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Internado ii
DOCENTE:
ESTUDIANTE:
LIMA - 2018
La salud según la OMS es el estado de completo bienestar físico mental y social y
no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia, también se puede definir
como el estado de adaptación del individuo al medio en donde se encuentra.
Para que un individuo goce de salud no tiene que estar alterada ninguna de las
esferas en las que esta envuelto. Para que esto suceda el personal de enfermería
debe de proporcionar cuidados tanto de prevención como de rehabilitación para
que el individuo goce de buena salud esto a través del proceso de atención de
enfermería.
b. Datos de Hospitalización:
Servicio: Cirugía General
Área: Emergencia Adulto
Fecha De Ingreso: 26/ 06/ 2015
Diagnostico Medico: APENDICITIS AGUDA FASE 1
Situación problemática:
Paciente Femenina de 57 años ingresa a esta casa de salud por presenta dolor
en la fosa iliaca derecha donde presenta náuseas y vómitos, fiebre, donde se
canaliza vía periférica y en el m.s.i permeable pasando cl.na 9% donde se
administra metamizol 1gr para disminuir la fiebre y se decide a hospitalizarse.
C. Documentos De Medición:
Exámenes Auxiliares (Laboratorio, Ecografías, Radiografías, Etc).
MUESTRAS DE ORINA
EXAMEN DE ORINA
Hematocrito : 16.049%
Grupo sanguíneo :O
Factor RH : positivo
MUESTRA SANGRE
EXAMEN : HEMOGRAMA
LHU: 144mm
Contorno: regular
Imágenes expansivas. No
OBSERVACIONES:
CONCLUSION
Estilo de alimentación: D- A- C
Nauseas( ) Vomitos ( )
Drenaje SI( ) NO (x )
Clase 5: hidratación
Ejercicios vesicales: Si ( ) No ( x )
Si (x) No ( )
¿Qué horario acostumbra dormir? De 10:00 pm u 10:30pm hasta las 5:00 am.
¿Despierta temprano? Si ( x ) No ( )
¿Cuándo fue la última vez que se revisó su visión? : No lo recuerda, fue hace
años.
Usa lentes : no
Participa en su autocuidado:
DOMINIO 8: SEXUALIDAD
No
¿Qué hace usted cuando cree que no puede soportar esos asuntos que lo
preocupan? Trata de mantenerme calmada mi único apoyo es mi familia.
Peligros ambientales
- Integridad cutáneo: si
- Zonas de presión: no
- Procedimientos invasivos: si
- Sujeciones: si (muñequeras y tobilleras)
- Niveles de conciencia: Escala de Glasgow(15)
Desarrollo
DOLOR
12 : Confort Paciente
El dolor es una experiencia sensorial y disminuirá el
Clase 1: emocional generalmente desagradable, dolor
que pueden experimentar todos progresivo
confort físico aquellos seres vivos que disponen de con ayuda del
personal de
un sistema nervioso. Es una experiencia
código 00132 salud durante
asociada a una lesión tisular o expresada
su estancia
como si ésta existiera. hospitalaria
LA TERMORREGULACIÓN
Paciente
DOMINIO 11 : es la capacidad que tiene un
mejorara su
Seguridad / organismo biológico para modificar ingesta de
protección su temperatura dentro de ciertos alimentos
límites, incluso cuando la durante su
Clase 6 : temperatura circundante es bastante estancia
termorregulación - diferente del rango de temperaturas- hospitalaria
código 00007 objetivo. El término se utiliza para
describir los procesos que mantienen
el equilibrio entre ganancia y pérdida
de calor.
INTEGRIDAD DE LA PIEL
lograr
DOMINIO 11 : La piel tiene como misión cubrir y
mantener su
Seguridad / proteger la superficie corporal. integridad
protección cutánea con
Existen una serie de circunstancias
que pueden dar lugar a la aparición los cuidados
Clase 2 : lesion del personal
de lesiones cutáneas importantes.
fisica - código de salud
00047 En la mayoría de los casos,los durante su
estancia
factores de riesgo extremos pueden
hospitalaria
ser controlados por los cuidadores
del paciente(familia o personal
sanitario),desarrollando un plan
individualizado de prevención.El
personal auxiliar de enfermería es un
eslabón fundamental en la
prevención de las lesiones
cutáneas,ya que es el encargado del
aseo diario del
paciente,movilización,ropa de
cama,etc.
a. Formulación Del Diagnósticos De Enfermería
Clase 1: Brindar una dieta rica en Ya que el alimento favorece a una mejor
ingestión- proteína y vitamina y cicatrización de la herida y la fibra evita el
código 00002 fibra. estreñimiento.
1. Asesoramiento X
nutricional.
Desequilibrio Objetivo
nutricional: ingesta general: 2. Ayudar para
inferior a las ganar peso.
necesidades R/C Ayudar a que
desnutrición proteica gane peso. 3. Terapia X
energética nutricional.
manifestado por
4. Enseñanza
pálido y anémico
dieta prescrita.
X
III. EVALUACION
a. Evaluación global del proceso de enfermería
b. IV. FASE DE EVALUACION.
c. 1.-VALORACION: Para la recolección de datos utilicé como técnica la entrevista y observación y el enfoque de dominios para la organización de
datos, el cual nos pareció práctico y de fácil uso. Para la confrontación con la literatura utilicé fuentes bibliográficas y de páginas web y además la
consulta con expertos los cuales nos permitieron incrementar nuestros conocimientos.
d. 2.-DIAGNOSTICO DE ENFERMERIA.- Para la elaboración de Dx de enfermería utilizamos muestro juicio clínico y mediante análisis podemos
identificar los problemas y factores etiológicos.
e. 3.-PLANIFICACION.- En esta etapa priorizamos los Dx de enfermería según la teoría me Maslow , riesgo de vida , enunciamos los objetivos
teniendo en cuenta las directrices elaboramos intervenciones de enfermería coherentes con la situación del paciente.
f. 4.-EJECUCION.- Desarrollamos el SOAPIE el que favoreció sintetizar cada una de las etapas del PAE finalizando con la valoración del logro del
objetivo.
g. Toda la mitología tuvo como marco de referencia la teoría: De TEORÍA DE ENFERMERÍADOROTHEA OREM
h. 5.- Evaluación.-El SOAPIE
APENDICITIS AGUDA
DEFINICION
Es la inflamación aguda del apéndice cecal, cuya etiología específica no se puede establecer en la mayoría de los casos.
INCIDENCIA
Un poco más del 60% de los casos son de sexo masculino. El promedio de edad es de 19 años y casi la mitad de los
pacientes con apendicitis aguda tienen entre 10 y 20 años. La enfermedad es rara por debajo de los 3 años.
Se estima que de los pacientes con abdomen agudo, más del 50% corresponden a apendicitis aguda.
ETIOPATOGENIA
Morfológicamente el apéndice cecal es la continuación del ciego, bajo la forma de un verme con lumen. Las paredes
contienen fibras musculares circulares y longitudinales, como en el ciego, mientras que la mucosa posee folículos linfoides
en su espesor. La obstrucción produce edema y con ella más obstrucción, para cerrar un círculo vicioso. Menos
frecuentemente, el origen de la obstrucción es un fecalito, parásito o cuerpo extraño.
La posición del apéndice es retrocecal y retroileal en el 65% de los casos, descendente y pélvica en el 30% y retroperitoneal
en el 5%. La irrigación proviene de la arteria apendicular, rama de la ileocólica.
La obstrucción del lumen apendicular da origen a un proceso que se puede dividir en tres etapas (Figura 1).
Inicialmente la obstrucción comprime los conductos linfáticos, lo cual genera isquemia, edema y acumulación de moco.
Este es transformado en pus por las bacterias y aparecen úlceras en la mucosa. Esta es la apendicitis focal, que se
caracteriza clínicamente por síntomas que el paciente usualmente interpreta como una "indigestión", y más tarde, por
epigastralgia. El dolor en el epigastrio como manifestación temprana es una fase típica en la evolución de la apendicitis
aguda.
A continuación las bacterias colonizan y destruyen la pared apendicular. El proceso inflamatorio alcanza la serosa y el
peritoneo parietal. En esta etapa hay una apendicitis aguda supurada, que se caracteriza por dolor localizado en la fosa
ilíaca derecha.
Más tarde, la trombosis de los vasos sanguíneos apendiculares produce necrosis de la pared y gangrena. Cuando esto
ocurre, se llama apendicitis aguda gangrenosa. La pared gangrenada permite la migración de las bacterias, razón por lo
cual resulta en contaminación peritoneal a pesar de no existir una perforación visible. El paciente presente signos de
irritación peritoneal localizada e incluso generalizada.
Finalmente, el apéndice cecal se perfora donde la pared se encuentra más débil. A través de la perforación escapa el
contenido purulento, que da origen a una peritonitis. Si las asas cercanas y el epiplón mantienen aislado el foco, persiste
como peritonitis localizada y se forma un plastrón o un absceso apendicular.
Cuando el apéndice es retroperitoneal, el proceso tiende a mantenerse más localizado. En cambio, si el apéndice es
intraperitoneal, y además la perforación no es sellada por asas o epiplón, se produce una peritonitis generalizada. En este
caso los síntomas y signos corresponden a los de una irritación difusa de todo el peritoneo.
CLINICA
La secuencia clínica clásica es primero dolor, luego vómito y por último fiebre.
El dolor se inicia en el epigastrio o la región periumbilical y después se localiza en la fosa ilíaca derecha (Figura 2).
Figura 2. La apendicitis se inicia con dolor periumbilical que luego se localiza en FID.
Casi siempre hay anorexia, a tal punto que si el paciente tiene apetito, el diagnóstico de apendicitis debe ser puesto en
duda. El vómito se encuentra presente en más del 75% de los casos. La fiebre es de 38° a 38.5°C. Sin embargo, en los
pacientes de edad extremas -neonatos y ancianos- la fiebre puede estar ausente o incluso puede haber hipotermia, hecho
que es aplicable a cualquier enfermedad para pacientes de estas edades. La diarrea está presente en alrededor de 1/5 de
los pacientes y se relaciona con la apendicitis de tipo pélvico.
Cuando se sospecha apendicitis, antes de iniciar la palpación del abdomen se pide al paciente que tosa e indique con un
dedo el punto más doloroso. Si el punto más doloroso está en la fosa ilíaca derecha, entonces se debe buscar el signo
de Rovsing que consiste en la aparición de dolor en FID al comprimir la fosa ilíaca izquierda. Este signo indica por sí solo
la presencia de un proceso inflamatorio en la fosa ilíaca derecha, aunque no es específico de apendicitis (Figura 3).
La palpación del abdomen siempre se practica comenzando sobre los cuadrantes menos dolorosos y avanzando a los más
dolorosos y de la superficie a la profundidad. En los cuadros iniciales se encuentra dolor a la palpación profunda en fosa
ilíaca derecha. Más tarde puede aparecer contractura de la pared abdominal, es decir, defensa involuntaria, la cual es más
intensa cuanto más cerca se encuentre al proceso inflamatorio de la pared abdominal anterior.
Figura 3. El signo de Rovsing consiste en la aparición de dolor en la FID cuando se comprime la FII.
En presencia de peritonitis localizada o generalizada, es posible encontrar dolor de rebote, es decir, a la descompresión
brusca. Este es el signo de Blumberg, que es de significación definitiva cuando se encuentra presente. Sin embargo, debe
ser muy bien evaluado dada la facilidad con que se interpreta en forma equivocada.
La palpación puede descubrir también una masa, la cual es signo de un plastrón o de un absceso, es decir, de un proceso
localizado. Finalmente, cuando el apéndice se perfora, el paciente empeora de inmediato. Se torna más febril, aumentan
el pulso y la temperatura y el estado general desmejora. Si el proceso no se localiza por epiplón o asas, aparece distensión
abdominal por compromiso difuso del peritoneo: es la peritonitis generalizada franca. En el 80% de los casos el apéndice
se perfora antes de las 36 horas de iniciados los síntomas. Cuando ya existe peritonitis, el paciente se mantiene lo más
quieto posible para no despertar dolor. La tos y los movimientos agravan la sensación dolorosa, por lo cual el paciente se
moviliza con una precaución característica. Al toser se sostiene la fosa ilíaca mientras se queja de dolor.
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
El diagnóstico diferencial en la apendicitis aguda reviste gran importancia para cualquier médico, por tratarse de una entidad
frecuente y porque el error diagnóstico implica complicaciones con morbilidad y mortalidad altas.
CUADRO ATIPICO
a. Edades extremas. En el niño lactante, la apendicitis es rara y suele manifestarse con diarrea. Además, por su edad,
el paciente expresa mal los síntomas. Por estas razones, un todo paciente lactante con diarrea que se inició con
dolor abdominal o en quien aparece distensión abdominal, debe descartarse una apendicitis. Es importante recordar
que en el neonato y en el preescolar, el epiplón es corto, por lo cual no alcanza a obliterar y delimitar la zona de
inflamación. Por este motivo, los pacientes de tales edades sufren peritonitis generalizada más precozmente.
En el anciano, el apéndice también se perfora más precozmente debido a que la irrigación sanguínea del apéndice
es deficiente. Además, este tipo de paciente cursa con poca o ninguna fiebre y con escasa o nula defensa abdominal.
El hecho de que la enfermedad evolucione más rápido y con menos síntomas, hace que el pronóstico sea reservado
en el individuo anciano.
b. Pacientes con tratamiento previo. En el interrogatorio se debe anotar si recibió analgésicos, porque éstos
enmascaran el dolor. Si los recibió, es conveniente esperar hasta que pase el efecto para valorar de nuevo al
paciente.
También se debe averiguar por administración previa de antibióticos, pues el paciente con apendicitis aguda que los
recibió puede presentar pocos o ningún síntoma. Por esta razón, si se plantea la duda de que exista apendicitis, el
paciente no debe recibir tratamiento antibiótico hasta descartar la duda. Es preferible esperar 12 o más horas a que
se aclare el cuadro.
c. Apéndice de localización atípica. El apéndice en posición retrocecal puede dar síntomas urinarios por la
proximidad con el uréter. Sin embargo, la patología urológica no da signos de irritación peritoneal; y aunque el
apéndice sea retrocecal, siempre hay signos de proceso inflamatorio.
El apéndice retrocecal, tiende a localizarse y a formar un absceso en ese sitio. Este absceso, si se forma, da origen a los
signos del psoas y/o del obturador. En la historia se va a encontrar antecedentes como para pensar en apendicitis; y en el
examen físico signos de absceso del psoas, además de los propios de una apendicitis aguda.
El apéndice en posición pélvica se manifiesta por dolor en el área pélvica, más que en la fosa ilíaca derecha. Sin embargo,
los signos y su secuencia se mantienen inalterables.
Con todo, la apendicitis más difícil de diagnosticar es aquella de localización retroileal. Las asas de íleon pueden atrapar el
apéndice inflamado e impedir el contacto del proceso inflamatorio con el peritoneo parietal, lo cual retrasa la aparición de
la contractura de la pared y del signo de Blumberg. El diagnóstico se basa más en la anamnesis, debido a la ausencia de
signos físicos.
En todo paciente de sexo femenino se plantea el diagnóstico diferencial con la patología de tipo ginecológico. El médico
debe descartar este grupo de entidades con un examen vaginal si no es virgen, o rectal si la paciente es virgen. El
diagnóstico diferencial debe hacerse con:
a. Anexitis. Que se caracteriza por flujo purulento, menstruación reciente y dolor a la palpación de los anexos o
movilización del útero. Además, no existe la historia clínica de apendicitis aguda.
b. Embarazo ectópico. Se caracteriza por amenorrea y masa palpable en el anexo; y si está roto, por palidez, lipotimia
y culdocentesis positiva para sangre.
c. Quiste torcido de ovario. El dolor es parecido al cuadro clínico de apendicitis aguda. Sin embargo, no se acompaña
inicialmente de fiebre y el examen ginecológico puede mostrar una masa dependiente de los anexos.
d. Ruptura de ovario. Puede tener varios orígenes. El más frecuente es la ruptura del folículo de De Graff, que se
produce después del día 14 del ciclo. El diagnóstico se establece con la culdocentesis.
e. Embarazo. El crecimiento del útero rechaza el apéndice lateral y cefálicamente a partir del tercer mes de embarazo.
Al quinto mes, el apéndice se encuentra en el blanco a la altura de la cicatriz umbilical, sobre la prolongación de la
línea medio axilar. Además por el tipo de localización si se perfora va a producir peritonitis generalizada porque el
epiplón no alcanza a ocluir la perforación.
Como la pared abdominal se encuentra tensa por la presencia del útero aumentado de tamaño, los signos físicos
son bizarros. Dada la altura del apéndice, el diagnóstico diferencial se plantea con pielonefritis.
En las pacientes embarazadas, la apendicitis tiene una mortalidad 5 veces mayor y una alta incidencia de aborto y
parto prematuro.
EXAMENES DE LABORATORIO
Los exámenes de rutina de mayor valor en la apendicitis aguda son el hemograma y el uroanálisis (sedimento urinario).
El leucograma muestra leucocitosis y/o neutrofilia en más del 70% de los casos de apendicitis aguda. Este dato sirve para
asegurar más el diagnóstico, pero la ausencia de este hallazgo no lo excluye.
El sedimento urinario tiene utilidad si el médico piensa en una infección urinaria como alternativa diagnóstica. La presencia
de algunos leucocitos puede observarse si el proceso inflamatorio del apéndice se encuentra en vecindad del uréter o la
vejiga. También tiene utilidad en los casos de litiasis uretral, en los cuales se puede encontrar hematuria microscópica.
IMAGENES DIAGNOSTICAS
La radiografía simple de abdomen es de utilidad limitada en el diagnóstico específico de la apendicitis aguda, pero tiene
valor para estudiar el patrón gaseoso del intestino, determinar si hay una impactación fecal, y en algunos casos, visualizar
un cálculo urinario radio-opaco.
La ecografía tiene valor cuando la sintomatología es equívoca, especialmente en niños, y ayuda en el diagnóstico diferencial
de las enfermedades pélvicas en la mujer. Es un procedimiento no invasor, cuyos resultados dependen, en gran parte, de
la habilidad y experiencia de quien realiza el examen. La TAC por su parte, demuestra muy bien la presencia e abscesos,
flegmones ("plastrón") y masas inflamatorias periapendiculares.
El clínico debe recordar sin embargo, que todos estos estudios tienen una sensitividad y especificidad que no alcanza al
100%, es decir existen falsos positivos y falsos negativos.
TRATAMIENTO
a) Manejo preoperatorio. A todos los pacientes se les debe administrar líquidos endovenosos en cantidad suficiente para
reemplazar los que el paciente dejó de ingerir o perdió antes de consultar, ya sea por vómito, diarrea, fiebre o "tercer
espacio".
Además, se deben administrar antibióticos para cubrir gérmenes gram negativos y anaerobios, por lo menos media hora
antes de la cirugía. Es preferible administrar antibióticos a todos los pacientes, y si es el caso de una apendicitis no
perforada, suspenderlos después de la cirugía. Las combinaciones usuales son a base de metronidazol, clindamicina o
cloranfenicol para dar cobertura a los negativos. En reemplazo de estas combinaciones se puede utilizar sulbactam-
ampicilina o cefoxitina sódica, los cuales también dan cobertura a estos microorganismos, con la ventaja de no ser
negrotóxicos. En el momento actual se prefiere la combinación metronidazol y gentamicina en virtud a su menor costo.
En todo paciente en quien se haya decidido la conducta quirúrgica, se debe administrar un analgésico no opiáceo. Una vez
decidida la cirugía, no se hace indispensable conservar el dolor.
Si el paciente exhibe signos de peritonitis generalizada, o por lo menos si hay distensión abdominal, se debe agregar:
Un catéter central para medir la presión venosa
Una sonda vesical, para monitoría de la diuresis antes, durante y después de la cirugía.
Una sonda nasogástrica para descomprimir el abdomen antes de la cirugía y evitar una distensión excesiva después
de ella.
b) Manejo operatorio. La Incisión debe ser horizontal si el proceso se encuentra localizado, y vertical si se sospecha
peritonitis generalizada o el diagnóstico no es seguro (Figura 4).
Figura 4. La incisión debe ser transversa si el proceso está localizado y vertical si se sospecha peritonitis o el
diagnóstico no es seguro.
La incisión horizontal incluye la sección de la piel en sentido transverso sobre el cuadrante inferior derecho, a nivel de la
espina ilíaca, sobre la mitad externa del músculo recto anterior del abdomen otro tanto igual por fuera del mismo. La fascia
se incide en el mismo sentido transverso y el músculo se rechaza internamente. El peritoneo se puede abrir
longitudinalmente para evitar una lesión de los vasos epigástricos. Cuando se necesita una mejor exposición, se secciona
el borde fascial interno del oblicuo interno y del transverso, y se divulsionan ambos músculos, tanto cuanto sea necesario.
En lo posible, y especialmente en las mujeres, se debe intentar una incisión pequeña y de buen aspecto estético, sin que
ello signifique sacrificar la amplitud de la exposición.
La incisión longitudinal atraviesa todos los planos hasta la cavidad peritoneal. A diferencia de las incisiones pararrectales,
es decir por fuero del músculo recto anterior, este acceso no cruza los nervios que van al músculo y evitan así su
denervación y posterior atrofia. Como se anotó, esta incisión está indicada en procesos difusos que incluyen peritonitis
generalizada y que exigen lavar la cavidad. También está indicada cuando el diagnóstico no es claro y puede ser necesario
extender la incisión para practicar el debido procedimiento.
Siempre que se posible se debe hacer la apendicectomía. Sin embargo, en caso de absceso y destrucción total del apéndice
cecal, se debe practicar drenaje del absceso solamente, dejando un tubo de drenaje por contrabertura debido a la
posibilidad de un fístula cecal.
Si se encuentra una apendicitis perforada con peritonitis generalizada, una vez realizada la apendicectomía se procede a
lavar la cavidad peritoneal con solución salina normal hasta que el líquido de retorno sea de aspecto claro. No se deja
drenaje, aunque hubiera un absceso en la cavidad. Se debe tener especial precaución en que el muñón apendicular quede
bien asegurado. La única indicación para drenaje es la inseguridad en el cierre del muñón apendicular.
En cuanto a la herida quirúrgica, ésta se cierra si el apéndice no estaba perforado, pues se trata de una herida limpia
contaminada. En caso de perforación, peritonitis o absceso, se cierran el peritoneo y la fascia y se dejan el tejido celular y
la piel abiertos. Sobre la herida se aplica una gasa humedecida o con solución salina que no se debe retirar hasta el cuarto
día postoperatorio. Al cuarto día postoperatorio se descubre la herida y si está limpia, se puede cerrar con mariposas de
esparadrapo o con sutura simple. En caso que se encuentre infectada, se prosigue con curaciones y se espera al cierre
por segunda intención.
c) Manejo postoperatorio. La sonda nasogástrica se mantiene in situ hasta la aparición del peristaltismo y la sonda vesical
hasta la estabilización de la diuresis.
Cuando el apéndice no estaba perforado se suspenden los antibióticos y se espera el peristaltismo para inicial vía oral. En
éstos casos el peristaltismo aparece normalmente a las 6 o 12 horas de postoperatorio.
Si el apéndice no aparece perforado, se suspenden los antibióticos y se espera a que aparezca peristaltismo para iniciar
vía oral. Usualmente el peristaltismo aparece a las 6 o 12 horas postoperatorias.
a. Permanecer en posición semisentado, para permitir que escurra el contenido líquido del peritoneo hacia el fondo del
saco de Douglas. De esta manera, si se forma una absceso éste será pélvico y no subfrénico; la diferencia está en
que un absceso pélvico es de más fácil diagnóstico y manejo que un absceso subfrénico.
b. Mantener un control horario de presión venosa central y de diuresis.
c. Los signos vitales se controlan en forma continua hasta que se estabilizan. Después se controlan cada 4 horas, junto
con la temperatura. Estos controles permiten hacer ajustes en el manejo de líquidos y detectar en forma oportuna
cualquier complicación.
d. Continuar el manejo de líquidos de acuerdo con la peritonitis.
e. Analgésicos según las necesidades.
f. La herida se maneja como ya fue descrito.
APENDICITIS LAPAROSCOPICA
El método ha probado ser eficaz , con las ventajas de los procedimientos mínimamente invasores y además, la laparoscopia
permite establecer el diagnóstico en casos equívocos, especialmente en pacientes del sexo femenino. Debido a que la
apendicectomía usualmente es un procedimiento sencillo que se puede practicar fácilmente a través de una incisión
pequeña, el método laparoscópico, evidentemente más complejo y de mayor costo, no ha suplantado a la operación
convencional en la mayoría de los centros.
PRONOSTICO
Con este manejo la mortalidad promedio es 0.46% en el Hospital Universitario del Valle. Esta cifra es mayor en pacientes
ancianos, en apendicitis de más de 48 horas de evolución, en pacientes embarazadas y en lactantes.
COLECISTITIS
Es la afección más espectacular y característica de la patología de las vías biliares; es un proceso inflamatorio que se
desarrolla en la pared de la vesícula biliar, siendo la complicación más frecuente de la colecistitis crónica. Constituye uno
de los cuadros de urgencia de origen abdominal más frecuentes superado sólo por la apendicitis aguda.
La causa principal de la colecistitis aguda es la colelitiásis cuyos cálculos obstruyen el cístico generando el 95% de los
casos. En el 5% la colecistitis aguda obedece otras causas como el edema de la mucosa del conducto cístico, y este
porcentaje comprende a la colecistitis aguda alitiásica para la cual concurren otros factores como sepsis,
traumatismos, consumo de alcohol, afecciones del colágeno, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida y diabetes.
No debe dejarse de mencionar como propiciadores de la colecistitis aguda, menos frecuentemente, la volvulación de la
vesícula biliar, la angulación del sifón vesicular, tumores benignos, quistes, el cáncer vesicular, y aun las anomalías
vasculares excepcionalmente. La colecistitis aguda ocurren con más frecuencia en mujeres que en hombres y se vuelven
más comunes con la edad en ambos sexos.
1.Colecistopatía mecánica
2.Colecistopatía séptica
3.Colecistopatía química
•Causas orgánicas:
Litiasis vesicular
Adenopatía metastásica
Vólvulo de la vesícula.
Parasitarias
•Causas espasmódicas:
Colecistopatía séptica:
Por contigüidad
Colecistopatía química:
Es aquella en que se produce penetración del jugo pancreático en su interior por una perturbación circulatoria
biliopancreatica.
Etiología:
en el cístico.
CLASIFICACION ANATOMOCLINICA
Vesícula biliar edematos :- Donde la pared presenta un grado variable de edema y congestión vascular
Vesícula biliar supurada:- Existe infiltración celular inflamatoria importante con obstrucción de la mucosa que esta en
relación con los trastornos vasculares.
Vesícula biliar gangrenosa:- Donde existe infarto hemorrágico agudo con necrosis y la perforación es la etapa sucesiva.
Vesícula biliar Perforada :-La vesícula se presenta tumefacta, edematosa, con serosa hiperémica, con áreas de necrosis y
pseudo membrana.
En estadios mas avanzados se produce la inflamación e infiltración de los órganos vecinos dando lugar al Plastrón Vesicular
donde participan el colon transverso, colon derecho y su meso, epiplón mayor, estómago y duodeno y peritoneo parietal
anterior.
Fisiopatogenia
A consecuencia de la obstrucción cística, la vesícula, sea litiásica o alitiásica se afecta por etapas biofísicas, bioquímicas,
hipertensas y bacteriológicas, que sigue una de dos formas clínicas: una es la regresión fisiopatológicas en un período de
72 horas de promedio que ocurre en el 90 a 95% de los casos, y la otra conducta evolutiva es la persistencia y agravamiento
de la afección con complicaciones.
La bilis atrapada se concentra y causa la inflamación química de la mucosa vesicular por liberación de fosfoquinasa que
desdobla los fosfolípidos y causa acumulación de presión en la vesícula, lo cual puede conducir a la infección bacteriana
con virulencia aumentada y perforación. La producción de moco aumenta la presión intra vesicular y genera dolor afectando
la circulación venosa y arterial con isquemia de la pared, áreas de infarto, perforación y aun gangrena de la vesícula. La
repercusión sistémica dará lugar a bacteriemia, fiebre, leucocitosis e incremento de las transaminasas.
Cuadro Clínico:
Síntomas
La colecistitis aguda tiene un complejo sintomático caracterizado por manifestaciones locales en el hipocondrio derecho y
manifestaciones sistémicas que comprometen el resto del organismo.
Signos y Síntomas Locales:
1. Dolor: Se localiza en el punto de Murphy bajo el reborde costal en la línea medio clavicular y se irradia hacia el hombro
y región escapular homo laterales. Se presenta generalmente después de comidas ricas en grasas o alimentos no tolerados
por el hígado, es de gran intensidad y se mantiene por varias horas, generalmente setenta y dos, constituye un buen
indicador del proceso, pues remite si la afección se resuelve o aumenta de intensidad cuando aparece alguna complicación.
2. Masa Dolorosa Palpable: De localización subcostal en la línea medio clavicular. Corresponde al fondo de la vesícula
biliar inflamada. Es dolorosa a la palpación. Se presenta del 20 al 33%.
3. Ictericia: Aparece en el 20% de los pacientes, es de ligera intensidad. Se la explica por comprensión de la vía biliar
principal por la vesícula tumefacta.
4. Leucocitosis Moderada: De 12.000 a 15.000 leucocitos, causada por la proliferación y virulencia de las bacterias del
contenido vesicular y la eventual bacteriemia.
Exploración Clínica:
2.Signo de Murphy: Interrupción de la inspiración durante la palpación profunda del cuadrante superior derecho, no es
constante pero si patognomónico cuando se presenta.
Exámenes Complementarios
Aunque es necesaria en el estudio del dolor abdominal, rara vez proporciona evidencias específicas de colecistitis aguda.
En el 20 % pueden verse los cálculos, si son radioopacos. En la colecistitis enfisematosa se delineará la silueta de la
vesícula.
Ultrasonografia abdominal:
Es la técnica diagnóstica de elección. Es un método seguro, rápido y exacto para establecer el diagnóstico de colecistitis
aguda, con una sensibilidad que oscila entre el 90 y el 95 %, y una especificidad entre el 70 y el 90 %. Ésta depende de
una serie de criterios que se clasifican en mayores y menores.
Murphy ecográfico, que consiste en hipersensibilidad vesicular focal bajo el transductor. Aunque es operador
dependiente, tiene un valor predicativo positivo del 92 %.
Marcada irregularidad y un engrosamiento asimétrico dela pared vesicular, presente en la Colecistitis Gangrenosa .
Liquido peri vesicular en ausencia de Ascitis, que puede implicar una perforación localizada y un absceso.
Bilis de éxtasis.
Gammagrafía:
Utiliza derivados del ácido iminodiacético marcados con 99m Tc. La sensibilidad oscila entre el 95 y el 97 %; y la
especificidad, entre el 90 y el 97 %. La ausencia de relleno vesicular evidencia la obstrucción del cístico y es la característica
distintiva de la colecistitis aguda, mientras que la visualización de una vesícula normal la descarta. Es necesario
tomar imágenes tardías, ya que en diversas situaciones, como enfermedad hepática y colédocolitiasis, se puede rellenar la
vesícula después de varias horas.
Para evitar esta demora se puede usar sulfato de morfina i.v. en los pacientes sin relleno en 30-60 minutos. Esto aumenta
la presión del esfínter de Oddi y favorece el reflujo de bilis hacia la vesícula. Puede haber falsos positivos en la colecistitis
crónica, enfermedad hepática, ayuno prolongado, nutrición parenteral total y enfermos críticos.
Otras técnicas:
La CPRE sólo tiene cabida en los pacientes que tienen además cálculos impactados
en el colédoco.
La tomografía axial y la Resonancia Magnética sólo estarán indicadas en el
b. Absceso pericolecístico
c. Empiema
d. Ruptura
e. Gangrena
f. Fistulización 1. Colecistointestinal
a) Colecistoduodenal
b) Colecistoyeyunal
2. Colecistocolónica
3. Colecistoduodenocolónica
g. Íleo Biliar
h. Absceso Subfrenico
a.Perforación
La perforación tiene dos modalidades: con acción localizada y con peritonitis generalizada.
1.
Perforación con invasión localizada es la localización de la pérdida alrededor de la vesícula. Se produce cuando hay
reacción peritoneal con concurrencia del epiplón mayor para confinar el pus y originar un absceso pericolecístico o una
peritonitis localizada.
Los signos locales y efectos sistémicos se exacerban; el dolor se intensifica con reacción peritoneo-parietal de contractura.
Los síntomas generales igualmente aumentan: fiebre, escalofríos y leucocitosis de 20.000 o más. Para el diagnóstico es
útil el ecosonograma.
El tratamiento: Colecistectomía y evacuación del absceso con drenaje, en la base de antibióticos y bactericidas.
2. Perforación con peritonitis generalizada es la difusión de la biliopus, al resto de la cavidad peritoneal, se da cuando
no hay reacción peritoneoepiploica tabicante y se contamina toda la cavidad peritoneal produciendo peritonitis generalizada.
Los signos y síntoma son los correspondientes a esta última afección.
El diagnóstico es clínico e imagenológico, con punción diagnóstica dirigida que propiciará cultivo y antibiograma del
contenido.
b. Absceso Pericolecístico
Es la más frecuente de las complicaciones. Consiste en la colección de pus alrededor de la vesícula, proveniente de una
perforación de la misma o aun sin perforación o ruptura vesicular por diapédesis de los elementos contaminantes a través
de la pared vesicularEl diagnóstico es clínico-imagenológico. El tratamiento consiste en la evacuación, lavado y
colecistectomía.
c. Empiema(Piocolecisto)
Es la transformación del contenido de la vesícula en pus. Resulta de la invasión, proliferación e incremento de la virulencia
de las bacterias que contaminan el contenido de la vesícula, transformándola en una bolsa de pus a tensión.
La sintomatología del empiema corresponde a la infección de la vesícula y sepsis abdominal con todo el complejo local y
sistémico de dolor, fiebre, taquicardia, escalofríos y leucocitosis de sobre 20.000. Es lo más común de las complicaciones,
alrededor del 50% de ellas, con un índice de mortalidad de un 15%.
d. Ruptura de la Vesícula
Se ha descrito como una de las complicaciones más serias. Confluyen anatomopatológicamente el aumento del contenido
vesicular y su acción sobre las paredes de la misma que experimenta el colapso circulatorio venoso arterial con presencia
de isquemia e infartos múltiples; el aumento de la tensión intra vesicular actuando sobre una pared debilitada produce la
ruptura de la misma.
La salida violenta del contenido vesicular altamente contaminante produce una reacción peritoneal localizada inicialmente
pero que rápidamente se extiende. El diagnóstico es ecosonográfico. El tratamiento es la colecistectomía con drenaje. La
mortalidad es elevada, alrededor del 20%.
e. Gangrena Vesicular
Es el estado más avanzado de daño de la pared vesicular y clínicamente el más grave. Se produce por isquemia de la
pared y necrosis localizada o total, con distensión de la vesícula por un contenido empiematoso; pudiendo contribuir
la torsión de la vesícula. Suele presentarse en diabéticos e inmunodeprimidos.
f. Fistulización
Las fístulas constituyen el 2 al 3% de las complicaciones; las más frecuentes son las colecistoduodenales y las
colecistocolónicas constituyendo las primeras el 75% y las segundas el 15% del universo de las fístulas vesiculares. Les
siguen en frecuencia las colecistoduodenocolónicas, colecistogástricas y colecistoentéricas. Las fístulas se originan por la
aposición de la vesícula a una víscera hueca vecina cuya pared irrita y al producirse la perforación vesicular compromete
la pared de la víscera a que está adherida, circunscribiéndose de adherencias peritoneales.
Clínicamente son difíciles de diagnosticar, y ocasionalmente pueden descubrirse por la tinción de las vías biliares en un
estudio radiológico gastroduodenal o colónico. El tratamiento consiste en colescistectomía y rafia del defecto en el tubo
digestivo.(Fistulectomia)
g. Íleo Biliar
Es la complicación originada por el paso de un cálculo biliar de 2 a 2.5 centímetros por una fístula colecistoentérica, sea en
el duodeno o en el yeyuno y el alojamiento o "entrampamiento" del cálculo en el íleon terminal (válvula ileocecal
generalmente) por no poder franquearla. La sintomatología corresponde a un abdomen agudo obstructivo intestinal.
La imagen radiológica que proporciona el tránsito gastrointestinal se conoce como de "serpiente con cabeza blanca" por la
presencia del medio de contraste en el íleon y la imagen de substracción producida por el cálculo frente a la válvula
ileocecal. El tratamiento consiste en la extracción del cálculo y sutura de la incisión. No se efectúa en la misma intervención
la reparación de la fístula colecistoentérica.
El diagnostico se realiza por una triada clínica de neumobilis, radiopacidad en FID y placa de oclusión intestinal.
En la operación debe explorarse todo el intestino delgado para descubrir si hay cálculos en el lumen, que si hubieran se los
haría progresar hasta el íleon terminal para utilizar incisión y no hacer otra enterotomía para su extracción. El íleo biliar no
tratado produce 15% de óbitos.
i.Plastrón Vesicular
Es la complicación que se produce cuando se limita un absceso tanto por el epiplón como la aposición del intestino con
producción de fibrina y membranas fibrinoleucocitarias. El tratamiento consiste en analgesia, hidratación y Antibioticoterapia
con el seguimiento por eritrosedimentación semanal; si evaluación favorable tto quirúrgico a los 6 meses, si por el contrario
aparecen complicaciones se realiza tto quirúrgico de urgencia.
Tratamiento
El tratamiento de la colecistitis aguda es el punto clave de su estudio. Por tratarse de una acción compleja e ineludible, hay
múltiples criterios en cuanto a su secuencia.
La escuela europea era partidaria del tratamiento médico y no de la intervención quirúrgica inicial por la resolución
espontánea del 95% de los casos casi siempre en el término de 72 horas, lo que permite diferir la operación y solo
acometerla inicialmente en las complicaciones. Por su parte la escuela americana fue siempre mas intervensionista y
propugnaba realizar el tratamiento quirúrgico de entrada.
Al presente se admite que la meta es la solución del problema extirpando la vesícula biliar, pero siguiendo una secuencia
metodológica que tienen dos etapas o momentos: el tratamiento básico inicial y la intervención quirúrgica oportuna y
definitiva, es decir la colecistectomía. Estos dos momentos son concordantes y en la práctica se complementan y aun se
superponen.
El objetivo es lograr la restauración del paciente combatiendo el dolor, la infección, el desequilibrio hidroelectolítico y
atendiendo la nutrición para la estabilización del paciente y la curación de la colecistitis aguda. Habrá por tanto que
administrar analgésicos, antibióticos, restablecer el balance hidroelectrolítico. Estas medidas requieren
la observación y atención permanente del paciente en el área de emergencias. Si en el curso de las primeras 8 horas los
síntomas se acentúan debe intervenirse al paciente para evitar alguna complicación.
Consta de:
Hidratación Parenteral.
Antibioticoterapia.
Analgésicos y Antiespasmodico
Medir Diuresis
Indicar Complementarios.
En conclusión este tratamiento básico inicial puede constituirse en definitivo o en la primera fase del tratamiento quirúrgico.
Tratamiento Quirúrgico
Se acepta que el tratamiento indicado para la colecistitis aguda es la colecistectomía, sin embargo las condiciones del
paciente de alto riesgo pueden adquirir distintas técnicas como la colecistostomia. Otra técnica es la colecistectomía
Laparoscopica.
Colecistectomía
Se discute sólo la oportunidad de su ejecución en función de las particularidades de los pacientes, y puede se:
a. Operación de Urgencia
b. Operación Diferida u Obligadamente Pospuesta
a. Operación de Urgencia:
La obliga la gravedad de la colecistitis aguda; ante la inminencia de complicaciones o mayormente si ya se han presentado.
Comprende a los pacientes cuya colecistitis aguda tienen caracteres moderados, son semejantes a los del grupo anterior
pero con la agravante de tener enfermedades crónicas que incrementan el riesgo quirúrgico y que obligan a tratar al
paciente mejorándolo de su enfermedad para operarlo en un tiempo prudencial para evitar que sobrevenga otro episodio
de colecistitis, antes estimaba seis semanas, pero hoy lo determina la recuperación del paciente. Acceden a esta cronología
del 15% de los pacientes.
a. Colecistitis Enfisematosa
b. Colecistitis Tifoidea
La colecistitis aguda enfisematosa se caracteriza por la presencia de gas en las paredes y en el interior de la vesícula; este
es su signo físico más importante. Además suele encontrarse aire en los conductos biliares. Es una de las más graves
ocasionando una mortalidad 10 veces mayor que las otros tipos de colecistitis. El 75% afecta a los hombres y el 25% a
mujeres. El 30% de los afectados son diabéticos.
Etimológicamente, sobre el 50% de los casos origina el clostridium Welchii y se han cultivado de su contenido: Echerichia
Coli, estreptocos anaerobios y bacterioides frágiles. Predominan las bacterias aerógenas formadoras de gas. Comúnmente
hay gangrena de la pared vesicular y litiasis en el 70% con obstrucción del conducto Cístico.
Fisiopatogénicamente se produce hipersecreción de la pared y producción de gases, por los microorganismos areógenos,
que distenderá la vesícula, colapsará la circulación de la pared que se necrosará sumando al enfisema la gangrena y
perforación cuyo contenido expulsando causará peritonitis generalizada.
La sintomatología es la que corresponde a una forma grave de colecistitis aguda exacerbada por el aporte tóxico de los
clostridios e inmunodepresión de la diabetes cuando está presente en el 40% o de otros factores inmunodepresores.
El diagnóstico es imagenológico. Tanto la radiografía como el ultrasonido y mayormente TAC definen el componente
gaseoso. Puede recurrirse a la imaginología contrastada para evitar la duda de que el gas corresponda al de las asas
intestinales circundantes. El tratamiento es de colecistectomía en la base de antibioterapia específica. El pronóstico está
afectado por una mortalidad del 40%.
Esuna forma de colecistitis aguda poco frecuente pero grave que generalmente se complica con perforación. Aparece en
el curso de la tercera semana de la tifoidea en las formas clínica o subclínica de la enfermedad. La caracteriza e identifica
encontrar B. De Ebertn en la bilis vesicular de esta colecistitis aguda. Generalmente son vesículas alitiásicas. También se
presenta la colecistitis tifoídica en paciente sanos de Salmonella Typhi. El tratamiento es la colecistectomía en al base
antibioterapia específica.
Es una forma rara de colecistitis aguda de sintomatología muy severa pues puede evolucionar el infarto hemorrágico del
órgano.
Su etiopatogenia obedece a una anomalía anatómica de la vesícula con una de estas dos variables: se trata que no están
adosadas al hígado y que penden del conducto cístico y la arteria cística o se trata de vesículas que poseen un meso
complaciente de uno a dos centímetros.
En ambos casos las vesículas pueden dar una rotación de 180º o más generando el "bloqueo" de cístico y la arteria cística
y conduciendo por torsión al infarto hemorrágico. Casi siempre son vesículas litiasicas.
La sintomatología de estas colecistitis agudas es muy intensa y es frecuente palpar semiológicamente la vesícula. El
diagnóstico es un imagenológico y el tratamiento es colecistectomía temprana para evitar la necrosis.
La colecistitis aguda puede ser causada por la presencia y acción ponderal de neoplasias benignas (mioblastos
de células granulares, o pólipos), o neoplasias malignas (carcinoma) que siendo elementos que ocupan espacio pueden
obstruir el infundíbulo vesicular o el conducto cístico creando las condiciones anatomopatológicas y etiopatogénicas que
producen la Colecistitis aguda.
Por tanto, no nos referimos a la posibilidad de que la neoplasia maligna en su evolución invada el lumen de al vesícula
obstruyéndola, sino a la posibilidad de que como extraño y estructura volumétrica bloquea el infundíbulo o el conducto
cístico y el drenaje de la bilis originando la colecistitis aguda. El diagnóstico es ecosonográfico y el tratamiento quirúrgico.
Anexos: