos y de objetos, siendo simultáneos. De esa manera, ya de entrada,
engendran entidades dobles o "complejas" (cf. Bulea, 2010), dicho de
otra manera, signos, cuya modalidad de individuación y de existencia
es, desde ese momento y funcionalmente, correlativa.
Los signos, en consecuencia, se determinan mutuamente, en un
proceso de co-producción simultánea de ambas caras. Éstas, ini-
cialmente, son designadas como "formas" y como "significaciones",
o como "formas" y "sentido"; más tarde, en el curso III, lo son como
"significantes" y como "significados"; de cualquiera de las formas, lo
realmente importante es que estas dos caras del signo se engendran
la una a la otra, lo que tiene lugar en el proceso mismo de interacción
entre los humanos. Los signos así engendrados son necesariamente
productos sociales, a saber, valores. Estos valores son, por lo demás,
temporales y frágiles, toda vez que su estatuto de "unidades" no es
sino el resultado de cuatro términos y tres relaciones, que están activos
de forma constante y simultánea: las relaciones diferenciales de las
formas entre ellas mismas; las relaciones igualmente diferenciales
de significaciones entre sí (o de sentido); por último, las relaciones de
asociación entre formas y significaciones:

"Seguimos viéndonos abocados a los cuatro términos irreductibles y a las tres


relaciones irreductibles que no forman entre ellos más qtte un solo todo para
la mente: (un signo 1 su significación) = (un signo 1 y otro signo) y además
(una significación 1 otra significación) [...]
Pero en realidad no hay en la lengua ninguna determinación ni de la idea ni
de la forma; no hay más determinación que de la idea por medio de la forma
y de la forma por medio de la idea. [...]
Ahí está lo que denominamos CUATERNO FINAl. y, si consideramos los cuatro
términos en sus relaciones: ~a triple relación irreducible" (De la doble esencia,
ELG-trad. esp., pp. 43-44).

El término de "cuaterno" (fr. quatemion) es un término prestado


por las matemáticas, donde se utiliza para designar números hiper-
complejos; ahora bien, Saussure no lo menciona, y, por mi parte,
tampoco voy a insistir. No obstante, me parece que esta noción es
especialmente apta para expresar la realidad del proceso de deter-
minación de un ''cuarto término" -de una forma o de una significa~
ción- que se lleve a cabo exclusivamente teniendo en cuenta las tres
restantes, y, por ello, sin base exterior.

34 NUEVAS LECTURAS DE SAUSSURE


Como quiera que sea, ya se reserve este término para hablar de
Jos signos o no, Jo importante es el intento de Saussure en orden a
conceptualizar la potencialidad que tendría un mecanismo idéntico
-y, en este sentido, universal- capaz de producir resultados siempre
diferentes. Trata de conceptualizar las condiciones sistémicas que
hacen del signo un "ser" en continuo devenir, donde cada una de las
manifestaciones concretas de la unidad no sería más que una de tantas
realizaciones posibles de una configuración en continuo devenir.
Esta conceptualización dinámica de la unidad lingüística es, en
la cronología de los escritos y enseñanzas saussureanas, anterior a
las distinciones ya conocidas entre lengua y habla, por una parte, y,
por otra, entre si.ncronía y diacronía. Estas distinciones posteriores,
de cualquier modo, no anulan ni invalidan el mencionado meca-
nismo "cuaternional", sino, al contrario, la concepción del signo como
"cuaterno" permite considerar las relaciones dialécticas que existen
entre lengua y habla, por una parte, y entre "lengua en la historia"
y "lengua en un momento dado", por otra.
Conviene subrayar que, tomando como base esta redefinición de
entidades lingüísticas, el proceso de comunicación viene a ser inevi-
tablemente un proceso de construcción, de creación permanente de
entidades significantes, llevado a cabo en la interacción social y en
la movilización de entidades heredadas a Jo largo de la historia. En
efecto, en la teoría saussureana, queda anulada cualquier ruptura
entre estructuración del signo y comunicación, porque se considera
que los signos no emergen ni se realizan más que en la interacción
social, entendida como una permanente confrontación 1 negociación
de su propia producción:

"Solamente el sistema de signos convertido en cosa de la colectividad merece


el nombre de, es un sistema de signos: porque desde ese momento el conjunto
de sus condiciones de vida es tan distinto de todo lo que puede constituirlo
fuera de esto que el resto apare_ce desprovisto de importancia. Y se puede
añadir inmediatamente: que si ese medio de la colectividad lo cambia todo en
el sistema de signos, ese medio es también, desde el origen, el auténtico lugar
de desarrollo hacia el que tiende desde su nacimiento un sistema de signos: un
sistema de signos hecho específicamente para la colectividad como el navío
para la mar. Está hecho solamente para entenderse entre varios o muchos y
no para entenderse uno solo. Por eso en ningún momento, contrariamente
a las apariencias, sea cual sea el fenómeno semiológico, no deja fuera de sí el
elemento de la colectividad social: la colectividad social y sus leyes es uno de

EcATERINA BuLEA 35
sus elementos internos y no externos, tal es nuestro punto de vista" (Sistema
de signos- Colectividad, ELG-trad. esp., p. 253).

Nos encontramos justamente ante la constitución social de enti-


dades psíquicas que Saussure designa con los nombres de "contrato"
y "contrato social"; un contrato que puede restablecerse libremente,
de diferente manera en cada sociedad, en virtud de la naturaleza
inmotivada, o arbitraria de los signos.

2.4, El estatuto de la lenoua

Además de la acepción metodológica ya mencionada (cf. § 2.1,


supra), el término "lengua" designa en Saussure la realidad histórica,
moviente, pero continua, que también se ha mencionado (cf. 1.2.3,
supra); esa es la razón por la que uno no se despierta diciendo bonjour
en francés, tras dormirse en la víspera diciendo bonne nuit en latín.
En esta perspectiva, se puede pensar que, de hecho, no existe más
que una sola lengua, que a continuación funcionaría de acuerdo a la
emergencia de la especie humana y evolucionaría a la par con ella. En
este sentido, sentido que corresponde a la segunda acepción del tér-
mino, "la lengua" constituye una entidad homogénea desde un punto
1
de vista ontológico; y si merece la calificación de 'lengua universar'
es sólo porque Saussure procura poner de manifiesto la unicidad de
principio de la naturaleza del material que los humanos utilizan en
su actividad de hablar, sean cuales fueren las épocas históricas o
regiones geográficas.
En las Conferencias, sobre todo en los tres cursos, Saussure
afirma asimismo la existencia de "estados de lengua", dicho de otra
manera, la realidad de manifestaciones circunscritas en el espacio
y en el tiempo de la lengua universal. ¿Cuál es su estatuto, o cuál es
su fundamento?
Una tercera acepción del término "lengua", en tanto que estado,
corresponde a la de "depósito" (o de "tesoro") de unidades significantes
depositadas en el "cerebro" del sujeto hablante:

"Todo aquello que por necesidades del discurso y mediante una operación
singular se pone en los labios, es el habla. Todo aquello que se contiene en el
cerebro del individuo, el depósito-reserva de las formas escuchadas y prac-
ticadas así como su sentido, corresponde a la lengua. De esta dos esferas, la
más social es la esfera habla; mientras que la otra, es totalmente individual. La

36 NUEVAS LECTURAS DE SAUSSURE


lengua es la «reserva)) individual; todo lo que entra en la lengua, es decir, en la
cabeza, es individual" (Curso 1, in Komatsu & Wolf, 1996, pp. 65-66).

Como puede verse, fuera aparte de que las relaciones respecto del
Curso de lingüística genera.l aparecen invertidas -el habla es social y
la lengua individual-, lo que de verdad es importante es el hecho de
que Saussure plantea la existencia de una forma primera de "estado
de la lengua", anclado o ubicado en las personas; y en esta acepción o
sentido, la lengua es una entidad propiamente interna, razón por la
cual se puede calificar explícitamente de "lengua interna".
Saussure plantea asimismo, y paralelamente, la existencia de otro
anclaje de la lengua, que es la "colectividad", una colectividad que
puede incluirse en un momento determinado de la historia:

"El lenguaje es un fenómeno; es el ejercicio de una facultad que está en el


hombre. La lengua es el conjunto de formas concordantes que toma este
fenómeno en una colectividad de individuos y en una época determinada"
(Lenguaje- Lengua- Habla, ELG-esp., p. 119).

El cuarto sentido dado al término "lengua" difiere del anterior


tanto por su lugar de anclaje, como por ciertas características, como
es en especial la de tener una cierta "conciencia", la de desplegar una
acción deliberada de análisis de sus propios componentes, y la de
sancionar (o autorizar) la creación de todo término nuevo:

"Un segundo hecho, es que la lengua tiene conciencia no sólo de los elementos,
sino también de la influencia que dichos elementos ejercen los unos sobre los
otros (mutuame~te), una vez que tomen posición en un determinado orden;
la lengua posee el sentimiento de su sentido lógico, de su orden'' (Curso/, in
Komatsu & Wolf, 1996, p. 96).

"La lengua emplea su tiempo en interpretar y en descomponer lo que en ella


hay de las aportaciones de las generaciones precedentes -¡he ahí su carrera!-
para a continuación, partiendo de las sub-unidades que ella ha obtenido, poder
llevar a cabo otras construcciones" (ibid.)

Es a este nivel de la "lengua colectiva" donde se ejerce la regu-


lación social, el nivel que autoriza y homologa las proposiciones de
"habla" que movilizan la f'lengua interna". Y si bien se caracteriza
por su carácter <~normativo", la ''lengua colectiva" no tiene el mono-
polio sobre el carácter social de las unidades que conforma, toda vez

EcATERJNA BuLEA 37
que el carácter social es común a la ''lengua interna" y a la "lengua
colectiva".
La ecuación ''lengua= colectivo", y "habla= individual" debe des-
montarse, pues la léngua puede ser a la vez individual y colectiva.
Pero esto no significa en absoluto que estos dos tipos de lengua, en
su organización interna, deban ser similares, o que deban presentar
homologías estructurales, mucho menos que la "lengua interna" deba
ser un calco de la "lengua colectiva". El análisis del corpus saussu-
reano, y justamente el análisis de algunos de sus trabajos considerados
como "marginales", muestra, bien al contrario, el esfuerzo de Saussure
para tratar de clarificar los factores que distinguirían la organiza-
ción de estos dos regímenes de la lengua; y si bien estas reflexiones
en el dominio que nos ocupa no están expuestas de forma clara, ni
terminada, se puede, sin embargo, apreciar la naturaleza innovadora
de la tesis del doble anclaje de la lengua: por una parte, un anclaje
en el individuo y, por otra, en lo colectivo. La lengua comprende, con
independencia de su lugar de anclaje, entidades de naturaleza social.
No obstante, estas entidades se diferencian, dependiendo del lugar
de anclaje, en cuanto al tenor y la organización; esto hace que, de
acuerdo al sistema que se tome en cuenta en conjunto, se prolongue la
tensión entre lo individual y lo colectivo, una tensión que, finalmente
(e inexorablemente), se activa en la producción de significación.

1.5. El estatuto del discurso

La dimensión discursiva de la producción de significación, si


bien está ausente en el Curso de lingüística general, no obstante,
no sólo ha sido puesta de manifiesto por Saussure, sino que suponía
para él un carácter perentorio. En sus notas, subrayó de una forma
particular que la lengua "entra en acción" sólo en y por el discurso
(cf. ELG-esp, p. 245); posteriormente, al calificar esta operación de
"juego", reafirmó que sólo gracias al discurso permanece revivificada
la naturaleza activa y dinámica de los signos, revivificación que tiene
lugar a través de su puesta en relación efectuada por el uso que hacen
los individuos:

"La lengua sólo se ha creado para el discurso [...] el discurso consiste, aunque
sea rudimentariamente y por vías que ignoramos, en afirmar un lazo entre dos
de los conceptos que se presentan revestidos de forma lingüística, mientras que
la lengua, previamente, sólo realiza conceptos aislados, que quedan en espera

38 NuEVAS LECTURAS DE SAUSSURE


de ser relacionados entre ellos para que haya significación de pensamiento"
(Nota sobre el discurso, ELG-esp. p. 245).

Desde un punto de vista histórico, Saussure sostiene también que


las innovaciones que caracterizan la transmisión y la transformación
de las lenguas en el tiempo, y que apoyan la creación de nuevas enti-
dades lingüísticas tienen lugar en lo "discursivo":

"Todas las modificaciones, sean fonéticas o gramaticales (analógicas), tienen


lugar exclusivamente en lo discursivo" (Lo discursivo ... , ELG-esp, p. 95).

Y es a través mismo de lo "discursivo" que los individuos entran en


contacto con la lengua, o sincrónicamente con un estado de lengua. La
interiorización o la apropiación de la lengua reside, según Saussure,
en un proceso permanente de extracción de unidades (o de palabras)
a partir de su movilización en el discurso; se trata de un proceso de
"expurgación" de las propiedades contingentes de la organización
discursiva lo que da lugar al desprendimiento y a la configuración
de unidades:

"[... ] toda [la) lengua entra en nuestra mente por lo discursivo, como hemos
dicho y como no puede ser de otro modo. Pero así como el sonido de una
palabra, que es algo que entra igualmente en nuestro fuero interno de esa
manera, se convierte en una impresión completamente independiente de lo
discursivo, nuestra mente separa todo el tiempo de lo discursivo lo que sea
preciso para dejar sólo la palabra" (ELG-esp., pp. 112-113).

En definitiva, unidades que -si nos referimos a la primera cita-


no se constituyen más que ''para el discurso" cuyo destino será así de
reinsertarse y por consiguiente colocarse y recolocarse en relación con
otras unidades, colocadas y recolocadas en movimiento.
No obstante, a pesar de que esta relación de interdependencia
entre la lengua y el discurso haya sostenido la mayor parte de sus
reflexiones, Saussure no llegó sin embargo a establecer un procedi-
miento metodológico para articular su conceptualización del sistema
de la lengua, y los resultados de los análisis propiamente textuales-
discursivos que, por otro lado, había efectuado; y en este punto la
teoría de Saussure debe completarse. Desde este punto de vista, el
modelo de arquitectura textual elaborado por Jean-Paul Bronckart
(cf. 1997), que utilizamos en nuestras investigaciones constituye al
tiempo un "tratamiento serio" de la perspectiva saussureana y un
complemento indispensable.

EcATERINA BuLEA 39
2.6. Alaunas implicaciones fundamentales de la teoría
saussureana

Como conclusión evocaré brevemente algunas implicaciones de la


teoria saussureana, a modo de fuente de clarificación de problemas
a los que las ciencias del lenguaje, así como las ciencias sociales, se
enfrentan de manera más general.
En primer lugar, la famosa "arbitrariedad del signo" -que no
parece que se haya percibido ni explotado todavía en todas sus
facetas- constituye un verdadero principio de estructuración y trans-
misión semiótica. Este proceso de estructuración-transmisión se
sostiene sobre la doble orientación de la acción social, que interactúa
continuamente con la elaboración psíquica del individuo. Esto implica
por consiguiente, que en la medida que se trata de la unión de dos
instancias de naturaleza psíquica pero modeladas socialmente, el
signo es por naturaleza la plaza de una incesante tensión entre indi-
vidual y colectivo, un organizador social de la elaboración psíquica
individual, al mismo tiempo que el medio por el que esta última está
confrontada con la anterior permanentemente.
En segundo lugar, si el lenguaje es una capacidad común a todos
los humanos, esta comunidad revela esencialmente la capacidad
dinámica para combinar fuerzas "fisiológicas, psíquicas, mentales"
(cf. ELG, p. 197) y de disponer así, potencialmente, de una dinámica
de estructuración susceptible de acoger cualquier lengua natural.
Los fundamentos del lenguaje son por tanto de naturaleza eminen-
temente práxica.
En tercer lugar, dado que el lenguaje no se realiza más que en el
marco de las lenguas naturales, de aquí se desprende que el rasgo
común de las lenguas naturales no es del orden de la estructura en
tanto que producto sino -tal como lo sostuvieron también Humboldt
y Coseriu- de la estructuración efectiva en tanto que proceso.
En cuarto lugar, el signo como unidad lingüística es a la vez el
resultado del proceso de estructuración tal como se realiza en una
lengua, y el vehículo perpetuo de este mismo proceso, en lo que tiene
de arbitrario, que es el principio mismo de su (re)estructuración. Y
además como unidad lingüística no tiene estabilidad intrínseca: su
estabilización es el producto de una convención, de una indexación
social que puede, de forma secundaria, actuar en la relación que los
signos establecen con la realidad extralingüística.

40 NUEVAS LECTURAS DE SAUSSURE


En quinto lugar, la relación que establecen los signos con los objetos
del mundo no es del orden de la aplicación o de la correspondencia
directa. De aquí se desprende -a pesar de que Saussure no lo for-
mula explícitamente- que es en virtud de esta misma inadecuación
que el signo suminisb·a al humano un medio de abordar de manera
(inter)activa y continua la realidad, y es por ello un medio de (ínter)
conocimiento.
En sexto lugar, finalmente, tal como ha demostrado Bronckart
(2003; 2010) las tres propiedades fundamentales de los signos lingüís-
ticos que Saussure ha puesto en evidencia permiten entender en qué
consiste la "ruptura humana", o el proceso de génesis del pensamiento
cons,ciente, tal como ha sido abordado por Vygotski (cf. 1934/1997).
Por ser los signos inmotivados, su interiorización confiere al funciona-
miento psíquico una autonomía real con respecto de las propiedades
y determinismos del medio, funcionamiento que no es directamente
dependiente de las interacciones hic et nnnc entre el organismo y
su entorno. Pero contrariamente a los productos psíquicos de orden
representativo, los signos tienen carácter discreto, delimitado; y esto
permite al pensamiento humano disponer de verdaderas unidades,
con las cuales se pueden efectuar operaciones; lo que permite al pen-
samiento organizarse y estructurarse. Finalmente, los signos, en
virtud de su carácter social y radicalmente arbitrario, se estructuran
según modalidades propias a cada lengua natural, y constituyen así
entidades psíquicas desdobladas que pueden generar una infinidad
de "imágenes". Es la interiorización de estos signos, en la medida
que presentan esta característica, lo que hace posible el desdobla-
miento del funcionamiento psíquico, o la capacidad de pensar sobre
el pensamiento, dicho de otro modo, la emergencia y el desarrollo de
la conciencia humana.

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