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Desarrollo Temático
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DESARROLLO TEMÁTICO
Contenido
Se inicia el artículo con un apartado relacionado con las prácticas clínicas en entredicho,
refiriéndose a las prácticas del tratamiento farmacológico y la Terapia Cognitiva (TC). Aquí, se
revisa las relaciones temporales entre el uso de antidepresivos y el incremento en las tasas de
prevalencia o incidencia de dicha problemática. El autor refiere que en este sentido la
medicación no ha sido la solución para este tipo de problemática y los avances en la misma no
han permitido mejoras en los tratamientos, ya sea en la sintomatología depresiva severa o en la
leve. Además, sugiere que, según la investigación de Dimidjian (2006), la AC ha mostrado ser tan
eficaz como la medicación, por lo tanto, se cuestiona el paradigma referido comúnmente de
que el tratamiento de elección para la depresión es la medicación y las directrices
gubernamentales de las políticas de salud frente a la elección del tratamiento.
Por otro lado, se cuestiona la TC, la cual ha mostrado eficacia en la intervención de la depresión
y cuenta con bastante apoyo empírico de su eficacia. No obstante, lo que parece prevalecer en
la crítica es si realmente lo que funciona de la TC son sus componentes cognitivos, ya que estos
son las bases del tratamiento que se sustenta bajo un paradigma cognitivo (tanto en la
explicación de la depresión como en el blanco de tratamiento). Estos cuestionamientos de la TC
se mantienen vigentes debido a los resultados de dos estudios de desmantelamiento (Jacobson,
1996; Dimidjian, 2006). En dichos estudios, el componente de AC mostró ser igual de eficaz que
el tratamiento completo, lo cual, sugiere que posiblemente los componentes relacionados con
la reestructuración de pensamientos automáticos y reestructuración de creencias centrales o
nucleares parecen no aportar nada al resultado.
“La depresión sería más una situación en la que uno está que algo que uno tiene dentro de si”.
Estos estudios son representativos dentro del surgimiento de la activación conductual como
terapia de tercera generación. No obstante, sus raíces van más atrás en la historia de las
terapias de conducta. EL artículo de Ferster (1973), Análisis funcional de la depresión, sienta las
bases dentro de las terapias conductuales y el análisis funcional desde una perspectiva
contextual. Ferster propone que la depresión consistiría en la reducción de conductas
reforzadas positivamente y en el incremento de conductas reforzadas negativamente.
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Ilustración 2. Melancolía de Eduard Munch “La depresión no sería sino una forma posible de estar en el mundo, dadas las circunstancias”
Imagen tomada de: https://goo.gl/tr5fcB
Dentro del apartado de filosofía contextual, el autor hace un recorrido por el retorno en la (Pérez Álvarez, 2007)
tercera generación de terapias conductuales a las raíces contextuales, en las cuales se Imagen tomada de: https://goo.gl/1KaHov
fundamenta; describe cómo en la segunda generación de terapias se desdibuja el
contextualismo y el carácter ideográfico de la primera generación. Dentro de esta mirada La forma de entender la depresión en contexto se podría reducir a los siguientes componentes
contextual, los denominados síntomas no se asumen como manifestaciones de causas internas, que van a ser determinados en cada caso particular: El primero, son las circunstancias
son tomados como lo que son, conductas, por lo cual, tienen una función en el contexto donde personales o los eventos de vida negativos; segundo, la disminución de alicientes, reforzadores
ocurren. o valores; tercero, los problemas secundarios enmarcados dentro de la evitación (quedarse en
cama, inactividad, rumia de pensamientos); y cuarto, todo esto seguido por los denominados
En cuanto al tratamiento, la filosofía contextual concibe el papel del terapeuta como consultor o “síntomas” como tristeza, fatiga, desánimo. Estos componentes tienen un interjuego a manera
entrenador, que genera un papel complementario de consultante o cliente, a diferencia del de de ciclo con relaciones bidireccionales con cada uno de ellos. Es importante tener en cuenta que
paciente o enfermo. Esto convierte la terapia en una tarea encaminada a llevar a la persona a esto no constituye una plantilla a aplicar en cada caso, el fundamento para entender la
solucionar los problemas presentados, en otras palabras, a hacer que el cliente “sea un agente problemática de cada consultante está en el análisis funcional, o mejor “el aspecto decisivo es la
activo en cambiar las condiciones reales de las que depende su problema”. (Pérez, 2007, p.101) función no la forma”. (Perez, 2007, p.102)