OPINIÓN
¿PODEMOS CAMBIAR EL CAOS DEL TRANSPORTE EN QUITO?
MADRID, 23 DE MAYO DE 2018 JORGE A. RODRÍGUEZ CEPEDA - Maestrante Universidad Politécnica de Madrid
El Distrito Metropolitano de Quito enfrenta una verdadera crisis
de transporte urbano. Existen alrededor de medio millón de
vehículos entre automóviles de uso privado y público,
transitando en una ciudad que tiene capacidad únicamente para
250 mil vehículos. La ciudad tiene 2,5 millones de habitantes,
los cuales no cuentan con un sistema de transporte urbano
adecuado para la facilidad en la movilidad interna.
Para darnos una idea de la situación actual, podemos partir y
referirnos a la informalidad de los sistemas de transporte la
cual resulta realmente abrumante en la cual tenemos: ausencia
de paraderos, rutas no técnicas, tarifas a gusto de las empresas,
falta de respeto a las leyes de tránsito, un sin número de
accidentes vehiculares y personales, trato irreverente por parte
de los conductores y cobradores hacia los pasajeros. En este trato
muchas veces inhumano, los conductores ven al pasajero como
una “moneda”, luchando permanentemente por llenar los
vehículos a toda costa, convirtiendo las avenidas capitalinas en
pistas de carrera, en las cuales se juegan la vida no solo los
usuarios sino también los choferes. Todo esto conduce a una
falta de eficiencia ya que actualmente las personas tardan en
promedio de dos a tres horas en llegar a sus centros laborales
y/o centros de estudio, esto significa que casi la tercera parte de
su día se la pasan atorados en el tráfico infernal, lo cual genera
pérdidas al estado por cerca de 200 millones de dólares anuales
por horas hombre desperdiciados y consumo de combustible, sin
contar las afecciones a la salud de la población y la gran cantidad
de emisiones de gases de efecto invernadero.
Pero, podría haber una luz al final del túnel y para alcanzarla es
necesario primero que Ecuador replantee su política del sistema
de transportes y cree un órgano encargado del sistema de
transporte de pasajeros que coordine con los gobiernos locales
sobre las acciones necesarias en busca de un transporte
multimodal, eficiente y sostenible. Este órgano dependería del
Ministerio de Transporte y Obras Públicas y las autoridades
locales coordinarían directamente con el órgano, con esto se
lograría reducir las trabas burocráticas y las contradicciones.
Este ente, al tener funciones claras y específicas lograría abordar
eficientemente la problemática del sistema de transporte en
ciudades como Quito. Bajo ésta premisa lo siguiente debe ser
centrarse en resolver el problema del tráfico agobiante y para
esto las autoridades locales en coordinación con el órgano
competente, deberán retirar de circulación de manera paulatina
y eficiente el servicio pormenorizado e informal, a través de la
vinculación de empresas serias y comprometidas con las
políticas de transporte, paralelamente debe gestionarse la
planificación de un sistema de transportes articulado con un
diseño en conjunto en la cual exista el fomento de la
intermodalidad y eficiencia. A partir de esta planificación, se
debería avanzar con la elaboración de proyectos
complementarios como el uso de bicicletas y zonas peatonales
exclusivas, educación vial para la población y tecnología de la
UPM
información que permita gestionar eficientemente los sistemas
de transporte. En cuanto a la financiación de la construcción
y explotación de las infraestructuras y los modelos de gestión,
podría resultar apropiado financiarlas a través de asociaciones
público privadas, ya que una ciudad con tal cantidad de
demanda, y con un país que promete en términos de crecimiento
económico, puede ser atractivo para los inversionistas. Incluso
el monto resultante de las tarifas multiplicado por la cantidad de
pasajeros de las líneas de metro, podría ser suficiente para un
sistema auto financiable.
¿Pero realmente los costos de operación de los sistemas de
transporte serán cubiertos con la mera aplicación tarifaria
hacia los usuarios?, bueno de momento sólo se puede tener
las esperanzas de que así sea, en el caso de que no, tenemos
buenos ejemplos al otro lado del océano, tal es el caso de
Singapur, un país que ha demostrado que con un buen sistema
de gestión y aplicación de la leyes ha logrado el uso masivo del
sistema de transporte a través de la implementación de cobro de
peajes urbanos a todos los vehículos que transitan dentro de la
ciudad, esta recaudación financia directamente su sistema de
transporte. Singapur, además, prácticamente ha condicionado el
uso del transporte privado a través de la aplicación de
impuestos que inclusive llegan a costar lo mismo que el
vehículo en sí, haciendo muy difícil la posesión de los mismos.
Con esto Singapur ha conseguido la sostenibilidad, social,
económica y ambiental de su sistema de transporte, vías libres,
sin tráfico vehicular y la reducción de la contaminación del
medio ambiente.
¿Pero, este modelo puede aplicarse?, No, de momento no es
posible, para que éste tipo de medidas puedan ser aplicadas, es
fundamental dotar a Quito con un sistema de transporte urbano
eficiente, conectado, integrado y cómodo, con alcance
horizontal que integre toda la ciudad a través de sistemas
multimodales de transporte. No se puede restringir la circulación
de vehículos particulares a cambio de “nada”, no sería justo ni
eficiente.
Sin duda hay ciertos indicios por parte de las autoridades tanto
nacionales y locales para mejorar el sistema de transportes, aquí
tenemos el ejemplo de la construcción de la primera línea del
metro de Quito, el mismo que ha necesitado cerca de 40 años en
consolidarse y hacerse una realidad, pero ¿será la solución?
Finalmente, queda bien claro que han pasado muchas décadas
desde que la capital de Ecuador necesita una reforma del sistema
de transporte, que ha costado muchas vidas humanas, maltrato
hacia los pasajeros y pérdida de mucho tiempo y dinero. Tiempo
que además no es posible retroceder para hacer cosas que no
se hicieron o corregir las que se hicieron mal, sin embargo, sí
es posible mirar hacia el futuro y sobre todo cambiar el presente
a través de acciones conjuntas que al fin logren sacar de la
decadencia en que se encuentra los sistemas de transporte.
REVISTA CAMINOS