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LA ECONOMIA COLOMBIANA COMO PRODUCTOR DE MATERIAS PRIMAS

El café se convirtió en uno de los factores más importantes en el desarrollo


económico de Colombia y de otros países latinoamericanos en los siglos XIX y XX,
no sólo por su importancia en términos de generación de divisas, sino porque los
ingresos provenientes del producto facilitaron la creación de mercados internos
que demandaron otro tipo de bienes y servicios.

La producción de café no requería de costosos insumos importados y generaba


anhelados ingresos por exportación para unas economías débiles y con poca
experiencia en el comercio internacional.

Durante la Segunda Guerra Mundial el consumo de café volvió a contraerse, pero


está vez por la imposibilidad de abastecer los mercados europeos por el
escalamiento del conflicto. Con el fin de alentar la permanencia de América Latina
del lado de los aliados, Estados Unidos apoyó el Convenio Interamericano del
Café en 1940, evento que marcó el inicio de un segundo período de regulación del
mercado mediante pactos cafeteros. En este convenio los países productores
miembros, incluidos Brasil y Colombia, fijaron cuotas para distribuirse el mercado
estadounidense.

En 1962 comienza la tercera ola de acuerdos del café, en el marco de la


Organización Internacional del Café (OIC). Los distintos acuerdos de cuotas de
exportación de la OIC datan de 1962, 1968, 1976 y 1983. El pacto inicial de 1962
sobresale como el primer acuerdo multinacional cafetero en el que participaron la
inmensa mayoría tanto de los países productores que representaban 90% de la
producción mundial como de las naciones consumidoras.

Los resultados que se tienen en términos de crecimiento muestran que no es


posible considerar que el manejo económico haya sido el mejor.

El análisis de otro tipo de variables económicas y sociales permitirá más que


ratificar esta afirmación y tener una idea general de los efectos de las políticas de
los dos periodos del gobierno Uribe enfocados en el tema de Seguridad
Democrática.

Durante el período de 2002 a 2007, la economía mundial fue favorable para


Colombia; desfavorable en 2008 y 2009 y se presentó regular en 2010.

En los años 2008 y 2009, el pésimo manejo diplomático del gobierno colombiano
dio lugar al rompimiento con los gobiernos de Ecuador y Venezuela, lo que
provocó un deterioro en las relaciones comerciales, agregándose un factor
adicional negativo a la recesión mundial. Se calcula que por estos hechos, la
economía colombiana perdió medio punto en crecimiento del PIB.

Es muy grave lo que en Colombia se ha venido dando, que el desempeño de los


sectores productivos, industria y agricultura, es poco dinámico. Se sigue
profundizando en un modelo exportador de materias primas y recursos naturales
sin ningún procesamiento y con pocos efectos internos. Hay un énfasis excesivo
en un modelo hacia afuera extractivo y en un descuido de la demanda interna.
Adicionalmente, es un modelo rentístico, basado en petróleo, carbón, níquel y
minerales preciosos, altamente intensivos en capital, dominados por la inversión
extranjera y con pocos eslabonamientos hacia adelante y atrás, que lo que hace
desfavorecer a las transnacionales y a sus países de origen.

La estructura de las exportaciones de Colombia cambió de café y productos


agrícolas a recursos naturales, dentro del modelo de integración al mercado
internacional que viene desde la colonia, de exportador de materias primas e
importador de bienes manufacturados y de alto componente tecnológico.
Solamente, que el cambio que viene desde el decenio de los noventa se parece
más al de países como Venezuela concentrado en productos extractivo-
rentísticos, sin vínculos hacia adelante y atrás. Estos son sectores intensivos en
capital, cuyos bienes y servicios son comprados al exterior, que dan lugar a una
renta por la diferencia enorme entre el precio internacional y el costo de
producción, renta que depende si el dueño y explotador es nacional o internacional
y del nivel de impuestos, es decir, de cómo se capta la renta para el país. Que
tanto se beneficia un país rentístico depende de la forma en que se utiliza la renta
para crear sectores productivos.

Teniendo en consideración el ambiente internacional de recuperación, el gasto


fiscal, las exportaciones tradicionales y el nivel de las tasas de interés, la
economía colombiana se recuperó en 2010, con una tasa de 4,3% del PIB y de
4,1% del valor agregado.

La dinámica en 2010 estuvo dada por los sectores de minas y canteras con
11,1%, la recuperación de la industria con 4,9%, comercio y transporte con 4,8% y
servicios sociales con 4,1% pero la agricultura continuó estancada y la
construcción, a diferencia de 2009, solo creció 1,8%
Por los componentes de la demanda agregada, la formación bruta de capital
aumentó a una tasa de 11,0% y el consumo público y privado lo hizo a 4,4%. Las
exportaciones tuvieron una tasa de crecimiento de 2,2% mientras que las
importaciones lo hicieron a 14,7% por la revaluación del peso colombiano.
El país no ha logrado establecer una estrategia de crecimiento de mediano y largo
plazo que esté fundamentada en el fortalecimiento de sectores claves como son la
industria y la agricultura.

En conclusión las exportaciones del país experimentan un notable repunte, que en


marzo fue de 37,9 por ciento, impulsadas por cuatro materias primas: carbón,
petróleo, café y oro.
Incluso, el aporte del petróleo corresponde a los mejores precios, pues en
volumen hubo una caída de 13,8 por ciento.
Del 37,9 por ciento de incremento de las ventas al exterior, frente al mismo mes
del año anterior, cuatro productos explican 33 puntos.

El carbón puso 14,7 puntos, mientras que el petróleo y sus derivados aportaron 10
puntos; el café lo hizo con 4,8 puntos, y el oro puso 3,3 puntos.

En volumen, el oro aumentó en 86 por ciento; el carbón, en 50 por ciento, y el


café, en 35 por ciento.

En cuanto a los valores exportados, en marzo del 2017 las ventas externas de
combustibles y productos de las industrias extractivas registraron una variación de
56,6 por ciento y llegaron a 1.604,0 millones de dólares, cuando en ese mes del
2016 fueron de 1.024,4 millones de dólares, con una variación negativa de 49,8
por ciento.

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