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APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

BIOGRAFÍA:
Nació en Ceuta en 1917 y falleció en Málaga el 23 de septiembre de 2003. El jesuita español
Juan Mateos fue un hombre de cultura enciclopédica dotado de una memoria prodigiosa, se
movía a sus anchas por todos los campos del conocimiento humano.

Estudió Medicina en Madrid y Granada, viendo interrumpidos sus estudios por la Guerra
Civil. En 1940 entró en la Compañía de Jesús y en 1947 fue destinado a Roma. Terminada la
Teología, continuó estudios en Francia, Austria, Líbano e Iraq.

Vuelto a Roma en 1958, obtuvo el doctorado en Ciencias Eclesiásticas Orientales. Fue


catedrático de Liturgia en el Pontificio Instituto Oriental y profesor invitado en el Pontificio
Instituto Bíblico de Roma. Enseñó también en la Pontificia Universidad Gregoriana y en la
Universidad de Propaganda Fide de Roma. Dio cursos en la Universidad "Lovanium" de
Kinshasa (Congo) y, durante años, en varias Universidades de Estados Unidos y en el
Instituto Pastoral para el Asia Oriental, de Manila.

Fue director durante diez años de la revista Orientalia Christiana Periodica, publicada por el
Pontificio Instituto Oriental. En 1964 fue encargado por el entonces obispo D. Vicente
Enrique y Tarancón de colaborar con Luis Alonso Schökel en la traducción al español de los
textos bíblicos del Misal y, más tarde, de los del nuevo Misal en tres ciclos. En 1980 se
trasladó a Granada, alternando la docencia en Roma con la preparación y publicación de
comentarios a los Evangelios.

Fue un gran innovador en el campo de la exégesis bíblica.

A la enorme sabiduría atesorada, Mateos unía una gran capacidad de relación con las
personas, con atención especial hacia aquellos que nadie tenía en consideración.

Todo cuanto escribía y enseñaba nacía de un profundo y exigente estudio de los textos
bíblicos, pero asimismo era fruto de la práctica cotidiana del mensaje evangélico, que se
concretaba en una vida de gran austeridad y de solidaridad hacia los últimos.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

En 1990 se instala en Córdoba, donde pasó los últimos trece años de su vida, desarrollando
una intensa tarea de publicaciones en torno al Nuevo Testamento, y donde cuantos le
conocieron personalmente han tenido la gozosa experiencia de encontrarse ante un
creyente moderno que propugna en su obra y en su vida conciliar la fe cristiana con la razón,
la ciencia y la modernidad.

La traducción de la Biblia y los comentarios al Nuevo Testamento de Juan Mateos han sido,
durante años, pilar y referente de la Teología de la Liberación así como alimento del 2

movimiento de comunidades cristianas de base.

Fue presidente de la Fundación Épsilon, dedicada a la promoción de la investigación del


Nuevo Testamento y del idioma griego imperante en tiempos de Jesús.

Las personas que tuvieron la suerte de tratar en profundad a Juan Mateo tienen el recuerdo
imborrable de ser una persona educada, sabia y sobre todo el haber sido un hermano
liberador de tabúes, al presentar a un Jesús de Nararet plenamente humano.

Tuvo tensiones con la jerarquía, pues fue requerido en alguna ocasión por el Dicasterio
Romano de la Doctrina de la Fe, el Ex Santo Oficio. Siempre manifestó su respeto hacia sus
superiores, pero mantuvo una gran independencia hacia ellos.

Hay una anécdota que define como los superiores de Compañía trataron a Juan Mateos.

Estando Juan Mateos viviendo en Córdoba se presentó en la residencia de San Hipólito, en


visita apostólica, el Padre General Peter Hans Kolvenbach. Antes de comenzar la comida de
Comunidad dijo: -Avisen a Juan Mateos de que tengo mucho interés en que se siente a mi
lado en la comida. Juan con sumo gusto estuvo a su lado compartiendo una charla cordial,
amistosa y amena.

Algunos pensamientos y planteamientos

Sobre la resurrección de Jesús decía: La resurrección de Jesús no podemos verla desde el


sentido ingenuo, es decir, que sea aquella misma carne. Es, a nuestro parecer, una
experiencia intensa y común del grupo de los apóstoles y los evangelistas, que saben que
Jesús está o sigue vivo. Afirmamos la resurrección, por supuesto. Ahora bien, ¿en qué
consiste ésta? ¿En salir de un sepulcro? ¿O en una nueva vida que no ha sido interrumpida
por la muerte? Este en el punto de debate. El sentido de la resurrección es que la vida supera
a la muerte tanto para Jesús como para nosotros. Documentalmente, no hay más que
testimonios. Y son escritos de gente creyente, y eso es una fe más que un hecho histórico. En
realidad, la resurrección es un hecho transhistórico, que se conoce por una experiencia
interior.

Ante los hechos históricos de Jesús comentaba: ¿La figura de Jesús es histórica? Sí, eso está
claro. Por los testimonios que dan Tácito, Suetonio, Flavio Josefo. ¿Corresponde lo que dice a
la figura de Jesús?. Primero vamos a ver lo que dicen los documentos de él. Porque están
escritos no de una forma de historia y mucho menos en forma de crónica o biografía, sino
que son la exposición de una experiencia. Es decir, toman datos históricos y los adaptan a su
visión teológica. Valoran sólo lo que tiene sentido para la posteridad. Cogen una línea de
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trascendencia y la describen con un estilo que tiene valor simbólico. Pero, al ser simbólico,
¿es producto de la imaginación? No. También hay una información, pero no meramente
intelectual o conceptual, sino que además también es emotiva. De ahí la fuerza de estos
símbolos.

Ante el valor histórico de los símbolos discurría: Este es el trabajo del investigador. Ver los
sistemas simbólicos que usan los evangelistas, para luego descubrir debajo lo que ellos
quieren darnos de historia. Por ejemplo: Jesús cura a un leproso. Ese leproso no lleva 3

nombre, no se sabe dónde lo cura, no tiene precedentes ni contexto ninguno. Su realidad es


anécdota. Y la anécdota no le interesa al evangelista. Es el tratamiento de un dato. El leproso
en Israel era el prototipo del marginado, del marginado social, porque no podía ni entrar en
los pueblos. Era un maldito de Dios y la ley judía, que se decía “Ley Divina”, prohibía tocar a
los leprosos. Entonces Jesús no sólo no rechaza al leproso sino que lo toca, que estaba
explícitamente prohibido por la Ley. ¿Qué es lo que se nos está diciendo con esto? ¿Qué
Jesús cura a un leproso? Eso es anécdota. Lo que se quiere decir es que Jesús toma postura
pública contra una ley injusta. Y asegura que esa ley no es de Dios, porque Dios no margina a
nadie. Eso es una valentía tremenda. Eso es lo histórico. Porque el leproso no es más que el
medio por el que se vale el evangelista para dar un visión liberadora de Jesús.

La originalidad del mensaje de Jesús la comentaba de la siguiente forma: Jesús trata de crear
una nueva sociedad, que lo viene a llamar los evangelistas “El Reino de Dios” donde, ya en
esta vida, el hombre sea libre, se desarrolle plenamente, pueda ser él mismo y, luego, supere
a la muerte. Esto es lo característico. No se trata sólo de que haya una vida feliz después de
la muerte. Hace falta que exista esa felicidad “antes”, por este motivo hay que cambiar la
sociedad humana. Es el único personaje histórico de esas características que se propone
cambiar la sociedad basada en la justicia y el amor. Esta es su gran originalidad y además su
gran audacia. Por este motivo lo mataron. Aquella sociedad no resistía un hombre de esas
formas de pensar y actuar.

Ante la forma de cómo se llevar este mensaje al mundo, comentaba: El cristianismo se


considera a veces como la adhesión a una cierta serie de principios a, credos o dogmas. No,
no, El cristianismo es una experiencia interna. Y esa experiencia se expresa en formulaciones
que son los principios más o menos aceptados, más o menos condicionados por una época
histórica, pero lo fundamental es una experiencia. Y esa experiencia es la de que Jesús, hoy
sigue vivo. Y por eso está al alcance de todos nosotros. El problema fundamental que ya
estaba planteado en el evangelio es que hombre llegue a su plenitud. Esa es la sociedad
nueva que quiere Jesús. Todo lo que sea separar a Dios del hombre, -que es el peligro de
todas las religiones- es un equívoco. Pensar que uno puede honrar y dar culto a Dios sin
preocuparse de lo demás no es creer el Dios de Jesús. No es válido para un cristiano. Amar a
Dios se demuestra amando al prójimo, y si no se ama al prójimo no se ama a Dios. Ante
actitudes como esas, hace falta una teología que nos haga tomar conciencia de que Dios no
tolera la injusticia. Esa es lo que pretende la teología de la liberación. Por lo tanto donde
haya injusticia hay que remediarla, sea del hambre o de la ignorancia. Dicho esto, Hay que
resaltar que el Dios verdadero no puede ser indiferente al dolor del hombre, y hay que
decirlo clarísimamente. La teología de la liberación no es más que el primer capítulo de un
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gran tratado, que es la “Teología de la Plenitud”. No basta decir que hay que liberar de algo,
sino para qué.

Sobre si sus investigaciones escriturísticas molesta a la jerarquía decía: Mi persona suscita


muchas filias y muchas fobias. No soy un hombre que pueda producir indiferencia. Pues la
novedad asusta un poco. Claro, un investigador es alguien que hace progresar el
conocimiento, no alguien que repite lo aprendido. El poner en cuestión algunos
planteamientos o detalles pude resultar molesto. Lo que va sucediendo es que se va 4

aceptando con cierta distancia de años, aunque en la actualidad haya como una invernada
eclesial. Se quiera o no a se quiera el lenguaje que usa la jerarquía no es el que se había en
los años cuarenta o cincuenta. Quiero decir, que van asimilando con cierto retraso lo que los
teólogos veníamos diciendo. Hay unas tensiones, pero no hay que afectarse por eso. El
tiempo y la evolución imparable del pensamiento teológico nos dará la razón.

Testimonios

Su editor, Jesús Peláez del Rosal, declaraba días después de su fallecimiento en el Diario
Córdoba.

Juan Mateos acababa de terminar estos días el tercer volumen del Comentario de Marcos,
con su muerte, la investigación y divulgación del Nuevo Testamento pierde a uno de sus
mejores autores, pues desde la Fundación Épsilon que él presidía, continuaremos
difundiendo su obra que tanto bien ha hecho para devolver al evangelio su rostro
originario".

Alberto Maggi escribió un artículo en la revista "Rocca" nº6 recordando a Juan Mateos del
cual se recogen estas líneas.

Hombre de cultura enciclopédica y dotado de una memoria prodigiosa, el saber de Juan


Mateos se movía a sus anchas por todos los campos del conocimiento humano. A la enorme
sabiduría atesorada, Mateos unía una gran capacidad de relación con las personas, con una
atención especial hacia aquellos que nadie tenía en consideración. Todo cuanto Mateos
escribía y enseñaba nacía ciertamente de un profundo y exigente estudio de los textos
bíblicos, pero asimismo era fruto de la práctica cotidiana del mensaje evangélico, que se
concretaba en una vida de gran austeridad y de solidaridad hacia los últimos.

Se recogen de la página web www.todosuno.org este comentario sobre Juan Mateos.

No sólo fue un maestro. Cuantos le han conocido personalmente han tenido la gozosa
experiencia de encontrarse ante un creyente moderno que propugna en su obra y en su vida
conciliar la fe cristiana con la razón, la ciencia y la modernidad, tarea de la que está tan
necesitada la iglesia actual, a la que Juan Mateos consideraba arcaica por su lenguaje, ritos y
culto, injustificadamente clericalizada por su jerarquía y tremendamente distante de vivir en
la práctica los principales postulados del evangelio de Jesús de Nazaret, considerado por
Juan Mateos en una de sus obras más brillantes "El Hijo del Hombre", modelo de plenitud
humana.
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INTRODUCCIÓN.
El libro de los Hechos no es una obra aislada, sino la continuación del Evangelio de Lucas, su
segunda parte (Hch 1,1). Con propiedad debería hablarse de "La doble obra lucana" y, en
consecuencia, Hechos debería editarse a renglón seguido del Evangelio, sin solución de
continuidad. Su colocación intermedia entre los evangelios y las cartas, tanto en las
ediciones antiguas como modernas, revela que desde tiempos muy remotos no se ha 5
comprendido que su género literario era exactamente el mismo que el del Evangelio, por
haberlo considerado sin más como un libro histórico.

El punto de engarce, a manera de bisagra que une el primero y el segundo libro, lo


constituyen las apariciones de Jesús resucitado, las últimas instrucciones a los discípulos
sobre la inminente realización de la Promesa, la donación del Espíritu Santo, la ascensión de
Jesús y el regreso de los discípulos a Jerusalén. Todo ello se narra por duplicado al final de
Evangelio (Lc 24,13-53) y el principio de Hechos (Hch 1,3-11), con el propósito de poner el
fundamento para la misión universal (1,8, cf. Lc 24,47-48).

El símbolo actual del libro, que data de fines del siglo II, no corresponde exactamente a su
contenido. "Hechos" presupone que se trata de un libro histórico; "apóstoles" parece indicar
que los protagonistas del libro son los Doce, cuando en realidad el único de ellos que juega
un papel importante es Pedro, que, junto a Juan, representa a los Doce. En cambio, a partir
del capítulo 13, Bernabé y, sobre todo, Pablo, a quienes el autor del libro llama también
"apóstoles" (cf. 14,4.14), se convierten en protagonistas de la segunda parte, destinada a
narrar las peripecias de la misión encomendada por el Espíritu a la iglesia "cristiana" de
Antioquía. Un título como "La expansión universal del evangelio" reflejaría mejor el
contenido de la obra.

1. Género Literario.
El género apocalíptico en general se propone revelar realidades trascendentes usando
material mítico, cifras misteriosas, visiones, voces y apariciones celestes. De ordinario se
detiene en la descripción de la vida futura y se pierde en elucubraciones cosmológicas o
astronómicas; suele proponer un saber esotérico revelado en los orígenes y luego perdido,
escudándose para ello en el nombre de algún personaje más o menos remoto, como Henoc o
Isaías.

El Apocalipsis de Juan, aun perteneciendo al género, elimina muchos de sus rasgos usuales:
en primer lugar, no es un libro pseudónimo, pues el autor se nombra a sí mismo con toda
sencillez, describiendo además la situación histórica en que se encuentra (1,1.4.9; 22,8). Ha
tenido una visión y describe lo que ha experimentado, sin dedicarse a elucubrar. No quiere
revelar un saber esotérico proveniente de la Antigüedad, propone una profecía abierta, con
aplicaciones para el presente, dirigida a todos; de hecho, el libro está destinado a lectura
pública (1,3.4; 22,16.18), como se deduce también del tono solemne del escrito y de los
himnos y cánticos que en él aparecen.
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Se distingue, sobre todo, de los apocalipsis judíos por su concepción de la historia. Aquellos
volvían la vista al pasado para interpretar el presente y escrutar el futuro, como sucede en el
libro canónico de Daniel (2,23) y en los apócrifos judíos; pero entre ellos y el Apocalipsis de
Juan algo nuevo ha sucedido; la vida, muerte y resurrección de Jesús, que cambia la visión de
la historia. La poderosa acción de Dios con Jesús Mesías da la nueva clave para su
interpretación y la nueva certitud de su desenlace.

6
2. Finalidad del escrito.
Sobre este presupuesto de su fe recibe Juan una revelación dirigida en primer lugar a ciertas
iglesias de su tiempo (2,1). La situación en que se encuentran es crítica: ya ha empezado la
persecución (2,9), hay un combate en curso entre el poder político pagano y la Iglesia
cristiana. Al Imperio se le representa como una bestia feroz, la fiera que sale del mar (13,1-
8), y a Roma, capital del Imperio, como a la gran prostituta que corrompe a la tierra entera
(17,1-6). Si la persecución ha comenzado ya y son testigos las iglesias de Asia Menor (2,3.10;
3,8), especialmente Pérgamo (2,13), la gran ofensiva, que será "la hora de prueba que va a
llegar para el mundo entero" (3,10; 7,14), no ha empezado todavía. El vidente Juan ve ya a
los mártires cristianos al pie del altar celeste (6,9) y contempla la multitud de los que han
atravesado el mar, como los israelitas en el Éxodo (7,9; 15,2), los mismos que participarán en
el reino de los mil años (20,4.6). Ese premio y corona son los que promete Jesús a los
vencedores, a los que sean fieles hasta la muerte (2,10; 3,11; 13,10, etc.); ésta no es ya
objeto de terror, sino esperanza de felicidad (14,13).

El drama contemporáneo no es, sin embargo, más que un episodio en una lucha más vasta y
duradera, la de Dios contra Satanás. Continuando una línea del NT, que aparece en la prueba
de Jesús en el desierto (Mt 3,8-9) y especialmente en Lc 4,5-6 Juan ve en la gloria y el poder
del mundo un instrumento de Satanás: "El diablo le mostró en un instante todos los reinos
del mundo y le dijo: Te daré todo ese poder y esa gloria porque me lo han dado a mí y yo lo
doy a quien quiero; si me rindes homenaje, todo será tuyo" (Lc 4,5-6). Tal poder está
encarnado en su tiempo en el Imperio romano, la fiera, que ha encontrado un poderoso
aliado y propagandista en el sacerdocio pagano, encargado del culto imperial, obligatorio
desde tiempos de Domiciano. Este sacerdocio es la segunda fiera (13,11-17), que obliga a
rendir homenaje a la estatua primera. Precisamente a la muerte de Domiciano, fue
derribada en Éfeso su estatua monumental por la violencia popular. Dios vencerá por medio
del Mesías, a quien encarga de ir actualizando su plan salvador, contenido en el libro de los
siete sellos (5,7.9); él destruirá a los dos enemigos, la fiera y su propagandista, el falso
profeta (19,11), hasta la derrota definitiva de Satanás y el principio del reinado de Dios,
representado por la Jerusalén celeste, imagen de la nueva sociedad de los salvados (21,1-
22,5).

Con esta revelación, Jesús por medio de Juan, quiere animar a las iglesias, desorientadas en
medio de la incipiente persecución, Les anuncia la salvación que Dios realizará. No se trata
sólo de la salvación de los ya cristianos, sino de que la humanidad acabe por reconocer su
extravío; las plagas y castigos que jalonan el libro son medios que Dios usa para hacer
comprender a los hombres que están siguiendo el camino de su propia ruina (9,20-21; 154;
16,9-11).
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Si el NT no hace en ninguna parte el elogio del Imperio romano, se descubre en algunos de


sus escritos cierta lealtad y confianza en sus instituciones (Hch 25,8; Rom 13,1-7; 1 Pe 2,13-
17). El Apocalipsis rompe esa línea, previendo el choque inevitable entre la idolatría
propugnada por el Estado y la fe cristiana. Ante el reino de Dios proclamado por Jesús, toda
institución política había quedado relativizada y por eso el Apocalipsis proclama la
resistencia contra la pretensión del Estado, que se atribuía carácter divino. De hecho
Domiciano reclamaba para sí el título de "Señor y Dios nuestro".
7

La denuncia de Juan no se traduce, sin embargo, en una llamada a las armas. Siguiendo el
ejemplo de Jesús, nunca excita a la violencia, sino al aguante, a la constancia sin cesiones
(2,7.11.17; 3,5.12.21; 13,8-10; 14,12; 20,4).

3. Estilo y composición.
No hay libro en el NT que contenga más alusiones al AT, aunque no se cite textualmente ni
una sola vez. En su mayoría se refieren a los relatos de los orígenes y a los profetas, y
suponen familiaridad no sólo con la versión griega de los LXX, sino también con los originales
hebreos o arameos. Su estilo pulula de construcciones gramaticales defectuosas, que no
pueden atribuirse a la falta de conocimiento de la lengua griega, sino a la intención de
conseguir un lenguaje hierático y solemne.

Para expresar su experiencia recurre el autor a un material estilístico tradicional; usa figuras
y narraciones de estilo mítico, por ejemplo, los cuatro jinetes, los dos testigos, la lucha del
dragón contra la mujer, las dos fieras, etc. Los símbolos, de gran belleza y hábilmente
utilizados, consiguen dar al libro una elevación extraordinaria.

No puede demostrarse que los cánticos e himnos, tan abundantes en la obra, estuvieran en
uso en las asambleas cristianas del tiempo; mucho más probable es que sean composiciones
poéticas originales del autor. Este no quiere describir una ceremonia cultual celeste o
terrestre, sino una serie de acontecimientos escatológicos. Fue, sin duda, su propia
experiencia visionaria la que impuso el plan del libro.

4. La interpretación.
Varias tendencias se han manifestado en torno al modo de interpretar el Apocalipsis. En
primer lugar, se ha discutido entre interpretación literal o simbólica. Si el mismo libro
propone símbolos y su significado, hay que optar por la interpretación simbólica. Pero una
cosa es el símbolo como imagen o sistema de imágenes, es decir, como medio de expresión,
y otra el carácter de la obra en su conjunto. Esta fórmula un mensaje claro; no habría podido
confortar a las comunidades perseguidas si el significado global hubiera sido nebuloso.

Otra alternativa se ha presentado: interpretación lineal histórica del libro, o bien cíclica y
espiritual. Es decir, ¿pretende el libro presentar en clave simbólica una sucesión de los
acontecimientos desde los tiempos del autor hasta el fin del mundo?, o bien, ¿indica los
principios generales por los que ha de interpretarse continuamente la historia humana?
Todas las tentativas por encontrar el hilo de la historia se han demostrado artificiales. Por
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

otra parte, no hay que negar que el autor tiene delante acontecimientos bien concretos. Se
trata, pues, de una visión de la historia ocasionada por los hechos de su época, pero que al
descubrir el trasfondo de la lucha histórica contemporánea, proporciona una clave de
interpretación válida para la historia en su conjunto. Podría decirse que el designio de Dios,
que Juan ha actualizado en la sangrienta oposición entre los fieles de Jesús y el Imperio
romano, es sólo un episodio en la lucha mucho más duradera que Dios conduce contra el
orgulloso poder humano.
8

La duración de la historia es mayor de lo que aparece en el libro, pero su problema de fondo


es el mismo. Siguiendo la línea profética del AT, ha querido expresar la gloria del Mesías y su
victoria sobre las potencias de este mundo.

5. Estructura.
Se ha disputado mucho sobre el plan del libro y se ha expresado toda clase de opiniones:
unos han querido basarlo sobre el número 7, que tantas veces aparece, pero éste no puede
considerarse clave de composición sin forzar la estructura. Otros han preferido ver la
combinación de dos obras de época diferente, una escrita bajo Nerón, otra bajo Domiciano.
Ninguna de las hipótesis propuestas es convincente. En todo caso, el material simbólico que
usó el autor para expresar su experiencia personal lo encontró ciertamente en fuentes judías
y quizá también en escritos cristianos preexistentes.

La división del libro en dos partes está anunciada por el autor del mismo en la primera
visión: "lo que está sucediendo" y "lo que va a suceder después" 81,19).

"Lo que está sucediendo" se refiere a la situación de las siete iglesias de Asia Menor, a
quienes Juan tiene la misión de confortar en nombre de Jesús (1,9-3,22).

"Lo que va a suceder después" describe en términos simbólicos la intervención de Dios para
salvar a la humanidad.

Después de la gran visión inaugural de la segunda parte (4,1-5,14), Jesús abre el rollo que
contiene el plan salvador de Dios y comienza su ejecución. En la segunda sección -los
primeros dolores- se permite al orgullo del poder humano desencadenarse sobre la tierra,
dañando con sus consecuencias, guerra, hambre, muerte, a la cuarta parte de la humanidad.
Ante este espectáculo aterrador, el autor conforta a las Iglesias, mostrándoles que su grito
de angustia recibe una respuesta de Dios y que éste las protege en medio del mundo, para
llevarlas a la gloria que las espera.

Al abrirse el séptimo sello comienza la serie de las trompetas, signo del combate y de
victoria. Las cuatro primeras provocan desastres naturales parciales, que buscan hacer
recapacitar a los hombres (9,20-21; 15,4; 16,9.11); la quinta y la sexta desencadenan plagas
diabólicas; la quinta, una plaga al parecer insignificante, pero dolorosa; la sexta, una plaga
violenta y aterradora.

Antes de la séptima trompeta, la del combate final y la victoria, se precisa el mensaje de


Juan; recibe una nueva misión que rebasa el horizonte de las siete iglesias (10,11), la de
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exponer en detalle esta etapa, explicando el sentido profundo de la historia entera; aún no
se había mencionado la batalla trascendente que tiene lugar en el mundo ni los
contendientes inmediatos en esta batalla. En un primer esbozo señala la misión histórica de
la Iglesia, simbolizada por los dos testigos, que es proclamar ante el mundo el evangelio; el
poder del mundo usa la violencia para sofocar su voz, pero inútilmente, pues ella completa
su testimonio (11,7).

Ante esta realidad de persecución suena la trompeta final, acogida con aclamaciones y 9

acción de gracias a Dios, que por fin va a exterminar la injusticia del mundo. Transmite Juan
entonces el contenido del librito, revelando que es en realidad el diablo quien lucha contra
la comunidad de salvación, pretendiendo anular el plan de Dios después de su derrota
celeste (12,7-9). En la época de Juan, Satanás ha encontrado un instrumento para llevar a
cabo su obra destructora, el Imperio romano, simbolizado por la fiera, que exige adoración
divina (13,1-18).

Los dos contendientes son, por tanto, el dragón y el Mesías y, en el mundo visible, el Imperio
y la comunidad cristiana, reunida en torno a Jesús (14,1-5). Pero el éxito no es dudoso, tres
ángeles predicen la victoria (14,6-13) y se da una visión anticipada del juicio de salvación y
condenación en que acabará el combate (14,14-20).

Una vez aclarado el sentido profundo y el desenlace de la contienda, empieza la ofensiva de


Dios contra el poder opresor, la fiera, simbolizada por la serie de siete cuencos llenos de su
furor. Los ya salvados entonan una alabanza, aclarando el sentido de las plagas que
pretenden destruir el mal para que las naciones puedan reconocer al verdadero Dios (15,1-
4). El ataque de Dios les demuestra lo nocivo de su identificación con la idolatría del Imperio
(16,2), les echa en cara la sangre derramada (16,3-7) y hace irrespirable el ambiente (16,8-9);
alcanza luego el trono mismo de la fiera, cambiando el optimismo en desorientación (16,10-
11), y prepara la destrucción del Imperio por la invasión extranjera (16,12). El ataque directo
de Dios provoca un desesperado intento de contraataque, que se resolverá en la batalla final
(16,13-14.16; cf. 19,11-21). Antes de describirla, el autor va a precisar en qué consistirá la
derrota, que él ve encarnada en la ruina de Roma: describe la relación entre la fiera y la
capital del Imperio (17,1-8), y con anuncios, lamentaciones y acciones simbólicas, la caída de
Roma, de la que el cielo se alegra (18,1-19,10). Llega finalmente a la descripción de la batalla
final, en la que Jesús Mesías vencerá definitivamente al poder opresor (19,11-21). Se
impedirá al autor del mal, el diablo, toda actividad durante un largo período de tiempo en
que una primera resurrección inaugura la nueva libertad. El último intento de Satanás lo
llevará a su ruina definitiva.

La victoria del Mesías va abatiendo a todos sus enemigos, por último a la muerte. Llegará
entonces el don de Dios a los hombres, la nueva Jerusalén.

En la segunda parte del libro hay, pues, entrelazadas una sucesión temática y otra simbólica:
La sucesión temática expone en primer lugar algunos hechos: desastres, protección divina,
victoria final (6,1-9,21), pero sin analizar sus causas profundas. Sólo el librito profético revela
el trasfondo de lo ya escrito, precisa quiénes son los verdaderos contendientes en sus dos
aspectos, histórico (Iglesia-Imperio) y trascendente (Cristo-Satanás) y en qué consistirá la
victoria, es decir, en la ruina del Imperio perseguidor, simbolizado por su capital (Babilonia-
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Roma). Sigue la serie de victorias y el establecimiento del reinado de Dios en el mundo


nuevo.

La sucesión simbólica, en cambio, tiene su eje en las series septenarias, no independientes,


sino subordinadas: el séptimo elemento de cada serie despliega en otro septenario; el
séptimo sello incluye a las siete trompetas y la séptima trompeta a los siete cuencos.

10

Los puntos de articulación de las dos sucesiones no coinciden. para evitar confusiones al
lector que, en caso de adoptar la sucesión temática, vería desmembrarse los septenarios,
adoptamos en la división del texto la sucesión simbólica.

7. Época de la composición.
Según Ireneo (fines del s.II), Juan escribió el Apocalipsis al final del reinado de Domiciano (96
d. C). Aunque la primera persecución que se menciona es la de Nerón, ésta quedó localizada
en Roma y no tuvo nada que ver con el culto al Emperador. Fue Domiciano el primero en
imponer este culto, que floreció mucho en Asia Menor, donde escribe Juan. Con los datos
que ofrece el libro no es posible identificar al emperador que reinaba entonces; la fiera no
personifica a un emperador determinado, es un símbolo del poder del Imperio y, si acaso,
acusa los rasgos de Nerón revivido, figura muy presente en la expectación popular del
tiempo.

Con algunos autores, parece preferible interpretar las siete cabezas de la fiera (13,1), que
representan siete emperadores (17,9-10), como la serie empieza con Calígula; Domiciano
sería el sexto y el libro estaría escrito en su tiempo.

8. Autor.
El autor, Juan, que es al mismo tiempo el beneficiario de la visión, se nombra a sí mismo en
cuatro pasajes (1,1.4.9; 22,8). Está en la isla de Patmos (1,9), situada en la costa de Asia
Menor, cerca de Mileto: su libro se dirige en primer lugar a siete iglesias de Asia Menor
(1,4.11), cuya situación y condiciones de vida conoce. No cabe duda de que pertenece a
aquella provincia o que, al menos, lleva tiempo en ella.

No se atribuye más título que "profeta" o inspirado, hermano de los cristianos a quienes se
dirige (1,9). Antes había ejercido la predicación (1,9) y probablemente su estancia en Patmos
constituía un exilio, como lo afirma la antigua tradición.

Justino, antes del año 160, reconoce en este Juan al apóstol hijo de Zebedeo, y el libro gozó
de autoridad indiscutida a fines del s. II en Occidente y a mediados del s. III en Oriente.

La crisis sobre la autoridad del libro se debió a Dionisio de Alejandría, quien, a propósito de
ciertas cuestiones sobre el milenio, negó que el autor fuese el apóstol Juan. Se basaba sobre
todo en las diferencias de estilo y lenguaje con las demás obras atribuidas al apóstol. A pesar
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

de las controversias que esto suscitó, en Occidente fue reconocida su autoridad sin discusión
a fines del s. IV, aunque en la iglesia griega no se alcanzó la unanimidad hasta el s. X.

La cuestión del autor sigue debatiéndose. Hay quienes se pronuncian en favor del apóstol,
basándose en el antiguo testimonio de Papías, si bien tal persuasión no fuese general en el s.
II y principios del III. Otros, apoyándose en las diferencias de lenguaje y, sobre todo, en la
concepción escatológica, se inclinan por un profeta judeo-cristiano de nombre Juan,
predicador del evangelio en Asia Menor, y perteneciente a la escuela de Juan apóstol, o bien 11

por un discípulo del apóstol en el papel de redactor. En todo caso la obra suele datarse entre
los años 90-95.

9. División.
Prólogo (1,1-3).

Dirección y saludo (1,4-8).

I. Lo que está sucediendo (1,9-3,22).

Visión inaugural (1,9-20).

Las siete cartas (2,1-3,22).

II. Lo que va a suceder después (4,1-22,5).

Primera sección: Visión inaugural (4,1-5,14).

Segunda sección: Se abre el rollo (6,1-7,17).

Los cuatro primeros sellos: los jinetes (6,1-8).

El quinto sello: Los mártires (6,9-11).

El sexto sello: Intervención divina (6,12-17).

Marcan a los fieles (7,1-8).

Victoria de Dios y suerte de los fieles (7,9-17).

Tercera sección: El séptimo sello y la serie de las trompetas (8,1-11,14).

Oración e intervención divina (8,3-6).

Las cuatro primeras trompetas (8,7-12).


APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

Aviso amenazador (8,13).

Quinta trompeta: La langosta (9,1-12).

Sexta trompeta: La caballería (9,13-21).

El librito profético (10,1-11).

Los dos testigos (11,1-14). 12

Cuarta sección: La séptima trompeta y la serie de los cuencos (11,15-16,16).

Aclamación y acción de gracias (11,15-19).

La mujer y el dragón (12,1-17).

Las dos fieras (12,18-13.18).

En el monte Sión (14,1-5).

Ángeles predicen la victoria (14,6-13).

Visión anticipada del juicio (14,14-20).

Se preparan las siete últimas plagas (15,1-16,1).

Los seis primeros cuencos (16,2-16).

Quinta sección: El séptimo cuenco: el desenlace (16,17-22.5).

La prostituta y la fiera (17,1-18).

Se anuncia la caída de Babilonia (18,1-8).

Lamentación por Babilonia (18,9-20).

Un ángel representa la caía de Babilonia (18,21-24).

Alegría en el cielo (19,1-10).

Ruina de las fieras (19,11-21).

Derrota del dragón (20,1-10).

Juicio universal y derrota de la muerte (20,11-15).

Nuevo universo y nueva ciudad (21,1-23).

La humanidad en la nueva Jerusalén (21,24-22,5).


APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

Epílogo (22,6-21).

PRÓLOGO. Ap 1, 1-3
11 Revelación de Jesús Mesías. Lo que Dios le encargó mostrar a sus siervos sobre lo que 13

tiene que suceder en breve, y él comunicó enviando su ángel a su siervo Juan.

2 Diciendo todo lo que ha visto, éste se hace testigo de la palabra de Dios y del testimonio de
Jesús Mesías.

3 Dichoso el que lee y los que escuchan esta profecía y hacen caso de lo que está escrito en
ella, porque el momento está cerca.

EXPLICACIÓN.

1-3 Prólogo. El libro es una profecía (3), Como los antiguos profetas, su autor se llama siervo,
pero de Jesús Mesías (1). La revelación viene de Jesús en cuanto Mesías/Salvador; él ha
recibido de Dios el encargo de hacerla y la comunica a Juan por medio de un mensajero
(ángel). Juan, garante (testigo) de la autenticidad de la revelación. El libro está destinado a la
lectura pública (3: el que lee y los que escuchan); no se escribe para aterrorizar ni intimidar,
sino para dar ánimos (3: Dichoso el que, etc.); su autoridad es la de la palabra divina (cf. Lc
11,28). La historia se encuentra en su etapa final (el momento está cerca).

Dirección y saludo. Ap 1,4-8


4 Juan, a las siete iglesias de la provincia de Asia.

Gracia y paz a vosotros de parte del que es y que era y que viene, de parte de los siete
espíritus que están ante su trono

5 y de parte de Jesús Mesías, el testigo fidedigno, el primero en nacer de la muerte y el


soberano de los reyes de la tierra.

Al que nos ama y con su sangre nos rescató de nuestros pecados,

6 al que hizo de nosotros linaje real y sacerdotes para su Dios y Padre, a él la gloria y el poder
por los siglos de los siglos, amén.

7 Mirad, viene entre las nubes: todos lo verán con sus ojos, también aquellos que lo
traspasaron, y plañirán por él todas las razas de la tierra. Así es. Amén (Dn 7,13; Zac 12,10-
14).

8 Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es y que era y que viene, el soberano
de todo.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

EXPLICACIÓN.

4-8. Saludo. Remitente y destinatarios. Las siete iglesias representan la totalidad de las
comunidades cristianas (4). Diálogo entre el lector y la asamblea (cf. v.3: "el que lee y los que
escuchan"). Saludo (4b-5a); El que es, que era y que viene (1,8; 4,8; cf. Is 41,4): el autor amplía,
abarcando el pasado y el futuro, la fórmula de Éx 3,14 ("Yo soy el que soy"); el que viene, en
lugar de "el que será", que describiría la eternidad de Dios en sí, indica que Dios no es
meramente trascendente respecto a la historia humana, sino que está presente y activo en 14

ella; su venida es continua y se realiza en la de Jesús (v.7). Los siete espíritus (cf. 3,1; 4,5; 5,6),
la totalidad o plenitud del Espíritu, presente en Jesús Mesías (cf. Jn 18,37; 1 Tim 6,13); su
testimonio culmina en su muerte. Primero en nacer de la muerte (cf. Col 1,18); soberano, etc.
(cf. Rom 14,9) preludia el tema del libro, que trata de la caída de los imperios (4-5a).

Respuesta de la asamblea (5b-6): doxología dirigía a Jesús mesías. Doble fruto de la muerte de
Jesús, suprema manifestación de su amor: liberar a los hombres del pasado que pesaba sobre
ellos y constituirlos en un estado nuevo y excelente; linaje real y sacerdotes, modo describir
los efectos de la comunicación del Espíritu; linaje real expresa la participación de la
realeza/condición divina; sacerdotes, que la cercanía a Dios, antes atribuida a grupos
privilegiados, es ahora patrimonio de todo cristiano (cf. Éx 19,6; 1 Pe 2,5).

Continúa el lector (7): la venida entre las nubes (cf. Mc 13,16 parr.; Dn 7,13), equivalente de
triunfo, no es única. Aunque en el libro el curso de la historia se condensa en un solo caso, el
proceso de la caída de Roma, se le ve como paradigma de la liberación progresiva de la
humanidad. Que lo traspasaron, etc., cf. Zac 12.10.12.14; Jn 19,37; Mt 24,30. Respuesta de la
asamblea: Así es. Amén.

Lector: El Alfa y la Omega, el principio y el fin (cf. Is 44,6). Estilo profético. Los nombres de las
letras griegas muestran que, aunque el autor es de cultura hebrea, escribe para cristianos
helenistas (8).

LAS SIETE CARTAS. Ap 2,1-3,22


2 1 Al ángel de la iglesia de Éfeso escribe así:
Esto dice el que tiene las siete estrellas en su diestra y anda entre los siete candelabros de
oro:

2 Conozco tus obras, tu esfuerzo y tu entereza; sé que no puedes sufrir a los malvados, que
pusiste a prueba a esos que se llaman apóstoles sin serlo y hallaste que son unos
embusteros.

3 Tienes aguante, has sufrido por causa mía y no te has rendido a la fatiga,

4 pero tengo en contra tuya que has dejado el amor primero.

5 Recuerda de dónde has caído, enmiéndate y vuelve a proceder como al principio; si no,
como no te enmiendes, vendré a quitar tu candelabro de su sitio.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

6 Es verdad que tiene una cosa a tu favor: aborreces las prácticas de los nicolaítas, que yo
también aborrezco.

7 Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.

Al que salga vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el jardín de Dios.

15

8 Al ángel de la iglesia de Esmirna escribe así:

Esto dice el que es primero y último, el que estuvo muerto y volvió a la vida:

9 Conozco tu apuro y tu pobreza, y, sin embargo, eres rico; sé también cómo te calumnian
esos que se llaman judíos y no son más que sinagoga de Satanás.

10 No temas nada de lo que vas a sufrir; el diablo va a meter a algunos de vosotros en la


cárcel para poneros a prueba, pero vuestro apuro durará diez días. Se fiel hasta la muerte y
te daré la corona de la vida.

11 Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.

El que salga vencedor no será víctima de la muerte segunda.

12 Al ángel de la iglesia de Pérgamo escribe así:

Esto dice el que tiene la espada aguda de dos filos:

13 Sé dónde habitas, donde Satanás tiene su trono. A pesar de eso, te mantienes conmigo, y
no renegaste de mi fe ni siquiera cuando a Antipas, mi testigo, mi fiel, lo mataron en vuestra
ciudad, morada de Satanás.

14 Tengo, sin embargo, algo en contra tuya: tienes ahí algunos que profesan la doctrina de
Balaán, el que enseño a Balac a tentar a los israelitas incitándolos a participar en banquetes
idolátricos y a fornicar.

15 Además otra cosa: también tú tienes algunos que profesan la doctrina de los nicolaítas.

16 A ver si te enmiendas, que si no iré en seguida y los combatiré con la espada de mi boca.

17 Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.

Al que salga vencedor le daré maná escondido y le daré también un guijarro blanco; el
guijarro lleva escrito un nombre nuevo que solo sabe el que lo recibe.

18 Al ángel de la iglesia de Tiatira escribe así:

Esto dice el Hijo de Dios, el de ojos llameantes y pies como bronce:


APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

19 Conozco tus obras, tu amor fraterno, fe, dedicación y aguante, y últimamente tu actividad
es mayor que al principio;

20 pero tengo en contra tuya que toleras a esa Jezabel, la mujer que dice poseer el don de
profecía y que extravía a mis servidores con su enseñanza, incitándolos a la fornicación y a
participar en banquetes idolátricos.

21 Le di tiempo para enmendarse pero no quiere enmendarse de su fornicación. 16

22 Mira, la voy a postrar en cama y a sus amantes los voy a poner en grave aprieto, si no se
enmiendan de lo que hacían con ella.

23 A los hijos que tuvo les daré muerte; así sabrán todas las iglesias que yo soy el que
escruta corazones y mentes y que os voy a pagar a cada uno conforme a vuestras obras.

24 Ahora me dirijo a vosotros, los demás de Tiatira que no profesáis esa doctrina ni habéis
experimentado lo que ellos llaman las profundidades de Satanás. No os impongo ninguna
otra carga,

25 hasta que mantengáis lo que tenéis hasta que yo llegue.

26 Al que salga vencedor cumpliendo hasta el final mis tareas, le daré autoridad sobre las
naciones -la misma que yo tengo de mi Padre-,

27 las regirá con cetro de hierro y las hará pedazos como a jarros de loza (Sal 2,8-9).

28 Le daré también el lucero de la mañana.

29 Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.

3 1 Al ángel de la iglesia de Sardis escribe así:


Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus obras;
nominalmente vivos, pero estás muerto.

2 Anda vigilante y consolida los restos que iban a morir, pues no he encontrado obras tuyas
acabadas a los ojos de mi Dios.

3 Recuerda, por tanto, lo que oíste y aún mantienes, haz caso y enmiéndate que, si no estás
en vela, llegaré como un ladrón sin que te des cuenta de la hora de mi llegada.

4 A pesar de todo, tienes ahí en Sardis unos cuantos que no han manchado su ropa; ésos
caminarán conmigo vestidos de blanco, pues se lo merecen.

5 El que salga vencedor se vestirá de blanco y no borraré su nombre del registro de los vivos,
pues ante mi Padre y sus ángeles reconoceré su nombre.

6 Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.


APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

7 Al ángel de la iglesia de Filadelfia escribe así:

Esto dice el santo, el veraz, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie cierra; cierra y
nadie abre (Is 22,22).

8 Conozco tus obras, mira, ante ti dejo abierta una puerta que nadie puede cerrar, pues
17
aunque tu fuerza es pequeña has hecho caso de mis palabras y no has renegado de mí.

9 Haré que algunos de la sinagoga de Satanás, de esos que dicen ser judíos (pero es mentira,
no lo son), vayan a postrarse ante ti y se den cuenta de que te quiero.

10 Por haber seguido el ejemplo de mi constancia yo te preservaré en la hora de prueba que


va a llegar para el mundo entero, y que pondrá a prueba a los habitantes de la tierra.

11 Llego en seguida, mantén lo que tienes, para que nadie te quite tu corona.

12 Al que salga vencedor lo haré columna del santuario de mi Dios y ya no saldrá nunca de
él; grabaré en él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén
que baja del cielo de junto a mi Dios, y, mi nombre nuevo.

13 Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.

14 Al ángel de la iglesia de Laodicea escribe así:

Esto dice el amén, el testigo fiel y veraz, el principio de la creación de Dios:

15 Conozco tus obras y no eres ni frio ni caliente. Ojalá fueras frío o caliente,

16 pero como estás tibio y no eres ni frío ni caliente, voy a escupirte de mi boca.

17 Tú dices: "Soy rico, tengo reservas y nada me falta". Aunque no lo sepas, eres
desventurado y miserable, pobre, ciego y desnudo.

18 Te aconsejo que me compres oro acendrado a fuego, así serás rico; y un vestido blanco,
para ponértelo y que no se vea tu vergonzosa desnudez, y colirio para untártelo en los ojos y
ver.

19 A los que yo amo los reprendo y los corrijo; sé ferviente y enmiéndate.

20 Mira que estoy a la puerta llamando: si uno me oye y me abre, entraré en su casa y
cenaremos juntos.

21 Al que salga vencedor lo sentaré conmigo en mi trono, lo mismo que yo, cuando vencí me
senté con mi Padre en su trono.

22 Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias.


APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

EXPLICACIÓN.

2,1-3,22 Jesús Mesías, destinatario de la doxología inicial (1, 4b-6) y que se apareció a Juan
(1,12-20), habla a cada una de las iglesias. Su palabra valora la situación de cada una, corrige,
anima, exhorta, promete. Todas deben esforzarse por comprender el mensaje del Espíritu, que
actualiza en ellas el mensaje de Jesús.

1-7 Destinatario, la comunidad que está en Éfeso, capital de la provincia de Asia. El ángel, la 18
comunidad misma en su dimensión trascendente (1,20: "estrellas", luz celeste), contra-distinta
del "candelabro", la comunidad en su dimensión terrestre (1,20: "candelabros", luz terrestre,
la comunidad en cuanto difusora de un mensaje).

Autopresentación de Jesús (el que tiene las siete estrellas, cf. 1,16) (1b). Esto dice, fórmula de
los oráculos proféticos; Jesús Mesías toma el puesto de Dios.

Juicio de la situación (2-3). Positivo: su firmeza, valentía y constancia frente a los que ceden al
paganismo (v.6); negativo, traición íntima, falta de amor (4).

Exhortación particular (5-6): enmienda; de lo contrario, la comunidad de Éfeso dejaría de


formar parte del círculo de las iglesias. Bajo un exterior irreprochable, falta lo esencial. Su
actitud ante los heterodoxos es un indicio favorable. No hay datos sobre los nicolaítas.

Exhortación general (7a). El mensaje vale para todas las iglesias; el Espíritu les habla
recordándoles la enseñanza de Jesús. Oídos, oír, aplicarse a la comprensión en vista de la
actividad (7).

Promesa (7b): La recompensa por la victoria sobre el mundo (cf.1 Jn 5,4s) se describe con
alguna imagen asociada a la vida futura; aquí con la de comer del árbol de la vida (Gn 2,9; Ap
22,2), gozar de una perenne plenitud de vida. El vencedor, el que colabora hasta el fin en la
victoria de Jesús sobre las fuerzas históricas enemigas del hombre.

8-11. A Esmirna. Comunidad en lucha, perseguida por la colonia judía. Autopresentación de


Jesús; el vencedor de la muerte, en relación con la promesa final de la carta (v.11).

Juicio positivo: a esta comunidad pobre, sólo elogios. En medio de la persecución, la pobreza
de medios y la calumnia, la comunidad es rica por su adhesión a Jesús (9-10). Israel ha perdido
su privilegio. Los judíos no tienen derecho a distinguirse con ese nombre; ahora no son más
que una perversión del antiguo pueblo (sinagoga de Satanás). Prueba efímera (cf. Dn 1,12.14).
La muerte por la adhesión a Jesús, umbral de la vida (10).

Promesa (11b): la muerte segunda (cf. 20,14): además de la muerte física, que para el cristiano
no interrumpe la vida, hay una muerte definitiva y total; quien colabora en la obra liberadora
de Jesús tendrá vida definitiva.

12-17. Pérgamo era la ciudad más suntuosa de Asia Menor. Había sido capital de los más ricos
sucesores de Alejandro Magno y el centro de un considerable imperio. Había en ella un altar
monumental a Zeus y un famoso santuario de Esculapio. En Pérgamo, con el templo erigido a
Augusto, se inauguró el culto imperial en la provincia de Asia.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

Autopresentación de Jesús (12b); la espada de dos filos es su palabra o mensaje (1,16; cf. Is
49,2), que, con su eficacia o fuerza de persuasión (aguda, dos filos), hiende aquel esplendor
cultural y religioso, calificándolo de trono de Satanás (12-13). El gobernador tenía el ius gladii,
es decir, el poder de vida y muerte sobre todos sus súbditos que no fuesen ciudadanos
romanos. La palabra de Jesús está por encima del poder romano. Sé dónde habitas (12): la
comunidad está presente y actúa en la historia dentro de las estructuras sociales. Satanás, 19

personificación del poder, fuerza enemiga que actúa en la historia a través de estructuras
humanas; tiene algo de monstruoso (cf. 12,9: "el dragón") y aspira a ocupar el puesto de Dios
(culto del emperador); aquí se encarna en la sociedad pagana organizada; trono, dominio.

Juicio de la situación (13-15). Positivo: elogio de la adhesión inquebrantable cuyo mayor


exponente ha sido Antipas el mártir. Negativo: el peligro más grave viene de unos pocos
miembros de la comunidad (14). La figura de Balaán (Nm 25,1-3) interpreta en clave del AT el
sincretismo pagano-cristiano (Nikolaos = Balaán: "señor/vencedor del pueblo"); después del
episodio de Balaán, se narra cómo los israelitas, seducidos por mujeres moabitas, realizaron
actos de idolatría (cf. Nm 31,16).

Exhorta a tomar una decisión. Visita del Señor (Am 3,2; Os 4,9); su palabra es eficaz (16).

Promesa al vencedor, al que colabora en la victoria de Jesús y su mensaje (17b): maná


escondido (Éx 16,1-36; Sal 78,24-28; Sab 13,20-29), la eucaristía, que encierra vida definitiva; el
guijarro blanco sugiere la idea de victoria, de admisión a la vida; el nombre nuevo (Is 62,2),
regalo de amor, refleja el proyecto personal que debe realizar; corresponde a la renovación
interior del hombre e implica la intimidad entre el que lo recibe y Jesús.

18-29. En la época romana, Tiatira era un centro sin especial relieve, dedicado a la industria y
al comercio (cf. Hch 16,14). A esta ciudad, la menos importante de las mencionadas, se envía la
carta más larga, a a su comunidad se aplican los epítetos más solemnes.

Autopresentación de Jesús (18), cf. 1,14s. Juicio de la situación (19-23): Elogio (19). Como en
Pérgamo, existe un peligro que procede del interior de la comunidad (20): Jezabel, nombre
simbólico, la reina que introdujo cultos idolátricos en Israel (1 Re 16,31; 2 Re 9,22); aquí
designa a una persona, probablemente una mujer, que promueve actitudes paganas. Jesús le
ha dado tiempo para recapacitar, pero parece demasiado segura de sí misma (21). En el
lenguaje profético, la fornicación es figura de la idolatría y puede designar la práctica del modo
de vida materialista de aquella sociedad. Acción decidida de Jesús, pero sin amenaza de
exclusión; quiere que sus cómplices o víctimas (sus amantes) abran los ojos. Esa escuela (hijos
= discípulos) no tendrán futuro (23).

Aunque deben apartarse del culto pagano, no han de constituir un círculo cerrado en medio de
la sociedad (24: no os impongo ninguna otra carga); Jesús no prescribe obligaciones, a
diferencia de las religiones, que multiplicaban las prescripciones hasta el infinito; basta la
fidelidad al evangelio (25). Las profundidades de Satanás puede ser una frase irónica para
calificar el conocimiento esotérico de Dios que los sectarios pretender tener (cf. 1 Cor 2,10).
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

Promesa (26-28); las naciones, el paganismo en cuanto fuerza hostil al reinado de Dios. Estas
fuerzas serán progresivamente destruidas (cita adaptada de Sal 2,8s). Se vence al mundo
cuando no se pacta con él ni se disimula el mensaje. El lucero de la mañana es Jesús mismo
(22,16).

3,1-6. Sardis, antigua capital del reino de Lidia, en la época romana, después del terremoto del
año 17 d.C, que había destruido la mayor parte de sus edificios, tenía poca importancia.
20
Autopresentación de Jesús (1), cf 1,4.16.20. Juicio de la situación: la actividad de esta iglesia no
es indicio de vida. Exhortación (2): detener el proceso de desintegración. Vigilancia (cf. Mt
24,42s; 1 Tes 5,2). Es una iglesia sin lucha, agonizante (2). Jesús no apaga la mecha que aún
humea, pero la conversión urge; la adhesión al mensaje debe traducirse en la práctica (3).
Resto fiel (4): "blanco", el color de la gloria divina.

Promesa (5): el registro de los vivos (lit. "el libro de la vida"), paralelo celeste del registro de
una ciudad: pertenecía a la ciudad de Dios.

7-13. Filadelfia, fundada por Átalo Filadelfo, rey de Pérgamo, en el siglo II a.C., también había
sufrido grandemente en el terremoto del año 17 d.C. Autopresentación de Jesús: la llave de
David (cf. Is 22,22) indica una autoridad sin apelación (7b). Juicio de la situación (8-10):
comunidad pequeña y sin pretensiones, formada probablemente por gente humilde, pero,
debido a su fidelidad, Jesús le abre la posibilidad de una tarea misionera; la metáfora de la
llave se continúa en la de la puerta. Ningún juicio negativo, sólo alabanzas y promesas.
Sinagoga de Satanás, cf. 2,9; vayan a postrarse ante ti, cf. Is 60,14; 49,23; 45,13. Los cristianos,
el verdadero Israel (9). Ayuda que corrobora la constancia (perseverar en la hora de la prueba
o tentación, cf. Mt 6,13) (10). Exhortación particular (11): fidelidad hasta el fin.

Promesa (12): la nueva sociedad humana, concebida como santuario y como ciudad; los que se
asocian a la obra de Jesús son el soporte de esa sociedad nueva (cf. 21,2: la nueva Jerusalén).
Cuádruple repetición de la fórmula mi Dios, para subrayar la pertenencia absoluta y para
siempre; mi nombre nuevo, el del Resucitado, la victoria sobre la muerte.

14-22. Para Laodicea, cerca de Colosas, cf. Col 4,16. Autopresentación (14b): el Amén, aplicado
a Dios en el judaísmo, que equivale a los epítetos fiel y veraz, cf. 1,5; el principio de la creación
de Dios, cf. Col 1,15; horizonte universal. Juicio de la situación: la comunidad de Laodicea no
presenta faltas manifiestamente graves, pero aparece instalada en la mediocridad, quizá por
adaptarse a la prosperidad de la ciudad misma; se siente satisfecha y segura (17). Exhortación
particular (18): oro, vestido blanco, colirio; alusiones a la prosperidad de Laodicea, a su
industria de lana y a su escuela de medicina. Amor paciente de Jesús, que pretende educar a la
comunidad (cf. Prov 3,12; Heb 12,5-11) (19). El amor culmina en la petición de ser acogido;
nadie lo espera en esta iglesia segura. No fuerza la entrada, habla invitando. Intimidad
simbolizada por la cena (20).

Promesa (21): los que colaboran con Jesús participan de su realeza/condición divina (21).
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

II. LO QUE VA A SUCEDER DESPÚES. PRIMERA


SECCIÓN: VISIÓN INAUGURAL. Apocalipsis 4,1-
5,14.
4 1 En la visión apareció después una puerta abierta en el cielo; la voz con timbre de 21

trompeta que me habló al principio decía: "Sube aquí y te mostraré lo que va a suceder
después".

2 Al momento me arrebató el Espíritu.

Había un trono en el cielo y alguien sentado en el trono.

3 El que estaba sentado en el trono parecía de jaspe y granate, y el trono irradiaba todo
alrededor un halo que parecía de esmeralda.

4 En círculo, alrededor del trono, había otros veinticuatros tronos, y sentados en ellos
veinticuatro ancianos con vestiduras blancas y coronas de oro en la cabeza.

5 Del trono salen relámpagos, estampidos y truenos; ante el trono arden siete lámparas, los
siete espíritus de Dios,

6 y delante se extiende una especie de mar, transparente como cristal.

En el centro, alrededor del trono, había cuatro vivientes tachonados de destellos por delante
y por detrás;

7 el primero se parecía a un león, el segundo a un novillo, el tercero tenía cara de hambre y


el cuarto parecía un águila en vuelo.

8 Los cuatro vivientes, cada uno con seis alas (Ez 1,5-21; 10,14; Is 6,2-3), estaban tachonados
de destellos por un lado y por otro. Día y noche cantan sin pausa:

-¡Santo, santo, santo es el Señor,

soberano de todo,

el que era y que es y que viene!

9 Y cada vez que los cuatro vivientes gritan:

-¡Gloria y honor y gracias

al que está sentado en el trono,

que vive por los siglos de los siglos!,

10 los veinticuatro ancianos se postran ante el que está sentado en el trono, para rendir
homenaje al que vive por los siglos de los siglos, y arrojan sus coronas ante el trono diciendo:
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

- 11 Tú mereces, Señor y Dios nuestro,

recibir la gloria, el honor y la fuerza

por haber creado el universo:

por designio tuyo fue creado y existe. 22

5 1 En la diestra del que está sentado en el trono vi un rollo escrito por las dos caras y
sellado con siete sellos.

2 Vi también un ángel vigoroso que pregonaba con voz potente: "¿Quién es capaz de soltar
los sellos y abrir el rollo?"

3 Pero nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni bajo la tierra, podía abrir el rollo y ni siquiera
examinarlo.

4 Lloraba yo mucho porque no había nadie que fuera capaz de abrir el rollo ni de examinarlo
siquiera.

5 Entonces, uno de los ancianos me dijo: "No llores, ha vencido el león de la tribu de Judá, el
retoño de David; él abrirá el rollo y sus siete sellos.

6 Entonces, entre el trono con los cuatro vivientes y el círculo de los ancianos vi un Cordero:
estaba de pie, aunque parecía degollado; tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete
espíritus de Dios enviados a la tierra entera.

7 Se acercó el Cordero y recibió el rollo de la diestra del que está sentado en el trono.

8 Cuando él recibió el rollo, los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante
el Cordero; tenía cada uno una cítara y cuencos de oro, que son las oraciones de los
consagrados, llenos de aromas;

9 cantaban un cántico nuevo:

- Tú mereces recibir el rollo y soltar sus sellos,

porque fuiste degollado

y con tu sangre adquiriste para Dios

hombres de toda raza y lengua,

pueblo y nación;

10 hiciste de ellos linaje real

y sacerdotes para nuestro Dios,

y serán reyes en la tierra.


APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

11 En la visión oí la voz de multitud de ángeles que rodeaban el trono, a los vivientes y a los
ancianos; eran miles de miles, millares de millares,

12 y aclamaban:

-¡El Cordero que fue degollado


23

merece todo poderío y riqueza,

saber y fuerza,

honor, gloria y alabanza!

13 Oí entonces que todas las criaturas del cielo, de la tierra, de bajo la tierra y del mar, todo
lo que hay en ellos, respondían:

-¡Al que está sentado en el trono y al Cordero,

la alabanza, el honor,

la gloria y el poder

por los siglos de los siglos!

14 Los cuatro vivientes decían: "Amén", y los ancianos se postraron rindiendo homenaje.

EXPLICACIÓN.

4,1-5,14 En la visión anterior se había aparecido a Juan un solo personaje, "una figura humana"
(1,13), Jesús. En esta segunda visión, va a entrar en lo interior del santuario, donde está Dios
(1: una puerta abierta en el cielo). Es la voz de Jesús la que lo invita a entrar (cf. 1,10). Se
produce un cambio de escena; la figura central, aunque no se le dé nombre ni se la describa en
detalle, es Dios mismo (3). Para explicar su visión Juan utiliza elementos del antiguo templo de
Jerusalén. En éste, el santuario interior había albergado en otro tiempo el arca de la alianza,
que contenía las tablas de la Ley (Éx 25,10-22) y era el trono de Dios (Is 6,1; Ez 43,7); sobre ella
estaban las dos estatuas de los querubines (Ëx 25,18-20; 1 Re 6,23-28).

Juan utiliza estos y otros elementos del antiguo templo para disponer su escenario. La
habitación interior del santuario pasa a ser la sala celeste del trono, donde Dios está con su
corte y desde donde ejerce su reinado. Las veinticuatro familias de sacerdotes que oficiaban
en el templo (1 Cr 24,3-19) quedan sustituidas por veinticuatro ancianos (4); el candelabro de
siete brazos, por siete lámparas, los siete espíritus de Dios (3). El gran receptáculo de agua,
llamado "el mar de bronce", que se encontraba en el patio interior del templo de Salomón (1
Re 2,23-26), reaparece transformado en una especie de mar, transparente como cristal (6).
Inspirándose en la visión de Ezequiel 1, los querubines del arca se convierten en cuatro seres
vivos (6), cada uno con características propias (cf. Ez 1,5-21; 10,14) (7). Como los serafines de
la visión de Isaías (Is 6,25), cantan alabanzas a Dios (8).
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

A Dios no se le nombra; Juan describe solamente su aspecto, comparado al de piedras


preciosas (jaspe y granate) y la aureola de luz que lo circunda (un halo). Pero Dios no está
aislado en su esplendor. Los veinticuatro ancianos (4) representan al pueblo de Dios, nuevo
Israel (número doce), ampliado a la humanidad entera (veinticuatro) (cf. 5,9) y visto en su
situación definitiva; el grupo simbólico de los veinticuatro ancianos integra a los cristianos que
salgan vencedores de la prueba. Los atributos de los ancianos: tronos, vestiduras blancas,
coronas, son los mismos que han sido prometidos a los cristianos. Tronos, este pueblo
24
participa de la dignidad y soberanía de Dios (cf. 3,21; 1,6; "linaje real"); como pueblo
sacerdotal (ibid.; "sacerdotes"), celebra una liturgia celeste (cf. 5,10) que rinde homenaje a
Dios creador (11) y, a continuación, al Cordero salvador (5,9-14); vestiduras blancas, la gloria
divina (cf. 3,4s); coronas de oro, la libertad y la realeza (cf. 3,11).

La tempestad que procede del trono simboliza la potencia de las intervenciones divinas en la
historia (5). El mar de cristal transparente corresponde al firmamento que separa el mundo
celeste del terrestre(6).

Los cuatro vivientes, vueltos hacia los cuatro puntos cardinales, expresan la múltiple acción de
Dios, mediante su Espíritu, sobre la humanidad entera (cf. 6,1-7) y la reacción de la
humanidad, con el Espíritu, a la iniciativa divina (5,13s). Destellos, en gr. ophthalmón, término
que como en Ez 1,18, probablemente no designa "ojos", sino puntos de luz; id. en v.8. Los
cuatro vivientes empiezan la alabanza (cf. Is 6,2), a la que van asociándose todas las criaturas
(8-9). El gran motivo de alabanza es la creación realizada por Dios, el don de la existencia,
expresión de su amor. La aclamación Tú mereces... la gloria, el honor y la fuerza parece incluir
una oposición a los títulos imperiales: el único digno de ellos es el creador de la vida (11).

Un rollo (5,1), un documento oficial; en la cara exterior se escribía un resumen del contenido,
para poder identificarlo sin necesidad de abrirlo. Este documento procede de Dios mismo (en
su mano); contiene su designio salvador (cf. Ez 2,10). El designio está cerrado por siete sellos,
significando el absoluto secreto en que se ha mantenido (cf. Rom 16,25; Ef 1,9; 3,5.9; Col 1,26),
es decir, la inesperada novedad que Dios quería notificar a la humanidad. Va a ser la apertura
de los sellos, no la lectura del contenido, la que desencadene una serie de catástrofes en la
tierra. El contenido es el amor de Dios expresado en su proyecto para la humanidad, y es la
actuación de ese proyecto la que provoca las conmociones.

Ante un tribunal, solamente una persona de calidad podía hacer saltar los sellos y abrir el
documento. Un heraldo (un ángel vigoroso) invita a los presentes a abrir el rollo; impotencia
universal (2-3). Desconsuelo de Juan; el ansia de la humanidad no puede realizarse (4).
Anuncio esperanzador (5). Es Jesús el único digno de abrirlo. Se le describe como el león de la
tribu de Judá, el retoñó de David (cf. Gn 49,9; Is 11,1.10), apelativos que se consideraban
descripciones proféticas del Mesías y que exaltaban su fuerza guerrera.

Sin embargo, lo que ve Juan no es un león, sino un cordero, la víctima por excelencia, que lleva
además las marcas de su muerte (6). El único capaz de proclamar y ejecutar el designio de
amor de Dios es Jesús, cuyo amor ha llegado hasta dar la vida por los hombres. Contraste: el
león, símbolo de la fuerza, no ha vencido por la violencia; el Cordero sugiere debilidad, la
impotencia de Jesús conducido a la muerte (cf. Is 53,7); resucitado, victorioso (de pie),
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

conserva las señales de su pasión, testigos de la inmutabilidad de su amor. Es el cordero


pascual (cf. Éx 12,3-6), cuya sangre ha librado a la humanidad de la muerte.

El Cordero lleva los atributos convencionales de fuerza y conocimiento; los cuernos simbolizan
la fuerza (cf. Dt 33,7; Zac 1,18; Dn 7,7-24); el número siete indica su totalidad. Siete ojos (cf.
Zac 4,10b: "esas siete lámparas representan los ojos del Señor, que se pasean por toda la
tierra"); la identificación de los ojos con los siete espíritus (cf. 1,14) indica la plenitud del
Espíritu que se encuentran en Jesús. La unión de ambos atributos muestra que la fuerza del 25

Cordero no se ejerce en el dominio, sino en la comunicación universal de la vida.

Dios entrega el rollo al Cordero, el único capaz de llevar a cabo el designio salvador (7).
Homenaje al Cordero, iniciado por los cuatro vivientes y los ancianos (la nueva humanidad).
Éstos, como salmistas, tienen cada uno una cítara, y, como sacerdotes, un cuenco cada uno
lleno de aromas. Aparece un nuevo elemento, las oraciones de los consagrados, los hombres
ungidos con el Espíritu (cf. Rom 1,7); las oraciones están simbolizadas por los cuencos
(recipiente que espera ser llenado), los aromas los llenan: las oraciones son agradables a Dios
(cf. 8,3; Sal 141,2) (8). pero el homenaje de los vivientes y de los ancianos se centra en el
cántico nuevo (cf. Sal 96,1; 98,1; 149,1, etc), que exalta la nueva y extraordinaria obra
realizada por Dios en favor de los hombres; la alabanza tradicional no es ya suficiente.

El coro aclama la elección hecha por Dios al confiar el rollo al Cordero (9); el motivo ya no es la
creación, sino la dignidad que Jesús ha conferido a los hombres mediante la entrega de su
vida. El texto del cántico expresa el contenido del designio divino, ya parcialmente realizado.

Adquirir para Dios (= v.8: "los consagrados"), comunicando el Espíritu/vida, que asimila a Dios
haciendo participar de su ser; de toda raza, etc, universalidad, superando las diferencias
religiosas y culturales; hiciste de ellos (10; cf. 1,6), explicación del "adquirir para Dios":
participación de la realeza divina (linaje real, tronos), acceso a Dios (sacerdotes, cuencos),
futuro de señorío y libertad en la tierra (serán reyes, coronas).

Sigue un segundo coro (11), el de los ángeles, los ejecutores de las órdenes divinas; su
innumerable multitud subraya la majestad del que está sentado en el trono. Su cántico (12)
aclama al Cordero con los mismos títulos de gloria que se aplican a Dios.

Se une finalmente el coro de la creación entera (13), que rinde los mismos honores a Dios y al
Cordero. Respuesta (14): el Amén (palabra) de los cuatro vivientes y el homenaje (gesto) de los
ancianos; unanimidad en atribuir a Jesús la condición divina.

Una vez expuesta la existencia de un designio divino sobre la humanidad e identificado su


ejecutor, Jesús, va a comenzar la exposición de sus etapas.

SEGUNDA SECCIÓN: SE ABRE EL ROLLO. Los cuatro


primeros sellos: Los jinetes. Ap 6,1-8
6 1 En la visión, cuando el Cordero soltó el primero de los siete sellos, oí al primero de los
vivientes que decía con voz de trueno: "Ven".
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

2 En la visión apareció un caballo blanco; el jinete llevaba un arco, le entregaron una corona
y se marchó victorioso para vencer otra vez.

3 Cuando soltó el segundo sello, oí al segundo viviente que decía: "Ven".

4 Salió otro caballo, alazán, y al jinete le dieron poder para quitar la paz a la tierra y hacer
que los hombres se degüellen unos a otros; le dieron también una espada grande.
26
5 Cuando soltó el tercer sello, oí al tercer viviente que decía: "Ven". En la visión apareció un
caballo negro; si jinete llevaba en la mano una balanza.

6 Me pareció oír una voz que salía de entre los cuatro vivientes y que decía: "Un cuartillo de
trigo, un denario de plata; tres cuartillos de cebada, un denario de plata; al aceite y al vino,
no los dañes".

7 Cuando soltó el cuarto sello, oí la voz del cuarto viviente que decía: "Ven".

8 En la visión apareció un caballo amarillento; el jinete se llamaba "Muerte" y el Abismo lo


seguía. Les dieron potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada,
hambre, epidemias y con las fieras salvajes.

EXPLICACIÓN.

1-8 Para Juan, como para la tradición judía, el cielo no es un lugar remoto separado de la
tierra; por el contrario, es en el cielo donde se prepara el futuro del mundo; la visión en el cielo
revela al profeta el plan que se está realizando en la historia humana (cf. Mt 6,19; "realícese en
la tierra tu designio del cielo").

El profeta presencia acciones simbólicas (soltar los sellos, tocar las trompetas, derramar los
cuencos) que son los anuncios celestes de sucesos que han de ocurrir en la tierra. Los símbolos
forman series de siete, y el séptimo de cada grupo sirve de introducción a la serie siguiente.
Las visiones avanzan según su propia lógica, pero sin perder nunca el contacto con el curso de
los acontecimientos históricos.

La ruptura de los sellos da la señal para el primer ciclo de calamidades. Los sucesos provocados
por la ruptura de los cuatro primeros están inspirados en Ez 14,21 y >Zac 1,8-11; 6,1-8; son los
castigos tradicionales para un pueblo rebelde. En los cuatro se sigue el mismo esquema:
ruptura del sello, orden (auditiva), cumplimiento (visivo). El caballo simboliza una fuerza
irresistible dentro de la historia humana (2 Re 2,6-11, Elías; 2 Mac 3,25; 5,2-3).

Primer sello (1-2): el caballo blanco cuyo jinete lleva un arco puede representar la caballería de
los partos, amenaza constante en la frontera oriental del Imperio romano, que ganó una
importante batalla contra Roma en 62 d.C. El caballo blanco y la corona simbolizan la victoria
de esos ejércitos (Ez 5,16s; 14,21s). Juan prevé la invasión de bárbaros en territorios del
Imperio.

Segundo sello (3-4): Caballo alazán/rojo (sangre): violencia fratricida; una espada grande: el
Estado mismo practica la violencia.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

Tercer sello (5-6): Caballo negro (tiniebla, Ez 45,10), balanza en su mano, puede disponer de
ella. Un cuartillo de trigo era la ración por persona y día; un denario de plata era el jornal de un
obrero o campesino. Carestía para la cebada, el alimento de los pobres, no para los artículos
de lujo (aceite y vino, cf. 18,13; Sal 21,17): injusticia social, al mismo nivel que la violencia física
y la muerte.

Cuarto sello (7-8): Caballo verde amarillento/bayo. La muerte es propiamente la epidemia,


pero engloba las plagas anteriores; el abismo, el lugar de los muertos. Los males afectarán sólo 27

a una parte de la humanidad; las fieras, castigo proverbial, cf. Jr 14,12; 15,3; Ez 5,12.17; 14,21;
33,27.

Las calamidades provocadas por los cuatro primeros sellos no habían sido raras en la historia y
eran efectos de la rivalidad y la injusticia. La lógica del mal se considera como un juicio de Dios.

EL QUINTO SELLO: LOS MÁRTIRES APELAN A DIOS.


Ap 6,9-11.
9 Cuando soltó el quinto sello, vi al pie del altar, con vida, a los asesinados por proclamar la
palabra de Dios y por el testimonio que mantenían;

10 clamaban a grandes voces:

- Tú, el soberano, el santo y leal,

¿para cuándo dejas el juicio de los habitantes

de la tierra y la venganza de nuestra sangre?

11 Dieron a cada uno una vestidura blanca y les dijeron que tuvieran calma todavía por un
poco, hasta que se completase el número de sus compañeros de servicio y hermanos suyos
que iban a sufrir la muerte como ellos.

EXPLICACIÓN.

9-11. Quinto sello (9-10): la calamidad aquí descrita afecta a los cristianos: la persecución y la
muerte por proclamar la palabra de Dios y por el testimonio que mantenían; no se verifica en
un tiempo posterior al de las cuatro precedentes, presenta la situación de las comunidades en
el mismo mundo que sufre las plagas anteriores y es un índice de la injustica de ese mundo (9).
Con vida, en gr., tas prykhas, indicando la existencia, la vida, como contraste con la muerte que
habían sufrido (cf. Mt 10,28).

Con la frase estaban al pie del altar (nueva imagen tomada del templo de Jerusalén) Juan
explica el sentido de esa muerte: tiene el valor de un sacrificio, es decir, la proclamación y
práctica del mensaje de Dios, que ha culminado con la pérdida de la vida a manos de los
enemigos del hombre (asesinados) ha contribuido a la salvación/liberación de la humanidad.

El clamor (10) de los mártires pide con urgencia su propia reivindicación (cf. Dt 32,43). Refleja,
sin duda, una pregunta que se hacen las comunidades cristianas. Esa muerte injusta no puede
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

dejar a Dios indiferente; ha de llegar un momento en que los asesinos tengan que reconocer su
error (el juicio) y los que han muerto como criminales sean reivindicados (la venganza). Dios
tiene que mostrar alguna vez ante la historia que está de parte de los perseguidos.

Llegará el momento de la reivindicación, pero no inmediatamente (11). El testimonio de los


cristianos ha de continuar, pues su entrega va construyendo la humanidad nueva, objetivo del
designio divino; esta labor es más importante que la reivindicación histórica de los mártires
cristianos. La vestidura blanca (cf. 3,5.18; 4,4, de los ancianos; 7,9.13; 19,14) significa que 28

comparten la gloria y la condición del resucitado.

EL SEXTO SELLO: INTERVENCIÓN DIVINA. Ap 6,12-


17.
12 En la visión, cuando se abrió el sexto sello se produjo un gran terremoto, el sol se puso
negro como un sayo de pelo, la luna se tiñó de sangre.

13 y las estrellas del cielo cayeron a la tierra como caen los higos verdes de una higuera
cuando la sacude un huracán.

14 Desapareció el cielo como un volumen que se enrolla y montes e islas se desplazaron de


su lugar.

15 Los reyes de la tierra, los magnates, los generales, los ricos, los potentes y todo hombre,
esclavo o libre, se escondieron en las cuevas y entre las rocas de los montes,

16 diciendo a los montes y a las rocas: "Caed sobre nosotros y ocultadnos (Os 10,8)de la
presencia del que está sentado en el trono y de la cólera del Cordero,

17 porque ha llegado el gran día de su cólera y ¿quién podrá subsistir?

EXPLICACIÓN.

12-17. Violento terremoto y, al mismo tiempo, un cataclismo en el cielo. Se concebía el


firmamento como una bóveda que cubría la tierra; en ella se situaban los astros. La caída de
éstos provocaría el caos en la tierra, regida por ellos. En la visión de Juan el cielo mismo
desaparece al ser enrollado (14).

El oscurecimiento de los astros y la caída de las estrellas eran imágenes proféticas tradicionales
/Jl 2,31; Is 13,10; Ez 32,7s; Jl 2,10; 3,15); el sol y la luna eran los dioses de los paganos (Dt 4,9s);
su oscurecimiento señala el desprestigio de los valores representados por el paganismo; la
consecuencia es la caída de las estrellas, símbolo de los príncipes que se atribuyen dignidad
divina (cf. Is 14,12-14; 24,21; Dn 8,10; Mc 13,24s). Reacción de todas las clases sociales,
comenzando por los poderosos (cf. Is 2,10; Os 10,8; Jl 2,11). Finalmente reconocen que no se
trata de una catástrofe natural, sino de un juicio de Dios sobre ellos. El efecto de la cólera del
Cordero es que los hombres no pueden engañarse por más tiempo sobre la injusticia de sus
acciones. Pregunta final desolada: ¿Quién podrá subsistir? La caída de un régimen injusto
espanta en primer lugar a los poderosos y da a todos la impresión de que no hay futuro.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

MARCAN A LOS FIELES DE LA TIERRA. Ap 7,1-8.


7 1 Después de esto vi cuatro ángeles, plantado cada uno en un ángulo de la tierra; retenían
a los cuatro vientos de la tierra para que ningún viento soplase sobre la tierra ni sobre el mar
ni sobre los árboles.
29
2 Vi después otro ángel que subía del oriente llevando el sello de Dios vivo. Con un grito
estentóreo dijo a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar:

3 "No dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos en la frente con el
sello a los siervos de nuestro Dios".

4 Oí también el número de los marcados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de
Israel:

5 de la tribu de Judá, doce mil marcados,

de la tribu de Rubén, doce mil,

de la tribu de Gad, doce mil,

6 de la tribu de Aser, doce mil,

de la tribu de Neftalí, doce mil,

de la tribu de Manasés, doce mil,

7 de la tribu de Simeón, doce mil,

de la tribu de Leví, doce mil,

de la tribu de Isacar, doce mil,

8 de la tribu de Zabulón, doce mil,

de la tribu de José, doce mil,

de la tribu de Benjamín, doce mil marcados.

EXPLICACIÓN.

1-8. Respuesta a la pregunta anterior. Se detiene la avalancha destructora (1-3), para que sean
marcados los que van a subsistir, los que tienen el Espíritu de Dios (4).

Intervalo de paz, los vientos no soplan sobre la tierra (1). Los intervalos son plazos que Dios da
para que los hombres recapaciten y renuncien a la injusticia, evitando la destrucción que
amenaza y que sus mismas acciones provocan.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

Juan adapta la visión de Ez 9,2-4. En ella aparecía un hombre que, con pluma y tinta, marcaba
la frente de los que deploraban las abominaciones que se cometían en Jerusalén; la marca era
la señal que los salvaría de la destrucción.

Juan cambia la marca con tinta por el sello, en lenguaje cristiano símbolo del Espíritu (cf. 2 Cor
1,22; Ef 1,13). Las doce tribus de Israel: no las del Israel histórico, del que no quedaban sino
dos tribus y media, sino las del desierto y las del Israel escatológico, abierto a la humanidad
entera. Ciento cuarenta y cuatro (doce por doce), plenitud de antiguo y nuevo Israel; el 30

múltiplo mil se aplica a las realidades históricas en cuanto en ellas se ejerce la acción de Jesús
Mesías. Juan omite la mención de la tribu de Dan, conocida por su infidelidad (cf. Jue 18;
omitida en 1 Cr 4-7); en su lugar pone la de Manasés, parte de la tribu de José.

VICTORIA DE DIOS Y SUERTE DE LOS FIELES. Ap 7,9-


17.
9 Después de esto apareció en la visión una muchedumbre innumerable de toda nación y
raza, pueblo y lengua; estaban de pie ante el trono y ante el Cordero, vestidos de blanco y
con palmas en la mano;

10 aclamaban a gritos:

-¡La victoria pertenece a nuestro Dios,

que está sentado en el trono,

y al Cordero!

11 Todos los ángeles que estaban de pie rodeando el trono, los ancianos y los cuatro
vivientes, cayeron rostro en tierra ante el trono y rindieron homenaje a Dios,

12 diciendo:

- Amén.

¡La alabanza, la gloria, la sabiduría,

las gracias, el honor,

la potencia y la fuerza

se deben a nuestro Dios

por los siglos de los siglos!

Amén.

13 Se dirigió a mí uno de los ancianos y me preguntó: "Esos vestidos de blanco ¿quiénes son
y de dónde vienen?" Yo le respondí: "Señor mío, tú lo sabrás".
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

14 Él me contestó: "Esos son los que han salido de la gran persecución; han lavado y
blanqueado sus vestiduras con la sangre del Cordero,

15 por eso están ante el trono de Dios, sirviéndole noche y día en su santuario; el que está
sentado en el trono habitará con ellos;

16 no pasarán más hambre ni más sed, ni el sol ni el bochorno pesarán sobre ellos,
31
17 pues el Cordero que está ante el trono será su pastor y los conducirá a fuentes de agua
viva (Is 49,10) y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos" (Is 25,8).

EXPLICACIÓN.

9-17. Después de haber oído como Dios va a custodiar a los suyos en la tierra, Juan ve una
muchedumbre inmensa procedente de todos los pueblos de la tierra, que representa la suerte
de los que han sido fieles hasta el fin. La diferencia de origen no les impide gozar del mismo
triunfo y lanzar el mismo grito, reconociendo que la salvación se debe a Dios y al Cordero,
Jesús (9-10). Son los que han dado la vida por el mensaje y el testimonio (6,9). Los distintivos
de los 144.000 describen su condición definitiva: estar de pie indica la superación de la muerte
(cf.5,6); la vestidura blanca y (cf. 6,11) la palma en la mano simbolizan la victoria. A la
aclamación de los mártires responde todo el coro celeste, que ratifica la aclamación (Amén) y
expresa su reconocimiento y alegría por la obra realizada (11-12).

El diálogo con el anciano (13-14) se inspira en Zac 4,1-5. Juan no podía reconocer en la gloriosa
multitud a la iglesia perseguida en la tierra. Los que han salido de la gran persecución, los que
han consumado su éxodo y han alcanzado la tierra prometida; han lavado y blanqueado sus
vestiduras con la sangre del Cordero; la sangre/muerte de los mártires ha sido cancelada por la
vida que dimana de la muerte de Jesús; la adhesión y el seguimiento de Jesús, condenado por
la sociedad injusta y crucificado (la sangre del Cordero), obtiene la victoria (vestiduras blancas,
resurrección).

Sacerdotes (sirviéndole, etc, cf, 1,6; 5,10), en plena intimidad con Dios (habitará con ellos) (15).
La descripción de la felicidad de los mártires recoge motivos de Is 49,10; 25,8, entre otros (16-
17) y significa el fin de la opresión y el dolor. Vida permanente (fuentes de agua
viva/vivificante); la ternura de Dios con ellos (enjugará), descubre la figura del Padre.

TERCERA SECCIÓN: EL SÉPTIMO SELLO Y LA SERIE


DE LAS TROMPETAS. Ap 8,1-6.
8 1 Cuando soltó el séptimo sello se hizo el silencio en el cielo por cosa de media hora.
2 Vi a los siete ángeles que están delante de Dios; les dieron siete trompetas.

3 Llegó otro ángel llevando un incensario de oro y se detuvo junto al altar; le entregaron
gran cantidad de aromas para que los mezclara con las oraciones de todos los consagrados
sobre el altar de oro situado ante el trono.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

4 De la mano del ángel subió ante Dios el humo de los aromas mezclado con las oraciones de
los consagrados.

5 El ángel cogió entonces el incensario, lo llenó de ascuas del altar y lo arrojó a la tierra;
hubo truenos, estampidos, relámpagos y un terremoto.

6 Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se aprestaron a tocarlas.
32
EXPLICACIÓN.

1-6. La ruptura de los sellos ha quedado interrumpida por la visión de dos aspectos de la
historia de la comunidad cristiana: el tiempo concedido para completar el nuevo pueblo de
Dios en la tierra (7,1-8) y el glorioso destino de los que van sufriendo persecución y muerte
(7,9-17).

El séptimo sello está aún intacto. Parece que su ruptura, siendo el último, debería indicar el fin;
en cambio, se produce en el cielo un silencio amenazador. De hecho, la ruptura del último sello
va a inaugurar una segunda serie, la de las trompetas, señal de guerra y de victoria (2). Siete
ángeles, cf. 1.20.

En el intervalo de silencio se escuchan las oraciones de los cristianos (todos los consagrados).
El altar del incienso, símbolo de la oración (cf. Sal 141,2). Los aromas que se mezclan con las
oraciones simbolizan el amor, don divino; con la fuerza de ese amor las oraciones son eficaces
ante el trono de Dios. Se alude a la ceremonia matutina y vespertina del templo de Jerusalén:
mientras el sacerdote ofrecía el incienso en el altar de oro, un levita tocaba la trompeta, cuyo
son se oía fuera del templo. Respuesta a las oraciones: la tempestad y el terremoto que
siguen, significando una intervención divina en la historia (5), que va a especificarse con los
efectos de las siete trompetas (6).

LAS CUATRO PRIMERAS TROMPETAS. Ap 8,7-13.


7 Al tocar su trompeta el primero se produjeron granizo y centellas mezclados con sangre y
los lanzaron a la tierra: un tercio de la tierra se abrasó, un tercio de los árboles se abrasó y
toda la hierba verde se abrasó.

8 Al tocar su trompeta el segundo ángel lanzaron al mar un enorme bólido incandescente:

9 un tercio del mar se convirtió en sangre, un tercio de los seres que viven en el mar murió y
un tercio de las naves naufragó.

10 Al tocar su trompeta el tercer ángel se desprendió del cielo un gran cometa que ardía
como una antorcha y fue a dar sobre un tercio de los ríos y sobre los manantiales.

11 El cometa se llamaba "Ajenjo": un tercio de las aguas se convirtió en ajenjo y mucha


gente murió a consecuencia del agua, que se había vuelto amarga.

12 Al tocar su trompeta el cuarto ángel repercutió en un tercio del sol, en un tercio de la luna
y en un tercio de las estrellas: se entenebreció un tercio de cada uno y al día le faltó un tercio
de su luz, y lo mismo a la noche.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

13 En la visión oí un águila que volaba por mitad del cielo clamando: "¡Ay, ay, ay de los
habitantes de la tierra por los restantes toques de trompeta, por los tres ángeles que van a
tocar!"

EXPLICACIÓN.

7-13. La naturaleza se vuelve hostil para los que se oponen al plan de Dios. Las catástrofes,
reflejo de la maldad de los hombres, son sólo parciales; se ven como un aviso divino e incluyen 33
una esperanza de la liberación.

Las tres primeras trompetas provocan plagas que recuerdan las de Egipto (castigo de los
opresores y preludio de la liberación): granizo (7), sangre (7,8) y tinieblas (Éx 7-10) (12); se
añade el fuego (7) (cf. Jl 2,30) y la montaña ardiente o bólido incandescente que se precipita
en el mar (cf. Jr 51,25) (8); esta imagen puede estar inspirada en la erupción del Vesubio que
sepultó Pompeya (70 d. C). Ajenjo (11), planta aromática de esencia amarga y tóxica; para el
agua envenenada, cf. Jr 9,14; 23,15.

Quedan así parcialmente dañados (un tercio) la tierra y sus productos (7: primera trompeta,
hambre), el mar, la pesca y el comercio (8-9: segunda trompeta, terror, hambre), el agua
potable (10-11): tercera trompeta, sed), la luz del día y de la noche (12: cuarta trompeta;
tristeza).

El grito del águila (13), nota de terror, anuncia el toque de las tres últimas trompetas: nueva
dimensión de los males que se avecinan, que ya no dañarán a la naturaleza, sino directamente
a los hombres.

QUINTA TROMPETA O PRIMER AY: LA LANGOSTA. Ap 9, 1-12.

9 1 Al tocar su trompeta el quinto ángel vi en la tierra una estrella caída del cielo. Le
entregaron la llave del pozo del abismo y abrió el pozo del abismo;

2 del pozo salió humo como el humo de un gran horno, y con el humo del pozo se
oscurecieron el sol y el aire.

3 Del humo saltaron a la tierra langostas y se les dio ponzoña de escorpiones.

4 Se les ordenó que no hicieran daño a la hierba ni a nada verde ni a ningún árbol, sino sólo a
los hombres que no llevan la marca de Dios en la frente.

5 No se les permitió matarlos, pero sí atormentarlos durante cinco meses; el terremoto que
causan es como picadura de escorpión.

6 En aquellos días los hombres buscarán la muerte y no la encontrarán, ansiarán morir y la


muerte huirá de ellos.

7 Las langostas tienen aspecto de caballos aparejados para la guerra; llevan en la cabeza una
especie de corona dorada y la cara parece de hombre,

8 las crines son como pelo de mujer y los dientes parecen de león.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

9 Tienen el pecho como corazas de hierro y el fragor de sus alas diríase el fragor de carros
con muchos caballos que corren al combate.

10 Tienen colas con aguijones, como el escorpión, y en la cola la ponzoña para dañar a los
hombres durante cinco meses.

11 Están a las órdenes de un rey, el ángel del abismo; en hebreo su nombre es Abaddón, en
griego Apolíon, el exterminador. 34

12 El primer ay ha pasado; quedan todavía dos.

EXPLICACIÓN.

Se pensaba que las estrellas estaban regidas por ángeles o espíritus, y es una estrella caída
quien abre el pozo del abismo. Según la concepción mítica, las fuerzas del caos habían sido
aprisionadas y recluidas en lo profundo de la tierra. Abrir el pozo del abismo significaba poner
en libertad esas fuerzas destructoras, por mucho tiempo reprimidas (1).

La columna de humo priva de la luz (2); contiene una nube de langosta, que, como en Jl 2,4s,
tiene la apariencia de un cuerpo de caballería. Las langostas aparecen en la visión como
centauros en miniatura (7: cara de hombre); cabellera de mujer (8); larga como la ciertos
guerreros bárbaros. El sonido maléfico de sus alas recuerda el de los carros de combate (9);
colas con aguijones (10), cf. v.3.

Son enemigos en apariencia insignificantes (langostas), pero dañinos, que atacan


exclusivamente a los hombres vendidos al mal, hasta llevarlos a la desesperación (3-6). Su
pequeñez, el ataque individual que efectúan y el tormento que causan parecen situarlas en el
plan psicológico, en el de una angustia tan dolorosa y enconada que hace intolerable la vida y
excluye toda esperanza de librarse de ella. El tormento, sin embargo, no es indefinido (5.10).

Juan las describe como seres diabólicos, fuerzas caóticas. Tienen un rey, el ángel del abismo
(Satanás), el destructor o exterminador, y forman parte de su plan. Abaddon, cf. Job 26,6; el
nombre griego Apollyon recuerda el del dios griego Apolo.

SEXTA TROMPETA O SEGUNDO AY: LA CABALLERÍA


INFERNAL. Ap 9,13-21.
13 Al tocar su trompeta el sexto ángel oí una voz que salía de los ángulos del altar de oro que
está delante de Dios.

14 Le decía al sexto ángel, al que tenía la trompeta: "Suelta a los cuatro ángeles que están
atados junto al gran río, el Éufrates".

15 Quedaron sueltos los cuatro ángeles, que estaban reservados para matar en tal hora, día,
mes y año a la tercera parte de la humanidad.

16 Las tropas de caballería contaban doscientos millones; el número lo oí.


APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

17 En la visión vi así a los caballos y a sus jinetes; llevaban corazas color fuego, jacinto y
azufre; las cabezas de los caballos parecían cabezas de león y por la boca echaban fuego,
humo y azufre.

18 Estas tres plagas, es decir, el fuego, el humo y el azufre que echan por la boca, mataron a
la tercera parte de la humanidad.

19 Los caballos tienen su ponzoña en la boca y también en la cola, pues las colas parecen 35
serpientes con cabezas y con ellas dañan.

20 El resto de los hombres, los que no murieron por estas plagas, tampoco se arrepintieron:
no renunciaron a las obras de sus manos, ni dejaron de rendir homenaje a los demonios y a
los ídolos de oro y plata, bronce, piedra y madera, que no ven ni oyen ni andan (Sal 115,4-7).

21 No se arrepintieron tampoco de sus homicidios, ni de sus maleficios, ni de su lujuria, ni de


sus robos.

EXPLICACIÓN.

13-21. La voz sale de entre los ángulos del altar donde se han ofrecido las oraciones de los
fieles (8,3) (13). También esta plaga, por tanto, es respuesta a ellas, pero no va a afectar a los
individuos aislados, sino a la sociedad como tal. Se pensaba que los reinos o imperios estaban
protegidos o apoyados por ciertos ángeles. Aquí, los cuatro ángeles atados junto al río Éufrates
representan al Imperio de los partos, situado al otro lado del río (14).

Se desata la fuerza de este imperio (15), famoso por su caballería aguerrida e innumerable
(16). Había infligido a Roma humillantes derrotas, en 53 a.C. y de nuevo en 62 d.C. Juan
describe la ferocidad de esta caballería diseñando unas bestias mitológicas (17: cabezas de
león, etc.). Los jinetes partos llevaban arcos (cf. 6,2) con los que disparaban con atinada
puntería lo mismo al atacar que al retirarse (19: los caballos tienen su ponzoña en la boca y
también en la cola).

Los estragos de la invasión no eliminan la idolatría. Los hombres no aprenden con los
desastres, siguen con los ídolos que no pueden salvarlos (no ven ni oyen ni andan) y que no
son más que proyecciones de los que los fabrican (obras de sus manos) (Dn 5,4) (20); tampoco
renuncian a la injusticia: violencia, malas artes, inmoralidad, ambición de riqueza (21). El
llamamiento divino simbolizado por estas plagas, lo mismo las interiores (langostas) que las
que proceden del exterior (invasión), no tienen por finalidad castigar a los hombres, sino
hacerlos recapacitar para provocar un cambio de conducta.

EL LIBRITO PROFÉTICO. Ap 10,1-11.


10 1 Vi entonces otro ángel vigoroso que bajaba del cielo envuelto en una nube; el arco iris
aureolaba su cabeza, su rostro parecía el sol y sus piernas columnas de fuego.

2 Llevaba en la mano un librito abierto. Plantó el pie derecho en el mar y el izquierdo en la


tierra
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

3 y dio un grito estentóreo, como rugido de león; cuando gritó él, los siete truenos hicieron
resonar su estruendo.

4 Cuando hablaron lo siete truenos, me dispuse a escribir, pero oí una voz del cielo que
decía; "Guárdate lo que han dicho los siete truenos, no lo escribas ahora".

5 El ángel que había visto de pie sobre el mar y la tierra levantó la mano derecha al cielo
36
6 y juró por el que vive por los siglos de los siglos (Dn 12,7), por el que creó el cielo y cuanto
contiene, la tierra y cuanto contiene, el mar y cuanto contiene: "Se ha terminado el plazo;

7 cuando el séptimo ángel empuñe su trompeta y dé su toque, entonces, en esos días,


llegará a su término el designio secreto de Dios, como lo anunció a sus siervos los Profetas".

8 La voz del cielo que había escuchado antes se puso a hablarme de nuevo diciendo: "Ve a
coger el libro abierto de la mano del ángel que está de pie sobre el mar y la tierra.

9 Me acerqué al ángel y le dije: "Dame el librito". Él me contestó: "Cógelo y cómetelo; te


amargará las entrañas, aunque al paladar te sabrá dulce como la miel".

10 Cogí el librito de mano del ángel y me lo comí; en la boca me sabía dulce como miel, pero
cuando me lo tragué sentí una amargura en las entrañas.

11 Entonces me dijeron: "Tienes que profetizar todavía contra muchos pueblos, naciones,
lenguas y reinos".

EXPLICACIÓN.

1-11 Se interrumpe de nuevo el proceso destructor, que es sólo el envés de la acción salvadora
de Dios. Hasta ahora, estando en el cielo, Juan había contemplado la historia humana
descubriendo en ella la realización de los designios divinos. Ahora, en esta pausa que precede
al son de la última trompeta, se encuentra de nuevo en la tierra.

En el cielo había visto un ángel vigoroso que invitaba a abrir el rollo de los siete sellos (5,2).
Ahora ve bajar del cielo a otro ángel vigoroso. Atributos del ángel: arco iris, continúa la alianza
de Dios con Noé, por la que prometió que nunca otro diluvio destruiría la humanidad (Gn 9,12-
17); sol, cf. 1,16 (de Jesús); columnas de fuego, cf. 1,15 (1). Éste ángel trae un librito
(revelación más limitada), no sellado, sino abierto, dispuesto para la lectura (revelación
accesible) (2).

El ángel parece personificar la visión de un relámpago que sale de una masa de nubes apiladas
sobre el mar y la tierra (dominio universal de Dios). Antes de hablar, el ángel lanza un grito
como el rugido de un león, al que hace eco el séptuple trueno, que simboliza la voz de Dios (Sal
29,3-9; Os 1,10; Am 1,2): es un mensaje divino el que trae. Sin embargo, no todo lo que Dios ha
dicho puede ser comunicado por el momento (3-4).

El juramento del ángel tiene por modelo Dn 12,7 (cf. Dt 32,40; Neh 9,6). Se ha terminado el
plazo (6); Dios señala el cumplimiento de su designio secreto de salvación (contenido en el
rollo sellado) (5-7).
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

Cuando el fin parecía inminente, se renueva la misión profética de Juan (8). Tiene que digerir y
meditar las palabras de Dios para poder transmitirlas eficazmente (cf. Ez 3,1-3). Son palabras
de consuelo y de tristeza (dulce y amargo) (9-10). Su mensaje se precisa y su misión se
ensancha: ya no habla a siete iglesias (2,1ss), sino a muchos pueblos (11). Ha de exponer en
detalle la etapa final, explicando el sentido profundo de la historia; aún no se ha hecho ver el
sentido trascendente de la batalla que se libra en el mundo ni se han identificado los 37

contendientes.

LOS DOS TESTIGOS. APOCALIPSIS. 11,1-14


11 1 Me dieron una caña como de una vara, diciéndome: "Ve a medir el santuario de Dios,
el altar y el espacio para los que dan culto.

2 Prescinde del patio exterior que está fuera del santuario, no lo midas, pues se ha permitido
a las naciones pisotear la ciudad santa cuarenta y dos meses;

3 pero haré que mis dos testigos profeticen vestidos de sayal mil doscientos sesenta días".

4 Ellos son los dos olivos y los dos candelabros que están en la presencia del Señor de la
tierra.

5 Si alguno quiere hacerles daño, saldrá de su boca fuego que devorará a sus enemigos; así,
el que intente hacerles daño morirá sin remedio.

6 Tienen poder para cerrar el cielo y que no llueva mientras dure su profecía; tienen también
poder para transformar el agua en sangre y herir la tierra a voluntad con plagas de toda
especie.

7 Cuando terminen sus testimonios, la fiera que sube del abismo les hará la guerra, los
derrotará y los matará.

8 Sus cadáveres yacerán en la calle de la gran ciudad, llamada en lenguaje profético Sodoma
o Egipto, donde también su Señor fue crucificado.

9 Durante tres días y medio, gente de todo pueblo y raza, de toda lengua y nación mirarán
sus cadáveres y no permitirán que les den sepultura.

10 Los habitantes de la tierra se felicitarán por su muerte, harán fiesta y se cambiarán


regalos, porque estos dos profetas eran un tormento para los habitantes de la tierra.

11 Al cabo de los tres días y medio un aliento de vida mandado por Dios entró en ellos y se
pusieron en pie; el terror sobrecogió a todos los que lo veían.

12 Oyeron entonces una voz potente que les decía desde el cielo: "Subid aquí". Y subieron al
cielo en una nube, a la vista de sus enemigos.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

13 En aquel momento se produjo un gran terremoto y se desplomó la décima parte de la


ciudad; murieron en el terremoto siete mil personas, y los demás, aterrorizados, dieron la
razón al Dios del cielo.

14 El segundo ay ha pasado; el tercero va a llegar pronto.

EXPLICACIÓN.
38
En primer lugar señala Juan la misión histórica de la iglesia, simbolizada por los dos testigos:
proclamar en el mundo el evangelio; el poder del mundo usa la violencia para sofocar su voz,
pero inútilmente, pues ella completa su testimonio.

Tras la destrucción del templo de Salomón (586 a. C), el profeta Ezequiel tuvo una visión en la
que un hombre tomaba las medidas del templo definitivo (Ez 40-42), donde habitaría la gloria
de Dios y que estaría libre de la infidelidad que había profanado el antiguo (Ez 43). Juan recibe
una misión semejante (1).

Para los cristianos, el santuario y el altar (1) habían pasado a ser metáforas; el nuevo santuario
es la comunidad de los fieles, en la que habita el Espíritu de Dios (cf. 2 Cor 6,16; 1 Pe 2,5). Así
lo indica el texto al poner a los fieles en paralelo con el santuario y el altar; literalmente: "Ve a
medir el santuario de Dios y el altar y a los que dan culto en él".

En Jerusalén, el patio exterior del templo podía ser visitado por no judíos. En el nuevo
santuario, la comunidad cristiana, la situación es distinta: no hay convivencia pacífica con los
paganos: por un tiempo éstos seguirán siendo enemigos y perseguidores de la nueva
comunidad. No hay patio exterior (2) donde cristianos y paganos puedan mezclarse sin
conflicto.

La comunidad cristiana, la ciudad santa, está siendo pisoteada por los paganos, como lo había
sido Jerusalén en tiempo de Isaías (63,18). Juan escribe durante un período de persecución;
asegura que ésta no durará indefinidamente, sino cuarenta y dos meses (cf Dn 12,7, la de
Antíoco Epífanes) = tres años y medio = mil doscientos setenta días, la mitad de siete años
(siete = totalidad / plenitud), es decir, un tiempo mucho menos que suficiente para causar
daños irreparables.

Aun a riesgo de sufrir persecución, la misión de la comunidad es dar un testimonio (3), para el
que se requieren al menos dos testigos, y ese testimonio es profético. De ahí que la iglesia esté
representada por dos figuras de profetas.

Para describir su condición se usan dos imágenes: dos olivos (cf. Zac 4,3.11-14: los dos ungidos,
rey y sacerdote, atributos de los cristianos, cf. 1,6; 5,7) y dos candelabros o fuentes de luz,
como las siete iglesias en la visión inicial del libro (cf. 1,12) (4). La fuerza de su mensaje es
irresistible, los adversarios no pueden impedir su proclamación (5). Las dos figuras aparecen
bajo los rasgos de los más celebres profetas del AT; ambas ostentan los atributos de Elías
(fuego: 2 Re 1; Eclo 48,1-3; cerrar el cielo para impedir la lluvia: 1 Re 17) y de Moisés
(transformar agua en sangre, plagas: Éx 7-12) (6).
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

El testimonio llega a suscitar la persecución sangrienta por parte del Estado, considerado como
una potencia diabólica (7: la fiera que sube del abismo); el poder político les dará muerte, pero
la sociedad habrá tenido mucho tiempo de captar el mensaje que proponían (cuando terminen
su testimonio). Último ultraje, negarles la sepultura, como a gente rechazada por Dios (Sal
79,3; Jr 8,2; 16,4-7; 25,33; 2 Mac 5,10) (8). La ciudad que tal hace es la que en lenguaje
profético (lit. "espiritualmente/inspiradamente") se llama Sodoma, la ciudad abominable
destinada a la destrucción y Egipto, la tierra de opresión de donde saca el éxodo de Jesús.
39
Jerusalén, que crucificó al Señor, se convierte en prototipo de ciudad maldita y opresora.

Se pensaba que la muerte era definitiva pasados tres días; así, a los tres días y medio, creerán
haber acabado para siempre con la denuncia que los atormentaba; de todo pueblo y raza: el
mensaje evangélico pone en peligro la existencia de cualquier forma de opresión en el mundo
(9). Alegría de los impíos que piensan haber cerrado la boca a Dios (10).

Pero la suerte de los testigos -como la de todo cristiano- es la misma de Jesús: el triunfo del
mundo es sólo aparente (11). Llegará el día en que sean reivindicados públicamente, cuando
será evidente que Dios estaba de su parte. Es decir, los adversarios podrán constatar que la
persecución, en vez de ponerle fin, fortalece el movimiento suscitado por el mensaje (12).

La resurrección y exaltación de los dos testigos (11-12) se acompaña de una terrible calamidad,
aunque limitada (13: la décima parte); la ciudad puede representar a la sociedad, cuya
estructura se ve notablemente afectada; siete mil, una totalidad, ruina de un numeroso círculo
o clase social. La calamidad hace comprender. Dieron la razón, lit. "dieron gloria", cf. Lc 23,47;
Jn 9,24; Rom 4,20. La calamidad y sus resultados parecen ser un anuncio profético del efecto
final del mensaje en la sociedad pagana, la desaparición de la injusticia y el cambio de valores,
al fin de los "cuarenta y dos meses" de persecución.

CUARTA SECCIÓN: LA SÉPTIMA TROMPETA Y LA


SERIE DE LOS CUENCOS. Ap 11,15-19.
15 Al tocar su trompeta el séptimo ángel se oyeron aclamaciones en el cielo:

-¡El reinado sobre el mundo

ha pasado a nuestro Señor y a su Mesías

y reinará por los siglos de los siglos!

16 Los veinticuatro ancianos que están sentados delante de Dios cayeron rostro en tierra
rindiendo homenaje a Dios,

17 y decían:

-¡Gracias, Señor Dios, soberano de todo,

el que eres y que eras,

por haber asumido tu gran potencia


APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

y haber empezado a reinar!

18 Montaron en cólera las naciones,

pero tu cólera ha llegado:

el momento de juzgar a los muertos,

pequeños y grandes; 40

para recompensar a tus siervos los profetas,

a los consagrados y a los que respetan tu nombre,

para destruir a los que destruyen la tierra.

19 Se abrió en el cielo el santuario de Dios y en su santuario apareció el arca de su alianza; se


produjeron relámpagos, estampidos, truenos, un terremoto y temporal de granizo.

EXPLICACIÓN.

Culmina la serie de las trompetas: ante esa realidad de persecución, ha llegado el momento de
que reinado de Dios se manifieste a la humanidad, y se acabe la injusticia del mundo.
Aclamación entusiasta de voces celestes: los que habían esperado y aquello por lo que habían
orado ("llegue tu reinado") va a cumplirse al fin (15).

Los ancianos, la humanidad nueva en su estado definitivo (16), da gracias a Dios por la
reivindicación que va a verificarse; el que eres y que eras: llegado el final, se suprime el tercer
miembro, y que viene (cf. 1,4-8) (17). El himno utiliza motivos del AT (montaron en cólera las
naciones, cf. Sal 2,1; pequeños y grandes, cf. Sal 115,13). A la cólera de las naciones paganas se
opone la cólera de Dios (18); este concepto significa que nada detendrá las consecuencias
autodestructoras del mal cometido por los hombres. Se mencionan los acontecimientos
finales: el juicio, la recompensa y la destrucción de los que destruyen la tierra, los enemigos de
la creación de Dios. Las tres denominaciones: los profetas ( cf. 19,10), los consagrados (cf. 5,8)
y los que respetan tu nombre, son tres modos de designar a los cristianos, subrayando
respectivamente su misión ante el mundo, la presencia del Espíritu en ellos y su fidelidad a
Dios.

La acción divina que se anuncia es una teofanía, simbolizada por la apertura del santuario, la
aparición del arca, la tempestad y el terremoto la presencia divina hace vacilar la tierra, cf. Éx
19,18; Sal 18,8; 97,4; Hab 3,6.10) (19). El arca de la alianza, garantía de la fidelidad divina, en el
momento del juicio (19).

LA MUJER Y EL DRAGÓN. Ap 12,1-6.


12 1 Apareció en el cielo una magnífica señal: una mujer envuelta en el sol, con la luna
bajo sus pies y en la cabeza una corona de doce estrellas.

2 Estaba encinta, gritaba por los dolores del parto y el tormento de dar a luz.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

3 Apareció en el cielo otra señal: un gran dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos, y en
las cabezas siete diademas.

4 Su cola barrió la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó a la tierra.

El dragón se quedó delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo cuando
naciera.
41
5 Ella dio a luz un hijo varón, destinado a regir a todas las naciones con cetro de hierro (Sal
2,9); pero arrebataron a su hijo y lo llevaron hasta Dios y su trono.

6 La mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar reservado por Dios, para que allí la
sustenten mil doscientos sesenta días.

EXPLICACIÓN.

Comienza la exposición del contenido del librito. La persecución al mensaje cristiano es la


concreción histórica de una lucha más profunda. Descrita en términos míticos, es la lucha
entre Dios y el dragón, figura del mal, identificado con Satanás, "el Enemigo" y "la serpiente
antigua", que causó la muerte del hombre. En términos históricos, es la desmitificación del
poder, que, gracias al testimonio de Jesús y al de sus seguidores, pasa de ser considerado
como divino (el dragón en el cielo) a ser visto como el Enemigo del hombre y adversario del
plan de Dios; el designio divino liberador se propone destruir el poder, que oprime al hombre y
le impide alcanzar su plenitud.

Se abre esta sección con la presentación de la comunidad cristiana como realidad


trascendente insertada en la historia.

Magnífica ( lit. "grande") señal, imagen portadora de un mensaje de fundamental importancia;


en el cielo implica la trascendencia divina. Teniendo en cuenta los símbolos usados por los
profetas, una mujer, que es esposa y madre hace pensar en la relación de Dios con el pueblo y
en su fecundidad. Envuelta por Dios de sol: amor de Dios hacia ella (cf. Os 52,1; 61,10); la luna
bajo sus pies, dominio sobre la sucesión del tiempo, existencia por encima de las vicisitudes
humanas (cf. Sal 89,37s, en contexto de alianza); corona, realeza; de estrellas, dimensión
trascendente; doce, el nuevo Israel universal (cf. 21,12-14). El atuendo de la mujer indica pues,
la realidad trascendente del nuevo pueblo de Dios, la comunidad cristiana.

Madre fecunda (2): parto particularmente doloroso (a través de la persecución; cf. Jn 16,20);
tensión de la comunidad hacia una realidad nueva, el nacimiento del Hombre (el hombre
nuevo, la plenitud humana, cuyo prototipo es Jesús; cf. Jn 16,21) en cada uno de sus
miembros.

Otra señal (3), nuevo mensaje procedente también de la esfera divina (en el cielo). Dragón,
símbolo de una voluntad de mal que consigue sojuzgar a los hombres y escapa de su control;
fuerza tremenda y temible (grande), sanguinaria (rojo), con plena vitalidad (siete cabezas):
máxima expresión del mal, pero su fuerza (cuernos), aunque grande, no es ilimitada (diez).
Esta fuerza de mal se encarna en el poder político (diademas). Quiere acaparar el poder (barrió
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

la tercera parte de las estrellas del cielo, figura de los príncipes o poderosos que derroca, cf.
Dn 8,10.24s, de Antíoco Epífanes) (4a). Carácter demoníaco del poder, hasta ahora divinizado.

Desproporción entre la fuerza del mal y la de la mujer. El poder no tolera la existencia del
hombre nuevo (para devorar) (4b). Hijo varón, fuerza. La comunidad va realizando en la
historia el designio de Dios sobre el hombre y consigue hacerlo a pesar de las fuerzas hostiles.
Aunque históricamente débil, no será destruida; por el contrario, vencerá y dominará a sus
adversarios (destinado a regir, etc., Sal 2,9; cf. Ap 2,25s, donde se dice a todo cristiano "que 42

salga vencedor"); fracaso de la tentativa de eliminar al hombre nuevo, que, participando de la


libertad y señorío de Dios (hasta Dios y su trono), queda fuera de su alcance (5). La comunidad
como realidad terrestre sigue perseguida; en el desierto (6), fuera de los valores de la sociedad
(situación de éxodo respecto a la sociedad opresora), encuentra refugio y protección divina.
1260 días, tres años y medio (cf. 11,2s), el tiempo de la profecía y de la persecución de los dos
testigos, figuras de la comunidad (11,3).

La mujer y el dragón. 2ª parte. Ap 12,7-12.


7 En el cielo se trabó una batalla. Miguel y sus ángeles declararon la guerra al dragón.
Lucharon el dragón y sus ángeles declararon guerra al dragón. Lucharon el dragón y sus
ángeles, pero no vencieron.

8 y desaparecieron del cielo definitivamente;

9 al gran dragón, a la serpiente primordial que se llama diablo y Satanás y extravía a la tierra
entera, lo precipitaron a la tierra y precipitaron a sus ángeles con él.

10 Oí en el cielo una aclamación:

-¡Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios,

de su poderío y de su reinado,

y de la potestad de su Mesías!

Porque han derribado al acusador de nuestros hermanos,

al que los acusaba día y noche ante nuestro Dios;

11 ellos lo vencieron con la sangre del Cordero

y con el testimonio que pronunciaron

y no amando la vida hasta temer la muerte.

12 Regocijaos por eso, cielos

y los que en ellos habitáis.

¡Ay de la tierra y del mar!


APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

El diablo bajó contra vosotros rebosando furor,

pues sabe que le queda poco tiempo.

EXPLICACIÓN.

Paréntesis. Miguel (cf. Dn 10,13,21; 12,1) representa la fuerza divina en favor del pueblo de
Dios, la comunidad cristiana. La batalla: transposición a nivel trascendente de un antagonismo
43
existente a nivel histórico: Dios (el mensaje de Jesús) niega el carácter divino del poder; éste
pretende conservar la usurpada condición divina (Lucharon, etc.) (7). Mientras el Hombre ha
sido elevado a la esfera divina (12,5), su antagonista, el dragón/poder, es expulsado
definitivamente de ella. Desacralización del poder político y de sus agentes (sus ángeles), con
alusión a la divinización del Estado fomentada por el culto al emperador (8). Se identifica al
dragón/poder con la serpiente que provocó el pecado y la muerte del género humano. No es
sólo violento, sino también insidioso (9: extravía, como a los primeros padres). Ruina de sus
pretensiones: el dragón/poder es sólo una realidad terrestre.

Aclamación: El reinado de Dios y del Mesías en lugar de la tiranía del dragón (10a). El poder y
sus agentes acusaban de impiedad a los cristianos por negarse a practicar el culto imperial (cf.
Job 1-2; Zac 3,1s); según ellos, acatar el poder equivalía a acatar a Dios (10b). La batalla mítica
entre Miguel y el dragón se expone en términos históricos: son los cristianos quienes han
vencido al dragón. La muerte de Jesús a manos de los poderes del mundo (la sangre del
Cordero) les ha dado fuerza para desafiarlos, sin arredrarse por la pérdida de la vida (11).
Alegría por la liberación (12a). El poder, consciente de su fracaso y de su precariedad, va a
actuar con mayor saña (12b).

La mujer y el dragón. 3ª parte. Ap 12,13-17.


13 Cuando vio el dragón que lo habían arrojado a la tierra se puso a perseguir a la mujer que
había dado a luz el hijo varón.

14 Le dieron a la mujer las alas del águila real para que volase a su lugar en el desierto,
donde será sustentada un año y otro año y medio año lejos de la serpiente.

15 La serpiente, persiguiendo a la mujer, echó por la boca un río de agua, para que el río la
arrastrase;

16 pero la tierra salió en ayuda de la mujer, abrió su boca y se bebió el río salido de la boca
de la serpiente.

17 Furioso el dragón contra la mujer, se marchó a hacer la guerra el resto de su


descendencia, a los que cumplen los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de
Jesús.

EXPLICACIÓN.

El declive de su prestigio no hace desistir al poder de la persecución contra la comunidad


cristiana (13). Las dos alas del águila real, lit. "de la gran águila", alusión a Ez 17,7, donde un
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

águila gigante, sin duda figura de Dios (cf. Éx 19,4; Dt 32,11) hace que Israel encuentre las
aguas que aumentarán su fecundidad. Aquí, la ayuda no es exterior, Dios potencia a la
comunidad misma (le dieron las dos alas) con una fuerza que le permite escapar rápidamente
del asedio del perseguidor, refugiándose, como antes, en el desierto, es decir, reafirmando su
ruptura con la sociedad injusta; esta ruptura es lo que la mantiene en vida (será sustentada) y
la hace invencible. La comunidad cristiana no tiene poder ni se enfrenta con su enemigo. Un
año, etc., lit. "un tiempo y tiempos y medio tiempo" (cf. Dn 7,25; 12,7), son los tres años y
44
medio o 1260 días que duran la persecución y el testimonio (cf. 12,6).

La serpiente (15), el dragón en cuanto tentador que extravía al género humano (12,9); ataque
indirecto, pero irresistible (de su boca, ¿promesas?; la tierra, aliada de la mujer (cf. 11,19: "los
que destruyen la tierra") (16). Fracasado el intento contra la iglesia en su conjunto, persigue a
grupos cristianos; nuevo ensañamiento, descrito a continuación (17).

LAS DOS FIERAS. Ap 12,18-13,10.


12 18 El dragón se detuvo en la arena del mar.

13 1 Entonces vi una fiera que salía del mar; tenía diez cuernos y siete cabezas, llevaba en
los cuernos diez diademas y en las cabezas un título blasfemo.

2 La fiera que vi parecía una pantera con patas de oso y fauces de león. El dragón le confirió
su poder, su trono y gran autoridad.

3 Una de sus cabezas parecía tener un tajo mortal, pero su herida mortal se había curado.
Todo el mundo, admirado, seguía a la fiera;

4 rindieron homenaje al dragón por haber dado su autoridad a la fiera y rindieron homenaje
a la fiera exclamando: "¿Quién hay como la fiera?, ¿quién puede combatir con ella?.

5 Dieron a la fiera una boca grandilocuente y blasfema y el derecho de actuar cuarenta y dos
meses.

6 Abrió su boca para maldecir a Dios, insultar su nombre y su morada y a los que habitaban
en el cielo.

7 Le permitieron guerrear contra los consagrados y vencerlos y le dieron autoridad sobre


toda raza, pueblo, lengua y nación.

8 Le rendirán homenaje todos los habitantes de la tierra, excepto aquellos cuyos nombres
están escritos desde que empezó el mundo en el registro de los vivos que tiene el Cordero
degollado.

9 Quien tenga oídos que oiga:

10 El que está destinado al cautiverio,

al cautiverio va.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

Al que tenía que morir a espada,

a espada lo mataron (Jr 15,2).

¡Aquí del aguante y la fe de los consagrados!

EXPLICACIÓN.

En la época de Juan, el "Dragón/poder divinizado" se encarna en el Imperio romano, 45

simbolizado por la fiera, que exige adoración divina y lleva a cabo su obra destructora.

En la arena del mar, terreno sin estabilidad (cf. 14,1: el Cordero "en el monte") (18). El mar
representa en el Apocalipsis un residuo del caos inicial, destinado a desaparecer (cf.21,1: "y el
mar ya no existía). Una fiera que salía del mar (13,1): No es una orden de Dios ni un ángel
quien suscita esta fiera. Juan combina las cuatro fieras de Dn 7,1-7 (figuras de imperios
paganos), para describir el poder imperial romano, prototipo del opresor. Diez cuernos,
cf.17,12s: diez reyes vasallos; siete cabezas, cf. 17,9s; las siete colinas y siete emperadores;
diez diademas, los reinos que domina; título blasfemo, los títulos divinos asumidos por los
emperadores. El poder imperial no es divino ni procede de Dios, es agente del Enemigo del
hombre (cf. 12,9: "el diablo, Satanás"), que reina por su medio (le confirió su poder, etc.) (2).
Una de sus cabezas, etc. (3): ha logrado superar una crisis que lo ha puesto en peligro, quizá la
guerra civil después de la muerte de Nerón (parodia de Jesús muerto y resucitado). El pueblo
admira la fuerza del imperio y hace suya la ideología del poder (rindieron homenaje al dragón);
se hace incondicional de sus propios opresores (4).

Blasfema, cf. v,1: "un título blasfemo". Cuarenta y dos meses, cf. 11,2s; 12,6, el tiempo de la
persecución. La divinización del poder (culto al emperador), blasfemia contra Dios. No tiene
nada positivo que ofrecer (6). Dios no interfiere en el juego de las libertades humanas (7).
Sumisión universal (cf. Dn 3), pero los destinados a la vida no se dejan seducir (8). Con el texto
de Jr 15,2, Juan describe la suerte de los que niegan su adhesión a la fiera. Reacción cristiana:
aceptar la persecución renunciando a toda violencia (9-10).

LAS DOS FIERAS. (Segunda Parte) Ap 13,11-18.


11 Vi después otra fiera que salía de la tierra; tenía dos cuernos de cordero, pero hablaba
como un dragón,

12 y ejerce toda autoridad de la primera fiera, a su vista; consigue que el mundo entero y
todos los habitantes veneren a la primera fiera, la que tenía curada su herida mortal.

13 Realizaba grandes señales, incluso hacía bajar fuego del cielo a la tierra a la vista de la
gente.

14 Con las señales que le concedieron hacer a la vista de la fiera, extraviaba a los habitantes
de la tierra, incitándolos a que hiciesen una estatua de la fiera que había sobrevivido a la
herida de la espada.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

15 Se le concedió dar vida a la estatua de la fiera, de modo que la estatua de la fiera pudiera
hablar e hiciera dar muerte al que no venerase la estatua de la fiera.

16 A todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, esclavos y libres, hizo que los marcaran en la
mano derecha o en la frente,

17 para impedir comprar ni vender al que no llevase la marca con el nombre de la fiera o la
cifra de su nombre. 46

18 Aquí del talento: quien sea inteligente descifre la cifra de la fiera, que es una cifra
humana. Y su cifra es 666.

EXPLICACIÓN.

La segunda fiera representa a los funcionarios del poder opresor, en particular al sacerdocio
pagano, que, con el culto al emperador, aureolaba de piedad la sumisión al Estado. Fue
Domiciano el primero en decretar la obligatoriedad del culto imperial, practicado ya desde
mucho antes en Asia Menor. La religión al servicio del poder. Apariencia suave, pero palabra
maligna (11). Eficacia de esta propaganda, siempre bajo el control del poder (a su vista) (12).
Prodigios como los de Elías, para demostrar la aprobación celeste (falso profeta) (13),
persuadiendo a los hombres a identificarse (a fabricar ellos mismos la estatua) con un poder
que parece inmortal, por ser capaz de superar toda prueba (herida) (14).

No hay manera de escapar del poder, que actúa incluso a distancia; su imagen misma tiene
vida y da muerte a los que no se le someten (13). Sanciones económicas; marca en la
mano/brazo derecho; ajustar la propia actividad a los planes del Estado; en la frente: adoptar
su escala de valores (oposición al sello de 7,3); el sistema condena a los reacios a la miseria
(16-17).

666 es poco probable que represente el valor numérico de "César Nerón" escrito en letras
hebreas; en todo caso, la repetición del seis, que nunca llega al siete, cifra de la plenitud, hace
ver a los cristianos el fracaso en que desembocará el designio de la fiera (18).

EN EL MONTE SIÓN. Ap 14,1-5.


14 1 En la visión apareció el Cordero de pie sobre el monte Sión y con él ciento cuarenta y
cuatro mil que llevaban inscrito en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre.

2 Oí también un fragor que bajaba del cielo, parecido al estruendo del océano y al estampido
de un trueno fuerte;

3 era el son de citaristas que tañían sus cítaras delante del trono, delante de los cuatro
vivientes y los ancianos, cantando un cántico nuevo.

Nadie podía aprender aquel cántico fuera de los ciento cuarenta y cuatro mil, los adquiridos
en la tierra.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

4 Estos son los que no se han manchado con mujeres, porque son vírgenes; éstos son los que
siguen al Cordero adonde quiera que vaya; los adquirieron como primicias de la humanidad
para Dios y el Cordero.

5 En sus labios no ha habido mentira, no tienen falta.

EXPLICACIÓN.
47
Escenario, la tierra. La comunidad cristiana, que en la descripción anterior aparecía
meramente pasiva, perseguida y oprimida por el poder, está, en realidad, segura, apiñada en
torno a Jesús, gozosa y dispuesta a continuar su misión.

El monte Sión, símbolo de firmeza y seguridad; la presencia de Dios en él lo pone por encima
de cualquier amenaza. Lugar idealizado desde donde se ejerce la acción del Mesías en la
historia. Ciento cuarenta y cuatro mil (cf. 7,1-9), el nuevo Israel universal; el múltiplo mil se
aplica a las realidades históricas en cuanto en ellas se ejerce la acción del Mesías. Los 144.000
representan, pues, al pueblo de Dios en cuanto asociado a la obra de la salvación mesiánica. En
la frente, el sello impuesto en 7,1-9, en oposición al de la fiera; cf. 13,16 (1).

Que bajaba del cielo (2), la morada divina (cf. Ez 1,24; 43,2; Sal 29,3ss; 46,7), majestad
(océano) y fuerza, atributos de Dios (trueno), canto acompañado de cítaras (3), armonía y
dulzura. El cántico nuevo, cf. Sal 3,3; 40,4; 96,1; 98,1; 144,9; 149,1; se celebra la presencia y la
actividad del Mesías-Cordero en la historia humana, con referencia al éxodo que efectúa (cf.
15,3).

Aun en medio de su tribulación, la iglesia terrestre puede unir su voz al cántico celeste.
Características de los 144.000: no se marcharon con mujeres (4), metáfora para indicar que
están siempre dispuestos al combate (cf. Dt 23,10-12; 1 Sm 21,5s; pureza o abstinencia sexual
de los soldados en campaña); se han comprometido a estarlo siempre (porque son vírgenes).
Esa disposición y prontitud les permite seguir a Jesús sin condiciones (a donde quiera que
vaya), colaborando en la obra salvadora. Primicias, horizonte de salvación para la humanidad
entera. No hubo mentira (5) (cf. Sal 32,3; Sof 3,13; Is 53,9): no han disimulado su adhesión a
Jesús ni han cedido a compromisos con el paganismo opresor (cf. 13,8). No tienen falta,
resume lo anterior.

TRES ÁNGELES PREDICEN LA VICTORIA. Ap 14,6-13.

6 Vi otro ángel que volaba por mitad del cielo; llevaba una buena noticia perenne para
anunciarla a los habitantes de la tierra, a toda nación, raza, lengua y pueblo.

7 Clamaba: "Respetad a Dios y dadle la razón, porque ha sonado la hora de su juicio; rendid
homenaje al que hizo el cielo, la tierra, el mar y los manantiales".

8 Lo siguió otro ángel, el segundo, que decía: "Cayó, cayó la gran Babilonia, la que ha hecho
beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación".

9 Lo siguió otro ángel, el tercero, clamando: "Quien venere a la fiera y a su estatua y reciba
su marca en la frente o en la mano,
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

10 ése beberá del vino del furor de Dios, escanciado sin diluir en la copa de su cólera, y será
atormentado.

11 El humo de su tormento sube por los siglos de los siglos, pues los que veneran a la fiera y
el que recibe la marca con su nombre no tienen respiro ni día ni noche".

12 ¡Aquí del aguante de los consagrados que guardan los mandamientos de Dios y la
fidelidad a Jesús! 48

13 Oí una voz del cielo que decía: "Escribe: Dichosos desde ahora los que mueran como
cristianos". "Cierto, dice el Espíritu, podrán descansar de sus trabajos, pues sus obras los
acompañan".

EXPLICACIÓN.

Una vez aclarado el sentido profundo de la contienda, va a empezar la ofensiva de Dios contra
el poder opresor, la fiera, simbolizada por la serie de siete cuencos llenos de su furor. Antes,
sin embargo, Juan intercala tres avisos (6-12) para incitar a los hombres a escapar de la ruina.
Se refuerzan los avisos con la descripción de la doble suerte final (14-20).

Primer ángel (7): Queda siempre abierta una oportunidad de salvación (buena noticia) para
todo hombre (toda nación, etc.) (6). Ante la inminencia del juicio, es decir, de la caída del
sistema opresor y de los valores que representa, invitación universal a recapacitar. Dios,
creador para beneficio del hombre.

Segundo ángel (8): Anuncio profético que apoya la invitación anterior: el sistema opresor no
tiene futuro, está condenado a desaparecer. El nombre de Babilonia, máximo enemigo de
Israel en el pasado, servía a los cristianos para designar a Roma, el imperio opresor de su
época. Se anuncia su ruina como ya efectuada, es decir, está dado el decreto, y su ejecución es
infalible. El Imperio romano corrompe al mundo entero; el vino, atractivo, tentación;
fornicación, idolatría, falsos valores.

Tercer ángel (9-11); Castigo de los que se hayan sometido a la fiera y hayan adoptado sus
valores y su línea de conducta (cf. 13,1-17); vino contrapuesto al de v.8; beber el primer vino
es condenarse a beber el segundo; del furor de Dios, etc. (cf. Is 51,17; Sal 75,8; Jr 25,15); con
estas imágenes pondera el autor las terribles consecuencias de la corrupción del sistema, que
llegarán hasta el límite; nada podrá evitarlas. Fuego y azufre, cf. Gn 19,24, destrucción de
Sodoma y Gomorra; Ez 38,22; contra las tropas de Gog: fracaso y ruina.

El último párrafo (El humo de su tormento, etc. ) (11) no está construido en futuro ("subirá, no
tendrán respiro"), sino en presente (sube, no tienen respiro), simultáneo con el hecho de
venerar a la fiera o con el de recibir su marca (lit. "y si uno recibe la marca"). No se trata, pues,
de un castigo futuro, sino de una situación o amenaza presente. En tal caso, lo que parece
indicar el texto es que los que actúan así renuncian a toda esperanza de salvación. Un caso
parecido aparece en 19,3; "el humo de su incendio (lit., "su humo") sube por los siglos de los
siglos", frase que no puede significar un incendio interminable, sino lo definitivo de la ruina,
que excluye toda restauración. Por otra parte, ser arrojados al lago de fuego (y azufre) será el
fin del diablo (20,10), de la muerte y el abismo o Hades (20,14), todos figuras simbólicas. Según
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

20,14, el lago de fuego se identifica con la segunda muerte, que es la aniquilación definitiva,
como se ve por el hecho de que "la muerte" será arrojada al lago de fuego. Lo mismo hay que
interpretar los textos de 20,15 y 21,8.

Conocer el fracaso de los enemigos de Dios ha de dar ánimos a los cristianos para, en medio de
la dificultad, mantener la adhesión a Jesús y el amor mutuo (los mandamientos de Dios, cf. 1 Jn
3,22-24).
49
Un mensaje divino (voz del cielo) quita a la muerte todo aspecto de incertidumbre o terror;
como cristianos, lit. "en (el) Señor", modo primitivo de expresar esa idea; cf. 1,9; 1 Cor 3,1. El
Espíritu confirma en la comunidad lo dicho por la voz del cielo. Sus obras, que han expresado el
espíritu que los animaba (13).

VISIÓN ANTICIPADA DEL JUICIO. Ap 14,14-20


14 En la visión apareció una nube blanca y, sentada encima, una figura humana con una
corona de oro en la cabeza y en la mano una hoz afilada.

15 Salió del santuario otro ángel dando gritos estentóreos al que estaba sentado en la nube:
"Arrima tu hoz y siega; ha llegado la hora de la siega, pues la mies de la tierra ya está pajiza".

16 El que estaba sentado encima de la nube acercó su hoz a la tierra y la segó.

17 Del santuario celeste salió otro ángel llevando también él una hoz afilada.

18 Del altar salió otro, el ángel que tiene poder sobre el fuego, y dio una gran voz al de la hoz
afilada diciendo: "Arrima tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, que las
uvas están en sazón".

19 El ángel acercó su hoz a la tierra, vendimió la viña de la tierra y echó las uvas en el gran
lagar del furor de Dios.

20 Pisaron el lagar fuera de la ciudad y del lagar corrió tanta sangre, que subió hasta los
bocados de los caballos, a una distancia de sesenta leguas.

EXPLICACIÓN.

En dos escenas paralelas y mediante descripciones poéticas se expresa la suerte de los que han
aceptado el mensaje de Jesús y la de los que han sido enemigos del hombre.

Jesús (una figura humana, cf. 1,13; nube, corona de oro, condición divina) recoge la cosecha de
grano, la de la humanidad salvada, en la hora que Dios designa (otro ángel dando gritos) (14-
16).

Un ángel, en cambio, vendimia la uva (cf. Jl 3,13), siguiendo la orden del ángel del fuego (cf.
14,10: "fuego y azufre"). La escena amplifica el texto de Is 63,1-6, que describe en términos
trágicos la aniquilación de los enemigos, para hacer triunfar el derecho de los oprimidos. Para
el furor de Dios, cf. 14,10 (17-20).
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

SE PREPARAN LAS SIETE ÚLTIMAS PLAGAS. Ap


15,1-16,1.
1 Vi en el cielo otra señal, magnífica y sorprendente: siete ángeles que llevaban siete plagas,
las últimas, pues con ellas se agotó el furor de Dios.
50
2 Vi también una especie de mar de vidrio veteado de fuego; en la orilla del mar de vidrio
estaban de pie los que habían triunfado de la fiera, de su estatua y de la cifra de su nombre;

3 con cítaras que Dios les había dado cantaban el cántico de Moisés el siervo de Dios y el
cántico del Cordero diciendo:

- Grandes y admirables son tus obras,

Señor Dios, soberano de todo;

justo y verdadero tu proceder,

rey de las naciones.

4 ¿Quién no te respetará?,

¿quién no dará gloria a tu nombre,

si sólo tú eres santo?

Todas las naciones vendrán

a postrarse ante ti,

porque tus justas sentencias

se han promulgado.

5 Después, en la visión, se abrió en el cielo el santuario de la tienda del Encuentro

6 y salieron del santuario los siete ángeles que llevaban las siete plagas, vestidos de lino puro
esplendente y ceñidos con fajas doradas a la altura del pecho.

7 Uno de los cuatro vivientes repartió a los siete ángeles siete cuencos de oro llenos hasta el
borde del furor de Dios, que vive por los siglos de los siglos.

8 El humo de la gloria de Dios y de su potencia llenó el santuario; nadie podía entrar en él


hasta que no se terminasen las siete plagas de los siete ángeles.

16 1 Oí una voz potente que salía del santuario y decía a los siete ángeles: "Id a derramar
en la tierra los siete cuencos del furor de Dios".

EXPLICACIÓN.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

El septenario de los cuencos lleva a término la salvación/liberación: nuevo éxodo (2-4); se


prepara el ataque de Dios a la fiera (5-8).

Visión de una señal magnífica (lit. "grande", cf. 12,1.3), es decir, portadora de un mensaje
importante y sorprendente: "siete ángeles" que llevan siete plagas (1). Este término recuerda
inmediatamente la liberación de Egipto; se trata, pues, de una acción divina que derrumba el
poder ejercido por un opresor sobre los que son fieles a Dios. Son las últimas; la liberación
entra en su fase final; el mal va a destruirse a sí mismo (se agotó el furor de Dios; cf. nota a 51

11,15-19).

Segunda visión, en paralelo con la primera: un mar de cristal (cf.4,6), pero esta vez veteado de
fuego, símbolo de la prueba. Es una visión anticipada de la liberación que va a efectuarse y
muestra la finalidad de las plagas anunciadas. Los liberados son los que han triunfado de la
fiera, etc., no por la violencia, sino por la fidelidad y la constancia, sin ceder a la persecución ni
a la presión ejercida contra ellos; en la orilla del mar que ya han atravesado (2).

Lo mismo que Moisés, después de atravesar el Mar Rojo, había entonado el cántico de acción
de gracias por la liberación de Egipto (Éx 15), los que no han cedido a la fiera entonan el
cántico de su éxodo, agradeciendo su liberación; soberano de todo, el Creador; rey de las
naciones, no ya de Israel: universalidad (3). Admiración (¿Quién no te respetará, etc.?). Las
calamidades no pretenden aniquilar a las naciones, sino curarlas de su mal, haciéndoles
reconocer al verdadero Dios (4).

Continúa la visión (5). El santuario de la tienda del Encuentro, el lugar de Dios durante la
travesía del desierto, el lugar del arca (cf. 11,19). Los siete ángeles (6) (v.1). Lino puro
esplendente, blancura deslumbrante, la gloria divina; faja dorada, etc., cf. 1,13, de Jesús. Siete
cuencos (7): las siete plagas van a poner en evidencia diversos aspectos de la injusticia del
opresor y sus secuaces. El humo de la gloria de Dios y de su potencia (8): en estas plagas van a
ser manifiestas (gloria) la presencia y acción divinas. Nadie podrá entrar en él: la importancia
de lo que va a suceder excluye toda otra actividad ante Dios.

Orden de ejecución, procedente de la morada de Dios (16,1).

LOS SEIS PRIMEROS CUENCOS. Ap 16,2-16.


2 Se alejó el primero, derramó su cuenco en la tierra y apareció una llaga maligna y
enconada en los hombres que llevaban la marca de la fiera y veneraban su imagen.

3 El segundo derramó su cuenco en el mar y el mar se convirtió en sangre de muerto; todo


animal marino murió.

4 El tercero derramó su cuenco en los ríos y manantiales y se convirtieron en sangre.

5 Oí que el ángel de las aguas decía:

- Tú, el que eras y que eres, el santo,

tienes razón en dar esta sentencia;


APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

6 a los que derramaron sangre

de consagrados y profetas

les diste a beber sangre.

Se lo merecen.

7 Y oí que el altar decía: 52

- Así es, Señor Dios, soberano de todo,

tus sentencias son legítimas y justas.

8 El cuarto derramó su cuenco en el sol e hizo que quemara a los hombres con su ardor;

9 los hombres sufrieron quemaduras por el enorme calor y maldecían el nombre de Dios que
dispone de tales plagas; en vez de arrepentirse y darle la razón.

10 El quinto derramó su cuenco sobre el trono de la fiera y su reino quedó en tiniebla; los
hombres se mordían la lengua de dolor

11 y maldecían al Dios del cielo por los dolores y las llagas, pero no enmendaron su
conducta.

12 El sexto derramó su cuenco sobre el gran río, el Éufrates, y se quedó seco, dejando
preparado el camino a los reyes que vienen del Oriente.

13 De la boca del dragón, de la boca de la fiera y de la boca del falso profeta vi salir tres
espíritus inmundos en forma de ranas.

14 Los espíritus eran demonios con poder de efectuar señales y se dirigían a los reyes de la
tierra entera con el fin de reunirlos para la batalla del gran día de Dios, soberano de todo.

15 (Mirad, voy a llegar como un ladrón. Dichoso el que está en vela con la ropa puesta, así no
tendrá que pasear desnudo dejando ver sus vergüenzas).

16 Y los reunieron en el lugar llamado en hebreo Harmagedón.

EXPLICACIÓN.

Primer cuenco (2): La sumisión al poder (marca) divinizado y opresor y la identificación con él
(estatua), buscando la seguridad, corrompe y desintegra a los hombres (cf. Éx 9,10).

Segundo cuenco (3): El mar, fuente de riqueza y alimento (peces), se convierte en elemento de
muerte; sangre de muerto; la naturaleza les muestra una imagen de sus crímenes.

Tercer cuenco (4): El agua dulce, necesaria para la vida, se convierte en sangre, como en Egipto
(Éx 7,19-24; Sal 78,44); otro recuerdo de los asesinatos cometidos.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

Los tres primeros cuencos muestran que la acción divina se hace manifiesta en los efectos de
la opresión y la injusticia sobre el hombre y sobre la naturaleza a escala universal. El hombre
sufre el dolor y la descomposición; el mundo se hace inhabitable.

Aprobación del ángel de las aguas (5-6); se atribuye a Dios lo que es efecto de la maldad
humana (les diste a beber). El altar (7), que conoce la sangre de los mártires (6,9), muestra su
acuerdo.
53
Cuarto cuenco (8-9): Siguen los efectos sobre la naturaleza; el sol, fuente de vida, se convierte
en tormento para los hombres, como todos los beneficios divinos despreciados. Los hombres
no reconocen su sinrazón ni rectifican; evaden su responsabilidad echando la culpa a Dios.

Quinto cuenco (10-11): Ataque al cuartel general del sistema opresor (el trono de la fiera). Dios
hace todo lo posible para que los hombres reconozcan la vaciedad de sus ídolos: el antiguo
esplendor es ahora confusión y perplejidad (tinieblas, cf. Éx 10,21); el régimen antes glorioso
no puede ayudar a los suyos, pero éstos no se retractan: cuanto más evidente es su error, más
acusan a Dios de injusticia.

Sexto cuenco (12): Se prepara la ruina del imperio, el camino queda abierto a la invasión (cf.
9,13-16).

Último recurso (13-14): La personificación del poder como fuerza maléfica (el dragón), su
agente el poder político (la fiera) y la religión al servicio del Estado (el falso profeta), con
palabras vacías y altisonantes (ranas, cf. Sal 77,45; 105,30) de abominable contenido (espíritus
inmundos), lanzan un desesperado llamamiento, que no carece de eficacia (demonios con
poder, etc.), a todos los que detentan el poder (a los reyes de la tierra), para que formen una
coalición contra Dios.

En medio de la preparación guerrera, aviso del Señor a los suyos (15): tienen que estar alerta
en todo momento (como un ladrón, cf. 3,3). Bienaventuranza para el que no se duerme; no
estar vigilante en esta ocasión, motivo de vergüenza para el cristiano (solía dormirse desnudo)
(15).

El ejército de los opresores, preparado para el combate; el desenlace se describe en 19,19-21


(16). Harmagedón significa "Monte Meguido"; esta ciudad, en la llanura de Esdrelón, al pie del
monte Carmelo (cf. 1 Re 18), había sido escenario de sangrientas batallas (Jue 4,12-17; 2 Re
9,27; 23,29; cf. Zac 12,11).

QUINTA SECCIÓN: EL SÉPTIMO CUENCO. EL


DESENLACE. Ap 16,17-21.
17 El séptimo derramó su cuenco en el aire y del interior del santuario salió una voz potente
que venía del trono y decía: "Es un hecho".

18 Se produjeron relámpagos, estampidos y truenos y un terremoto tan violento que desde


que hay hombres en la tierra no se ha producido terremoto de tal magnitud.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

19 La gran ciudad se hizo tres pedazos y las capitales de las naciones se derrumbaron.

Recordaron a Dios que hiciera beber a la gran Babilonia la copa de su vino, el furor de su
cólera.

20 Granizos como adoquines cayeron del cielo sobre los hombres, y los hombres maldijeron
a Dios por el daño del granizo, pues el daño que hacía era terrible.
54
EXPLICACIÓN.

Séptimo cuenco: Llega el final, anunciado por la voz de Dios mismo (Es un hecho) (17).

Gran intervención divina, que desplaza la capital del imperio; ésta arrastra en su ruina a todos
sus satélites y cómplices (18-19a). Temblor de tierra sin precedentes en la historia: derrumbe
de las últimas seguridades humanas.

Deseo de reivindicación (19b). Cambio de la geografía del mundo (20). Como adoquines, lit.
"como talentos", medida de peso entre 25 y 36 kilos; en otros casos, hasta 60. Obstinación
(21).

LA PROSTITUTA Y LA FIERA. Ap 17,1-18.


17 1 Se acercó uno de los siete ángeles que tenían los siete cuencos y me habló así: "Ven
acá, voy a mostrarte la sentencia de la gran prostituta que está sentada al borde del océano,

2 con la que han fornicado los reyes de la tierra, la que ha emborrachado a los habitantes de
la tierra con el vino de su prostitución".

3 En visión profética me llevó a un desierto. Vi allí una mujer montada en una fiera escarlata,
cubierta de títulos blasfemos, que tenía siete cabezas y diez cuernos.

4 La mujer iba vestida de púrpura y escarlata y enjoyada con oro, pedrería y perlas. Tenía en
la mano una copa de oro llena hasta el borde de abominaciones y de las inmundicias de su
fornicación;

5 en la frente llevaba escrito un nombre enigmático: "La gran Babilonia, madre de las
prostitutas y de las abominaciones de la tierra".

6 Vi que la mujer estaba borracha de la sangre de los consagrados y de la sangre de los


testigos de Jesús.

7 Al verla me quedé boquiabierto. El ángel me dijo: "¿Por qué razón te admiras? Yo te


explicaré el simbolismo de la mujer y de la fiera que la lleva, la de las siete cabezas y los diez
cuernos.

8 La fiera que viste estuvo ahí; ahora no está, pero va a salir del abismo para ir a su ruina. Los
habitantes de la tierra cuyo nombre no está escrito desde la creación del mundo en el
registro de los vivos se sorprenderán al ver que la fiera que estaba ahí y ahora no está se
presenta de nuevo.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

9 ¡Aquí de la inteligencia, el que tenga talento! Las siete cabezas son siete colinas donde está
asentada la mujer, y siete reyes;

10 cinco cayeron, uno está ahí, otro no ha llegado todavía y cuando llegue durará poco
tiempo.

11 La fiera que estaba ahí y ahora no está es el octavo y al mismo tiempo uno de lo siete, y
va a su ruina. 55

12 Los diez mandamientos que viste son también diez reyes que aún no han comenzado a
reinar, pero que recibirán autoridad por breve tiempo asociados a la fiera.

13 Éstos, de común acuerdo, cederán sus fuerzas y su autoridad a la fiera.

14 Combatirán contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá porque es Señor de señores y
Rey de reyes, y los llamados a acompañarlo son escogidos y fieles".

15 Y añadió: "El océano donde viste sentada a la prostituta, son pueblos y masas, naciones y
lenguas.

16 Pero los diez cuernos que viste y la fiera van a tomar odio a la prostituta y a dejarla
asolada y desnuda; se comerán su carne y la destruirán con fuego.

17 Dios les ha metido en la cabeza que ejecuten su designio; por eso, llegando a un acuerdo,
cederán su realeza a la fiera hasta que se cumpla lo que Dios ha dicho.

18 Por último, la mujer que viste en la gran ciudad, emperatriz de los reyes de la tierra".

EXPLICACIÓN.

La ruina del poder la ve Juan encarnada en la del Imperio romano. Empieza la descripción
profética de la caída del Imperio (17,1-19,10). Aunque la caída de Babilonia ha sido ya
anunciada (14,8; 16,9), un ángel tiene que explicársela a Juan (1): lo que va a ocurrir sobrepasa
lo que el profeta podía imaginar.

La gran prostituta, la ciudad del comercio y del fraude, que propone la riqueza y el lujo como
ideal de vida (cf. Is 1,21, Jerusalén; 23,8-18, Tiro; Nah 3,1-7, Nínive); la imagen de la gran
prostituta significa en lenguaje profético la absoluta infidelidad a Dios, la profesión de valores
diametralmente o puestos a los del designio divino. La figura se opone a las de la mujer-madre
(cap. 12) y de la Esposa (cf. 22,17), que representan a la nueva humanidad. Es notable la
amplitud con que trata Juan la condena y ruina de Babilonia/Roma. Evidentemente, para los
lectores de su tiempo era un tema de interés primario. Teniendo en cuenta, sin embargo, que
Babilonia/Roma es el tipo de los imperios opresores a lo largo de la historia, estos capítulos
conservan su actualidad.

La injusticia y corrupción encarnadas en el sistema romano han contagiado al mundo entero,


tanto a los poderosos como al pueblo (2).

Un desierto (3), en este caso, signo de la desolación que crea a su alrededor el poder del
imperio. Una fiera, el Imperio romano (cf. 13,1-8), del que Roma es capital; escarlata, el color
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

del manto de los "triunfadores" romanos. Títulos blasfemos, siete cabezas y diez cuernos, cf.
13,1.

La capital ostenta su opulencia (4). Ofrece la copa de oro (precioso y tentador), para
contaminar con su porquería (Jr 51,7, de Babilonia) (4b). Las prostitutas romanas llevaban en
la frente una cinta con su nombre; La gran Babilonia, ciudad que, aun mucho después de la
caída de su imperio, seguía siendo el prototipo de ciudad imperial. Ella es responsable de la
corrupción del mundo entero (5) y ha asesinado a los que se le resistían (6a). 56

El esplendor del imperio deslumbra al profeta, como a tantos otros (6b). El ángel se lo
reprocha; él va a mostrarle lo que ese esplendor oculta (7).

Estuvo, no está, al contrario que Dios, "el que es y que era y que viene" (1,4.8). Como el
monstruo del caos, sojuzgado por un tiempo, reaparecerá la Fiera/el imperio , pero para su
ruina definitiva (cf. 19,20). Motivo de asombro para sus secuaces, no para los cristianos, que
conocen el sentido de los acontecimientos; el registro de los vivos, cf. 3,5 (8).

Doble simbolismo de los cuernos: siete colinas, alusión transparente a Roma; siete
reyes/emperadores, número que indica una totalidad finita, que en este caso, no está lejos de
su fin (9); el octavo, uno de los siete, posible alusión a la leyenda sobre la vuelta de Nerón
("Nero redivivus"), encarnación de la crueldad (10-11). Interpretación global de los diez
cuernos (cf. Dn 7,24) como reyes vasallos; mientras dura el imperio, son aliados
incondicionales de Roma y siguen su política (cf. 16,14.16) (12-13). La coalición, derrotada por
el Cordero (cf. 19,19-21) y por la fidelidad de los suyos (14). Rey de reyes, etc.: cf. 19,16; Dt
10,17; Sal 136,3; Dn 2,47.

El océano, lit. "las muchas aguas" (cf. Jr 51,13, lit. "las muchas aguas", de Babilonia):
universalidad de su dominio (sentada) cf. 13,3.8) (15). El dominio suscita el odio; fragilidad del
acuerdo anterior; sublevación de los reinos de Oriente contra la tiranía del imperio; saqueo y
destrucción de la ciudad (cf. Os 2,3, castigo de la adúltera) (16). Según Juan, el sometimiento
de esos reinos durará solo lo necesario para que se cumpla el designio divino (17). Nueva
identificación de la prostituta (emperatriz), que contrasta con su ruina (19).

SE ANUNCIA LA CAÍDA DE BABILONIA. Ap 18,1-24.


18 1 Vi después otro ángel que bajaba del cielo; venía con gran autoridad y su resplandor
iluminó la tierra.

2 Gritó a pleno pulmón:

-¡Cayó, cayó la gran Babilonia!

Se ha convertido en morada de demonios,

en guarida de todo espíritu impuro,

en guarida de todo pájaro inmundo y


APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

repugnante;

3 porque el vino del furor de su fornicación

lo han bebido todas las naciones,

los reyes de la tierra fornicaron con ella

y los comerciantes se hicieron ricos 57

con su lujo desaforado.

4 Y oí otra voz del cielo que decía:

- Pueblo mío, sal de ella

para no haceros cómplices de sus pecados

ni víctimas de sus plagas;

5 porque sus pecados han llegado hasta el cielo

y Dios se ha acordado e sus crímenes.

6 Pagadle con su misma moneda,

devolvedle el doble de lo que ha hecho,

mezcladle en la copa,

el doble de lo que ella se mezcló.

7 En proporción a su fasto y a su lujo

dadle tormento y duelo.

Ella solía decirse:

"Sentada estoy como una reina,

viuda no soy y duelo nunca veré";

8 por eso el mismo día le llegarán todas sus plagas,

epidemia, duelo y hambre,

y el fuego la abrasará,

porque es fuerte el Señor Dios que la juzga.

LAMENTACIÓN POR BABILONIA.

9 Llorarán y plañirán por ella los reyes de la tierra que con ella fornicaron y se dieron al lujo,
cuando vean el humo de su incendio;
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

10 manteniéndose a distancia por miedo de su tormento, dirán:

-¡Ay, ay de la gran ciudad,

de Babilonia la ciudad poderosa!

¡Que haya bastado una hora para que llegue tu castigo!

11 También los comerciantes de la tierra llorarán y plañirán por ella, porque su cargamento 58

ya no lo compra nadie;

12 el cargamento de oro y plata, pedrería y perlas; de lino, púrpura, seda y escarlata, toda la
madera de sándalo, los objetos de marfil y de maderas preciosas, de bronce, hierro y
mármol;

13 la canela, el clavo y las especias, perfumes e incienso, vino y aceite, flor de harina y trigo,
ganado mayor y menor, caballos, carros, esclavos y siervos.

14 - La fruta de otoño que excitaba tu apetito

se alejó de ti,

toda opulencia y esplendor

se acabó para ti,

y nunca volverán.

15 Los que comerciaban en estos géneros y se hicieron ricos a costa de ella se detendrán a
distancia por miedo de su tormento,

16 llorando y lamentándose así:

-¡ Ay, ay de la gran ciudad!

La que se vestía de lino,

púrpura y escarlata

y se enjoyaba con oro,

pedrería y perlas.

17 ¡Que haya bastado una hora

para asolar tanta riqueza!

También los pilotos, los que navegan de puerto en puerto, los marineros y cuantos viven del
mar se detuvieron a distancia

18 y gritaban al ver el humo de su incendio: "¿Quién podía compararse con la gran ciudad?"

19 Se echaron polvo en la cabeza y gritaban llorando y lamentándose:


APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

-¡Ay, ay de la gran ciudad

donde se hicieron ricos todos los armadores

por lo elevado de sus precios!

¡Que haya bastado una hora para asolarla! 59

20 ¡Regocíjate, cielo, por lo que le pasa,

y también vosotros, los consagrados,

los apóstoles y los profetas!

Porque, condenándola a ella,

Dios ha reivindicado vuestra causa.

UN ÁNGEL REPRESENTA LA CAÍDA DE BABILONIA.

21 Un ángel vigoroso levantó en vilo una piedra del tamaño de una rueda de molino y la tiró
al mar diciendo:

-Así, de golpe,

precipitarán a Babilonia, la gran ciudad,

y desaparecerá.

22 El son de cítaras y músicos,

de flautas y trompetas

no se oirá más en ti,

ni artífices de ningún arte

habrá más en ti,

ni murmullo de molino

se oirá más en ti,

23 ni luz de lámpara

brillará más en ti,

ni voz de novio y novia

se oirá más en ti,

porque tus comerciantes eran los magnates de la tierra


APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

y con tus brujerías embaucaste

a todas las naciones.

24 Y en ella se encontró sangre de profetas

y consagrados

y de todos los asesinados en la tierra. 60

EXPLICACIÓN.

1-24. Proclamación celeste de la ruina del imperio por boca de un mensajero excepcional (gran
autoridad); la presencia del ángel ilumina la tierra: alegría y esperanza (1).

Se compara la caída de Roma a la de la antigua Babilonia; Cayó, cf. 14,8; Is 21,9; Jr 51,8;
morada de demonios, etc.. cf. Is 13,20s; 34,11; Jr 50,39; Bar 4,35 (2). El vino, etc., 14,8; 17,2; Is
23,17; Jr 51,7.

Desde el cielo, aviso a los fieles; la voz pertenece a Dios o a Jesús (Pueblo mío). Sal de ella, cf. Is
48,20; 52,11; Jr 51, 6.45 (4). Sus pecados, cf. Jr 51,9; Jon 1,2 (5).

Orden celeste: el doble (6), cf. Is 40,2 (6). El castigo que nunca previó, cf. Is 47,7-9; sentada
estoy, seguridad; no soy viuda desamparada, tiene aliados que le ayudarán en caso de peligro;
duelo, confianza en su situación (7). Atroz desengaño (8).

9-20. En la tierra, tres coros entonan sus lamentaciones, todos manteniéndose a distancia (vv.
10,15.17b), para que no los envuelva el desastre: los reyes aliados no salen de su asombro al
ver aquella ruina subitánea (que haya bastado una hora), y prevén la suya propia (9-10).

Los exportadores de objetos de lujo (predominantes con mucho en la lista) y alimentación, y


de mercancía humana (desprecio del hombre), que pierden su gran cliente (11-13),
comprenden que la ruina de ese mundo refinado e insaciable (la fruta, etc.) es definitiva (14) y
se lamentan a distancia, asombrados del cambio repentino de opulencia a desolación (15-17a).

Los navegantes, que aseguraban el comercio, añoran la grandeza de la admirada metrópolis


(¿Quién podía compararse ...?); su desconsuelo es máximo (lloraban) al ver evaporarse sus
ganancias (17b-19).

Exhortación a la alegría común de los habitantes del cielo (cf. 12,12, de la caída del dragón; Sal
96,11; IS 44,23; 49,13) y de la comunidad cristiana (los dos aspectos de la iglesia), especificada
en los dos carismas principales (los apóstoles y los profetas), por haber sido eliminado el foco
de infección mundial. Reivindicación en la historia, respuesta a 6,9 (20).

21-24. Acción simbólica (cf. Jr 51,63; Mt 18,6) de un ángel, explicada por él mismo (21-24). La
ruina destruye la vida doméstica de la gente sencilla, la fiesta, el trabajo, el cariño: el son de
cítaras, etc., cf. Is 24,8; Ez 26,13 (22); ni voz de novio y novia, etc., Jr 7,34; 16,9; 25,10 (23a).
Pero el imperio, con su comercio, dominaba al mundo, engañando con sus malas artes (23b);
su poder criminal se ejercía no sólo con los cristianos, sino con la humanidad entera, cf. 6,10;
17,6; 19,2; Jr 51,49; Ez 24,7 (24).
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

ALEGRÍA EN EL CIELO. Ap 19,1-10.


19 1 Oí después en el cielo algo que recordaba el vocerío de una gran muchedumbre;
cantaban:

- Aleluya.
61

¡ La victoria, la gloria y el poder

pertenecen a nuestro Dios,

2 porque sus sentencias son legítimas y justas!

Él ha condenado a la gran prostituta

que corrompía la tierra con su fornicación

y le ha pedido cuenta de la sangre de sus

siervos.

3 Y repitieron:

- Aleluya.

El humo de su incendio

sube por los siglos de los siglos.

4 Se postraron los veinticuatro ancianos y los cuatro vivientes rindiendo homenaje a Dios,
que está sentado en el trono, y diciendo:

- Amén. Aleluya.

5 Y del trono salió una voz que decía:

-¡Alabad a nuestro Dios todos sus siervos

todos sus fieles,

pequeños y grandes!

6 Y oí algo que recordaba el rumor de una gran muchedumbre, el estruendo del océano y el
retumbar de fuertes truenos; decían:

- Aleluya.

¡Ha empezado a reinar

el Señor nuestro Dios,

soberano de todo!
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

7 Hagamos fiesta, saltemos de gozo

y démosle a él la gloria,

porque han llegado las bodas del Cordero.

La esposa se ha ataviado,

8 le han regalado un vestido 62

de lino puro, esplendente.

(Y el lino representa

las buenas obras de los consagrados).

9 Entonces me dijo: "Escribe: Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero". Y
añadió: "Estas palabras verídicas son de Dios". 10Caí a sus pies para rendirle homenaje, pero
él me dijo: "No, cuidado, soy tu compañero de servicio, tuyo y de esos hermanos tuyos que
mantienen el testimonio de Jesús; rinde homenaje a Dios". Es que dar testimonio de Jesús
equivale a la inspiración profética.

EXPLICACIÓN.

Aclamaciones a Dios por su acción; son los últimos coros del libro. El Dios justo no ha tolerado
la injusticia y ha rehabilitado a los suyos, injustamente perseguidos y condenados (1-2). De
toda la gloria y opulencia anterior no queda más que el humo de la ruina definitiva (3). Último
homenaje de los ancianos y los vivientes, que muestran su acuerdo (Amén) y alaban a Dios por
lo sucedido (aleluya) (4). Exhortación a la comunidad, para que se una a la alabanza; pequeños
y grandes, cf. 11,18; Sal 115,13 (5). La muchedumbre celeste (6; cf. 14,2) celebra la
inauguración del reinado de Dios (11,17), es decir, la instauración de la nueva sociedad
humana, motivo de gozo inenarrable, descrita en los términos proféticos de la relación esposo-
esposa (Os 2,16.19.21; Jr 2,2; 3,1-4; 50,1; 60,10; Ez 16,7s; Sal 45, etc.). La boda, el vínculo de
amor y fidelidad con la humanidad rescatada; el vestido de la esposa, regalo del esposo, como
el de los siete ángeles de 15,6 (8). El simbolismo nupcial se encontrará con frecuencia en el
resto del libro. La frase final (Y el lino representa, etc.) parece una glosa posterior añadida al
texto.

El ángel dice a Juan que escriba, para consuelo y ánimo de los cristianos, notificándole el
origen divino de sus palabras (9). La eucaristía de las comunidades (cf. 3,20), que expresaba su
compromiso por el Reino, era anticipo del banquete definitivo de la humanidad liberada. Se les
asegura que su empeño y su esperanza no son vanos.

No hay que apreciar más el carisma profético que el testimonio de la vida. No hay distinción
real. El ángel mismo, portador de palabras divinas, no es superior a Juan (profeta) ni a los
cristianos que viven su adhesión a Jesús. Los cristianos profetas en la acción (10).

RUINA DE LA FIERA. Ap 19,11-21.


APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

11 Vi el cielo abierto y apareció un caballo blanco; su jinete se llama el fiel y el leal, porque
lleva razón en el juicio y en la guerra.

12 Sus ojos llameaban, ceñían su cabeza mil diademas y llevaba grabado un nombre que sólo
él conoce.

13 Iba envuelto en una capa tinta en sangre y lo llamaban Palabra de Dios.


63
14 Lo seguían las tropas del cielo en caballos blancos, vestidos de lino blanco puro.

15 De su boca salía una espada aguda, para herir con ella a las naciones, pues él va a regirlas
con cetro de hierro (Sal 2,9) y a pisar el lagar del vino de la furiosa cólera de Dios, soberano
de todo.

16 En la capa y en el muslo llevaba escrito un título: "Rey de reyes y Señor de señores".

17 Vi entonces un ángel de pie en el sol, que dio un grito estentóreo, diciendo a todas las
aves que vuelan por mitad del cielo: "Venid acá, reuníos para el gran banquete de Dios,

18 comeréis carne de reyes, carne de generales, carne de valientes, carne de caballos y de


jinetes, carne de hombres de toda clase, libres y esclavos, pequeños y grandes".

19 Vi a la fiera y a los reyes de la tierra con sus tropas reunidos para hacer la guerra contra el
jinete del caballo y su ejército.

20 Capturaron a la fiera y con ella al falso profeta que efectuaba señales a su vista,
extraviando con ellas a los que llevaban la marca de la fiera y veneraban su estatua.

21 A los dos los echaron vivos en el lago de azufre ardiendo. A los demás los mató el jinete
con la espada que sale de su boca, y las aves todas se hartaron de su carne.

EXPLICACIÓN.

Nueva visión (11). Se ve el caballo blanco, propio del vencedor; la figura del jinete se irá
delineando gradualmente, aunque desafía toda prescripción. Se representa un desfile: el
general en cabeza, seguido por sus tropas. Se proclama el triunfo ya antes de la batalla.,

El fiel y el leal, cf. 3,14; sus ojos llameaban, cf. 1,12; 2,18; mil diademas, las insignias de los
reyes de la tierra, destronados por él (12). Su nombre puede leerse, pero no se comprende
(nadie lo conoce): calidad única de su persona. Capa tinta en sangre (cf. Is 63,1-3), su victoria
se debe a su pasión y muerte; Palabra de Dios, el proyecto divino, el mandamiento divino, el
mensaje, se realizan en Jesús. Sus tropas, sin armas, en traje de triunfo (cf. 7,14) (14). Su arma,
la palabra (cf. 2,12.16; 19,21; Is 11,4), que hiende toda mentira, desenmascara toda hipocresía
y humilla toda arrogancia; esta victoria reinterpreta los términos de Sal 2,9 (15). Título, cf.
17,14.

Fracaso total y aniquilación de los adversarios, descritos en los términos usados por Ez 39,17-
20 para la batalla mítica contra Gog. La crudeza de las expresiones muestra claramente
tratarse de un lenguaje simbólico (17-18).
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

La coalición, preparada para la batalla final; se vuelve a la escena de 16,16. La victoria sin
esfuerzo indica la maduración de la humanidad; las dos figuras simbólicas, el poder opresor (la
fiera) y su propagandista (el falso profeta) encuentran su fin (el lago de azufre ardiendo, cf.
20,20.15; Is 30,22). Los que se han identificado con el poder y su injusticia no sobreviven (19-
21). El único que combate es Jesús y su única arma es su palabra: su mensaje, presente en el
mundo, acabará por derrotar el mal.

64
DERROTA DEL DRAGÓN. Ap 20,1-10.
20 1 Vi entonces un ángel que bajaba del cielo llevando la llave del abismo y una cadena
grande en la mano.

2 Agarró al dragón, la serpiente primordial, el diablo o Satanás, y lo encadenó para mil años.

3 Lo arrojó al abismo, echó la llave y puso un sello encima, para que no pueda extraviar a las
naciones antes que se cumplan los mil años. Después tiene que estar suelo por un poco de
tiempo.

4 Vi también tronos, donde se sentaron los encargados de pronunciar sentencia; vi también


con vida a los decapitados por dar testimonio de Jesús y proclamar el mensaje de Dios, los
que no habían rendido homenaje a la fiera ni a su estatua y no habían llevado su marca en la
frente ni en la mano. Éstos tuvieron vida y fueron reyes con el Mesías mil años.

5 (El resto de los muertos no volvió a la vida hasta pasados los mil años.)

6 Ésta es la primera resurrección. Dichoso y santo aquel a quien le toca en suerte la primera
resurrección, sobre ellos la segunda muerte no tiene poder: serán sacerdotes de Dios y del
Mesías y serán reyes con él los mil años.

7 Pasados los mil años soltarán a Satanás de la prisión.

8 Saldrá él para engañar a las naciones de los cuatro lados de la tierra, a Gog y Magog, y
reclutarlos para la guerra, incontables como las arenas del mar.

9 Subieron a la llanura y cercaron el campamento de los consagrados y la ciudad predilecta,


pero bajó fuego del cielo y los devoró.

10 Al diablo que los había engañado lo arrojaron al lago de fuego y azufre con la fiera y el
falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

EXPLICACIÓN.

Un ángel sin otras calificaciones (cf. 10,1; 18,1); la llave del abismo, cf. 9,1. Juan adapta el mito
de la prisión de las fuerzas del caos; la nueva sociedad no será perturbada por el tentador, por
los principios y las seducciones que falseaban la vida del hombre, y se abrirá una posibilidad a
la humanidad entera (las naciones). A los tres años y medio de (11,2s; 12,6) se oponen los mil
años de paz, una vez desterrado el poder opresor. El número mil se aplica a las realidades
históricas para subrayar que en ellas se ejerce la acción del Mesías. Algunos opinan que Juan
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

se inspira en la concepción judía según la cual a cada día de la creación habrían de


corresponder mil años de historia; estos "mil años" serían el descanso final, el sábado de la
historia humana; sin embargo, la anunciada libertad del dragón por un poco de tiempo parece
oponerse a esta idea (1-3).

El juicio (4), con jueces anónimos y en número imprecisado, se celebra solamente para
rehabilitar a los que habían sufrido la muerte, por no ceder a la presión y amenazas del poder
injusto (13,14-16; 14,9.1; 15,2; 16,2; 19,20); no hay sentencia condenatoria; con vida aun antes 65

de la resurrección, cf. 6,9. La primera resurrección cumple en los mártires las promesas
expresadas al principio del libro (1,6; 5,10: sacerdotes y reyes) en favor de todos los cristianos.
Juan no utiliza el verbo "resucitar", sino "vivir" (tuvieron vida).

El período de los mil años puede así considerarse como la posibilidad histórica de una sociedad
humana nueva, que ha tenido su origen en el mensaje de Jesús. En ella, no terrenalmente, sino
desde su condición de resucitado, reina éste como Mesías (reino mesiánico), es decir,
despliega la actividad de su Espíritu, pero asocia a ese reinado suyo a los mártires, que
participan de la condición de resucitados; éstos, además, son los intercesores privilegiados que
actúan en favor de esa sociedad (sacerdotes). La primera resurrección (6) no es, por tanto, la
mera rehabilitación de la memoria de los mártires, viendo en ellos un modelo de seguimiento
de Jesús, sino su presencia activa con él desde la esfera divina en la nueva sociedad humana.

El hecho de que sólo se mencionen los mártires (concretamente, los decapitados) como
asociados al reinado del Mesías aboga en favor de esta interpretación. De lo contrario, habría
que preguntarse cuál es la suerte de los cristianos que se han mantenido fieles, aunque sin
llegar al martirio, y a los que se había prometido el mismo privilegio.

El resto de los muertos no tiene aún la clase de vida propia de los mártires (5).

Los que han obtenido la primera resurrección son los que han superado la muerte física; ya no
hay amenaza de muerte para ellos; esto explica su papel en la sociedad nueva (6).

Esta sociedad se verá amenazada una vez más por las fuerzas destructoras, que harán su
campaña de engaño, proponiendo de nuevo los falsos valores que parecían desterrados. Gog y
Magog, en Ez 38-39, rey mítico y su reino, enemigos del pueblo de Dios; en este pasaje, dos
reyes, expresión mítica de los enemigos del plan de Dios (7-8).

Último intento de suprimir a la humanidad liberada, la ciudad predilecta de Dios, anulado por
Dios mismo (fuego del cielo, cf. Ez 38,22; Zac 12,9; 2 Re 1,10.12, etc.). Derrota definitiva del
poder (lago de fuego); la expresión por los siglos, más que una duración ilimitada significa el
carácter irrevocable e inmutable de la sentencia dada (9-10).

JUICIO UNIVERSAL Y DERROTA DE LA MUERTE. Ap


20,11-15.
11 Vi un trono magnífico y brillante y al que estaba sentado en él; huyeron de su presencia la
tierra y el cielo y desaparecieron definitivamente.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

12 Vi también a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante el trono de Dios. Se abrieron
unos libros y abrieron luego un libro aparte, el registro de los vivos. Juzgaron a los muertos
por sus obras, según lo escrito en en los libros.

13 El mar entregó sus muertos, la muerte y el abismo entregaron sus muertos, y cada uno de
ellos fue juzgado por sus obras.

14 A la muerte y al abismo los echaron al lago de fuego. El lago de fuego es la segunda 66


muerte.

15 Y a todo el que no estaba escrito en el registro de los vivos lo arrojaron al lago de fuego.

EXPLICACIÓN.

El fin de la historia es presentado por Juan como el acto creador de un nuevo universo muy
superior en calidad al antiguo. Es un momento al mismo tiempo último (fin de lo antiguo) y
primero (inauguración de un mundo nuevo). Pero el estado definitivo de la humanidad no
supone su entrada en el mundo divino, sino la presencia de Dios en el mundo humano.

Trono esplendente, sin localización precisa, de Dios, a quien tampoco aquí se nombra; no
aparecen ancianos, vivientes ni ángeles (cf. 4,2s). Termina de modo repentino (huyeron) el
mundo presente (la tierra y el cielo) (11).

Juicio de todos los hombres sin excepción (grandes y pequeños): el éxito o fracaso de la vida
depende de las opciones que cada uno ha hecho (por sus obras; cf. 1 Re 8,39; Job 34,11; Sal
62,13; Jr 17,10; 32,19; Ez 18,30; 24,14; 33,20; Mt 25,31-46). Los que no figuran en el registro
de los vivos (cf. 3,5), es decir, los que han optado por la injusticia adoptando los principios del
poder opresor (cf. 13,8), no tienen lugar en el mundo definitivo (12). Todo queda a la vista de
Dios (el mar entregó, etc.); responsabilidad personal (cada uno de ellos) (13).

Dos figuras que personifican la muerte física, la muerte (cf. 1 Cor 15-26) y el abismo, son
arrojadas al lago de fuego, que se hace así símbolo de la aniquilación (la segunda muerte, más
allá de la muerte física) (14-15).

NUEVO UNIVERSO Y NUEVA CIUDAD. Ap 21,1-8.


21 1 Vi entonces un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera
tierra habían desaparecido y el mar ya no existía.

2 Y Vi bajar del cielo, de junto a Dios, a la ciudad santa, la nueva Jerusalén, ataviada como
una novia que se adorna para su esposo.

3 Y oí una voz potente que decía desde el trono:

- Ésta es la morada de Dios con los hombres;

él habitará con ellos

y ellos serán su pueblo (Ez 37,27).


APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

Dios en persona estará con ellos

y será su Dios.

4 Él enjugará las lágrimas de sus ojos,

ya no habrá más muerte ni luto

ni llanto ni dolor, 67

pues lo de antes ha pasado.

5 Y el que estaba sentado en el trono dijo:

- Todo lo hago nuevo.

Y añadió:

- Escribe, que estas palabras son fidedignas y verídicas.

6 Y me dijo todavía:

- Ya son un hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al sediento, yo le daré a


beber de balde de la fuente de agua viva.

7 Quien salga vencedor heredará esto, porque yo seré su Dios y él será mi hijo.

8 En cambio, a los cobardes, infieles, nefandos, asesinos, lujuriosos, hechiceros e idólatras ya


todos los embusteros les tocará en suerte el lago de azufre ardiendo, que es la segunda
muerte.

EXPLICACIÓN.

Visión del cielo y tierra nuevos, cf. Is 65,17. Nueva creación, definitiva, que no se opone a la
antigua, pero que representa un salto cualitativo respecto a ella, en función de la nueva
realidad del hombre y de su relación con Dios. No desaparece el mundo en la infinitud de Dios,
se transforma en mundo de Dios, una vez eliminado todo lo que, debido a la alineación del
hombre, le impedía ser transfigurado por el amor de Dios. El mar, concebido como el residuo
del caos primitivo, no tiene lugar en el orden nuevo; cf. Is 51,9s (1).

Nueva visión (2). Idealmente, Jerusalén debía haber sido la ciudad cuyo centro era Dios,
presente en el templo, pero había sido infiel a esta vocación; no es ella la que es glorificada.
Nueva Jerusalén, cf. Is 60,1-9; 65, 18s; Ez 48,35; el prototipo de la nueva sociedad, don de Dios
a los hombres, en la nueva creación; ciudad santa, santificada por la presencia divina. Como
una novia: van a celebrarse las bodas del Cordero (19,7-9), símbolo de la relación de fidelidad y
amor entre Jesús y la humanidad nueva.

La voz de Dios o de Jesús (desde el trono) (3-4): la ciudad misma es la morada de Dios (cf. Éx
29,45; Is 12,6; Ez 37,27; Zac 8,8), no necesitará un templo (cf. 21,22; Éx 25,8); ha terminado el
misterio del santuario; la presencia de Dios no inspira temor; ellos serán su pueblo, formado
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

ahora por hombres de todas las naciones (cf. 5,9s) (3). Amor y ternura de Dios; consuelo
definitivo, cf. Is 25,8; 35,10; 65,16-19. Lo de antes, el doloroso proceso de la humanidad (4).

Por primera vez en el libro se explicita que es Dios quien habla (5); pronuncia la palabra final,
que cumple su designio. Juan debe comunicarlo a las comunidades (Escribe; cf. 1,11, orden de
un ángel; 1,19, de Jesús; 14,13, de una voz potente; 21,5, de Dios).

La ciudad definitiva no es una imaginación, ciertamente existirá (Ya son un hecho, cf. 16,17). 68
Dios, al principio y al fin de la historia (el Alfa y el Omega, cf. 1,8; 22,13, de Jesús). La plenitud
de vida (agua viva/vivificante, cf. Is 55,1-3; Jn 4,10.14; 7,17), don de Dios (de balde), saciará
toda aspiración humana (al sediento) (6). Quien salga vencedor (7), cf. 2,7.11.26; 3,5.12.21, a
semejanza de la victoria de Jesús /5,5), la del amor que se opone a la injusticia y llega hasta dar
la vida; como Jesús es el Hijo de Dios, todos los que venzan tras él (cf. 12,11; 15,2) serán
también hijos (cf. 2 Sm. 7,14) y, por tanto, herederos (heredará). Aviso a las comunidades: los
que viven en la falsedad se excluyen de la ciudad y de la vida (8).

LA NUEVA JERUSALÉN. Ap 21,9-23.


9 Se acercó uno de los siete ángeles que tenían los siete cuencos llenos de las siete plagas
últimas y me habló así: "Ven acá, voy a mostrarte a la novia, a la esposa del Cordero".

10 En visión profética me transportó a la cima de una montaña grande y alta y me mostró la


ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo de junto a Dios.

11 radiante con la gloria de Dios. Brillaba como una piedra preciosísima parecida a jaspe
claro como cristal.

12 Tenía una muralla grande y alta con doce puertas; en las puertas doce ángeles y en cada
una grabado el nombre de una de las tribus de Israel;

13 tres puertas daban a oriente, tres puertas al norte, tres puertas al sur, tres puertas a
occidente (Ez 48,31-35).

14 La muralla tenía doce basamentos con doce nombres grabados: los nombres de los doce
apóstoles del Cordero.

15 El que me hablaba tenía una vara de medir de oro, para medir la ciudad, las puertas y la
muralla.

16 La planta de la ciudad es cuadrada igual de ancha que de larga. Midió la ciudad con la vara
y resultaron cuatrocientas cincuenta y seis leguas; la longitud, la anchura y la altura son
iguales.

17 Midió la muralla: ciento cuarenta y cuatro codos, medida humana que usaba el ángel.

18 La mampostería del muro era de jaspe y la ciudad de oro puro, parecido a vidrio claro.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

19 Los basamentos de la muralla de la ciudad estaban incrustados de toda clase de piedras


preciosas: el primero de jaspe, el segundo de zafiro, el tercero de calcedonia, el cuarto de
esmeralda,

20 el quinto de ónix, el sexto de granate, el séptimo de crisólito, el octavo de aguamarina, el


noveno de topacio, el décimo de ágata, el undécimo de jacinto, el duodécimo de amatista.

21 Las doce puertas eran doce perlas, cada puerta hecha de una sola perla. Las calles de la 69
ciudad eran de oro puro, como vidrio transparente.

22 Templo no vi ninguno, su templo es el Señor Dios, soberano de todo, y el Cordero.

23 La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre, la gloria de Dios la ilumina y su lámpara
es el Cordero.

EXPLICACIÓN.

Como en el caso de Babilonia, la gran prostituta (17,1), es uno de los ángeles ejecutores de las
últimas plagas quien muestra la Esposa a Juan; este vínculo entre las dos escenas indica que la
existencia de la nueva realidad exigía la desaparición de la antigua abominación (los siete
cuencos) (9).

Visión de la nueva ciudad, en todo su esplendor (10-11). SU disposición no recuerda en nada la


de la antigua Jerusalén. Juan se inspira en Ez 48,30-34. Doce puertas con los nombres de las
tribus de Israel, cf. Ez 48,30s. Está abierta a los cuatro puntos cardinales, a todos los pueblos,
une toda la historia, el antiguo Israel en su dimensión escatológica (doce tribus) y el nuevo
Israel universal (doce apóstoles). Los doce ángeles en las puertas son el anuncio de la
presencia divina en el interior de la ciudad (12-14).

Enorme tamaño de la ciudad: cuatrocientas cincuenta y seis leguas de lado, algo más de dos
mil doscientos kilómetros; lit. "doce mil estadios", número simbólico basado en el "doce"
repetido antes, pero que, de hecho, representa mil veces más de lo que Ezequiel anunciaba
para la Jerusalén reconstruida (48,16: "cuatro mil quinientos codos" de lado, dos mil
doscientos cincuenta metros). Las dimensiones responden al incontable número de sus
ciudadanos. La altura, igual a la longitud y a la anchura, no puede constituir una ciudad cúbica,
sino más bien en forma de pirámide; la muralla tiene unos 70 metros de alto (ciento cuarenta y
cuatro codos, doce por doce); medida humana (dicho sólo de la muralla): que no sobrepasa
nuestra capacidad de representación (15-17).

Son notables las coincidencias entre la planta de esta ciudad y la de la antigua Babilonia;
también ésta tenía forma cuadrangular, el Éufrates la atravesaba y la calle principal bordeaba
el río (cf. 21,21; 22,1s). Su silueta estaba dominada por la torre o zigurat de 91 m. de alto, que
le daba cierta apariencia piramidal. Parece como si la nueva ciudad asumiese en sí,
rectificándolos y llevándolos a su máximo, todos los logros humanos.
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

La muralla es transparente (jaspe) y lo mismo la ciudad entera (oro parecido a vidrio) (18). Juan
se esfuerza por describir el esplendor de la ciudad con toda clase de imágenes de pedrería, cf.
Is 52,11s; las doce diferentes clases de piedras que incrustan los basamentos de la muralla
pueden estar inspiradas en las del pectoral del sumo sacerdote, donde cada piedra
representaba una tribu, cf. Éx 28,15-21 (19-20). También el oro de las calles es transparente
como vidrio (21). Nada impide la difusión de la luz que irradia de Dios. La insistencia en el oro
como material de construcción de la ciudad simboliza la excelencia y suprema calidad de esta
70
morada de Dios con los hombres.

Juan parece haber esperado encontrar un templo, como en la visión de Ezequiel 40ss. Pero en
esta ciudad son superfluos los símbolos, el contacto con Dios y Jesús es inmediato y continuo;
toda claridad procede directamente de Dios (no necesita sol y luna, cf. Is 24,23; 60,19s), que
habita con los hombres, y de Jesús, muerto por los hombres y resucitado (el Cordero); la gloria
de Dios la ilumina, cf. Is 60,1; Ez 43,4s (22-23). En la tradición joanea, la luz es el resplandor de
la vida (Jn 1,4), que, a su vez, se identifica con el amor: la ciudad está bañada por la vida de
Dios y llenada por su amor, ambos presentes en Jesús.

LA HUMANIDAD EN LA NUEVA JERUSALÉN. Ap


21,24-22,5.
21 24 Se pasearán las naciones bañadas en su luz, los reyes de la tierra llevarán a ella su
esplendor.

25 y sus puertas no se cerrarán de día, pues allí no habrá noche.

26 Llevarán a ella el esplendor y la riqueza de las naciones,

27 pero nunca entrará en ella nada impuro, ni idólatras ni impostores, sólo entrarán los
inscritos en el registro de los vivos que tiene el Cordero.

22 1 Me mostró entonces el ángel un río de agua viva, luciente como el cristal, que salía
del trono de Dios y del Cordero.

2 A mitad de la calle de la ciudad, a un lado y otro del río, crecía el árbol de la vida: da doce
cosechas, una cada mes del año, y las hojas del árbol sirven de medicina a las naciones. (Ez
47,12).

3 No habrá ya nada maldito. En la ciudad estará el trono de Dios y del Cordero, y sus siervos
le prestarán servicio,

4 lo verán cara a cara y llevarán su nombre en la frente.

5 Noche no habrá más, ni necesitarán luz de lámpara o del sol, porque el Señor Dios irradiará
luz sobre ellos y serán reyes por los siglos de los siglos.

EXPLICACIÓN
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

A la visión estática de la ciudad sucede la dinámica. Las naciones habitan la ciudad y gozan de
su luz (cf. Is 60,3a); los reyes de la tierra, aliados de la fiera, que habían perecido en la batalla
final (19,19-21), ceden ahora su esplendor a la ciudad; modo de significar la abdicación y el
cese de todo poder, contradictorio con esta sociedad; llevarán a ella su esplendor/gloria:
contra Is 49,23; Sal 72,10s, no hay humillación para estos reyes (24). Acogida permanente. cf.
Is 60,19s; las tinieblas, resto, como el mar, del caos primitivo (21,1), no existirán en la nueva
creación (25). La sociedad definitiva no se construirá solamente a partir de la tradición de
71
Israel, reunirá el fruto de toda la humanidad (cf. Is 60,5) (26). Por contraste, excluye toda
maldad; impuro, lo abominable para Dios, lo que se opone a su amor; idólatras (lit. "el que
hace abominación", gr. bdélygma, usado para los ídolos y ritos idolátricos), los que profesan y
divinizan los falsos valores; impostores, lit. "el que hace/comete falsedad". Sólo tienen lugar en
ella los que se han negado a prestar adhesión a la injusticia, a los que Jesús reconoce por suyos
(que tiene el Cordero) (27).

El ángel (22,1): se suple el sujeto para evitar la ambigüedad. Río de agua viva, cf. Zac 14,8; Ez
47,1-12, río que sale del templo y que hace el desierto fértil. En la nueva ciudad, el río es de
agua via/vivificante, símbolo del Espíritu (Jn 7,38), y sale de Dios mismo y de Jesús; el trono,
singular, condición divina de Jesús, el Hombre-Dios; luciente/brillante como cristal, se asocia al
agua el tema de la luz (1). A mitad de la calle (2): la vida definitiva se realiza en el contexto
social (calle/plaza) propio de la ciudad. El árbol de la vida (cf. Ez 47,12; Gn 2,9; 3,22) se
multiplica a los lados del río: abundancia de vida, fruto del Espíritu, incesante (doce cosechas);
las hojas, medicinas, cf. Ez 47,12; para las naciones, que, integradas en la nueva Jerusalén, se
mantienen en plena salud.

Nada maldito, o bien, "maldición alguna". En la ciudad, el trono: el cielo (cf. 4,2) ha bajado a la
tierra. Servicio de todos a Dios y al Cordero, considerados como uno (3). Intimidad (cara a cara,
cf. Sal 17,15; 42,3); su nombre (de Dios y del Cordero) en la frente, identificación con Dios y de
todos entre sí (4). Ausencia de noche, cf. 21,25; reyes (cf. Dn 7,18.27), corrige "siervos" (v.3),
expresando la suprema dignidad y libertad de que gozan; por los siglos, inmutabilidad de esta
condición (3). Las visiones terminan con la mención de la luz de Dios y de la dignidad del
hombre.

EPÍLOGO. El ángel, Juan y Jesús autentican el libro.


Ap 22,6-21.
6 Me dijo: "Estas palabras son dignas de fe y verdaderas". El Señor Dios que inspira a los
profetas envió su ángel para que mostrase a sus siervos lo que tiene que suceder en breve.

7 "Voy a llegar en seguida, dichoso el que hace caso de la profecía contenida en este libro".

8 Soy yo, Juan, quien vio y oyó todo esto. Al oírlo y verlo caí a los pies del ángel que me lo
mostraba, para rendirle homenaje,

9 pero él me dijo: "No, cuidado, yo soy tu compañero de servicio, tuyo y de tus hermanos los
profetas y de los que hacen caso de las palabras de este libro; rinde homenaje a Dios".
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

10 Él me dijo: "No selles el mensaje profético contenido en este libro, que el momento está
cerca.

11 El que daña, siga dañando; el manchado, siga manchándose; el honrado, siga portándose
honradamente; el consagrado, siga consagrándose".

12 "Voy a llegar en seguida, llevando mi recompensa para retribuir a cada uno conforme a la
calidad de su trabajo. 72

13 Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin".

14 "Dichosos los que lavan su ropa para tener derecho al árbol de la vida y entrar por las
puertas de la ciudad.

15 Fuera los perros, los hechiceros, los lujuriosos, los asesinos, los idólatras y todo amigo de
cometer fraudes".

16 "Yo, Jesús, envié mi ángel para que os declarase esto acerca de las iglesias. Yo soy el
retoño y el linaje de David, el lucero brillante de la mañana".

17 Dicen el Espíritu y la esposa: "¡Ven!"

Diga el que escucha:¡Ven!"

Quien tenga sed, que se acerque; el que quiera, coja de balde agua viva.

18 A todo el que escucha la profecía contenida en este libro, le declaro yo: Si alguno añade
algo, Dios le mandará las plagas descritas en este libro.

19 Y si alguno suprime algo de las palabras proféticas escritas en este libro, Dios lo privará de
su parte en el árbol de la vida y en la ciudad santa descritos en este libro.

20 El que se hace testigo de estas cosas dice: "Sí, voy a llegar en seguida".

Amén. Ven, Señor Jesús.

21 El favor del Señor Jesús esté con todos.

EXPLICACIÓN.

El epílogo presenta cierta forma de diálogo, pero a menudo es muy difícil determinar quién es
el sujeto que habla.

EL ángel certifica la verdad de lo contenido en el libro (cf. 21,5); que inspira a los profetas: en
gr. pneuma puede significar "espíritu" o "inspiración", cf. 1 Jn 4,1-3; se trata de los profetas
cristianos, bien conocidos en las comunidades; la profecía de Juan es un desarrollo de esa línea
profética; lo que tiene que suceder en breve, Juan espera que el proceso de caída de los
poderes descrito en el libro empiece a notarse en la historia (6).

Tres veces anuncia Jesús en este capítulo la proximidad de su llegada (cf. 22,12.20) (7). En el
libro, sin embargo, no se describe una parusía final; el juicio no lo realiza el Mesías, sino Dios
APOCALIPSIS. AUTOR: JUAN MATEOS. TEXTO UTILIZADO LA NUEVA BIBLIA ESPAÑOLA.

(20,11-15); el mundo nuevo comienza con una nueva creación (21,1.5) y la bajada desde el
cielo de la nueva Jerusalén (21,2.10). El anuncio de 1,7 ha de referirse, por tanto, a un
acontecimiento histórico que manifieste la condición divina (entre las nubes) del crucificado (al
que traspasaron, Jn 19,34.37; Zac 12,10) y haga rectificar a los hombres (plañirán por él). Por
otra parte, en 2,16 la llegada inminente concierne solamente a la comunidad de Pérgamo, para
eliminar un mal; en 3,11 a la de Filadelfia, para mantenerla en su fidelidad; en ninguno de los
dos casos implica la llegada el fin de la historia.
73

Dichoso el que hace caso, el mensaje contenido en el libro, la certeza del futuro le dará fuerzas
para superar las dificultades del presente.

Juan se declara testigo de las visiones y de las palabras sobre la Jerusalén celeste; sabe que no
son invención suya (cf. 1,9) (8). De nuevo el ángel rechaza el homenaje de Juan; no es más que
un compañero de servicio; los profetas, los que dan testimonio de Jesús; los que hacen caso,
etc.: aceptan el contenido del libro los que han comprendido y asimilado el mensaje (cf. 19,,10
(9).

No selles (10), porque el libro se refiere a sucesos contemporáneos, al contrario, en Dn 8,26.


Dada la cercanía de los acontecimientos, hay que conocer sin tardanza el contenido del libro;
el momento está cerca, cf. 1,3. Se van afirmando las buenas o malas opciones; no hay lugar
para términos medios (Dn 12,10) (11).

Jesús anuncia por segunda vez su inminente llegada (12); la retribución no mira las
disposiciones interiores, sino su traducción en la práctica, cf. 20,12s. Jesús, igual a Dios: el Alfa
y la Omega, cf. 1,8; 21,6; el primero y el último, 1,17; 2,8; Is 44,6; 48,12; el principio y el fin;
21,6 (13).

Bienaventuranza: plenitud de vida definitiva; lavan su ropa en la sangre del Cordero, cf. 7,14; el
árbol de la vida, 2,7; 22,2.19. Exclusión de los egoístas, injustos y falsos, cf. 21,8.27; perros,
modo judío de llamar a los paganos; en el lenguaje de Juan, los que persisten en los falsos
valores del paganismo (15).

Jesús confirma y hace suyo el mensaje del ángel (cf. 1,1); os declararse, a los miembros de las
siete iglesias (1,4). El retoño; etc.: en él se cumple la aspiración y el ideal expresado en el AT,
cf. 5,5; el lucero, cf. 2,28 (16). La insistencia sobre la autenticidad del libro hace sospechar que
éste fue objeto de controversia ya desde el principio.

Anhelo de la comunidad animada por el Espíritu (cf. las conclusiones a las siete cartas, caps. 2-
3); la esposa, 19,7; 21,2.9 (17). Invitación a los presentes (Diga el que escucha). Llamada
universal a participar del agua viva, es decir, a encontrarse personalmente con Jesús: cf. 21,6.

El libro, intangible. La grave amenaza indica la importancia de lo escrito y el peligro de que sea
alterado (18-19).

Jesús anuncia por tercera vez en este capítulo y de modo enfático (Sí) su inminente llegada.
Deseo de la comunidad; Ven, Señor Jesús, el arameo Marana tha, " "Señor nuestro, ven", cf. 1
Cor 16,22 (20). Saludo final (cf. 1,4) (21).

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