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Minuta

Con la venia de S.S. alega en esta causa de tutela laboral la abogada _________, en
representación de la demandada _______________. Vengo en solicitar el rechazo de la
demanda de ___________ en todas sus partes.

A mi representada se le acusa de haber vulnerado las garantías fundamentales de Don


_______, el demandante, al despedirlo por éste negarse a la realización de un examen de
ADN para comprobar si los rumores de su paternidad fuera del matrimonio eran ciertos. Me
pregunto ¿Cuántos de ustedes adhieren a una institución religiosa esperando un desarrollo
integral, a través de la vivencia de valores que nacen y se orientan desde la espiritualidad?
¿Acaso el rol de un guía espiritual no se vuelve esencial en la concreción del compromiso
como colegio en el cumplimiento de nuestro deber de inspiración, modelo, sostén y guía de
sus vidas? ¿Cuántos de ustedes confían sus hijos a determinadas instituciones esperando que
la educación que reciban coincida con los valores que los identifican? ¿Seguirían confiando
en dichas instituciones si quien los enseña o mejor dicho guía, precisamente, no cumple con
estándares de responsabilidad y moralidad mínimos?

Fundo mi alegato en los siguientes argumentos de hecho y de derecho:

I. Hechos de la causa. Teoría del caso

Don ________- es contratado en marzo del año 2004 por mi representada para
desempeñarse como guía espiritual del Colegio Santísimo. Dichas labores incluían,
accesoriamente, hacer clases de religión a los alumnos de 1° a 4° medio y dirigir actividades
extra-académicas.

El día 24 de Mayo del año 2010, se le informa a _______ que ha sido acusado de tener
un hijo de 15 años, el que fue concebido fuera del matrimonio. El aludido descartó de plano
la posibilidad de que el menor fuese su hijo.

Esta situación generó un sinfín de rumores y críticas que afectaban el prestigio de la


Iglesia, por lo que se le solicita al demandante, el día 26 de mayo, la realización de un examen
de ADN que disipara toda duda, quien, rotundamente, se niega, argumentando que mi
representada se está inmiscuyendo en su vida privada.
Por lo anterior, mi representada, el día 27 de Mayo del año 2010, pone fin a la relación
laboral existente entre ella y Don __________, en virtud de la causal del art. 161 inc. 2 del
CT, esto es, el Desahucio, por negarse a la realización del examen de ADN, poniendo
entredicho la coherencia moral de la Iglesia.

II. Argumentos:

1° El despido de _____________ no ha vulnerado, de ninguna manera, las garantías


fundamentales del aludido, en específico, no ha significado una discriminación arbitraria ni
una vulneración a su vida privada.

2° Al respecto, es menester señalar que, en materia laboral, para que una discriminación
sea arbitraria, conforme a lo dispuesto por el art. 19 N° 16 de la Constitución Política de la
República, es necesario que dicha discriminación no se base en la capacidad e idoneidad
personal del trabajador. De este modo, si dicha “discriminación” se basa en la capacidad e
idoneidad personal del trabajador no estamos frente a una discriminación arbitraria, y
consecuente con ello, no existiría vulneración alguna a las garantías fundamentales.

Dicho lo anterior, es necesario saber qué significa “capacidad e idoneidad personal”. Para
la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución el concepto de idoneidad es más amplio
que el de capacidad. Este último –la capacidad –se relacionaría sólo con la preparación
técnica o profesional del trabajador. La idoneidad, en cambio, comprende la capacidad y las
necesarias condiciones morales para el cargo de que se trate.

Don Enrique Contreras fue contratado por mi representada precisamente por sus
cualidades morales, ya que el proyecto educacional al que adscribía era indudablemente
religioso y exigía que quienes fueren a trabajar en él ostentaran una calidad moral indiscutida.
Más aún, la labor para la que fue contratado fue la de “Guía Espiritual”, es decir, para ayudar
a un menor afligido a tomar decisiones importantes en un periodo crítico de la vida, basado
en la sabiduría de la cristiandad. La persona que se comprometa a realizar dichas labores,
lógicamente debe contar con la sabiduría moral y ética necesaria para evitar que de cualquier
forma se produzcan manipulaciones o abusos que desencadenen conflictos en los
adolescentes y niños.
De esta forma, una vez que ________ dejó de ostentar dicha calidad moral, mi
representada se encontraba en todo su derecho de terminar la relación laboral sin infringir
ninguna garantía fundamental con ello, ya que su exclusión se basó en que dejó de ser idóneo
para su relevante cargo dentro de la comunidad escolar, de hecho, en definitiva, nunca lo fue,
pues el presunto hijo tiene 15 años.

Por lo tanto, no se ha visto vulnerada ninguna garantía fundamental ni se ha infringido el


principio de la no discriminación contenido en el art. 19 N° 16 de la Constitución Política de
la República y en el art. 2 del Código del Trabajo; sino que simplemente ha sido expresión
de la “libertad de contratación” asegurada para todos en el art. 19 N° 16 de la Constitución
Política de la República.

3° A propósito de la vulneración por parte de mi representada a la vida privada del


demandante, debemos declarar lo siguiente: la intención de la Iglesia de los últimos Profetas
del Santísimo, acorde con los valores que inspira, nunca fue la intromisión o vulneración de
la vida privada de Don Eduardo Contreras sino que, inspirados en la fraternidad que los
caracteriza, buscaba proteger su imagen frente a las supuestas injurias en su contra, así como
también proteger la imagen de la institución.

4° Acorde con lo anterior, existe en el presente caso una colisión entre dos derechos
constitucionales: el derecho a vida privada del demandante y el derecho a la honra de todos
los integrantes de la comunidad y el prestigio de la institución.

Como todo Derecho, la protección a la vida privada de un individuo no es absoluta sino


que posee matices. En este caso, nos obliga a ponderar los derechos anteriormente
mencionados.

4° Es probable que mi contraparte señale que no estamos frente a un caso de Desahucio,


no pudiendo mi representada poner término a la relación laboral sin derecho a indemnización
por años de servicio. Sin embargo, el art. 161 inc. 2 señala: “En el caso de los trabajadores
que tengan poder para representar al empleador […], y en el caso de los trabajadores de casa
particular, el contrato de trabajo podrá, además, terminar por desahucio escrito del empleador
[…]. Regirá también esta norma tratándose de cargos o empleos de la exclusiva confianza
del empleador, cuyo carácter de tales emane de la naturaleza de los mismos”.
Don _________ desempeñaba, principalmente, funciones de Guía Espiritual. Cualquier
empleado que realice dicha labor debe considerarse de exclusiva confianza del empleador,
más aún en una entidad religiosa, donde los valores de la persona que se contrata es el motivo
por el cual se le otorga el puesto de trabajo.

Indudablemente, por el cargo ejecutado, es necesario concluir que _________ era un


empleado de la exclusiva confianza de mi representado, y por ello, no existe dificultad alguna
en recurrir a la institución del Desahucio para terminar la relación laboral existente.

III. Conclusión:

En síntesis, la consideración de la capacidad e idoneidad del trabajador para el cargo de


guía espiritual es determinante al momento de contratar y mantener la relación laboral,
considerando además la exclusiva confianza que amerita el cargo tal como quedó en
evidencia en los argumentos ya señalados.

Por todo lo dicho, aparece de manifiesto que no ha existido vulneración a las garantías
fundamentales.

Por tanto,

Concluyendo mi alegato, y en razón de todo lo ya expresado, ruego a S.S. rechazar la


demanda de tutela laboral en todas sus partes y condenar al demandante en costas.

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