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Obligaciones Mancomunadas
Se conoce a aquélla en la que, concurriendo pluralidad de sujetos en la relación
obligatoria, dicha pluralidad se organiza mediante una integración absoluta y homogénea,
de tal suerte que no haya titularidad ni ejercicio sin la concurrencia o actuación conjunta
de todos los sujetos deudores o acreedores, “jurídicamente es como si el sujeto fuese una
sola persona; y no aparece, ni aun en germen, la noción de cuota”.
Como cada deudor únicamente está obligado por una parte de la deuda, una vez
ejecutada dicha parte, se extingue su obligación
Obligaciones Solidarias
La solidaridad constituye una excepción al Derecho Común. El principio general es la
división de la deuda entre quienes se obligan conjuntamente o, en su caso, la división del
crédito entre los coacreedores; pero, en virtud de la solidaridad, se impide la división de
la obligación entre los codeudores o entre los coacreedores. La importancia de la materia
es evidente.
La doctrina ha señalado que las obligaciones solidarias tienen como uno de sus elementos
característicos la concurrencia de una pluralidad de sujetos, cualquiera de los cuales
puede cumplir o exigir la prestación debida, liberando o efectivizando, el débito o el
crédito, según se trate de una solidaridad pasiva o activa, atendiendo a que la pluralidad
se constate en el plano de la parte deudora o acreedora. El efecto esencial y más
característico de las obligaciones solidarias, es la posibilidad de que el cumplimiento sea
solicitado por entero a un solo deudor o por un solo acreedor, se presenta como un efecto
especial sólo cuando los deudores o los acreedores son más de uno, ya que en las
obligaciones parciales sólo resulta exigible la parte correspondiente a cada sujeto
involucrado.
Donde se tiene una obligación solidaria es necesario que para la pluralidad de deudores o
acreedores dicha obligación surja del mismo hecho generatriz, o al menos, se señala, de
hechos coaligados con nexos tales que hagan que ellos puedan ser considerados como un
complejo unitario frente al efecto que de él deriva; dicho razonamiento es vital para
entender, dentro de la fenomenología de las obligaciones solidarias, el hecho de que en
ellas la prestación es considerada idéntica para cada deudor o acreedor, de lo que se
deduce que el cumplimiento en ellas es alternativo, es decir, basta solo la verificación de
uno para la extinción de la obligación solidaria con respecto a todos los sujetos
vinculados.
Solo puede haber un cumplimiento con eficacia liberatoria. Aquí se debe aclarar que las
prestaciones pueden objetivamente ser distintas, pero deben guardar por lo menos
equivalencia, ya que cuando la doctrina se refiere a la identidad de prestaciones, como ya
se dejó entrever, hace alusión al fenómeno de la identidad satisfactoria, en el sentido de
que cualquiera de ellas (prestaciones) puede satisfacer el interés del acreedor y extinguir
la obligación. La fórmula típica, dirigida a poner énfasis sobre la identidad prestacional,
se convierte y explica en la equivalencia de las mismas. Pareciera que se tratara de una
sola relación obligatoria que se manifiesta a través de una pluralidad de sujetos
legitimados a cumplir una prestación idéntica: al haber una sola prestación, no resulta
viable sustentar la existencia de una pluralidad de obligaciones. Por ello, la solidaridad
ha sido vista como una forma de co-aligación funcional, que implica la presencia de un
interés unitario (común) perseguido por cada uno de los sujetos que conforman la
pluralidad inherente a este fenómeno obligatorio.
No existe forma alguna en la cual se pueda impedir a uno de los coacreedores solidarios
cobrar el íntegro de la obligación al deudor, pues aquél que ejercita en primer término la
acción judicial, no adquiere, por esa circunstancia, el derecho a recibir el pago Ello
desvirtuaría la institución de la solidaridad.
Insolvencia de codeudor
''Artículo 1204.- Si alguno de los codeudores es insolvente, su porción se
distribuye entre los demás, de acuerdo con sus intereses en la obligación.
Si el codeudor en cuyo exclusivo interés fue asumida la obligación es insolvente,
la deuda se distribuye por porciones iguales entre los demás".
Por último, el artículo 1204, con el que concluyen las normas de las obligaciones
solidarias, prescribe que si alguno de los deudores fuera insolvente, su porción se
distribuye entre los demás -incluyendo desde luego a aquél que hizo el pago- de acuerdo
con sus intereses en la obligación. Se aclara en el último párrafo que si el insolvente fuera
el codeudor en cuyo interés exclusivo se asumió la obligación, la deuda se distribuye por
partes iguales entre los demás codeudores.
TITULO VII
RECONOCIMIENTO DE OBLIGACIONES
Concepto
Si una obligación existe es porque ha nacido a través de un título constitutivo. Así, esa
obligación no tendría necesidad de un posterior reconocimiento del deudor para existir,
salvo que el acreedor no contara con los medios probatorios para acreditar su existencia.
El reconocimiento de una obligación es la declaración por la cual una persona reconoce
que está sometida a una obligación respecto de otra persona. De acuerdo con esto, el acto
de reconocimiento es aquel por el cual el deudor admite estar obligado.
En Nuestro Código, así como el proyecto franco-italiano de las obligaciones, le atribuyen
un efecto doble: es medio de prueba de la obligación e interrumpe la prescripción.
Cesión de Derechos
Las normas sobre la cesión de derechos integran el Capítulo Único del Título VIII -
sobre transmisión de las obligaciones- de la Sección Primera del Libro VI del nuevo
Código Civil.
Mediante la cesión se transmiten los derechos que han sido adquiridos o transferidos en
virtud de título distinto, ya sea contractual -una compraventa, por ejemplo- o
extracontractual -por ejemplo, la herencia o una disposición legal que así lo ordene.
Como expresa von Tuhr, la cesión no constituye un contrato en sentido estricto, es decir,
una convención creadora de obligaciones, sino un acto de disposición por medio del
cual el derecho sale del patrimonio del cedente e ingresa en el patrimonio del
cesionario.
Se trata, en suma, la renuncia o transmisión, gratuita u onerosa, que se hace de una cosa,
crédito, acción o derecho a favor de otra persona. Y de dejar establecido, además, que
ella puede efectuase por venta, permuta, donación, legado o cualquier otro título eficaz.
Cesión de derechos
“Artículo 1206.- La cesión es el acto de disposición en virtud del cual el cedente
transmite al cesionario el derecho a exigir la prestación a cargo de su deudor,
que se ha obligado a transferir por un título distinto.
La cesión puede hacerse aun sin el asentimiento del deudor”.
Este precepto establece que, por la cesión, el cedente no se obliga a transferir la
prestación a cargo de su deudor. El cede, simplemente, el derecho a exigir la prestación;
lo que está de acuerdo con la naturaleza jurídica del acto de disposición.
Tampoco se exige que la cesión sea a título oneroso, pues el título para la transferencia
está dado por la relación contractual o extracontractual que genera la obligación de
transferir el derecho.
La cesión es un acto jurídico entre el cedente y el cesionario, y solo entre ellos se generan
obligaciones recíprocas. Lo que para el cedente constituye un derecho es obligación para
el cesionario, y viceversa.
El precepto, finalmente, pone de manifiesto que la cesión puede hacerse aun sin el
asentimiento del deudor cedido, pues ello constituye uno de los rasgos inherentes a la
cesión de derechos
Ineficacia de la Cesión
“Artículo 1210.- La cesión no puede efectuarse cuando se opone a la ley, a la
naturaleza de la obligación o al pacto con el deudor.
El pacto por el que se prohíbe o restringe la cesión es oponible al cesionario de
buena fe, si consta del instrumento por el que se constituyó la obligación o se
prueba que el cesionario lo conocía al momento de la cesión”.
El artículo 1210 se ubica en la premisa de que el derecho es cesible, pero que, al mismo
tiempo, no siempre puede ser objeto de cesión, sea por imperativo de la ley, por su
naturaleza o por el pacto con el deudor. La cesibilidad del derecho es, pues, la regla
general; las excepciones están previstas en forma expresa.
La primera excepción resulta de la prohibición legal. La segunda, cuando la naturaleza de
la obligación lo impide; por ejemplo, los derechos intuitu personae no son susceptibles
de cesión. Finalmente, la incesibilidad puede pactarse y ello constituye la tercera
excepción a la regla general; el fundamento de esta última excepción radica en la
autonomía de la voluntad y en el principio de que el pacto debe respetarse. Este pacto,
desde luego, puede tener variados matices; por ejemplo, puede prohibirse la cesión en
términos absolutos o en términos relativos y, en este último caso, exigirse que la cesión
se realice únicamente con el asentimiento del deudor, luego del cumplimiento de
determinados requisitos o en función de las personas.
Si en el instrumento por el que se constituyó la obligación consta el pacto prohibitivo o
restrictivo, o si se prueba que este pacto lo conocía el cesionario al tiempo de la cesión,
entonces tal pacto es oponible a dicho cesionario. Así lo preceptúa la segunda parte del
artículo 1210 comentado.
Los Efectos de las obligaciones son las consecuencias jurídicas que nacen de la misma,
consiste en la necesidad de que se cumpla la obligación ya sea voluntariamente o a
través de los medios judiciales que otorga ley. El efecto se traduce en la ejecución de
la obligación.
TÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
Los artículos 1218 y 1219 del Código contienen las disposiciones generales sobre los
efectos de las obligaciones.
Transmisibilidad de la obligación
CAPÍTULO PRIMERO
Disposiciones Generales
Noción de pago
Los artículos 1222 y 1223 señalan quiénes pueden hacer el pago y las condiciones
para que éste sea válido.
Los artículos 1224 a 1228 del Código señalan a quién debe efectuarse el pago