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La meritocracia y el coeficiente intelectual: Una nueva falacia del capitalismo.

(El CI en la
estructura de clases de Estados Unidos)

Samuel Bowles y Herbert Gintis (Bowles y Gintis 1999)

1. Introducción

Los autores empiezan dando cuenta de que en los años 60 y 70 existió un ataque continuo contra la
desigualdad de oportunidades por parte de negros, mujeres y pobres. La respuesta dominante de los
privilegiados ha sido la preocupación, suavizada por el optimismo de diseñar programas sociales.

Existe la convicción de que se puede lograr la igualdad de oportunidades a través de reformas y


persuasión informada. Los resultados han sido decepcionantes: falta de efecto de la educación
compensatoria y persistencia en la pobreza y el racismo. Esto ha llevado a una lectura conservadora
de sobre el fracaso de las reformas sociales “la interpretación genética del CI”. Arthur Jensen
escribió el famoso artículo sobre la heredabilidad del CI con la siguiente afirmación: “La educación
compensatoria se ha intentado, y aparentemente ha fracasado” (16). Este ha elaborado una
interpretación del papel del CI en la estructura de clases: “los pobres lo son porque no son
competentes intelectualmente; su incompetencia es particularmente difícil de tratar porque está
arraigada en la estructura genética heredada de sus padres, pobres y también intelectualmente
deficientes” (16). Esta idea no es nueva en la historia de occidente.

El debate sobre la interpretación genética de la desigualdad económica ha sido superficial: “Lo más
importante que podemos conocer sobre un hombre, es lo que da por supuesto, y los hechos más
elementales e importantes sobre una sociedad son los que rara vez se debaten y se consideran por
lo general resueltos” (16). Este ensayo pretende poner en duda “el supuesto indiscutido que sirve de
base a ambas partes en la controversia recientemente revisada del CI: que el CI tiene una
importancia básica para el éxito económico”.

Este ensayo inicia con una breve revisión de la controversia, prestando importancia a las
consecuencias sociales de las diferencias de inteligencia entres razas y las clases sociales: ¿Por qué
los científicos sociales se han negado en conocer el papel real de la inteligencia y el éxito profesional
y de ingresos?

En el tercer apartado se muestra los resultados de la importancia económica del CI. Los resultados
de los autores demuestran que “CI no es una causa importante del existo económico, y tampoco la
herencia del CI es la razón de que los niños ricos sean ricos cuando se hacen mayores y los niños
pobres tiendan a seguir siendo pobres. Así, el intenso debate sobre la heredabilidad del CI es
irrelevante en gran medida para una comprensión de la pobreza, la riqueza y la desigualdad de
oportunidades en los Estados Unidos” (17).

Estos resultados dan lugar a multitud de preguntas: La principal es, si la función social de las
distinciones del CI no es la obtención o transmisión de posición social ¿Cuál es su función? En el
cuarto apartado el autor expone: 1. que “la importancia otorgada a la inteligencia como la base para
el éxito económico sirve para legitimar un sistema económico autoritario, jerárquico, estratificado y
desigual de producción, y para reconciliar al individuo con su posición objetiva dentro de este
sistema. La legitimación aumenta simplemente cuando las personas creen en la importancia
intrínseca de CI. Esta creencia facilita las fuertes asociaciones entre todos los atributos
económicamente deseables –clase social, educación, destrezas cognitivas, categorías profesionales e
ingresos– y se integra en una difundida perspectiva ideológica” (17). 2. Si el CI no es determinante en
la estructura de clases sociales ¿cuál es ese determinante? En el quinto apartado el autor expone
“que el acceso a una categoría profesional es contingente con un patrón de rasgos no cognitivos de
la personalidad (motivación, orientación hacia la autoridad, disciplina, interiorización de las normas
de trabajo), lo mismo que un complejo de atributos personales que incluyen el secom la raza, la
edad y las credenciales educativas, por medio del cual el individuo ayuda a legitimar y estabilizar la
estructura de autoridad en la empresa moderna misma”. Debido sobre todo al papel económico
central del sistema escolar, la generación de destrezas cognitivas se convierte en una secuela, en un
subproducto de un mecanismo de estratificación fundado en la provisión, la demanda, la producción
y la certificación de estos atributos personales no cognitivos.

2. La controversia del CI

Bibliografía
Bowles, Samuel, y Herbert Gintis. «La meritocracia y el cociente intelectual: una nueva falacia del
capitalismo. (El CI en la estructura de clases de Estados Unidos).» En Nuevo ataque contra la
igualdad de oportunidades: Cociente intelectual y estratificación social, de Alan Gartner,
Colin Greer y Frank Riessman, traducido por Tomas del Amo, 15-68. Madrid: Ediciones
Morata, 1999.

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