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DE LAS MATEMÁTICAS
INTRODUCCIÓN
El sentido de la educación está cambiando; ya no se concibe la escuela únicamente
como transmisora de conocimientos. Se habla cada vez más de que la educación
tiene por objetivo el desarrollo integral del niño/a en sus aspectos cognitivo,
emocional y social. En consecuencia, tanto el currículum escolar como la
metodología empleada deberían adecuarse a las características psi cológicas del
educando.
Sin embargo, es discutible que lo que nos conduzca a ayudar al niño/a en el proceso
de formación de su pensamiento lógico, sea el mero cambio de los contenidos de los
programas de matemáticas. Por lo tanto, habría que poner mayor énfasis en el
cambio de la metodología y de la actitud del profesor/a ante el proceso de
aprendizaje.
Por bueno que sea un programa de matemáticas en cuanto a sus contenidos, los
resultados que se obtengan dependerán en gran medida de la metodología
empleada en su aplicación.
Una didáctica actualizada de las matemáticas se basa en la actividad del niño/a, que
puede revestir diversas formas: manipulativas, verbales, simbólicas, etc. ¿Cuál es el
papel de la enseñanza, y del profesor en especial, en relación a esta actividad del
niño? Se trata de reparar, impulsar, situaciones educativas variadas, estimulantes,
creativas y adecuadas que lleven al niño/a a conseguir los objetivos que se
pretenden: despertar la curiosidad por el mundo que le rodea, descubrir ese mundo
por sí mismo, conocer los objetos que hay en él, comprender las leyes que rigen los
fenómenos observados, tener ideas propias, etc.
Una enseñanza de las matemáticas, dentro de una meto dología global, potenciadora
de los procesos cognitivos del educando de Educación Básica. Una didáctica que
parte de que el conocimiento matemático es un conocimiento jerárquico y que cada
alumno/a tiene un nivel real y un ritmo de aprendizaje propios (distinto del nivel y del
ritmo medio hipotéticos) que hay que respetar. Teniendo en cuenta lo anterior, se
pretende guiar y promover el avance de los escolares por las tres fases del
conocimiento matemático: la fase manipulativa, la fase gráfica-representativa y la
fase simbólica. El paso de una a otra puede ser facilitado por el uso de material
diverso, dentro de situaciones planificadas por el profesor/a y seleccionando
aquellas actividades más acordes con el desarrollo del pensamiento del educando.
La enseñanza de las matemáticas se convierte así en un proceso activo de descubri-
miento por parte del alumno/a, quien puede comprobar la aplicación práctica de sus
conocimientos a problemas cotidianos y significativos para él y donde los errores no
son motivo de sanción, ni un fracaso personal, sino estímulo para continuar la acción
y ampliar el conocimiento.
Las matemáticas son una ciencia viva que se inició a partir de las necesidades de
los hombres de conocer y descubrir su entorno físico y social. Por tanto, si queremos
que los conceptos matemáticos tengan sentido y puedan ser utilizados
posteriormente por los educandos deberemos presentarlos en relación con una
situación concreta, con un problema real que precise solución, donde lo que interese
sea la solución y sólo en segundo término el concepto matemático. La solución
deberá ser aplicada y com probada. Más tarde se verá su utilidad en otras situa-
ciones y a partir de ahí podremos ir generalizando y formalizando el concepto
matemático que contiene. El entorno de los alumnos es, a cualquier edad, suficiente-
mente rico como para plantear una diversidad de cues tiones con sentido,
significativas desde el punto de vista del conocimiento y de su formación. Estas
cuestiones necesitan de las matemáticas para ser comprendidas, estudiadas o
expresadas y es a partir de ellas que el trabajo en matemáticas se llena, a su vez, de
sentido.
En los últimos años hemos asistido a numerosas reformas y cambios en el
currículum de matemáticas, pero estos cambios han dependido más de las
características y evolución de la propia disciplina que de las necesidades socio-
cognoscitivas del alumno/a.
Pero en los años setenta se producen en todo el mundo occidental grandes cambios
curriculares, que en México empiezan a introducirse a partir de la Reforma Educativa
de 1970. Dichos cambios se caracterizan por la introduc ción de la llamada
"matemática moderna", cuyo objetivo era fomentar el razonamiento y la capacidad
lógica por encima del mero "cálculo" en que se basaban las matemáticas clásicas.
No obstante, hay que preguntarse si este nuevo enfoque no incurrirá, una vez más,
en los mismos errores que llevaron al fracaso tanto a las matemáticas clásicas como
a las modernas. En efecto, esta rápida visión de los sucesivos cambios curriculares
lleva a cuestionamos si no se trata de un continuo cambio de contenidos y objetivos,
sin que simultáneamente se produzca un verdadero cam bio metodológico y
conceptual.
Los cambios pro gramáticos descritos han venido siempre más determinados por las
reflexiones epistemológicas de los propios matemáticos y filósofos y las nuevas
aportaciones o descubrimientos de la matemática misma, que por razonamientos
psicopedagógicos sobre los procesos de enseñanza -aprendizaje. La introducción de
la matemática moderna en los programas escolares es una buena prueba de ello.
¿Debe entenderse, bajo esta premisa, que la educación debe atender únicamente
aquellos aprendizajes que son idénticos a los que el alumno/a va a necesitar y que
es un error dedicar tiempo a aprendizajes que son socialmente estériles? Los que
así piensan entienden que las Matemáticas son como una herramienta, algo para
mane jar y aplicar: símbolos y fórmulas, algoritmos y técnicas bien memorizadas.
No es extraño que las personas que así piensan, se sientan satisfechas cuando
contemplan a sus hijos/as esforzándose hora tras hora en hacer "deberes mecánicos
y aburridos" (que ellas no realizarían sin recurrir a una calculadora). Alumnos/as
obedientes, sufren la rutina de un calvario plagado de "eso esta mal", "otra vez te
has equi vocado", "vuélvelo a hacer" hasta que, al fin, ¡EUREKA! Son capaces de dar
la respuesta estipulada, por el procedimiento estipulado, en el tiempo estipulado y un
suficiente número de veces.
Bajo esta concepción los alumnos/as tienen que aprender a distinguir entre
"respuesta estipulada" y "respuesta pertinente" para no abrir la puerta a un tipo
frecuente de fracaso escolar. Fracaso escolar que se deriva del hecho de que
cuando el maestro/a hace una pregunta, el alumno/a no sólo tiene que entender el
enunciado de lo que se le está preguntando sino que además debe adivinar que es
lo que se desea que conteste, rechazando lo que para él sería la respuesta lógica.
Por ejemplo, José empieza a jugar con 0 canicas y Aurora con 100 canicas. Cada
vez que José toma 3 de la caja, Aurora toma 2. El juego termina cuando los dos
tienen la misma cantidad. ¿Con qué cantidad de canicas termina el juego?
Respuesta informal: quizás la respuesta es tan sencilla que no valga la pena realizar
ecuaciones. ¿No estará la respuesta en algún número de fácil manejo como 50 ó
100? ¿Qué pasará después de 100 movimientos? Que José tendrá 300 y Aurora
200 + 100
(x + a)2= x2 + 2ax + a 2
A XA A2
(X + A)2 =
X X2 XA
X A
Las anteriores metodologías nos plantean concepciones diferentes acerca del papel
de la actividad y de lo que debe ser el aprendizaje escolar. En el primer caso, hay
una postura centralista por parte del educador/a, que debe presentar un producto
que otros han elaborado. El alum no/a, mira, escucha, contesta preguntas, repite a
coro y, sin involucrarse, aprende. En el otro caso, a diferencia de lo que ocurre con
la presentación tradicional de sentarse y esperar a que el profesor/a haga y diga lo
que hay que hacer, la clase está descentralizada y el educando debe rematar un
producto en elaboración. El alumno/a marca su propio ritmo, toma la iniciativa y
aprende a hacerse responsable de su trabajo, de lo razonable de su análisis y de la
calidad de sus anotaciones y conclusiones.
23
x4
___________
(5 + 30) x 6 = (5 x 6) + (30 x 6)
Luis se enfrenta por primera vez a la multiplicación de dos números de dos cifras,
por ejemplo: 57 x 23. ¿Será capaz de resolverla con los conocimientos adquiridos,
sin darle más instrucción?
Caso 2. Por el contrario, en una concepción más liberal se puede esperar que sí se
produzca la necesaria transferencia de conocimientos. Lo que ya sabe hacer cuando
la multiplicación es de la forma 57 x 3 será para él fácilmente generalizable a la
nueva situación 57 x 23. Pero, cuidado, esta generalización sólo se realizará en el
caso que su maestro/a haya sido cuidadoso; es decir, si se ha preocupado de que
Luis se percate de (el papel de la propiedad distributiva en el algoritmo) la
conveniencia de parcelar los productos de acuerdo con los órdenes de unidades
(unidades, decenas, centenas, etc.).
Si esto sucede, es razonable pensar que Luis hará una doble distribución:
285 x 1 7
285 x 10 = 2850
285 x 7 = 200 x 7 = 1400
80 x 7 = 560
5 x 7 = 35
_____________
285 x 7 = 1995
Hay que optar por un cambio real frente al cambio nominal, y dentro del cambio real,
hay que lograr que no sea mecánico (simplemente la adopción de rituales y rutinas
del nuevo programa sin haber captado su intención) ni ilusorio, sino que sea
constructivo, es decir que implique la comprensión y aceptación de los principios y
valores subyacentes. En definitiva, no basta con que los profe sores / as conozcan
las actuales sugerencias para la mejo ra de la enseñanza de las Matemáticas, sino
que es necesario que las entiendan y que conozcan los argumentos teóricos que las
sustentan.
Anteriormente se ha dicho que las sucesivas formas que se han producido en los
últimos años en la enseñanza de las Matemáticas han venido más determinadas por
los cambios internos acaecidos en la misma matemá tica que por principios
psicopedagógicos sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje. Se ha incidido más
en "qué" se enseñaba que en "cómo", y el espíritu formalista, que da prioridad a los
aspectos axiomáticos y deductivos, al rigor y al lenguaje formalizado, ha presidido en
general la enseñanza de las Matemáticas, cobrando gran fuerza en las décadas de
los 70 y 80.
Ahora bien, a partir de los años cuarenta la psicología empezó a interesarse por los
procesos de aprendizaje, y de alguna forma las tres grandes tendencias en la
enseñanza de las Matemáticas a que se ha aludido, guardan relación y encuentran
justificación en las diferentes teorías sobre el aprendizaje que han ido apareciendo a
través de los años.
Dentro de las teorías que tratan de ofrecer una respuesta al complejo problema de
las formas de adquisición del conocimiento, se pueden diferenciar, grosso modo, dos
grandes grupos: las teorías asociacionistas y las teorías cognitivas. Las primeras
tratan de estudiar los cambios en la conducta manifiesta u observable de los
individuos, mientras que las segundas se interesan por el estudio de los procesos
internos que tienen lugar en la mente del individuo y que explicarían la conducta.
Mientras que las primeras se acogen a un modelo de "caja negra" que explica el
vínculo entre el estimulo y la respuesta, en térmi nos de "conexión" o "asociación",
las segundas tratan de esclarecer los procesos mentales a través de los cuales se
constituyen los sistemas de relación que subyacen al conocimiento.
La potencia explicativa de las teorías cognoscitivas es evi dente, y cada día hay más
elementos que permiten superar el asociacionismo. No obstante, dentro de las de-
nominadas "teorías cognitivas" existe una gran diversidad de tendencias sobre la
forma en que se desarrollan los procesos de aprendizaje. Las primeras teorías
cognoscitivas (gestalt, Piaget, Bruner, etc.) que rompen con el aso ciacionismo,
ponen de manifiesto la existencia de "estruc turas globales" que rigen la
comprensión. Para la gestalt, por ejemplo, el conocimiento no puede venir, como
defiende el asociacionismo, por la acumulación memorística de contenidos, sino por
el descubrimiento de la estructura que subyace a un problema y que es común a
todos aque llos problemas que pertenecen a la misma categoría. De igual forma,
Piaget insistió en la existencia de estructuras lógicas como base de diferentes
conocimientos.
Todas estas teorías contribuyeron a que el objetivo del aprendizaje, que para el
asociacionismo consiste en la repetición de contenidos aislados, se desplazara hacia
la comprensión de las estructuras, o lo que es lo mismo, de los sistemas de relación
que subyacen a dichos contenidos. Sin embargo, posteriormente se vio que el
aprendizaje de las estructuras no puede realizarse con éxito al margen de los
contenidos concretos y específicos.
Un enfoque asociacionista.
Un enfoque estructural.
Un enfoque funcional.
3.2. EL ENFOQUE ASOCIACIONlSTA
Una enseñanza de este tipo se basa en la idea, reivindicada hoy por muchos
profesores/as tras el "fracaso" de la Matemática Moderna y comprensiva, de que,
básicamente, aprender matemáticas es aprender a calcular, y el ejercicio en el
cálculo conduce, a la larga, a la comprensión. Esta forma de enseñanza encuentra
su plena justi ficación en las tesis asociacionistas.
Cada una de estas operaciones requiere, por su parte, que el alumno/a sea capaz
de realizar una serie de funciones psicológicamente diferentes. Estas funciones son
enseñadas mediante la repetición de sucesivos ejercicios que el maestro/a deberá
proponer en el orden adecuado. La práctica continua llevará a que se establezcan
los vín culos requeridos, de forma que cada vínculo adquirido posibilitará la
elaboración de otros más complejos.
3.3.1. El cognitivismo
Tal como se ha dicho, en las décadas de los años cincuenta y sesenta los profundos
cambios que afectaron a la Matemática repercutieron también en su enseñanza y
condujeron a la reforma del currículum en numerosos países. El nuestro, entre ellos,
a partir de los setenta.
Estas estructuras no son sino formas lógicas, cuyo objeto es explicar ciertas
constantes generales del pensamiento, pero su adquisición no implica en absoluto la
adquisición simultánea de ciertos contenidos curriculares que pueden estar
relacionados con ellas desde el punto de vista formal, pero que poseen su propia
especificidad. Así, por ejemplo, la estructura de conservación de la cantidad está en
la base de la comprensión de las operaciones aditivas, pero "aprender" a sumar y a
restar y "aprender a solucionar" los diferentes tipos de problemas aditivos
constituyen cosas distintas.
Los famosos bloques lógicos, por ejemplo, constituyen un material estructurado que
permite enseñar los conceptos de conjunto, subconjunto, intersección, inclusión,
unión, etc. Siguiendo las teorías de Bruner, Dienes pensaba que a partir de
manipulación de objetos concretos, que res ponden a una determinada estructura
(representación inactiva), el alumno/a construirá imágenes mentales múlti ples
(representación icónica) que le permitirían abstraer los aspectos más relevantes de
los conceptos matemáticos y representados mediante símbolos (representación sim-
bólica), los cuales deberán ser al principio de carácter "informal" o "natural", para
que el alumno/a pueda adentrarse en el proceso de descubrimiento del lenguaje
matemático formalizado.
Otro ejemplo que ilustra este tipo de enseñanza es el de las operaciones "de llevar".
Mientras que una enseñanza algorítmica insistirá fundamentalmente en la memo-
rización y la repetición de la "técnica" algo rítmica corres pondiente, la enseñanza
estructural incidirá en la comprensión del sistema de numeración decimal como base
de la comprensión posterior del algoritmo. Para ello se diseñaron materiales, como
los bloques multibase, las re gletas Cussinaire o el material Montessori, que permiten
"mostrar" los acoplamientos inclusivos entre unidades, decenas, centenas, millares,
etc. El alumno/a puede realizar primero las sumas o restas con estos materiales, lo
que le llevará a ver, por ejemplo, que si suma 8 unidades y 4 unidades, podrá
construir una nueva decena y le sobran 2 unidades. La idea es que la comprensión
de esta estructura "base" permite entender posteriormente el algoritmo.
Valga decir que esta ha sido la crítica fundamental que tanto desde la matemática
como desde la psicología se ha realizado a la teoría piagetiana. Pero es importante
aclarar que muchas de estas críticas han pasado por alto el aspecto quizá más
importante de su teoría.
En efecto, no hay que olvidar que en la teoría piagetiana las estructuras lógicas son
el resultado de un proceso de construcción activa que realiza el individuo en
interacción con el medio. El máximo interés de Piaget fue siempre el de explicar
cómo se pasa de un estado menor a otro de mayor conocimiento, y para ello elaboró
importantes explicaciones funcionales, no siempre recordadas.
Por otro lado, la descripción de las estructuras lógicas tiene una función
fundamentalmente epistemológica, y no psicológica ni pedagógica, aspectos estos
por los que Piaget sólo se interesó de forma superficial. Pero el conocimiento de
dichas estructuras que como se ha dicho están en la base de muchos de los
contenidos del currículum, constituye un marco general importante y necesario,
aunque no suficiente, para elaborar la propuesta didáctica constructivista.
"Para ilustrar esta propuesta, debemos considerar a un profesor que está intentando
que sus alumnos aprendan la generalización de que la suma de los ángulos de un
triángulo es igual a 180°». En enseñanza receptiva pura, el profesor enunciará la
generalización y quizá ilustrará con uno o varios triángulos particulares dibujados en
el pizarrón. Lo que interesa señalar es que la tarea de aprender no conlleva ningún
descubrimiento por parte del estudiante: se le presenta la generalización y él sólo
debe aprenderla y recordarla.
Frente a la teoría de Piaget sobre la forma en que las personas comprenden los
conceptos y, a partir de ciertos estudios realizados en el campo de la computación
sobre habilidades lingüísticas de los humanos, surge en la década de los setenta la
teoría denominada procesamiento de la información.
La conducta humana se concibe como resultado del proceso por el cual la mente
actúa (procesan) sobre los datos que proceden del entorno interno o externo
(información). Toda la información es procesada por una serie de memorias, que
procesan y almacenan de forma distinta y que además están sujetas a determinadas
limitaciones en su función. La combinación de tales memorias constituye el sistema
de procesamiento de la información.
Existen varios modelos, dentro de esta teoría, sobre la memoria semántica y las
redes para explicar las habilidades propias del conocimiento de los individuos y
todos describen el conocimiento humano como estructurado y organizado. Los
modelos más recientes se parecen mucho a las concepciones asociacionistas,
siendo así que, se ha considerado recientemente al procesamiento de la infor-
mación, aunque dentro de la ciencia cognitiva, como un heredero del
asociacionismo.
Siegler utilizó la misma tarea, pero consideró previamente las distintas formas en
que los niños/as intentarían resolver el problema, y llegó a identificar cuatro reglas o
niveles que podían utilizar. Posteriormente ideó seis tipos de problemas pensados
cuidadosamente para producir diferentes patrones de respuestas según las
diferentes reglas. Siegler y otros investigadores han aplicado esta metodología de
evaluación de la regla a una gran variedad de tareas y capacidades relacionadas
con ellas, demostrando el valor de las reglas para explicar la actuación infantil en
una diversidad de problemas piagetianos, como la conservación del número y la
conservación de la cantidad continua. Aunque las explicaciones que se obtienen con
esta metodología de análisis de tareas son similares a las de Piaget, hay dos
diferencias fundamentales' una se refiere a la especificidad y la posibilidad de
evaluación, ya que las reglas están definidas de forma más precisa que las
operaciones de Piaget. La segunda diferencia viene dada por el hecho de que las
reglas son para campos específicos, y por lo tanto no partimos del supuesto de que
la realización vaya a ser coherente de una tarea a otra, mientras que las
operaciones de Piaget son estructuras generales que determinan la actuación en
una gran variedad de tareas.
¿Qué significa poner el enfoque en la resolución de pro blemas? Cabe al menos tres
interpretaciones:
Ejemplos:
- Ejercicio: Calcular (4 x 2) + (6 x 3) =
- Problema con texto: Arturo ha comprado una hamburguesa y una coca-cola y
paga con un billete de $ 50.00. La hamburguesa cuesta $ 18.00 Y la coca-cola $
9.00. ¿Cuánto recibió de cambio?
Rompecabezas, juego, acertijo: A partir de seis palillos construir cuatro triángulos
equiláteros.
- Prueba de una hipótesis: Demostrar que si a, b y c son enteros impares,
entonces las raíces de la ecuación ax2 + bx + c = O no son racionales.
- Problemas de la vida real: Queremos alfombrar una habitación cuya forma es
irregular. Deseamos estimar la cantidad de metros cuadrados de alfombra que
debemos comprar.
- Situación problemática: Existe un teorema funda mental que establece que la
descomposición de un número natural en producto de números primos es única.
¿Qué ocurre si cambiamos en dicho enunciado la palabra producto por la palabra
suma?
Situación: Considere las siguientes parejas de números primos gemelos (3,5), (5,7),
(11,13), (17,19), (29,31), (41,43), (71,73).
Comprender el problema.
Concebir un plan.
Ejecutar el plan.
Examinar la solución obtenida.
Para cada una de estas fases, Polya elabora una larga lista de preguntas para el
alumno/a: ¿Cuál es la incógnita? ¿Cuáles son los datos? ¿Es suficiente la
información proporcionada por los datos? ¿Te has encontrado con un problema
semejante? ¿Podrías enunciar el problema de otra forma? ¿Has empleado todos los
datos? ¿Son correctos los pasos dados? ¿Puedes verificar el resultado? ¿Puedes
verificar el razonamiento?... y consejos para el profesor/a: Debe hacer que se
interesen y debe darles el mayor número posible de ocasiones de imitación y
práctica; el maestro/a debe ayudar, pero no mucho, ni demasiado poco, de suerte
que le deje asumir una parte considerable del trabajo; el maestro/a debe ponerse en
el sitio del alumno para tratar de comprender su punto de vista e indicar algún
camino que pudiese ocurrírsele al propio alumno/a. Los trabajos de Polya, se
pueden considerar, como un intento de describir la manera de actuar de un resolutor
ideal.
Según Polya, el preguntar a los alumnos/as ¿de qué otra manera podéis obtener la
solución? Tiene efectos beneficiosos:
Cada uno de estos componentes explica las carencias, y por lo tanto, el poco éxito
en la resolución de problemas de los resultares reales. Así, cuando a pesar de
conocer las reglas no se sabe cuál utilizar o cómo utilizarla, señala la ausencia de un
buen control o gestor de los recursos disponibles. Pero las reglas y un buen control
no son suficientes, pues puede que el resultor no conozca un he cho, algoritmo o
procedimiento específico del dominio matemático del problema en cuestión. En este
caso se señala la carencia de recursos cognitivos como explicación al intento fallido
en la resolución.
Por otro lado, puede que todo lo anterior esté presente en la mente del resolutor,
pero sus creencias de lo que es resolver problemas en matemáticas o de la propia
concepción sobre las Matemáticas haga que no progrese en la resolución. La
explicación, para este fallo, la contempla Schoenfeld en el cuarto elemento del
marco teórico, las creencias.
Por último están las heurísticas. La mayor parte de las veces se carece de ellas. Se
dispone de conocimientos específicos del tema o dominio matemático del problema,
incluso de un buen control pero falla el conocimiento de las reglas para superar las
dificultades en la tarea de resolución.
mejor será el control global que se tenga sobre el problema y sobre las decisiones
que conducen a su solución.
3.4. EPÍLOGO
Los cambios que se producen en los alumnos/as de este nivel (seis a doce años)
son muy grandes en todos los aspectos de su desarrollo. A pesar de que
encontramos explicaciones de cómo y de por qué se producen los cambios, en
muchas ocasiones nos es difícil ubicar a los alumnos/as en una etapa concreta de
las señaladas por las teorías psicológicas. Cada vez es más necesario entender sus
diferencias e inclinarnos hacia una concepción del aprendizaje que no aspire a
igualar los conocimientos de los educandos en cantidad y calidad.
En potencia, los alumnos/as de este nivel educativo, son todo lo anterior y más, pero
también son muy sensibles a las influencias de quienes les rodean. Un fracaso en
matemáticas puede, generalmente, marcarlos para siempre.
4.1. QUÉ HAY QUE HACER
Es sabido por todos que el maestro/a es quien toma las decisiones finales por lo que
respecta a la aplicación del currículum. Pero para poder llegar a conseguir las finali-
dades del aprendizaje de las matemáticas y que contribuyen a la formación integral
del ciudadano /a de hoy y del futuro próximo, no basta con definir lo que se debe en-
señar, es necesario utilizar la metodología adecuada para lograr dichos fines. No hay
ninguna corriente psicológica que explique todos los aspectos del aprendizaje ni
escuela pedagógica que resuelva la mayoría de los problemas de enseñanza,
especialmente en el caso de las matemáticas.
4.2. EL CERO
En primer lugar conviene recordar que cero fue la última cifra que se incorporó a
nuestro sistema de numeración. Esto no ocurrió por azar. Durante mucho tiempo se
pensó que los números expresaban la esencia de lo existente, por ello lo que "no es"
carece de esencia y de ahí que no haya cifra que lo exprese. Este razonamiento no
permitió la aparición de cero.
Cuando a duras penas supera estas dificultades, surgen otras cuando inicia el
estudio de los números decimales: una décima y se escribe 0.1; seguidamente se
pasa a la centésima 0.01; etc., además de la dificultad de los decimales, se añade la
consideración del 0 con valor relativo. Hay que prestar también atención a la
representación del número decimal en cifras, ya que en él se produce un efecto
parcialmente simétrico a un lado y otro de la unidad (356.102 ), que obliga a
reestructurar la norma de los números naturales, pues, aunque al igual que ellos
crecen de derecha a izquierda, los nombres de las unidades de orden no siguen la
misma lógica, y así las décimas son mayores que las centésimas, contrariamente a
lo que ocurre con las decenas y centenas. Al llegar a situaciones de "correr el punto"
la cosa se acaba de complicar 3.2 x 100 = 320.0. Las reglas mecánicas no com-
prendidas obscurecen más el panorama.
En la Didáctica de las Matemáticas habrá que tener en cuenta toda esta riqueza de
significaciones para el número 0. El contexto que mejor facilita la introducción de 0 y
su incorporación al resto de los números es el contexto cardinal.
0 aparece así como la ausencia de objetos discretos y por comparación con otras
colecciones que sí tienen elementos y que han dado lugar a los números
correspondientes.
4.3. El sistema de numeración decimal
"La Aritmética surgió en cada caso junto con un sistema de numeración y para
satisfacer unas necesidades primordiales, no sólo de recuento sino también
operatorias; con los números no sólo se simbolizan cantidades, también las
acciones, relaciones y transformaciones cuantitativas, que pueden realizarse sobre
los objetos, tienen un reflejo en las operaciones numéricag' (Castro, E. Y otros).
Las operaciones numéricas son las que dan potencialidad al número: sin ellas, dice
Vergnaud, "el concepto de número podría incluso no existir".
Socialmente se acostumbra asociar las matemáticas con los números, de forma que
los alumnos/as suelen tener bastante aceptado que lo que hay que hacer para
resolver un problema es una o varias operaciones numéricas. No vamos a negar la
importancia de los números en las matemáticas. Pero hay que dejar claro que la
esencia de las matemáticas está en los razonamientos, no en los números.
Se trata de una relación recíproca: por una parte, los pro cedimientos de los
alumnos/as ponen en acción -además de las propiedades de las operaciones- lo que
ellos saben del sistema de numeración y, por otra parte, la explicación de esos
procedimientos les permite avanzar hacia una mayor comprensión del sistema
decimal.
La enseñanza del principio del "valor relativo" parece ser un proceso de larga
duración, que no puede limitarse a unas pocas lecciones, sino que exige una
progresión larga y cuidadosamente concebida.
La base del sistema es "diez" y se escribe 10. Todo número es suma de potencias
de la base. Adopta un símbolo específico para cada uno de los números inferiores a
la base llamados "cifras": 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9.
superiores.
Cada cifra tiene dos valores, uno según su forma y otro por e11ugar que ocupa, de
modo que la primera de la derecha expresa unidades simples, la segunda, unidades
de segundo orden, la tercera de tercer orden, etc.
Cada unidad de un orden equivale a diez unidades del orden inferior.
Para expresar la carencia de unidades de cualquier orden se emplea el cero, 0.
Se puede concluir que, si bien en su reconstrucción el alumno/a no re capitula la
historia de la numeración, sí que parecen existir ciertos mecanismos comunes entre
algunas de las estrategias utilizadas en la historia y las em pleadas por los niños/as
(por ejemplo, la realización de agrupamiento s y su codificación). Éstos llegan más
lejos que algunos de nuestros antepasados, pero para ello tienen que superar
escollos semejantes a los que aquellos tuvieron que vencer. Lo anterior nos
recuerda la necesidad de tener en cuenta y respetar la existencia de un proceso
constructivo y de las dificultades inherentes al mis mo.
689
3 km = 30 hm = 300 dam
El problema se torna mayor cuando se invierten las rela ciones, es decir, en los
"cocientes". La división como inversa de la multiplicación consiste en calcular uno de
los factores del producto:
Invertimos el ejemplo A:
En el caso a) debemos repartir $ 192.00 entre 8 grupos que son las libretas, en el
caso b) debemos averiguar cuántas veces cabe el 24 en 192.
En el ejemplo B:
En el caso a) se debe averiguar cuántos grupos de 180 se pueden hacer con 360,
en el b) se debe repartir 360 en dos grupos iguales y en el c) se tiene que saber ver
que la relación que interesa es 'la inversa del doble y entonces hay que aplicar lo
mismo que en el b).
En el ejemplo C:
El anterior estudio de las relaciones multiplicativas nos muestra que existen varias
clases de problemas, en los cuales, la solución necesita de una multiplicación o de
una división. Aquí nos hemos limitado a los aspectos más importantes.
Las fracciones son un tema especialmente difícil, las dificultades surgen en seguida
y perduran, en la mayor parte de los alumnos, hasta los dieciséis o los dieciocho
años.
Revisemos las dificultades posibles que los maestros/as encuentran en su
enseñanza. Para empezar se usan números naturales pero con significados
diferentes, en el momento de comparar las relaciones se invierten
La fracción como operador. Cuántos son los 2/3 de una clase con 36 alumnos/as, se
puede representar por:
ESTADO- ESTADO
OPERADOR
UNIDAD FINAL
(situación)
24
36 alumnos (Dividir por 3,
alumnos
multiplicar por
2)
4.6. Divisibilidad
Ya a esta edad los alumnos/as se fijan en ciertas carac terísticas que encuentran
ocasionalmente. La más intuitiva aparece con el 5:
Cuando estas series empiezan por cero o por el número de la cantidad constante a
añadir, el alumno/a va formando series de múltiplos:
Esta dificultad, en el caso de la mitad, los llevará a clasificar los números en pares,
los que pueden dividirse en dos partes iguales e impares, los que no tienen esa
propiedad.
Para el tercio observarán que pueden hacer una clasifi cación, en números que
tienen la propiedad de dividirse en tres partes iguales, y otros que no.
el alumno /a descubre así que la suma de dos números pares es par y que también la
suma de dos impares es un número par.
par x par = par par x Impar = par Impar x par = par impar x impar = impar
Para introducir el concepto de múltiplo conviene empezar con una motivación del
mismo. Esto se logra a partir de proponer un problema concreto:
a = b x c".
En cuanto a la relación «ser múltiplo de" la práctica escolar sugiere que no se debe
explicitar que es una relación de orden parcial ya que esto no es relevante en el
aprendizaje del alumno/a, pero deben estudiarse las propiedades que tiene dicha
relación, por sus aplicaciones en la propia divisibilidad, así como su denominación:
reflexiva, antisimétrica y transitiva, por su carácter unificador al aparecer en
numerosos contextos matemáticos. En la Educación Primaria, el estudio de es tas
propiedades no debe suponer la demostración de las mismas sino su comprobación
mediante ejemplos.
“El lechero tiene 6 ánforas de 18 1 cada una; cada ánfora se vende utilizando una
medida de litros o litros enteros para que no sobre nada de cada una y todas las
ánforas las vende con medidas distintas. Averiguar cuál es la medida de venta de
cada ánfora".
También puede suceder que algunos alumnos/as no se den cuenta que la propiedad
reflexiva de la relación "ser múltiplo de" y la propiedad que tiene el cero de ser múlti-
plo de cualquier número les proporcionan los dos primeros elementos de la serie de
los múltiplos de un número. Lo mismo ocurre con los divisores respecto al número
dado y el 1.
Existen creencias previas o construidas por parte de los alumnos/as que por ser
falsas frenan la adquisición de otros conocimientos. Para superarlas es necesario
trabajarlas sistemáticamente durante mucho tiempo para reestructurar el
conocimiento previo.
Los casos anteriores se resuelven con trabajo experimental donde se exploran las
diversas posibilidades y las variaciones de área o volumen.
..
En esta etapa (12-16 años), no podemos olvidar los cambios físicos que se producen
en los alumnos/as en estas edades que pueden influir en las pautas de compor-
tamiento. Las reacciones frente a diferentes situaciones pueden ser muy diversas,
de manera que se dan posiciones muy cerradas o muy abiertas que rayen, en algu-
nas ocasiones, en la insolencia. En esta edad los (as) adolescentes se sienten más
grandes, más inseguros, con más capacidad para cuestionarlo todo (incluso el
aprendizaje) y presentan, por tanto, un desarrollo emocional generador de
inseguridades y cambios constantes de acti tud.
Pero, como todo en la vida, esta etapa tiene su parte positiva que es necesario
explorar y explotar al máximo: los alumnos/as tienen un potencial de aprendizaje
abstracto creciente; su capacidad de análisis de alternativas y de decisiones sobre
resoluciones posibles de situaciones o problemas, es enorme; su trabajo cooperativo
con otros alumnos, el espíritu de grupo y de ayuda se ve aumentado, y la capacidad
de estudio autónomo o de hacer trabajos individuales es mucho más amplio que en
la etapa escolar anterior.
Desde este punto de vista, se plantea que las matemáticas que hay que enseñar y
aprender en esta etapa, deben estar encaminadas a lograr los fines siguientes:
Trabajar los aspectos clave de la geometría del plano y del espacio en cuanto a
elaboración de modelos, descripción, cálculo, representación y argumentación.
- Un trabajo sistemático.
- Un trabajo práctico.
- Un proceso de enseñanza -aprendizaje abierto y flexible.
- Su labor, poniendo énfasis en los procesos, las es trategias de resolución de
problemas y la construc ción de significados.
- Una potenciación de una actitud positiva por parte de los alumnos/as.
- Una diversidad de sistemas de evaluación y control del trabajo escolar.
- Un planteamiento investigador desde múltiples perspectivas.
Con todo esto se pretende que el alumno/a obtenga el de sarrollo necesario que le
permita un "pensamiento avanzado". Piaget habla de asimilación como el proceso
por el cual se puede modificar una estructura. Así, las características principales de
un pensamiento avanzado (Mason, J.; Borton, L.; Stacey, K. 1988.) son:
Existe una marcada diferencia de actitud frente a los medios mecánicos de cálculo
por parte de profesores/as y alumnos/as. Por ejemplo, ante la aparición de una com-
putadora, los docentes, hasta que no se les ha proporcionado un curso sobre su
manejo y sus utilidades, no pasan de la contemplación despectiva. Por el contrario,
los alumnos/as, rápidamente tocan las teclas y ensayan posibles utilizaciones, con la
ayuda de quienes ya saben algo, y con cierta rapidez le encuentran aplicaciones.
Esto suele colocar al profesor/a en desventaja ante sus alum nos, en lo cual creemos
que reside la gran resistencia de los docentes a la introducción de cambios
tecnológicos en la enseñanza.
- Las tablas trigonométricas han sido sustituidas por la calculadora, mucho más
cómoda, rápida y pre cisa.
- Los logaritmos han dejado de tener interés como herramienta de cálculo, aunque
siguen teniendo un valor conceptual muy interesante: como modelo funcional, que
tiene un comportamiento caracterís tico, como transformación numérica útil para la
construcción de gráficas logarítmicas o semilogarítmicas y para la obtención de
ciertas funciones derivadas.
En el caso de la Estadística, es impensable la realización de un estudio estadístico
con un mínimo interés para la clase si los cálculos de la media, mo da y mediana se
hacen a mano. Las calculadoras permiten obtener los parámetros estadísticos sin
más dificultad que la sintaxis de la introducción de datos. La importancia de su uso
radica en que ayudan a centrar el trabajo en los aspectos interpreta tivos de la
actividad estadística.
Hay calculadoras científicas que con sólo apretar una tecla, genera una secuencia
de números seudoaleatorios, que trabajan a favor de la consideración de la
simulación como el método más gene ral, más útil y más comprensible para medir la
incertidumbre. Esto ayudará a que la probabilidad deje de continuar ocupa ndo un
oscuro rincón en las matemáticas de Secundaria.
¿Por qué seguir dedicando horas y horas a la práctica escolar de los algoritmos de
lápiz y papel para hacer opera ciones aritméticas?
Si es porque se necesitan para la vida diaria, entonces mejor sería hacerlas con
calculadora, que tiene la ventaja de ser más rápida y equivocarse menos. ¿Pero es
realmente tan habitual en la vida diaria hacer la división de 87.35 entre 19.4, o la raíz
cuadrada de 489.73? ¿Cuándo ha sido la última vez que cada uno de nosotros ha
tenido necesidad de hacer cálculos parecidos fuera de la escuela?
"Es cierto que algunos educadores sostienen que los estudiantes necesitan conocer
esos procedimientos. Y tienen razón: los estudiantes necesitan conocerlos, pero no
debido a su importancia matemática, sino porque ayudan a los estudiantes a tener
éxito en la escuela. Dicho sencillamente, estos procedimientos son destrezas para la
supervivencia escolar de los alumnos.
Sobre todo, diga a los responsables educativos, a los inspectores, a sus colegas
profesores, a los padres de sus alumnos, y a todo implicado en las decisiones
curriculares lo que usted ha descubierto: Que se le está pidiendo que gaste tiempo y
energía enseñando destrezas de supervivencia escolar bajo el disfraz de destrezas
matemáticas básicas. Lo cual es un despilfarro y un engaño. Puede que esas
personas no sean conscientes de lo que está ocurriendo".
E. Maier
- Porque permite que los alumnos/ as puedan seguir haciendo matemáticas aunque
carezcan de algunas destrezas "escolares" de cálculo.
- Porque permite a los alumnos/as resolver y propo ner problemas:
- Proporcionando métodos "genuinamente matemáticos":
- Ensayo-error.
- Conjetura y verificación.
- Permitiendo que se centren en el proceso, en lugar de hacerlo en las
operaciones asociadas a la búsqueda de la solución.
- Resuelvan problemas con datos más reales o más complejos.
- Aborden situaciones en las que no es estrictamente necesario disponer de
herramientas matemáticas poderosas (álgebra….)
- Porque libera grandes cantidades del tiempo que los alumnos/as dedican a hacer
cálculos, y el tiempo ganado puede utilizarse para ayudar a que com prendan y usen
las matemáticas; comprendan las operaciones y sus propiedades y comprendan y
aprecien los conceptos de estimación y aproximación.
- Porque permite potenciar el cálculo mental y esti mativo.
- Porque permite ayudarlos a encontrar algoritmos distintos de los "clásicos"
- Porque es una excelente máquina de proponer problemas.
- Porque permite proponer problemas con los datos que aparezcan en la realidad, sin ir
buscándolos para lograr que los resultados sean exactos (y contribuyendo así a
desterrar uno de los "síndromes" más arraigados en los alumnos/as, el de la exacti-
tud: si un problema o ejercicio de matemáticas no tiene resultado exacto, seguro que
está mal resuelto).
- Porque permite reflexionar sobre la posibilidad de modificar algunos contenidos
matemáticos.
7. A MANERA DE CONCLUSIÓN.....
El niño y la niña, el o la adolescente, a quienes va dirigida nuestra labor educativa
también se enfrentan ante una realidad nueva y compleja que deben conocer y
dominar. Y si bien viven inmerso s en una sociedad que posee ya una serie de
conocimientos, herencia de miles de años de civilización y que forman también, por
lo tanto, parte del medio que les rodea, eso no quiere decir que puedan captar de
inmediato todos los modelos acabados que les rodean. El niño /a conoce la realidad
a través de la acción y muchas de esas acciones comportan ya la matematización a
un cierto nivel, de algunos aspectos de esa realidad. Primero estas acciones (reunir,
separar, ordenar, repartir, etc.) son puramente manipulativas y posteriormente son
interiorizadas de forma que puedan ser imaginadas o anticipadas mentalmente; de
esta forma se van coordinando y diferenciando progresivamente en función de los
múltiples objetos y situaciones a los que se aplican hasta convertirse en
operaciones, en las estructuras cognitivas necesarias para la auténtica comprensión
de los conocimientos. También, pues, al niño/a y al adolescente les es necesario
realizar un largo proceso, lleno de avances y retrocesos, falsas interpretaciones,
confrontación de éstas con la realidad, regulaciones, etc., en el que el concepto
aplicado a numerosos y dispersos contextos y situaciones, se va construyendo a
diferentes niveles de rigor.
Una clase en la que se inte nta llevar a cabo un aprendizaje constructivo no es una
yuxtaposición de individuos sino un colectivo que debe estar abierto a la realidad ex-
terior, descubrir los problemas que ésta plantea, construir los instrumentos
necesarios para darles solución y ampliar así el campo de sus intereses y
conocimientos. Y para dar solución a estos problemas deberán inventar in-
numerables recursos, construir diversos y múltiples conceptos, algunos de los cuales
serán de índole matemática. No debemos olvidar que las matemáticas están insertas
en la realidad que al niño/a le interesa conocer y que "los problemas reales" no se
inventan, ni se desgajan del resto de la realidad para proponerlos en clase.
Pero, a pesar de todo lo anterior, una enseñanza de las matemáticas que parta de la
matematización de situa ciones reales puede seguir siendo tradicional e impositiva si
se sigue basando en la transmisión directa de modelos. El niño/a debe construir por
sí mismo, tanto a nivel conceptual como a nivel de representación gráfica, las no-
ciones matemáticas y nuestra función, como maestro/a, debe ser la de proponer las
situaciones adecuadas que les permitan avanzar en cada momento del proceso.
Esto no es fácil, pero vale la pena intentarlo por la satisfacción que produce.
DIDÁCTICA DE LAS MATEMÁTICAS
INTRODUCCIÓN
3.4. EPíLOGO
4.2. EL CERO
4.2.1. El cero en la Escuela Primaria
4.2.2. Los contextos y el cero
4.3. EL SISTEMA DE NUMERACIÓN DECIMAL
4.6. DIVISIBILIDAD
4.6.1. Concepto de múltiplo de un número. Propiedades
4.6.2. Concepto de divisor. Propiedades
7. A MANERA DE CONCLUSIÓN.......