Contiibúiión

,Cc Ia
ocupación
ala salud y aI
bienestar
CLARE HOCKINC

Objetivos del aprendizaje

Después de leer este capítulo, será capaz de:
l. Explicar cómo la salud es tanto un recurso que apoya la partici-
pación en la ocupación como un resultado de la participación.
2, Definir lo que se indica por salud y cómo ésta difiere del bie-
nestar.
3, Explicar la salud en términos de necesidades biológicas, habili-
dades y capacidades.
4. ldentificar los aspectos físicos, mentales y sociales del bienes-
tar, y cómo éstos podrían ser influidos por los entornos físico,
social y actitudinal de una persona.
5. Discutir las formas en las cuales las ocupaciones de las perso-
nas, y cómo aquellas ocupaciones son organizadas, podrían
promover o socavar la salud y el bienestar.
5. Explicar cómo tener un trastorno podría afectar el bienestar,
teniendo en cuenta las experiencias ocupacionales diarias
actuales, las expectativas para el futuro y la influencia de las
barreras del entorno,

lane: Yo siempre hice tartas de trozos de fruta para Navidad. Creo que hice
mucha cantidad de ello, porque preparo mis propios trozos de fruta
y pongo gran cantidad de brandy en ellos. Realmente es delicioso,
incluso si lo hago para mí. Cocino mucho cuando lo empiezo a hacer,
cuatro o cinco docenas supongo. Tengo una pequeña línea de produc-
ción funcionando. Cuando voy a visitar a mis amigos, hago un peque-
ño paquete de dos a cuatro de ellas según el número de personas. No
constituye un regalo. No hacemos regalos de Navidad, tú puedes gas-
tar mucho tiempo en ellos y es ridículo. Es sólo una atención.
Brenda: Funciona muy bien.
Dawn: Me gusta tu idea de que no sea un presente como tal. No es costoso
y no da al que lo recibe la sensación de "oh, tengo que darte algo".
lane: Funciona bien. Es algo que a las personas les gusta tener y les gustan
mis tartas de frutas. Se comen en el mismo dia, y dejo suficiente para
el Día de San Esteban.

lWright-St. Clair y Hocking, datos no publicados, 2000)

46 L\IDAD 1: CrpNcrn OcupRcroNAL y LA Nerunalpz¡. OcupacIoNAL DE Los Ssnrs HutlteNos
f ane. Brenda y Dawn concuerdan en que las tartas de tro-
| .os de frutas para Navidad constituyén un regalo perfec-
ío. Jane tiene el placer de apreciar el aroma de la fruta pica-
da a medida que madura durante varias semanas y disfru-
ta el proceso de hornear eficientemente todas las tartas.
Ella sabe que sus amigas aprecian el tiempo y esfuerzo que
ella emplea en su regalo pero no se sienten obligadas a
comprarle algo en retribución. Lo mejor de todo es que
son frescas y deliciosas, por lo que fane sabe que se comen
de inmediato. En esta ocupación común aunque meditada,
fane ejercita sus habilidades como cocinera, emplea su
conocimiento del significado de la Navidad, y refuerza las
relaciones que convierten a su mundo en un lugar cálido y
acogedor. Como respuesta, ella recibe la retroalimentación
de que se aprecia su esfuerzo, su experiencia y su amistad.
Los sentimientos de competencia y relación social que
fane experimenta al hornear y regalar la comida contribu-
yen a su sentido global de bienestar. A pesar de su edad
avanzada, lane continúa esta tradición anual juntamente
con muchas otras ocupaciones que considera importantes.
Si bien sus rutinas diarias y elecciones de ocupaciones son
muy diferentes de aquellas de otras épocas de su vida, por
lo general está satisfecha con su vida y sus circunstancias.
Más aun, cuando está plenamente ocupada y disfrutando
de lo que hace, como cuando empaqueta sus tartas, expe-
rimenta una acogedora sensación de vitalidad y compromi-
so con sus amigas, su familia y su comunidad.
OCUPACIÓN Y SALUD
La experiencia de fane se alinea con los conocimientos
populares de la salud y el bienestar. Al contrario de los
puntos de vista biomédicos de la salud, que tienden a des-
tacar la ausencia de enfermedad (Glanze, 1990), las perso-
nas de las sociedades occidentales se suelen percibir física
y mentalmente sanas cuando son capaces de hacer cosas
que son importantes para ellas. De hecho, las personas a
menudo afirman estar en buena salud a pesar de tener tras-
tornos de salud muy graves, circunstancias vitales limita-
das, y restricciones claramente aparentes en el desempeño
(Organización Mundial de la Salud tOMSl , 2001). Por
ejemplo, una mujer que declaró que estaba "muy saludable
fuera de su artritis" fue descrita por un investigador como
"mujer de 61 años discapacitada y restringida a su hogar"
(Blaxter, 1990, p.22). Por lo general, las personas equipa-
ran la salud con el aspecto, la condición física, los niveles
de energía, el bienestar psicosocial, las relaciones sociales
y la capacidad de llevar a cabo su ronda normal de ocupa-
ciones (Blaxter, 1990). Este punto de vista ocupacional de
la salud es el enfoque de la discusión.
El primer punto a señalar es que gozffi de buena salud
claramente sostiene la capacidad para realizar Ias ocupa-
ciones cotidianas normales. Es decir, ayuda si las personas
están bien adaptadas, fuertes y flexibles; si son capaces de
concentrar sus pensamientos y su atenciótt, y si no están
demasiado fatigadas como para hacer lo que deben hacer.
Por ejemplo, Bruce y |ohn (Figura 5.1) confían en estar
sanos para completar las tareas de la granja. También
FIGURA 5.1 Bruce yJohn en el trabajo, juntando ovejas'
ayuda si sus esfuerzos no se ven extremadamente obstacu-
lizados por el doior, la deformidad, la disnea, la desnutri-
ción, la confusión, la desesperación o la apatía que provie-
nen del aburrimiento o de la desesperanza. En este senti-
do, la salud es un recurso, si bien muchas personas lo dan
por sentado. Una ilustración del tratamiento de la salud
como recurso para la ocupación es la respuesta a la enfer-
medad. Para muchas personas, estar enfermo es una rczón
legítima para no rcahzar las actividades que habitualmen-
te hacen. La enfermedad suele significar estar liberado de
las responsabilidades y que los otros hagan las tareas en
lugar de la persona enferma. Así, las madres cocinan sopa
de pollo o su equivalente cultural para los miembros enfer-
mos de la familia, y los compañeros de trabajo asumen
tareas extra para asegurarse de que los aspectos esenciales
del trabajo de la persona enferma se completen a tiempo.
Necesidades, habilidades y capacidades
Aunque la salud facilita la participación, lo opuesto tam-
bién es cierto: la participación en la ocupación contribuye
a una buena salud. A nivel de las supervivencias individua-
les y de la especie, como Wilcock (1993) ha argumentado
inteligentemente, la ocupaciÓn es esencial porque las nece'
sidades biológicas básicas del sustento, el autocuidado, el
refugio y la seguridad se cubren a través de las cosas que
las personas hacen. Al cubrir estas necesidades y a través
de otras ocupaciones de la vida diaria, las personas de-
sarrollan "habilidades, estructuras sociales y tccnología
dirigidas a la superioridad sobre los predadores y el entor-
no" (Wilcock, 1993, p. 20). Estas habilidades incluyen,
por ejemplo, cultivar y cocinar alimentos nutritivos, y con-
feccionar vestimentas cálidas y construir casas secas.
Aunque no siempre se logra, también es importante la
habilidad de vivir en paz con los vecinos. Según las cir-
cunstancias, muchas otras habilidades también son impor-
tantes para la salud. Leer y escribir, por ejemplo, son
medios esenciales de transmitir la información relevante
para mantener la salud y buscar los cuidados de la salud en
las sociedades occidentales, pero puede ser menos relevan-
te en otros lugares. También hay que señalar que no todos
necesitan todas las habilidades que son relevantes para la
supervivencia. Más bien, la salud depende de formar parte
de una familia o una comunidad de personas que, en con-
 CAPÍTULo 5: contribución de la ocupación a la salud y al bienestar 47

iunto, tienen las habilidades necesarias para sobrevivir y, tal

\. ez, pata
florecer, así como el acceso a los recursos para
poner en uso sus habilidades.
cubrir las necesidades de supervivencia y volverse hábil no
:s suficiente para asegurar buena salud; de igual importancia
:s la contribución que la ocupación hace al desarroilo y al
:jercicio de las capacidades personales (Wilcock, 1993,
1995). Estas capacidades surgen de las características bioló-
¡icas compartidas por todos los seres humanos: caminar en
-clma erecta, oponer el pulgar y los dedos para tomar los
:,bjetos, aprender ahablar, etc. Las personas tienen la capa-
:idad, entre otras cosas, de acarrear cargas, diseñar nuevas
:'ierramientas y encontrar usos novedosos para las viejas,
:omprender los funcionamientos del universo, acumular y
-ransmitir el conocimiento, predecir qué podría suceder y
:reparars e para el futuro, formar relaciones, y expresarse
artística y espiritualmente. Las personas también tienen la
-'apacidad de jugar, como Jamie nos muestra, ooatrapada,, en
:1 momento de arrojar una bocha en el juego dé bochas
Figura 5.2).
Las capacidades de cada persona reflejan este potencial
rumano a través de su herencia genética, y llevadas al ser
::rediante el proceso de desarrollo y una historia vital singu-
-ar de oportunidades, preferencias y elecciones ocupaciona-
-es. Sobre la base de sus historias de hacer cosas y las expec- FIGURA 5.2 lntento de Jamie de jugar a las
:ativas de 1o que podrían rcalizar en el futuro, las personas bochas.
¡ ¡eien estar conscientes de las capacidades que tienen: ya sea

iue sean mejores en el deporte, el arte o la música; ya sea que
:ilcuentren el trabajo escolar o las tareas de práctica más
:rteresantes; y ya sea que prefieran las ocupaciones solitarias
. la integración social.
Las capacidades que más a menudo se citan con relación a
-!tar sano son aquellas emparentadas con el rendimiento físi-
'o. Por ejemplo, los 20 a 30 millones estimados de estadou-
:idenses que regularmente corren dicen que lo hacen para
-umentar su buen estado físico, es decir, su capacidad para
-.na actividad física intensa, así como para ios beneficios que
- torga sobre el control de peso y el sentirse bien (primeáu,
i986). Sin embargo, a no todos les gusta correr, y muchas
:ersonas no suelen participar en otras ocupaciones física-
,rente exigentes como la jardinería, nadar, andar en bicicleta,
:r'acticar un deporte o limpiar. En resumen, las personas que
:'o ejercicio no mantienen la capacidad para ejercitar-
-hacen
.; físicamente. Las consecuencias son potencialmente graves.
\sí como no son capaces de mantener el esfuerzo físico si lo
:ecesitaran, las personas que no realizan suficiente ejercicio
:,sico tienen mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares
de cáncer (Wallis, Miranda y Park, 2005). La falta de ejer-
-icio también se asocia con la terrible crisis de la obesidad
":it'antil (véase el caso en estudio). para aquellos que no
:acen ejercicio en otras formas, caminar en forma ruzonable-
:rente rápida como mínimo durante 30 minutos al día, cinco
,3ces a la semana, se considera el requisito mínimo para
;:rantener Ia salud (Wallis, Miranda y Park, 2005). Las esti-
::raciones del número de personas que logran este nivel de
-,;tividad varían. Sólo el 6oh de los noruegos mayores de 65
:ios cumple esta pauta de ejercicio (Loland, 2004). En los
:stados Unidos, el 22,4o/o de los adultos participa en una
-';tividad física enérgica cinco veces a la semana; el porcen-
taje por rango de edad disminuye del j l,7oh para las perso-
nas de 18 a 24 años al 6,20/0 para las personas de 75 ÁRos y
mayores (centers for Disease control and prevention
[CDC], 2005a). Estas estadísticas indican que el estilo de
vida de muchas personas no favorece una salud óptima.
Aunque se destaca menos en la literatrna,la ejercitación de
las capacidades mentales y sociales para mantener el funcio-
namiento cognitivo, la salud psicosocial y las redes sociales
positivas también es importante. En efecto, participar en ocu-
paciones puede generar beneficios que exceden los aspectos
físicos, mentales y sociales de la salud. Por ejemplo, un estu-
dio a gran escala de estadounidenses de edacl avlanzadamos-
tró que las ocupaciones sociales y productivas disminuían su
riesgo de mortalidad tanto como 1o hacían las físicas (Glass,
de Leon, Marottoli y Berkman, 1999). Asimismo, las perso-
nas mayores en cuidados residenciales en Gran Bretaña viven
más, y es menos probable que estén deprimidas si están cons-
cientes de las oportunidades de estar ocupadas y disfrutar las
cosas que hacen (Mozley, 200r). Asimismo los estadouniden-
ses mayores, cuanto más se ocupan del jardín, bailan, juegan
al golf o al bowling, nadan, andan en bicicleta o corren, o
caminan como ejercicio, es más probable que su desempeño
cognitivo sea mejor. Participar en estas ocupaciones parece
reducir la probabilidad de depresión y fortalecer las recles
sociales (Vance, Wadley, Ball, Roenker y Rizzo,2005).
Desarrollo de las habilidades y ejercitación
de las capacidades
Se discute mucho qué estimula a las personas a participar
en las ocupaciones que aumentan sus posibilidades de super-
vivencia, desarrollar habilidades y ejercitar capacidades. una
,r)
48 UNIDAD 1: ClENcre OcupecroNAl y LA Narunalezl
sugerencia, propuesta por primera vez por Wilcock en 1993,
es que los seres humanos experimentan necesidades biológi-
cas que estimulan la ocupación, lo que a su vez promueve la
salud. Estas necesidades se relacionan, en primer lugar, con
corregir las amenazas a nuestro estado fisiológico, como
estar excesivamente calientes o fríos o sentirnos hambrientos
o sedientos. El malestar de estas sensaciones nos estimula a
la acción: encontrar algo de sombra, ponelTros más ropa,
buscar alimento o bebida. (Véase la Figura 5.5.)
El segundo conjunto de necesidades es protector y pre-
ventivo, como la necesidad de desarrollar habilidades y
ejercitar capacidades. Éstas se experimentan como una
oleada de energía que nos impulsa a adquirir y a practicar
las habilidades necesarias para resolver problemas y plani-
ficat, interactuar con otros, hacer cualquier cosa que gene-
re nuestro sustento, etc. Al hacerlo, al menos antes de que
la tecnología eliminara muchas de las demandas físicas de
Ios primeros estilos de vida, las personas ejercitaban sus
capacidades de desempeño físico, mental y social. El terce-
ro y último conjunto de necesidades estimula y recompen-
sa la participación en la ocupación. Cubrir estas necesida-
des da un sentido de propósito, satisfacción y realización.
Por lo general, mayormente asociados con niveles más
altos de salud y bienestar, estos conceptos se evalúan más
adelante en este análisis.
SALUD Y BIEI\ESTAR
Aunque no existe ninguna descripción definitiva del
bienestar, en general se sabe que es la percepción subjeti-
va que tiene una persona de su salud. En las sociedades
occidentales, en las cuales prevalecen los valores indivi-
dualistas, el bienestar se asocia comúnmente con concep-
tos como la autoestima, la felicidad, un sentido de perte-
nenc.ia y el crecimiento personal, y comprende los senti-
mientos de las personas acerca de su salud física, mental y
social (Wilcock, 1998). Con frecuencia, las culturas de las
poblaciones indígenas también incluyen ideas de bienestar
espiritual, espíritu comunitario y conexión con la tierra
(Aguis, 1993; Durie, 1994). Adoptando una perspectiva
ecológica, Wilcock ( 1998) ha sugerido que el bienestar de
las personas está inextricablemente ligado a la salud de los
ecosistemas local y global.
El reconocimiento de que salud y bienestar están afecta-
dos por factores externos a un individuo sugiere que algo
Advertencia del problema Proteger y prevenir
Malestar que exige Oleada de energía para
una acción utilizar las capacidades
Nexo de retroalimentación Nexo de retroalimentación
Tomado de Wilcock (1993).
OcupRcroNAL DE Los SEn¡s HuuaNos
puede aprenderse sobre la salud y el bienestar de los indi-
viduos al examinar medidas relevantes de la salud pobla-
cional. En concordancia, cuando se considera el bienestar
con relación a las estadísticas de mortalidad, parece rela-
cionarse con empleo, prosperidad y etnicidad, yu que las
personas que están empleadas, aquellas con ingresos más
altos y los miembros del grupo étnico dominante en una
sociedad tienen incidencias más bajas de la mayoría de las
enfermedades crónicas y mejores resultados de atención
de la salud (CDC, 2005b; Ministerio de Salud Manatü
Hauora, 2005). Más aun, es más probable que sus hijos
sobrevivan (Whitehead, 19BB)
Esto no quiere decir que el bienestar sea incompatible con
la enfermedad y las lesiones. En efecto, incluso las personas
con una enfermedad terminal pueden dejar este hecho de
lado, al menos por un tiempo, y disfrutar profundamente de
su persona (Hasselkus, 2002). Sin embargo, reconoce la
carga adicional de tener un trastorno de la salud, en particu-
lar si los contextos físico, social y actitudinal de la persona no
favorecen la participación en la gama normal de ocupaciones
que otros disfrutan (OMS, 200I). Los ejemplos de estas cir-
cunstancias incluyen edificaciones inaccesibles, pobreza y
altos niveles de desempleo, y los estigmas ligados a trastor-
nos como el sida, la lepra y una enferrnedad mental. El
enfrentamiento a estas barreras, particularmente cuando
persisten, podría desafiar las percepciones del bienestar.
OCUPACIÓN Y BIENESTAR
En la sección anterior, el bienestar se definió como la expe-
riencia subjetiva de salud o los sentimientos de las personas
sobre su salud. Desde una perspectiva ocupacional, los sen-
timientos de bienestar surgen de las cosas que las personas
hacen que les proveen un sentido de vitalidad, propósito,
satisfacción o realización. El bienestar ocupacional también
se relaciona con las cosas que las personas imaginan hacer en
el futuro. El bienestar se expresa en términos de sentirse en
la cima del mundo; sentirse nutrido, contenido, transforma-
do, en paz, fuerfe, interesado y completamente vivo; o expe-
rimentar una concentración intensa (Wilcock, 1998). Estos
puntos de vista concuerdan en gran parte con la Carta de
Ottawa, que afirma que para alcanzar el bienestar completo,
"un individuo o grupo debe poder identificar y realizar sus
aspiraciones, satisfacer las necesidades y afrontar el entorno"
(OMS, 1986, p. 1). Como se explicó antes, el mecanismo por
Estímulo y recompensa
Propósito, satisfacción
y realización
FIGURA 5.3 Jerarquia
biológica de la necesidad
de la ocupación. (Tomado de
Wilcock, 1993).
 CAPÍTULO 5: Contribución de la ocupación a la salud y al bienestar 49

- cual las personas logran estas cosas es a través de la ocu-

:ación.
Sin embargo, no es sorprendente que los intentos por
.ualar el bienestar con la frecuencia o el grado de partici-
. ación en las ocupaciones valoradas hayan sido en gran
:irte insatisfactorios (véase, por ejemplo, Christiansen,
:196; Stanley, 1995). Este hallazgo sostiene la idea de que
- bienestar se relaciona más con la calidad o la intensidad
--: 1a experiencia propiamente dicha (Csikszentmihalyi,
t9i; Persson, Eklund e Isacsson, 1999). Abundan los
:':lrplos de personas que experimentan un sentido de bie-
.::tar a través de la ocupación. Dentro de la literatura de
.' ;iencia ocupacional, se incluyen las afirmaciones de que
, Canza es una ocupación transformadora que puede des-
- -l'tar a las personas a su esencia espiritual (Graham,

-,02), y que decorar tortas reduce el estrés así como gene-

.; r1l-r? inmensa satisfacción. Más aun, los receptores inter-
::tan el tiempo que se dedicó a decorar su torta como una
.':estra de amor que implica un impacto positivo sobre su
:rtido de bienestar (Scheerer, Cahill, I(rby y Lane, 2004).
*.imismo, hacer acolchados libera la creatividad, incluso
- -:.rndo las mujeres trabajan dentro de la estructura de los
'-::rones tradicionales de acolchados, y para algunas se con-
-r'te en una ocupación que todo 1o consume. Además,
FIGURA 5.4 Envolver juntos los ingredientes del
:, .-rrula el aprendizaje y el acto de compartir, y alimenta la kha nom jok simboliza unir a las personas.
. *:'iosidad (Dickie, 2003, 2004). Igualmente, las mujeres

-: asisten a clubes de lectura en Australia obtienen la

.::¡rtunidad de "soltarse la melena" (Howie,2003, p. 155)
:\presar libremente ideas y sentimientos.
Jomo es sugerido por las personas que reciben tortas
-:oradas, las ocupaciones también brindan oportunidades
:a influir en el bienestar de los otros. Un ejemplo es el de
-', nujeres mayores en el norte de Tailandia que cocinan
' :-; nom jok, un aperitivo dulce o saborizado, para la cele-
.;ión de Año Nuevo (Figura 5.4). El significado literal
- nombre de este plato es "unión" o "envueltos juntos".
- emprender voluntariamente la tarea de preparar este
-" ,..io y asegurarse de que sea de la mejor calidad, estas
--jeres esperan conferir este epítome de bienestar social a
,-. iamilia (Hocking, Wright-St. Clair y Bunrayong,2002).
--,,-más, al compartir el alimento que han cocinado con
:-lgas y vecinas, las mujeres tailandesas ancianas vuelven
:romulgar los valores tradicionales de construir una
'. -ledad buena y generosa (Wright-St. Clair, Bunrayong,
::avakorn, Rattakorn y Hocking, 2004).
\ medio mundo de distancia, en un suburbio del norte
- Londres, las amas de casa luchan por lograr adelantos
- :1 bienestar con una dirección más individual. Esto sig-
,.;a adquirir alimentos más sanos que sus hijos puedan
i i.cionar por sí solos, elegir vestimentas de mejor cali-
-:i que sus hijos prefieran y, en ocasiones, comprar rega-
: para ellas y otros miembros de la familia (Milier, 1998).
' l supuesto, una única ocupación puede influir en el
' :nestar de múltiples formas. Por ejemplo, aunque coci-
.; r la cena para la familia puede ser una experiencia pla-
. -'.-tero en sí misma, consumirla juntos alrededor de la
proveer el sustento y erear una sensación de
=sa podría
-:rerión con los otros. Según el menú, podría servir tam-
-n como recompensa, como una celebración familiar y
como un potente símbolo de afecto (De Vault, 1991).
Aunque la mayor parte de estos ejemplos se relacionan con
ias ocupaciones de las mujeres, no existe ninguna nz6n
para pensar que los hombres no experimentan beneficios
similares con las ocupaciones masculinas. Trevor, por
ejemplo, voluntariamente se trepó a una silla para prestar
ayuda a fijar un canalón del sector de duchas en el sampa-
mento donde estaba pasando las vacaciones (Figura 5.5).
USO DEL TIE,MPO Y BIENE,STAR
Al igual que la contribución que hacen las ocupaciones
específicas al bienestar, es importante el impacto dc los
patrones globales de las ocupaciones. Una tendencia que
ha sido observada es el ritmo creciente de los estilos de
vida modernos. Este fenómeno, en el cual las personas
corren de una ocupación a la siguiente, se asocia con altas
cargas de trabajo, acceso limitado a actividades de ocio, y
niveles crecientes de estrés y enfermedades relacionadas
con el estrés (Zuzanek, 1998). Tal vez más importante,
porque no tienen tiempo para reflexionar y experimentar el
significado de la vida, es que las personas se ven canaliza-
das hacia ocupaciones culturalmente construidas, como
hacer compras en el centro comerc:ial en lugar de ocupar-
se con pasatiempos que podrían encontrar más absorben-
tes y reconfortantes (Clark, 1997). Estos estilos de vida
parecen incompatibles con un bienestar de alto nivel. En
respuesta a estas preocupaciones, Cusick (1990) sugirió
clasificar las ocupaciones rutinarias que se emprenden en
una semana típica como entretenidas, aburridas, desagra-
dables o realizadas automáticamente, con la esperanza de

lffisw'
so UNIDAD 1: CIBNCIR OCUPECIONAL Y LA NRTUNEITZE OCUPRCIONAL DE LOS SPBES HUUANOS
F¡GURA 5.5 Trevor está colocando el canalón en el
campamento.
que las personas pudieran comprender la relación entre las
cosas que hacen y su falta de bienestar.
Otrai tres ideas con relación a la ocupación y a las for-
mas en las cuales las personas utilizan el tiempo también
son pertinentes acá. La primera es el nexo que estableció
Erlandsson (2003) entre el uso del tiempo y el bienestar.
Su estudio rastreó las ocupaciones diarias de cien mujeres
suecas, y Se concentró particularmente en las transiciones
de una actividad a otra. Este estudio mostró que los patro-
nes altamente complejos de ocupación caractetizados por
interrupciones frecuentes y cambios de tarea se relacionan
con menores niveles de bienestar comunicado que se
observan en mujeres con patrones de ocupaciones menos
complejos. El segundo se relaciona con las exigencias tem-
porul.r- del trabájo por turnos y las tazones por las cuales
ias enfermeras que trabajan en el turno nocturno sacrifican
el sueño para cumplir sus responsabilidades como madres,
cuidadoras y amas de casa (Gallew y Mu, 2004). El impac-
to a largo plazo de las rutinas ocupacionales interrumpidas
y la privación de sueño nuevamente parece incompatible
con é1 bienestar. La tercera consideración en relación con
el uso del tiempo es el aburrimiento que resulta de la falta
de ocupación. A partir de su estudio de agresores jóvenes,
Farnwórth ( 1998) propuso que el aburrimiento es tal vez
"endémico en las naciones industrializadas occidentales"
(p. 1a5). El impacto a corto y largo plazos del aburrimien-
to sobre la salud y el bienestar es desconocido, en parte
porque el aburrimiento propiamente dicho se conoce poco.
Ño óbrtunte, el aburrimiento en el lugar de trabajo se ha
asociado con baja moral, depresión y participación en acti-
vidades destructivas y no autorizadas (Long, 2004).
Durante un período más prolongado, los científicos ocu-
pacionales y otros han sugerido que las personas se con-
vierten en lo que hacen. Dos estudios en particular prestan
apoyo a una relación entre 1o que las personas hacen
dürante su vida y el bienestar. En primer lugar propusieron
el concepto de personas ocupacionales, que se describe
como un aspecto del yo que "es modelado, y en cierta
medida reinventa do" , a través de la participación en la
ocupación (Whiteford y Wicks, 2000, p. 48). Cabe desta-
car en el contexto de este análisis que existen varios modos
utilizados para describir a estas personas, como tener una
pasión, aprovechar las oportunidades, areal diversión, Sen-
iitt. otgrrllosos y satisfechos, y crear un mundo mejor, 1o
que refleja las definiciones de bienestar.
El segundo estudio trató el potencial ocupacional que
realiza cada persona en el contexto de las influencias per-
sonales, sociales, socioculturales y políticas (Wicks, 2001,
2005). Al mirar en forma retrospectiva, la persona podría
obtener un sentido de bienestar o no, según la evaluaciÓn
que haga de sus elecciones y logros, y de sus restricciones
y remordimientos. Como lo indica esta explicación, es la
óvaluación de sus elecciones y sus logros lo que influye el
grado en el cual las personas experimentan bienestar'
Como observó Casey (1995), algunos "experimentan opor-
tunidades restringidas de control personal, uso de las habi-
lidades e intimidad" (p. 81). Además, cuando las oportuni-
dades para el desarrollo personal son pocas y el uso de "la
iniciativa, el pensamiento y el juicio independiente'.' (no es
bienvenido aquí), entonces lo que las personas hacen en su
trabajo directamente afecta su desempeño cognitivo, sus
valores, SuS concepciones del yo y SuS orientaciones acerca
del mundo que los rodea" (p. 82). Aunque el enfoque de
Casey fue sobre las experiencias de empleo de una pel so-
na, eS concebible que otras personas experimentan restric-
ciones similares en otros ámbitos de la vida'
OCUPACION, DETERIORO Y BIENESTAR
Es bien sabido que la ocupación puede dañar a la gente. En
efecto, para conmocionar a la nación en favor de la reforma
legislativa, los reformadores sociales del siglo xtx expusieron
gráficamente las fotmas en las cuales el trabajo en las minas
de carbón de Gran Bretaña impedían el desarrollo, e incapa-
citaban y enfermaban a los trabajadores (Wilcock, 2001)'
Aunque los estándares de seguridad, las horas de trabajo y
las penosas demandas físicas de las décadas previas han
mejorado sustancialmente (Guber; 1995), los riesgos que
plantean las ocupaciones laborales para la salud y e1 bienes-
tar siguen siendo el enfoque de los sindicatos y los gobiernos
por igual. Menos atención se ha prestado a los riesgos que
pueden plantear ocupaciones no laborales y a la experiencia
de las personas que participan en las ocupaciones diarias
cuando presentan un deterioro.
El término deterioro, en el lenguaje cotidiano, sugiere una
lesión, un inconveniente o una imperfección, o que ha ocu-
rrido algún daño. En este contexto se deduce un significado
más exacto, compatible con la Clasificación Internacional
del Funcionqmiento, de la Discapacidad y de la Salud de la
 CAPÍTULO 5: Contribución de la ocupación a la salud y al
Organización Mundial de la Salud (2001). Es decir, un dete-
rioro o deficiencia es cualquier problema en las funciones
psicológica o fisiológica notmales o en una estructura corpo-
ral, como una articulación u órgano. En este sentido, los tras-
torrros de la salud pueden producir deterioros, por ejempio la
pérdida de potencia en un brazo después de un accidente
cerebrovascular. Además, las deficiencias pueden colocar a
ias personas en riesgo de sufrir un trastorno en la salud,
como una persona que se deprime cuando se le niega el acce-
so al trabajo a causa de una deficiencia cognitiva.
Aunque pocos estudios han explorado la relación entre
ocupación, deterioro y bienestar, una serie de estudios con-
centrados en la ocupación sugiere que la presencia de un
deterioro puede socavar el bienestar o no. Un factor determi-
nante parece ser el efecto que el deterioro tiene sobre la par-
ticipación en la ocupación. Por ejemplo, las personas de edad
avanzada que ingresaron al hospital después de un problema
Ce salud agudo descubrieron al intentar hacer cosas, cómo el
deterioro había cambiado su capacidad para la ocupación.
Este conocimiento destacó la gravedad del trastorno. Sin
embargo, a medida que su salud se estabilizaba y aparecian
nuevas formas de completar las tareas, se volvían más espe-
lanzadas y buscaban oportunidades para probar y fortalecer
1a función que retornaba (Gooder, 2001,). La suya fue una
erperiencia de retorno al bienestar. Asimismo, aunque los
hombres con dispraxia luchan por completar las tareas que
en una época fueron sencillas, como colocarse las medias y
ios zapatos o preparar una bebida caliente, sus pequeños éxi-
tos y los signos de mejoría produjeron expresiones de triun-
fo y renovada esperanza para el futuro (Blijlevens, 2005).
Por el contrario, los adultos con una enfermedad neuroló-
gica que avanza rápidamente experimentaron sus deterioros
romo pérdidas, 1o que evidencia no sólo la disminución de la
capacidad ocupacional sino también la pérdida de los aspec-
tos valorados de identidad, incapacidad para acceder a con-
textos ocupacionales que daban variedad a la vida, y un dete-
rioro inevitable hacia la dependencia y la muerte (Brott,
2004; Hocking, Brott y Paddy, 2006). Las expresiones de
;oraje, humor, gratitud por las capacidades remanentes y la
apreciación por el apoyo recibido de la familia y los trabaja-
dores de atención de la salud fueron oscurecidas por la fati-
ga, la frustración, la angustia debido a la pérdida del futuro
que habían imaginado y el temor de convertirse en una carga.
Cada una de éstas tiene un componente ocupacional:
a Fatiga por las tareas de autocuidado básicas
I Frustración por el deterioro de la capacidad ocupacio-
nal, las barreras hacia las ocupaciones valoradas, y las
largas horas que ya no se llenaban con actividad pro-
ductiva
i Pena por las ocupaciones que imaginaban en ei futuro
y que ahora no lograrían, como sostener a un nieto
A medida que su salud declinaba, su sentido de bienes-
rar se veía en constante amenaza.
Considerados en conjunto, estos estudios sugieren que el
hecho de que los deterioros resten valor al bienestar está
bajo la influencia de las expectativas que tiene la persona
por el futuro, así como de sus experiencias diarias actuales.
're'
bienestar 5I
No obstante, a pesar de disfrutar de lo que hacen y de
tener esperanza para el futuro, las personas que tienen un
deterioro pueden enfrentar barreras externas que socavan
su bienestar. Roulstone (1998) observó que el 90o/o de las
personas con una discapacidad que utilizaban tecnologías
de apoyo en el trabajo identificaron formas en las cuales la
tecnología los beneficiaba de manera directa. No obstante,
comunicaron obstáculos continuos para el empleo, que
incluían barreras con "acceso limitado al lugar de trabajo,
entrenamiento insuficiente, bajo uso y abuso de la nueva
tecnología, y Ia presión continua de las actitudes discapa-
citantes" (p. 125). Ellos comunicaron que los hacían sen-
tir como un trabajador inferior, que los casos de deterioro
físico eran igualados a bajas capacidades intelectuales, y
existía una expectativa general de que "debían sentirse
afortunados de que sus empleadores tuvieran Ia caridad de
emplearlos" (p. 115). Además se enfrentaban a actitudes
de envidia y resentimiento hacia la provisión de tecnología
cuando se les proporcionaba una tecnología que no estaba
disponible para los trabajadores que no tenían deficiencias.
Además de estos problemas en el lugar de trabajo, las per-
sonas con un deterioro que afecta el rendimiento ocupacio-
nal observan que los factores sociales hacen más difícil la
participación en el trabajo. En el estudio de fakobsen (2004),
por ejemplo, las mujeres lucharon contra la falta de recono-
cimiento de los rigores físicos y psicológicos adicionales en
los autocuidados y las tareas domésticas para aquellos que no
presentan una discapacidad. También comunicaron dificul-
tad para arreglar las citas con los trabajadores de la salud,
ayuda en el hogar, el personal de mantenimiento de las sillas
de ruedas y los asistentes de cuidados, quienes estaban dispo-
nibles sólo durante las horas laborales. A pesar de estar alta-
mente motivadas para trabajar y de obtener todos los benefi-
cios del empleo que otros comunican, las tres mujeles obser-
varon que la participación en el trabajo era demasiado exte-
nuante y renunciaron a sus puestos. En resumen, los estudios
de Roulstone y |akobsen sugieren que los beneficios que la
mayoría de las personas obtienen del empleo podrían no ser
suficientes como para sostener el bienestar frente a barreras
inevitables en los entornos físico, social y actitudinal.
ESTRUCTURACIÓN DE LA OCUPACIÓN
PARA MEJORAR EL BIENESTAR
Incluso cuando las experiencias en el lugar de trabajo no
siempre sostienen el bienestar, las personas tienen sorpren-
dentemente muchos recursos para estructurar sus ocupa-
ciones de modo de apoyar y mejorar su bienestar. Por ejem-
plo, las mujeres inmigrantes que recientemente llegaban a
Nueva Zelanda desde la India adoptaban tres estrategias
clave para ayudarse a establecerse y sentirse como en su
hogar. Ellas conservaban conscientemente algunas ocupa-
ciones de su país de origen, ligadas a las rutinas y a las cos-
tumbres familiares para las ocupaciones repetidas como ir
de compras, y pedían consejos sobre cómo hacer las cosas
en su país adoptivo (Nayar, 2005).
Asimismo, a medida que las personas se recuperaban de
la enfermedad psíquica, comunicaban progresar desde una
52 UNIDAD 1: CtENcIa OcupecIoNAL y LA NRruRRr-¡ze OcupacroNAl DE Los Spnss HutreNos
experiencia disgregada de hacer y ser, que ellos describían
como no hacer, a través de diferentes niveles de participación
ocupacional, los cuales eran caracterizados de modos distin-
tos, como semihacer, hacer comprometido y hacer absorbido.
Este progreso les permitió su participación en el mundo
humano y no humano con una intensidad que podrían man-
tener y que contribuyó a su reconexión con el entorno , a la
estructuración del tiempo y el espacio, a la reintegración de
un sentido del yo y a la apertura de posibilidades futuras en
el mundo cotidiano (Sutton, 2006).
A nivel comunitario más que a nivel individual, un anciano
de la tribu Windjingare en Australia describió cómo se basó
en las ideas tradicionales acerca del trabajo socialmente útil
para ayudar a su pueblo a romper el círculo de dependencia
de la asistencia pública, el alcoholismo y la violencia. El pro-
yecto se concentró en las oportunidades vocacionales en el
monte, donde las personas jóvenes aprendían las habilidades
y los valores tradicionales, y construían casas culturalmente
apropiadas, utilizando su propio trabajo e incorporando
materiales del monte. Un elemento clave, en concordancia
con las prácticas establecidas por mucho tiempo, fue la inten-
ción de cambiar entre diferentes ubicaciones y ocupaciones
en las estaciones húmedas y secas (Shaw y Dann, 1999).
Dennis es un niño de I I años y vive en un suburbio de
,bájos ingreios de una ciudad gránde en Suecia. Le gusta
,rniráf 'televisión y a medida que se ha hecho mayor, ha
eó,meneádo a jugar juegos de ordenador y a navegar por
lnternet. En promedio pasa alrededor de 3 horas al día en
el ordenador (Magnusson, Hulthén y Kjellgren, 2005). Si
viviera en lsrael, esa cifra podría ser de hasta 4,5 o 5
hoiái poi día (Nemet y cols., 2005). Mientras mira la tele-
Visióh, juega videojuegos o navega en lnternet, a Dennis
le gusta beber un vaso de zumo de frutas o de limonada.
Al igual que el otro 30% de los niños de su suburbio que
se encuenffan excedidos de peso o son obesos, también
suele saltear el desayuno. A pesar de los riesgos para la
salud que los adultos asocian con los bajos-nivéles de
attividád física, el alto ingreso calórico y comenzar el día
sin alimentos, Dennis no cree que su estilo de vida tenga
algún efecto sobre su salud (Magnusson, Hulthén y
Kjellgren, 2005).
¿Es tan mala la obesidad?
Si Dennis viviera en Nueva Zelanda, los riesgos para la
salud que enfrenta serían bien reconocidos. Sí esiuviera
dentro del 26% de los varones con ancestros en las islas
del Pacífico de 7 a 14 años de edad que son obesos,
enfrentaría riesgos bien documentados dL unirse a aque-
llos que ya se presentan con diabetes tipo ll (Ministerio de
Salud, 2003). En algunos años, podría contribuir a las
cifras con crecimiento incontrolable de enfermedad car-
dióvaS,cr¡lar potencialmente fatal y, en lugar de seguir la
tendencia de longévidad creciente registrada en décadas
recientes, podría tener una expectativa de vida sustancial-
mente reducida.
¿Qué sucedería si Dennis fuera estadounidense?
Si él fuera estadounidense, podríamos sospechar que la
CONCLUSIÓN
Las cosas que hacemos cubren nuestras necesidades bio-
lógicas de subsistencia y refugio. La ocupación nos mantie-
ne vivos. A más largo plazo,la ocupación puede proporcio-
nar la actividad física, la estimulación mental y la interac-
ción social que necesitamos para mantener sanos nuestros
cuerpos, mentes y comunidades. Además, a través de la
participación en la ocupación, nos expresamos, desarrolla-
mos habilidades, experimentamos placer y compromiso, y
logramos las cosas que creemos que son importantes. En
resumen, tenemos oportunidades de mejores niveles de
bienestar. Gozar de buena salud favorece la participación
en la ocupación, y es a menudo en el proceso de hacer
cosas que reconocemos cuán saludables estamos y disfru-
tamos de una sensación mayor de bienestar.
Igualmente, la ocupación puede amenazar o destruir la
salud. Hacer demasiado, hacer muy poco y hacer cosas que
nos exponen a algún riesgo puede tener efectos deletéreos.
Es importante reconocer también que a menudo es a tra-
vés de los problemas para realizar las tareas que tomamos
conciencia de los problemas de salud y del impacto pleno
de los deterioros. Además, las barreras físicas, sociales o
obesidad de Dennis se asocia con alguna característica
bien conocida del paisaje urbano. Como se comunicó en
la revista Time,la mayoría de las ciudades de los Estados
Unidos fueron ideadas para automóviles (Wallis, Miranda
y Park, 2005). Eso significa que la mayoría de los subur-
bios carecen de veredas y sendas para bicicletas. No es
.l995,
sorprendente que entre I991 y la probabilidad de
caminar en cualquier sitio se redujo en un 40%,y las posi-
bilidades de caminar hasta la escuela se redujeron en un
60%. En efecto, para el año 2001, las estadísticas informa-
ban que caminar y andar en bicicleta representaban sólo
el l3% de los viajes hasta la escuela. Todo esto sugiere
que incluso si Dennis viviera a menos de una milla de la
escuela, no iría caminado.
De hecho, ubicar a Dennis en los Estados Unidos en lugar
de hacerlo en Suecia podría haber significado un estilo de
vida con muy poco esfuerzo físico, en especial dado que
muchas escuelas con presupuestos ajustados han recortado
las clases de educación física de los planes de estudio.
Además, sus padres podrían estar entre el 65% de los esta-
dounidenses a los que les gustaría hacer más ejercicio pero
no tienen el tiempo suficiente, encuentran el ejercicio abu-
rrido (28'/r) o no tienen acceso a un lugar conveniente para
hacer ejercicio (24%). Sin embargo, una ventaja de estar en
los Estados Unidos es que Dennis se encontraría en el medio
de una conciencia creciente de que la falta de ejercicio físi-
co puede ser una amenaza incluso mayor para la salud que
la obesidad (Wallis, Miranda y Park, 2005).
¿Se puede hacer algoT
Tal vez si viviera en lsrael, Dennis podría haber sido
uno de los 54 niños obesos reclutados para un grupo de
investigación (Nemet y cols., 2005). Con un poco de suer-
te y la actitud correcta, podría haber entrado en el grupo
con tratamiento activo y ser uno de los 20 participantes
Continuación
 CAPÍTULO 5: contribución de la ocupación a la salud y al bienestar
en completar un programa de ejercicios de 3 meses y un
seguimiento de I año. En ese caso, Dennis habría tenido
el privilegio de unirse en los juegos conducidos por ex
miembros del equipo nacional de atletas de pista z horas
por semana. Para complementar ese programa, Dennis y
sus padres habrían participado en sesiones de asesora-
miento concentradas en la elección de los alimentos y el
cambio de conducta. Ese consejo habría incluido cortar su
ingesta de alimento en un 30%. También se lo habría esti-
mulado a caminar o a participar en algún otro ejercicio
físico durante otros 30 a 45 minutos por semana.
. En el seguimiento, es probable que Dennis hubiera gana-
do menos de un kilo de peso, comparado con los 5,2 kilos
promedio que suben los niños del grupo control. Tendría
mucha menos grasa corporal y, lo que es más importante,
aumentaría significativamente los niveles de actividad y de
resistencia física. Además, habría disminuido su tiempo
actitudinales del entorno pueden exacerbar el impacto de
un trastorno o una deficiencia de la salud, a veces hasta el
runto en que la participaci6n en la ocupación es insosteni-
rle, Sin embargo, si estructuramos con cuidado las cosas
que hacemos, revisamos las elecciones del estilo de vida y
:ros ocupamos de las barreras contra la participación, lá
:articipación en la ocupación puede mejorar ra iaiud y el
':ienestar
de las personas.
]RECUNTAS DE RAZONAMIENTO
I ' wilcock propuso que las personas tienen necesidades
que sirven como advertencias, nos protegen y recom_
pensan la participación en la ocupación.
¿por qué
entonces la mayoría de las personas de ras sóciedaáes
posindustriales no r ealizan suficiente ej ercicio ?
2 ' si las mujeres,inmigrantes, las personas que se recupe-
ran de una enfermedad psíquica y los líderes comunita-
rios pueden estructurar ocupaciones que mejoran su
propia salud y bienestar y los de los otros sin ayuda de
un terapeuta ocupacional, ¿son necesarios los terapeu-
tas ocupacionales?
). ¿cuál de sus ocupaciones sostiene su salud y su bienes-
tar? ¿cuáles los amenazan? ¿cómo podría modificar su
estilo de vida o su entorno para aumentar al máximo el
bienestar?
+ ' Si pudiera modificar una cosa en los entornos físico,
social y actitudinal de su país para mejorur ra salud y el
bienestar de la Nación, ¿qlré cambiaría?
¿Cómo poáría
afectar el cambio que usted propone a las ocupaciones de
las personas?
J IBLIOCRAFíA
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frente al televisor y los juegos de vídeo en más de una hora
al día (Nemet y cols., 2005).
Preguntas y ejercicios
a Los resultados de la investigación citados en el estu-
dio de este caso identifican la ingesta de calorías, la
inactividad física y el diseño urbano como factores
que contribuyen a la obesidad infantil y los proble_
mas de salud asociados. ¿eué otros factores de los
padres, del entorno, sociales o legislativos puede
identificar que contribuyen al problema?
. En su contexto, el programa implementado en lsrael
podría ser factible o no. si usted trabajara con niños de
6 a l6 años, ¿qué características del programa israelí
esperaría reproducir y cuáles modificaría?
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