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Pedagogía Especial y Psicopedagogía Operativa.


Prof. Mónica Amado.
FAMILIA, INSTITUCIONES EDUCATIVAS Y DISCAPACIDAD.

El propósito de la presente ficha se propone actualizar el estado del arte en autores que trabajan la
temática familia-escuela, los modelos y enfoques teóricos que sustentas, a fin de aportar a la hora
de diseñar herramientas de intervención psicopedagógica, en el campo escolar, clínico o
sociocomunitario.

Silvia Baeza, desde un abordaje sistémico, focaliza en la interfase familia-escuela, en la


intersección entre estos dos subsistemas, zona que Brofenbrenner llama “mesosistema”, el
espacio donde se inserta el niño/ joven, y en el que, a juicio de la autora, se encuentra la arena
privilegiada de desempeño psicopedagógico.

Para esta autora, el contexto de trabajo del psicopedagogo, sea en un equipo de orientación
escolar o como profesional del ámbito privado, sea en salud o en educación, tiene como función
psicopedagógica el crear y sostener puentes entre familia y escuela desde una actitud colaborativa
y cooperativa entre subsistemas.

Baeza nos advierte del cambio que van teniendo las orientaciones de las intervenciones
psicológicas o psicopedagógicas a lo largo de estos últimos años, desde una perspectiva
psicodinámica hacia una perspectiva más sistémica y ecológica.
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“Es el psicopedagogo, quien usualmente ocupa ese rol de “conector” facilitador involucrando
profesionales y familiares (y eventualmente parte de la comunidad), para mantener la
comunicación fluida y abierta, y, a medida que se realizan intervenciones, evaluarlas, modificarlas,
coordinar esfuerzos y descubrir nuevos o poco usados recursos”.

Aunque los principios básicos de intervención en familias y en escuelas pueden ser semejantes,
Baeza destaca que la literatura reserva la palabra “terapia” para las situaciones clínicas, mientras
que toda intervención no clínica se denomina “consulta”. La idea implica que se hace terapia con
una familia, pero se realiza una consulta con (o desde) una escuela.

Al incluir ambos subsistemas resulta de importancia central considerar desde el principio cómo
concibe o definen el problema uno y otro (escuela y familia). Los modelos que el profesional puede
adoptar pueden ser: entrevistas conjuntas entre padres, maestros, niño/joven, incluir otro
personal docente, a través de contactos telefónicas o vial mail, o reuniones con grupos más
pequeños (pares del niño, hermanos, otros amigos, familia extensa-abuelos).

Pensar en términos de sistema y pensar, además, ecológicamente, no significan lo mismo. Por


ejemplo, desde la perspectiva sistémica, se puede considerar a la familia como un grupo que
interactúa dentro del contexto familiar. El problema individual es visto en relación con el sistema
de interrelaciones familiares. La perspectiva ecológica, en cambio, amplía el contexto, incluyendo
la interrelación de sistemas más allá de la familia, como son el contexto escolar, la iglesia, el centro
deportivo barrial, etc.

Para la perspectiva sistémica, el cambio en cualquier parte de un sistema afecta otras partes del
sistema. Cuando los sistemas se enfrentan a situaciones de stress comienzan a funcionar
“disfuncionalmente”, sea en forma separada o en interrelación. El objetivo básico de la
intervención familia-escuela es asistir a ambos sistemas a ensamblarse en una actitud colaborativa
de resolución de los problemas mutuos. Se trata de entender o definir el problema, examinar las
creencias que sostienen esa conducta y reflexionar sobre lo que ha venido haciendo respecto del
mismo.

Otro concepto interesante que trae esta autora es el de “triangulación”: cuando se polariza el
conflicto entre dos partes, por ejemplo padres y docentes, el niño/ joven queda triangulado. Si se
polarizan posiciones, se amplifican las diferencias. La intervención del psicopedagogo en actitud de
mediación, juntando docentes, familia incluso con la presencia del niño mejora las posibilidades de
comunicación e interacción y amplia los efectos hacia el sistema más amplio. El psicopedagogo va
haciendo alianzas estratégicamente con uno y otro cuidando no ser él mismo triangulado o
“chupado”, anulado por el potente sistema con el que trabaja.

Las relaciones dentro de un sistema pueden entenderse como un continuum que va desde un
extremo, “muy cohesionadas o enmarañadas” (donde se impide la individualización de sus
miembros) hasta otro extremo en que el grado o nivel de cohesión es muy lábil, desconectadas,
donde “cada cual hace lo suyo”.
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Establece una analogía entre el sistema áulico y el sistema familiar en lo que refiere a
psicodinámica y relaciones, utilizando categorías familiares del Modelo “Circumplejo” de Olson.

Uno de los nuevos índices de salud social que utiliza la ONU hace referencia al índice de
solidaridad, al de estabilidad familiar.

La perspectiva que presenta la Dra. Baeza ancla en los conceptos de desarrollo de actitudes
cooperativas colaborativas, solidarias entre sistemas, respetuosas, armónicas e innovadoras.
Además trae a colación la iniciativa de sectores de la política estatal que promueven el contacto o
encuentros “escuelas y familias”.

Alicia Inés Villa, en un texto de 2015 titulado “Familias y escuelas: preguntas (in)frecuentes para
desaprender lo aprendido” plantea la necesidad de repensar la relación entre las familias y las
escuelas, no solo por los cambios acontecidos entre ambas instituciones, sino también por el
descuido que la investigación y las políticas educativas han hecho de este tema. Expresa su
preocupación porque la escuela esté a la altura de los cambios suscitados en las configuraciones
familiares, dado que ésta parece continuar sosteniendo un imaginario de alianza que supone un
tipo ideal, cada vez más alejado de las familias reales.

Ruth Harf (2013) por su parte, plantea que no es lo mismo hablar de relaciones entre escuela y
familia, que hablar de vínculos entre miembros de la familia y miembros de la escuela. En su
trabajo “Familia y escuela; padres y docentes: ¿una relación peligrosa?” plantea las mutuas
exigencias y demandas que se presentan recíprocamente entre familia y escuela. A su vez, aclara la
diferencia entre “hacer referencia a las relaciones familia-escuela” y “hacer referencia a los
vínculos entre miembros de la familia y miembros de la escuela”. La primera relación se establece
entre dos instituciones sociales y la segundase establece entre dos grupos de personas. Cuando
hablamos de familia y escuela nos estamos refiriendo a dos instituciones o estructuras sociales.
Pero cuando es uno quien se sienta en la silla, no es la escuela sentada frente a la familia, sino que
es un docente concreto frente al padre concreto, situación en la inciden variables como la biografía
escolar, la formación profesional, la historia personal, las características del contexto institucional,
etc.

Cada institución tiene o guarda con respecto a la otra, representaciones, imaginarios, supuestos,
mitos y teorías implícitas acerca de cómo es y cómo funciona la otra institución y el otro rol. Se
construyen desde la historia y desde la experiencia personal e institucional que portan cada uno.

Estas representaciones condicionan y hasta pueden determinar las modalidades que asumirán las
relaciones vinculares.

Desde las ideas previas que portan un padre y un docente, sostienen cómo debería ser el otro en
lugar de hacer lugar al que se es, lo cual se constituye en obstáculo si no se está dispuesto a
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modificar esa idea previa. Este interjuego entre las representaciones y la realidad debe ser
trabajado y abordado, en lugar de ser eludido y ocultado.

Los sistemas enmarañados suelen ser más frecuentes en el nivel inicial y en el primer ciclo de
escuela primaria.

Entre escuela y familia está totalmente superado el pacto tradicional basado en la idea de que la
familia se ocupa de formar el núcleo referido a lo socio-afectivo y que la escuela, más tarde, se
encarga de dar los conocimientos científicos, la parte cognitiva y neutral.

Hoy se hace necesario elaborar nuevas formas de contrato 1, de pacto, de acuerdo, que permitan
comenzar o continuar trabajando en nuevos escenarios, donde los medios masivos de
comunicación y otras estructuras socializadoras (grupos barriales, clubes, comunidades
cibernéticas) tienen tanto o más fuerza que la familia y la escuela para moldear subjetividades.

En el año 2014 el Ministerio de Educación de la Nación lanzó un programa denominado “Familias


con la escuela”, planteándose como desafío de renovar el pacto educativo de base entre las
escuelas y las familias. Se editaron tres cuadernillos donde presentan tres grandes
transformaciones del Siglo XX: el fenómeno tecnológico, el fenómeno femenino y el
fenómeno juvenil. Analizan el impacto de las mismas en la relación familia-escuela.

En el primer cuadernillo presentan el marco teórico, las funciones psicosociales que


constituyen los roles adulto/ infante, al sujeto y al entramado familiar. En los dos
cuadernillos posteriores de la serie desarrollan un enfoque de intervención, aportan
innovaciones a las técnicas de entrevistas y sugerencias para sus adecuaciones a la
diversidad de contextos, dando pautas acerca del registro, su análisis, el encuadre, los
aspectos éticos, esquemas que se sugieren para el registro y celebraciones de
encuentro con las familias.2.

Familias y Discapacidad.
Liliana Pantano, Blanca Núñez y Alicia Arenaza (2012) desarrollaron una investigación desde 2007 a
2011 en la que se propusieron sistematizar las necesidades que presentan las familias de personas
con discapacidad, mediante una metodología de grupos focales en distintas provincias del país.
Hallaron una gran vacancia de conocimientos en este tema, más aún en nuestro país.

1
Se entiende el término “contrato” como el trato que se hace con otro, desde un rol asimétrico, ir juntos
hacia las expectativas explicitadas, desde roles complementarios familia-escuela, a partir del reconocimiento
de responsabilidades diferentes.

2
Este material se encuentra disponible en http://www3.educacion.rionegro.gov.ar/. En “Convivencia
Escolar”. Recursos y materiales para la consulta:

http://www3.educacion.rionegro.gov.ar/desarrollo_seccion.php?id=168
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Nos interesa centrarnos en los distintos modelos teóricos y conceptuales que presentan las citadas
autoras para referirse al conocimiento sobre “Familia”.

Fuente: Pantano, Enfoque Definición. Ideas aproximadas.


Liliana, Núñez,
Blanca y Arenaza,
Alicia. (2012)
OMS (2003) “Se considera familia a los miembros del hogar emparentados
entre sí, hasta un grado determinado por sangre, adopción y
matrimonio. El grado de parentexto utilizado para determinar
los límites de la familia dependerá de los usos a los que se
destinen los datos y, por lo tanto, no puede definirse con
precisión en escala mundial.
La familia no es sólo la unidad básica de la organización social,
sino la más accesible para llevar adelante las intervenciones
preventivas y terapéuticas. En la familia influyen variables
complejas tanto externas como internas”. (…) (OPS-OMS,
2003:1)
Minuchin (1982). Teoría La familia es vista como un sistema que opera dentro de
contextos sociales específicos y que presenta tres aspectos: 1)
sistémica
la estructura de una familia es la de un sistema sociocultural
abierto en proceso de transformación. 2) La familia muestra un
desarrollo desplazándose a través de un cierto número de
etapas que exigen una reestructuración y redefinición
continua. 3) la familia se adapta a las circunstancias
cambiantes de tal modo que mantiene una continuidad y
Campbell (1986) fomenta el crecimiento psicosocial de cada miembro”.

“Los estudios abordados tanto por fisiólogos como por


psicólogos, señalan que la familia es la principal fuente de
estrés y apoyo social. Como parte de un entorno social más
Guerra (1996) amplio, posibilita el acceso a los profesionales y torna de suma
importancia el estudio de este sistema, para la comprensión
de estrategias de intervención y prevención a implementar
cuando se presentan situaciones de peso, como es el caso de
Moreno Manso familias con un integrante con discapacidad”.
(2005).
“La familia es un sistema cuya finalidad es transmitir pautas de
civilización de una generación a otra. Para ello desempeña una
función biológica de protección, crianza y reproducción, a la
vez que realiza una función psicológica de construcción de
identidades, papeles y adaptación social”.

“Algunas de las dimensiones principales que contribuyen a una


interacción familiar óptima son las siguientes: una estructura
organizacional familiar con límites claros y permeables para
cada uno de sus miembros y un subsistema parental cohesivo;
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una amplia gama de expresiones afectivas entre sus miembros;


un comportamiento democrático de control conductual; una
comunicación clara y directa; transmisión de padres a hijos de
los valores éticos y sociales; límites externos, claros y
permeables de la familia en sus relaciones con sistemas
externos al propio conjunto familiar; crianza de los niños,
dominio de las separaciones y de los triángulos familiares,
afrontamiento de las crisis”.
Sinche y Suárez “Se puede considerar aproximativamente una definición
ampliada en la cual la familia es un grupo de personas que
Bustamante (2006).
interactúan en un mismo espacio para desarrollar funciones
biológicas, psicológicas, sociales y culturales básicas, y en el
que sus miembros, de forma más o menos activa y
espontánea, responden a un compromiso tácito o explícito de
cuidado y protección económica y afectiva”.
Belsky (1993) citado Modelo Plantea la integración de los diferentes niveles ecológicos, lo
que estaría graficado como círculos concéntricos de mutua
por Gaxiona y ecosistémico
influencia dividido en tres contextos: macro, exo y
Armenta (2008). microsistema.
Ellis (1978). Modelo TFER Este modelo permite entender que la familia es una
(terapia constructora activa en los problemas. La intervención
familiar terapéutica consiste en detectar el acontecimiento estresante,
emotiva las respuestas emocionales y conductuales de cada miembro
racional)Líneas ante el mismo, y cómo contribuyen al problema común.
cognitivo- Identificada la secuencia, el terapeuta las presenta a las
conductuales. familias a modo de hipótesis y sugiere tareas o actividades
fuera de la sesión para su modificación.
Freud (1909). Modelo Desde el carácter mítico que articula el inconciente al
Lacan (1938). parentesco (Complejo de Edipo) hasta las transformaciones en
psicoanalítico.
Rojas (2001, 2007). su estructura (Lacan), autores argentinos actuales de esta
corriente plantean que la configuración familiar se va
construyendo y produce espacios singulares y vinculaciones
originales, siempre excedentes respecto de las regulaciones
del mundo sociocultural. La familia no se constituye a partir
de modelos preestablecidos y rígidos sino desde una serie de
operaciones. Cada familia irá creando una serie de
construcciones y modalidades relacionales.
La familia se concibe como una organización abierta y
compleja, por lo tanto, multidimensional y fluctuante,
entramada en la red sujeto-vínculo-cultura.
Cada familia, sea cual fuere su conformación perceptible, es
una construcción original y la diversidad existente (hay familias
nucleares, familias ensambladas, familias de un solo
progenitor) exige que se las contemple una a una.
Se trata de una organización abierta, en constante fluir.
Familia/grupo/institución/sujeto/mundo sociocultural, se
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entraman de modo indisociable. No existe una forma familiar


sustancial, que se perpetúe más allá de las coordenadas del
espacio y del tiempo.

El niño necesita, a su nacimiento, pertenecer a vínculos para


sobrevivir y humanizarse. En todas las sociedades existe algún
grupo, cualquiera fuere su conformación, destinado a su
crianza, grupo que hasta ahora denominamos familia.
Núñez (2007).
Este grupo que recibe al niño en el momento de su
nacimiento tiene como función central construir su psiquismo,
lo que implica procesos de investidura libidinal y narcisista.
Hay una intensa circulación de afectos en los lazos familiares.
Desde una perspectiva psicoanalítica, en dicha organización se
despliegan niveles inconscientes, es decir, las eficacias del
inconsciente, no encerrado en la “interioridad” del sujeto,
emergen en el vínculo y la trama social.
Además de las familias, otros grupos e instituciones de la
cultura operan simultáneamente en la producción de
subjetividad.

Se habla de familias con un integrante con discapacidad.


Toda familia que afronta esta situación está marcada
fuertemente por el momento de la confirmación del
diagnostico.
“Las familias refieren que hay un antes y un después del suceso
del diagnóstico. Varias son las razones que explicarían esta
reiterada manifestación: la ruptura de proyectos, de
expectativas e ideales familiares, mayor incertidumbre,
preocupación e inseguridad con relación al futuro, la
modificación de hábitos y costumbre que caracterizaban la
dinámica familiar hasta entonces”.

La clínica fue mostrando la insuficiencia de los modelos únicos para asistir la diversidad. Las
prácticas se fueron alejando de los esquemas previos de referencia, hasta que la conceptualización
de los abordajes novedosos, sustentados en otros paradigmas del pensamiento, generó y sigue
dando lugar a transformaciones teóricas.
Se hace necesario establecer modelizaciones teóricas y formas de abordaje clínico que reconozcan
la especificidad de cada conformación.
Los psicopedagogos trabajamos en el análisis de procesos psíquicos que son estructurantes del
sujeto y que se organizan (de acuerdo o no) con las prácticas culturales de la época.
Nuestra práctica no es empírica.
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Concebimos un sujeto no sólo constituido en vínculos sino también permanentemente entramado


en redes sociales.

Volviendo al estudio de Pantano, Núñez y Arenaza, desde una perspectiva sistémica, consideran
que el estudio de la dinámica familiar ayuda a comprender mejor los componentes, funciones e
interacciones en el interior de la familia, y en la interacción con la comunidad. Algunos emergentes
que observan son:
o Deterioro social de las relaciones interpersonales. Aislamiento social, merma en las
relaciones sociales por la sobrecarga que implica el cuidado.
o Sobrecarga del familiar que asume la tarea de cuidador principal (síndrome del cuidador).
o Problemas de concentración, problemas de memoria.
o Sentimientos de culpa.
o Trastornos del sueño.
o Aumento de las consultas médicas y consumo de fármacos.
o Presencia de disfunciones de pareja.
o Falta de comunicación familiar. No se socializan las emociones en relación a la
problemática.
o Sentimientos de frustración por no ser orientados o no saber manejarse.
o Preocupación excesiva por la persona con discapacidad.
o Cambios en la dinámica familia y en las relaciones entre sus miembros.

El ciclo vital familiar (CVF) se entiende como el desarrollo de la familia tomada en su conjunto,
los diferentes “momentos” por los cuales van atravesando todos sus miembros, quienes van
compartiendo una historia común. El desarrollo y evolución de la unidad familiar a lo largo del
CVF están íntimamente ligados a las fases de evolución y desarrollo de sus miembros.
La aparición de discapacidad en un núcleo familiar puede constituir un acontecimiento vital
estresante, una situación de cambio percibida como negativa y que desencadena una serie de
modificaciones en un intento de adaptarse a la situación. Nuñez (2007) dice:
“Esta familia se enfrenta al estrés de la cronicidad a lo largo del ciclo vital. De todos modos las
familias difieren en cuanto a su vulnerabilidad ante los estímulos, en la interpretación que
hacen de los mismos y en sus recursos internos y externos (…) es un hecho de observación
clínica que cada etapa de transición de un ciclo vital a otro implica que “la herida inicial del
diagnóstico”, que cuesta cicatrizar, se vuelva a abrir. Cada etapa de transición ofrece así la
oportunidad de resignificar la crisis inicial” (Pantano y otros; 2012:36).

Las etapas de duelo por las que atraviesa una familia para Bowlby (2004) serán:

 Fase 1, de shock.
 Fase 2, de anhelo y búsqueda.
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 Fase 3, de desorganización y desesperanza.


 Fase 4, de reorganización.

Esas etapas no son lineales, puede que algunas familias queden detenidas en algunas de ellas o
realizan un movimiento de ida y vuelta por las distintas fases.
Alicia Fainblum (2004), en su texto “Discapacidad. Una perspectiva clínica desde el psicoanálisis”
aborda el desfasaje que se vive entre el hijo esperado y el hijo nacido. Desarrolla las fases que
atraviesan las familias en el proceso de duelo y elaboración, analiza escenas desde la clínica,
tomando como base los estudios de Bowlvy.

Calidad de vida familiar:


Verdugo Alonso (2006) sostiene que “Calidad de vida se ha convertido en el concepto
internacionalmente más identificado con el movimiento de avance, innovación y cambio en las
prácticas profesionales y en los servicios, que sirve para materializar y definir el paradigma de
apoyos centrados en la persona con discapacidad, a la vez que permite promover actuaciones a
nivel de las organizaciones y del sistema social. La calidad de vida debería ser uno de los objetivos
que nos propongamos en el ámbito de la discapacidad”. (Pantano y otros; 2012:40).
El concepto de calidad de vida es multidimensional e influenciado por factores ambientales y
personales y sus interacciones; tiene componentes subjetivos y objetivos. Se fomenta mediante la
autodeterminación, los recursos, el objetivo vital y un sentido de pertenencia.
Las dimensiones de calidad de vida centradas en el individuo son: bienestar emocional,
relaciones interpersonales, bienestar material, desarrollo personal, bienestar físico,
autodeterminación, inclusión social y derechos.
La calidad de vida de una familia está vinculada con la satisfacción de sus necesidades. Ann P.
Turnbull (2003) la define como:
 El grado en el que se colman las necesidades de los miembros de la familia.
 El grado en el que disfrutan de su tiempo juntos.
 El grado en el que pueden hacer cosas que son importantes para ellos.
“Y debería ser el resultado adecuado a tener en cuenta por las políticas y los servicios. El mayor
cambio que se produce en este nuevo paradigma (de apoyos) es pasar de “arreglar” los déficits
del individuo con discapacidad, a “arreglar” los diversos entornos en los que la familia desea
una auténtica participación. Se pone énfasis en los servicios, comunidades, sociedades y
culturas transformadoras dentro de las cuales las familias, incluyendo los miembros
discapacitados, pueden progresar en su desarrollo a la vez que interactúan con unos contextos
de respuestas. (Turnbull, citada por Pantano y otros; 2012:41).
Las dimensiones de la calidad de Vida Familiar que toman las autoras abarcan:
a) Dimensiones de orientación individual y
b) Dimensiones de orientación familiar.

a) Dimensiones con una orientación individual.


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1. Defensa. Referidas a las actividades que realizan los miembros de la familia


para actuar en su propio nombre y en el de otros.
2. Bienestar emocional. Incluye los aspectos sentimentales y emocionales de la
vida familiar.
3. Salud. Bienestar físico y mental.
4. Bienestar con el entorno. Abarca: Condiciones de los contextos físicos en los
que viven los miembros de la familia: entorno doméstico, escolar, laboral, del
barro y comunitario.
5. Productividad. Son las habilidades y oportunidades de participar y tener éxito
en la educación, el trabajo y el ocio.
6. Bienestar social. Abarca aceptación social, relaciones sociales, apoyo social.

b) Dimensiones con una orientación familiar:

Vida familiar diaria. Incluye rutinas cotidianas de la vida, cuidado familiar, actividades
cotidianas, conseguir ayuda.
Interacción familiar. Implica las relaciones que los miembros de la familia tienen entre sí,
comunicación, apoyo mutuo, flexibilidad para actual en forma ágil.
Bienestar económico. Significa que la familia tenga ingresos que al menos alcance o
excedan sus gastos.
Papel de padres. Abarca el proporcionar guía, estructura y enseñanza a los hijos. Incluye
guía paterna, disciplina, enseñanza.

Algunos resultados del estudio. Síntesis.


¿Qué necesitan las familias de personas con discapacidad?
1. Necesidad de información, orientación y asesoramiento integral, en las diferentes etapas
del ciclo vital.
2. Necesidad de apoyo, contención y sostén psicosocial a lo largo del ciclo vital.
3. Necesidades vinculadas con lo intrafamiliar.
4. Necesidades materiales y de recursos.

¿Qué demandan las familias a los profesionales?


1. Que ofrezcan información, orientación y asesoramiento adecuados a los familiares.
2. Que tengan una formación cualificada en discapacidad.
3. Que sepan establecer buen nivel comunicativo con las familias.
4. Que apoyen y sostengan emocionalmente a las familias.
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5. Que trabajen en forma interdisciplinaria.

Necesidades identificadas por los profesionales, con respecto a las familias:


1. Necesidad de información, orientación y asesoramiento.
2. Necesidades de apoyo, acompañamiento y contención emocional.
3. Acceso a la atención en salud.
4. Necesidad de coherencia entre los equipos o profesionales intervinientes.
5. Necesidad de inserción social del hijo.
6. Aceptación y no discriminación por parte de la sociedad.

Necesidades que no emergen, salvo cuando los profesionales estimulan a las familias para que
las expresen:
1. De espacio y tiempo para los familiares.
2. De conocer otras familias en la misma situación.
3. De información en la temática de sexualidad.

Qué observan los profesionales:


1. Las familias se hacen muy dependientes del poder profesional.
2. Los profesionales necesitan ser cuidados, por malestar laboral (conceptualizado con el
término “síndrome de burn-out” o “estar quemado”).

El modelo de sistemas de apoyo a la familia, desde la Salud Mental.

Caplan (1993) define los sistemas de apoyo como “uniones entre individuos, o de individuos con
grupos e instituciones, que sirven para mejorar la competencia adaptativa en el afrontamiento de
crisis a corto plazo, momentos de transición vital, retos a largo plazo, fuentes de estrés y
privaciones.

Los sistemas de apoyo actúan de modo natural y espontáneo en muchas sociedades, e incluyen
familias, amigos, vecinos, cuidadores informales, organizaciones de ayuda mutua, instituciones
religiosas.

Los profesionales de salud mental que desarrollan su trabajo desde un modelo comunitario
reconocen en la población el poder de esas potencias naturales de carácter no profesional que
pueden proporcionar fortaleza y hacen de ellas factores de salud, buscan trabajar con las
potencialidades en lugar de ignorarlas o actuar en su contra, estimulan la creación de redes de este
tipo, como grupos de ayuda mutua de personas que comparten un reto o privación similar, tales
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como haber enviudado, o tener un hijo con discapacidad, en lugares donde no se han desarrollado
espontáneamente organizaciones naturales de apoyo.

La familia como sistema de apoyo.

Las familias son complejas unidades sociales que cumplen muchas funciones que se
solapan entre sí, tanto para sus miembros como para la sociedad, y que varían durante la
vida de sus miembros. Sacian las necesidades de tipo biológico, psicosocial y económico de
sus miembros individuales, y median entre la sociedad y los individuos como agentes de
socialización y control. Las características de la familia como sistema de apoyo son sólo uno
de los conjuntos fundamentales de funciones, y nosotros las aislamos conceptualmente
sólo con objeto de extender nuestro análisis y comprensión.

En este punto, Venturiello (2016) desde una perspectiva sociocrítica, va a focalizar en las
redes sociales el apoyo, y en esas coordenadas, al grupo familiar con la característica de
relaciones de parentesco que ligan a sus miembros.

Bibliografía.
Baeza, Silvia. La intervención familia-escuela. Artículos on-line. Disponible en:
http://www.redsistemica.com.ar/baeza.htmhttp://www.redsistemica.com.ar/baeza.htm
Caplan, Gerald. Aspectos preventivos en Salud Mental. Cap. 4. Apoyo social y manejo
adecuado del estrés. Pág. 77 a 129. Ed Paidós. 1993.
Harf, Ruth. Familia y escuela; padres y docentes: ¿una relación peligrosa?. En la patologización de
la infancia (III). Problemas e intervenciones en las aulas. Noveduc. 2013.

Ministerio de Educación. Presidencia de la Nación. “Programa Familia con Escuelas.


http://www3.educacion.rionegro.gov.ar/desarrollo_seccion.php?id=168

Pantano, Liliana, Núñez, Blanca y Arenaza, Alicia (2012). ¿Qué necesitan las familias de personas
con discapacidad? Investigación, reflexiones y propuestas. Lugar Editorial. Bs. As. 2012.

Venturiello, María Pia. (2016) “La trama social de la discapacidad”. Ed. Biblos. Bs. As.
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Villa, Alicia Inés (2015).Familias y escuelas. Preguntas (in)frecuentes para desaprender lo


aprendido. En Palacios, Analía M. Claves para incluir. Aprender, enseñar y comprender. Noveduc.
Ensayos y Experiencias. Bs. As.

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