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Las fases del protocolo para la evaluación inicial de un accidentado son (lámina 1):
- Exploración detallada:
Cabeza.
Cuello.
Tórax.
Abdomen.
Extremidades.
Sistema nervioso
(consciencia)
Reconocimiento Aparato
Valoración respiratorio
constantes
primaria (respiración)
vitales
Aparato
circulatorio
(pulso)
Permeabilidad
de las vías
aéreas
Restauración
constantes Reanudación
vitales respiratoria
Reanudación
circulatoria
Fase de Maniobras de
resucitación resucitación
Exploración
neurológica
Valoración
secundaria
Exploración del
resto del cuerpo
El aparato respiratorio está formado por las vías respiratorias y los pulmones.
Las fosas nasales son dos amplias cavidades que se abren a partir de los orificios
nasales, separadas entre sí por el tabique nasal. Están tapizadas por las pituitarias,
repliegues encargados de calentar el aire inspirado y del sentido del olfato.
La laringe está formada por varios cartílagos, destacando entre ellos la epiglotis,
lengüeta abatible que sella el conducto respiratorio durante la deglución, evitando
la entrada de alimentos en la tráquea. La laringe contiene las cuerdas vocales,
imprescindibles para la fonación.
Los bronquios son dos conductos cartílagos circulares, bifurcados desde la tráquea.
Los bronquios se introducen en los pulmones, ramificándose en bronquiolos
secundarios, terciarios, etcétera, hasta formar el árbol bronquial. En sus extremos,
unas expansiones globosas denominadas alvéolos pulmonares se rodean de los
capilares sanguíneos. La membrana extremadamente fina, que separa los capilares
de los alvéolos, permite difundir fácilmente los gases durante el intercambio
gaseoso.
Los pulmones son dos masas esponjosas de color rosado. Ubicados en el interior de
la caja torácica, están además protegidos por las pleuras, membranas entre las que
circula el lubricante líquido pleural.
El oxígeno que llega hasta los alvéolos atraviesa la membrana capilar por simple
difusión e inmediatamente es atrapado por la hemoglobina de los glóbulos rojos,
formándose la oxihemoglobina.
La arteria pulmonar sale del ventrículo derecho en busca del oxígeno de los
alvéolos pulmonares, mientras que del ventrículo izquierdo parte la arteria aorta
para ofrecer sangre purificada a los tejidos y órganos del cuerpo.
El flujo de sangre hacia el corazón a través de las venas se efectúa de una forma
continua y sin dificultad. Sin embargo, la salida de la sangre desde los ventrículos a
las arterias está regulada por las válvulas, que se abren solamente cuando la
sangre ventricular adquiere cierta presión como consecuencia de la contracción
del ventrículo.
Las arterias son los vasos sanguíneos que difunden la sangre procedente del
corazón hacia los distintos órganos. Histológicamente las arterias tienen tres
capas: la túnica adventicia, capa externa de tejido conjuntivo; la túnica media, capa
intermedia de fibras musculares lisas y anulares y de fibras elásticas, y la túnica
interna, de tejido endotelial.
Se conoce como presión arterial la presión ejercida por la sangre sobre las paredes
de las arterias. Una persona adulta y sana tiene una tensión media de 12:8 es decir,
la presión máxima o sistólica es de 120 mm Hg y la mínima o diastólica es de 80
mm de Hg.
Las venas son los vasos sanguíneos por donde fluye la sangre con destino al
corazón, después de pasar por los distintos órganos y tejido corporales. Su
estructura es similar a la de las arterias, pero con la túnica media más delgada, lo
cual las hace menos elásticas.
- Diástole general: los ventrículos se distienden después de vaciarse, junto con las
aurículas. Duración aproximada de 0.40 segundos.
Las arterias en cada órgano, músculo… , se van haciendo más estrechas y las
arteriolas alcanzan calibres delgados en los capilares arteriales, zonas por donde
se establece el intercambio de gases, nutrientes e iones. De cada órgano, un capilar
venoso recoge la sangre desoxigenada y la vierte en una vénula que finaliza en una
vena de mayores dimensiones.
Las venas pedias de los pies ascienden y se transforman en venas peronal y tibial,
en venas femorales que al unirse a las venas ilíacas internas forman la vena cava
inferior que asciende por la derecha de la columna vertebral, recibiendo la sangre
rica en desoxihemoglobina de las venas renales, venas mesentéricas, venas
gástricas, venas hepáticas…
PRIMERA ACTUACIÓN
Existe un riesgo muy grave al mover a una persona con lesiones en la columna
vertebral o con daños desconocidos. La decisión se toma cuando, después de una
valoración de la situación, el riesgo de permanencia en el lugar sea mayor al de
movilización.
Grado de consciencia
2. FASE DE RESUCITACIÓN
Ahora el socorrista tiene una misión doble: verificar durante 5-10 segundos la
existencia de pulso cardiaco (lámina 4, Fig. 4) e inspirar profundamente mientras
comprueba que el pecho se deprime, oyendo y sintiendo la salida de aire.
La ausencia de pulso exige las maniobras de RCP, pero si el corazón late y el herido
no recuperara la respiración espontáneamente, se continúa con las insuflaciones a
un ritmo de doce veces/minuto, es decir, una espiración cada cinco segundos.
Los primeros cinco minutos son vitales en una reanimación, el socorrista no debe
detenerse, pero si la víctima sigue sin respirar, se mantiene la respiración artificial
hasta casi una hora. Lo ideal en estos casos es disponer de varios candidatos para
turnarse en las maniobras de recuperación.
Técnica del boca a nariz: se aplica a los bebés, porque su rostro es tan pequeño,
que la boca del reanimador cubre la boca y nariz del pequeño. La maniobra se
desarrolla como en el supuesto anterior, pero insuflando con mayor delicadeza
para evitar dañar los delicados pulmones del lactante y con una frecuencia de 20-
25 respiraciones/minuto (una espiración cada tres segundos).
Algo obstruye las vías respiratorias más allá de las fosas nasales, si al insuflar se
comprueba que los pulmones no se hinchan. El reanimador ladea al herido, dando
golpes secos entre los omóplatos para intentar desatascar la traba. De no conseguir
nada, el socorrista debe tomar una decisión drástica, sólo aplicable en casos de
vida o muerte: la traqueotomía.
Los útiles necesarios para realizar esta práctica son: un hoja afilada y un tubo
hueco previamente esterilizados con agua hervida. Levantando los hombros y
echando la cabeza hacia atrás del ahogado para mantener el cuello recto, el
asistente pasa un dedo por debajo de la nuez, advirtiendo una segunda
protuberancia de menores dimensiones. Entre ambas se practica una incisión
pequeña y profunda. Girando el escarpelo, se abre el corte con una pequeña
hemorragia y se inserta el tubo, hundiéndolo suavemente. La cánula tiene que
inmovilizarse al cuello con una cinta adhesiva o esparadrapo. El socorrista, una vez
despejada la vía respiratoria, reinicia la respiración artificial.
Circulación
- La muñeca: los dedos índice y corazón (nunca el pulgar que tiene pulso propio) se
apoyan sobre la región palmar de la muñeca, a dos centímetros de terminar el
dedo pulgar, para identificar la onda emitida por la arteria radial.
- El cuello: girando la cabeza del accidentado, se colocan los dedos en el hueco que
queda bajo el extremo de la mandíbula inferior, para sentir el pulso de la arteria
carótida.
a) Si tiene pulso y respira normalmente, se inicia la valoración secundaria. Si
continuara en parada respiratoria se sigue con la respiración artificial a una
frecuencia de doce veces/minuto.
b) Si no tiene pulso y las pupilas están más dilatadas de lo normal, hay que comenzar
el masaje cardiaco externo o resucitación cardiopulmonar:
El accidentado debería reposar sobre una superficie lisa y dura, para facilitar la
compresión.
- La ventilación artificial se hace boca a boca o boca a nariz, según la edad, con una
frecuencia de 15 a 20 respiraciones/minuto (una insuflación cada cuatro
segundos).
- El masaje cardiaco externo se da con la palma de una sola mano a un ritmo de 80-
100 presiones/minuto (lámina 5, Fig. 3).
- La alternancia compresión-ventilación será de 5:1.
La RCP básica en bebés de entre 0-12 meses también tiene algunos cambios:
3. VALORACIÓN SECUNDARIA
2. Cabeza:
- Cuero cabelludo y caras: presencia de heridas, contusiones…
- Signos de fractura: otorragia (sangrar por los oídos), hematomas…
- Lesiones oculares.
- Fracturas o luxación en el maxilar inferior.
3. Cuello:
- Ante la mínima sospecha de fractura o luxación de la columna cervical, se debe
inmovilizar al herido.
4. Tórax:
- Lesiones externas, heridas…
- Dolor torácico: diferenciando el dolor cardiaco del muscular.
- Abdomen: heridas, contusiones…
- Hemorragia interna.
5. Extremidades:
- Heridas sangrantes, contusiones…
- Puntos dolorosos.
- Deformidades u otros signos de fractura.
4. TRATAMIENTO DEFINITIVO
RECUERDE:
HERIDAS
La piel es una membrana cutánea resistente y flexible que cubre toda la superficie
corporal. Consta de varias capas epiteliales superpuestas:
Una herida es una lesión física que implica la rotura de la piel por un accidente o
una acción traumática. Las consecuencias son la inminente entrada de gérmenes
que pueden envenenar todo el cuerpo (tétanos) y las posibles lesiones en tejidos y
órganos adyacentes, como músculos, nervios, vasos sanguíneos…
- Heridas incisas cuando sus bordes son limpios y regulares. Suelen ser el resultado
de cortes con metal o vidrio.
- Heridas contusas si presentan bordes más irregulares. La fricción de una rodilla
sobre un pavimento terroso se caracteriza por este tipo de heridas.
- En las heridas punzantes predomina la profundidad sobre la superficie dañada. Un
apuñalamiento deja esta señal.
- Las heridas en colgajo muestran un fragmento de piel unido al resto mediante un
pedículo.
- Las heridas por desgarro exponen una amplia separación entre sus bordes. Por
ejemplo el desgarro producido al atravesar un alambre de espinas.
- En las heridas con pérdida de sustancia, el pedículo se secciona y deja a la vista una
oquedad.
Las heridas perforantes en el abdomen son casos graves porque suelen afectar a
órganos internos y provocan hemorragias internas, debiéndose prevenir el shock
hipovolémico.
Las amputaciones traumáticas demandan doble atención. Por una parte hay que
controlar la hemorragia de la zona amputada, mediante las técnicas de hemostasia
ya expuestas y por otro se cuida la sección amputada. La fracción cortada se lava
cuidadosamente con agua hervida y se cubre con un apósito estéril. Seguidamente,
se introduce en un bolsa de plástico que se mete en otra con hielo en su interior,
para conservarla en las mejores condiciones, en previsión de su posterior
implantación.
RECUERDE
El número de hematíes en las personas varía con el sexo: los varones tienen unos
5.2 millones y las mujeres unos 4.7 millones, incrementándose considerablemente
(6.5 millones como media) en individuos que viven por encima de los 4500 metros
de altitud.
- Leucocitos o glóbulos blancos: los leucocitos son células nucleadas incoloras, con
una concentración de unos 5000 a 9000 por mm3 de sangre. Su producción se
realiza en la médula ósea y en los ganglios linfáticos. La misión general de los
glóbulos blancos es defender al organismo de microorganismos nocivos.
- Plaquetas o trombocitos:
No son células, sino fragmentos de pequeño tamaño procedentes de la destrucción
de macrocélulas de la médula roja de los huesos.
Su concentración en la sangre es de 150000 a 450000 por mm3. La función vital de
los trombocitos es realizar la coagulación sanguínea, proceso homeostático cuya
finalidad es taponar los vasos rotos, impidiendo la pérdida de cantidades excesivas
de sangre.
Cuando existe una hemorragia, los vasos sanguíneos se rompen y las plaquetas se
acumulan en la rugosidad manifestada por el corte. Los trombocitos segregan el
factor plaquetario que reacciona con las proteínas sanguíneas y en presencia de
iones Ca++ produce protrombinasa, enzima que gracias a la vitamina K y al Ca++
transforma la protrombina en trombina. La trombina actúa sobre el fibrinógeno,
convirtiéndolo en fibrina. Los filamentos de fibrina atrapan a los glóbulos rojos,
plasma y plaquetas, constituyendo el coágulo.
Las personas adultas tienen unos 6.5 litros de sangre. La gravedad de una
hemorragia depende, básicamente, de la velocidad con que se pierde sangre y el
volumen transvasado.
El torniquete nunca se hace en zonas con dos huesos, luego la colocación se reduce
a la parte superior del brazo, justo debajo de la axila y en torno a la parte superior
del muslo.
La tela para el torniquete debe tener por lo menos cinco centímetros de ancho para
evitar dañar la piel y los nervios. La venda se envuelve alrededor del miembro
dañado, siempre por encima del corte, atándola con un nudo simple. Una varilla o
trozo de rama se apoya sobre el nudo y recibe dos nudos dobles. El sellado
hemorrágico comienza con el giro progresivo de la varilla, hasta el cese de la
hemorragia. Pasados 10-15 minutos, se afloja paulatinamente el torniquete hasta
quitarlo del miembro.
Otorragia o sangrado a través del oído, puede advertir de la fractura de la base del
cráneo. En casos leves se limpia externamente el oído, en casos graves coloca al
herido en posición lateral de seguridad sobre el oído sangrante, almohadillando
bajo la cabeza con ropa.
Hemorragia por la boca: la sangre que sale por la boca puede proceder del tubo
digestivo, estómago o esófago (hematemesis) , por lo que va mezclada con vómitos
en lo que se conoce como posos de café, o derivar del aparato respiratorio,
básicamente de los pulmones (hemoptisis), confeccionando un espumarajo
herrumbroso.
QUEMADURAS
Toda lesión de los tejidos corporales, ocasionada por el calor en cualquiera de sus
formas, es una quemadura.
Las quemaduras térmicas se producen por la acción directa del calor: fuego,
líquidos hirviendo, radiación solar, gases a elevada temperatura…
Las quemaduras críticas se catalogan cuando son de 2º grado y afectan a más del
25-30% del cuerpo o de 3er grado, ocupando más del 10% corporal o menos del
10% pero afectan a cara, manos, pies y genitales.
- La edad: los bebés y los ancianos son colectivos más vulnerables que los adultos,
por lo que se exponen a sufrir mayores complicaciones derivadas de las
quemaduras.
- La implicación respiratoria: si además del abrasamiento externo, la víctima ha
inhalado humo o gases tóxicos, el cuadro clínico se agrava, desencadenando el
shock hipovolémico plasmorrágico.
- La ingestión de cáusticos ejerce un efecto quemante y corrosivo a lo largo del tubo
digestivo: boca, faringe, esófago y estómago.
CAUSTICACIONES
Los primeros auxilios que debe recibir una persona quemada por sustancias
corrosivas son:
1. Retirarle la ropa impregnada, para evitar el contacto del cáustico con la piel, y
tratarle el resto de las quemaduras químicas. Las abrasiones se enfrían más de
20 minutos bajo un chorro de agua abundante.
Enviarle rápidamente a un hospital especializado en quemaduras.
2. Si la causticación se produce en los ojos, mantenerle los párpados abiertos y
lavarle el globo ocular con agua abundante durante al menos 20 minutos.
Cubrirle ambos ojos con un vendaje o apósitos limpios y trasladarle
inmediatamente al oftalmólogo.
ELECTROCUCIONES
TRAUMATISMOS OSTEOARTICULARES
Los músculos representan la parte activa del movimiento. Se unen a los huesos a
través de los tendones que traccionan de ellos, según las distintas técnicas de
palanca.
El esqueleto integrado por los huesos configura la parte pasiva del movimiento.
Las piezas óseas dan sostén al resto de los tejidos orgánicos y protegen a órganos
extremadamente delicados.
El esqueleto humano consta de 206 huesos con una estructura común. La zona
cortical está formada por tejido óseo compacto, mientras que la medular está
representada por el tejido óseo esponjoso, cuyos huecos se rellenan con la médula
roja. La morfología ósea se reduce a tres posibles formas:
Las articulaciones son la forma que tienen de unirse dos o más huesos. Se
distinguen tres formas principales:
ESGUINCE
LUXACIONES
FRACTURAS
Fracturas abiertas: cuando el hueso roto atraviesa la piel, provocando una herida.
Fracturas cerradas: cuando la piel permanece intacta y no existe, por tanto, herida.
La persona que ha sufrido este tipo de trauma presenta unos síntomas de dolor
intenso que aumenta con la movilización de la zona, deformidad del área por
acortamiento del miembro o visión de la herida, impotencia funcional acusada,
inflamación y manifestaciones hemorrágicas.
Los primeros auxilios que se pueden proporcionar a una herida con fractura son:
TRAUMATISMO TORÁCICO
El tórax inestable se debe a la rotura de una costilla por varios puntos, lo que
genera una respiración paradójica, es decir, durante la inspiración el área
lesionada no se expande como el resto de la caja torácica, sino que se hunde,
reduciendo la capacidad pulmonar.
PATOLOGÍAS MUSCULARES
Los músculos esqueléticos son órganos constituidos por tejido muscular estriado
con capacidad de excitación. El músculo se contrae al llegar la corriente nerviosa,
relajándose posteriormente, cuando el impulso cesa. La irritabilidad, la
contractilidad y la elasticidad son las características más representativas del tejido
muscular.
Los músculos presentan un cuerpo central conocido como vientre y varios puntos
de fijación al hueso. La unión entre los órganos activos y pasivos del aparato
locomotor se establece por medio de los tendones. El origen de un músculo es el
punto de unión con el hueso que no sufre desplazamiento durante el movimiento.
La inserción, por el contrario, es la región músculo-ósea que se traslada con ek
movimiento. Todos los músculos tienen una inserción, pero pueden presentar
distintos puntos de origen, denominados cabezas (ceps).
Los músculos están rodeados por un tejido conectivo, conocido como fascia. La
capa más externa recibe el nombre de epimisio. El conjunto de haces musculosos
que integran el músculo se envuelve por tejido conectivo, blanco y fibroso, llamado
perimisio. Hasta esta vaina llegan los finos capilares arteriales y venosos,
encargados de nutrir al músculo y evacuar sus desechos. Las fibras componentes
de los haces se mantienen unidas por el endomisio. Los tres recubrimientos
conectivos confluyen en los extremos del músculo, formando los tendones de
origen e inserción.
Las unidades funcionales del músculo son las fibras, células contráctiles, alargadas
y constituidas por microfibrillas, en donde se distinguen miofilamentos
representados por dos proteínas fibrilares y de acción antagónica, la actina y la
miosina. Los sarcómeros son las divisiones longitudinales de las miofibrillas
(lámina 12).
Las patologías musculares son características del colectivo que trabaja con
dedicación sus músculos, atletas y deportistas, si bien el ciudadano de a pie no está
exento de padecerlas en algunas ocasiones.
La persona afectada por este tipo de dolencias, como medida preventiva, debe
beber mucha agua y seguir una dieta equilibrada rica en vitaminas y bioelementos
que aporten las sales minerales y nutrientes imprescindibles para el equilibrio
iónico.
La hipotonía es una disminución del tono muscular, producida por largos períodos
de inmovilidad muscular (estar escayolado, estar postrado en la cama…). Si el
músculo no trabaja, se deshidrata y pierde volumen; el resultado es una acusada
falta de fuerza.
El tratamiento que se puede dar en estos casos es la gimnasia pasiva, que
incrementa poco a poco el tono muscular y reeduca el trabajo habitual del
músculo.
La persona que asista a un dolor cardiaco debe estar preparada para iniciar el
protocolo de RCP.