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3.

ESTADO DEL ARTE

Los estudios de movilidad social, y de transmisión intergeneracional de la educación


y del ingreso, tienen una larga tradición en la sociología y en la economía laboral, a partir de
la medición de la correlación entre el estatus socioeconómico del padre —nivel educativo,
tipo ocupación y nivel de ingresos— y el estatus de sus hijos. Las metodologías más
comúnmente empleadas son las matrices de transición, las regresiones lineales, los modelos
de regresión probit y logit, las tablas probabilísticas y las cadenas de Markov. A continuación,
se presentará la revisión de literatura para los estudios de movilidad intergeneracional
educativa en Colombia.

Nina, Grillo, Alonso (2003), utilizan cadenas de Markov, criterios de máxima


verosimilitud, estimación con datos agregados, y muestran conclusiones a partir de la
encuesta de hogares. Su estudio se basa en la transmisión intergeneracional del capital
humano y la movilidad social en la ciudad de Bogotá, la cual presenta una movilidad
decreciente entre padres e hijos en el interior del hogar a medida que aumenta los logros de
años de educación. También realizaron la estimación de índice de Shorrocks partiendo de la
encuesta de calidad de Vida (1997) y la Encuesta Nacional de Hogares que va desde el año
1978 hasta 1998. Como resultados de su investigación se encuentra que hay una movilidad
ascendente en el caso de los deciles más ricos y descendente en los más pobres.

Cartagena (2004), estudia la movilidad educativa intergeneracional donde crea un de un


índice de movilidad ascendente. Este uso la información suministrada por la ECV, para
clasificar a los individuos conforme a su edad, el nivel de educación de los padres, y su último
grado de educación. De esta forma crea variables pertinentes para el estudio, que serían
usadas en matrices de transición, y utilizan periodos de tiempo de diez años para observar las
decisiones de la educación a través del tiempo. Este autor se diferencia de los otros donde
desarrolla un indicador que relaciona el capital humano con la rentabilidad de la educación.
Los resultados demuestran que la rentabilidad de educarse y la facultad de hacerlo tienen un
impacto sobre tales decisiones educativas. Se encontró una disminución en cuanto al
crecimiento de movilidad educativa al momento de iniciar la primaria, segundaria, y, por otro
lado, al suspender el proceso escolar, una consecuencia de ello está relacionado con la
obstrucción de la productividad total de factores (PTF).

Páez (2009), investiga la influencia que tienen los factores socioeconómicos sobre la
movilidad educativa intergeneracional, con el fin de observar los efectos en el logro
educativo del individuo en relación con el nivel educativo del padre, utilizando diferentes
cohortes de nacimiento en la ciudad de Cali. Mediante la Encuesta Nacional de Hogares del
año 2000, se calculan los índices de movilidad y matrices de probabilidades por cohortes de
edad. Obteniendo como resultado un aumento en los indicadores de movilidad ascendente y
absoluta, mientras que la movilidad descendente disminuye a media que se avanza por las
cohortes de edad. También se precisó la existencia de una relación entre el nivel educativo
del padre y el de su hijo, pues, a medida que incrementa el nivel educativo del primero, la
probabilidad de que el hijo alcance el mismo nivel educativo de su padre o lo supere. Hecho
que finalmente provoca un aumento en el crecimiento económico, asegura Páez.

Según Bonilla (2009), la desigualdad no es la misma en todas las regiones de Colombia


y la educación es uno de los principales factores que explica las disparidades regionales. Se
empleó la gran encuesta integrada de hogares (GEIH) y la encuesta de calidad de vida (ECV):
las cuales disponen del nivel de educación de los padres. Generando modelos de regresión
lineal y tablas de probabilidades. Cabe resaltar que, Bonilla se diferencia de otros autores,
cuando este utiliza los índices de movilidad, los cuales construye a partir de la prueba no
paramétrica de dependencia. Encontrado que los habitantes de las zonas de la cabecera del
país tienen menos movilidad, en comparación con las zonas rurales. Pues, ciudades como
Cartagena, Bogotá, Quibdó y Cali presentan bajos niveles de movilidad; mientras que
Valledupar, Riohacha, Montería, Neiva y Florencia poseen una situación más móvil. La
explicación de dicho fenómeno es la exigencia de una relación negativa entre la educación
de los padres y la movilidad intergeneracional de las regiones y ciudades, en otras palabras,
hubo más movilidad en donde los padres tenían niveles educativos más bajos.
Viáfara, Estacio y Gonzáles (2010), analizan la movilidad educativa intergeneracional,
haciendo una distinción según la clase media y la población afrocolombiana en las ciudades
de Cali, Bogotá y el agregado de las trece áreas metropolitanas más. La metodología que
implementaron fue construir modelos de Markow a partir de matrices de transición de
probabilidades y de primer orden Las tablas de movilidad que generaron demuestran la
presencia de inmovilidad para la población afrocolombiana en las distintas ciudades, y de las
trece áreas metropolitanas. Con respecto a la población menos favorecida representan una
movilidad ascendente con respecto a los no afrocolombianos, hecho que evidencia la
presencia de círculos viciosos, que se planta como un problema social muy. El cual puede
ser explicado a través de un fenómeno de discriminación (a nivel étnico y de género), la cual
tiene un mayor efecto en la ciudad de Bogotá donde las brechas de movilidad tienen gran
impacto en las mujeres con respecto a los hombres, demostrando la presencia de desigualdad
de género.

Sanclemente (2012), estudia los cambios de la movilidad educativa intergeneracional por


género y cohortes de nacimiento en el Área Metropolitana de Cali para el año 2003. También
hace una investigación acerca de los determinantes por género para observar si los hijos
puedan alcanzar un nivel educativo más alto que el de sus padres. Sanclemente, uso como
insumo la información educativa de los padres e individuos de la ENCV del año 2003. Y por
medio de los instrumentos: matrices o tablas de Outflow donde muestran todas las
probabilidades, modelos de elección discreta (logit y probit). Dando como resultados, la
existencia de una movilidad educativa intergeneracional a través de grupos de cohortes con
diferencias por género, ya que, se observa una mayor movilidad en el grupo de las mujeres
que en sus pares masculinos, y que este hecho se intensifica cuando las cohortes de
nacimiento son más recientes. En cuanto a los modelos probit y logit que explican si el hijo
supera el nivel educativo de la madre o del padre se observa que las brechas entre los dos
géneros han variado por el impacto que tiene la primera cohorte de edad, donde se presenta
que el hijo supera el nivel educativo del padre, y que la variable niño si genera un impacto
directo en la probabilidad de que los hijos aumenten su nivel educativo.
Galvis y Meisel (2014), estudian la movilidad social en contextos de desigualdad y la
movilidad intergeneracional de la educación en la cual hace una caracterización de las
regiones del país según las condiciones de movilidad ascendente y descendente de los
individuos en Colombia. En su metodología introdujo variables como la riqueza material,
nivel educativo y condiciones socioeconómicas. Utiliza el método de regresión por MCO
para estimar regresiones lineales simples y además implementa matrices de transición. Como
resultados se evidencia que el país presenta desigualdades regionales y bajos índices de
movilidad que son heterogéneos en las regiones del país, en donde la región Pacífica presenta
los peores resultados y Bogotá los mejores. En cuanto a la movilidad con condiciones de
desigualdad, se evidencia que a mayor desigualdad hay menos movilidad, y viceversa.
Respecto a estudios con evidencia en el contexto internacional, se tiene que Gaviria
(2002) realizó su investigación con el objetivo de realizar una comparación de movilidad
intergeneracional en Colombia respecto a países de América Latina (Perú, México, Estados
Unidos y Brasil). Utiliza el modelo Markoviano de primer orden con el fin de calcular el
índice de movilidad para todos los países. En los resultados se observa que Colombia presenta
una movilidad social decreciente parecida a la de Brasil, menor que la de Perú y México, y
demasiado baja respecto a la de Estados Unidos. En cuanto a las cohortes en años, se
encuentra que la movilidad intergeneracional en Latinoamérica aumenta, es decir, cada
cohorte aumenta de un año a otro especialmente en los países de Colombia y Brasil. Cuando
se realiza la distinción género se tiene que la movilidad es mayor en las mujeres para los
países de Colombia y Brasil, y menor para Perú y México.
Aydemir, Chen y Corak (2008), analizan la movilidad educativa intergeneracional
entre hombres y mujeres canadienses nacidos de inmigrantes. Se apoyan en el censo
canadiense de 2001 y documentos posts-censales de la encuesta de diversidad étnica
realizada en el 2002. Parten de una caracterización de las mujeres canadienses y el lugar de
nacimiento de sus padres y realizan una distribución porcentual de los logros educativos por
grupos de edad. Igualmente, desarrollan modelos econométricos de los años de educación
alcanzados por los individuos para medir la movilidad de ganancias, ingresos y otros
indicadores socioeconómicos. Se evidencia que los años de escolaridad entre las
generaciones es bastante débil para los inmigrantes y sus hijos nacidos en Canadá. Las
ganancias de los padres no tienen una correlación con los años de escolaridad para los niños
de segunda generación. Finalmente se encontró que la movilidad educativa intergeneracional
de la educación no ha cambiado en las cohortes de edad.
Sanroman (2010), estudia la evolución de la movilidad educativa intergeneracional para
Chile, Uruguay, Brasil y Estados Unidos durante el período 1995-2006. Utilizan datos de
encuestas de hogares estándar e información sobre la educación de los padres. Los resultados
reflejan que la educación se ha expandido aceleradamente en Brasil, con mejoras en términos
de escolarización de los adolescentes y movilidad intergeneracional durante el período. En
el caso de Chile ya se presentaba una situación positiva frente a otros países de América
Latina, mientras que Uruguay tuvo la peor etapa en casi todas las dimensiones. Finalmente,
se evidencia que en Estados Unidos los adolescentes tienen una buena educación y el grado
de movilidad es alto durante el periodo analizado.
Como aporte a la literatura nacional, este estudio pretende profundizar en el concepto de
igualdad de oportunidades, identificando si las diferencias de ingreso por quintiles tienen un
efecto positivo o negativo en las disparidades a nivel de raza y cohorte de edad. Debido a
que, ello ratifica la presencia de círculos de pobreza que requerirían de la acción de la política
pública para poderlos superar.

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