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Cómo es “Alegoría de la libertad”, o ‘Pola’

No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente


niños.
Cicerón (106 AC-43 AC) Escritor, orador y político romano.

¿Sabes algo de historia de la efigie de la plaza de armas de Piura?

En 1870, José Balta, presidente del Perú, regaló a Piura una escultura de gusto
neoclásico la “Alegoría de la libertad”.

Esta remplazó a otra de madera que, según cuentan, fue erigida por colombianos
residentes en la ciudad en honor a Policarpia Salvarrieta, “La Pola”. Una de las
máximas representantes de la Revolución Colombiana, reconocida como heroína de
la independencia de Colombia.

Alegoría de la libertad, fue un regalo por los 50 años de aniversario de la


Independencia del Perú. Representa el ideal de libertad . Ubicada en la plaza
de armas para recordar a cada piurano y visitante que ya no hay monarquía ni
absolutismo. No hay más esclavitud. Somos libres. Lo logramos.

Es fuerte, esbelta, gallarda y bella. Su postura que es en “contrapposto”, es decir


dar esa sensación de movimiento, por ello el brazo alargado y la pierna inclinada.
El gorro que usó es frigio, símbolo de que ya no hay más esclavitud. Lo portaban
en tiempos anteriores los ex esclavos.

Su vestido es blanco y de corte griego, como un peplo sin pigmentos.

El seno desnudo representa la maternidad. La República alimenta a sus hijos, a


los ciudadanos para que sean robustos, fuertes y sanos. Un pueblo alimentado de
libertad y valores.

Las cadenas rotas significan también libertad. Además, porta un pergamino


ligeramente desenrollado.

Pisa al león porque metafóricamente aplasto la Monarquía española, ese régimen


déspota que existía y como verás este felino luce su melena pero parece un
cachorrito; obviamente vencido por la independencia, república y libertad.

Son ya 197 años de libertad ganados. Ahora que ya conoces quien es y que
representa “Alegoría d la libertad” ¿Cuál es tu aporte a mantener está libertad?
1-. Si eres la “Alegoría de la libertad” ¿Por qué te dicen “Pola”?

Antes de mi llegada, yacía en el centro de la Plaza de Armas la verdadera


Policarpia Salvarrieta, la heroína colombiana. Era un busto de madera que
posteriormente fue retirado. Y en al año 1874 yo sería ubicada en el mismo lugar
para embellecer la Plaza. El presidente José Balta me trajo aquí por los 50 años
de aniversario de Independencia del Perú. Parece ser que hasta el día de hoy los
piuranos no se dan cuenta del cambio, ya sabes, se acostumbran rápidamente y
por ello me siguen llamando cariñosamente la Pola; con tantos años, ya lo acepte.
Cuando me conocen aseguro que es mi seudónimo o mi “chapa”, como decimos
aquí.

2-. Ahora todo es más claro y si el presidente Balta optó por ti, ¿Qué
representas para Piura? ¿Por qué una alegoría?

Yo soy un regalo por los 50 años de aniversario de la Independencia del Perú. Soy
materialmente el ideal de libertad puesto en lugar más sociable de la ciudad: la
Plaza de Armas. Soy la alegoría ubicada para recordar a cada piurano y visitante
que ya no hay monarquía ni absolutismo, no hay más esclavitud. Somos libres, lo
logramos, lo gestamos, lo hacemos cada día. Son ya 194 años de libertad
ganados, de democracia, vida independiente y valor del pueblo. El fuerte sentido
patriótico del presidente Balta y su entorno, así como su afán modernizador,
quizás tuvieron que ver con su elección al ponerme aquí.

3-. Hay algo que todos se preguntan. Es más, piensan que eres una coqueta
¿Por qué luces así? O es que ¿el calor de Piura te obliga?

Para nada, ya me acostumbré. Mi piel es como el mármol, soporta mucho. Soy


fuerte, esbelta, gallarda y bella. Por eso las tantas veces que me han fotografiado
Adolfo Venegas, Coco Zavala y otros más desde que vine. Bueno, he tenido varios
baños estéticos, la mayoría por las remodelaciones de la Plaza; pero no es moda.
Todo tiene su significado. Empecemos por mi postura que es en “contrapposto”, o
sea dar esa sensación de movimiento, por ello el brazo alargado y la pierna
inclinada. El gorro que uso es frigio, símbolo de que ya no hay más esclavitud. Lo
portaban en tiempos anteriores los ex esclavos. Mi vestido es blanco y de corte
griego, como un peplo sin pigmentos. Un estilo muy reclamado por aquel
entonces; nada que ver con el pantalón pitillo de ahora.
El seno desnudo no es sensualidad, no soy coqueta ni impúdica. Representa la
maternidad. La República alimenta a sus hijos, a los ciudadanos para que sean
robustos, fuertes y sanos. O sea, un pueblo alimentado de libertad y valores. Las
cadenas rotas que pocos ven, porque deberían estar a mi altura y soy como de
dos metros significan también libertad. Además, porto un pergamino ligeramente
desenrollado. Y no es que odio a los animales. No quiero de enemigos a Patitas
S.O.S ni ningún otro grupo así. Los apoyo. Piso al león porque metafóricamente
aplasto la Monarquía española, ese régimen déspota que existía y como verás
este felino luce su melena pero parece un cachorrito; obviamente vencido por la
independencia, república y libertad.

4-. Has vivido 141 años de representatividad para los piuranos y memoria
histórica. Háblame de esa Piura antigua ¿Qué recuerdas?

Tengo mucho por contar de aquella Piura. Mi hogar. La ciudad que he visto
evolucionar, una pujante población que labora debajo del sofocante calor. Un
pueblo que sabe lucharla. He visto de todo y lo que más recuerdo con nostalgia es
aquella rutina popular piurana, las retretas dominicales con bandas de músicos
incluidas, los desfiles, el izamiento de las banderas. Antiguos ciudadanos que
disfrutaron de una tertulia con amigos. Familias que decidían venir a la Plaza y
como ahora dicen “se producían”, bien al saco y corbata los caballeros; las damas
con sus cinturas ceñidas, bien entonadas, bastante prudentes al andar. Gente
religiosa, siempre escuché charlas sobre la misa de la Iglesia Matriz, que ahora es
la Catedral. Recuerdo el cementerio San Teodoro, como se dice solo en Piura,
estaba “en la última rueda del coche”, quedaba en las afueras de la ciudad. Piura
era aún muy pequeña geográficamente. También viene a memoria el Coliseo de
Gallos, estaba casi en el centro. Recuerdo la calle El Cuerno (no te asustes) es lo
que ahora conocemos como calle Tacna. En épocas anteriores las calles tenían
otros nombres, te las podría enumerar: calle Libertad, que era calle Real, El
Playón, actualmente conocida como la calle Arequipa. La famosa Sánchez Cerro
era el jirón Áncash, la Cuzco era El Pedregal, entre otras. Tampoco había
alumbrado eléctrico, el sereno se encargaba de encender los faros de cera. Piura
ya era independiente, pero persistían actividades y tendencias virreinales. No
teníamos los mejores métodos de limpieza, pero sabíamos mantenerla limpia y no
como ahora solo escrito en la pared “Piura te quiero limpia”. Recuerdo además, al
mercado que estaba en lo que ahora es la Plaza Tres Culturas muy cerca al río
para que allí desemboquen los desechos. Seguro pocos recuerdan pero existió la
Gallinacera, llamada así porque los gallinazos se comían los desperdicios del
Camal. Aquella Piura la Vieja, muy bonita y libre.

5-. Es asombroso el cariño y detenimiento con que describes a Piura,


entonces aclaremos otra duda del pueblo. ¿Eres peruana? ¿Aquí naciste?
¿Quiénes son tus parientes?

Me reservo el derecho, es mi secreto. Estoy en Piura y es suficiente.


Algunos historiadores plantean una hipótesis sobre tu procedencia y
afirman que podrías haber nacido en Europa y que tu padre sería un escultor
italiano o francés, lo dicen por los rasgos, es más, quizá emigró en aquella
época y vivió aquí, entonces cabe la posibilidad que fueras peruana también.
Y ¿Podrían asegurarlo? No lo he dicho. El verme destila muchas interpretaciones,
hablo de una riqueza histórica-cultural, pero no afirmo mi procedencia. No tengo
voz, pero estoy para hablar al fervor patriótico de los piuranos, mis hermanos. Y
¿Quién lo sabrá? Si soy la más antigua de la urbe norteña. Ni siquiera mis
parientes podrían asegurarlo. Francisco Bolognesi llegó recién en el año 1976,
Miguel Grau, es todo un caballero, así que lo dudo. Ignacio Merino tampoco. Es
verdad que algunos historiadores como Cristina Vargas me han estudiado incluso
han escrito de mí, pero ese dato queda reservado. Es mi derecho, soy libre.

6-. Tienes una memoria asombrosa, recuerdos al detalle y varios secretos


también; pero de todo lo que viviste ¿Cuál es tu época favorita?

Es fiestas patrias. Recuerdo con emoción y espero hasta ahora los colegios e
instituciones para que desfilen. Permíteme que suspire, es la época que más
añoro. Todo se pinta de rojo y blanco y más que en otros días la Plaza está muy
limpia. El piso brilla desde siempre por la caída del sol. Esta tradición que perdura
me enorgullece, me emociona en verdad; tantos agradecimientos, entonar los
himnos, la singular voz del maestro de ceremonia. Ver a los niños marchar, los
luchadores de la patria con fascinantes presentaciones y las escoltas. Ver la
bandera piurana flameando me habla de libertad. Recuerdo con agrado el año
1976 cuando se inauguró el monumento de Bolognesi. A Francisco lo admiro, un
tipo que luchó hasta quemar el último cartucho y venció siendo libre. Todo un
héroe.

7-. Y adentrándonos a otro tema ¿Qué te sorprende de la actual Piura?

Piura ha evolucionado, me alegra. Ha cambiado, la modernidad que se trasluce


apuesta por un mejor desarrollo. Algo peculiar que me encanta y no deja de
sorprenderme son los romances que a mis pies nacieron, he sido testigo de
primeros besos, largas citas, algunas peleas y hasta amores consumados en una
boda. Los jardines me encantan, entonan perfectamente conmigo (risas). Deja que
me sensibilice, así es toda mujer en la menopausia.
No todo es color cucarda y eso que aquí abundan. He presenciado huelgas, paros,
marchas que por años reflejan el mismo problema: la falta de dinero y la mala
gestión. De los problemas me entero siempre, todos vienen y me lo cuentan. Por
eso mi mirada hacia el Cabildo o Municipalidad, allí se ciñe el poder político y se
gestan valores democráticos. Nunca dejaré de observarlos.
Y ¿Siempre le diste la espalda a la iglesia? Sí, pero sin ningún rencor. Solo es
otro sector que no me compete.
Y veamos también a la gente, antes lucía muy formal. Ahora vienen a la Plaza, en
short y sandalias.
Lo que rescato mucho, es que ahora somos todos, una colectividad y no grupos
elitistas sin igualdad.
8-. Llevas mucho tiempo aquí, ¿Te gustaría dar una vuelta por alguna calle u
otro lugar de la ciudad?

No, me quedo en la Plaza. Me encanta, no podría alejarme de las cucardas, los


ficus, las flores, los papelillos. Es más, estoy decidida a comer pronto algunos
tamarindos que me provocan, aunque no me desespero porque sé que no se
acabarán. Don Manuel Saldarriaga los sembró con sangre de toro y por eso no se
marchitan. Así que hay frutos para rato. Aparte que los fotógrafos me necesitan,
soy su fondo perfecto para ofrecer a sus clientes. No es arrogancia pero las
mejores tomas salen conmigo. Y si de videos se trata, si no está la Pola ¿Quién
sale al inicio de sus reportajes? Y los alumnos de Comunicaciones ¿Adónde irían?
(risas). También están las ferias, en su mayoría gastronómicas. No pico nada,
pero degusto de cada aroma. Ya sabes, tengo que mantener el garbo y la silueta.
Por eso y más no me movería de aquí. Seguiré representando para los piuranos,
esa libertad que aviva su alma.

Entendido, gracias por el tiempo y la paciencia. Ha sido un gusto saber más


de Piura y de su Pola.
Cuando quieras, ya sabes dónde encontrarme. Permiso y buenas tardes de Dios.
Publicado hace 2nd July 2016 por Valentina Oneeglio Ruiz

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