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CURSO DE AUTORREALIZACIÓN DE ANANDA

EN ESPAÑOL

Primera Parte: Iniciación a la meditación

Lección 4

INTERIORIZACIÓN

Principios

En esta lección verás que se introduce el concepto “Maestro”, que te acompañará a lo


largo de tu andadura por este sendero. Un Maestro (en sánscrito gurú, “el que disipa la
oscuridad”) es un ser que ha alcanzado la autorrealización y cuya extraordinaria elevación
espiritual le permite guiar a los demás en su búsqueda de la realización. Actualmente se
utiliza la palabra Gurú para definir a un experto en un campo determinado, incluido el
camino espiritual. Son muchos los que se autoproclaman gurús, o cuyos seguidores los
proclaman tales, pero son muy pocos los que realmente obtienen la autorrealización y por
consiguiente la capacidad de guiar a otras personas hacia la liberación. Yogananda es uno
de estos seres autorrealizados. Al auténtico Gurú se le podría comparar con un entrenador
de elite, que ayuda al atleta a descubrir lo mejor que hay dentro de sí mismo.
Yogananda decía: "Dios envía primero una guía indirecta al aspirante espiritual por
medio de libros y maestros de menor categoría. Sólo cuando el deseo por Él se vuelve muy
intenso, le envía ayuda en forma de un Gurú autorrealizado. No se trata de que el estudiante
haga un favor al Gurú aceptándolo como maestro, sino que el estudiante debe haber rezado
intensamente en esta vida y en vidas anteriores para merecer una bendición tan grande. Eso
no significa que tengas que salir en busca de un Gurú. El Señor te lo enviará o te conducirá
hacia él cuando estés preparado espiritualmente”. Paramhansa Yogananda.
Los grandes Maestros son seres que han alcanzado la Iluminación, por eso tienen
capacidad para mostrar a los demás el camino. La línea de Maestros a la que pertenece
Yogananda comienza con Jesucristo y continúa con Babaji Krishna, Lahiri Mahasaya y
Swami Sri Yukteswar para terminar en Paramhansa Yogananda.
La meditación es un viaje al centro de tu ser interior. Un viaje que solamente puede
empezar cuando retiras tu atención del mundo exterior. Se requieren dos elementos para
progresar: relajación y concentración. Por medido de la relajación profunda no sólo se
aquieta el cuerpo para la meditación, sino que también se contribuye a mantener la mente
en calma, ya que se distrae menos al no tener la multitud de pequeños mensajes enviados
por el cuerpo. A medida que vayas progresando en la práctica de la meditación te darás
cuenta de que tu peor enemigo es la mente inquieta. La única manera de combatirla es por

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medio de la concentración. En la última lección nos enfocamos en la relajación y en esta
lección lo haremos en la concentración.
La concentración enfoca el poder de la mente de la misma forma que una lupa lleva los
rayos del sol a un solo punto. Pero la mente, que es distinta de una lente, no es pasiva; se
requiere un acto de fuerza de voluntad para desechar todo pensamiento inquieto y enfocarla
completamente.
La capacidad para concentrarse es una cualidad inherente a lo humano y forma parte de
nuestro ser. Para obtener éxito en los negocios, el deporte, los estudios, etc. tenemos que
concentrarnos profundamente en la tarea que tenemos entre manos. Se dice que cuando
Einstein se concentraba en un problema se olvidaba hasta de comer y en ocasiones ¡durante
días! Nosotros también estamos destinados a alcanzar la victoria en nuestros proyectos si
ponemos toda nuestra atención en lo que estamos haciendo.
Aunque es un elemento muy importante para el éxito, raramente se nos enseña cómo
concentrarnos. En esta lección aprenderás la técnica de Hong-So, la cual Paramhansa
Yogananda llamó “la técnica de concentración más alta”. La técnica de Hong-So tiene una
base científica y trabaja con fuerzas fundamentales de la fisiología humana. Hemos hablado
brevemente de cómo la respiración, la energía y la mente están unidas, pero ahora es el
momento de hablar del tema con más profundidad.
Intuitivamente sabemos que existe una conexión entre nuestra respiración y nuestra
habilidad para concentrarnos. Observa cómo, instintivamente, retienes la respiración
cuando tratas de desempeñar una tarea delicada como la de enhebrar una aguja. Por otra
parte, cuando nuestra mente y energía ya están calmadas y enfocadas, observamos que
también nuestra respiración está calmada. La próxima vez que estés absorto leyendo un
libro o escuchando música, observa lo lenta y pausada que es tu respiración.
La ciencia del yoga ha comprobado, desde hace mucho tiempo, que los ejercicios de
respiración pueden ejercer una influencia muy poderosa sobre la mente. De hecho existe
una gran variedad de técnicas de respiración llamadas pranayamas, su traducción literal es
“control de la energía sutil”. Algunos profesores se limitan a enseñar los aspectos físicos de
los pranayamas, pero en realidad tienen efectos mucho más profundos.
Las técnicas de respiración operan a varios niveles: En el aspecto físico ayudan a
eliminar el monóxido de carbono y a oxigenar la sangre, permitiendo que la respiración se
haga más lenta. En el aspecto mental nos ofrecen un objeto en el cual podemos concentrar
la mente. Calmando la mente se calman al mismo tiempo las emociones. Pero el aspecto
más importante es que nos permiten influir en el curso de la fuerza vital en el cuerpo y en la
mente. La razón por la cual estas técnicas tienen tanto poder, es que nos ofrecen la forma de
controlar la energía sutil, llamada en sánscrito prana. El Prana es más refinado que las
fuerzas electromagnéticas de este universo físico; es el principal mar de energía de donde
emergen los átomos.
No existe aún un instrumento capaz de detectar esta energía, pero aquellas personas que
desarrollan una conciencia susceptible a ella puede percibirla. Las personas que pueden ver
el aura están viendo la emanación de prana o cuerpo "astral”. El prana (o chi, o ki en otras
tradiciones) está imbuido y mantiene en su totalidad el mundo físico y toda la materia es
sostenida por él. Todo objeto viviente existe debido al prana.

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Yogananda utiliza el término “fuerza vital” refiriéndose a esta energía cuando se
manifiesta en todas las cosas vivientes y nos enseña que esta fuerza vital es lo que nos
anima y da vida. Sin ella seríamos objetos inanimados. Cristo se refirió a esta fuerza
universal cuando fue tentado por Satanás después de ayunar durante cuarenta días en el
desierto y dijo, “Está escrito, No sólo de pan vive el hombre, sino de la palabra procedente
de Dios”(Mt.4:4). “La palabra” utilizada así significa vibración o energía.
Realmente es el prana el que sostiene el cuerpo en lugar de la comida, el agua y el
oxígeno. El alimento es aparentemente necesario para el sustento de la vida debido a que
contiene prana en forma concentrada. Ocasionalmente podemos encontrarnos con una
persona capaz de sustentarse solamente de esta energía sutil. Yogananda escribe sobre dos
personas como éstas en su clásico espiritual, Autobiografía de un Yogui. Estos dos
personajes, Teresa Newman de Baviera y Giri Bala de la India, vivieron sus vidas de
adultos sin ningún alimento.
Desde su niñez, Giri Bala era objeto de bromas por su apetito insaciable, esto despertó
en ella un deseo intenso de no volver a comer. Ese día su gurú se materializó ante ella y le
dijo: “Querida pequeña”, le habló con voz llena de compasión, “Soy el gurú enviado por
Dios para satisfacer tu ferviente plegaria, a Él le conmovió lo inusual de esta petición; de
hoy en adelante vivirás sostenida sólo por la luz astral, los átomos de tu cuerpo serán
alimentados por la corriente infinita”.
El Prana es muy sutil para poder ser percibido por la mayoría de las personas, pero por
su conexión directa con la respiración, ejercemos una influencia indirecta sobre él por
medio del control de la inspiración y la espiración, lo cual es relativamente fácil de hacer.
Teresa Newman, la famosa monja católica con los estigmas, vivió toda su vida adulta
sin alimento. Solamente tomaba la hostia consagrada durante la misa diaria.
Frecuentemente fue examinada por médicos para verificar este aparente milagro.
La técnica que aprenderás en esta lección, Hong-So, es un ejercicio de respiración; su
propósito no es liberarnos del alimento, sino liberarnos de una mente inquieta. Su propósito
ulterior es llevarnos a una completa interiorización. De hecho, practicada correctamente,
nos ayudará a alcanzar el 100% de concentración. Solamente en este momento es cuando
experimentamos los estados profundos de meditación y sentimos nuestra unión con Dios.
La meditación profunda llega espontáneamente cuando toda nuestra naturaleza está
interiorizada y enfocada en el entrecejo (el ojo espiritual, o centro Crístico). En él se asienta
la concentración y Hong-So trabaja con la respiración, la atención y como mantra para
enfocar toda la fuerza vital en este centro.
Los sonidos usados en esta técnica, Hong y So, son un mantra. Un mantra es una
fórmula sonora que contiene cierto poder; en ocasiones un mantra puede tener resultados
curativos, darnos fuerza de voluntad o devoción. El efecto especial de Hong-So, sin
embargo, es calmar e interiorizar nuestro prana.

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Técnica de "Hong-So"
La mente y la respiración están íntimamente conectadas. La respiración responde
instantáneamente a diferentes estados mentales y emocionales. De la misma manera que
fluye la respiración, fluye también la mente. Al concentrarnos en la respiración, la mente se
va calmando. Ésta es la técnica de concentración y meditación de "Hong-So" enseñada por
Paramhansa Yogananda y por su discípulo directo Kriyananda.
La técnica de Hong-So es relativamente simple, pero muy importante para meditar.
Paramhansa Yogananda dijo que si uno quiere convertirse en un maestro de yoga en esta
vida, debería practicar la técnica de Hong-So por lo menos dos horas al día. Yogananda,
cuando aún era un niño, solía practicarla durante ocho horas, pero debes ver cuánto tiempo
puedes dedicar a tu meditación. La meditación está diseñada para traerte satisfacción y
alegría, no aumentes artificialmente el tiempo más allá de tu capacidad para sentir esa
alegría interior. El tiempo de duración de esta práctica depende totalmente de ti. Hablando
en términos generales, el progreso en la meditación está determinado por la combinación de
la intensidad del esfuerzo que pongas y la cantidad de tiempo que le dediques. Unos
minutos de Hong-So es difícil que te lleven a estados profundos, pero te ayudarán a calmar
y concentrar la mente. Si quieres conseguir resultados con la técnica debes incrementar el
tiempo que dedicas al Hong-So y el tiempo total de tus meditaciones, teniendo siempre en
cuenta que al terminar la meditación es bueno que te sientas calmado y que sientas la
alegría interior y el deseo de meditar en otro momento; no llegues al “límite de tus fuerzas”.
De ahora en adelante te aconsejamos que practiques Hong-So en cada meditación. Es
mejor practicarlo al principio de la sesión, inmediatamente después de relajar el cuerpo y
después de hacer varias series de respiración normal para aquietar la mente.

La técnica de Hong-So
Antes de la meditación te sugerimos que hagas los ejercicios de energetización, una vez
que los hayas aprendido (se enseñan en una lección más avanzada). Cuando te sientes a
meditar haz una oración a los Maestros y puedes hacer cantos devocionales o bien oír un
CD o casete de cantos devocionales. Recuerda que Hong-So lo puedes realizar en cualquier
lugar o momento.
1) Ejercicio para ayudarte a relajar la mente: Sentado en posición para meditar, inspira
con una inspiración doble y tensa todo el cuerpo, espira con una espiración doble y relájate.
Repite esto tres veces, después, mirando más allá del entrecejo sin cruzar la vista, inspira
lentamente contando mentalmente hasta 8 ó 12, el tiempo que te resulte cómodo. Retén la
respiración el mismo tiempo que inspiraste y espira contando el mismo número. Repite este
ejercicio de 6 a 10 veces.
2) Al terminar el ejercicio anterior y cuando la respiración comience a fluir
naturalmente otra vez, observa simplemente su movimiento, no trates de controlarla,
relájate, deja de contar y concéntrate en la parte del cuerpo donde sientas la respiración, por
ejemplo en los pulmones o en los orificios nasales por donde entra y sale el aire, etc.
Conviértete en un espectador imparcial, no te preocupes de si estás inspirando o espirando.
Simplemente presta atención a lo que la respiración hace de forma natural y espontánea.

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3) Cuando inspires repite mentalmente el mantra "Hong" pronunciando la H como una
“h” aspirada y la terminación “ng” con un sonido nasal. Al espirar repite mentalmente "So"
pronunciado con una “o” suave y prolongada. Ten cuidado y no muevas los labios o la
lengua. Hong-So es un mantra sánscrito que significa: "Yo soy Él" o "Yo soy espíritu".
4) Si esto te ayuda a mantener la concentración en la respiración, puedes mover el dedo
índice de la mano derecha muy ligeramente hacia la palma de la mano cuando inspires y
estirarlo ligeramente hacia su posición normal cuando espires.
5) A lo largo de la práctica mantén los ojos cerrados y elevados, dirigidos hacia más
allá del entrecejo, en el espacio, como si el elevar los ojos te llevara al infinito. No fuerces,
deja los ojos muy relajados.
6) A medida que vayas profundizando en la práctica, empieza a disfrutar de las pausas
entre la inspiración y la espiración, cuando la respiración no está fluyendo. No fuerces
conscientemente la retención, ni siquiera cuando los pulmones estén llenos o vacíos. Cada
vez que la mente empiece a divagar enfócala con suavidad de nuevo en la técnica de Hong-
So.
7) Al principio práctica de 5 a 10 minutos al día, después vete incrementando el tiempo
a medida que disfrutes con la práctica.
8) Al finalizar la práctica inspira y espira tres veces. Con la última espiración retén la
respiración el tiempo que te resulte cómodo. A continuación empieza a respirar
normalmente y asegúrate de permanecer sentado en silencio sin moverte al menos el mismo
tiempo que empleaste en la práctica. Interiormente reza por otras personas, canta o haz una
visualización con devoción.
Que esta poderosa técnica de concentración de Hong-So te lleve cada vez más cerca de
la realización de Dios.

Rutina
• Reza para recibir la gracia y la guía de los Maestros. Paramhansa Yogananda nos
dio una oración para comenzar la meditación. Esta oración consta de dos partes.
Yogananda propone que digamos la primera parte al comenzar cada meditación. La
segunda parte es personal, en ella puedes pedir su ayuda para centrarte en la
meditación, para sentir paz interior, para sentir su presencia, etc.
Oración:
Padre celestial, Madre Divina, querido amigo Dios. Jesucristo, Babaji-
Krishna, Lahiri Mahasaya, Swami Sri Yukteswar, querido Gurú
Paramhansa Yogananda, santos y sabios de todas las religiones, nos
postramos ante vosotros. Que vuestro amor brille siempre en el santuario
de nuestra devoción y seamos capaces de despertar vuestro amor en todos
los corazones.
(Parte personal)

• Tensa y relaja todo el cuerpo, con respiración doble, de tres a seis veces.
• Practica la respiración medida de seis a doce veces.

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• Examina tu postura y haz una relajación profunda de las partes individuales del
cuerpo.
• Practica Hong-So por lo menos diez minutos o la mitad del tiempo designado para
meditar.
• Permanece el mayor tiempo posible en el silencio interior.
• Comparte las bendiciones que recibiste en la meditación ofreciendo una oración
curativa por la paz del mundo y pide por tus familiares y amigos.

Hoy Haz lo Siguiente:

• Revisa tus prácticas de meditación para ver si necesitas hacer cambios.


• Practica la respiración medida ( 8, 12, 16) de seis a doce repeticiones.
• Examina tu postura, realiza una “relajación profunda” de las partes individuales del
cuerpo.
• Practica la técnica de Hong So por lo menos diez minutos o hasta la mitad del
tiempo destinado a tu meditación.
• Manténte en el silencio interior el mayor tiempo posible.
• Termina con una oración por el mundo y tus seres queridos. Aquí tienes una oración
de Yogananda para la curación que puedes utilizar en este momento:
Madre Divina, tú eres omnipotente y omnisciente, Tú estás en todos tus
hijos. Tú estás en … (nombre de la persona por quien quieras rezar).
Manifiesta Tu energía curativa, Tu amor y Tu alegría en su cuerpo,
mente y espíritu.
Se termina la oración frotando las manos durante unos segundos para generar energía,
después se abren los brazos y con las palmas de las manos hacia el frente se repite AUM
tres veces. Puedes imaginar cómo la luz divina baña a la persona.

Recursos que te llevarán más lejos


Libro: “Cómo iniciarse en la Meditación. Para alcanzar la plenitud en la vida diaria”
de J. Donald Walters (Swami Kriyananda) de la editorial española Oniro.

Si tienes alguna pregunta no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

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Teléfono: 1-530-478-7569
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