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Nuevos Movimientos y Grupos Religiosos

Panorama actual
En la actualidad, la cultura occidental, ha cambiado su manera de creer
y de concebir a la religión y las experiencias religiosas. No es que la gente cree
menos, sino que cree de una manera diferente.
Las razones de este cambio son diversas, aunque podríamos describir las
tres más significativas, y que expone el documento pontificio “Jesucristo portador
de agua viva”.
La primera razón de este cambio es la sensación de que las religiones
tradicionales e institucionales no alcanzan a dar una respuesta a las necesidades
del hombre actual. Algunas personas ya no encuentran espacio para creer en un
Dios trascendente y personal. El mundo vive mucho desconcierto ante la miseria,
la pobreza, la guerra, el dolor, el sufrimiento y se ha vuelto desconfiado y
escéptico con respecto a la religión.
Otra razón para explicar este cambio es la propuesta de volver a una
religión más ligada a la naturaleza y al ecosistema.
Por último, es evidente también en la cultura actual que las personas van
en busca de nuevas experiencias y sensaciones.
Es así como se han abierto a la exploración de otras propuestas de
espiritualidad tales como la meditación, nuevos caminos de sabiduría y prácticas
esotéricas, entre otras.
Muchas personas por otra parte, tienen la idea de que se puede llegar a
una forma universal de religión, integrando algunos elementos de las diversas
religiones tanto monoteístas como panteístas.

Los Nuevos Movimientos Religiosos (NMR)


La expresión “Nuevos Movimientos Religiosos” está aceptada por la
mayoría de los sociólogos, teólogos y educadores para designar a ciertos grupos
que vienen desarrollándose desde hace aproximadamente cuarenta años.
Es muy difícil agruparlos en una categoría única, pues poseen variedad
de fuentes culturales y religiosas. Algunas de sus raíces se remontan a antiguas
tradiciones y otros constituyen fenómenos más recientes.
Existen movimientos que tienen sus orígenes en tradiciones orientales;
otros han surgido como movimientos de tradición cristiana; otros del encuentro
de sociedades tribales con las religiones universales, y también hay una gran gama
de grupos secretos y gnósticos.
Aún dentro de la tradición oriental o cristiana, existe a su vez una
múltiple diversidad. La práctica del yoga, la meditación, la devoción, las prácticas
esotéricas, etc. Igualmente, en la tradición cristiana, algunos movimientos se
consideran a sí mismos como restauradores de la verdadera Iglesia; otros como
destinados a cumplir fielmente la misión cristiana.
Cuando se dice “nuevos”, en realidad esta novedad no se refiere a su
fecha de aparición, sino más bien a la fecha de su incursión o difusión en una
determinada zona geográfica y cultural determinada.
Asimismo, cuando se les califica de “religiosos”, no siempre es adecuada
esta expresión, ya que algunos de estos grupos no están de acuerdo con ser
denominados de esa manera.
La denominación “Nuevos Movimientos Religiosos” ha sido utilizada
también en varios documentos eclesiales. La Iglesia ha analizado profundamente
las características de estas nuevas realidades ofreciendo elementos de
discernimiento para el diálogo, la acogida y la aceptación de la diversidad
religiosa, sin caer en errores, frente a la enorme diversidad.

Una clasificación de los NMR


Como ya hemos dicho, es difícil hacer una clasificación exacta. Sin
ánimo de incluir a todos, hemos optado por una clasificación sencilla,
agrupándolos en tres tipos:
Esta clasificación no obstante, no es estática, ya que hay grupos que
incluyen elementos de distintas procedencias.

Grupos de origen cristiano


A. Evangélicos.
Están constituidos por Iglesias procedentes en su mayoría de los Estados
Unidos, separadas a su vez del tronco de las Iglesias Históricas Protestantes.
A estas Iglesias Evangélicas se las puede denominar cristianas si
cumplen con los fundamentos básicos del Cristianismo según el Consejo Mundial
de Iglesias.

Los Nuevos Movimientos Religiosos en el Perú


En el Perú existe una entidad llamada Concilio Nacional Evangélico del
Perú (CONEP), que agrupa a la mayoría de Iglesia evangélicas, con quienes se
mantiene un diálogo abierto y de mucha ayuda social en el país.
Las Iglesias más conocidas que la integran son:
- Iglesia Evangélica Asamblea de Dios
- Iglesia Evangélica Bautista
- Iglesia Evangélica Metodista
- Iglesia Evangélica Pentecostal
- Iglesia Evangélica Alianza Cristiana y Misionera
- Evangélica Dios es Amor entre otras
Existe también otra organización llamada Unión de Iglesias Cristianas
Evangélicas del Perú (UNICEP), creada el 20 de abril del 2003 que agrupa
diversas entidades religiosas evangélicas:
- Movimiento Misionero Mundial
- Iglesia Camino de Vida
- Iglesia Bíblica Emmanuel
- Centro Cristiano Vida
- Centro Cristiano Bíblico
Entre otras: Algunos lo dan por llamar “iglesias electrónicas, porque cuentan con
tecnología de punta para su difusión.

B. Para-cristianos o cuasi cristianos.


Son aquellos grupos que utilizan elementos o características cristianas,
pero no cumplen con los fundamentos básicos del cristianismo, ya sea porque
tienen sus propios libros sagrados que sustituyen a la Biblia, o bien versiones
adaptadas a sus doctrinas (el libro del mormón, sagrada escritura para el nuevo
mundo, revelaciones, etc.).
Otros mantienen un monoteísmo rígido bajo un solo Dios que es Jehová
y consideran que Jesús es sólo el Hijo de Jehová.
Algunos plantean que Jesús como hombre, descubrió que El mismo era
Dios a través de un camino de autoconciencia. Por lo tanto, cada hombre puede
llegar a esta autoconciencia, negando de esta manera la doctrina de la Trinidad y
ubicando a Jesús como un seudo Dios o un súper hombre.
Los grupos que promueven esta doctrina son:
- Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días (Mormones)
- Testigos de Jehová
- Iglesia Adventista del Séptimo día
- Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo Pacto Universal
Los grupos separados de las grandes Iglesias constituyen un apartado muy
complejo. Se les considera en esta clasificación como para-cristianos pues sus
orígenes se remontan a la lectura e interpretación de textos bíblicos, del mensaje
evangélico y de la tradición cristiana hecha por sus fundadores, pero su fe se
aparta sustancialmente del núcleo central de la fe cristiana, de las iglesias
históricas.

Los Grupos de origen oriental


Nacen como disidentes de las grandes religiones asiáticas, por lo tanto
sus creencias son muy distintas de las que profesan quienes pertenecen a la cultura
occidental. Sin embargo, para poder ingresar en esta cultura tuvieron que adaptar
su lenguaje. En sus creencias, consideran que el hombre se reencarna varias veces
hasta llegar a la perfección; promueven el yoga tártrico, la meditación
trascendental, la búsqueda del propio karma.
La fuente principal del pensamiento se encuentra en el Bhagavad-Gita.
Algunos de estos grupos son:
- Sokka Gakkai Internacional
- Asociación Mahikari-Luz de Vida
- Hare Krishna
- Ananda Marga
La meditación tal y como se entiende en la cultura oriental, no se refiere
a reflexión o pensamiento profundo (sentido comúnmente aceptado en
Occidente), sino exactamente lo contrario. Por meditación se entiende la
eliminación total de cualquier tipo de pensamiento, mediante la concentración de
la mente en un solo punto.
La experiencia de la paz interior se entiende como el logro de un punto
de concentración constante y utilizable en cualquier circunstancia.

Los grupos de origen cientista


Este tercer grupo es de mayor complejidad.
Poseen en común ciertas características y un cierto número de
convicciones que les anima a todos ellos.
Estas comunes convicciones consisten en ofrecer los medios para hacer
del adepto un “ser realizado”, posibilitarle el acceso a un nivel superior de
existencia y de autoconocimiento, liberar y sacar a flote todo lo divino que está
escondido en cada ser humano por medio de diversas técnicas psicológicas y
corporales.
Las fuentes de que se alimentan estos grupos proceden de la Biblia y del
Oriente, aunque remodeladas por la tradición esotérica occidental.
Se puede clasificar de la siguiente manera:
A. Cientistas o Cientificistas
Estos grupos no se asumen como una religión o como religiosos. No
reconocen un Dios personal como el de la tradición Judea-cristiana: un ser único,
trascendente y revelado. Creen que debemos prepararnos para un contacto con
“nuestros hermanos mayores”, los extraterrestres.

Algunos de estos grupos son:


- Iglesia de Cristo Cientista
- Iglesia de la Cienciología
- Misión Ramma
- Movimiento Raeliano

B. Teosofistas y Gnósticos
Estos grupos se caracterizan porque realizan un cierto sincretismo al
juntar filosofías antiguas occidentales con la revelación cristiana y algunas
doctrinas del oriente.
Consideran a la religión como la íntima relación de la mente con la
verdad, por esa razón, piensan que no es necesario entrar a formar parte de
ninguna “forma religiosa” para ser religioso.
La síntesis del pensamiento gnóstico se resume en dos principios:
disolver el yo, y levantar las columnas del Templo del Dios Vivo. Solo con la
muerte del yo se entra en el “nirvana” y nace el Cristo interno en la morada divina
del alma. El Cristo interno es la verdad que quiere conocerse a sí misma en cada
hombre.
La mayoría de estas organizaciones considera que la Iglesia Católica no
dice la verdad sobre Jesús y su misión. Por el contrario, sostienen que están
llamados a “descubrirnos” y darnos a conocer la verdad de la fe.
Se pueden identificar con los siguientes nombres:
- Organización Internacional Nueva Acrópolis
- Sociedad Teosófica
- Iglesia Gnóstica
- Nueva Era (New Age)

Las sectas y los Nuevos Movimientos Religiosos


La denominación “Nuevos Movimientos Religiosos” permite
distinguirlos de aquellos que podrían ser designados como “sectas clásicas”, o
bien como “cultos”. El término goza entonces de cierta ventaja por ser
ideológicamente neutro y sin connotaciones peyorativas.
Tanto la Iglesia Católica como la Federación Luterana Mundial y el
Consejo Ecuménico de las Iglesias coinciden en determinados puntos en el
análisis sobre el fenómeno de los Nuevos Movimientos Religiosos y en su gran
diversidad.
Por ello, recomiendan especial discernimiento sobre las características y
las respuestas que ofrecen a los fieles para que nadie se vea sorprendido en su
buena fe.

Iluminación teológica sobre los Nuevos Movimientos Religiosos


La diversidad numérica, teológica y filosófica de los nuevos
movimientos religiosos, ofrece una gran dificultad de análisis para detectar el
núcleo común de creencias de estos grupos.
Por lo general, no siempre hallamos en el cuerpo de sus doctrinas, la
centralidad de Jesucristo como la hallamos en las Iglesia históricas.
Otro de los elementos comunes en las Iglesias cristianas, como es el uso
de la Biblia, se encuentra diversificado en estos nuevos grupos, ya que en muchos
casos sufre distorsiones porque se lee de una manera fundamentalista.
Se debe reconocer que no todos los Movimientos Religiosos tienen como
base doctrinal la Biblia.
La pérdida del sentido de la paternidad de Dios, que proponen estos
nuevos grupos, hace que se le conciba como alguien a quien hay que temer. Por
otra parte la espera de la venida del Reino de Dios, es presentada con frecuencia
como algo que vendrá pronto, en días de angustia y destrucción.

Los nuevos movimientos religiosos en el Magisterio de la Iglesia


Esta iluminación nace de una visión católica, aunque de ninguna manera
renuncia a los principios aceptados en el Concilio Vaticano II, tanto en el decreto
Unitatis Redintegratio como en la declaración Nostra Aetate. En estos
documentos se sustentan los principios ecuménicos aplicables en primer lugar a
las Iglesias cristianas separadas de Roma, en segundo lugar a los hermanos de las
grandes tradiciones religiosas mundiales y en tercer lugar a quienes participan de
nuevos grupos, movimientos o cultos religiosos.
Existen además otros documentos que ofrecen las líneas de acción en el
diálogo con estos nuevos grupos.
Por ejemplo, la “Consulta de Obispos y Pastores de América Latina y el
Caribe”, celebrada en 1986 en Cuenca, Ecuador.
La Iglesia reconoce además, explícitamente que este fenómeno religioso
debe ser visto a la luz de la fe como uno de los signos de los tiempos que nos pide
una renovada respuesta y acción pastoral.

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