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intelectual andino
Alberto Valdivia-Baselli
Resumen
Leemos la obra teatral quechua El hijo pródigo del mestizo-criollo peruano Juan Espinosa
Medrano, como ejercicio ideológico de formas de desestabilización de los sistemas
epistemológicos del orden colonial andino del siglo XVII: construcción poscolonial de alteridad
desde un sujeto discursivo resistente que confronta los poderes de la metrópoli en América a
partir de una escritura en colisión cultural, desplazamiento y heterogeneidad; reapropiación del
barroco hispánico como sistema de pensamiento hegemónico y constituido de poder (y de
reapropiaciones de poder) en desplazamiento semántico y simbólico del auto sacramental
quechua frente a su matriz bíblica y frente a su retórica hispano-cristiana. Finalmente,
verificaremos a El hijo pródigo como una expresión constitutiva del discurso de validación de la
voz andina como dispositivo de pensamiento americano: el intelectual andino quechua mostrado
como un sujeto adelantado a la hermenéutica de la ideología hispánica-eurocentrista, productor
de saberes y no solo consumidor de los mismos.
Palabras clave: Hijo pródigo, Espinosa Medrano, reapropiación, intelectual andino, tensión
cultural colonial, reposicionamiento del orden epistémico
El hijo pródigo (The prodigal son): Ideological appropriation, political confrontation, and
Abstract
We read the quechua play El hijo pródigo by peruvian mestizo-criollo Juan Espinosa Medrano,
as an ideological exercise in form of epistemological system of resistance towards the colonial
order of the Andes during the XVII century: the postcolonial construction of alterity by a
resistant discursive subject that confronts metropolitan powers in America, using writing in a
context of cultural collision, displacement and heterogeneity; reappropriation of Hispanic
baroque as a hegemonic system of thought built out of power (and out of reappropriations of
power). This speech will be analyzed as a semantic and symbolic displacement produced by the
quechua’s auto sacramental before its biblical mattress and its Hispanic-Christian rhetoric. As a
consequence, we’ll discover El hijo pródigo as a constitutive expression of the Andean
validation speech (and American dispositive of thought) of the Andean quechua intellectual,
established as a subject thinking ahead of the Hispanic-Eurocentric hermeneutics ideology, not
only as a consumer of knowledge but creator of it.
Keywords: Hijo pródigo, Espinosa Medrano, reappropriation, intellectual of the Andes, colonial
Proponemos la obra teatral quechua El hijo pródigo, atribuida al mestizo-criollo peruano Juan
orden colonial instituido en el Perú del siglo XVII: 1) apropiación ideológica del discurso
Para proponer este sistema de flujos de capital simbólico, sería importante asumir que el texto es,
tanto en esta obra teatral como en Usca Páucar (Chang-Rodríguez 1991: 212-213); empero los
gestos decolonizadores que propondremos no solo funcionan dentro de un trabajo autorial sino
en el seno de un Zeitgeist mayor que proviene desde Guaman Poma de Ayala o Titu Cusi
suficiente para las proyecciones ideológicas, políticas y culturales que señalaremos en este
trabajo.
sustentar que este movimiento hermenéutico no solo es válido en la lectura desde la matriz
poscolonial del texto sino en la lectura colonial del mismo, como producto de un tiempo y una
criollo, tema por dilucidar) recibió un trato desigual por parte de la administración eclesiástica y
pospuso sus promociones (su acceso a diferentes instancias de poder administrativo) por razones
cambio epistémico que implica el famoso texto de Espinosa Apologético en favor de D. Luis de
con el mundo indígena (o intelectual indígena) que pretendiera desarrollar una postura política
Como bien señala Beverley (2008) el Apologético hace un distingo moderno entre la poesía
estilístico-lingüística y la del poeta vate (teológica) que revela verdades en la misma materialidad
de su escritura. Beverley hace referencia a los análisis que se han hecho sobre las declaraciones
que el mundo letrado veía a la intelectualidad americana (126-127), pero el centro de las
proyecciones ideológicas que este texto propone están en el cambio político y epistémico que
Hay, por lo tanto, dos giros epistémicos que se producen en el Apologético que sustentarán la
lectura resistente y crítica de El hijo pródigo; una directa y otra indirecta: 1) el intelectual andino
Espinosa Medrano está en este texto, y en sus textos dramáticos, lidiando con la modernidad en
(Mignolo 2008) y, por lo tanto, actúa frente a esas formas de flujo de capital simbólico en la
The logic of coloniality can be understood as working through four wide domains of human
experience: (1) the economic: appropriation of the land, exploitation of labor, and control of
finance; (2) the political: control of authority; (3) the civic: control of gender and sexuality; (4)
the epistemic and the subjective/personal: control of knowledge and subjectivity. (11)
El cambio epistémico que propone la escritura del Apologético implica un movimiento en las
metropolitano y criollo letrado colonial, en donde el sujeto letrado americano se posiciona como
subalterno pero se replantea en contra de ese locus de elocución no siendo sujeto a control de
conocimiento y de subjetividad, más bien, produciéndola en contra del centro del poder.
Textos como el Apologético o los dramas quechuas coloniales como El hijo pródigo no
pretenden replantear el poder en sí, ni reconfigurar los centros de poder en un sistema colonial,
en un ámbito político hegemónico, sino replantear el sistema de poder, sobre la base de derechos
epistémicos. La periferia política no pugna por el centro político en este caso sino por la
constitución del derecho a ser construido por sí mismo y no a ser invención del centro. Esta
no) está en la base de gran parte de la finalidad y de los mecanismos del auto sacramental El hijo
pródigo en quechua, ya que este incorpora en su dinámica estética e ideológica dos movimientos
Guaman Poma y desde los ecos discursivos de Vilcabamba: 1) reapropiación del sistema
Primero, El hijo pródigo atribuido a Espinosa Medrano se apropia de la parábola de Lucas del
matriz de divulgación católica se instaura en el centro de la retórica del texto como significante
inestable, el que va a ser cooptado de semántica sutil y alegórica para lograr los propósitos de
resistencia y reconfiguración epistemológica ya señalados. Por otro lado, el texto usa la matriz
retórica del auto sacramental, texto literario (teatral) de divulgación ideológica que, en El hijo
pródigo quechua colonial es forma del significado (sistema estructural) pero no sustancia de
colonial, al giro epistemológico y a las producciones de significado que se tensionan entre las
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texto teatral que utiliza de modelo Espinosa Medrano es, probablemente el auto del español Josef
signos y significantes para construir ecos ideológicos probablemente más fáciles de decodificar
Segundo, como bien lee Boisset-Brindle (2010) los significados ocultos de El hijo pródigo
pertenecen a una estructura general de virtuemas alegóricos en las que están incluidas las demás
catequizadora de la obra (base ideológica) funcionan como significante vaciado que construye
Metrópoli, en el centro, y en las periferias criollas, El hijo pródigo es un evento dramático que
interviene una comunidad política particularmente periférica (el otro del otro americano),
indígena y quechua letrada. Cierto es que se debe asumir una heterogeneidad importante en la
escena teatral colonial, pero las restricciones que implica la lengua quechua permite que
asumamos que la matriz ideológica que pretendía este auto sacramental intervenir estaba en el
en Lucas y la apropiación del texto en el sistema sígnico del mundo andino. La primera señala el
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giro mundano que se le propone al espectador americano y la segunda, la definición del locus
Están los específicos lugares geográficos, todos en la región andina, como Potosí, conocido
centro minero de donde se extrajo abundante cantidad de plata durante la época colonial; o
Laicacota, que es otro lugar de donde se extrajo plata; y Condorama, región minera en la zona del
Colca (Arequipa) de donde se extrae oro y plata hasta hoy en día. Aparecen también prendas que
conformaron la vestimenta del Inca como el champi; arma de combate en forma de hacha e
insignia real del Inca (Meneses 260); la maskapaycha; borla de color rojo que iba sobre la frente
del inca (Meneses 518); o el llauto; banda tejida con lana de vicuña e hilos de oro que los incas
llevaban alrededor de la cabeza (Meneses 90). (Boisset-Brindle: 129)
El panorama en que se inserta en el texto es, por lo tanto, andino (se agregan alimentos y bebidas
de personajes andinos simplemente, sino tensar esa interacción cultural en el seno del signo y
Espinosa Medrano escondió una denuncia hacia el conquistador español en El hijo pródigo, ya
sea contra la autoridad civil: virreyes enviados desde la península para ocupar tal cargo,
gobernadores que fueron antes conquistadores y fundadores de ciudades; o la autoridad religiosa,
es decir, los clérigos que vinieron desde España o que nacieron en territorio colonial. (Boisset-
Brindle: 129)
El cambio epistémico que se propone en El hijo pródigo es notablemente potente, porque implica
una crítica epistémica al europeo colonizador desde el interior de la estructura ideológica que
arrepentirse, regresar a casa del padre para lograr la salvación. En el auto quechua, el hijo
(andino) y debe retornar a casa del padre (‘Kuyaj Yaya [Padre Amoroso]), en un doble giro
interpretativo: retornar a España y/o a los valores cristianos que respetan la creación, el mundo
tenso, y disponible para la lectura de los sujetos coloniales quechuas a los que iba dirigido el
auto.
Boisset-Brindle, además, pone en evidencia el hecho de que es Cristiano el nombre que lleva el
hijo pródigo (uno de los pocos casos de nombres en español del auto), lo que haría coincidir al
hijo pródigo con la República de Españoles en el Virreinato del Perú. Además, la ambición
desmedida de U´ku (alegoría del cuerpo y criado de Cristiano) sería fácilmente, en contexto
andino quechua, identificada con la sed materialista de los españoles y no con ningún peligro del
U´Ku
¡Dámelo!
Diez veces beso,
Mil veces os beso,
Blancas mazorcas de Potosí
Papas de Laikakota y Pacus
Y hongos de Condoroma.
Sois la alegría de mi corazón
Con vosotros se vive alegremente;
Con vosotros mi vientre
No morirá de hambre.
Sólo de teneros en las manos,
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El eje del giro ideológico en que Espinosa Medrano nos proyecta para desplazar el pretendido
sujeto receptor de la parábola del indígena al español colonizador son los versos que relacionan
comida (frutos de la tierra) con los metales preciosos de lugares mineros paradigmáticos de la
Por otro lado, la salida del hijo pródigo de casa (la España católica) para conocer el mundo, en el
auto quechua está claramente relacionada con el mundo andino: lo que viene a conocer Cristiano
real inca), armado con el champi (arma noble inca): “MUNDO, das Haupt mit der Maskapaicha
geschmückt, mit dem Champi bewaffnet, begleitet von ‘POSOKO, PILLUNKOI und HUAINA
Mundo
1
UKU.
Kohuai caiman!
Chuncataraj much’aicusaj,
Much’aicusaj huarankata.
Potosi parakai chojllo,
Laikakota Pacuspapa
Condoroma k’allampa
Sonkoypa cusinmi canqui
Kanhuanmi cusi causana
Mana kanhuan-ka yarkaimanta
Ch’unchullñiypas kamparmanan,
Kam maquiypi captiyqui-ka
Tonkorñiypas ‘hok’oyanmi.
‘Huj maquiypi sani champi
‘Hujpiri kollke takaska (Middendorf 1841: 10)
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real, ya que en el original el quechua expresa un predicado nominal de existencia (Ñoka [Ñuqa],
cani ´yo´, ´soy´, Apu Mundo ´el gran-importante mundo´) y no de función (“soy el amo del
mundo”), como se propone en la traducción que manejamos. Esta diferencia aboga en favor de
un locus más mundano y, al ser el mundo un inca, absolutamente relacionado con tierras andinas.
El verso “Pronto le haré olvidar a Dios” con que se cierra este fragmento es también esencial
sustantivos como Dios, en Diospa, es un posesivo genitivo que puede significar mi o tu. Sin
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Sonkonta, animanta apasaj.
Ñoka Apu Mundo cani,
Koriy kollkey sunt’u sunt’um.
‘Hanaj pachata ‘kahuariy:
Sumaj k’anchaj koillur.inpas
Cai llait’uypa piñillanmi,
Chai ankas kespi catananpas
Ñokap yakollacunaymi;
Kori sun’ka Intim caskaypi
Sumaj k’anchan, rauran ‘panchin.
Cakeyhuan, ‘kapaj cayñiyhuan
Diosta u’t’kai konkachisaj. (Middendorf 1841: 15)
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embargo, fundamental es que el dios al que se refiera la obra no sea ningún dios andino sino el
dios extranjero, el dios hispánico. Pese a la andinización propuesta por el auto sacramental,
referencias clave como Dios o Palabra de Dios (personaje que se envía a guiar a Cristiano en su
camino por el mundo, símbolo de la moral cristiana) no son andinizados, incluso cuando son
dios cristiano construyendo una tensión epistemológica muy conveniente: el dios al que se
refieren es extranjero, por lo tanto, extraño al mundo andino; el dios extraño al mundo andino es
el que se pretende enseñar como el verdadero, por ello la imposibilidad de ser alegorizado
identificándolo con algún dios del panteón andino (Inti, Wirakocha, etc.). El movimiento de
Otro paralelo importante que se desarrolla en la obra entre la peripecia de Cristiano y la imagen
haciéndoles recordar a los espectadores las tentaciones en las que los conquistadores cayeron al
forzar sexualmente a las vírgenes del sol incas y a otras mujeres del imperio. El doble
culpable de la lujuria del hombre está también presente en la primera lectura de Aicha, pese a
que el espectador andino relacionaría fácilmente al Cristiano llegado a tierras incas lleno de
deseo por Aicha con el conquistador que deshonró a las mujeres del Tawantinsuyo.
perdición de Cristiano es producida por el juego de azar. Había una cruzada muy importante en
el mundo católico en contra de los juegos de azar, en los que se veía la corrupción y la
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decadencia espiritual y el mal. Sin embargo, es interesante la implicancia que el juego de azar
tiene con la codicia por el dinero que involucra otra vez el mensaje cristiano catequizador
colonial, que en un juego de azar se aventuraron al Perú por codicia de metales preciosos.
Cristiano juega a los dados con varios personajes del mundo (incluso con el criado del Mundo y
con Aicha) y va perdiendo, poco a poco, todo lo que tenía (paralela decadencia material y
moral).
El hecho de que todas estas debilidades puedan atribuirse tanto al español como al
indígena, coloca a ambos pueblos en el mismo plano cualitativo. Esto es sumamente
relevante en cuanto es consistente con la ideología de Espinosa Medrano (Boisset-
Brindle: 141)
En la versión española del auto no existe el personaje alegórico U´ku, cuerpo, compañero de
Cristiano y, en buena medida, responsable de la perdición del mismo. Este símbolo, en la versión
matriz providencialista cristiana está inserta (tomemos en cuenta que Espinosa Medrano era un
clérigo convencido de su fe) y la didáctica moral era uno de sus puntos teleológicos
fundamentales.
Es evidente, pues, que El hijo pródigo señala un cambio epistémico desde el letrado a las clases
heterogéneas del mundo andino (gracias al alcance oral del teatro) en donde la producción de
representación, en la lectura alegórica del texto que el quechuahablante colonial pudiera hacer,
devuelve a los americanos quechuas del área andina sus derechos epistémicos a determinarse
Sabena (2011) nos recuerda que una de las formas con que se buscó construir capital cultural en
evidente de este sistema de agencia frente a su condición de letrado periférico, como hemos
señalado supra.
Esta elitización del sistema retórico que propone el sistema de capital simbólico en el que se
desarrolla Espinosa Medrano sería también pista fundamental para comprender la existencia y
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esperaría proponer derechos epistémicos al pueblo indígena todo sino al letrado quechuahablante
receptor de su teatro. Los americanos, como los europeos, dignos de construir conocimiento, y de
construir los conceptos que los constituyen como objeto de conocimiento, son solo aquellos que
pertenecen a la comunidad (ciudad) letrada, aquellos pocos que realmente comprenden porque
saben y no la generalidad de la población. Aquí podemos descifrar otra razón por la que los
pretensión política y epistémica hubiera sido muy diversa según el diverso público que la viese:
al lego, la doctrina moral; al letrado, el giro epistémico. Sin embargo, ni siquiera el mismo
Espinosa Medrano podría haberse adelantado a las lecturas de su propuesta alegórica, pese a su
probable intención elitista. La red ideológica en la que se movía Espinosa Medrano proyectaba
sobre él este tipo de jerarquizaciones resultado del pensamiento de la red cultural europea de la
Espinosa Medrano forma parte activa de esa ciudad letrada que maneja los signos en el
espectáculo del poder virreinal, acudiendo a su legitimación. El más encendido alegato de la
retórica gongorina está en la construcción del texto del Apologético donde emplea los recursos del
escritor español. . . . El Apologético exhibe las marcas de nuestra producción crítica. Por un lado
se trata de un discurso colonizado donde se observa los procesos transculturadores que permiten
la emergencia de un paradigma enajenante y la ausencia total de un referente, que se hace más
presencia en eso mismo. Pero también supone la osada apropiación de la palabra del colonizador
y su transformación. (Perili 72-73)
desarrolla sus propios desplazamientos, trazos y différences que la atraviesan como producto
colonial tensionado desde el mundo andino. Espinosa Medrano pudo manejarse dentro del
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Metrópoli, pero no dejó de lado la voz de la resistencia en aquello que sentía como deber letrado
subversivas.
Por otro lado, el uso del quechua en el auto sacramental y la andinización de la parábola bíblica
producen en sí mismos tensiones que reparten ecos ideológicos en muchas direcciones. Como
quechuizar algunos conceptos y otros no, señala una propuesta ideológica particular que permite
ambigüedades en la lectura. Sin embargo, el mismo hecho de que el quechua exprese una
quechua en este texto no es, por supuesto, un vehículo vacío de los valores cristianos
texto, es el acto, la materialidad de la resistencia, el signo del pueblo vencido que lucha por no
ceder culturalmente y ser arrasado como matriz de pensamiento. Incluso dentro de la lógica
colonial letrada (de capitalización simbólica) en la que está inserto El Lunarejo, su quechua es el
quechua de la cultura andina subalterna, resistente y constructora de una voz mestiza americana.
Es esta tensión la que permite y produce la alegoría resistente en El hijo pródigo y la que se
de azarosas coincidencias, y si en muchas crónicas hay constancia más o menos obvia de estas
fracturas internas, en algún momento insubsanables, como en las de Garcilaso o Guaman Poma; y
si –por otra parte—ambos géneros delatan que el orden fundamental de sus relaciones no es otro
que el de los conflictos más ríspidos, entonces el examen del discurso opuesto, el de la
homogeneidad, no puede menos que abismar aún más el contenido y el funcionamiento de la
categoría de contradicción. (82)
Las fracturas ideológicas, los conflictos de poder, las tensiones culturales son compendios de
significados que se proyectan más allá de los intereses letrados, políticos y epistémicos de
Espinosa Medrano, pero que, a su vez, forjan su plataforma básica para poder constituirse en la
voz del cambio epistémico, de la resistencia letrada quechua y, al mismo tiempo, espejearse en
un alter ego colonial que lucha en la ciudad letrada por el poder simbólico al interior del sistema
Bibliografía
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