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HEGEMONÍA CULTURAL, VIOLENCIA SIMBÓLICA Y CONFLICTOS

SOCIOAMBIENTALES EN EL PERÚ.
Por Carlos Gustavo Viloche Armas*
*Estudiante del XI ciclo de la Carrera de Derecho en la Universidad Nacional de Trujillo, coordinador
Institucional de la Sociedad de Debate del Instituto Ápex Iuris, así como miembro de las sociedades de
Derecho Penal y Constitucional del mismo instituto. Ponente y Debatiente estudiantil a nivel nacional.

Con el presente trabajo, el autor pretende abordar uno de los temas más latentes en nuestra
realidad nacional: Los Conflictos Socioambientales, el cual sin duda requiere un análisis
sistemático por la propia complejidad del asunto. Así, usando conceptos nativos de la
Filosofía Continental Materialista, tales como la «Hegemonía Cultural» y la «Violencia
Simbólica» de Bourdieu y Gramsci, se intenta describir y analizar someramente las
relaciones sociales de poder que se originan dentro de los Conflictos Socioambientales,
teniendo como factores conexos al análisis a entes como El Estado y la Sociedad - Pueblo,
relacionando pues una analogía entre los Dominadores y los Dominados, así como la
Conciencia Social Peruana, la cual influenciada por elementos materiales juega un papel
primordial en estos conflictos.
I. INTRODUCCIÓN.
Sin duda alguna, el devenir histórico de un país no puede ser abordado desde una visión
unidimensional, pues, como es obvio, nos traería la trágica consecuencia tener una
perspectiva errada y aislada de la realidad; para tratar de evitar este dilema, es necesario poder
recurrir a una gama multidisciplinaria de ciencias, en especial de ciencias sociales, para poder
tener un conocimiento más o menos acertado de las relaciones sociales que imperan hoy en
día. La Economía, juega un papel importante en este análisis, lo mismo ocurre con la
Sociología e incluso la Ciencia Política.

Teniendo esto en mente, es sencillo poder inferir lo que el autor trata de esgrimir: Un País
como el nuestro, cuya Economía es principalmente extractivista y minera, en el cual existe
un alejamiento notorio por parte del Estado en cuanto a políticas ambientalistas y con la
sazón de tener a una población, cuya conciencia social es muchas veces indiferente de los
conflictos sociales en general, es «tierra fértil» para la proliferación de Conflictos
Socioambientales. Con un enfoque multidisciplinario en mente, también resulta sencillo
poder imaginar que estos conflictos no han surgido, como se dice coloquialmente “de la
noche a la mañana”, sino que obedecen a un patrón de evolución histórica, pues recordemos
que el Perú adolece de un desmedido extractivismo, el cual es casi depredador, desde la época
del Virreynato, Galeano mencionaba incluso en su célebre La Venas Abiertas de América
Latina” (haciendo referencia a su vez a otro trabajo digno de lectura, La Economía de
América Latina del autor francés Jacqueline Beaujeu-Garnier) que «Una economista francés
sostiene que la peor herencia colonial de América Latina, que explica su considerable atraso
actual, es la falta de capitales. Sin embargo, toda la información histórica muestra que la
economía colonial produjo, en el pasado, una enorme riqueza a las clases asociadas, dentro
de la región, al sistema colonialista de dominio. La cuantiosa mano de obra disponible, que
era gratuita o prácticamente gratuita(…)»1

¿Son entonces los conflictos socioambientales y los conflictos sociales en general inherentes
a nuestra realidad? ¿La situación es un común denominador para los países de América
Latina? Estas y otras, son preguntas que inexorablemente nos asaltan al reflexionar sobre
nuestra realidad tan golpeada por las crisis; para poder enlazar las preguntas con el análisis
social que nutre al presente ensayo, creo firmemente que es saludable poder utilizar categorías
como «Hegemonía Cultural» y la «Violencia Simbólica», categorías propias de las Ciencias
Sociales y en especial de la Filosofía Continental Materialista, siendo planteadas por el autor
francés Pierre Bourdieu y luego desarrolladas por el italiano Antonio Gramsci. Pero, ¿Por
qué introducir la Sociología antes descrita como marco analítico para los Conflictos
Socioambientales? A mi parecer, la respuesta resulta poco complicada: Las relaciones
sociales, que son la base organizativa de la Sociedad como tal, tienen distintas variantes y son
influenciadas por otros tantos; los cuales, a su vez, son susceptibles de estudio; de esta manera
las relaciones sociales y relaciones de poder que existen entre ciertos sectores de la Sociedad
como los Dominadores o Dominantes y los Dominados; en este caso, los Entes Estatales y
Privados (Dominantes) y la Población en General (Dominados) son las que van a generar los
conflictos sociales, dentro de ellos claro está, los Conflictos Socioambientales. Esto de la
mano con el desarrollo que se dará a continuación de la naturaleza de los entes en
contradicción, contradicciones que también son las responsables de sentar las bases para una
Conciencia Social determinada, es decir, la común manera de «percibir las cosas por parte de
la Sociedad».

1
Galeano, E. (1971). La Venas Abiertas de América Latina. México: Editorial Siglo XXI.
Hasta allí, las categorías mencionadas no parecen del todo conectadas; no obstante hace falta
una interpretación sistemática de las Ciencias Sociales para poder visualizar los puntos de
conexión, ¿Qué tienen que ver las Relaciones Sociales con los Conflictos Socioambientales?
O ¿Qué aportan conceptos como «Hegemonía Cultural» o la «Violencia Simbólica» al
análisis de estos conflictos? Durante el Desarrollo del presente trabajo, se intentará dar
respuesta a las interrogantes explayadas durante este breve introito.

II. DESARROLLO.

Para los habitantes de América Latina no resulta extraño poder comprobar diariamente en
los diferentes medios de prensa la existencia latente de Conflictos Sociales; en el Perú, según
el Reporte de Conflictos Sociales N°170 – abril 20182 existen un total de 196 conflictos
sociales activos y un total de 52 conflictos sociales latentes (Dato Importante: Ningún
conflicto social se ha resulte en el mes de abril). Dentro de este informe podemos observar
en un cuadro que clasifica los Conflictos Sociales según su tipo (Ver Anexo 1) que los
Conflictos Ambientales del Tipo Socioambiental ocupan el primer puesto de la lista de los
Conflictos Activos con un número de 58 conflictos, es decir el 70,7%. Con estos datos ya
podemos ir haciéndonos una idea de la situación en la que nuestro país se encuentra.

Con un simple vistazo a las estadísticas mostradas en el párrafo anterior podemos llegar a la
conclusión que existe una grave problemática socioambiental en nuestro país, problemática
muchas veces dejada de lado por los entes estatales, pero ¿Por qué son estos tipos de
conflictos los más comunes en nuestro país? Para responder a esto, debemos entender que
las políticas económicas juegan un papel fundamental en este asunto; pues la manera de como
se organiza un Estado, y por tanto una Sociedad, va a influir directamente en el devenir
histórico de los mismos. Así un país cuya economía se base casi parasitariamente en el
Extractivismo, y en especial en el sector minero, es casi un axioma que aparezcan conflictos
sociales de índole ambiental, pues en la mesa participan diversas fichas, tales como el
bienestar de la población y, claro está, el cuidado del medio ambiente. Al respecto podemos
sostener que: «En la última década, los conflictos socioambientales en Latinoamérica han
cobrado una visibilidad inusitada en el marco de un modelo de desarrollo extractivista basado
en la explotación a gran escala de los recursos naturales, que además implicó el avance de las
fronteras productivas a zonas antes consideradas como marginales» (Harvey, 2004). Este
neodesarrollismo trajo aparejado el surgimiento de fuertes resistencias sociales que han
puesto en cuestión el propio sentido de “el desarrollo”, planteando alternativas de vida, de
producción y de relación con “la naturaleza” »3 Es decir, siguiendo con el análisis materialista
que impregna a este ensayo, que los Conflictos Sociales como hecho social no solo es el
resultado de determinas categorías sociales, económicas y políticas; sino que a su vez ha
generado también otras tantas categorías como el Desarrollo Sostenible.

Habiendo fijado esto, nos corresponde poder analizar las partes y origen de estos conflictos,
para ello, es necesario poder dejar en claro que debemos ubicarnos en un tiempo económico
que pertenece al modelo Neoliberal, y como en todo modelo, existen Relaciones Sociales y
Relaciones Sociales de Producción, conceptos desarrollados arduamente por Karl Marx o
Max Weber; pero quem para efectos de síntesis, tomaremos la definición (que es resultado
de un profundo estudio, claro está) que nos da Marta Harnecker: «En las sociedades en que

2Autores Varios. (2018). Reporte de Conflictos Sociales N°170 . 15-05-2018, de Defensoría del Pueblo Sitio
web: https://www.defensoria.gob.pe/modules/Downloads/conflictos/2018/Reporte-Mensual-de-
Conflictos-Sociales-N%C2%B0-170---Abril-2018.pdf

3 Trentini, F y Sorroche, S. (2016). Repensando los conflictos socioambientales desde una


ecogubernamentalidad en fricción*. Estudios Políticos, 149, 132-147.
existe la propiedad privada de los medios de producción, los propietarios de los medios de
producción tienen un papel en el proceso general de producción, sin figurar necesariamente
como productores directos, pues al ser dueños de los medios de producción hacen posible
el proceso. Como los medios de producción son las condiciones materiales indispensables a
todo proceso de producción, como es imposible producir sin medios de producción, los
hombres que no poseen estos medios, o que disponen de una cantidad demasiado pequeña
de ellos, terminan por trabajar para aquellos que poseen los medios fundamentales de
producción»4 Resulta sencillo entonces poder encajar los supuestos: Nos encontramos en
una sociedad basada en una Economía Neoliberal que promueva la propiedad privada y en
la cual existe una marcada brecha entre las clases socioeconómicas; existe una clase potentada
que rige los medios de producción, es decir los proceso que van a crear riqueza y capital; más
específicamente en este caso, aquellas personas (que también forman parte de entidades de
inversión) que van a desarrollar actividades económicas que involucren al medio ambiente o
a grupos humanos que puedan verse afectados por el impacto futuro en el medio ambiente,
y, tal como hemos ya recalcado, las principales actividades que involucran al medio ambiente
son las extractivistas mineras. Los responsables de estas actividades se van a relacionar, de
una manera u otra, con el otro sector de la sociedad: Los trabajadores o los pobladores de la
zona en la cual se va a realizar las actividades mineras (entiéndase metálicas, no metálicas, de
hidrocarburos, etc.) constituyendo pues relaciones sociales. Se debe aclarar que para el
desarrollo del presente ensayo nos vamos a centrar principalmente en las actividades mineras
generadas por empresas o personas que tengan la característica de tener en su poder el control
de medios de producción. Ahora, las relaciones sociales que se van a generar de esta
interacción pueden ser pacíficas, que resulta bastante extraño o, como es más usual,
conflictivas y por tanto van a dar como consecuencia la aparición de Conflictos
Socioambientales ya que existirá una confrontación de intereses.

Es cuando menos curioso el tema de La Ley de Consulta Previa, la cual tiene como objetivo
el de prevenir los Conflictos Socioambientales en cuanto a un sector de la población en
específico: Los Pueblos Nativos (Andino o Indígenas), siempre y cuando estos cumplan
algunos requisitos tales como la permanencia territorial ancestral, que mantengan costumbres
autóctonas y de la misma manera el idioma nativo. Lo llamativo de este caso es que, en el
Perú, se busca la equiparación de la búsqueda de la paz social y la inversión privada en cuanto
a actividades extractivas, situación que pareciera una utopía y, que hasta cierto punto lo es,
pues la normativa peruana no promueve precisamente, por intereses privados, la aplicación
irrestricta de la Consulta Previa. Caso modelo es el de Cañaris en Lambayeque.

Ante esto, la naturaleza de la Consulta Previa, la cual podríamos decir que: «(…)al estar
relacionada con la protección de derechos como la identidad, la integridad étnica y cultural,
o la participación representativa, es un derecho fundamental “de naturaleza jurídica
colectiva”, ya que para su pleno ejercicio es necesario la participación de todos los integrantes
a la comunidad. »5 queda relavada a un mero requisito formal en la realidad material en la
cual rigen intereses político-económicos, otorgando un estatus superior a los que ostentan
este poder económico en detrimento de sectores determinados de la población, creando un
claro desequilibrio en la estructura social.

Pues bien, ya resulta sensato defender la importancia de introducir las relaciones sociales al
análisis: Pues de estas relaciones surgirán los Conflictos Socioambientales los cuales, en

4
Harnecker, M. (1969). Los Conceptos Elementales del Materialismo Histórico. México: Editorial Siglo XXI.
5Angles, Gerald. (2014). Naturaleza y alcance constitucional del consentimiento en el derecho a la consulta
previa a los pueblos indígenas, en los casos de desplazamiento de territorio”. Lima: Archivo de Tesis PUCP.
retroalimentación van a influir en nuevas relaciones sociales y, como veremos más adelante
en la Conciencia Social imperante.

El término hegemonía deriva del griego eghesthai, que significa «conducir», «ser guía», «ser
jefe»; o tal vez del verbo eghemoneno, que significa «guiar», «preceder», «conducir», y del
cual deriva «estar al frente», «comandar», «gobernar». Por eghemonia el antiguo griego
entendía la dirección suprema del ejército. Se trata pues de un término militar. Egemone era
el conductor, el guía y también el comandante del ejército. En el tiempo de la guerra del
Peloponeso, se habló de la ciudad hegemónica, a propósito de la ciudad que dirigía la alianza
de las ciudades griegas en lucha entre sí. Antonio Gramsci definía a la Hegemonía Cultural,
en paralelo al concepto de Violencia Simbólica de Bourdieu como la dominación cultural por
parte de una clase (la clase dominante desde luego) ante el resto de la Sociedad, estableciendo
de esta manera unos parámetros o estándares ideológicos que, consecutivamente
influenciarían en la organización de la misma sociedad, llegando a establecer y justificar un
Status Quo en específico. En uno de sus escritos, el filósofo marxista llega a conjeturar que:
«Todo es político, también la filosofía o las filosofías, y la única filosofía es la historia en acto,
es decir la vida misma (..) y se puede afirmar que la elaboración teórica y la realización de la
hegemonía realizada por Ilich (Lenin) se ha convertido en un gran acontecimiento
metafísico.» 6 Lo cual se traduce en que las relaciones sociales devienen en políticas, o lo que
es lo mismo, estas influyen en la organización de una Sociedad, argumentos que reafirman la
tesis que maneja el presente trabajo.

Pero, en el aspecto que nos corresponde analizar senta, o termina de sentar, las bases de las
relaciones hegemónicas, y ya no solo sociales, que serán generadas en un Conflicto
Sociambiental. Ahora pues, podemos entrar al siguiente punto del ensayo: La Hegemonía
Cultural y Los Conflictos Socioambientales: Al darse un conflicto social en general, siempre
van a existir posiciones en cuanto al común de la sociedad: Aquellos que argumenten un
desarrollo económico y por tal, justifiquen el impacto ambiental o social de una determinada
actividad económica y, aquellos que por el contrario, sopesen con mayor interés la necesidad
de salvaguardar el medio ambiente y la integridad de los pueblos involucrados; no obstante,
siempre va a existir una Hegemonía influenciada por la Cultura, la cual se debe entender
como todo medio de creación humana, pero en este caso, direccionada a crear un
determinado pensamiento que terminará por ser el imperante. Resulta fácil poder ejemplificar
las afirmaciones versadas con anterioridad: No es ajeno para nadie la información mediática
a la cual estamos expuestos en el día a día, periódicos, televisión, radio, redes sociales, entre
otros; todos medios de comunicación, que, queramos o no, siguen patrones de
comportamiento en común de quienes ostentan el poder político y económico que los
mantiene. De esta manera, esta ventaja material que tiene la clase potentada y que ya hemos
visto que mantiene el control de ciertos medios de producción va a influenciar de una manera
directa en el pensamiento colectivo, o dicho de una manera más armoniosa, en la Conciencia
Social de la población, inclinando la balanza a su favor en cuanto a la opinión pública,
creando de esta manera una palpable Hegemonía Cultural.

Esta Hegemonía Cultural, además, se ve reforzada por otros tantos componentes de le


Estructura Social como la Educación, siendo que muchas veces, esta tiene un fin meramente
técnico, habiendo dejado desde el inicio de la Dictadura Fujimorista el carácter
multidisciplinario de la educación básica y superior. Esta formación se constituye entonces
en otro pilar para la construcción de una Hegemonía Cultural que condiciona el pensamiento
crítico a favor de los sectores de producción que afectan el Medio Ambiente (Sin importar

6Gramcis, Antonio. (1975). EL materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce. México: Juan Pablos,
Editor.
los impactos que tengan o no, pues no se puede negar la existencia de, por ejemplo, una
Minería Responsable y Necesaria para la Economía Peruana); pero, esta no es la única manera
de contribuir a la estandarización de esta Hegemonía Cultural, al margen de tomar o no una
posición; existe un sector que se ubica en un intermedio o, siendo más directos, en una
indiferencia que va a sopesar finalmente en el lado del sector denominaste; pues aquí se
encuentra el análisis más prolífico de la Hegemonía Cultura, todos aquellos que se ubiquen
en el sector de los Indiferentes o Indecisos, van a ser absorbidos, políticamente hablando,
por el sector dominante pues, al fin y al cabo, su posición no tiene la suficiente fuerza
histórica y social para contrarrestarla, siendo solo un mero pasivo e inerte. No era en vano
entonces la popular frase de Gramsci, «Odio a los indiferentes.» (perteneciente al libro del
mismo nombre) pues entendía las consecuencias de enarbolar una posición tan socialmente
débil.

No obstante, esta no es la única manera en la que la Hegemonía Cultural puede aportar al


análisis de los Conflictos Socioambientales, pues existe la posición de tomar a la Hegemonía
Cultural como Método; así Eugenio Cortez Ramirez nos dice que «Para culminar su proceso
de articulación como método analítico, la hegemonía cultural debe ser implementada en dos
fases. En una primera fase, podría hablarse del proceso de democratización de la producción
cultural. Y en una segunda, del cambio social como consecuencia primordial de este método.
Para Raymond Williams, este método nace como consecuencia de la relación establecida
entre cultura y sociedad. Pero, según Edward P. Thompson, este método tiene como fin
estudiar cada cultura específica en su totalidad, como parte integrante, autónoma y
complementaria de una superestructura homogénea. Y esta homogeneidad estaría compuesta
por el estudio de cada una de las tradiciones culturales erudita y popular (Thompson, 1963).
La idea de cultura implica idea de tradición. De ciertas clases de conocimientos y destrezas
que habían sido transmitidos de una generación a la siguiente.» 7 Para fines didácticos vamos
a centrarnos en el segundo postulado: El Cambio Social como consecuencia primordial de
este método, en el cual existe una estrecha relación entre Cultura y Sociedad. De esta manera
podemos dar respuesta a las preguntas planteadas en la Introducción del presente trabajo:

a) ¿Son entonces los conflictos socioambientales y los conflictos sociales en general


inherentes a nuestra realidad?

En base a lo explicado en párrafos anteriores, vamos a tomar como origen la organización


de una sociedad, en este caso, la nuestra: Tenemos entonces a un país extractivista, y en
especial minero que descuida sus políticas ambientales y tiene como principio constitucional
la Inversión Privada y la Subsidiariedad de la Inversión Estatal, todas ellas características
formales que se suman a las materiales que van a complementar la Estructura Social tales
como: Una población que pocas veces toma partido en los procesos sociales de su devenir y
una marcada diferenciación entre clases sociales, es decir un alto índice de pobreza; sin dejar
de lado claro, los elementos infraestructurales como la Economía Neoliberal y el Sistema
Social Educativo Técnico y, por supuesto, la naturaleza biodiversa explotada desde el
Virreynato del Perú. Con estas líneas tenemos una breve aproximación a la descripción de
nuestra Sociedad, luego, podemos analizar las relaciones sociales que se dan entre sus
miembros, las cuales ya hemos estudiado son desiguales y por tanto generan una
contraposición de conflictos: Intereses Económicos Privados v.s. Intereses Ambientales y
Sociales. Entonces, estos elementos en conexo van a originar un Campo de Cultivo para los
Conflictos Socioambientales, incurriendo ahí la Hegemonía Cultural, pues esta va a conllevar
al favorecimiento del Conflicto, pues como dijimos al inicio, según el Reporte de la

7Cortés, Eugenio. (2014). La hegemonía cultural hoy:La Hegemonía como Método Analítico en los Estudios
Culturales.. Filosofía, Artes y Letras, 14, N°22, 13-28.
Defensoría del Pueblo, en el mes de abril no se ha resulto ningún Conflicto Social; siendo la
principal causa, como se puede inferir del análisis sistemático de este informe, la Falta de
Diálogo o defectos en el mismo, ya a mi consideración, existen barreras culturas y
burocráticas que impiden una solución pacífica; estas deferencias deberían ser subsanadas
por el Estado, quien como ente tiene la función de velar por la Paz Social, no obstante
encuentra un conflicto con los grandes capitales de inversión y, muchas veces prefiere
priorizar tal inversión; nuevamente el Caso Cañaris reluce como ejemplo.8

b) ¿La situación es un común denominador para los países de América Latina?

La respuesta a esta pregunta resulta más espinosa, y, a su vez, más corta: Sí, resulta un común
denominador en los países latinoamericanos, los cuales de una u otra manera, comparten
características, sobre todo en lo referido al modelo extractivista. Para poder ejemplificar
mejor esta aseveración, resulta productivo mencionar los estudios de La Cooperación
Alemana, en este caso representadas por el profesor Carlos Hez (consultor en gestión y
planificación del desarrollo local con énfasis en medio ambiente, descentralización,
gobernabilidad, interculturalidad, políticas públicas sociales, manejo de conflictos
socioambientales y gestión del patrimonio cultural y natural.) quien nos menciona algunas de
las causas de los Conflictos Socioambientales, como por ejemplo: «El debilitamiento de la
comunidad, sea por el cambio climático y sus efectos en las relaciones interpersonales o por
otros motivos, puede dejar al grupo afectado más vulnerable para enfrentar a los agentes
económicos y políticos que pretendan apropiarse de sus recursos o afectar su calidad. Cabe
mencionar que las comunidades campesinas enfrentan, en la actualidad, una crisis
organizacional que se refleja en la gestión de recursos, lo cual puede llevar a su
sobreexplotación. Por ejemplo, una gran demanda de agua como resultado de un incremento
de áreas irrigadas, que supere a la oferta hídrica como efecto de la variación climática, puede
generar una situación de conflicto. » y, «El (…) componente del contexto regional es el auge
económico de los países andinos basado, en buena medida, en el aprovechamiento de la alta
demanda internacional de minerales y sus correspondientes buenos precios, lo cual
intensifica una dinámica económica de extracción de recursos naturales no renovables desde
los países centrales o las grandes economías emergentes, que producen bienes
manufacturados de alto valor agregado, “reprimarizando” las economías de los países
productores andinos en contra de sus posibilidades de industrialización (Informe especial.
Minería, conflictos sociales y violación de derechos humanos en Colombia.
CINEP/Programa por la Paz) » Ambas causas encajan perfectamente en los elementos que
ya hemos tratado con anterioridad, pues nos mencionan conceptos como «Organización» y,
mejor aún, son fácilmente aplicables a nuestra realidad, como por ejemplo la cantidad de
conflictos socioambientales, siendo en su mayoría en el sector de extracción de minerales
(Ver Anexo 2) tal y como lo demuestra el Reporte del Mes de Abril de Conflictos Sociales
de la Defensoría del Pueblo.

En cuanto a la Violencia Simbólica, «El análisis de la aceptación dóxica del mundo que resulta
del acuerdo inmediato de las estructuras objetivas con las estructuras cognoscitivas, es el
verdadero fundamento de una teoría realista de la dominación y de la política. De todas las
formas de “persuasión clandestina”, la más implacable es la ejercida simplemente por el
orden de las cosas.” »9 Es decir, el fundamento de una Dominación Cultural tiene una
estrecha relación con las estructuras objetivas, fungiendo esta cita también como una suerte
de unión de lo expuesto con anterioridad, pues sirve como colofón de las Relaciones Sociales,

8
Para un mayor entendimiento del tema mencionado, se recomienda la lectura del artículo contenido en el
siguiente link: https://www.servindi.org/actualidad/81367.
9 Bourdieu, P. (1995). Löic, Respuestas. Por una Antropología Reflexiva. Francia: Editorial Grijalbo.
La Estructuras Objetivas y la Hegemonía Cultural. Pero, para ser más sucintos vamos utilizar
un desarrollo de la Teoría de Bourdieu que puede resultar más explicativo: «Las nociones de
dominación, poder, violencia y lucha han estado casi desde siempre presentes en el
vocabulario de la sociología y, en general, en el de las ciencias sociales. Esta pertenencia habla
de una problemática que es constitutiva de lo social, en tanto la conflictividad es inherente al
entramado social, espacio de relaciones de dominación, de poder, de enfrentamientos. La
noción de violencia simbólica invita a pensar en ese concepto, el de violencia, junto a la idea
de lo simbólico como un espacio en el que necesariamente los agentes sociales se encuentran
en una relación de percepción y reconocimiento. Esta dimensión simbólica de lo social no
sería, desde este punto de vista, un aspecto accesorio sino, muy por el contrario, un
componente esencial de la realidad en la que los agentes viven y actúan. Ya al considerar que
el mundo funciona a través de lenguajes, códigos más y menos desarrollados, la dimensión
simbólica de la existencia en el mundo se hace patente»10, resulta más sencillo entonces poder
afirmar que la Violencia Simbólica resulta en una Conciencia Social que ejerce una fuerza
cognitiva a favor de un sector y en contra de otra. Violencia que es a todas luces, inherente
al desarrollo social y, claro está, a los Conflictos Socio Ambientales, pues ya hemos dejado
claro que en estos existe una Hegemonía Cultural, la cual condiciona la Violencia Simbólica
(Esto no resulta extraño, pues ambos conceptos guardan una relación de casi equivalencia)
que va a imponer la presencia y continuidad en el tiempo de estos Conflictos
Socioambientales.

III. CONCLUSIONES.

Esta sección será la más somera, pues el Desarrollo del Ensayo ha podido concretar el
principal objetivo del trabajo: Resaltar la Importancia de categorías como «Hegemonía
Cultural» o «Violencia Simbólica» en el Análisis de Conflictos Socioambientales y, ¿Por qué
no? En el análisis de Fenómenos Culturales en general; claro que resulta evidente que tiene
especial mención en cuanto a los Conflictos Sociales; pues va a aportar una visión materialista
que nos va a ayudar a entender desde las relaciones sociales que anteceden a los conflictos y
el desarrollo de los mismos.

Así, podemos tener en claro, que la Hegemonía Cultural, tanto como concepto, como
método sirven como directrices para entender esta complicada realidad, pues nos abren las
puertas a un entendimiento mucho más allá de lo meramente formal; pues al entender el por
qué el pensamiento común de la población influye tanto en el mantenimiento de los
Conflictos Socioambientales, podremos buscar soluciones que apunten a una resolución
pacífica y específica para cada caso.

La Violencia Simbólica, como hemos podido comprobar, resulta un factor importante para
estudiar y debatir, como causa y consecuencia de los Conflictos Socioambientales.

10 Calderone, Mónica. (2004). Sobre Violencia Simbólica en Pierre Bourdieu . La Trama de la Comunicación,
9, Pp.
IV. ANEXOS.

ANEXO 1

PERÚ: CONFLICTOS EN PROCESO DE DIÁLOGO, SEGÚN TIPO, ABRIL 2018

ANEXO 2

PERÚ: CONFLICTOS SOCIOAMBIENTALES POR ACTIVIDAD, ABRIL 2018


(Distribución porcentual)
V. BIBLIOGRAFÍA.

1. Galeano, E. (1971). La Venas Abiertas de América Latina. México: Editorial Siglo XXI.
2. Autores Varios. (2018). Reporte de Conflictos Sociales N°170 . 15-05-2018, de
Defensoría del Pueblo Sitio web:
https://www.defensoria.gob.pe/modules/Downloads/conflictos/2018/Reporte-
Mensual-de-Conflictos-Sociales-N%C2%B0-170---Abril-2018.pdf
3. Trentini, F y Sorroche, S. (2016). Repensando los conflictos socioambientales desde
una ecogubernamentalidad en fricción*. Estudios Políticos, 149, 132-147.
4. Harnecker, M. (1969). Los Conceptos Elementales del Materialismo Histórico.
México: Editorial Siglo XXI.

5. Angles, Gerald. (2014). Naturaleza y alcance constitucional del consentimiento en el


derecho a la consulta previa a los pueblos indígenas, en los casos de desplazamiento
de territorio”. Lima: Archivo de Tesis PUCP.
6. Gramcis, Antonio. (1975). EL materialismo histórico y la filosofía de Benedetto
Croce. México: Juan Pablos, Editor.
7. Cortés, Eugenio. (2014). La hegemonía cultural hoy:La Hegemonía como Método
Analítico en los Estudios Culturales.. Filosofía, Artes y Letras, 14, N°22, 13-28.
8. Bourdieu, P. (1995). Löic, Respuestas. Por una Antropología Reflexiva. Francia:
Editorial Grijalbo.
9. Calderone, Mónica. (2004). Sobre Violencia Simbólica en Pierre Bourdieu . La
Trama de la Comunicación, 9, Pp.

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