Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
MORELOS
GRUPO: BE-51
FECHA: 30/noviembre/2016
Hoy en día, a pesar de los avances en materia de desnutrición infantil que se han
experimentado en los últimos años, las cifras siguen siendo alarmantes en algunos
sectores de la población. En el grupo de edad de cinco a catorce años la
desnutrición crónica es de 7.25% en las poblaciones urbanas, y la cifra se duplica
en las rurales. (ENSANUT, 2012).
Época prehispánica
Entre las plantas que cultivaron los pueblos indígenas, las principales, después del
maíz y las mencionadas anteriormente eran el cacao, vainilla, maguey, calabaza,
cebolla, chayote, chilacayote, verdolagas, huauzontles, jitomate, entre otras.
Además, en la alimentación incluían muchas frutas como tuna, capulín, tejocote,
chirimoya, nanche, guayaba, zapote negro y blanco, anona (piña), aguacate,
mamey y otras.
Época colonial
Otros cultivos que se introdujeron fueron: granos como arroz, centeno, garbanzo,
lenteja, avena y cebada; vegetales como la zanahoria, col, coliflor, rábano, apio,
perejil, chícharo, etc. Entre los animales comestibles sobresalen la vaca, oveja,
cabra, cerdo, gallina, conejo y paloma; especias como la pimienta, el clavo, la nuez
moscada, el azafrán y la canela, frutas como la fresa, naranja, limón, caña de
azúcar, que fácilmente se incorporó a la dieta. Los indígenas probaron e
incorporaron en su alimentación el aceite y otras grasas (la manteca, chorizo o
tocino), hasta la llegada de los españoles.
De esta forma, se inició una intensa ofensiva contra las tradiciones indígenas,
tratando de imponer la cultura de los españoles como “lo civilizado” y
“cristianizado”, incluyendo por supuesto la alimentación. A pesar de lo violento de
la conquista, las tradiciones no se eliminaron totalmente, sino más bien, se inició
un proceso de combinación o mestizaje.
Movimiento de Independencia
Durante la primera década del siglo XIX, etapa final del régimen colonial, el hambre
generalizada de los sectores mayoritarios continuó desempeñando un papel
importante. Las crisis agrícolas hicieron estragos entre los indígenas y las castas,
fueron precisamente estos grupos, dirigidos por el cura Miguel Hidalgo y otros
criollos, quienes tomaron en sus manos la rebelión por la independencia.
Cabe señalar que al disminuir las siembras y destruirse las cosechas, también las
tropas insurgentes sufrieron junto con la población civil los estragos del hambre
por falta de alimentos.
Época Revolucionaria
Zapata, uno de los poco líderes representante genuino de los sectores campesinos
desposeídos enarboló el lema de “Tierra y Libertad”, por lo que era indudable que
la posesión de la tierra y la producción de alimentos que terminara por fin con el
hambre era su aspiración y demanda legítima. Carranza, que pertenecía a la elite
burguesa y terrateniente, no comprendía la magnitud del problema al combatir a
los zapatistas. El hecho es que Zapata al no ceder en sus pretensiones por resolver
el hambre, muere víctima de Carranza.
Época actual
ANTECEDENTES. –
Un nutrimento hace alusión a los nutrientes que componen los alimentos. Estas
sustancias que provienen del ambiente se define como la unidad funcional mínima
que la célula utiliza para el metabolismo intermedio y que es provista a través de
la alimentación. En el reino biológico existen dos grandes formas de nutrición,
autótrofos, los cuales se alimentan de nutrimentos inorgánicos (agua, oxigeno,
Dióxido de carbono, amonio y iones); y heterótrofos, los cuales se alimentan de
seres vivos o sus restos.
Este grupo está integrado por dos subgrupos, por un lado, las frutas y por otro las
verduras, por alimentos que representan la única fuente de vitamina C, además
aportan cantidades importantes de otras vitaminas, fibra dietética, hidratos de
carbono y nutrimentos inorgánicos. Se recomienda consumir estos alimentos en la
temporada y siempre que sea posible crudos y con cáscara.
Grupo 2. – Cereales y Tubérculos.
Este grupo, reúne todos los alimentos que tienen la característica de aportar
energía a la dieta, por su elevado contenido de hidratos de carbono. Algunos de los
alimentos que pertenecen a este grupo son el maíz, el arroz, la avena, la cebada, el
amaranto y todos los alimentos que se obtienen a partir de los mismos como las
tortillas de maíz, el pan, las galletas o la pasta. Entre los tubérculos que se incluye
se encuentra la papa, yuca, tapioca y camote.
En este grupo se encuentran los alimentos que son fuente de proteínas. Está
integrado por dos subgrupos, el de las leguminosas (frijoles, garbanzos, alubias,
arvejas o soya) y el de alimentos de origen animal (carnes, pescados, huevos y
productos lácteos). Aquí se complementa, de manera cualitativa, el aporte proteico
del GRUPO 2 y por otra parte, reúne las fuentes principales de hierro, zinc, y varias
vitaminas (A, B2. B6. y B12). Cabe señalar que en el Plato del Bien Comer, se
observa que la cantidad visual recomendada de leguminosas es mayor que la de
alimentos de origen animal.
A partir del 2006, para brindar Orientación Alimentaria, se utiliza en nuestro país
“El plato del bien comer”, en él se representan gráficamente los grupos de
alimentos. En este esquema se propone el consumo de tres grupos de alimentos
(divididos a su vez en subgrupos) y de composición muy semejante: las frutas y
verduras, los cereales y tubérculos y por último, las leguminosas y los alimentos
de origen animal. Cada uno de estos grupos reúne alimentos que son equivalentes,
lo que significa que pueden ser sustituibles entre sí, sin que se altere notablemente
el aporte nutritivo, pero a la vez, son complementarios, esto es, que se debe
Transtornos de la nutrición.
El adulto entre los 20 y los 60 años, por haber concluido su fase de crecimiento,
ofrece para la estimación de su estado nutricional, desde un punto de vista
antropométrico, la evaluación de la correspondencia del peso para la estatura que
haya alcanzado y la estimación de las proporciones que en ese peso corresponden
al tejido magro, fundamentalmente el integrado por la masa muscular, y la que
corresponde al tejido graso.
Para la evaluación del peso del adulto en relación con su estatura, se utiliza la
relación peso para la talla, de la cual existen múltiples índices. De todos ellos, el
índice de masa corporal (IMC), es el más utilizado por cumplir en mayor medida el
requisito de estar altamente correlacionado con el peso y ser independiente de la
talla y por existir una información muy amplia de su relación con morbilidad y
muerte en individuos de muy diversa distribución geográfica, estructura social y
grupos de edad. (Koshla, et al, 1967; Shetty & James, 1994). Este índice es la razón
entre el peso (expresado en kilogramo) y la talla al cuadrado (expresada en metro).
Por su parte los valores del IMC por encima de 24,9 entrañan un aumento de los
riesgos de ser obeso y de incremento de la morbilidad y muerte por entidades como
diabetes no insulino dependiente, hipertensión arterial, dislipidemias,
coronariopatías, entre otras afecciones. (Bray, 1985)
En cuanto a los individuos catalogados como de “pesos altos” (IMC 25,0) hay que
tener en cuenta que no necesariamente el peso elevado es por un aumento de la
grasa corporal y puede ser el resultado de un desarrollo muscular aumentado
unido a una estructura ósea robusta o no; aun cuando lo más frecuente es que el
IMC elevado se asocie con un aumento también elevado de la grasa corporal. No
obstante, son numerosos los trabajos que establecen que el riesgo de morbilidad
está asociado no con el aumento de la grasa corporal por sí, sino con el incremento
de la grasa en la región abdominal, específicamente con la grasa intraabdominal.
OBJETIVO. -
MÉTODO. –
Para llevar a cabo la evaluación del estado nutricional del sujeto experimental, se
llevaron a cabo observaciones del estado físico, las cuales fueron resumidas en la
tabla 2, las cuales sugieren la deficiencia o exceso de algún nutrimento. Además,
se llevó a cabo la medición del índice de masa corporal (IMC) y fue comparado con
la circunferencia que el sujeto experimental presenta Tabla 1.
Para la obtención del IMC, se pesó al sujeto experimental y se obtuvo la altura del
mismo, después se sacó el cociente de su masa entre la altura elevada al cuadrado,
lo cual nos dio como resultado el IMC que el individuo presenta.
Esto se llevo a cabo mediante la observacion directa del sujeto experimental con
ayuda de la tabla 2.
RESULTADOS. –
A 31.05 109
B 19.5 66
A B
Sistema musculo-esquelético Mucha grasa subcutánea, sin Poca grasa subcutánea, sin
firmeza, sin dolor al correr firmeza, sin dolor al correr
Órganos internos Frecuencia y ritmo y cardiaco Frecuencia y ritmo normales
normales (108/min) (94/min)
Tabla 2. En dicha tabla, se puede observar que a partir de la evaluación de acuerdo al aspecto
físico que presenta cada sujeto experimental, se puede inferir el estado nutricional que
ambos presentan.
DISCUSIÓN. -
En cuanto a IMC que presentaron ambos sujetos, existe una evidente discrepancia
(19.5 y 31.05), lo cual no concuerda con la alimentación que estos presentan, ya
que del sujeto A se tiene la información de que padece hipotiroidismo, procurando
que su alimentación sea la más balanceada posible y el sujeto B presenta una
alimentación normal, aunque cabe destacar que aunque ambos infieren que llevan
un estilo de vida balanceado, esto no es del todo cierto, ya que por el mismo estilo
de vida universitario que llevan a cabo, tienen una ingesta excesiva de bebidas
energizantes y azucaradas, entre otras bebidas carbonatadas que también
contienen cantidades excesivas de azúcar, este mismo comportamiento, se puede
ver reflejado en la mayoría de estudiantes de esta etapa, pero esto es atribuible a
una mala mercadotecnia, la cual sugiere el consumo de productos de un costo
elevado y muy carentes de nutrientes escenciales.
CONCLUSIÓN. -
1. Khosla T, Lowe CR. (s. a.) Índices of obesity derived from body weight and
height. Br J Prev Soc Med; 21:22-8.
12. Pérez Hidalgo, C. 1976. Encuesta Nutricionales de México, Vol. II: Estudio
de 1963 a 1974. CONACYT-PRONAL, Grupo de Nutrición, México.
13. Sepúlveda, AJ., Lezana, M.A., Tapia, R., Valdespino, J.L., Madrigal, H. &
Kumate, J. 1990. Estado Nutricional de preescolares y mujeres en México:
resultados de una encuesta probabilística nacional. Gac Med Mex (1
26):207-225.
14. Servín Rodas, Ma. Del C. 2013. Nutrición Básica y aplicada. SUA y ED.
México, pp. 23-34.
15. Shetty PS, James WPT. Body mass index: An objetive measure for the
estimation of chronic energy deficiency in adults. Rome: FAO;1994.
16. Shetty PS. 1997. Diet nutrition and lifestyle related chronic non
communicable diseases: The emerging epidemic in developing countries.
Lausanne: Nestle Foundation; Annual Report; 53-61.
17. Wei M, Gaskill SP, Haffner SM, Stern MP. 1997. Waist circumference as the
best predictor of non insulin dependent diabetes mellitus (NIDDM) compared
to body mass index, waist/hip ratio and other anthropometric
measurements in Mexican americans a 7 years prospective study. Obes Res;
5(1):16-23.