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Editorial

Los problemas bioéticos que el progreso de la deseo de ser “modernos” se impone y los hace
tecnociencia nos va imponiendo día a día pare- aceptables, aunque las reservas que se tenían
cen, a primera vista, como problemas nuevos, desde el principio no hayan desaparecido.
ligados solamente al presente y proyectados
hacia el futuro; parecen la esencia misma de Es el peligro de aceptar lo que en otros lugares
la Modernidad, y es precisamente ese ser tan se ha aceptado, aunque las reservas se man-
inéditos lo que hace tan difícil encontrarles una tengan. Es el peligro o tendencia de hacer de la
solución justa y equilibrada. ciencia una ideología y de confiar a la técnica
la competencia de crear nuevos valores, una
Pero la verdad sea dicha, no son problemas nueva ética del comportamiento: “Una proposi-
tan nuevos, tienen profundas raíces en el pa- ción moral será considerada válida por un de-
sado más o menos reciente. Descubrir cómo terminado periodo solo si se hace conforme al
han sido afrontadas en otros tiempos aquellas sistema técnico, si concuerda con él”*.
situaciones no tan distintas de las actuales, o
preguntarnos cuándo y cómo se proyectan los Una mirada histórica sobre las cuestiones
problemas que hoy aparecen por primera vez, bioéticas parece confirmar también otra afirma-
nos ayuda a entender cómo estamos cambian- ción de Ellul: la técnica, precisamente cuando
do, a qué presiones se ve afrontada nuestra fa- parece que actúa para solucionar los proble-
cultad de decisión moral y, sobre todo, en cuál mas, en realidad nos crea problemas nuevos
dirección actúan sobre nosotros las presiones y, ante esto, “se necesita siempre más técnica
mediáticas y culturales. para resolverlos”**. Dos ejemplos: el uso de las
técnicas de reanimación que han creado más
Porque, siendo realistas, al afrontar nuevas enfermos en estado de coma vegetativo, el
cuestiones bioéticas siempre llevamos en la uso masivo de contraceptivos químicos que ha
espalda el fardo del pasado que influencia in- agravado el problema de una esterilidad difusa
sistentemente nuestras decisiones. (es más fácil no tener un hijo que concebirlo en
el momento deseado).
Esta mirada de los problemas bioéticos nos
pone frente a un efecto que se repite; ese efec- La historia nos permite también conocer y tra-
to que Jacques Ellul llamará la “flojera moral”, tar de comprender el momento en el cual na-
es decir, la tendencia típica de una sociedad cen nuevos términos lingüísticos que se con-
tecnológica a aceptar en forma acrítica las in- vierten en uso común y terminan produciendo
novaciones técnicas, aunque en el momento importantes cambios culturales. Por ejemplo,
en que aparecieron fueran objeto de la conde- el concepto de “sistema inmunitario” que, como
na general. Después de un tiempo, cinco a diez escribe Ivan Illich***, no existía antes de 1972
años, lo novedoso termina siendo inevitable, y el y después de estos años se ha convertido en

* J. ELLUL. (2009). Il sistema técnico. Jaca Book, Milano, p. 167


** J. ELLUL. (1954). La technique ou l’enjeu du siecle. A. Colin, Paris, p. 68
*** Illich, I. (2005). Nemesi medica. Boroli editore, Milano, p. 306

REVISTA LASALLISTA DE INVESTIGACIÓN - Vol. 11 No. 1 - 2014 - 9•10


una de las categorías más utilizadas para de- “cosa”, una parte junto a otros cuerpos presen-
finir la salud de un ser humano, quien pierde tes en la naturaleza. El concepto contemporá-
cualquier relación con su cuerpo y con su su- neo de identidad está cada vez menos ligado
frimiento para convertirse en una entidad abs- a la corporeidad y más vinculado a la actividad
tracta, mensurable y curable a través de proto- cerebral y a su producción de conocimiento: en
colos verificables mediante la estadística. otras palabras, la persona es el cerebro.

Illich, como Foucault*, nos pone en guardia De esta concepción deriva la tendencia a
ante la transformación de los seres humanos construir la experiencia a partir del sujeto en
en entidades abstractas y económicamente vez de construirla desde la realidad. Hoy para
gestionables, como el “capital humano” de la los individuos solo es seguro aquello que per-
memoria marxista. Hoy en día al ser humano sonalmente prueban, viven, experimentan y
se le induce a rechazar su propia condición, a transforman en ideas, conceptos, exigencias,
perder “el arte de sufrir y de morir”**. mientras falta la experiencia originaria de la
realidad. Y el cuerpo es la realidad, es epifanía
El punto de partida fundamental para cualquier de la persona.
análisis histórico de las cuestiones bioéticas es
el concepto de “naturaleza”, al cual se le pue- Una mirada histórica y reflexiva sobre estas
den atribuir muchos y distintos significados, y cuestiones bioéticas más relevantes, tanto en
en cada cultura y en cada momento histórico lo conceptual como en lo clínico y en lo experi-
ha habido un significado que se ha impuesto mental, nos permite la posibilidad de entender
sobre otros. el momento de esta fractura entre el sentido
común de la persona y el cuerpo, fractura que
Para nuestros contemporáneos, naturaleza re- solo nos conduce a decisiones cada vez más
viste un sentido materialista y el ser humano es deshumanizantes.
considerado tanto más autónomo cuanto más
se contraponga a la naturaleza así entendida. La lectura de los artículos aquí presentes segu-
En ética se ha desarrollado una tendencia que ramente contribuirá a construir un nuevo cono-
busca distinguir entre naturaleza y persona, a cimiento de las cuestiones bioéticas, a hacerlas
las cuales se les ve como contrapuestas; tan- más comprensibles y, sobre todo, a entender
to así que la persona será libre y responsable que no son problemas solo para “expertos”, es
solo si se desvincula de la servidumbre de la decir, para científicos, sino que son problemas y
naturaleza. Esta oposición entre persona, liber- cuestiones que debemos afrontar todos.
tad y espíritu, de una parte, y naturaleza, de la
otra, conduce al desprecio de esta última, aun La ciencia, en efecto, no es una ética y no es
cuando por naturaleza se entienda al cuerpo suficiente que un descubrimiento sea superfi-
humano. Consecuentemente el ser humano cialmente atractivo para hacerlo moralmente
es tentado a ver su propio cuerpo como una aceptable o recomendable.

Pbro. Guillermo León Zuleta Salas


Decano de la Escuela de Teología,
Filosofía y Humanidades de la
Universidad Pontificia Bolivariana.
Doctor en Teología.

* Foucault, M. (2004). Naissance de la biopolitique. Gallimard, Paris.


** Illich, I. (2005). Nemesi medica. Boroli editore, Milano, p. 308

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