INSTITUTO SUPERIOR DEL PROFESORADO TECNOLÓGICO

CIENCIA, TECNOLOGÍA, SOCIEDAD Y AMBIENTE

3º AÑO - TURNO NOCHE

Trabajo Práctico

Nº 1

“El Problema de la Neutralidad en la Ciencia y la

Tecnología”

Autora:
Grippaldi, Blanca Analía
Docente: Doffi, Mercedes

Córdoba, Junio de 2018

Resumen:

En este trabajo analizamos las dos derivas que son de interés en este controvertido
tema de la neutralidad en la ciencia y la tecnología. Recorremos los conceptos básicos para que el
lector pueda conocer ambas corrientes y así como nosotros lo hemos realizado, pueda
posicionarse en uno u otro lugar, según el análisis pertinente en el que intervendrán sus
conocimientos al respecto o no, su ética y su moral, o no y su subjetividad, o no.

“El Problema de la Neutralidad en la Ciencia y la Tecnología”

El problema de la responsabilidad moral de los científicos ha tomado especial

relevancia a partir de la segunda guerra mundial debido a la terrible experiencia que
tuvieron los científicos que participaron en la creación de armamentos con sus consabidas
consecuencias. Hasta ese momento la sociedad no tenía una idea de control de los
científicos hasta que cambia su percepción luego de la bomba atómica.

Se ha pensado que es necesaria una especie de reforma moral y política porque

el desfase que produce el crecimiento en nuestros tiempos de la ciencia y la técnica en
nuestras capacidades de conocimiento y control de la realidad deben guiarnos en
nuestras actuaciones.

Para poder tomar una posición respecto de la Neutralidad o la No neutralidad de

las ciencias y las tecnologías, presentaré brevemente una serie de argumentos de una u
otra idea.

Las teorías Neutralistas tienen como característica fundamental la independencia

del conocimiento en relación a todo elemento contextual. Para el positivismo el
conocimiento debe ser lo más puro posible y separa el mundo de la ciencia y técnica del
mundo de la vida. Considera a la tecnología como una aplicación de la ciencia y no como
un saber legítimo.

Para los no neutralistas el contexto lo es todo, la ciencia, la tecnología y la

sociedad constituyen una sola realidad. En el ámbito tecnológico consideran que el
conocimiento técnico tiene derecho de autonomía y debe elaborar sus construcciones y
leyes propias. Aceptan otras metodologías y comprenden la posibilidad de la
interconexión entre campos cognoscitivos.

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 Mientras que para los neutralistas el consenso no puede ser criterio de verdad o
validez ya que se considera falaz que la verdad sea democráticamente decidida y no por
medio de los métodos pertinentes porque la noción de verdad está relacionada con la
verificación empírica o de modo demostrativo; para los no neutralistas el consenso es
inevitable porque es entre sujetos epistémicos pertinentes que una ley o una teoría puede
hallar la categoría de verdadera. Según Villoro (1999: cap. 7) el conocimiento es creencia
justificada, es decir, que se han dado razones suficientes e incontrovertibles en una
comunidad epistémica pertinente, y así podrá ser considerada como verdad.

Para los neutralistas el lenguaje científico es crítico y argumentativo; descriptivo y

explicativo, por lo que todo lenguaje que no realice estas acciones no es científico.
Realiza una descripción lógicamente articulada de la realidad. Pero ¿qué pasa si el
conocimiento científico es: “se sabe que” cuyo contenido se considera resultado de una
verificación es reemplazado por una proposición como “se tiene derecho a estar seguro
que” que es propio de un orden normativo y no descriptivo ni explicativo? Según la línea
no neutralista este reemplazo es posible porque la verificación no es empírica, sino
mediante la justificación.

Según la línea neutralista la ética y la política son peligrosas para el desarrollo de

las ciencias, debido a que pueden introducir fundamentalismos, incompatibles con la libre
investigación. Sostiene que las limitaciones morales, políticas, económicas carecen de
fuerza respecto a decidir qué investigar y que en realidad su debilidad reside en su lejanía
del saber verdadero y para los no neutralistas es la idea de neutralidad la que ha llevado a
problemas y desastres ecológicos, por lo tanto la ciencia debe tener una orientación moral
para no cometer esos errores.

Si bien es cierto el problema de la neutralidad científica se viene planteando

públicamente desde la segunda guerra mundial, desde los postulados de los integrantes
del Círculo de Viena (1921) que fue considerado como una asociación de profesionales
del pensamiento puristas de la neutralidad filosófica, ya hubieron atisbos aunque
suavizados de las dos posiciones.

Con lo antes dicho asumimos la posición no neutralista de la ciencia y la

tecnología, porque consideramos que ambas están influenciadas, afectadas y
atravesadas por diversos factores como son la política, la sociedad, la economía, la ética
y la moral. No podemos ignorar que ciertos avances tanto científicos como tecnológicos

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están directamente relacionados a cuestiones económicas y particularmente políticas.
Económicas porque los científicos muchas veces deben investigar lo que les ordena el
que paga y no lo que ellos quisieran; políticas porque el dueño de los mejores
descubrimientos tanto científicos como tecnológicos es el que tiene el poder en sus
manos.

También debemos considerar las cuestiones éticas con las que a veces se deben
enfrentar los científicos, como ha sucedido con los que crearon la bomba atómica y
además se ven cuestionados por la sociedad que suele sostener a manera de verdad
absoluta lo que los medios de comunicación que no son idóneos en el quehacer científico
y tecnológico les acercan de forma falaz y desacertada.

Pero esto no es una cuestión moderna, viene desde los tiempos de Galileo
cuando fue obligado a negar su teoría heliocéntrica por los poderes dominantes de la
época. Si ya en el siglo XVII se vislumbraban los intereses y las presiones del poder,
cuánto más en nuestros días en que los descubrimientos científicos y tecnológicos se
suceden vertiginosamente.

Actualmente, existe una fascinación por la ciencia y la tecnología, cualquiera de

nosotros puede ver los beneficios de los progresos de ambas, pero si no somos críticos
de ellas y asumimos nuestra responsabilidad como seres vivos de un sólo mundo que nos
contiene a todos, esta fascinación se puede volver un peligroso encandilamiento que no
nos permita ver que tanto la ciencia como la tecnología tienen dos caras.

Entonces sucederá lo que en la leyenda cherokee: ganaré el lobo que más

alimentemos.

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Bibliografía:

 QUINTANILLA, MIGUEL A. (1978) “El mito de la neutralidad de la

Ciencia” La responsabilidad del científico y el técnico. El Basilisco,
número 1, marzo-abril 1978, páginas 52-56.
 DOFFI, MERCEDES (2018) Apunte de Cátedra del espacio curricular
Ciencia, Tecnología, Sociedad y Ambiente del Instituto Superior del
Profesorado Tecnológico de Córdoba.