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© Biblioteca Nacional de España
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HISTORIA DE UN MUERTO
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M a.u cc i H er m an os
M a.u co l H er m an os
1070, Cu yo, 1070
1,• Del ReJo:<, 1
1898
© Biblioteca Nacional de España
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PR IM ER A PA RT E
El cue rpo
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El árbo l
El hombre
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© Biblioteca Nacional de España
HI-STORIA DE U.N lllUERTO 23
casa, pero los elementos que la formaban superexisten , los
unos humo en los espacios, los otros recombinados 6 perdi-
dos en cenizas, en los escombros, y hnbrálos también que
han ido á ser parte de séres orgtmicos, pues éstos ya se
sabe, son un compuesto de sustancias inorganicas, bajo
especiales condiciones que les crean más ó menos perfeo·
tas propiedades que durarán mientras viva y cambiarán
con la muerte.
Hoy es una verdad vulgar In indestructib ilidad de la
materia, como lo es la descomposición de toda sustancia
orgánica á cuya corrupción sigue la diseminació n y nue.
vas combinaciones.
No se corrompió (dicen los libros sacros) la santa huma·
nidnd del Hombre· Dios, quien en cuerpo y alma gloriosa
fué A sentarse á la diestra de su Padre; ni se corrompió
(dicen los mismos) el de su Santa Madre, que once años
después en el huerto Gethseman! , sin dejar ni su capa
como aquel Ellas, otro incorruptible, fué arrebatada al
cielo; pero estas fantasías, posibles y aceptables sólo cuan-
do Dios estaba con nosotros y hacia hablar á las burras,
no habrán impedido que los elementos que los constituye·
ron, materia á. la fin mundanal y putrecible, vaguen por
el mundo, y tal vez hayan visitado y estén en este mo·
mento formando parte de mi piosáica humanidad. ·
Los espíritus celestiales no necesitaron de nuestro barro
inmundo; pero si estamos nosotros constituidos con reS·
tos de nuestros antecesores, si comemos, respiramos y
bebemos, lo qu~ fué comido, respirado y bebido millones
de veces tal vez por otros pulmones y bocas, ¿cómo, pre-
guntará el lector, cómo podrán venir los muertos pl\lidos ó.
contemplar sus propias obras, según la frase del Goran, y
cómo nos reuniremos en el valle de Josafit? ¿Cómo podre·
moa asumir <estos mismos cuerpos nuestros para vida in·
mortal y eterna?•
La ícl\Se es mistica, por tanto, venerable; mas cuando la
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El cadá ver
¡Alerta!
EN ULTRA TUMBA
Monólogo
¿Qué es la vida?
más singular que amamos ese sueño, ese delirio, ese tor-
mento: la naturaleza parece que tiene horror a la muerte,
como tiene horror al vacío.
La Enciclopedia tuvo la bondad de decirnos que la vida
es lo cont.rario de la muerte (y la muerte será lo contrario
de In vida). e La vida-dice cie1·to Diccionario que se titula
cláeico -es el espacio de tiempo que corre desde el naci-
miento basta la muerte•, y añade e¡,:plicando eel estado
del animul antes de morir•, de modo que se dej~ en el
tintero la vida de las plantas.
«La vida (habla Pilo) es el proceso de int-egración de la
materia que parti~ndo del estado simplemente molecular,
llega á formar grupos más complexos de determinada
constitución química y estructura física aptos á reaccionar
sobre el medio ambiente, Bsimilándose los elementos que
les son necesarios • Esta definición si no fuera tan larga
seria menos mala,
e La vida es la propiedad que en un sér orgánico consti·
tuya la causa íntima de una serie continua de estados por
los cuales dicho sér realiza suce~i vamente todo lo que está
contenido en su esencia y camina así hacia el cumpli·
miento de su destino.• .Muy bien, siendo la vida cosa que
nadie comprende, T iberghien creyó bien dar una definí·
ción que tampoco entiende nadie. Oscuridad contra oscu-
ridad, escollo contra escollo.
e La vida es la permanencia de las fue¡ zas que mueven,
agitan y renuevan la materia.• Sinécdoque se llama esta
figun, que toma la part~ por el todo y el efectn por la
causa.
e Lo. vida es In. sensibilidad, ó sea la comunión de las
fuerzns vitales•. Se olvidó .Bordeu que el definido no debe
entrar en la definición, y recuerda la burla el~:~ Pascal: e Lo.
lur. es un ef~cto luminico de los cuerpos luminosos•.
cNuestro. vida es un combate continuo contra las fuer-
zas y contra los elementos que ambicionan nuestros des·
'*-*""*->*-::f<-::t<~~~~l*-->l-.~-::t<~-3:K~:E-*
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VII
La Muerte
¡Se hinch a!
El gas omnígeno
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HICTORIA DE UN AIUERT()
Oxíg eno
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Traveauraa d el ox igeno
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Adamógeno
Nitrógeno
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¡Cual'enta horas!
Dos de tantos
Antropopal ia y antropoplac ia
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HISTORIA DE UN l!UER'!'O 153
siente y en otras proporciones uo, aqui recuerda y Cuera
de aqui no, y por qué los elementos de esos cordones blan·
cos y filamentos conciben y conducen ahora sensaciones y
en distinta proporción son insensibles?
Obscuridades contra las cuales se estrellará aún por mu·
ohos siglos la inteligencin, y acaso uo llegue jamás a la
verdad qne se busca.
Y sobre esas obscuridades, meditando el hombre á me·
nudo, ha aprendido que tl verdadero fin del progreso es
inacce&ible, y que e~:U. la humanidad condenada, como
ciertas fracciones decimales, á aproximarse cada vez mas
sin tocar nunca á la meta final. ·
Cierto es que el organismo del cerebro humano se per-
fecciona con las edades, es evidente que ¡¡u rudeza mate-
rial correspondió siempre ti sus épocas, y era muy inferior
en Jos dins antes que el hombre hiciera la conquista de un
idioma y una escritura para transmitirnos su historia, es
incontestable que aún con los perfeccionados métodos mo-
dernos, ni el asombroso de Moisés, ni el muy vasto de
Salomón, abarcaran lo que el de un niño de hoy; pero
¿llegará la humanidad jamas siquiera al gmdo de progre·
so en que, como dice la Biblia, los hombres tornarán sus
espadas en estevas y no habrá mt'ts guerras?
-No;-me interrumpió Enehache,- no llegará la hu·
mauidad actual en los 400.000 años que le quedan de exis·
tenoia.
-¡400000 añosl ¡Un soploi¡Usted deliral-cont eslé Ulll
tanto mohíno por la interrupción.
-¡No, por ciedol-repl icó mi intel"locnto r.-La Geolo·
gfa nos concede ese plazo improrrogable, después del cual
la Tierra, perdiendo su c!tlor enmedio de un espacio cuya
temperatura es de 273 grados bajo cero, se habrá enfriado·
y sen\ como hoy la Luna, un astro mnerto, inoapnz de
sostener la vida por exceso de frio, y á eso ¡desconsoladora.
teorial, vendrán á parar el sol y los cuerpos que á su alre-
dedor gravitan.
{lj Estn. idea se. toca con otrn da Fln.mnrióu en su obra La. {fn du
mond.e1 JlUbJicada en l8!'5 1 veinle n-t•os tlospués de nuestra primera étli·
cióu . Aunque bel)'l.OS hecho ahm·nciones en e flta. .ecguuda, el present-e ca·
pitnlo apn1·ccc tfl.l como se escribió en 1875. F lamarMn 1.10 bnhrl\ tomAdo
nada d e nuestra obm que ni habrA lti~01 pero nos aA.tisfn.-eo que el ilustre
pensador coincida eon nosotros.
¡Mira.dlos!
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posterior, aunque son lipodos, y vuelve la anterior en tOO.e.s
direcciones, como olfat~ndo á qué rumbo quede. la subs·
tancia inmunda que lo forma y alimenta.
Ya mira al Norte, ya al Sm, yo dobla sobre si propio
su cabecita, ¡qué gracioool ¡qué mono! qué cuco!... y ¡qué
asqueroso!
Aplioadle la biconve::~:!L 6 colocadlo cou el mismo esmero
en el vidrio del microscopio: estoy cierto que su piel Ee
transparent-a, y á trllv~s de eila se ven la circulación y
funciones internas, (l()mO suc.:de cou ciertos habitun~s de
las regiones superiores d>!l caMpo humano en personas
desaseadas¡ seres de nombre muy vulgar que el lector co·
noce y aun recuerda que ellos engendraron la enfermedad
de que murieron el ti val de Mario y el sucesor de Curios V,
devorndoa notes que muertos. A eatn ignobla enfermedad,
frecuente antes que so invetJ.tlmm lol! peines y el ungüento
de la Magdalena, llaman los doctores pedicular, y pudiera
llamarse piojitis. Y hlibeÜI da saber que de todos los bichos
visibles que pueden habitar el cuerpo humano, tenio, ni-
gua, arador, pulga, y un cierto ped!culus de nombro in-
mundo, es sin duda el piojo el má~ curioso, por es:¡, parl.i·
cularidad que presenta vi<;to al microscopio: este despre-
ciable átomo viviente hubiem l'evelado la circulación de
la sangre, si ésta no se hubiel'!l sospechado y descub erto
antes que se pelfdccionllran las lentes.
No crecen ni env~::jecen; concluida su efimera etapa,
desaparecen, guardando su fortal~u hasta su último d!a,
es deür, su ~!timo minuto, p11ra ellos día.
Si los oléis, los hallaréid de momento inodoros, aunque
hijos de la ftJtidez; pero corruptos en conjLtnto dan olor
aliáceo fo~fórico·nauseabuudo: runchacad un puñado de
ellos para extraer el jugo .glutinoso qua los llena, analiznd ·
lo, y os llevaréis un cha~co si esperAbais encontrar mu-
chos de lo3 componentes del cadáver en que uaci~ron¡ de
sus veintiseis ácidos ternMioil y cuatera1:nio3, de sns veinte
y pico de substancias neutras, alli no hallaréis más que
agua , carbo no, nitró geno , y ... siem pre los cuatr o gases de
la fibrina, la hemn tosin a y la nree, co11 infin itésim as de
comp uesto s orgánicos.
¿Véis e!lll. mult itud de mcsca'l y mc.-cones, mosc ardas y
mosquit.oo, que para pone rnos ~;n relP..cíón directa. con Jos
resto s del que fué, viene n á nues tra c;,~n ím-¡m gnad cs de
canceroso pus á que la muar te dió m-igan, y que pued e
dar orige n A la muer te? Pues prece den de los mism os gu·
Ennos del cadáv er, ltu·vas cuya vida no fué más qufl \10
paso , una de !na gradat~ de su meta roóri osis.
Una vez que sin amor , sin deseo, movi dos sólo por el
i nstin to, hayr:m desempeñacio Ir. cópu la, irán á ohov ar y
mori r. De sus innú mero s ovicn ics ~>fldrán ya en total des·
arrol lo sereR seme jante s pll.ra conti r:u3r la obra de ... tillOS ·
form ación . Con razón se ha dicho que una mosc a Ee come
u n buey, y acaso con más iacili dad que lo hicie ra un león,
u n homb re ú otra fiera; porq ue uno sólo de e~os dípte ros
ss repr~duce en miría das de bov¡fagos en meno s tiem po
que una chisp a se toma confl t,gración Cu&.nto más dimi ·
nuoo más prol!fico; si un micrl 'hio !i.df.o pudi era d esarr o·
llarBe en circu nst:m oias favcrc.1Jlts, en un dia ocup ada su
prog enie un area igual A la c1·J todos los mare s.
No.da es p!l.ra la pt1janza prollfica do esos pequ eñue los,
el bacal ao con sus sitte milll'm•s de ht1evos; en más breve
perio do el dimi nuto borubix d:1. í()() de una Vfz; adem és
el bacal ao nec~Fit:t cópu la, mi~>nb'as ellos en su mayo ria
son autóg enos 6 bi~exuale!<. Una parl'j a de pulgo nes en
octav a genernción, hsbrA dado 441 cuatr illon es de indiv i·
duos , ¡ni In laugo sta africana! Com o mala yerb a se mult í·
p lica tamb ién el piojo anop luro, dand o en terce ra gene ra·
ción 125.000; de tal mane ra se repro ducía n en la. perso na
de un ptiriá sico, cuent:1. el médi co portu gués Anat olio Lu.
1.itau o, qtle dos criad os los llbvr.bnn en cana stos al mar:
esto es veros ímil annq ue portu gués el Mrra dor; la moa·
carda , una de las plaga s de Egip to, da 6.000. La coch ini·
lln, que como la abaja es del orden de los homó ptero s,
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Nosce te ipsum
Osteología
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HISTORIA DE UN ~fUERTO
XIX
Cuestión dental
15
EL NATUR ALISTA
El sepelio
Entro oglpclos
sugli estinti
Non sorge fiol'E', ove non sia di roeste
Lodi onorato ed 'amol'OSO pian to.
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SEGUN DA PART E
El Alma
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ÍNDIC E
Pig•.
El árbol.. . • 5
El hombre.. 12
El cadáver.. 25
¡Alert~tl. . • 33
En ultratumba. 4.0
¿Qué es la vida?. . • 46
¿Qué es la muerte?. . • 55
Se hincha. . . • . 66
El gas omnigeno.. • • 83
El gas omnipresent e. • • • 93
El adamógeno . • • • 100
El Nitrógeno. . • • 118
Cuarenta horas. • • 130
Dos de tantos . . • • • • • 141
Antropopalfa. . • • 149
1Miradlosl. . . • 179
Nosce te ipsum. • • 203
Osteologia. . • • • 206
Cuestión dental. • • 220
El Naturalista.. • • 229
El Sepelio. • . • 236
.....,.,~~
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