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Estudio 4
Las escrituras nos muestran que fue él quien se acercó a las personas y les trato con amor y entablo con ellos una
relación muy cercana, muy íntima.
Con Adán y Eva tuvieron esa relación de compañerismo, se paseaban juntos por el huerto en plena confianza y
regocijo, inclusive hasta después de haber desobedecido; Él se acercó a buscarlos porque ellos se habían escondido
(Como los niños cuando se esconden debajo de la mesa y sin darse cuenta dejan sus pies expuestos). Él les habló
¿Dónde estás?
Así también Dios llamo a Abraham, lo busco y lo eligió a él, un hombre proveniente de un lugar donde adoraban a
otros dioses, así lo amó. Él lo saco de allí para tener esa relación de amor genuina y personal con él.
Igualmente Jesús, el personalmente busco a sus discípulos, él los escogió y los llamo, les dijo: Ven y sígueme. Tan
amorosamente por medio de esa convivencia él quiso que ellos experimentaran su amor.
Así mismo paso con Noé y con muchos profetas y es que EN NUESTRA CONDICION HUMANA NOSOTROS NO
BUSCAMOS A DIOS POR INICIATIVA PROPIA.
ES DIOS QUIEN TOMA LA INICIATIVA, EL NOS ESCOGE, NOS AMA Y NOS REVELA SUS PROPOSITOS ETERNOS PARA
NUESTRA VIDA.
Es por eso que es él quien toma la iniciativa. ES DIOS QUIEN NOS ACERCA A SÍ MISMO.
Vemos el ejemplo de Pablo, él se oponía a Dios y a todo lo que estaba haciendo, batallaba en contra Jesús. Pero
Jesús vino hacia él y se le puso en frente, SAULO, SAULO porqué me persigues. Jesús tomo la iniciativa y se le
presentó.
Igual pasa en nuestra vida, nosotros no escogemos a Dios, EL NOS ESCOGE A NOSOTROS Y VIENE Y SE NOS
PRESENTA.
Nos damos cuenta hermanos, DIOS DECIDIO AMARNOS, porque si no fuera así, entonces nunca seriamos cristianos.
Cuando Dios lo llamó, él ya tenía algo en mente y tomo la iniciativa y comenzó a obrar en usted y abre su
entendimiento para comenzar a experimentar esa relación profunda de amor.
Él nos trata con ternura porque nos ama, así como a Adán después de haber pecado, así como con Pablo después de
perseguir a la iglesia, igual con lazos de ternura, como a niños de pecho, él se inclina a nosotros para sustentarnos
con su amor.