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CURSO:
Pediatría
DOCENTE:
Dra. Nora Vite Juárez
INTEGRANTES:
Gonzales Chiroque, Fiorella
Neira Rojas, Nathaly
Vargas Machuca Casanova, Fátima
Vásquez Farfán, Rosa
Vilela Paucara, Fiorella
I. DEFINICIÓN:
Según lo establecido por McConnochie,se define a la bronquiolitis como el
primer episodio agudo, de dificultad respiratoria, con signos de
obstrucción bronquial con sibilancias bilaterales y difusas, precedido por
un cuadro catarral de las vías respiratorias altas (rinitis, tos, con/sin fiebre),
que afecta a niños menores de 2 años.
Es una inflamación difusa y aguda de las vías aéreas inferiores, de naturaleza
infecciosa, expresada clínicamente por obstrucción de la vía aérea pequeña. Las
lesiones principales son edema peribronquial y obstrucción de la luz por los
tapones de moco y detritus celulares; por esto el aire queda atrapado más allá
de las lesiones bronquiales, provocando hiperinflación alveolar; si la lesión es
mayor, los pulmones mostrarán signos de hiperinsuflación.
II. EPIDEMIOLOGÍA
La bronquiolitis afecta al 10% de los lactantes durante una epidemia, de los que
un 15-20% requerirán ingreso hospitalario; es la causa más frecuente de ingreso
en niños menores de 1 año.
La mortalidad de los niños hospitalizados se estima que es de 1 a 2%.
La bronquiolitis afecta preferentemente a niños de menos de 1 año, cuya máxima
incidencia es entre los 3 y 6 meses. Existe un ligero predominio en los varones
respecto a las niñas (1,5:1).
Las infecciones por virus sincitial respiratorio (VSR) tienen una tendencia
estacional y son especialmente frecuentes durante el invierno y el comienzo de
la primavera. Su crecimiento parece estar limitado al tracto respiratorio y los
seres humanos constituyen la única fuente de infección; así, todos los niños
cuando nacen, tienen anticuerpos específicos contra VSR adquiridos
pasivamente de su madre; el título de anticuerpos es semejante a los niveles
maternos, pero declinan gradualmente en los primeros 6 meses de vida. Es más,
a partir de los 7 meses cualquier título de anticuerpos detectables para VSR será
el resultado de infección natural.
Para el final del primer año de vida, de 25 a 50% de los lactantes han sido
infectados por VSR; para los 5 años, el 95% y en la edad adulta, el 100%.
La reinfección ocurre frecuentemente, aunque la severidad clínica disminuye
debido a que los lactantes tienen alguna inmunidad adquirida de las exposiciones
previas.
Tasa de ataque en guarderías es 100% en niños pequeños, 60 a 80% en niños
mayores.
III. ETIOLOGÍA
Exámenes auxiliares
- Las exploraciones complementarias no se deben realizar de forma
rutinaria en los pacientes con bronquiolitis típica, porque el diagnóstico de
bronquiolitis es básicamente clínico y por el hecho que presentan una
menor incidencia de enfermedades bacterianas que los pacientes con
fiebre de otra etiología.
- No se recomienda realizar análisis de orina ni urocultivo de manera
rutinaria, a excepción de los lactantes menores de 60 días con sospecha
de bronquiolitis con fiebre asociada.
- Se recomienda no realizar gasometrías de forma rutinaria a los pacientes
con bronquiolitis, y más bien basar el diagnóstico y la determinación de la
gravedad por criterios clínicos, como son la cianosis, quemazón nasal,
retracciones.
- No se recomienda realizar la radiografía de tórax de manera rutinaria en
los pacientes con bronquiolitis típica, solo reservarla para aquellos
pacientes en los que existen dudas diagnósticas, o en aquellos con
presentación clínica atípica, procesos graves o con mala evolución, en
estas situaciones encontraríamos hiperinsuflación bilateral pulmonar o
pequeñas zonas de atelectasias.
- No se recomienda la investigación rutinaria de virus asociados, pues
influyen muy poco en cuanto al manejo diagnóstico-terapéutico de estos
pacientes, en todo caso lo recomendado, si es que se está investigando
la infección por el VRS, realizar estudios moleculares debido a su mejor
rendimiento o en todo caso no se pueda, se recomienda las pruebas
basadas en la detección de antígenos.
IX. COMPLICACIONES
Dentro de las complicaciones de la bronquilitis, tenemos en cuenta primero
el riesgo mayor en pacientes prematuros y aquellos con enfermedades
cardiorespiratorias.
Pulmonares: La complicación más frecuente es la atelectasia lobar por
obstrucción intrínseca (secreciones) de bronquios pequeños.
Neumonía bacteriana
Apneas
Insuficiencia respiratoria
Bronquiolitis obliterante
Asma bronquial
Las roturas parenquimatosas con neumotórax, neumomediastino,
enfisema intersticial y subcutáneo, constituyen una rareza y son de
extrema gravedad.
Otras: La deshidratación es la más importante, la cual puede ser
secundaria a la incapacidad del niño para beber y también por la mayor
pérdida de agua por los pulmones a causa de la taquipnea, incluso
también por la fiebre.
Luego también alteraciones electrolíticas.
<6meses >6meses
0 <40xmin >30xmin No No No
Clasificacion: Leve ( <5 puntos), Moderado (6-8 puntos) y Severo (9-12 puntos)
Escala de Wood y Downes
Sat O2 >94% 91-94% <91%
Sibilantes Tiraje FR FC Ventilación Cianosis
Clasificación: Leve (1-3 puntos), Moderada (4-7 puntos) y Severa (8-14 puntos).
También se valora la medición de la saturación de oxígeno, porque también es
eficaz para medir la severidad y su evolución:
Leve: Mayor de 95%
Moderada: 93-95%
Grave: Menor de 93%
XI. MANEJO
De manera general, el tratamiento del paciente con bronquiolitis aguda es
garantizar una buena oxigenación e hidratación.
Al hospitalizar a nuestro paciente, obtenemos muchos beneficios como: el
mantenimiento de la vía aérea permeable, monitorización cuidadosa del estado
clínico, mantenimiento de una buena hidratación y oxigenación.
A) Medida de soporte:
Las medidas de soporte son esenciales en el manejo de estos pacientes,
recordemos una de las complicaciones como son la insuficiencia respiratoria y la
deshidratación; estas en realidad son las que han demostrado ser las únicas
efectivas para estos pacientes.
o Posición: Debe estar en decúbito supino con elevación de 30° y su cabeza
en ligera extensión.
o Mantener la vía aérea permeable: Hacer aspiración de secreciones, más
aun antes de los alimentos y antes de la inhalación.
o Oxigenoterapia: La Oxigenoterapia para las infecciones de las vías
respiratorias inferiores en niños de entre tres meses y 15 años de edad,
incluye estudios de bronquiolitis, donde el punto de corte para la
indicación de oxigenoterapia es saturación de oxigeno menor de 91% a
nivel del mar. Se recomienda discontinuar la oxigenoterapia cuando la
saturación de hemoglobina es mayor del 90%. El método dependerá tanto
de la tolerancia como de la FIO2.
Se recomienda monitorizar la saturación de oxígeno en todos los
pacientes que acuden a un establecimiento de salud dado que la
valoración clínica es insuficiente para evaluar el estado de oxigenación.
Se recomienda monitorizar la saturación, pero no
de forma continua, sino intermitente, con excepción de los pacientes con
patología de base (cardiopatía clínicamente significativa, hipertensión
pulmonar, enfermedad neuromuscular, neumopatía dependiente de
oxígeno e inmunodeficiencia) en los cuales, si hay que intensificar la
monitorización, por su mayor riesgo de gravedad
o Hidratación y nutrición: En caso el niño tolere la vía oral, se realiza
fraccionamiento de los líquidos y comidas, o se opta por alimentación por
sonda orogástrica.
Cuando el paciente presente dificultad respiratoria moderada o severa, se
considera el uso de la vía parenteral para asegurar la correcta hidratación
y evitar el riesgo de aspiración.
B) Medidas farmacológicas:
No se ha demostrado que ningún tratamiento farmacológico pueda alterar
significativamente el curso natural de la enfermedad, pero si hay algunos que
pueden prevenir la aparición de complicaciones, así como mejorar el confort
de nuestro paciente.
Nuestra bibliografía refiere que los broncodilatadores no se recomiendan, de
manera rutinaria, en el tratamiento de la bronquiolitis, pero otra bibliografía
refiere su uso.
Broncodilatadores inhalados (Nebulización): El salbutamol y la adrenalina
se pueden usar en caso de la realización de una prueba terapéutica con
broncodilatadores, no podemos continuarlo si no se demuestra una
mejoría, en caso sí, se usa.
En muchos estudios, estos fármacos no han demostrado eficacia, y en los
estudios en los que sí se ha demostrado efecto éste ha sido moderado y
transitorio (mejoría en la escala clínica o la oximetría), sin modificar el curso
global de la enfermedad, ni reducir la tasa de ingreso ni la estancia hospitalaria
El salbutamol se da en dosis de 0.15 mg/kg/dosis. Se nebuliza con flujo de
oxigeno de 6-8 L/min; la prueba que mencionamos para ver si nos será útil debe
ser con una dosis, y luego de 15 a 30 minutos evaluamos la presencia de
sibilancias.
La adrenalina parece ser ligeramente superior al salbutamol y al placebo, y sólo
en los pacientes no hospitalizados. Además, se deben evaluar los posibles
efectos secundarios de estos fármacos y sus costos, este fármaco disminuye el
edema de la mucosa (efecto alfa adrenérgico) y causa broncodilatacion (efecto
beta adrenérgico).
Solución salina hipertónica: Se recomienda la nebulización con solución
salina hipertónica del 3% al 5%, en los pacientes con bronquiolitis. Los
estudios que han estudiado la eficacia del suero salino al 3% nebulizado
son consistentes y se recogen en una revisión sistemática que muestra
su eficacia en la reducción de la estancia media de los pacientes con
bronquiolitis (en aproximadamente un día). Es el único tratamiento que ha
conseguido mostrar dicho efecto. Los efectos son: Mejora el aclaramiento
mucociliar, disminuye el edema de la submucosa y facilita la expulsión de
tapones de moco, reduce la elasticidad y viscosidad de moco e induce el
flujo osmótico de agua dentro de la capa de moco.
Mucoliticos, Antibióticos, Antitusígenos, Corticoides, Antivirales.
Montelukast: No se recomienda el uso de descongestionantes,
antihistamínicos, mucolíticos o vasoconstrictores, cualquiera sea la vía de
administración, para el tratamiento de la bronquiolitis. Tampoco se
recomienda el uso de antibióticos, a menos que se logra identificar el foco
bacteriano.
XII. PREVENCION
Para evitar la transmisión dentro del hospital recomendamos:
Aislamiento
Siempre lavado de manos antes luego de manipular al paciente
Uso de mascarillas y todo medio protector
Desinfección de superficies y material
Tenemos que educar a los padres a que identifiquen los signos de alarma:
Deterioro del estado general
No acepta alimentos
Vomitos
Empeora su dificultad respiratoria
Cianosis
Apnea
Medidas de prevención
Se recomienda la administración de palivizumab (preferible) o
inmunoglobulina anti-VRS, para disminuir la posibilidad de hospitalización
en los pacientes de riesgo. No han demostrado utilidad en reducir la
gravedad.
Se recomienda el lavado de manos antes de ingerir los alimentos, limitar
el número de visitas especialmente de aquellas con cuadro respiratorio,
evitar hacinamiento, evitar la asistencia a guarderías, a los cuidadores de
los niños, no fumar y tener en cuenta que las partículas del tabaco
adheridas a la ropa también pueden perjudicar al niño.
Dentro del hospital: Aplicar medidas de contacto: desinfección de manos
y de material médico, uso de batas, mascarillas y guantes, y desinfección
diaria de las superficies de contacto de la habitación del paciente.
Se recomienda evitar el tabaquismo materno para disminuir la incidencia
y la severidad de la bronquiolitis, sobre todo durante la gestación.
Se recomienda fomentar la lactancia materna en los menores de dos
años, pues se asocia a menor frecuencia de tener bronquiolitis y de
presentarse, a una mejor evolución
Vacunación
En la actualidad no existe vacuna para prevenir los tipos de bronquiolitis
causados por virus sincitial respiratorio o adenovirus, pero en caso del virus de
la influenza la vacuna antigripal es altamente efectiva. La misma debe ser
administrada anualmente en los mayores de seis meses y menores de dos años.
B) NEUMONÍA ADQUIRIDA EN LA COMUNIDAD EN NIÑOS
1. DEFINICIÓN
Infección aguda del parénquima pulmonar adquirida fuera del hospital
En general, se define neumonía como la presencia de fiebre y/o síntomas
respiratorios y evidencia de infiltrados parenquimatosos en la radiografía de
tórax.
Neumonía adquirida en la comunidad (NAC): es aquella que aparece en sujetos
que conviven en la comunidad y que no han sido hospitalizados en los últimos 7
días o bien que aparecen en las primeras 48 horas de su ingreso en un centro
hospitalario.
2. EPIDEMIOLOGÍA
OMS estima que hay 156 millones de casos de neumonía cada año en
niños menores de cinco años
20 millones de casos graves como para requerir ingreso hospitalario
En el mundo desarrollado, la incidencia anual de neumonía se estima
en 33 por 10.000 en niños menores de cinco años
14,5 por 10.000 en niños de 0 a 16 años
La mitad de los niños menores de cinco años de edad con neumonía
adquirida en la comunidad (CAP) requieren hospitalización
tasa de mortalidad en los países desarrollados es baja (<1 por 1000 por
año)
En los países en desarrollo, las infecciones de las vías respiratorias
+frecuentes + severas
En todo el mundo, las infecciones de las vías respiratorias bajas
representaron casi 800.000 muertes entre los niños menores de 19 años
en 2015 (31,1 por cada 100.000 habitantes), después
de las complicaciones neonatales y de parto prematuro
Son más frecuentes durante los meses más fríos
En el Perú, según el Boletín Epidemiológico de la Dirección General de
Epidemiología, en el año 2013 se notificaron 30,000 episodios de
neumonía en < 5 años, representando una incidencia acumulada de
103.4 episodios de neumonía por 10,000 < 5 años.
La mayor incidencia de neumonía en < 5 años se presenta en la región
selva, mientras que la mayor proporción de muertes se da en la sierra.
3. ETIOLOGÍA
La causa más frecuente es VIRAL
La causa Bacteriana más frecuente es por S.pneumonieae
Haemophilus influenzae de tipo b (Hib): la segunda causa más común de
neumonía bacteriana
Pneumocystis jiroveci es una causa importante de neumonía en niños menores
de seis meses con VIH/SIDA
4. FACTORES DE RIESGO
Grupos socioeconómicos inferiores: reflejo del hacinamiento ambiental
La exposición al humo del cigarrillo: madre fuma : + riesgo neumonía <1
año
Trastornos cardiopulmonares subyacentes y otras predisponen:
Enfermedad cardíaca congénita
Bronchopulmonar dIsplasia
Fibrosis quística
Asma
Enfermedad de células falciformes
Trastornos neuromusculares, especialmente aquellos asociados con una
conciencia deprimida
Algunos trastornos gastrointestinales (por ejemplo, reflujo
gastroesofágico, fístula traqueoesofágica)
Trastornos congénitos y de la inmunodeficiencia adquirida
5. FISIOPATOLOGIA
FASES ANATOMOPATOLÓGICAS DE NEUMONÍA
6. CLÍNICA
Anamnesis
Inicio brusco de tos con expectoración, fiebre > 39°C , dificultad respiratoria,
dolor torácico, dificultad para alimentarse.
Examen físico
Inspección: signos de dificultad respiratoria: taquipnea, retracciones
subcostales, aleteo nasal, quejidos respiratorios, cianosis.
Palpación: disminución de la expansibilidad y elasticidad. Disminución de la
movilidad del hemitórax afectado. Aumento de las vibraciones vocales.
Percusión: Matidez en el área afectada.
Auscultación: disminución del murmullo vesicular, crepitantes. Pectoriloquia
áfona (si esta contiguo al proceso de derrame pleural). Soplo tubario,
broncofonía.
A comparación de la neumonías virales
Anamnesis
Inicio insidioso de tos seca, fiebre < 30 °C, el estado general no se ve
afectado. Puede acompañarse de mialgias, conjuntivitis.
Al examen físico, suele ser muy pobre.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL ENTRE ATÍPICA Y VIRAL
7. Clasificación
8. Diagnostico
Es fundamentalmente clínico, es decir consiste en realizar una buena anamnesis
y un buen examen físico.
1) Pruebas complementarias
a) Exámenes de Laboratorio:
-Hemograma
Diagnóstico microbiológico
Hemocultivo
Serología.
Radiografía de Tórax
Ecografía Torácica
Diagnóstico Diferencial
Criterios de Hospitalización
Diagnóstico de Severidad:
Criterios de Transferencia a UCI
9. Tratamiento
Medidas Generales:
• Reposo relativo
• Tratamiento sintomático de la fiebre
• Ofrecer líquidos, no forzar alimentación sólida
• Observar signos de alarma (taquipnea, vómitos, convulsiones)
Terapia especifica
Medidas generales
• Reposo relativo
• Alimentación en función de la severidad del caso: NPO, tolerancia oral,
fraccionamiento de las tomas.
• Manejo de la fiebre: Paracetamol VO, metamizol IM o IV
• Solicitar Hb, Hgma, VSG
Criterios de alta hospitalaria:
Tolera vía oral.
Hidratado.
Afebril mayor de 24 hr.
No taquipnea.
Saturación de O2 mayor de 90% con FiO2 21% (Considerar el valor
de la hemoglobina). Buen estado general.
Confiabilidad en cumplir el tratamiento por parte de los familiares
Complicaciones
Neumonía necrotizante
Derrame pleural
Neumotórax
Pioneumotórax
Neumatoceles
Absceso pulmonar
Prevención
MYCOPLASMA NEUMONIAE
MICROBIOLOGÍA
Es un procariota, más parecido a una
bacteria que a un virus, se considera
bacteria por la homología del ácido
nucleico, su metabolismo y
organización intracelular; pero, a
diferencia de las verdaderas bacterias,
no puede sintetizar precursores de la
pared celular y carece de ella, por lo
que es resistente a la penicilina y otros
antibióticos activos sobre dicha pared.
Se cultiva en un medio básico (caldo PPLO) con adición de suero de caballo
(esteróles), extracto de levadur y diversos sustratos, con rojo fenol como
indicador del crecimiento y penicilina y acetato de talio para la inhibición e la flora
asociada.
PATOGÉNESIS
M. pneumoniae alcanza las vías respiratorias por transmisión aérea después de
la exposición a un enfermo agudo con tos. El período de incubación es de
aproximadamente 14 días. Es necesaria probablemente una exposición intensa
para que tenga lugar la infección.
Los portadores nasofaríngeos (aquellos que
han resuelto la enfermedad clínica) no parecen
transmitir realmente el organismo. M.
pneumoniae, en contacto con el epitelio
respiratorio, se adhiere a las células epiteliales
mediante la proteína Pl, e inicia la lesión local
dañando las células y sus cilios; la lesión
celular parece estar mediada por la producción,
por parte del microorganismo, de peróxido de
hidrógeno y anión superóxido. La ciliostasis
resultante de esta agresión puede explicar
parcialmente la tos prolongada asociada a la
infección por M. pneumoniae.
Aunque las IgM seguidas de IgG aparecen
típicamente en la infección por M. pneumoniae,
no confieren necesariamente larga inmunidad,
y pueden ocurrir reinfecciones. Esta inmunidad
parcial aparece en individuos que son
seropositivos por presentar previamente una enfermedad de las vías
respiratorias altas pero que no han desarrollado neumonía. Sin embargo, una
neumonía previa por M. pneumoniae parece conferir una sustancial protección
sobre la reinfección.
M. pneumoniae puede estimular los linfocitos T y activar las células B, lo que
explicaría en parte la presencia de inmunocomplejos circulantes hasta en el 41%
de los pacientes infectados. Se ha demostrado la presencia de autoanticuerpos
contra varios tejidos, que junto con los inmunocomplejos pueden contribuir a la
lesión de los órganos diana causantes de las diferentes manifestaciones
extrapulmonares.
EPIDEMIOLOGÍA
La infección por M. pneumoniae es más frecuente durante los meses de otoño e
invierno. Cada 4-5 años se producen períodos epidémicos muy prolongados
(hasta 2 años) de instauración lenta. El medio habitual de transmisión es la
familia, así como cuarteles, internados u otras poblaciones cerradas. M.
pneumoniae es una causa común de neumonía y de infecciones en el tracto
respiratorio bajo entre los jóvenes (inferior a 20 años), siendo cada vez más rara
a medida que avanza la edad.
Aunque se considera infrecuente en la población anciana, la frecuencia y el
patrón clínico han sido estudiados recientemente por Marrie en pacientes con
edad superior a los 65 años. Los hallazgos clínicos y radiológicos no difieren de
otras causas de neumonía en este grupo de edad y la evolución final es
favorable.
El número de complicaciones asociadas a M. pneumoniae es similar cuando
comparan poblaciones con más o menos 65 años de edad.
CLÍNICA
MANIFESTACIONES PULMONARES
La mayoría de las personas infectadas desarrollan faringitis o traqueobronquitis,
la neumonía ocurre en menos del 10% de los pacientes infectados.
El comienzo es gradual, con cefalea, malestar general y fiebre. Un elevado
número de individuos presentan tos irritativa, aunque puede existir expectoración
purulenta o hemoptoica.
La hemoptisis y el dolor pleurítico son raros, pero en algunos casos, M.
pneumoniae puede simular un tromboembolismo pulmonar con infarto pulmonar.
Los roncus y los estertores son comunes, pero los signos de consolidación son
infrecuentes.
En un 25% de pacientes la neumonía
coexiste con odinofagia, rinorrea y
otalgia.
Otros signos físicos son los exudados
amigdalares, conjuntivitis, eritema
faríngeo, adenopatías cervicales, otitis
media y miringitis bullosa".
Las linfadenopatías generalizadas y la
esplenomegalia son raras.
Radiológicamente se observa, en
general, un infiltrado heterogéneo, con
aspecto de vidrio esmerilado, que suele
estar situado en los lóbulos inferiores
pero podemos hallar también infiltrados
intersticiales difusos, adenopatías
biliares, abscesos y neumatoceles.
El derrame pleural puede presentarse en el 20% de los pacientes. Estos
derrames son unilaterales, transitorios y pequeños. Los pleurales masivos o
bilaterales son raros y tardan en resolverse de 3-4 semanas. El líquido pleural
suele tener características de exudado, con una glucosa normal y un número
variable (> 10.000 mm3) de leucocitos polimorfbnucleares y células
mononucleares.
La fiebre, cefalea y malestar se resuelven entre los 3- 7 días en los casos no
tratados. La tos y los estertores desaparecen con mayor lentitud paralelamente
a la resolución radiológica.
Agentes antimicrobianos como las tetraciclinas y eritromicina reducen la
duración de los síntomas y la
resolución radiológica, pero no
son efectivos en la
erradicación del
microorganismo del tracto
respiratorio. A pesar de la
terapia correcta, puede ocurrir
una recaída clínica con
reaparición de la
sintomatología y de los
infiltrados radiológicos de 7-10
días después de imciar el
tratamiento.
Además durante éste, pueden aparecer nuevos infiltrados pulmonares que
comprometan a nuevas áreas del parénquima. El curso de la enfermedad es
benigno, aunque algunas veces puede complicarse con síntomas respiratorios
severos.
MANIFESTACIONES EXTRAPULMONARES
M. pneumoniae puede afectar a múltiples órganos dando lugar a una clínica muy
variada.
HEMATOLÓGICAS
La infección por M. pneumoniae puede causar anemia hemolítica por la
producción de hemaglutininas frías17. Aunque no es común, la hemolisis puede
ser grave y requerir una transfusión y tratamiento con corticoides.
Frecuentemente, el test de Coombs es positivo y existe una reticulocitosis media,
sugiriendo la existencia de una hemolisis subclínica. La hemolisis ocurre 2 o 3
semanas después del comienzo de la enfermedad, es transitoria y coincide con
la recuperación de la neumonía y con altos títulos de aglutininas frías. En raras
ocasiones, el aumento de éstas asociado al fenómeno de Raynaud,
acrocianosis, hemoglobinuria, fallo renal o coagulación intravascular diseminada.
GASTROINTESTINALES
La anorexia puede persistir durante semanas, pero la mayor parte de síntomas
gastrointestinales (náuseas, vómitos, diarrea) se resuelven rápidamente. Se ha
observado durante el curso de la enfermedad la posible aparición de hepatitis
anictérica y pancreatitis aguda.
MUSCULOSQUELÉTICAS
Las mialgias no específicas y las artralgias ocurren en más del 40% de pacientes.
Un síndrome reumático, con artritis aguda y severas artralgias, puede
desarrollarse durante las dos primeras semanas de la enfermedad respiratoria.
La afectación suele ser migratoria y poliarticular, y las grandes articulaciones son
las que se afectan con mayor frecuencia.
DERMATOLÓGICAS
Ocurren durante la primera o segunda semana de la aparición de los síntomas
respiratorios en un 25% de los pacientes. La mayoría de los casos son varones
con edad inferior a los 30 años. Las lesiones consisten en exantema, urticaria,
eritemas nudoso y multiforme, son transitorias y sin mucha significación clínica.
En ocasiones puede llegarse a producir el síndrome de Stevens-Johnson,
precisando terapia con corticoides sistémicos.
CARDÍACAS
La afectación cardíaca es rara aunque pueden describirse pericarditis o
miocarditis. Un tercio de estos casos no van acompañados de infiltrados
pulmonares y un 30% presentan sintomatología grave con insuficiencia cardíaca
congestiva, hemopericardio y bloqueos cardíacos.
NEUROLÓGICAS
La enfermedad del sistema central y periférico
asociada a M. pneumoniae ha sido confirmada
mediante aislamientos o serología. Se han
descrito meningitis aséptica,
meningoencefalitis, mielitis transversa,
neuropatías, trombosis cerebrovascular, ataxia,
paresia de los nervios craneales y psicosis
aguda. En un 20% de casos de infección por M.
pneumoniae con manifestaciones neurológicas
no hay afectación pulmonar.
No existe correlación entre la severidad de la
infección, el título de aglutininas frías y el
desarrollo o extensión de las manifestaciones
neurológicas. Los mecanismos especulativos
implicados en la lesión neurológica incluyen la presencia de coagulación
intravascular intracerebral, in vasión directa por el germen, elaboración de una
neurotoxina o depósito de complejos inmunes.
MÉTODOS DIAGNÓSTICOS
El diagnóstico definitivo de neumonía por M. pneumoniae se realiza por
aislamiento del organismo en cultivo o demostración de la respuesta
inmunológica a la infección.
AISLAMIENTO DEL GERMEN
M. pneumoniae puede ser aislado del esputo, exudado faríngeo, oído medio o
de las lesiones de la piel.
También se ha encontrado en sangre, líquido pericárdico, pleural o
cefalorraquídeo. La presencia del germen no se detecta mediante tinción de
Gram dado que carece de pared celular.
MÉTODOS SEROLÓGICOS
Se recomienda la fijación del complemento en 2 muestras como prueba
serológica más específica. Es necesario un incremento de cuatro veces o más
en el título de anticuerpos específicos entre la fase aguda y la convalecencia.
Si la primera muestra se obtiene en la fase tardía de la enfermedad, títulos de
1:64 o más junto con una clínica compatible se consideran diagnósticos. Los
anticuerpos IgM contra M. pneumoniae aparecen a los 7-9 días de la infección y
el pico se produce de 4-6 semanas después, pudiendo permanecer títulos
elevados durante un largo período de tiempo (5-9 años), sobre todo en pacientes
que han desarrollado neumonía.
Existen pruebas de inmunofluorescencia indirecta y de ELISA para detectar IgM
e IgG contra M. pneumonia. Esta prueba puede distinguir entre infección actual
y previa. El método ELISA para IgM tiene una alta especificidad (97%), pero no
se utiliza de forma rutinaria.
El estudio serológico más conocido para el diagnóstico de infección por M.
pneumoniae es la detección de crioaglutininas. Las crioaglutininas son
anticuerpos IgM que se detectan a 4 °C, aunque, si el título es elevado, se
pueden detectar a 37 °C. Estos anticuerpos suelen aparecer hacia el final de la
primera semana de evolución de la enfermedad.
Un título elevado (1:128) con un incremento de cuatro veces en un período de 2
o 3 semanas indica infección. No
obstante es un método poco sensible y
no es específico, siendo positivo en el
50% de los pacientes con infección por
M. pneumoniae. La combinación de
títulos elevados de anticuerpos para M.
pneumoniae junto con la presencia de
aglutininas frías es diagnóstica de
infección por este germen..
TRATAMIENTO
Los antibióticos de elección son: la
tetraciclina, a dosis de 2 g al día,
durante 10-14 días, y la eritromicina 2
g al día, igualmente durante 10-14
días. Otros fármacos como la
clindamicina, el cloramfenicol y los
aminoglucósidos son bacteriostáticos
in vitro; pero in vivo, la experiencia es
muy limitada.
Tanto la eritromicina como la tetraciclina acortan la duración de la enfermedad,
aunque el germen a menudo persiste en las secreciones respiratorias a pesar
del tratamiento correcto y la buena evolución clínica.
La azitromicina, un nuevo macrólido, se ha mostrado eficaz en el tratamiento de
M. pneumoniae al igual que la claritromicina. Se han investigado vacunas con
micoplasmas inactivados y vivos, pero parecen no ser eficaces por su escasa
potencia. En los últimos años se está investigando una nueva vacuna que utiliza
péptidos sistémicos.
CHIAMYDIA PNEUMONIAE
Desde hace pocos años se conoce
la existencia de una nueva especie
de Chiamydia, distinta de C. psittacci
y de C. trachomatis, con capacidad
patógena sobre el tracto respiratorio
superior e inferior. Incialmente fue
conocida como agente TWAR,
término acuñado a partir del nombre
de las dos primeras cepas aisladas
en muestras humanas en la década
de los sesenta. A partir de las
primeras descripciones de brotes epidémicos esporádicos en colectividades
cerradas, realizadas durante los años ochenta, se ha pasado a su
reconocimiento como causa altamente prevalente de neumonía comunitaria, de
distribución global y que afecta a casi todas las edades.
MICROBIOLOGÍA
Así, los estudios mediante microscopía electrónica han demostrado que su forma
infecciosa, o cuerpo elemental, tiene un aspecto piriforme característico,
claramente distinto de la forma redondeada de las otras dos especies.
EPIDEMIOLOGÍA
A la luz de los conocimientos actuales se trata de un patógeno intracelular
obligado del que no se conocen reservorios en aves ni en otros animales. Se
transmite directamente entre personas por un mecanismo no aclarado.
Los estudios serológicos practicados en países de distintas características
geográficas y climáticas han demostrado la existencia de una elevada
prevalencia de anticuerpos específicos, entre el 25 y el 50%, en la población
general adulta, siendo algo más elevados en el sexo masculino. Los títulos de
anticuerpos específicos son bajos en la primera infancia, pero sufren un rápido
incremento en la adolescencia para alcanzar una meseta a partir de los 30-40
años, nivel que se mantiene hasta la vejez.
Se cree que dicho patrón podría explicarse por la existencia de reinfecciones
periódicas durante la edad adulta. Durante la década de los ochenta se
produjeron diversas epidemias de neumonía en colectividades cerradas de
Escandinavia en las que posteriormente se confirmó serológicamente su relación
causal con C. pneumoniaea A.
PATOGÉNESIS
Básicamente parece tratarse de un patógeno de las vías respiratorias alta y baja,
siendo capaz de dar lugar a faringoamigdalitis, laringitis, otitis, sinusitis,
traqueobronquitis y neumonía. Curiosamente, a pesar de que la primera cepa
fue aislada a partir de la conjuntiva no se ha descrito clínica ocular causada por
este germen. Algunos trabajos han especulado sobre la posibilidad de que la
infección bronquial por C. pneumoniae pueda generar hiperreactividad bronquial
o incluso asma, o bien que dicho germen pueda ser una causa habitual de
agudización en la EPOC.
Una hipótesis aún más controvertida ha sido el posible papel de la infección por
C. pneumoniae como desencadenante del proceso de ateromatosis. Éste ha sido
sugerido a partir de diferencias en la prevalencia de serología positiva frente a
dicho organismo entre la población afectada de coronariopatía y los individuos
sanos. Otros trabajos han detectado inmunocomplejos conteniendo
lipopolisacáridos de C. pneumoniae en placas de ateroma.
CLÍNICA
La neumonía por C. pneumoniae se caracteriza por un cuadro clínico
superponible al de la neumonía atípica en el que la fiebre sin escalofríos, la tos
irritativa y la faringitis serían los datos más comunes. En algunos casos la historia
clínica recoge un curso bifásico en el que una faringitis o laringitis preceden en
2 o 3 semanas al cuadro de traqueobronquitis o neumonía. En otros es
característica la coexistencia de neumonía con laringitis. En poblaciones jóvenes
y más o menos cerradas dicha infección adopta unas características epidémicas,
con un curso autolimitado totalmente indistinguible de la neumonía por
Mycoplasma. En cambio, en la población general son más habituales los casos
esporádicos que afectan a población de edad más avanzada y que dan lugar a
un cuadro más grave. La exploración física suele detectar la presencia de
crepitantes localizados, mientras que la radiología muestra en general
condensaciones únicas de pequeño o mediano tamaño. La analítica general es
inespecífica con una VSG habitualmente elevada y un recuento leucocitario
variable.
DIAGNÓSTICO
El cultivo y aislamiento de C. pneumoniae son altamente laboriosos y no se
emplean habitualmente como método diagnóstico en la clínica. La detección del
organismo en muestras respiratorias mediante IFD con Ag monoclonales
específicos adolece de una baja sensibilidad.
Las técnicas de amplificación del ADN mediante PCR aparecen como el método
idóneo para la detección de C. pneumoniae en muestras clínicas.
La infección por C. pneumoniae puede confirmarse mediante serología. Las
técnicas habitualmente empleadas son la fijación del complemento y la
microfluorescencia frente a IgM e IgG específicas. Se han descrito dos patrones
característicos de seroconversión que corresponderían a la primoinfección y la
reinfección. Así, tal como muestra la tabla II, en la primoinfección se produce una
respuesta IgM detectable mediante microfluocescencia a las 3 semanas del
inicio de la clínica, mientras que la respuesta IgG es muy tardía, precisando 8
semanas para la seroconversión. Mediante fijación del complemento se puede
observar una positividad cruzada con C. psittacci pero solamente en la
primoinfección y no en las reinfecciones, que serán solamente detectables
mediante microfluorescencia contra IgG.
TRATAMIENTO
Si bien no existen estudios controlados
que demuestren cuál es la mejor
alternativa terapéutica, el tratamiento
habitualmente recomendado consiste en
eritromicina 2 g/día o tetraciclina 2 g/día
durante 10-15 días.
Estudios recientes in vitro sugieren una
mayor eficacia de nuevos macrólidos
como claritromicina o azitromicina así
como también de quinolonas como
ciprofloxacina o ofioxacina.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
http://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/neumonia.pdf
http://www.hsr.gob.pe/transparencia/pdf/guiasclinicas/pediatria/guia_neu
monia_2010.pdf
http://www.speit.org/archivos/Guia_nino.pdf
http://continuum.aeped.es/files/consensos/Mar_2012_Neumon%C3%AD
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http://www.slipe.org/pdf/ConsensoNACninosSLIPE_8sept2010.pdf
http://www.infobae.com/salud/2017/05/07/bronquiolitis-claves-para-
evitar-el-ataque-del-virus-silencioso/