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FACULTAD DE CIENCIAS
E.A.P ENFERMERÍA
Una buena alimentación es fundamental y vital para el crecimiento sano del bebé, para que
el niño crezca sano y fuerte. Comer bien afecta no sólo a su crecimiento físico, sino también
a su desarrollo intelectual.
Una correcta alimentación del niño durante los primeros años de vida puede repercutir
positivamente en su estado de salud, así como en su habilidad para aprender, comunicarse
con los demás, pensar y racionalizar, socializarse, adaptarse a nuevos ambientes y personas
y, sobre todo, en su rendimiento escolar. Una buena alimentación puede influir notablemente
en su futuro.
La alimentación es la base necesaria para un buen desarrollo físico, psíquico y social de los
niños. Por ello, una dieta saludable es vital para que su crecimiento sea óptimo. Es
recomendable no abusar de las grasas vegetales y comer al menos, cinco veces al día frutas
y verduras.
Una buena nutrición y una buena salud están directamente conectadas a través del tiempo de
vida, pero la conexión es aún más vital durante la infancia. Durante este período, los niños
pueden adquirir buenos hábitos alimenticios en lo que se refiere a la variedad de los alimentos
y al sabor de las comidas.
Alimentación en el infante
La leche materna es la mejor fuente de nutrición para los primeros 6 meses porque contiene
las cantidades apropiadas de carbohidrato, proteína y grasa. Esta proporciona las enzimas
digestivas, los minerales, las vitaminas y las hormonas que tu bebé necesita. La leche materna
también contiene los anticuerpos que pueden ayudar a tu bebé a resistir infecciones. Los
expertos del cuidado médico recomiendan amamantar a tu bebe durante el primer año de
vida.
Ablactación
La ablactación es cuando se incorporan a la dieta del niño alimentos diferentes a la leche
materna para cubrir sus necesidades incrementadas de energía y nutrimentos, sin suspender
la lactancia materna.
Para una adecuada nutrición y por otros grandes beneficios, se recomienda que los bebés sean
alimentados con leche materna durante el primer año de vida y se debe de comenzar a
introducir alimentos sólidos después de los seis meses de edad o antes, pero siempre de
acuerdo a la recomendación de tu pediatra.
Se deben cuidar mucho las características de los primeros alimentos del bebé y poner
atención en la respuesta o reacción que tenga el bebé ante los nuevos alimentos.
Te sugerimos seguir los siguientes puntos cuando empieces la ablactación de tu bebé:
Introduce un solo alimento a la vez, de esta manera sabrás si tu bebé es alérgico o no
a ese alimento.
Ofrécele el mismo alimento durante 3 o 5 días para monitorear su tolerancia.
Cuida que alimentos como el huevo, leche entera, miel, trigo, o algún alimento al cual
algún familiar sea alérgico, sean introducidos después de los 12 meses de edad, ya
que éstos le podrían ocasionar reacciones alérgicas.
Procura que los alimentos tengan una consistencia extrasuave para facilitar su
ingestión y digestión.
No agregues sal ni azúcar a los alimentos para que el bebé conozca y se familiarice
con el sabor natural de los alimentos.
Idealmente debemos de comenzar con verduras y frutas. Puedes satisfacer con fruta
el gusto de tu bebé por lo dulce.
Si come entre comidas, incluye alimentos saludables en la dieta de tu bebé, los buenos
hábitos comienzan desde temprano.
De los 6 a 8 meses
Entre estas edades, el alimento principal del niño aún es la leche materna a libre
demanda, pero la introducción de otros alimentos se hace necesaria para
complementar su nutrición y acostumbrar al paladar a nuevas experiencias.
Algunos consejos para alimentar a tu bebé en esta etapa son los siguientes:
Puedes hacer papillas de cereales sin gluten (arroz, maíz), frutas (manzana, pera,
plátano, papaya), verduras y tubérculos cocidos (espinaca, calabaza, papa, zanahoria
amarilla, zanahoria blanca).
Evita la clara de huevo por el riesgo de alergias en niños menores de un año. Por la
misma razón no des al niño cítricos (naranja, limón, mandarina, lima, toronja), piña
o fresas; en especial si existe en la familia antecedente de alergia alimentaria. A esta
edad no le des leguminosas (lentejas, chícharos, frijol, garbanzos, habas), porque son
de difícil digestión y provocan cólicos de gases.
Es preferible dar al bebé los alimentos aplastados y no licuados para que se
acostumbre a la textura y facilite la transición a alimentos más sólidos. Además, evita
adicionar sal, azúcar, panela o miel a las papillas. Ofrece las papillas al niño en su
propio plato y cuchara.
Cada dos o tres días introduce variedad en la alimentación con un nuevo sabor a la
dieta del bebé y vigila su tolerancia.
Como el bebé aún toma leche materna, tres comidas (papillas) al día es lo adecuado.
A menos de que tu niño te pida más o no tome leche materna, incrementa la
alimentación complementaria con cinco porciones al día.
De los 9 a 11 meses
Mantén la lactancia materna conjuntamente con la alimentación.
A esta edad tu hijo puede empezar a comer leguminosas (frijol, arvejas, lentejas,
habas y garbanzos) cocidas y aplastadas. También ya puede recibir cereales con
gluten (avena, trigo o cebada). Evita darle palomitas de maíz y frutas con semillas
(uvas) por el riesgo de aspiración.
A partir de los 9 meses, adiciona pollo cocido y triturado a las papillas de verduras.
A los 10 meses, incluye pescado hervido y carne de res cocida en trozos pequeños.
Puedes hacer la papilla con el mismo caldo de pollo o res, retirando previamente la
grasa. El pan debe remojarse con el caldo de verduras de pollo o con leche materna,
para evitar accidentes (obstrucciones).
Motiva a tu hijo a alimentarse solo, aunque esto signifique que lo haga con las manos
y ensucie todo a su alrededor. El niño aprende tocando y llevándose cosas a la boca,
por lo tanto, mediante la manipulación de la comida aprenderá a coordinar sus
movimientos y comerá con más destreza.
Poco a poco prepara más espesos los alimentos e incluye porciones más sólidas en
cada comida.
Debes tener siempre en cuenta que la alimentación con sólidos es un proceso y que
debe de iniciarse con pequeñas cantidades para incrementarlas diariamente.
Entre estas edades, ofrece cinco comidas al día y mantén la lactancia materna.
Si el niño no gana de peso, añade una vez al día dos cucharaditas de aceite vegetal
limpio a la comida.
A partir del año de edad
El niño debe incorporarse paulatinamente a la dieta familiar, pero siempre debe
preferirse “lo espeso” a las sopas. Los alimentos prácticamente deben ser sólidos
(trozos pequeños), evita darle todo licuado o semisólido.
Una vez que se haya integrado a la dieta familiar, puedes incluir leche de vaca y sus
derivados, clara de huevo cocinada, cítricos.
A esta edad, el niño tiene que recibir las tres comidas principales (desayuno, comida
y cena) y dos entre comidas o refrigerios (colación y merienda). La porción adecuada
es aproximadamente un tazón por comida.
EVOLUCIÓN:
El crecimiento de cada niño y niña tiene características individuales, incluso dentro de una misma
familia. La medición periódica de peso y talla es uno de los procedimientos para establecer si el niño
o niña están dentro de los límites normales para su edad y sexo. El individuo en el primer año de vida
y el inicio de la adolescencia tienen un crecimiento acelerado y en el caso del inicio de la adolescencia
el desarrollo emocional e intelectual también es más rápido, los cuales suelen afectar los hábitos
alimentarios.
En la etapa preescolar y el inicio de la etapa escolar, el crecimiento es lento pero continúo y es más
notorio su desarrollo cognoscitivo, por lo que la cantidad y calidad de los alimentos, debe ser la
necesaria para aportar las sustancias nutritivas que necesitan y habrá que motivarlos para que
consuman alimentos en pequeñas cantidades y con mayor frecuencia.
La Educación Preescolar a avanzado en el ámbito conceptual, metodológico y operativo resaltando 4
periodos, favoreciendo la protección de la niñez.
Se debe recordar que los niños pueden por si solos regular su ingesta energética para
satisfacer sus necesidades, les es posible, instintivamente, elegir aquellos alimentos que
proporcionen los nutrientes que necesitan , que sean capaces de digerirlos y de no
causarles intolerancias
Entre las edades de 3 a 6 años los niños deben, gradualmente, pasar a una dieta que aporte
un 30 % de la energía tota en forma de grasa, constituyendo la saturada, un tercio de la
misma. La dieta de un niño que contenga menos de 30% de la energía procedentes de los
lípidos, puede no proporcionar suficientes calorías para el crecimiento. la ingesta
adecuada , pero no excesiva en grasa , no incrementa los riesgos de enfermedades
cardiovasculares en años posteriores
NECESIDADES NUTRICIONALES:
Las necesidades nutricionales son cantidades de energía y nutrientes esenciales que
cada persona requiere para lograr que su organismo se mantenga sano y pueda
desarrollar sus variables y complejas funciones.
Las necesidades nutricionales dependen de la edad, sexo, actividad física, estado
fisiológico en la persona. La energía y los nutrientes son aportados por los alimentos
ALIMENTACIÓN DEL NIÑO PREESCOLAR:
Niños de 1-3 años de edad
Características de esta etapa
Cambio negativo en el apetito y en el interés por los alimentos.
Pueden realizar un gran ingreso energético en unas comidas en detrimento de otras,
con un consumo calórico global normal.
Período madurativo: rápido aprendizaje del lenguaje, de la marcha y de la
socialización.
A los 3 años, madurez de la mayoría de órganos y sistemas, similar al adulto.
Necesidades calóricas bajas por desaceleración del crecimiento.
Aumento de las necesidades proteicas, por el crecimiento de los músculos y otros
tejidos.
Aumento de peso entre 2 a 2,5 kg por año.
Crece aproximadamente 12 cm el segundo año, 8-9 cm el tercero y 5-7 cm a partir de
esta edad.
Requerimientos
Energía: 1.300 kilocalorías/día (102 kcal/kg peso/día), OMS (1985), RDA (1989). En
el primer año, aproximadamente de 800 a 1.000 kcal, y a los 3 años, de 1.300 a 1.500
kcal, dependiendo, entre otros, de la actividad física del individuo.
Proteínas: 1,2 g/kg de peso/día (65% de origen animal).
Calcio: 500 mg/día (RDI) (Dietary Refe-rence Intakes).
Hierro: 10 mg/día (RDA) (Recommended Dietary Allowances) hasta los 10 años de
edad.
Fósforo: 460 mg/día (RDI).
Cinc: 10 mg/día (RDA).
Flúor:
Si el consumo es de agua de abasto público, fluorización del agua si sus niveles son
inferiores a 0,7 mg/litro. Contraindicadas las aguas con niveles superiores a 1,5 ppm
(1,5 mg/litro) de flúor por el riesgo de fluorosis.
Si el consumo es de aguas envasadas o de abasto público con niveles inferiores a 0,7
mg/litro: 0,7 MG/día (RDI).
Resto de nutrientes: se indican en las tablas I y II como RDI; los no referidos se
expresan como RDA en la tabla III.
Recomendaciones dietéticas
Distribución dietética: 25% desayuno, 30% comida, 15% merienda y 30% cena.
Evitar las ingestas entre horas.
Distribución calórica: 50-60% de hidratos de carbono (principalmente complejos con
no más de un 10% de refinados), 30-35% de grasas y 10-15% de proteínas de alta
calidad.
Dieta variada, equilibrada e individualiza-da. No aplicar normas nutricionales rígidas.
Incluir alimentos de todos los grupos. Un menú variado cubre todas sus necesidades
nutricionales.
Si hay dificultad aún para masticar algunos alimentos o para admitir nuevos, ofrecer
alternativas de alimentos, con diferentes sabores, textura y colores, sin forzarle y
dejarlo a su elección, con prevención sobre el consumo de grasas que poseen mejores
características organolépticas. Tener en cuenta la preferencia y aversión del niño
sobre los distintos alimentos y su actividad social.
Acostumbrarle a realizar las comidas en familia o con otros niños si lo hace en
guarderías, evitando la televisión, en un buen ambiente y relajado.
No premiar o recompensar a los niños con alimentos (riesgo de sobrealimentación y
de elección de alimentos con menor valor nutricional, como bollería, azúcares, etc.).
Niños de 4-6 años de edad
Características de esta etapa
Crecimiento estable (5-7 cm de talla y entre 2,5 a 3,5 kg de peso por año).
Bajas necesidades energéticas.
Persistencia del poco interés por los alimentos y de las bajas ingestas.
Consolidación de los hábitos nutricionales. Aprendizaje por imitación y copia de las
costumbres alimentarias en su familia.
Requerimientos
Energía: 1.800 kcal/día (90 kcal/kg peso/ día).
Proteínas: 1,1 g/kg peso/día (OMS, RDA), (65% de origen animal).
Calcio: 800 MG/día (RDI).
Suplementación con flúor: 1 mg / día si el agua de consumo es inferior a 0,7 mg / litro
(RDI. Contraindicadas las aguas con niveles superiores a 1,5 ppm (1,5 g/litro) de flúor
por el riesgo de fluorosis.
El resto de necesidades de nutrientes RDI se expresan en las tablas I y II, y los no
referidos se expresan como RDA en la tabla III.
Recomendaciones dietéticas
Distribución dietética: 25% en el desayuno, 30% en la comida, 15% en la merienda
y 30% en la cena. Recalcar que se aconseja el 25% de la distribución calórica en el
desayuno.
Distribución calórica: 50-60% de hidratos de carbono (principalmente complejos y
menos de 10% de refinados), 10-15% de proteínas de alta calidad y 30-35% de grasas,
con equilibrio entre las grasas anima-les y vegetales.
Aporte diario de alimentos de todos los grupos con una dieta variada y no más de un
25% de calorías en forma de un solo alimento.
Valorar los gustos, las condiciones socioeconómicas y las costumbres del niño.
Vigilar los menús escolares. A modo de ejemplo, se ofrecería como primeros platos:
verduras, legumbres, pasta, arroz; como segundos platos: pescados, carnes magras,
huevos con patatas, ensaladas o guarnición de verduras, y como postres: frutas, leche
o derivados lácteos. El agua debe ser la bebida de elección y el pan el
acompañamiento.
Los menús escolares deben aportar el 30-35% de los requerimientos energéticos y al
menos el 50% de las proteínas diarias. Deben adaptarse a la cocina tradicional, ser
atractivos y variados para su consumo, estar regulados en cuanto a macronutrientes,
micronutrientes y energía, así como presentar un riguroso control sanitario.
Programas de educación sanitaria en los colegios, como complemento de la familia,
sobre las mejores normas dietéticas.
Restringir a 1-2 horas diarias de televisión por su implicación en la obesidad, en la
tendencia a la vida sedentaria y en la incitación al consumo de determinados
alimentos.
ALIMENTOS FUENTES:
En la edad preescolar, la que corresponde al periodo de 3 a 6 años, el niño ya ha alcanzado
una madurez completa de los órganos y sistemas que intervienen en la digestión, absorción
y metabolismo de los nutrientes.
En esta etapa los niños desarrollan una gran actividad física, por la que su gasto energético
aumentará considerablemente, y por lo que deberá adaptar su consumo de calorías, a la nueva
realidad.
Desde el punto de vista del desarrollo psicomotor, el niño ha alcanzado un nivel que le
permite una correcta manipulación de los utensilios empleados durante las comidas, siendo
capaz de usarlos para llevar los alimentos a la boca.
Ellos observan e imitan, también en la alimentación. En la escuela, ese proceso se ampliará,
y el niño adquirirá hábitos nuevos debido a las influencias externas.
RECOMENDACIONES DIETÉTICAS GENERALES
FORMAS DE PREPARACIÓN:
ASADO: Es el alimento cocido directamente al calor, sin que medie un líquido,
incluyendo los cocidos a la parrilla, o al horno. Si la fuente de calor proviene de la
quema de madera, además de la cocción, aporta sabor al alimento. Hay hornos y
parrillas que funcionan con gas o con electricidad. El horno de micro-ondas, no
obstante su nombre, sirve para hervir no para asar.
ESCALFAR: es una técnica muy usada para cocer huevos, consiste en hervir en agua
con vinagre, uno o más huevos sin cáscara. Se logra un huevo parecido al huevo frito,
con la yema blanda cubierta por la clara cuajada y blanca. Esta técnica goza de fama
de difícil, pero con un poco de práctica y algo de cuidado, resulta muy fácil. Se puede
sustituir el agua por caldo, o agregarle sustancias como salsa de tomate. Si deseamos
cambiar el color del huevo, una buena opción es el caldo de remolacha.
Sumergir los alimentos en un medio que no permita que se alteren sus propiedades,
como pueden ser medios ácidos, como el vinagre, o el limón, o en sal.
El vinagre por ejemplo, sirve para preparar pepinillos, hortalizas, etc.
DENSIDAD:
Dado que el crecimiento es más lento durante estos años, también disminuye el apetito, y
esto a menudo preocupa a los padres. Los niños tienen menos interés en el alimento en el
alimento y más interés en el mundo que los rodea. Desarrollan durante esta etapa caprichos
alimentarios, durante los cuáles rehúsa consumir alimentos previamente aceptados, o pide
algún alimento particular en cada comida. Esta conducta es atribuible al hastío por los
alimentos habituales.
Los preescolares, debido a su menor capacidad y a su apetito variable, responden mejor a
porciones pequeñas de alimentos ofrecidas varias veces al día. Una regla general, consiste en
ofrecer una cucharada sopera de cada alimento por cada año de edad y servir más alimento
de acuerdo con el apetito.
La mayoría de los niños comen 4 a 6 veces al día, por lo que son importantes los refrigerios
como comidas en términos de lo que contribuyen al consumo total de nutriente al día. Los
refrigerios deberán seleccionarse cuidadosamente de manera que tengan una densidad de
nutrimentos apropiada; no se limitarán a galletitas, gaseosas y papas fritas. Asimismo, habrá
que seleccionar los alimentos que menos favorecen la caries dental.
Entre los refrigerios completos que les gusta mucho, figuran: fruta fresca, queso, varas de
vegetal crudo, leche, jugos de fruta, galletas de grano entero.
Además del gusto, otros sentido desempeñan una parte importante en la aceptación de los
alimento. En genera los niños preescolares prefieren sus alimentos tibios, Muchos niños no
aceptarán alimentos que se tocan entre sí en el plato, y no son populares las cacerolas ni los
platillos mixtos, excepto los tallarines o pizza.
No es raro que las galletas rotas no se consuman o que se rechace un emparedado porque”
está mal cortado”. Muchos niños pequeños son muy sensibles a la degustabilidad del
alimento y fácilmente detectan sabores desagradables o rechazan las verduras demasiadas
cocidas.
Los tazones, los platos y las tazas deberán ser irrompibles y lo suficientemente sólidas para
resistir a la volcadura. En los niños muy pequeños, a menudo es mejor un tazón cóncavo que
un plato plano, para facilitar el cuchareo. Las cucharas gruesas o de mango corto y los
tenedores permiten una sujeción más fácil y descansada.
Los niños pequeños por lo general no comen bien si están cansados, y habrá que considerar
esto cuando se programan las horas de las comidas y de juego. Una actividad tranquila o el
reposo justo antes de la comida darán lugar a una comida relajada y disfrutable. Para
estimular un buen apetito, no obstante, los niños necesitan mucha actividad motora y pasar
tiempo al aire libre.
No se les dará alimento o bebida alguna en un lapso de 1.5 h antes de una comida. El apetito
de un niño pequeño se satisface con poco alimento, por lo que hasta los pequeños refrigerios
disminuirán el apetito a la hora de la comida.
Variedad:
Balance:
Cantidad:
Opciones:
Cada grupo es diverso, así que puede escoger el que más le
convenga.
Grasas y dulces:
Colores:
Textura:
Sabores:
Mostrar a los pequeños los alimentos que debemos comer cada día.
Escojan alimentos saludables para servir en las comidas y las meriendas de las
loncheras.
Pidan a los pequeños que los acompañen al mercado y nombren juntos las frutas y
vegetales.
Sirvan porciones pequeñas a medianas y dejen que sus hijos le pidan más.
Siente a los niños a la mesa para las comidas principales y las meriendas y
desaliéntelos a comer parados o jugando.
No lo obligue a comerse toda la comida del plato. Esto podría llevarlo a comer de
más o a una aversión a la comida.
Trate que coma con otros miembros de la familia. Como ellos suelen imitar,
aprenderán los modales en la mesa.
Una buena alimentación y actividad física regular van siempre de la mano. Apoye y
acompañe a su hijo a realizar juntos ejercicios al aire libre
Promueva la actividad física: Se debe de animar a los niños a ser físicamente activos desde
una edad temprana. La actividad física ayuda a los niños a sentirse bien y promueve un apetito
saludable. Los deportes formales no son necesarios para tener buena forma física, y los niños
pueden beneficiarse de su apoyo y ayuda. Algunas sugerencias incluyen:
Mirar menos televisión.
Caminar al parque.
Involucrarse regularmente en
actividades divertidas con sus niños.
NUMERO DE RACIONES:
Los niños de edad escolar necesitan una variedad de alimentos para crecer fuertes y sanos.
Su apetito varía de un día al siguiente y pueden comer más o menos. Incluya alimentos de
todos los grupos. Ofrézcales a los niños raciones pequeñas, pero dígales que pueden comer
más si aún tienen hambre. Use estos tamaños para determinar a cuánto equivale una ración.
Es posible que los niños coman cantidades aún más pequeñas.
Recuerde que debe dejar que los niños decidan cuánto comer
PRODUCTOS LÁCTEOS
½ taza de leche (4 onzas)
4 onzas de yogur
¾ onza de queso
3 cubitos de queso
CARNE
1 onza de carne, aves, pescado os mariscos cocinados
1 rebanada de carne para sándwich
1 huevo median
1 cucharada de crema de cacahuate
1 rebanada de queso
¼ taza de chícharos o frijoles (rojos, pintos, lentejas)
¼ taza = el tamaño del puño de un niño
FRUTAS
½ taza de fruta machacada, rebanada o picada
½ taza de jugo 100% de fruta
4 a 5 fresas grandes
16 uvas
½ plátano mediano
VERDURAS
½ taza de verduras machacadas, rebanadas o picadas
1 taza de verduras crudas de hoja verde
½ taza de jugo de verduras
1 elote pequeño
6 zanahorias miniatura
GRANOS
1 rebanada de pan de trigo integral
1 taza de cereal listo para comer
½ taza de pasta o arroz cocido = 1 pelota de béisbol
1 tortilla (6 pulgadas de diámetro)
4 galletas saladas
2 galletas Graham
Ofrézcales todos los días alimentos de todos los grupos:
Productos lácteos: 2 a 2½ tazas
Carne (proteína): 3 a 5 onzas
Frutas: 1 a 1½ tazas
Verduras: 1½ a 2 tazas
Granos: 4 a 5 onzas
Carnes y derivados
Menos de 6 veces a la semana, la ración equivale a 50 g.
El jamón, fiambres magros y embutidos deben tener un consumo semanal.
Pescados
Mínimo 4 veces por semana.
La ración equivale a 65 g por lo que en una comida normal administraríamos
2 raciones o 130 g
Huevos
Hasta 3 veces por semana.
Una ración son dos unidades.
Cereales y féculas
Todos los días en almuerzos y cenas.
Deben consumirse a diario en las comidas principales: pan, arroz, pasta, papas
o cereales.
Una ración de pan blanco o integral son 20 g, de pan tostado, arroz y pasta
con 15 g.
Legumbres
2-4 veces por semana.
Cada ración son 15 g en seco (lentejas, garbanzos, judías blancas, guisantes).
Verduras y hortalizas
Todos los días en almuerzos y cenas.
Tomar cada día al menos una ración de verdura fresca (ensalada).
Dependiendo de la verdura una ración oscila entre 200-300 g.
Frutas frescas
3 piezas al día de tamaño moderado equivalen a 6 raciones.
Una ración dependiendo de la fruta oscila entre 50-100 g de fruta.
Azucares y dulces
Controlar la cantidad.
Consumo ocasional.
Comidas rápidas
Consumo esporádico.
Aceites y grasas
Moderar la cantidad.
Especialmente recomendado el aceite virgen de oliva.
Miscelánea
Repostería, refrescos, snacks etc.
El consumo debe ser esporádico.
PROPORCIONES Y TIPOS DE ALIMENTOS A LO LARGO DEL DÍA
La mayoría de los niños y niñas a esta edad realizan 3 comidas principales al día y 2 snacks
o tentempiés.
Desayuno
La comida del mediodía es la que aporta globalmente más energía, proteínas y grasas. Un
alto porcentaje de niños y niñas utilizan los comedores escolares (aproximadamente un 20%),
por este motivo en estos centros de alimentación colectiva, así como en los domicilios, se
debe tener en cuenta la preparación, el tamaño de las raciones y un ajuste de macro y
micronutrientes especialmente calcio, folatos, cinc y hierro.
El menú puede consistir en un primer plato a base de verduras y legumbres, pasta o arroz; un
segundo plato de carne magra, pescado o huevos y el postre, preferiblemente fruta o un
lácteo.
Deben evitarse los productos de bollería, las salsas y alimentos manufacturados. La carne
debe prepararse de manera que se facilite la masticación (albóndigas, filete ruso, carne
guisada, etc.) y se debe evitar la presencia de espinas en los pescados.
Merienda
Dependiendo del nivel de actividad física del niño y de la niña y su alimentación el resto del
día pueden suplementarse en esta comida las raciones de lácteos, frutas, hidratos de carbono
con un pequeño bocadillo, etc. sin olvidar nunca el agua como bebida fundamental.
Cena
Debe servir para que toda la familia equilibre la dieta, teniendo en cuenta los alimentos que
se han ingerido el resto del día.
Debe ser más ligera y sencilla que el almuerzo; ensaladas, verduras, cremas, sopas y como
complemento pescados, carnes o huevo, teniendo en cuenta lo que no se haya comido al
mediodía.
Una cena adecuada ayuda a dormir mejor.
LONCHERAS ESCOLARES Y RECOMENDACIONES:
La lonchera escolar es una comida que se da a media mañana y que cubre una parte del
requerimiento de la alimentación del niño. Está compuesta por cuatro grupos de alimentos
que van a proporcionar al organismo parte de las sustancias que los niños necesitan durante
el día y así lograr un rendimiento y concentración en el centro educativo estos alimentos
deben ser fácil digestión, variedad, contraste en colores y preparación.
Los cuatro grupos de alimentos que debe contener la lonchera escolar son:
I. Alimentos energéticos: brindan energía para realizar actividades. Comprenden a los
carbohidratos, azucares y grasas. Ejemplo: las harinas (pan, galletas, queque, budín),
mantequilla, dulces caseros como mazamorra de frutas y cereales.
II. Alimentos formadores o constructores: involucran a las proteinas principalmete
componentes de las estructuras corporales como musculos, visceras, cerebro, etc. Son
indispensables para el crecimiento y desarrollo del niño. Ejemplo: pescado,
preoductos lacteos (yogurt, queso, etc.), huevo y en los productos de origen vegetal
como las habas, soya, semillas oleaginosas (pecanas, maní).
III. Alimentos protectores o reguladores: aportan principalmente vitaminas, minerales
y fibra. Estos los encontramos en las verduras y frutas.
IV. Agua: participa en una gran variedad de funciones dentro del organismo. Su perdida
a traves de la transpiracion sobre todo cuando se realiza actividad fisica o en climas
calidos puede disminuir el rendimiento fisico de niño y de cualquier persona, por lo
tanto es importante asegurar un aporte continuo de la misma.
Composición de la lonchera escolar
La lonchera escolar aporta el 10% al 15% de las recomendaciones dietéticas del escolar. Cada
lonchera debe contener de 150 a 300 calorías como mínimo y no reemplazan al desayuno ni
al almuerzo. Esta cantidad de calorías está en relación con la edad, estatura y actividad, física.
La lonchera de un pre-escolar debe tener entre 150- 200 cal mientras que la de un escolar
debe estar entre 200- 300 cal.
La lonchera no debe contener bebidas artificiales, embutidos, salas, comida chatarra ni
golosinas debido a que estos alimentos aportan energía que no es utilizada por el organismo
para sus funciones vitales sino más bien es almacenada como grasa. Además, estos alimentos
contienen elevadas cantidades de azúcar y grasa de tipo saturada e hidrogenada o también
llamadas grasas trans responsables de elevar el colesterol sanguíneo y promovedor de
enfermedades cardiacas.
Recomendaciones para preparar la lonchera escolar
Una forma de garantizar que el niño consuma todos los alimentos incluidos en la lonchera,
es hacerlo participar en la preparación y la selección de los mismos. Se debe lavar diariamente
la parte interna de la lonchera para prevenir enfermedades, sobretodo en temporada de
verano, donde los residuos se descomponen con mayor facilidad que en el invierno y pueden
convertirse en focos infecciosos de enfermedades gastrointestinales.
Se debe usar una servilleta de papel o tela limpia antes de colocar los alimentos en la lonchera,
de este modo se evita el contacto con la superficie de la misma.
Se debe mandar la fruta entera con toda la cascara para no desaprovechar la fibra
y evitar la oxidación de la pulpa con la consecuente pérdida de nutrientes.
Utilizar muchos colores, sabores, texturas y formas para hacer la lonchera más
apetecible.
Las propinas es un tema importante de tratar y conviene evaluar si vale la pena
dárselas en la mañana antes de ir al colegio. Un chocolate, una galletas con relleno
puede terminar con el poco apetito del niño. Además, no solo no come los
alimentos incluidos en la lonchera sino que tampoco almuerza cuando llega a
casa.
En ambientes calurosos, se debe colocar adicionalmente una botella de agua
natural.
Seleccionar alimentos de la temperatura y adecuados al clima.
CONCLUSIÓN:
Se deben fomentar hábitos alimenticios saludables desde la niñez, para prevenir caries
dentales, sobrepeso, obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes y neoplasias entre
otras complicaciones que se manifiestan en la adultez. Las loncheras no reemplazan el
desayuno ni al almuerzo. Del 10 al 15% es la recomendación dietética para elaborar una
lonchera escolar. Para elaborar una lonchera escolar, hay que tener en cuenta los cuatro
grupos de alimentos y la actividad tísica.
La orientación hacia los padres de familia y profesores sobre alimentación en el escolar y
manipulación de alimentación en el escolar, todavía es muy poca la investigación que se ha
hecho sobre consumo por parte de los niños, alimentos que frecuentemente la integran,
influencia de la publicidad engañosa, entre otros elementos.
Una buena nutrición y la práctica de ejercicio es la primera línea de defensa contra
numerosas enfermedades infantiles que pueden dejar huellas en los niños de por vida.
La ingesta de nutrientes es distinta en función de las distintas etapas de su evolución.
La alimentación es la base necesaria para un buen desarrollo físico, psíquico y social
de los niños. Por ello, una dieta saludable es vital para que su crecimiento sea óptimo
La leche materna es la mejor fuente de nutrición para el primer año del infante porque
contiene las cantidades apropiadas de carbohidrato, proteína y grasa
Para una adecuada nutrición y por otros grandes beneficios, se recomienda que los
bebés sean alimentados con leche materna durante el primer año de vida y se debe de
comenzar a introducir alimentos sólidos después de los seis meses de edad o antes,
pero siempre de acuerdo a la recomendación de tu pediatra.