Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
En los enfoques conductistas, aún bajo esa denominación unitaria, se agrupa una diversidad de posiciones difícilmente
compatibles entre sí.
Sin embargo, a pesar de esa diversidad, Erasti plantea que las Teorías Conductuales de la Personalidad (TCP) poseen
una serie de
CARACTERÍSTICAS GENERALES.
Las TCP niegan los factores personales mentalistas como explicación de la conducta, y consideran que la
persona, ya que sólo es UNO de los términos de la interacción organismo-situación, carece por si sola de la
posibilidad de comportarse. Ni el sujeto ni el ambiente pueden existir de forma independiente uno del otro,
por lo tanto, el comportamiento personal es un comportamiento en una situación, de la misma forma en que la
situación, por si sola, no puede contener hechos conductuales.
El apelativo de situacionista o ambientalista es fruto de la consideración de que los procesos a través de los
cuales se gesta la conducta son externos al sujeto psicológico.
Los procesos de aprendizaje de conductas están limitados por las propias características concretas de cada
uno de los términos de la interacción organismo-situación La realidad biológica del hombre restringe los
resultados de la interacción, de la misma manera que la realidad física y social del ambiente. Por ende, no
niegan los factores personales biológicos sino que niegan que estos tengan una relevancia psicológica por sí
mismos.
Crítica al mentalismo
En vez de la propuesta del mentalismo de: hombre-como-un-todo, los enfoques conductistas de la
personalidad contraponen la idea del hombre-como-una-unidad el hombre como un todo indivisible en
partes con dinámica propia, que interactúa con el ambiente de una forma unitaria y compacta. De la misma
manera, la dinámica interna y mental, es sustituida por una dinámica externa y material, lo que propone dejar
de lado el mundo interno de la persona (lidad) y comenzar a explorar el análisis de relaciones objetivas que
se establecen entre el sujeto y su ambiente.
Al mismo tiempo, en las TCP, la conducta pierde sus elaboraciones simbólicas, rechazándose la necesidad de
la interpretación de los contenidos del aparato psíquico en clave simbólica
Características metodológicas
Todas las TCP comparten el carácter idiográfico en su metodología, además de mantener estrictamente un
nivel objetivo en el análisis de la conducta.
Se interesan por el análisis del caso único, pero su enfoque es experimental, de forma que las teorías
conductuales someten sus estudios a técnicas de control experimental que impidan la influencia de variables
contaminante sobre los resultados, y definen de una forma empírica los conceptos estudiados.
En concordancia con su carácter idiográfico, los principios conductuales se aplican individualizadamente sobre
las diferentes personas, en función de las diferentes historias de aprendizaje de estas.
Las TCP no pueden ser entendidas al margen de una serie de conceptos de aprendizaje.
Condicionamiento clásico
Pavlov
Proceso de aprendizaje gracias al cual un estímulo o una situación, que inicialmente no provoca ninguna
respuesta en el sujeto, pasa a provocar una respuesta, debido a que se presenta repetidas veces
asociado a otro estimulo que si provoca dicha respuesta.
Estimulo neutro –canción- estimulo incondicionado –compañero atractivo- respuesta incondicionada –emoción placentera-
Estimulo neutro se vuelve un estímulo condicionado, capaz de provocar una respuesta condicionada –la
emoción placentera ante la canción-.
Este tipo de condicionamiento clásico da cuenta de parte del funcionamiento emotivo y afectivo de
las personas, explicando la adquisición de tristezas y alegrías, miedos y deseos, atracciones y
rechazos ante diversas situaciones, personas, objetos, conductas, etc.
Esquema mecanicista E R
Condicionamiento operante
Skinner
El papel determinante lo realizan los estímulos o las situaciones que el sujeto obtiene como consecuencia
de su actividad.
Tipo de aprendizaje en donde las consecuencias de una conducta determinan la probabilidad de una
próxima ocurrencia de dicha conducta.
Un estímulo discriminativo –abuelos- controla la aparición de una conducta operante –llorar-, que está
siendo reforzada por un estímulo reforzador –capricho conseguido-
Una parte importante de la conducta humana es la conducta operante. Una amplia gama de conductas
básicas está controlada por sus propias consecuencias, pudiendo incluirse aquí todos los repertorios
instrumentales a través de los cuales las personas operan sobre su entorno, modificándolo y alterándolo.
La conducta verbal es en gran medida una conducta operante (está controlada por las consecuencias que
para el hablante tiene dicha conducta verbal)
No basta el impulso para que se produzca el aprendizaje de hábitos, Es necesario que el sujeto obtenga un estímulo
reforzador gracias a su conducta. Un estímulo reforzador según esta teoría es aquel que logra reducir la estimulación
interna que supone todo impulso
Por lo tanto, están las piezas centrales de la aparición y funcionamiento de los hábitos: algo que se quiere (el impulso,
sea primario o secundario), algo que se percibe (el estímulo, que puede sincronizar su función de señal para la
realización de la conducta con su función de generador de impulso) algo que se hace (la respuesta) y algo que se
obtiene (el estímulo reforzador, sea así mismo innato primario o aprendido secundario)
El lenguaje, cumple una importante función en la generalización y discriminación de los estímulos, con todo lo que
ello implica en la determinación de la conducta. Las conductas de razonamiento y pensamiento también se asimilan a
conductas lingüísticas productoras de señales, sustitutivas de las conductas instrumentales directas, y que posibilitan
una mayor variedad y versatilidad en la acción final del sujeto.
La conducta –tan influida como está por el lenguaje- sólo podrá ser correctamente entendida si se la considera inserta en
el marco social que la determina. (El lenguaje está atravesado por la cultura)
Dollard y Miller opinan que los primeros años de la vida del niño suponen los cimientos básicos que van a definir el
psiquismo de la vida adulta. Ellos señalan 4 episodios cuya forma de resolverse va a ser critica para el desarrollo o no de
futuros problemas emocionales en el individuo.
Los autores no se quedaron ajenos al término de neurosis, por ejemplo, tomaron ciertos conceptos del psicoanálisis
freudiano y los reconstruyeron: por ejemplo
Represión: la entendieron como un aprendizaje evitativo del <<no pensar>> sobre algo que provoca el
impulso del miedo.
Desplazamiento: se intentó dar cuenta de este concepto en términos de los gradientes de generalización
de estímulos y respuestas que se presentan en todo condicionamiento.
Incluso crearon su propia teoría de neurosis, centrada alrededor de los conceptos de conflicto entre impulsos, ansiedad y
refuerzo por la reducción de la ansiedad.
Entendieron que toda neurosis es un problema aprendido e inconsciente (no verbal), casi siempre originado en la edad
infantil, y cuya esencia radica en un conflicto entre impulsos diferentes que aparecen en una misma situación.
Su teoría es una orientación conductista totalmente diferente y que, precisamente por ello, se encuentra libre de algunas
importantes limitaciones que estrechan a otras teorías conductistas.
Frente al contexto en donde se quería hacer de la psicología una ciencia y validarla a través del método científico, el
conductismo hizo limitar el objeto de estudio de la psicología a la conducta pública y observable, y despreciar toda
referencia introspeccionista o toda consideración a la actividad interna del individuo. Es así como se adoptó un esquema
mecanicista, metodológico, basándose fundamentalmente en el esquema E R Pavloviano. El principal de estos
autores conductistas metodológicos, que piensan que no queda más remedio que plegarse a lo metodológico si se
quiere que la psicología se convierta en un saber válido y objetivo, es Hull.
En ese contexto, aparece Skinner que inaugura una nueva forma de hacer psicología de la conducta, caracterizada por
su rechazo a las concepciones formalistas, fisicalistas y mecanicistas que, derivadas del positivismo lógico, marcaron el
primer conductismo.
El conductismo skinneriano <<radical>> consideró que la conducta, la actividad de los organismos, debía ser el tema de
la psicología por sí misma, y no por adecuación a ninguna exigencia metodológica. Así, entran a formar parte de la
conducta, con igual derecho, tanto las actividades públicas del sujeto como las privadas, tanto las abiertas como las
encubiertas, tanto las motoras y verbales como las cognitivas y emotivas.
Skinner considera la personalidad como una gama de respuestas que las personas realizamos ante las diversas
situaciones que vamos atravesando; respuestas gracias a las cuales operamos, controlamos y modificamos nuestro
ambiente, y que, a su vez, debido a la influencia del ambiente, van quedando ellas mismas controladas y modificadas, en
una dinámica constante de interdependencia mutua entre el organismo y la situación.
Dentro de esta gama de conductas hay dos grandes tipos
Conductas respondientes: aparecen como reacción ante una determinada estimulación del medio (se trata de
conductas relacionadas con el condicionamiento clásico Pavloviano)
Conducta operante: puede ser evocada –no provocada- por estimulación antecedente (estímulos
discriminativos), y así la relación que une al estímulo discriminativo con la conducta operante es de un carácter
mucho menos mecánico y más probabilístico que la que une al estímulo condicionado y la conducta
respondiente en el condicionamiento clásico.
Programas de razón: la obtención del reforzador depende de la cantidad de conducta operante que el sujeto
realice. (La conducta de leer libros, por ejemplo, está controlada por este programa, ya que la probabilidad de encontrar
un libro que disfrutemos es función de la cantidad de libros que leamos)
Programa de intervalo: la obtención del reforzador depende de la cantidad de tiempo que ha transcurrido desde
el último reforzador recibido. (La conducta de un niño cuando pide a sus padres la paga semanal está controlada por
este programa, ya que la obtención del reforzador –el dinero- no va a depender de la cantidad de veces que el niño lo
pida, sino del periodo de tiempo transcurrido desde la última vez que lo recibió.
El desarrollo de la personalidad para Skinner tiene que ver con el aprendizaje de unas clases de conductas gracias a la
interacción del sujeto con ciertos programas de reforzamiento que se encuentran en la vida cotidiana.
Moldeamiento: proceso que da como resultado conductas altamente especializadas y complejas gracias al
reforzamiento diferencial de aproximaciones sucesivas a la conducta objetivo, hasta que finalmente se logra.
Encadenamiento de respuestas: Se basa en el hecho de que toda conducta incorpora una función de estímulo
para el sujeto que la realiza. Se entiende que se aprendan cadenas de conductas en donde cada eslabón
conductual funciona como estímulo discriminativo de la realización del siguiente eslabón y como estímulo
reforzador de la realización del anterior eslabón.
Por ejemplo: cantar el himno nacional
Puro (estimulo discriminativo) – Chile (estimulo reforzador y discriminativo) – Tu (estimulo reforzador y
discriminativo) (…)
Los rasgos de la personalidad, según Skinner, se independizan rápida y peligrosamente de las conductas a las que se
refieren, para pasar a funcionar como pseudo-explicaciones de dichas conductas, a las que se recurre cuando se ignoran
las verdaderas causas ambientales de la conducta de las personas. De esta forma se confunde la descripción, más o
menos técnica, de una conducta con la explicación de la misma.
Skinner considera que las psicopatologías son fruto de aprendizajes desafortunados, como podrían ser moldeamientos
inadaptativos de la conducta, ausencia en el repertorio conductual de conductas de afrontamiento adecuadas ante
determinados problemas, presencia de conductas adaptadas pero controladas por los estímulos inadecuados, o
cualquier otra disfunción en la interacción entre el sujeto y su ambiente.
El modificador de conducta skinneriano, en cualquier caso, buscaría planificar las conductas objetivo que se desean
alcanzar y disponer las condiciones ambientales para que se den dichos efectos conductuales.
Para ello, se valdrá del análisis funcional de la conducta que, a través del esquema A-B-C (Antecedentes, Behavior
(conducta), Consecuentes), buscará conocer las relaciones funcionales que se dan entre los elementos antecedentes de
la conducta problemática (ya sean estímulos condicionados o discriminativos), la propia conducta y los elementos
consecuentes (estímulos reforzadores positivos o negativos), de cara a la modificación de dichas relaciones funcionales
perniciosas.
Se interesó por otra forma de aprendizaje que él considera primordial en el género humano:
El aprendizaje vicario u observacional Se trata de un tipo de aprendizaje en el cual la exposición a formas nuevas de
conducta mediante la observación de modelos da lugar a importantes cambios conductuales en el observador, sin
necesidad de que éste ejecute en el momento del aprendizaje la respuesta que se está aprendiendo. Entre las conductas
que se pueden aprender, mantener, o modificar mediante el aprendizaje vicario caben las conductas motoras, pero
también las verbales, morales, emocionales incluso las psicopatológicas.
Es mediante las observaciones que se realizan en la realidad social, donde los individuos adquieren sus principales
repertorios conductuales.
La relación entre la observación del modelo y la ejecución de la conducta aprendida no es directa, sino que esta mediada
por el funcionamiento cognitivo del sujeto.