Ambos son conceptos religiosos…Islam quiere decir “sumisión a
Dios”, y a los seguidores o creyentes del Islam se les llamó musulmanes.
Su fundador fue Mahoma.
El mensaje de Mahoma fue claro, sencillo y concreto, recogido
en el libro sagrado llamado Corán: se basa esencialmente en la creencia en un solo Dios (Alá) y en la sumisión a su voluntad (Islam). La profesión de fe quedó resumida en una frase: “No hay más Dios que Alá y Mahoma su profeta”.
Los árabes, habitantes de Arabia, eran semitas, agrupados en
“tribus”, relacionados con las tierras desérticas de la península de Arabia. Llevaban, generalmente, una vida nómada (beduinos), con una cierta autonomía entre ellos: dioses propios (politeístas), costumbres diferentes…
La formación del Imperio Árabe fue sorprendente y es difícil de
explicar.
Mahoma
Nació en La Meca hacia el año 570, quedó huérfano cuando aún
era niño y fue recogido por su tío. Como su familia fue mercader caravanero (conductor de caravanas) y trabajó para Yadiya, una viuda rica que tenía caravanas de camellos, y con la que posteriormente se casó. Tuvo varios hijos, pero sólo de su hija Fátima tuvo descendientes. Mahoma compartió su actividad comercial con frecuentes periodos de retiro, soledad y meditación. Según la tradición islámica, en uno de esos retiros, hacia el año 610, cuando contaba 40 años, dijo que se le apareció el arcángel san Gabriel, que le anunció que había sido escogido para la predicación de una nueva doctrina religiosa, el Islam, que quiere decir: “sumisión o rendición incondicional a Alá y a Mahoma, su profeta”.
A partir del año 611, Mahoma comenzó a predicar en su ciudad
natal, La Meca, donde encontró la oposición de los ricos mercaderes que veían peligrar las peregrinaciones al Santuario de la Kaaba, con sus importantes beneficios, a causa del carácter monoteísta de la nueva religión.
Mahoma murió el año 632 sin determinar quién sería el nuevo
jefe del Islam. Los sucesores fueron miembros de su familia y tomaron el nombre de califas; y dos años más tarde, toda Arabia quedaba unida por su doctrina político-religiosa.
La doctrina del Islam: “Alá es Dios y Mahoma su Profeta”.
Creencia en Alá (único Dios) y adorarlo (sumisión a su
voluntad). Creencia en Mahoma, su Profeta.
(Los cinco pilares del Islam)
La Oración: Pública y privada
La Limosna El Ayuno: durante el mes de Ramadán, entre el alba y la puesta del sol. La Peregrinación: a La Meca, al menos una vez en la vida. La Guerra Santa o Yihad: contra el infiel, para defender el Islam.
Causas de la expansión del Islam
La unidad religiosa.
El fanatismo religioso: las conquistas eran para ellos una Yihad y
la muerte en ella aseguraba de manera automática gozar de las delicias del “paraíso de Alá”.
Necesidad de nuevas tierras.
Necesidad de nuevas tierras.
Debilidad de sus enemigos.
El descontento del campesinado: ante el dominio señorial del
Imperio Bizantino.
La tolerancia del Islam.
La existencia de grandes jefes militares, capaces de imponer su
autoridad sobre los musulmanes y desarrollar las conquistas.
Estas causas explicarían que en solo 79 años después de la
muerte del Profeta, el Imperio islámico se extendiera desde la India a la Península Ibérica.
Los sucesores de Mahoma
A la muerte de Mahoma, los árabes eligieron un sucesor: ese es
el significado de la palabra “Califa”. Pero muy pronto surgieron conflictos. A la muerte del tercer califa, se desencadenó una guerra entre los partidarios de su sucesor, Alí, yerno del Profeta y los Omeya. Alí creo un grupo religioso, los chiitas, que se consideraban los únicos con derecho a dirigir el Islam.
Alí murió asesinado y los omeyas convirtieron el poder en
hereditario. Los derrotados no se sometieron y el Islam se dividió en dos ramas:
Los sunitas: aceptan el Corán y la SUNNA (Tradición).
Los chiitas: solo aceptan el Corán.
El Imperio Islámico era teocrático, es decir, que el poder del
Estado estaba en manos de Dios (Alá) a través de su representante, el Califa.
Las ciudades fueron los grandes núcleos económicos, culturales y
políticos y estaban unidas por rutas comerciales. Normalmente estaban fortificadas o amuralladas. El Islam considera sagradas a tres ciudades: La Meca, Medina y Jerusalén.
Realizaron aportaciones científicas en todos campos: álgebra,