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Dos de los más graves problemas político-criminales que asolan la humanidad son el
Para tratar la problemática derivada del delito de tráfico de drogas hay que reconocer dos
punitivas por parte del Estado, que determinen un obstáculo a ese derecho del consumo es
una intolerable injerencia por la vulneración de uno de los fundamentos del orden político y
necesidad por parte del poder público de combatir cualquier generalización de conductas
como el hachís o la marihuana. Mientras que en estos últimos años, entran de lleno en la
idénticos fines, en las llamadas drogas legales, existe ausencia total de sanción penal alguna
es más el propio Estado actúa como empresario monopolizador. Se presenta así un conflicto
de reconocimiento cultural: los consumidores de drogas blandas ilegales desean tener los
mismos derechos que los consumidores de drogas legales amparados por el propio Estado y
forma indiscriminada mediante el cultivo, elaboración, tráfico o las que de otro modo las
promuevan, favorezcan o faciliten. Diferenciación penológica que realiza la ley penal que
discrimina la cuantía de la sanción según que el objeto del delito sea por drogas “duras” o
como criterio genérico para imponer una mayor o menor pena. La salud, pues desempeña
un papel fundamental en la configuración material del delito. Y así pues el tráfico de drogas
libertad individual que conlleva, que se presenta en el marco de la elevada penalidad que
acompaña este ilícito, ya que a pesar de ser un peligro abstracto, las penas son muy
necesario por ello reflexionar sobre la proporcionalidad entre daño y pena en estos hechos
punibles.
Uno de los elementos más importantes es la naturaleza y la forma de ataque del bien
jurídico tutelado por la norma violada, al igual, que el grado de culpabilidad para establecer
ya que la sanción no abarca sólo la agresión a la salud pública sino también a otros ataques
a diferentes bienes jurídicos que quedan fuera del hecho punible enjuiciado. Cabe destacar
la seguridad ciudadana y el orden público, la libertad individual negada por la adicción, la
Un gran conflicto, las sustancias cuyo consumo está permitido y estas otras que quedan
fuera del mercado legal, con su consiguiente prohibición de elaboración, cultivo, tráfico o
La intervención punitiva del Estado debería incidir en todo tipo de sustancia que produzcan
Pero el estado durante mucho tiempo ha sido el único empresario incluso ha dirigido
ingreso económico lo que lleva a pensar lo poco que le interesa a los poderes públicos la
salud pública.
población y por tanto, esta equiparación la lleva a cabo incluso la propia ley penal en el art
alcohólicas provocan alteraciones graves como las drogas ilegales y de ahí la cuestión ¿por
respuesta según dos enfoques: 1. En el delito de tráfico de drogas no hay bien jurídico
sustancias y otro.
Un criterio racional, el alcohol, sólo desde el punto de vista social, se trata de una sustancia
con perfiles específicos que no se encuentran en el resto. Ya que forma parte de la cultura y
tradición de las sociedades occidentales, por lo que existe un mayor conocimiento por parte
de la población de los efectos de su uso y abuso, y que por las mismas razones existe esa
viticultura y por último lugar, el ejemplo que nos dio EEUU con los intentos de prohibición
mediante la ley seca de 1919 en la que los problemas fueron muchos más graves que los
En conclusión: no toda conducta lesiva para bienes jurídicos relevantes para la convivencia
La prohibición, se hace más difícil cuanto más arraigada está la actividad a la costumbre, y
cuanto más entidad cualitativa y cuantitativa posee el grupo social que acepta el
4 En el ámbito de las drogas legales, constituyen una fuerte agresión a la salud colectiva
que no puede bajo ningún concepto establecer restricción prohibitiva alguna, tanto de su
deber de tutela porque el poder público no puede obrar de forma distinta a la permisión.
bien jurídico es la salud sería absurdo la oferta de estas sustancias. Y para disminuir la
oferta tendría que incidirse sobre el consumo para evitar un mercado ilícito y clandestino.
forma se puede inmiscuir en la libertad individual sobre los productos que el sujeto puede
consumir o dejar de consumir. Esta forma de concebir el tráfico llega, pues, a una
Llegando este autor a la conclusión de que la salud pública no puede ser el objeto de tutela.
Y aparece ese conflicto en el Estado Social y Democrático de Derecho, ya que tiene que
atender a dos polos con criterios distintos: - La conducta del consumidor. Se ciñe a su