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COLECCION EL HOMBRE Y SU MUNDO

dirigida por
Jean H ippolite
Oscar Del Barco

DiagramacÍón tapa
Osear Diae

1ntroducción a- la
filosofía de la
historia deH egel

ediciones
Calden
©by Ediciones CALDEN
Buenos Aires _ Argentina
Printed in Argentina
Tmpreso en Argentina
1970

Hecho el dep68ito que previene la ley 11728


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Título de la obra en francés:
Introduction a la Philosophie de l'histoire,
ed. Lib. Marcel Riviere y Cie., París, 1948. INTRODUCCION
Traductor:
Alberto Draeui EL IDEALISMO HEGELIANO

Lucien Herr escribía en la Grande Encyclopédie 1:


"La evolución de Hegel fue autónoma y totalmente per-
sonal; habitualmente se lo representa como continuando y
terminando el pensamiento de Schelling, el cual había con-
tinuado y desarrollado la doctrina de Fichie, a su vez
continuador del pensamiento de Kant. Puede ser que la
concepción del valor sucesivo de esas doctrinas tenga un
valor esquemático; pero lo cierto es que, en realidad,
no es una verdad histórica". La filiación Kant, Fichte,
Schelling, Hegel, es muy seductora para el espíritu; co-
rresponde, indudablemente, a la interpretación que He-
gel dio de sí mismo en su historia de la filosofía, la cual
es, como se sabe, también una filosofía; parece impo-
nerse al historiador cuando se sabe que Hegel se pre-
sentó corno el discípulo de su amigo Schelling -el cual
fue, [unto con Holderlin, su compañero de estudios en
Tübingen ~- desde su llegada á Jena en 1801, hasta la

1 Lucien Herr, Grande Encyclopédie, arto Hegel,


2 Sobre los años de estudio de Hegel en Tübingen y sus re-
laciones con Schelling y Holder lin, cf. Hegels Tübinger
Fragment, von G. Aspelin, Lund, lG33. En relación a los
trabajos de juventud de Hegel, cf. nuestro artículo en la
"Revue de métaphysique et de morale", julio y octubre de
1935 Les travaux de [eunesse de Hegel d'aprés des ouvra-
ges récents.

7
"~;

publicación de la Fenomenología en 1807. Durante esos ria de los pueblos -el gran drama humano- no tiene
años en Jena, al margen de su disertación: De orbitis su verdadero lugar. Es cierto que en este prefacio Sche-
planetarum Y de su primer obra sobre La diferencia de lling no es nombrado, pero supo reconocerse muy bien
los sistemas de Fíchte y de Schelling, sólo publica ar- en él ', A partir de ese momento la originalidad de H e-
tículos en el periódico filosófico de Schelling"; estos gel ya no es discutida. A 1 considerar retrospectivamente
artículos, en particular el titulado Fe y Saber, tienen un el admirable movimiento filosófico que constituye el idea-
carácter muy personal, y si bien nosotros, que conoce- lismo alemán, Hegel pudo considercrse a sí mismo como
mos el H egel posterior, el de la Fenomenología, y el H e- el filósofo que superó todas las adquisiciones de dicho
gel anterior, el de los trabajos de juventud, podemos des- idealismo filosófico, que las condujo hasta su término ló-
cubrir en ellos la originalidad del pensamiento hegelia- gico, y que expresa, por así deeirlo, el resultado dialéc-
no, para sus contemporáneos no debía ser así; y H eqel, tico del mismo. Fichte representaría el idealismo subje-
antes de la publicación de la Fenomenología, sólo podía tivo, la eterna oposición del Yo y del No-Yo, una oposi-
aparecer como un discípulo de Schelling, un discípulo de- ción no· resuelta, pero que sólo debe neaarse, una filoso-
masiado oscuro que sólo se esforzaba por situar el pen- fía de la acción moral"; Schellinq representaría el idea-
samiento de Schelling en el conjunto de la filosofía de lismo objetivo, la identidad del Yo y del No-Yo dentro
su tiempo y de señalar la originalidad de esta filosofía f de lo Absoluto, una filosofía de la contemplación estéti-
mejor aun que su propio autor. Tal vez el mismo Sche- ca; y H eqel el idealismo absoluto, conservando en el seno
lling le debió a su discípulo y amigo Hegel el haber to- mismo de lo Absoluto la dialéctica de la reflexión que es
mado una conciencia más exacta de las diferencias que propia de Fichte, una filosofía de la síntesis concreta 8.
existían entre su filosofía del Absoluto 11 las filosofías Por lo tanto se puede decir que la visión que H egel pro-
de la reflexión de Kant y de Fichie. Después de este pone de sí mismo es ya una cierta filosofía de la Historia
..• de la filosofía, y que fue el primero en crear esta repre-
período en el cual Heqel vive a la sombra de Schelling,
viene, po?'último, la gran obra filosófica de Hegel, la sentación, no obstante demasiado esquemática, de las
Fenomenología, que fue terminada, como se sabe, en el tres formas de idealismo, idealismo subjetivo, idealismo
momento de la batalla de Jena, y que es, por parte de objetivo e idealismo absoluto. mediante la cual tantas ve-
H eqel, una verdadera toma de conciencia de su propia ces se ha querido definir el hegelianismo.
originalidad y una ruptura bastante brutal con Sche- El descubrimiento de los trabajos juveniles de He-
lling. Particularmente en el prefacio de esta obra es gel, que durante largo tiempo permanecieron inéditos y
donde Hegel expone con lucidez y maestría su, propio que fueron publicados por primera vez por Nohl en 1907,
tnouo de vista; enfrenta tanto el romanticismo de los
Jacobi, de los Schleiermacher y de los Novali, como la
filosofía de Kant y de Fichte; pero se opone también, ~ Fenomenología del espí1'itn, traducción española de Wences,
con no menos vigor, a la filosofía del Absoluto de Sche- lao Roces, ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1966.
lling, la cual es una filosofía de la naturaleza más que Un tomo.
una filosofía del espíritu, una filosofía donde la histo- a Para una exposición de la filosofía moral de Fichte, filo-
sofía de la acción donde el Yo y el Universo se chocan
siempre, cf. la traducción de El destino del hombre.
6 La mejor exposición de conjunto de este idealismo alemán
3 Estas diversas obras se encuentran reunidas en la edición desde Kant a Hegel, nos parece ser la obra de Kroner,
Lasson de las obras de Hegel, Ersie Druckechriiten, Leip- Von Kant bis Hegel, Tübingen, 1921.
zig', 1928.

8 9
'~

modificó profundamente esta representación 7. En efec- más cerca de lo concreto; y para él lo concreto es la vida
to, estos trabajos debieron sorprender a aquellos que de los pueblos, el espíritu del Judaismo y del Cristianis-
sólo conocían el H egel de la Lógica o de la Enciclopedia, mo; sólo utiliza a los filósofos, particularmente a Kant
y tal vez sorprendiera menos a quienes habían sido sen- y los filósofos antiguos, para mejor abordar directamen-
sibles a la riqueza concreta de las lecciones de H egel so- te su objeto: la vida humana tal como ella se le presenta
bre la filosofía de la historia, sobre la filosofía del dere- en la historia; más aún, las preocupaciones de Hegel son
cho o sobre la estética y la religión. Y esto en razón que de orden práctico. Bajo la influencia de la revolución
el estudio de los trabajos juveniles de Hegel debía mos- francesa -la cual, durante un tiempo, lo entusiasmó al
trar dos aspectos muy descuidados del pensamiento he- igual que a la mayoría de sus contemporáneos- sueña
geliano. Por una parte se descubriría que el Heqel que con reformas concretas destinadas a resucitar institucio-
publicó su obra maestra a los 35 años había hecho pre- nes enueiecidas», Siempre Hegel parte, tal como le es-
ceder su entrada en la escena filosófica por una larga cribió a Schellinq, de las "exigencias más humildes del
iniciación, por un amplio camino de cultura, y que en pensamiento humano". Sólo al llegar aJena adquiere
las obras publicadas mientras vivía sólo entregaba el edi- conciencia de la filosofía como un medio -tal vez más
ficio desnudo, después de haber hecho desaparecer todos
los andamiajes. Por otra parte debió sorprender que la \ . propio de nuestra época que la religión-
sar el sentido de la vida humana en su historia.
para expre-
filosofía, en el sentido técnico del término, tuviese tan Pero la verdadera filosofía, como dice Pascal, se
poco lugar en esas notas de juventud. Durante l08 años burla de la filosofía, y los trabajos de juventud de Hegel
de seminario en Tübingen, los Míos de preceptorado de tienen el mérito de mostrarnos el punto de partida origi-
Berna Y. de Franciort, Heqel se preocupa más de lo! nal de la especulación hegeliana. En nuestra época, bajo
problemas religiosos e históricos que de los problemas la influencia de Husserl, la escuela fenomenológica ale-
propiamente filosóficos 8. Inclusive la correspondencia '\
mana ha querido sustituir la de estudios de segunda
con Schelling lo demuestra. Este último, inmediatamen- mano, por ejemplo a una filosofía de la ciencia que sólo
te después de su partida de Tii bing en, abandona los es- era la ciencia de la ciencia, por estudios directos. La
tudios teológicos; la metafísica se convierte en su pre- nueva consigna ha sido "regreso a las cosas mismas" l0.
ocupación exclusiva y trata de profundizar el idealismo Pero es precisamente esto lo que caracteriza los traba-
de Fichte uniéndose a Spinoza. Publica El Yo como prin- jos juveniles de H egel, a los cuales se ha denominado,
cipio de la filosofía, después las Cartas sobre el Dogma- un poco erTóneamente, trabajos teológicos. En ellos He-
tismo yel Cristianismo, en tanto- que H egel permanece ,. gel se preocupa menos de la filosofía técnica que de la
historia; e inclusive la palabra historia es incorrecta pa-
ra caracterizar ese tipo de especulación. Lo que interesa
1 Dilthey fue el primero que utilizó e interpretó estos tra-
.bajos de juventud. Luego fueron publicados por Nohl,
a nuestro pensador es descubrir el espíritu de una reli-
Hegels theologische Jugendschriften, Tübingen, 1907. En gión o el espíritu de un pueblo, es forjar nuevos con-
Francia el libro de J. Wahl, Le malheur de la c08cienc6 ceptos aptos para traducir la vida histórica del hombre,
dans la philosophie de Hepel, (Rieder, 1929), es una inter- su existencia dentro de un pueblo o de una historia. En
pretación particularIYlente interesante de dichos trabajos,
la cual ha renovado el interés francés por la filosofía de
Hegel. 9 En relación a Hegel y la Revolución francesa, cf. nuestro
8 Para precisar las ideas damos aquí la cronología de esta
artículo aparecido en la "Revue philosophique", número
carrera de juventud de Hegel: Tübingen, 1788-1793; Berna,
especial de septiembre-diciembre de 1939.
1793-1796; Francfort, 1797-1800; Jena, 1801-1807.
10 Zu den Sachen selbst.

10 11
Aquí no queremos elegir de una manera absoluta
este punto Hegel es incomparable Y los trabajos de ju- una de esas dos vías. En nuestros trabajos hegelianos
ventud nos muestran su esfuerzo directo y aún ingenuo nos ha interesado particularmente la Fenomenología, y
para pensar la vida humana. "Pensar la vida, he aquí esta obra se sitúa, precisamente, entre los trabaios de
la tarea" 1', escribe; es necesario no entender por vida juventud, a los cuales vuelve a pensar, y el futuro siste-
la vida biológica sino la vida del espíritu que es insepa- ma que anuncia. En ella se encuentra todo el "camino
rable de la historia. Incluso es necesario agregar al mis- cultural" de H egel, el que él mismo siguió antes de lle-
mo tiempo que H egel busca la significación que tiene gar a la filosofía, y el esfuerzo prodigioso del lógico por
para el espíritu humano ese té?'mino "historia". hacer entrar esta experiencia viviente dentro del cua-
Por lo tanto antes de comprender a Hegel como el dro de una reflexión estricta. No nos corresponde sabe?'
sucesor de Fichte y de Schellinq, y de definir dialéctica- si la lógica ha esclerosado este camino o si p01' el con-
mente su posición filosófica, puede ser interesante inves- trario, tal como lo queria Hegel, ha penetrado en la mis-
tigar cuál fue el punto de partida de su pensamiento 1/, ma lógica. En este sentido tendremos ocasion. de com-
remontando a los trabajos de juventud, descubrir en parar lo que Glockner llama el pantragicismo hegeliano
ellos el carácter fundamental del idealismo hegeliano. con su panlogismo, su intuición de la historia con su
Puede decirse que, a partir de Diltneu, este estudio de teoría de la contradicción 13.
los trabajos de juventud ha sido llevado muy lejos 11 ha
Sea corno sea nosotros portiremos de los trabajos
-, renovado la interpretación del hegelianismo hasta hacer
de [uuentud de Hegel para comprender mejor la signifi-
descuidar, tal ve,z: un poco excesivamente, el sistema ter-
minado. Inclusive pareciera que a veces hay una, especie cación del sistema hegeliano; no opondremos los prime-
de oposición entre los intér-pretes de H egel que se dedi- ros al segundo sino que trataremos de demostrar que lo
can a su sistema, el de la Enciclopedia, 11los que perma- que constituye la originalidad de H egel -entre los filó-
necen fieles a las primeras etapas del pensamiento he- sofos del idealismo alemán- se encuentra ya en germen
• geliano. En tanto que Kriiner o Hartmann, en sus obras en los trabajos de Tübingen. de Berna 11 de Franciort .
sobre el idealismo alem.án, descuidan los trabajos de ju- Una rápida comparación entre Schelling y H egel haré.
ventud de Heqel y se esfuerzan por comprender a este comprender mejor nuestro pensamiento.
filósofo situándolo dentro de la gran corriente filosófi- Schelliiu), así como Schiller lo había 1/a hecho fren-
ca de su tiempo, un Haerinq en Alemania y un J. Wahl te a Kant, opone al idealismo fichbeano, que es un idea-
// en Francia, se interesan particularmente en la génesis lismo moral, un idealismo de carácter estético. Para Fich-
fenomenológica del sistema, por ejem.plo en esos estu- te, al menos para el primer Fichte, la intuición intelec-
dios tan vivos y aún tan lJOCO dogmáticos sobre el espí- tual es la de la acción mor-al, mediante la cual el sujeto
ritu de un pueblo o sobre el crietiamismo 12. libre se eleva a la más alta, conciencia de sí, y, oponién-
dose al mundo, lo niega. Es dentro de esta tensión del
11 Nohl, citado, p. 429. Hegel agrega: "La conciencia de la
vida pura sería la conciencia de lo que el hombre es". 1':1 En los dos volúmenes que consagró a la filosofía hege-
Estos primeros trabajos de Hegel hacen muchas veces pen- liana (Fr. Frommans Verlag, t. 1, 1929; t. II, 1940) Grock,
sar 'en 10 que actualmente se llama, después de Kierke- ner opone la visión trágica del mundo que es primitiva en
gaard, la filosofía existencial, Sobre Hegel y Kierkegaard, Hegel, a su panlogismo que constituye su "destino filosó-
d. el estudio de J. Wahl en las relaciones del l IIer. Con- fico". En la continuación de nuestro artículo nos hemos
creso hegeliano de Roma, J. C. B., Tübingen, 1934. inspirado en esta distinción partiendo, ante todo, de la
]2 Cf. la obra esencial de T. Haering, Hegel, sein Wollen und visión trágica del mundo. .
.5ein We¡'k, Teubner, Leipzig, 1929.

12 13
Yo que se pone oponiéndose, donde reside la libertad de la historia, y es el que vuelve a encontrarse en las
práctica, Para Schelling, al contrario, la intuición inte- obras maestras de su carrera filosófica desde la Feno-
lectual, tal como la presenta al término de su sistema menología, en 1807, hasta la Filosofía del Derecho, en
del idealismo trascendental, es una intuición estética, El 1821, Por lo tanto el estudio de los trabajos de juven-
artista no alcanza la libertad suprema en la lucha sino tud de H egel nos conducirá desde la intuición primera
dentro de una armonía reencontrada, en la coincidencia del espíritu de un pueblo (Vollcsgeist) hasta el proble-
con el absoluto dentro de la creación estética; es el mun- ma del desenvolvimiento histórico, por intermedio de las
do del mote quien nos ofrece la más alta revelación del nociones de positividad y de destino, Veremos de inme-
absoluto 14, diato de qué manera H egel, durante los años de cultura
Pero en los primeros trabajos hegelianos no encon- propiamente filosófica de J ena, organizará estas nocio-
tramos una filosofía. del arte, sino que, por el contrario, nes y tratará de presentar conceptualmente, dentro de
encontramos una meditación sobre la vida de un pueblo, una primera filosofía del derecho y en un primer siste-
sobre la relacion viviente del individuo y de la ciudad tal ma ético que permaneció inédito durante su vida, la in-
como ella se manifestaba en un griego o un romano, tuición de la vida orgánica de un pueblo y su relación
Este objeto, este espejo donde el sujeto se encuentra a con la historia del espíritu del mundo, En este dominio
sí mismo porque es su creación, es para Hegel, desde del espíritu los estudios de H eqel son, como hemos di-
sus primeras etapas, no la naturaleza o el arte sino el cho, de primera mano; en el campo de la filosofía de la.
espíritu, entendido como realidad supra-individual, co- naturaleza, por el contrario, no piensa sobre las cosas
mo espíritu de un pueblo, espíritu de una religión. La directamente; no tiene, como Schellino, intuiciones o
experiencia de las totalidades históricas, esta es sin du- simpatías cósmicas, por lo tanto se limita a reflexionar
da la experiencia fundamental de H egel, la que intenta- sobre los conceptos de la filosofía de la naturaleza que
rá integrar al idealismo alemán, La teoría kantiana de toma prestado a su antiguo condiscípulo. Piensa los con-
la libertad, desarrollada con tanta profundidad por Fich- ceptos que esta filosofía de la naturaleza ya ha elabora-
te, era aún una teoría abstracta, El idealismo filosófico do directamente de una manera parecida a como una
tenía necesidad de pensar al hombre en su historia con- filosofía de la ciencia piensa hoy sobre los conceptos que
creta 1J de encontrar en ella el espíritu, Schiller, Goethe, la ciencia le presenta. N o le ocurre lo mismo en el cam-
y Schelling habían abierto el camino, pero ellos pensa- po de la historia humana, Aquí H egel elabora conceptos
ban en particular (tal como debía hacerlo Goethe) el a partir de su misma fuente, pero esta formación de los
problema de las relaciones entre el hombre espiritual y primeros conceptos fundamentales de la filosofía hege-
la naturaleza, se elevaban inclusive hasta pensar el arte, liana es capital para comprender dicha filosofía. Por es-
pero no hasta un pensamiento de la historia de los pue- ta razón los estudiaremos en su génesis dirigiéndonos,
blos como ya había entrevisto Herder. para ello, a los trabajos de juventud,
Hegel partió, por el contrario, de este pensamiento

14 Cf, El sistema del idealismo trascendental de Schelling,


Werke 1958, III. Se encuentra en esta obra, sin embargo,
una concepción de la historia, segunda naturaleza del
hombre, reconciliación de la Libertad y la Necesidad, que
preludía la concepción hegeliana. Pero sólo es una in-
dicación.

14
15

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CAPITULO I

EL ESPIRITU DE UN PUEBLO (Volkgeist)

"Feliz el hombre, escribía Holderlin en Hyperión,


que extrae su alegría y su fuerza de la prosperidad de
la patria" 1. Para Hegel el individuo -reducido a sí mis-
mo- sólo es una abstracción. Esta es la razón por la
cual la verdadera unidad orgánica, lo universal concre-
to, será para él el pueblo. En tanto que Schelling ve en
la producción de la obra de arte la intuición absoluta, la
que concilia 10 subjetivo y lo objetivo, lo consciente y lo
inconsciente, Hegel, al escribir en J ena el System der
Sittlichkeit, substituye la obra de arte, como expresión
del absoluto, por el organismo concreto de la vida de un
pueblo. Su primer filosofía del espíritu será la descrip-
ción de la organización social desde sus bases en las
necesidades concretas de los hombres hasta su culmina-
ción en el Estado y la religión del pueblo, grandeza es-
piritual original y, a la vez, subjetiva y objetiva. En la

1 En Hyperwn el amigo de Hegel, Hólderlin, se representa


a sí mismo y al estado de Alemania durante esta época.
La escena sólo en apariencia es la Grecia moderna en lu-
cha contra la dominación turca.

,17
, idad a la cual se eleva la natura-
familia, la mas ~lta. un "el hombre ve la carne ,de ~u piritual, "es siempre como no debe ser para que la moral
Ieza librada a S.l ~lSrP~~~ esta contemplación, de ,SI mis- 10 haga como debe ser". Pero Hegel descubre, más allá
carne en la mujer , ~d' tico y diferente, esta aun afee- de la moralidad (Mcralitat) que en Kant y Fichte ex-
mo en otro, a l~ vez l. e:~tural La familia sólo es una presa sólo el punto de vista del individuo actuante, la
tada por una dlfere~~~a de un 'pueblo y por esta causa realidad viviente de las costumbres y de las institucio_
anticipación del esprri u d a la naturaleza el hombre nes (Sittlichkeit). La virtud, en el sentido actual del tér-
. "Si de acuer o 'd
Hegel agrega, la mUJ'er segun el or en mino, tiene una significación netamente individualista;
de su carne en " . 1
ve la carne 1 íritu de su espíritu en a corresponde, más bien, al momento de la oposición del
étic? sola;n,ente descub::e ~ e~fa" 2, Es dentro d~ un pue- individuo y de su pueblo. "No ocurría lo mismo con la
realidad ética ~ a traves e e realizada y deja de ser virtud antigua, la cual era una virtud sustancial". que
blo y sólo en el que la ~oral. es 'ble" Si se conside- encontraba su contenido en la vida misma del pueblo,
d b "un Ideal maccesi .
sólo un e er-ser, mo realidad espiritual, ca- Para expresar la diferencia tan importante que hace
ra el espíritu de un pue:l~,.co 'a dicho Schelling hablan- Hegel entre los términos "Moralitiit" y "Sittlichkeit"
mo segunda naturaleza a la y deci e "la razón
Id h puede ecirse qu adoptaremos convencionalmente las expresiones morali-
do del mundo, de erec o,', II es "la presencia del es- dad y mundo ético. La elección de la palabra "ético" es,
se realiza en el realmente , e, rit el individuo no sólo . desde luego, bastante arbitraria, pero tiene la ventaja
. .. t" En este espirt u l'
píritu vlvlen, e . , de decirse que lo ha rea Iza- de vincularse etimológicamente al término griego "etos"
tiene su d~st'tno, mcl?SO pu: llá del individuo puesto que costumbre, uso, que Hegel considera que tiene su equi-
do, el destino no es a mas a stumbres y en la vida to- valente en el término alemán "Sitte", Sin duda la pala-
se encuentra presente en tlas co, los sabios de la anti- bra moralidad se vincula también a "mores", pero esta
bl Por es a razon . ,
tal de u~. pue o, 1 bi d ría y la virtud consistían en etimología inevitable indica bien que la moralidad en el
güedad dijeron que a sa 1 u blo 3
' , de acuerdo a las costumbres de su pue .: sentido kantiano del término sólo es un momento y no
VIVIr bl s lo que reconcilia el de- el todo de la vida ética; ella corresponde sólo al estadio
El espíritu de un pue o e lidad histórica que de la reflexión subjetiva y se sitúa entre la vida inme-
( 11) el ser Es una rea 1
ber-ser so, e~ . y . 1 individuo, pero que le per- diata en un pueblo y la organización objetiva de la so-
sobrepasa mfmItame~te:'l
mite en~ontrarse a
Es, estrictamente,
rm~~~o
e.
1 'una forma objetiva,
d~fJZsPíritu -el ind}viduo
He el en la Fenomenoloqia=- y
ciedad y del Estado r.,
Estas observaciones nos conducirían, si las desarro-
llamos, más allá de las intuiciones primeras de Hegel,
que es un mundo, ~lce g en la filosofía moral de hasta el sistema acabado. de su Filosofía del Derecho,
no en el estado de Ideal, como 1 1 mundo incluso es- Pero nos interesa más buscar aquí el origen de su pen-
Kant y de Fichte, para los cua es e ,

2
. . hkeit
Hegel, Sustem. del' Stttltc. et, e.d Lasson Band VII,
ebld donde 1913,
"la intui-
• Fenornenología ... idem, La virtud y el curso del mundo.
"La virtud antigua tenía una significación segura y ~e-
p. 465. Es sólo en ~a vida de .un oP~iempo una intuición
terminada, pues tenía su fundamento pleno de contenido
cíón intelectual devl~ne dall mls,m. y los ojos del cuerpo en la sustancia del pueblo" p. 229.
real", "entonces los OJOS e espln., tu
5 Sobre la oposición de Moralitiit y de Sittlichkeit, cf. Fe-
coinciden", . . itada 211. El espíritu nomenolog'ía, p. 209. En su Filosofía del Derech.n, Hegel
3 Fenomenología d~l ~s1?tntu, trad cl. . ' ~~mo la razón rea;
-realidad supraíndívídual-e- d
es e In Ido distingue el derecho abstracto (objetivo), la moralid~d
lizada, devenida ser concreto, cf. p 259. subjetiva (Moralitat}, su unidad dent ro del Estado (Sit,
tlichkeit) .

18
19
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J... -r ; •••• , •••• J , .,
. . L.} .,' ~

samiento. No es dudoso que desde sus primeros trabajos la ,de los filósofos del siglo XVIII, del espíritu de un
de juventud Y particularmente en Tübingen, Hegel pien- pueblo.
se la vida espíritua' lo. Los térmi-
no ue emp ea en esta época son caractensticos en este
sentido; habla del espíritu de un pueblo (Vºllisgeist),
*
del alma de un pueblo (Seele d~.Qllsª"L..Jaél genio de * *
un pueblo (Genius des Volks)( Pr~nto buscaremos los
orígenes de estas expresiones en la filosofía de su tiem- Durante sus años de seminario en Tübingen y al
igual que sus condiscípulos Schelling y Holderlín, Hegel
po, pero ellas señalan ya netamente uno de los rasgos
es sensible a la belleza de la antigüedad clásica: Para
característicos del pensamiento hegeliano. Entre el in-
dividualismo y el cosmopolitismo, Hegel busca el espí- ellos la ciudad griega es la ciudad feliz -la juventud
ritu' concreto como espíritu de un pueblo. La encarna- del mundo- donde el individuo vive en perfecta armo-
ción del espíritu es una realidad a la vez individual Y nía con el todo dentro del cual se integra. Allí se realizó
universal, tal como se presenta en la historia del mundo un ideal concreto de la humanidad, pero los pueblos oc-
bajo la forma de un pueblo. La humanidad sólo se reali- cidentales perdieron esa felicidad. El cristianismo, en
za dentro de los diversos pueblos que expresan a su m el siglo XVIII, sólo es una religión exterior que no pe-
netra profundamente la vida de las almas. Hegel tam-
nera, la cual es única, su carácter universal~
bién conoce el gran movimiento de liberación raciona-
Sin embargo los primeros trabajos de Hegel ver- lista que ha aparecido en Francia y que se propaga en
san, en especial, sobre la religión. Pero la religión es, Alemania con el nombre de Auf'klarung, Conoce a los
precisamente, uno de los momentos esenciales del genio filósofos franceses del siglo XVIII, lee con pasión a
y del espíritu de un pueblo. Es en tanto que tal como Rousseau y estudia a Montesquieu, de cuya "obra in-
Hegel tratará de considerarla. Por esta razón se opon- mortal"" hablará más tarde. Es en esta atmósfera don-
drá a la concepción abstracta y antihistórica que el si- de se forma su propio pensamiento, y ya podemos tra-
<. glo XVIII tenía de ella bajo el nombre de religión na- tar de caracterizar, desde esta época, el problema tanto
tural. Pero tampoco aceptará -aun cuando su evolu- teórico como práctico que es el suyo.
ción en este sentido sea bastante compleja- el puro
moralismo de Kant, quien postula la religión a partir Se pregunta en qué condiciones una religión puede
del puro ideal moral. Precisamente es tratando de si- ser denominada viviente 8. Distingue así, inspirándose
tuarse en el seno de estas diversas concepciones como en Rousseau, una religión subjetiva y una religión obie-
Hegel profundizará su propio pensamiento sobre la re- tiva.. La religión subjetiva, que se semeja a la religión
del vicario saboyardo, se opone tanto a la fe del racío-
ligión y, al mismo tiempo, su idea, más histórica que
nalismo seco y abstracto de un Voltaire, como a la teolo-

a Esta es una de las ideas fundamentales del hegelianismo, 7 Hegel, ed. Lasson, VII, p. 411.
la base de su futura filosofía de la historia. No aceptaría,
8 Se diría que Hegel se propone el problema que atormen-
por lo tanto, la distinción de Bergson entre lo cerrado y
tará a tantos espíritus en el siglo XIX, hasta Augusto
lo abierto. Para él lo infinito -lo abierto- debe encon-
trarse en el seno mismo de una sociedad cerrada. Sub- Comte: cómo volver a encontrar una religión mejor adap-
siste, es cierto, una inadecuación, pero ella sólo tiene por tada a los pueblos modernos que la cristiana. No obstante
es la filosofía la que, al pensar la esencia de la religión
consecuencia el desenvolvimiento de la historia en la suce-
cristiana, poco a poco se convertirá en su preocupación
sión de los pueblos. dominante.

20
21
ple razón. Por el contrario, estudia la religión como si
gía positiva de una religión basada en la autoridad; es expresara la vida humana más concretamente a como po-
una religión del corazón, capaz, dice Hegel, "de inspi- dría hacerlo un moraJismo abstracto '1, Ahora bien, el
rar las más grandes acciones, pues actúa sobre la tota- cristianismo es. umLJ:eliz.ÍQ.Tl privada, como ya lo había
lidad. del hombre Y no sólo sobre su razón". La religión s'eñ"áTádo Ro~eau; la r~li~.!.ón antigua, por el .~ontrarfo',
objetiva, por el contrario "se deja ordenar en la cabeza,
se deja sistematizar, presentar en un libro, comunicar
es una religIOn de ~ª-clÍ!.d_~<1._
una intuición que el. pu(;!1;>lo
tierre--ue su re~1"@~~_~.~soll:!t.a~_"Religioff·de un pueblo y
mediante la palabra; la religión subjetiva sólo se exte- ~a se oponen como helenismo y cristianis-
rioriza en los sentimientos y los actos" ", Señalemos esta mo, y Hegel se pronuncia, en primer término, contra el
\
última expresión -"la religión subjetiva se exterioriza individualismo de su tiempo, al cual le atribuye, a ve-
en los actos". Es necesario conocer al Hegel posterior ces, la paternidad del cristianismo. En un estudio so-
11\
-aquel para quien "la verdadera realidad del hombre bre los años de Hegel en Tübingen se han podido suge-
\ es su acción", o aquel para quien "la historia del mundo rir ciertas correspondencias, por una parte entre la re-
es 'el juicio del mundo"- para comprender la impor- ligión privada y lo que Hegel llamará más tarde Mora-
tancia de esta observación. En los primeros estudios litat, y por la otra entre la religión de un pueblo y la
sobre la religión, los cuales deben conducir al ideal de Sittlichkeit, el reino ético o las costumbres de un pue-
la religión de un pueblo, Hegel quiere encontrar al hom- blo 12.
bre concreto en el cual una reflexión negadora de la vida Al oponer la religión subjetiva a la religión obje-
distingue, demasiado arbitrariamente, facultades como tiva, la religión de un pueblo a la religión privada, He-
la razón Y la sensibilidad. Pero el hombre concreto no gel adopta una cierta actitud ante la religión, la cual no
podría ser el hombre puramente indlvícfual, aIsladO tic es propia de la Aufklarung. En efecto, mientras el ra-
sus semejantes, y, si es posihle'h'a15IaYásí,-'dé:-~ti-am-
) _...hien-te--es~l..-..P-&.--esta' cáus"a-llig-eT""opóne a "la"-1~i-
gión privada "la religión de un pueblo. Esta segunda
cionalismo abstracto de los Aufklarer disuelve todas las
formas de la vida religiosa y arriba, sea a un ateísmo o
a una religión natural sin vida y sin contenido concreto,
_iH)Osici6n-.-es--más jm.por.tª-l!1a.~ precedente; ella Hegel se esfuerza por comprender una religión como
I nos muestra la significación supra-individual de los pri- una de las manifestaciones primordiales del genio de un
.A meros trabajos hegelianos. Desde esta época la religión p~eblo particular. Po~ esta razón la formación del ~- .•
\J' \ aparece, en Hegel, c?~O una de las manifestacio~e.s, más ritu de un pueblo esta lIgada, para él, a su relIgIOn, a
.' rl' Importantes del espIrItu de un pueblo. "La rehglOn es ceremonias y mitos que el entendimiejjjn .. ~to no
'J' una de las cosas más importantes dentro de la vida hu- podría comll[ender aislándolos' de su ambient~
1\ ~ana, ella encuadra la vida de un pueblo". "El espíritu
de un pueblo, la historia, la religión, el grado de liber-
van dolos, así, de un sentIdo origmarIO. AqUl se muestra
una interpretación de la religión totalmente distinta a
tad política de ese pueblo, no se dejan considerar aisla-
damente, ellos están unidos de una manera indisolu-
ble" 10. Debe destacarse que las primeras meditaciones 11 "En el hombre sensible la religión también es sensible, los
de Hegel no van desde la moral a la religión, siguiendo impulsos religiosos hacia el bien obrar deben ser sensibles
el camino trazado por Kant en la Crítica de la razón para poder actuar sobre la sensibilidad", Nohl, p.5.
p1'áctica o en La religión dentro de los límites de la sim- 12 "La religión privada forma la moralidad del hombre in-
dividual, pero la religión de un pueblo -asÍ como las
circunstancias políticas- forman el espíritu de un pue-
blo", Nohl, p. 27.
9 N ohl, citado, p. 6.
lO ídem, p. 3 Y sig.; p. 27.
23
22

t-
las concepciones atomísticas del siglo XVIII "'. Un pue-
la del siglo XVIII, ¿ pero no se encontrarían sus gérme-
blo no está constituído por individuos-átomos; es una
nes ya en Herder? _"Apropiarse de la religión de un
organización (Hegel insistirá con fuerza sobre este pun-
pueblo mediante el entendimiento, dice Hegel, no es el to) que preexiste a sus miembros. Finalmente, en la
medio para conocerla". idea de juventud de Hegel el espíritu de un pueblo no
Para Hegel, por lo tanto, la religión es un fenóme- se opone a los espíritus individuales. Hay, por el con-
no supra-individual, pues pertenece a esta totalidad úni- trario, una armonía necesariamente preestablecida entre
ca y singular que es el espíritu de un pueblo. Pero ¿ qué ellos. El individuo no podría realizarse plenamente sino
significa exactamente esta expresión en los pr-imeros participando en aquello que lo sobrepasa y lo expresa
\\\\ trabajos de Hegel? a la vez, en una familia, en una cultura, en un pueblo.
Es difícil darle una significación muy precisa. 8e0-. Sólo así es libre.
necesario un largo desarrollo filosófico antes.--Qe"que Es posible preguntarse de quién tomó Hegel expre-
Hegel defina rigurosamente lo que entiende por espíri- siones como espíritu y genio de un pueblo. Ante todo se
tu de un pueblo y considere a la filosofía de la historia piensa, pn Montesquieu, a quien Hegel había estudiado
como el desenvolvimiento del espíritu del mundo a tra- particularmente y al que se refiere muchas veces. En
vés de sus momentos particulares que serán los espíri- Montesquieu la búsqueda de las leyes generales no ex-
-. tus de los pueblos individuales. Al comienzo de sus me-
cluye el estudio de las diferencias y de las especificacio-
nes. Buscando el espíritu de las leyes Montesquieu quie-
ditaciones se trat ' Ulla intuición que de un con-
re descubrir las relaciones que tienen las leyes con el
cepto bien determinado. Lo esencial nos parece ser la medio geográfico o con "el espíritu general de una na-
idea de que el todo que constituye un pueblo no es el ción". "Las leyes, escribe, deben ser de tal manera pro-
resultado de un ensamblaje. Al igual que para Aristó-
) teles el todo es aquí anterior a las partes. En nuestros
días se estima oponer los conceptos de comunidad y de
pias del pueblo para el cual fueron hechas, que es un
azar muy grande si las de una nación pueden convenirle
a otra" Pero en él aparece el espíritu de un pueblo
14.

sociedad; ahora bien, esta oposición se encuentra ya es- como una resultante de diversas fuerzas. Más tarde, por
bozada desde los primeros estadios del pensamiento he- el contrario, para la escuela histórica el espíritu de un
geliano. La sociedad está constituí da por una asociación pueblo será como un germen originario, un dato pri-
de individuos que se proponen un fin particular. El
agrupamiento no es su propio fin. Por el contrario, en
le Por otra parte es necesario insistir sobre el hecho de que
la comunidad la unidad de los individuos es primera; en los primeros trabajos de Hegel, el Estado no aparece
ella es el telos inmanente. Para Hegel el espíritu de un aún como constricción. El individuo es libre en la comu-
pueblo es más lo que expresa una comunidad espiritual nidad que lo expresa, y sólo en ella.
14 El espíritu de las leyes, cap. III del Libro 1, "De las leyes
que el resultado de un contrato hecho de acuerdo al mo- positivas". Hegel alabará a Montaigne por haber fundado
delo de los contratos civiles. Este espíritu de un pueblo su obra "sobre la intuición de la individualidad y del
es por sí mismo una realidad espiritual original que tie- carácter de los pueblos". UNo se ha elevado a la idea
ne un carácter único y, por así decido, indivisible. Es más viviente, pero al menos no ha deducido las institu-
II1 I ciones particulares de la así llamada razón, o no las ha
ya una Idea, en el sentido que más tarde le dará a este abstraído de la experiencia, ha tratado de captar el todo
término. La noción de espíritu de un pueblo se opone individual, el espíritu general de una nación", Hegel, ed.
así, desde los orígenes de la especulación hegeliana, a Lasson, VII, p. 411.

25
24
mero. Hegel se eleva, desde ese entonces, por sobre esta vez, demasiado naturalista como para inspirar la con-
oposición, al definir el espíritu de un pueblo principal- cepción hegeliana. Para describir la vida del espíritu y,
mente por sus factores espirituales. Incluso en su futu- particularmente, la vida de los pueblos en la historia,
ra filosofía de la historia, la cual contiene observacio- lIegel se servirá al comienzo de las metáforas orgánicas,
nes muy interesantes sobre la distribución geográfica de pero las sustituirá progresivamente por una dialéctica
las civilizaciones, las fuerzas naturales sólo desempe- que se adapte mejor al devenir espiritual.
ñarán un papel subordinado; sólo serán las condiciones Es necesario, por último, señalar una influencia que
para la manifestación de un cierto espíritu. No obstan- sin duda fue capital: la de Rousseau. A primera vista
te no se trata de que Hegel ignore el vínculo entre la esto puede parecer paradojal, En Francia somos mu-
naturaleza y el espíritu de un pueblo. En un fragmento chas veces proclives a interpretar el "Contrato social"
de juventud, bajo la forma de un mito poético, escribe: como una obra individualista porque en ella el Estado es
"El espíritu de un pueblo está ligado a la tierra por un considerado como resultante de un contrato entre par-
lazo sutil pero que resiste, como por medio de una fuer- ticulares. Pero de hecho no es el contrato, como contra-
za mágica, todas las tentativas por romperlo, pues está to, lo que impresionó sobre todo a Hegel, sino la idea
íntegramente adherido a su ser" '", de voluntad general. Hay una cierta trascendencia de la
Cualquiera sea la representación que Hegel se hace voluntad general sobre las voluntades individuales, y el
del espíritu de un pueblo, ella es diferente de lo que Mon- hecho de considerar al Estado como voluntad es, para
tesquieu llama el espíritu general de una nación; más Hegel, el gran descubrimiento de Rousseau. ¿ Acaso éste
bien busca captar la originalidad írreductible de un es- no dice que "el acto de asociación produce un cuerpo mo-
píritu individual que descubrir componentes mecánicas Ir.. ral y colectivo, el cual recibe por este mismo acto su uni-
Sobre este punto está más próximo de su contemporá- dad, su yo común, su vida y su voluntad"? 17. Es Rous-
neo y compatriota Herder, que del filósofo francés. En seau, por último, quien ha insistido sobre la diferencia
efecto, es en Herder donde el genio primitivo de los pue- entre la voluntad general y la voluntad de todos. "La
blos es considerado por primera vez con una "conciencia voluntad general no mira sino al interés común, la otra
histórica". De la misma manera en que Herder le había sólo mira el interés privado y éste sólo es una suma de
hecho descubrir a Goethe las dimensiones de la historia voluntades particulares". Hegel encontró en Rousseau
durante sus entrevistas de Estrasburgo, haciéndole com- la idea de la voluntad general de un pueblo, a la vez
prender tanto la poesía primitiva de los pueblos como la ideal para los individuos y realidad en el soberano. "El
Biblia o Shakespeare; su acción, igualmente, debió ser soberano, sólo por aquello que él es, siempre es todo lo
importante sobre Hegel. Hsrder buscaba en todas par- que debe ser" IR. Además Rousseau ve en la voluntad
tes, dentro de la historia, la energía viviente, no la for- general de un pueblo individual una voluntad particular
ma invariable sino el devenir, el signo de la fuerza ac-
tuante. Pero su concepción del desarrollo aún era, tal
17 Contrato social, ed, Beauvalon, p. 141.
18 Cf. también todo el libro 11 del Contrat social, y particu-
i s Nohl, p. 27. larmente el cap. III: "Sobre si la voluntad general puede
16 La hace espontáneamente, sin hacer al comienzo de sus errar". N o podría insistirse demasiado sobre la influencia
trabajos la teoría de esta individualidad irreductible. He. de Rousseau sobre la concepción hegeliana del· Estado.
gel siempre busca caracterizar de una manera original a Esta influencia fue en este dominio tan profunda como la
los individuos en tanto encarnan un cierto espíritu, SÓ- de Rousseau -pero un poco diferente- sobre Kant y su
crates, Cristo, Abraham, Antígona, etc. moralismo.

26 27
en relación con los otros pueblos. Su concepción debía.
por lo tanto, inspirar a Hegel muchos rasgos de su pro-
pio pensamiento. La noción de contrato social, no obs-
tante, está manchada de individualismo; parte aún de
un prejuicio atomístico. Por esta razón Hegel será lle-
vado a criticarla, pero para insistir más netamente so-
bre la idea esencial de la voluntad general, diferente de
las voluntades particulares.
Si bien se pueden captar estas diversas influencias CAPITULO II
sobre la formación del primer concepto hsgeliano del
espíritu de un pueblo, la concepción hegeliana no es, sin
embargo, menos original. Así esperamos demostrarlo en PRIMERA FORMA DE LA
lo que sigue de este estudio. Sin embargo, antes de ver CONCIENCIA DESGRACIADA
precisarse el pensamiento hegeliano sobre la historia,
con su discusión de las ideas de "positividad" y de "des-
tino", nos parece interesante investigar cuál era, al co-
mienzo de su formación, el ideal hegeliano de Libertad.
Esta idea de Libertad -una cierta relación armoniosa
del individuo y de la Ciudad, una participación activa
del hombre en su ciudad terrestre- caracterizará para
nuestro filósofo el mundo antiguo. Su desaparición y el La libertad en el mundo antiguo y el cristianismo
nacimiento de una cierta separación en dos mundos, li-
gada al cristianismo, son característicos de la conciencia Dilthey ~ue el primero en notar la importancia de
desgraciada 19. un texto de Juventud de Hegel y señalarIo como un pri-
mer .esbozo de lo que más tarde será la "conciencia des-
graciada". Se sabe la importancia que se le concede nue-
vamente a la c?nciencia desgraciada en la Fenomenología
?e Hegel, y mas tarde en la Filosofía de la religión. Ba-
JO u~a ~orma abstracta la conciencia desgraciada es la
conCIenCIa de la contradicción entre la vida finita del
hombre y su pensamiento del infinito. "Pensando yo me
elevo hasta lo absoluto superando todo lo que es finito,
19 Es con el cristianismo que aparece para Hegel la separa- S?y, por lo tanto, una conciencia infinita y, al mismo
ción de el más acá y el más allá. Anteriormente en la ciu- tlemp?, soy una conciencia de sí finita y esto según to-
dad antigua la religión de un pueblo era pura inmanencia. da mi determinación empírica... Los dos términos se
¡, Cómo volver a encontrar esta inmanencia después de
haber atravesado la separación cristiana -la conciencia buscan y se huyen - soy el sentimiento la intuici6n la
desgraciada-? .Tal nos parece, desde cierto punto de vista,
repr
e e~:n tacíó
acion d·'e, est~ unidad y de este' conflicto y, la
uno de los problemas esenciales del hegelianismo. Habría
por lo tanto un cierto posible retorno al mundo antiguo
después del cristianismo.
c:
bonexlOn de los términos en conflicto... soy ese com-
te,. no soy uno de los términos comprometidos' en el
. nfhcto, pero soy los dos combatientes y el combate
dividuos disolverse en su particularidad no acordándo-
mismo, soy el fuego Y el agua que entran en contacto y les ya más que una apariencia de universalidad, la del
el contacto Y la unidad de aquello que se huye absoluta- derecho romano. Vamos a estudiar más en particular es-
mente" j. La conciencia desgraciada que en la Fenome-
te texto de Berna, con la intención de extraer de él una
nología encuentra su encarnación histórica en el j udaís-
mo y en una parte de la edad media cristiana es, en primera forma de dialéctica histórica y algo así como
efecto, tanto la conciencia de la vida como de la desgra- el origen de lo que será para Hegel la desgracia de la
cia de la vida 2. El hombre se ha elevado por sobre su conciencia. El texto está titulado: "Diferencia entre la
condición terrestre Y mortal; no es sino el conflicto de imaginación religiosa griega y la religión positiva cris-
lo infinito Y lo finito, de lo absoluto que ha situado fue- tiana" •. El problema que se plantea Hegel es el del paso
ra de la vida, y de su vida reducida a la finitud. Este del mundo antiguo al mundo cristiano moderno. Las
conflicto es la expresión del romanticismo Y de la filoso- lecturas que inspiraron a nuestro filósofo son las de
fía, inclusive de Fichte, de la tragedia del Yo. Es uno de Montesquieu y, en especial, de Gibbon. Pero la forma de
los momentos esenciales de la filosofía hegeliana, el que tratarlo es particularmente original. Se trata de carac-
responde al desgarramiento Y a la escisión y el que pre- terizar una evolución del espíritu humano, el paso in-
cede a toda unificación Y a toda reconciliación. sensible de un mundo del espíritu a otro mundo del es-
Por esta razón es tanto más interesante buscar la píritu. Hegel no se detiene en el acontecimiento históri-
primer forma de la conciencia desgraciada en el estudio
co, trata de comprender en él su sentido profundo y de
de una crisis histórica. Lo que nos parece notable es que
Hegel no comenzó pensando la conciencia desgraciada descubrir una evolución de valores bajo un cambio de
bajo su forma general, como el conflicto de lo infinito Y instituciones: "La represión de la religión pagana por
lo finito del hombre, la que es ilustrada particularmen- la religión cristiana es una de las revoluciones sorpren-
te por el texto que acabamos de citar. Por el contrario, dentes, y la investigación de sus causas debe ocupar par-
es considerando una evolución histórica, el pasaje del ticularmente al filósofo de la historia"'. Las grandes
mundo antiguo al mundo moderno, que ha presentado revoluciones, aquellas que impresionan los ojos de to-
por primera vez esta escisión de la conciencia humana. dos, deben ser precedidas, nos dice Hegel, de revolucio-
Por otra parte, si en la Fenomenología la conciencia nes silenciosas "que no son visibles a todos los ojos, que
desgraciada se presenta bajo 'esta forma abstracta Y ge- no son observables para todos los contemporáneos y que
neral en el transcurso del deseñvolvimiento de la con- son tan difíciles de presentar como de comprender", Es
ciencia de sí, ella se presenta también, una vez más, en el desconocimiento de tales transformaciones internas,
el transcurso del desenvolvimiento del espíritu -enten- dentro del cuerpo social, en la vida y en las costumbres,
dido como realidad supra-individuaI3- y, precisamen-
lo que vuelve sorprendentes estas revoluciones que esta-
te, a propósito de la desaparición de la ciudad antigua Y
en el momento en que el imperio romano deja a los in- llan en apariencia bruscamente sobre la escena del mun-
do. De igual modo Hegel dirá, 'en la Fenomenología, que
el nacimiento del niño -el brusco salto cualitativo-
) Filosofía de la religión; cf. también Fenomenología, p. está precedido de una lenta formación, de un desarrollo,
128 Y sigo
2 Fenomenología, p. 129. "La conciencia de la vida, de su
ser allí... es solamente el dolor en relación con este ser
4 Nohl, p. 219 Y sigo
allí". 6 Nohl, p. 220.
3 Fenomenoloaia p. 283 Y sigo "El estado de Derecho".

31
30
cuantitativo insensible 6. Captar estas transformaciones hecho ya esas observaciones no puede satisfacerse con
del espíritu del .mundo, adaptar e.l p~nsamient? ~ este esta respuesta".
devenir espiritual, es, en primer término, el objetivo de
Es necesario comprender, contrariamente a la ex-
Hegel ; y ¿ no asistía acaso, e~ ~u .época, a transforI?~- plicación política y artificial de un Montesquieu, de qué
cienes del mismo orden? Su dialéctica, antes de ser lógi-
manera la religión de los Griegos y de los Romanos es-
ca es primeramente un esfuerzo del pensamiento para
taba ligada a toda la vida antigua. Ella no era un sis-
aprehender el devenir histórico y reconcil!ar el tiempo
tema metafísico, un producto de la reflexión, sino que
y el concepto. Ahora bien, el paso de la CIUdad antigua
era solidaria con la vida del ciudadano, de las guerras,
-el ideal de juventud de Hegel- al mundo moderno y
de las constituciones. En su origen era una religión de
·la religión que es la suya, es decir al cristianismo, no
un pueblo y no se imponía desde fuera a los ciudadanos
puede explicarse de una manera simple. "¿Cómo, dice
que participaban en ella. "La religión de Grecia y de
Hegel, pudo desaparecer una religión que desde, hacía
Roma era una religión para pueblos libres, y, con la pér-
siglos estaba arraigada en los Estados, que tema una
dida de la libertad, debía desaparecer también el sentido,
conexión tan estrecha con la constitución del Estado?" 7.
la fuerza de esta religión, su adaptación a la vida hu-
Actualmente consideramos a las divinidades y los mis-
mana" '. La transformación de la libertad en despotis-
terios paganos como indignos de toda creencia. Su ab-
mo acarreó la declinación de la religión antigua, ésta
surdidad parece manifiesta, y, no obstante, los mejores
perdió su poder sobre las almas cuando la libertad se
hombres de la antigüedad adhirieron a lo que nos pa-
convirtió en una vana palabra: "De qué le sirven al pes-
rece un tejido de simplezas; pero, señala Hegel con jus- cador las redes si la corriente está seca".
teza, en los antiguos no encontramos las exigencias "que
son las de nuestra razón práctica actual". La idea de La desaparición del paganismo sería, por lo tanto,
una evolución de la razón práctica, que sería tan extra- solidaria con la desaparición de la libertad. A primera
ña para un Kant, la idea de su dependencia frente a la vista esta explicación de Hegel parece decepcionante.
historia, se manifiesta aquí netamente. ¿ De qué libertad se trataba, y en qué consistía? Hacia
el final de su vida Hegel, a propósito de la libertad, es-
Sea como sea, nuestra explicación intelectual del
cribirá: "El objetivo final del mundo es la conciencia
paso del paganismo al cristianismo, es insuficiente. Hu-
de la libertad del espíritu. Pero nunca como en nuestra
biera bastado que el entendimiento esclareciera los mi-
época se ha sabido mejor y se ha experimentado más
tos paganos para descubrir en ellos sus puerilidades;
la indeterminación de esta libertad tal como nosotros la
pero también los paganos tenían un entendimiento. Las
hemos descripto" 9. En otros términos, es el concepto de
explicaciones abstractas y generales de la "Aufklarung"
libertad 10 que sería necesario explicar. Nos es difícil de
no podrían satisfacernos. Hay una transformación es-
admitir, ciertamente, que el ciudadano antiguo gozara
, piritual que debe comprenderse como tal: "Quien ha
de lo que para nosotros es la libertad individual, por
ejemplo de la libertad de conciencia. Pero para el joven
6 Dialéctica de la evolución cuantitativa y de la revolución
cualitativa que encontrará su lugar en la lógica a propó-
sito de la categoría de "Medida". Fenomenología, p. 12. 8 Nohl, p. 221.
7 Nohl, p. 220. Esta religión era religión de una ciudad 9 Se sabe que para Hegel la filosofía de la historia es la
que atribuía su nacimiento, así como su desarrollo y sus historia del advenimiento de la Libertad; pero esta Liber-
victorias, a los dioses. Esta religión no era una huída al tad tiene en Hegel una significación que es necesario ex-
más allá. plicitar; el término tiene en él un sentido metafísico
diferente al que le acuerdan los filósofos franceses.

32
33
Hegel, precisamente, la libertad no e~, el libre .arbitrio utopía; ella traducía conceptualmente el ideal inmanente
del individuo; ella expresa una relación armomos.a en- de la ciudad antigua 13.
tre el indivinuo y la ciudad: "La id~a de su pa~rla, .de ¿ Cuál es la transformación que se produjo en ese
su Estado, era para el ciudadano antiguo la re~hdad In- mundo antiguo? Posteriormente Hegel dirá, en la Feno-
visible la cosa más elevada para la cual trabajaba, era menología, que el régimen municipal fue disuelto bajo
el obIetivo final del mundo o el objeti~o final de. su la influencia de las guerras. Apareció el imperialismo y,
mundo" 10. Hegel se acuerda de Montesquíeu, para quien con él, el repliegue del individuo sobre sí mismo. La
el principio de la república era la virtud, no en el se~- riqueza y la desigualdad en aumento ocasionaron la di-
tido de una moral individualista, sino de una moral. ci- solución del Estado: "Pronto se asistirá a la pérdida de
vica. El ciudadano antiguo era libre porq.ue, precisa- ese sentimento, de esa conciencia que Montesquieu, bajo
mente, no oponía su vida privada a su vida pública; el nombre de virtud, consideraba como el principio de
pertenecía a la ciudad, 'pero la ciudad no ~r~, c~;n0 el la república, y de esa capacidad de poder sacrificar al
Estado una potencia extraña que lo oprimia. Como individuo por una idea que, para el republicano, se rea-
hombre libre obedecía las leyes que él mismo se había lizaba en su patria" 14.
dado. Sacrificaba su propiedad, sus pasiones, su vida,
por una realidad que era la suya" 11 •
Desde ese momento se asiste a una decadencia, y
es esta desaparición del lazo viviente entre el ciudadano
Así esta libertad era una integración del individuo y su ciudad, la que engendra nuevas necesidades y per-
al todo; y a un todo, a una idea, dice ya Hegel, ~ue e~- mite una de las transformaciones más importantes de
taba presente para él en la realidad y n? en un mas ~lla. la historia. "La imagen del Estado como un producto
La patria, la ciudad, no era para el clUdad~no antiguo de su actividad desaparece del alma del ciudadano" 15
una cosa, sino una realidad viviente. 'I'odavía no habla -solamente algunos cargarán con el peso del Estado,
escisión en esta vida el individuo no se oponía al Es- inclusive, a veces, sólo uno. Los otros no serán sino
tado, de manera tal 'que replegado sobre sí mis:n0 h~l- engranajes dentro de una maquinaria 16. Es por esta
biera tenido que buscar su bien suprem?, en un mas a!la; razón que para Hegel desaparece aquello que era la li-
la religión antigua sólo era la expresion ~e esta. vl.d~. bertad, y en su lugar surge el interés limitado del in-
"Frente a esta idea , dice Hegel, desaparecía, . su indiví- dividuo por sí mismo. una actividad que ya no era como
dualidad". Colocaba la parte eterna de SI mismo en su tal libre porque era finita y en todas partes encontraba
ciudad y por esta razón el problema de la inmortalidad sus límites. "Toda actividad, todo fin, se vinculaban so-
del alma no se plantea para él de la misma manera que lamente con el individuo; ninguna actividad se realizaba
para nosotros: "Catón no se volvió hacia el ,Fedón de por un todo, por una idea" ". En lugar de la integración
Platón sino cuando fue quebrado el orden mas elevado
de cosas, su mundo, su república; entonces se alejó ha-
cia un orden de cosas aún más elevado" 12. Se comprende 13 Más adelante insistimos (cf. Cap. V, Estado e individuo)
así que, para Hegel, la República de Platón no era una sobre esta concepción que Hegel tiene de la República de
Platón.
14 N ohl, p. 223 .
• 15 idem.
ro NohI, p. 222. 16 Cf. lo que en esta época decía Schelling del Estado : "No
11 N ohI, p. 221. hay idea del Estado porque el Estado es una máquina".
12 N ohI, p. 222. Esto en una carta a Hegel -a la cual éste no respondió-.
1, NohI, p. 223.

34
35

I
con una vida que era la de su ciudad, el individuo se del mundo para encontrar algo absoluto fuera de él. Lo
vuelve sobre sí mismo y se satisface con su propio goce. fi!lito y_..lo infini.to debía? ~epara~se de" él y Dios apa~
El gusto por la propiedad privada traduce, para Hegel, ./.c~ con:o un ñnts ~cesIbl~a 1 aZÓn no po-
esta transformación. La riqueza tomó el lugar del Es- ?Ia renU?CIar a encontrar en algún sitio lo absoluto, lo
tado y dicha transformación le parece a Hegel tan im- independiente que no podía encontrarse en la voluntad
portante que hará de ella una evolución típica del espíritu. del hombre. Lo absoluto se mostraba en la divinidad
Estado y Riqueza volverán a encontrarse en los cursos que la religión cristiana le ofrecía al margen de nues-
de Filosofía del espíritu de J ena y en la F enomenoloüia, tra fuerza, d~ ~uestra voluntad, pero no sin embargo,
como dos momentos de una dialéctica 18. La propiedad y de nuestra súplica y nuestra plegaría" 20. La realiza-
la relación de los propietarios entre ellos se vuelven lo ción de una idea moral podía, así, solamente ser deseada
esencial, y se constituyen el derecho privado y el derecho y no querida (pues aquello que se puede desear no se
abstracto. Cada ciudadano no puede considerar al Es- puede ~e~lizar y se lo espera sin nuestra partici;ación).
tado sino como una fuerza extraña que lo utiliza de La pasividad del hombre se acompañó de esta exigencia
acuerdo con sus intereses: "Cada cual trabaja por sí cuyo término estaba en el más allá. Hegel insiste sobre
mismo o por obligación para otro individuo". El dere- '1
el c~l~ácter de. esta humanidad desgarrada, incapaz de
r- cho del ciudadano sólo ofrece un derecho- a la seguridad sacrificar su .vlda por una patria debido a que el- gusto
de su propiedad, y ésta llena, ahora, todo el mundo del por la seguridad y la paz individual se habían vuelto
individuo 10. En la Fenomenología Hegsl volverá sobre muy generales. "No nos interesamos más en el Estado
este derecho romano que sustituye a la vida ética de porque no so.mos verdaderamente activos en él, y porque
la ciudad. Dicho derecho es esencialmente individua- no podemos interesarnos sino en una cosa en la cual so-
lista; ya no es la vieja ley religiosa inmanente a las mos ~ctivos. Sólo esperamos, pasivamente, que se man-
conciencias; adquiere un carácter universal y, si bien tendrá para aseguramos nuestro pan cotidiano o lo su-
el individuo es reconocido, lo que es reconocido en él es perfluo a lo cual nos hemos habituado. Nos apartamos
la persona abstracta, la máscara del hombre viviente y de toda guerra porque es lo contrario del deseo general
concreto. No hay más que un atomismo social. ~la necesidad de un goce calmo y monótono". Ahora
A partir de ese momento la religión antigua deja bIen: .la guerra es, para Hegel, un momento necesario en
de tener sentido; nuevas exigencias se hacen sentir en la VIda de un pueblo y el pueblo que no es capaz de sos-
esa desgracia del mundo, y el cristianismo, que Hegel deno- tenerla no es un pueblo libre.
minaba en Tübingen una religión privada, puede estable- ,Med~ante estas citas puede verse lo que significa
cerse. Puesto que desaparece, rara el hombre, aquello que aqur la libertad para Hegel -lo contrario de un libre
colmaba su vida y llenaba su actividad', "la muerte de- a.rbitrio individual- y lo que para nuestro filósofo cons-
bió parecerle horrorosa pues ya nada lo sobrevivía. Mien- tituye un pueblo feliz en la historia. Es en esta descom-
tras que al republicano, por el contrario, le sobrevivía posición de la ciudad donde aparece la conciencia des-
la República". En esta situación el hombre debía huir graciada, y el cristianismo es una expresión de ella.

1B El Estado aparecerá como el destino del individuo y la


riqueza como el destino del Estado. Sobre esta dialéctica 20 Nohl, p. 224. Hegel insiste sobre la pasividad del cristia-
del poder del Estado y la riqueza, cf. Fenomenología, p. nismo frente a su Dios, la cual contrasta con la actividad
291 Y sigo terrestre del pagano. Incluso el mártir muestra en su he-
19 Nohl, p. 223. roismo una cierta pasividad.

36 37
Este gran desgarramiento tiene su necesidad, y la con-
ciencia desgraciada es una escisión necesaria para que
sea posible una reunificación. El problema que se le
plantea en ese momento es el siguiente: ¿ cómo volver
a encontrar esta relación armoniosa del individuo con
su ciudad, a través del desgarramiento contemporáneo,
desgarramiento del cual el cristianismo es particularmente
responsable?
CAPITULO III

RAZON E HISTORIA
LAS IDEAS DE POSITIVIDAD
y DE DESTINO

La idea de positividad

La filosofía de Hegel termina la filosofía del siglo


XVIII y abre la del siglo XIX, es la bisagra entre dos
épocas. Este juicio se confirma si se considera la posi-
ción que toma Hegel frente a la Historia y la Razón.
1:
Razón e Historia, he aquí los dos términos, podría decirse, y!
que considera para oponer los o concilíarlos desde sus
trabajos de juventud, particularmente durante el período
de Berna y de Francfort. Los dos estudios fundamenta-
les de estos períodos son, además de una Vida de Jesús;
un escrito sobre la Positividad de la religión cristiana y
otro sobre El espíritu del cristianismo y su destino 1.
En ellos hay dos conceptos claves que deben retenerse, 1

1 Estos diversos estudios están contenidos en el ya citado


volumen de Nohl.

38 39
\,

alrededor de los cuales convergen todas sus meditacio- damental. Si se considera, por ejemplo, la posición de un
nes, y son los conceptos de positividad y de destino. Sus racionalista como Voltaire en relación a las religiones,
significaciones, al principio banal es, se enriquecen pro- ( se ve que reduce las creencias que pueden ser admitidas
gresivamente, y es con estos conceptos que Hegel aborda por la razón a sus términos más simples, existencia de
el problema de las relaciones entre la razón y la historia. Dios e inmortalidad del alma, y tiende a considerar co-
En primer lugar plantea este problema, con algunos mo aberraciones todas las religiones que se han mani-
matices, como hombre del siglo XVIII, pero 10 resuelve festado en la historia y han agregado sus supersticiones
como hombre del siglo XIX, y al término de sus estu- a un fondo racional que es el único que Voltaire parece
dios es una razón histórica la que se manifiesta, una razón tolerar en materia de creencia. Una religión positiva es,
que se ha enriquecido concretamente en la historia, de por lo tanto, una religión histórica, ella agrega a lo
igual modo que la historia es esclarecida por la razón 2. que puede brindar la razón humana -reducida a sí mis-
En primer lugar consideremos el término "posiii- ma- creencias que han aparecido en un determinado
vidad" y veamos qué significa para Hegel. La oposición momento del tiempo, en ciertos lugares del espacio, y
entre religión positiva y religión natural es banal en creencias que no podrían ser plenamente asimiladas por
esta época, y es a propósito de la religión que Hegel la razón, que vienen, aSÍ, de otra parte. Puede decirse
habla de positividad, pero el término tiene una exten- de las religiones positivas, como dice Hegel, que son o
sión más amplia y Hegel, durante el período de .Jena, "supra o anti-naturales". Un cristiano admite, por ejem-
podrá aplicar -mutatis mutandi- el resultado de sus ' plo, una revelación particular de Dios, que constituye
primeros trabajos a la oposición entre derecho positivo una realidad irreductible al puro pensamiento, una suerte
y derecho natural.3. En el siglo XVIII 'se oponía la re- de dato irracional que es simultáneamente un dato para
ligión positiva a la religión natural. "El concepto de la 't,
la razón y un fenómeno histórico. Si se profundiza un
posibilidad de una religión nació y adquirió importancia poco el problema de la positividad se descubre el proble-
sólo en los tiempos actuales" 4. Esta oposición se presenta ma filosófico del realismo y del idealismo. ¿ Qué es lo
porque se presupone que hay una naturaleza humana y una positivo, en efecto, si no es lo dado, lo que parece im-
religión natural que le corresponde, en tanto que se com- ponerse desde el exterior a la razón? y al ser este' dado
prueba en la historia una multitud de religiones variadas, un dado histórico, el problema que aquí se plantea es el
las cuales se separan en mayor o menor medida por sus de las relaciones de la razón y de la historia como la de lo
instituciones, sus ceremonias y sus creencias, del tipo fun- irracional y de lo racional.
Si no consideramos este problema bajo su aspecto
teórico sino bajo su aspecto práctico, descubriremos aún
En un texto particularmente de la Feño-
oscuro, al final
2
otra oposición incluída en él: la de constricción y libertad,
menolonia, Hegel dirá que la tarea 'moderna es reconci-
liar el Espíritu y el Tiempo, así como el siglo XVII quiso y es esta última oposición la que nos parece importante
reconciliar el Espíritu y lo Extenso. para 'el lector de la Crítica de la razón práctica y de La
3 Un poco más adelante interpretamos sus trabajos sobre ~, religión dentro de los límites de la simple razón. "Una
el Derecho. En todos los casos la oposición que considera
Hegel a propósito de la noción de positividad tiene una
religión positiva, dice Hegel, implica sentimientos que
perspectiva muy general. están más o menos impresos mediante constricción en
• Nohl, p. 139; cf. los Diálogos sobre la religión natuml, las almas; acciones que son el producto de un manda-
de Hume. miénto y el resultado de una obediencia, y que son rea-

40
41
Iizadas sin interés directo" ~. En otros términos, en una escribió La religión dentro de los límites de la simple
religión positiva hay una exterioridad para la razón prác- razón y encontró, antes que Hegel, el problema de la po-
tica. El hombre no es libre, padece una ley que no se ha sítividad, pero fue para dejarlo de lado. Cristo aparece
dado él mismo. Así como para la razón teórica lo posi- en ella sólo como un modelo de la moralidad, un esque-
tivo representa lo que se impone desde el exterior al ma mediante el cual podemos volver sensible el ideal
pensamiento y a lo cual debe recibir pasivamente, para moral que nos propone la razón. Toda concepción dis-
la razón práctica lo positivo representa un orden e im- tinta del cristianismo concluiría haciendo desaparecer
plica, entre Dios y el hombre, una relación de amo a la libertad, transformando la moralidad en legalidad.
esclavo. Ahora bien, la gran idea de Kant, que va más Esta oposición, sobre la cual tanto insistió Kant y a la
allá del racionalismo superficial de la Aufklarung, aun que Hegel, más tarde, se esforzará en trascender, no!'!es
cuando es su culminación suprema, es que la razón es aún útil para comprender la significación que Hegel le
práctica para ella misma. La más alta exigencia del otorga al problema de la positividad. La legalidad es la
hombre es la de ser libre, es decir sacar sólo de sí mis- heteronomía, es la obediencia obligatoria a una ley que
mo la regla de su acción. La idea de libertad y la idea nos sobrepasa y que no surge de nosotros; la moralidad
de autonomía son los conceptos clave de la crítica de la es la libertad misma o la autonomía. No obedecemos
y-
razón práctica. Si, por otra parte, Kant dice haber. li- sino una única ley, la que encontramos en nosotros mis-
mitado la razón para darle lugar a la fe, no se trata de mos y que es la nuestra. Ser autónomo es devenir mayor
entender esto como la aceptación de un irracional dentro y no aceptar pasivamente un orden extra no. Para Hegel
del campo de la pura razón. La fe que admite Kant es el ejemplo más sorprendente de la legalidad es el judaís-
una fe moral; no recurre a la historia ni a una revela- mo, la obediencia a leyes que la divinidad ha impuesto al
ción particular. La pura libertad -la autonomía- y hombre. El hombre sólo se somete porque le teme a
la situación del hombre, colocado entre esta libertad y • Dios, un Dios que está más allá de él y del cual es esclavo.
la naturaleza, nos conducen a postulados que pueden ser Una religión positiva es, por lo tanto, desde el punto de
admitidos sin contradicción por la razón, pero estos pos- vista de la razón práctica, una religión que se funda
tulados sólo son los de la existencia de Dios y de la inmor- sobre la autoridad y que, al tratar al hombre como un
talidad del alma (de un posible progreso indefinido den- niño, le impone desde el exterior aquello que no está
tro de la moralidad). Nada hay aquí que sobrepase a incluído en su razón. La religión positiva hace de Dios
la religión natural, si se entiende por religión natural una un amo, pero del hombre hace un esclavo y le desarrolla
religión que puede ser admitida por la razón, siempre + sentimientos de esclavo. Los conceptos que aparecen
idéntica a sí misma y por lo tanto intemporal ", Kanü aquí son los conceptos antitéticos de libertad, y los de
constricción y autoridad, pero al no estar fundada esta
G Nohl, p. 139. Es a propósito de esta positividad que He- autoridad en la razón humana --en cuyo caso no podría
gel piensa por primera vez la relación entre "Amo y es- hablarse de constricción-e- sólo puede estar ligada a un
clavo". En una religión positiva el hombre es un esclavo
frente a Dios, obedece a Mandamientos que son extraños
acontecimiento temporal, a una relación histórica. Por
a su voluntad y su razón. lo esta razón Hegel, resumiendo estas diversas significa-
e Sin embargo hay una gran diferencia entre la religión ciones de la positividad, puede decir: "Este elemento
natural del siglo XVIII y la religión postulada por el histórico se nombra, en general, autoridad" '.
kantismo. La primera descansa sobre la razón teórica, la
segunda sobre la impotencia de esta razón y sobre las
exigencias de la razón práctica; es una fe ligada a la
acción moral. 1 Nohl, p. 145.

42 43

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1
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Se ve así el nudo de problemas que se presentan reglamentos de la Iglesia y las leyes del Estado, desco-
a propósito de este concepto de positividad, y los ensa- nocéis la dignidad y la fuerza que hay en el hombre de
yos sucesivos de Hegel para vincular dialécticamente crear por sí mismo el concepto de divinidad" 9. Es el
-una dialéctica que aún no es consciente de sí misma- puro racionalismo kantiano el que parece inspirar aún
la pura razón (teórica y sobre todo práctica) y la posi- este texto: "La razón es quien hace conocer al hombre su
tividad, es decir el elemento histórico. En cierto sentido destino, el fin incondicionado de su vida. Es cierto que,
la positividad es considerada por Hegel como un obs- a veces, es eclipsada, pero nunca puede ser totalmente
táculo para la libertad del hombre, y como tal es con- extinguida; incluso en el seno de las tinieblas queda
denada. Buscar los elementos positivos de una religión, siempre un débil resplandor". El relato termina con la
y podría agregarse, desde ya, de un estado social, es muerte de Cristo, y en él no se habla de sus milagros ni
descubrir lo que en ellos se impone mediante la cons- de su resurrección "'.
tricción al hombre, lo que constituye una mancha en la A pesar de esta crítica a toda positividad y de esta
pureza de la razón; en otro sentido, que termina por do- vida de Jesús, la primera del siglo, que parece negadora
minar en el curso del desarrollo de Hegel, la positividad de toda trascendencia, sería un error creer que el racio-
debe ser conciliada con la razón, que pierde, entonces, nalismo hegeliano es de la misma esencia que el de Kant.
su carácter abstracto y se vuelve adecuada a la riqueza Muchos pasajes sobre el amor y sobre la vida, señalan
concreta de la vida. Se ve así por qué el concepto de ya, en esta obra, una orientación propia. Es que, para,
positividad está en el centro de las perspectivas hege- Hegel, la oposición esencial no es la de la razón pura y
lianas 8.
el elemento empírico, sino, más bien, la de la vida y lo
Ante todo Hegel trata, retornando el estudio de estático, de 10 viviente y de lo muerto. En ese sentido el
Kant sobre la religión dentro de los límites de la simple juicio que debe darse sobre la positividad de una religión
razón, de oponer a Cristo con el judaísmo, como al par- ya no es tan sumario. Al término del período de Berna,
tidario de la autonomía moral con un pueblo que sólo ha Hegel opone los conceptos abstractos de la razón huma-
conocido la legalidad y la separación. PeTO j qué diferen- na, los de la Aufklárer, y las modalidades de la vida. Para
cia hay ya entre esta vida de Jesús y la obra de Kant! oponer la religión positiva a la religión natural es nece-
En ella Jesús no es considerado sólo un esquema sensi- sario poder definir de una vez por todas el concepto de
ble, una representación del ideal de la moralidad, es un naturaleza humana, las exigencias de la razón humana
individuo, y lo que Hegel se esfuerza por trazar es una reducida a sí misma. Pero ya habíamos visto, a propó-
historia auténtica. Es un relato histórico; en él Jesús .1:
sito de un texto relativo al paso del paganismo al cris-
es un ideal moral, pero presentado como viviente. Sin tianismo, que las necesidades de la razón práctica no
embargo, lo que caracteriza la enseñanza y la vida de eran, tal vez, las mismas en los antiguos y en nosotros.
Cristo es la oposición de la autonomía a la heteronomía. Hegel escribe: "Pero la naturaleza viviente es eterna-
"Cuando reverenciáis como a vuestra ley más alta los mente algo distinto al concepto de esta naturaleza, y de
esta manera aquello que para el concepto era sólo modi-
ficación, pura contingencia, algo supérfluo, se convierte
8 En otros términos, como muchas veces ocurre con los
conceptos hegelianos, hay una doble aceptación de la po-
sitivídad : una peyorativa, otra laudativa. La positividad
es como la memoria: viviente y orgánica, es el pasado 9 Nohl, p. 89.
siempre presente; inorgánica y separada, es el pasado .que 10 Esta Vida de Jeeús hace pensar ya en las interpretacio-
no tiene presencia <auténtica. nes que la extrema izquierda hegeliana hará más tarde
del pensamiento del maestro.
44
45

t
---.,.....,.

en lo necesario, lo viviente, tal vez lo único natural y lo Pero aún encontramos otro texto esencial que' nos
único bello" En otros términos, las ideas abstractas
J J.
muestra hasta qué punto Hegel ha tomado conciencia
de naturaleza humana, los conceptos de razón pura, son del vínculo entre la historicidad y la vida del hombre.
incapaces de ofrecer el patrón de la medida que permi- "En una religión pueden ser consideradas sagradas las
tiría descubrir dentro de una religión, así como en un acciones, personas, recuerdos. La razón prueba en esto
mundo social, aquello que es positivo y lo que no lo es. la contingencia -ella exige que aquello que es sagrado
La medida es imposible: "Los conceptos generales de la sea eterno, imperecedero, pero de esta manera no ha
naturaleza humana son demasiado vacíos como para 'po- demostrado la positividad de las cosas religiosas, pues
der medir las necesidades particulares y necesariamente el hombre puede ligar a la contingencia y debe ligar a
diversas de la religiosidad". Ya no es en relación a la algo contingente lo imperecedero y lo sagrado. En su
idea de razón como Hegel juzga lo positivo, sino en pensamiento de lo eterno liga lo eterno a la contingencia
relación a la vida, y en el desarrollo de su pensamiento de su pensamiento" 13. Esta último frase, en particular,
durante el período de Francfort esta idea de vida se va nos muestra la ligazón establecida por Hegel entre la
a convertir en la dominante de su reflexión. Lo posi- razón y la historia; una nueva concepción de la libertad
tivo, en el sentido peyorativo del término, no será el -no puramente negativa, como en Kant- debe mani-
i'
elemento concreto, histórico, que está estrechamente li- festarse. Se trata de una libertad viviente, de una re-
gado al desenvolvimiento de una religión o de una so- conciliación del hombre con su historia. Es posible, tam-
ciedad, que forma una unidad con ella y, por lo tanto, no bién, que esta historia se presente ante él como extraña,
se les impone desde el exterior, sino que será sólo el en cuyo caso hablaremos de positividad, de un vínculo
elemento muerto, que ha perdido su sentido viviente y es exterior entre el hombre y lo absoluto. Tal es el destino
un residuo de la historia. La figura de Cristo, en los es- de los pueblos desgraciados de la historia; pero en otros
tudios de Hegel, se hace cada vez más concreta; lo que casos no hay ruptura entre el hombre .Y su historia; es sólo
hay de positivo en la religión que surgió de su predica- una razón abstracta y que juzga desde el exterior quien ha-
ción. se vincula a lo que antaño fue viviente y a lo que bla equivocadamente de positividad.
depende estrechamente de su individualidad histórica. Es la relación entre este elemento histórico y la
Es la persona misma de Cristo la que brinda el dato po- razón lo que está cuestionado. Mediante la idea de vida
sitivo: él enseña y actúa, habla de su propia individua- y la idea de hombre concreto, opuesto a los conceptos
lidad y hace milagros; se muestra como el representante abstractos del siglo XVIII, Hegel se eleva a una con-
de la voluntad divina. Por último, la adhesión de los dis- cepción más profunda de la libertad. Pero esta concep-
cípulos a la individualidad de Cristo, a su presencia ex- ción -la clave de su sistema futuro- no puede adqui-
terior, en un aquí .Y un ahora, es la fuente de la trans- rir todo su sentido sino cuando se considera el otro con-
formación del cristianismo en una religión positiva. De cepto fundamental de los trabajos de juventud de Hegel,
.esta manera Hegel puede decir: "Una religión no era el que revela lo trágico de su visión del mundo, el con-
positiva originariamente sólo ha podido devenir lo; perma- cepto de Destino.
nece, entonces, como una herencia del tiempo pasado" J~.

11 Nohl, p. 141.
12 La positividad resultaría entonces de una transformación J:l Nohl, p. 143.
necesaria de todo lo que es viviente.

-\-
46 47
2 efecto, el paso de una razón abstracta, de una libertad
todavía negativa, a una razón concreta y viviente U. La
"Positividad" era el dato irreductible al cual se' enfren-
La idea de destino taba la razón pura; pero si bien Hegel no quería aban-
donar la autonomía del hombre, tampoco quería renun-
Con la idea de destino -destino de un pueblo, des- ciar a las riquezas de la vida y a la amplitud de las mo-
tino de un individuo, el destino en general-, en mayor dificaciones históricas. El concepto de naturaleza hu-
medida que con la idea de positividad, nos encontramos mana en general era demasiado desencarnada y pobre
en el corazón de la visión hegeliana del mundo. Ha po- como para servir de medida al árbol de la vida. No po-
dido sostenerse que es una cierta concepción de lo trá- dría, por lo tanto, hablarse absolutamente de una rup-
gico la que está en la base de la dialéctica hegeliana y tura entre los años de Berna y los de Francfort, hay,
que, antes de recibir su consagración lógica mediante más bien, una continuidad de evolución; pero es cierto
una teoría de la negatividad y de la contradicción, ins- que la idea de vida, la idea de la unidad profunda de
pira las primeras meditaciones hegelianas sobre la his- toda vida, y de la relación irracional entre nuestra vida
toria H. Aun cuando el término destino, y en particular finita y la vida infinita, el Év l']ut JtQ.1J de Holderlín, do-
la expresión destino del pueblo judío, se encuentra ya mina en adelante el pensamiento hegeliano. Se podría
en los trabajos de Berna, es especialmente en los tiem- decir, entonces, con más exactitud, de acuerdo con otro
pos de Francfort que esta noción, tan inspirada por el intérprete de Hegel, Glockner, que en esos años de
helenismo y por los trágicos griegos, desempeña un pa- Francfort lo que pasa al primer plano es el elemento
pel central dentro de su filosofía. irracional que hay en toda vida y en toda manifestación
Según ciertos comentadores los años de Francfort de vida 16. Sin embargo el futuro autor de la Lógica no
(17'97-1800) señalarían una ruptura en el pensamiento se entrega a un misticismo y a un panteísmo irracional,
hegeliano. Para Dilthey, que es el primer intérprete de sino que se esfuerza por ampliar la razón para volverla
los trabajos de juventud, Hegel habría adoptado, du- apta a la captación de esta vida, y la idea de destino es,
rante este período, un cierto panteísmo místico. Así ha. precisamente, ese concepto racional-irracional con la
bría coincidido con su amigo Holderlin, mientras que ayuda del cual Hegel elabora su propia dialéctica de la
durante el período de Berna habría tratado de profun- vida y de la historia. Sin duda, escribirá en uno de los
dizar el racionalismo moral de Kant y habría adoptado últimos fragmentos de esta época, sólo la religión per-
su concepción de la libertad moral del hombre. Nuestro mite "el paso de la vida finita a ~a vida infinita" 11, pe-
estudio anterior sobre la positividad nos demostró, en
u La evolución de Hegel __ si existe- en los años de [uven-
tud iría por consiguiente desde un cierto racionalismo re.
volucionario a un misticismo doloroso donde la reconcilia.
14 Cf, en pal'ticular el arto de P. Berhand, Le sens du ira- ción con el Universo es buscada en primer lugar. Pero
gique et du destin. dans la dialectique hégelienne, en "Re. incluso en la Vida de Jesús de Berna no están ausentes
vue de métaphysique et de morale", agosto de 1940. El ciertos elementos místicos.
autor se propone hacer ver "de qué manera en todo el 16 Glockner, citado, T. 11, p. 84 Y sigo "Durante el período
sistema, desde los escritos de juventud, un cierto sentido de Franefort, Hegel aborda lo irracional, así como duran-
de lo trágico y del destino se mezcla a esta exigencia (de te el período de Berna había abordado lo racional moral".
absoluto) y determina su sentido, determinando así la 17 Fragmento de sistema, Nohl, p. 347. "La religión es .la
forma y el movimiento de la dialéctica y por lo tanto el elevación del hombre desde la vida finita a la VIda in-
desarrollo del sistema". finita".

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48 49

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ro que este paso es impensable para la razón; mas su
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propia filosofía es ya una tentativa para pensar ese como de un enemigo" 19. Es mediante la acción que yoJ-- t)

paso sin haber, aún, tomado conciencia de ese pensa- me separo de mí mismo y que me encuentro como opues- '~\-._,
miento original que será la dialéctica. Algunos años más to a mí mismo. "Sólo la piedra es inocente", porque ella \ l'
tarde, al arribar aJena, Hegel dirá "si la realidad es no actúa, pero el hombre debe actuar. Pero "la acción '_ ..? ;.
inconcebible, entonces nos es necesario forjar conceptos in- perturba la quietud del ser", y aquel!o que en nosotros "-.;, •
concebibles" 18. no es pura vida infinita, pura coincidencia con el ser, .,~_:
se nos aparece como separado de nosotros, en ello lee-
Ahora bien, el concepto de destino está cargado de mos nuestro destino y lo afrontamos en el seno mismo , ,~

sentido y pareciera desbordar los análisis de la razón. , -.",. .

de la vida. Sin duda que oponiéndonos a nuestro destino


Es, aun más que la idea de posítívidad,
irracional;
un concepto
es de la visión trágica que Hegel lo recibe,
y contemplándolo, podemos reconciliarnos con él me-
diante el amor, un amor fati, que es al mismo tiempo
\
una visión trágica que, junto con Holderlín y antes que un "muere y deviene" y donde el hombre encontrará la
Nietzsche, descubre como el trasfondo sombrío de la sere- más alta reconciliación de sí con el destino en general,
nidad helénica. con la historia del mundo, lo que será para Hegel la su-
prema conciencia de la libertad. Pero antes de pensar
Es necesario distinguir el destino en general, o la
esta reconciliación que es la esencia de lo trágico, es ne-
realidad efectiva, esta historia del mundo que un día
cesario que consideremos con más precisión esta noción
será para Hegel el juicio del mundo "Weltgeschichte ist de destino individual y lo que significa para Hegel.
Weltgericht", y los destinos particulares que correspon- El destino de una religión, el destino de un pueblo,
, I den a los "phatos" originales de los individuos y de los en lugar de la positividad de esta religión y de este pue-
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~ . pueblos. Nada importante se hace sin pasión, vale decir blo, significa un progreso dentro de la concepción de
que ninguna acción, ninguna empresa individual, es ade- una totalidad concreta e individual. Se sabe de qué ma-
cuada a 10 universal y a lo infinito, siempre hay en ella, nera Hegel, desde los orígenes de su reflexión, es hostil
por más amplia que sea, una finitud que la hace una pa- a un cosmopolitismo abstracto y vago. Lo hemos seña-
L lado al hablar de la idea de espíritu de un pueblo, pero
sión. Ahora bien, el destino de un individuo, el destino
de un pueblo, son la revelación de ese phatos dentro de es importante insistir en ello pues esta visión será fun-
una historia. "El destino es 10 que el hombre es", es su damental en toda su filosofía de la historia. Es, podría
decirse, el destino trágico del amor el no poder exten-
propia vida, su propio phatos, pero que se le aparece co-
derse indefinidamente sin perder toda su profundidad.
mo algo que ha de venido extraño; "el destino, escribe El amor huye, así, toda encarnación, toda figura con-
profundamente Hegel, es la conciencia de sí mismo pero

19 Nohl, p. 283. De acuerdo con el autor citado más arriba.


pensamos que "es necesario haberse compenetrado de esas
18 Diferencia de los sistemas de Fichte y de Schellina, ed. páginas admirables donde Hegel descifra el 'espíritu' de
Lasson, Band 1, pp. 104-105. En este texto es donde se un individuo, de un pueblo o de una religión, bajo el as-
efectúa el paso del Pantragicismo al Panlogismo. Lo in- pecto de su 'destino', si se quiere encontrar el acceso a su
concebible en el concepto es la antinomia, el hallazgo de método: se tiene la impresión de que se asiste al naci-
la contradicción. miento de la dialéctica". En Berna, Hegel juzgaba al cris-
tianismo desde el exterior, mientras que ahora lo capta
desde el interior de acuerdo a su destino orioinal.
50
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irracional; es de la visión trágica que Hegel lo recibe, di ante el amor, un amor fati, que es al mismo tiempo
una visión trágica que, junto con Holderlín y antes que un "muere y deviene" y donde el hombre encontrará la
Nietzsche, descubre como el trasfondo sombrío de la sere- más alta reconciliación de sí con el destino en general,
nidad helénica. con la historia del mundo, lo que será para Hegel la su-
prema conciencia de la libertad. Pero antes de pensar
Es necesario distinguir el destino en general, o la
esta reconciliación que es la esencia de 10 trágico, es ne-
realidad efectiva, esta historia del mundo que un día
cesario que consideremos con más precisión esta noción
será para Hegel el juicio del mundo "Weltgeschichte íst de destino individual y 10 que significa para Hegel.
Weltgericht", y los destinos particulares que correspon- El destino de una religión, el destino de un pueblo,
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que ninguna acción, ninguna empresa individual, es ade- una totalidad concreta e individual. Se sabe de qué ma-
cuada a lo universal y a lo infinito, siempre hay en ella, nera Hegel, desde los orígenes de su reflexión, es hostil
por más amplia que sea, una finitud que la hace una pa- a un cosmopolitismo abstracto y vago. Lo hemos seña-
L. lado al hablar de la idea de espíritu de un pueblo, pero
sión. Ahora bien, el destino de un individuo, el destino
de un pueblo, son la revelación de ese phatos dentro de es importante insistir en ello pues esta visión será fun-
una historia. "El destino es 10 que el hombre es", es su damental en toda su filosofía de la historia. Es, podría
decirse, el destino trágico del amor el no poder exten-
propia vida, su propio phatos, pero que se le aparece co-
derse indefinidamente sin perder toda su profundidad.
mo algo que ha devenido extraño; "el destino, escribe El amor huye, así, toda encarnación, toda figura con-
profundamente Hegel, es la conciencia de sí mismo pero

19 Nohl, p. 283. De acuerdo con el autor citado más arriba,


pensamos que "es necesario haberse compenetrado de esas
18 Diferencia de los sistemas de Ficñte y de Schellinp , ed. páginas admirables donde Hegel descifra el 'espíritu' de
Lasson, Band I, pp. 104-105. En este texto es donde se un individuo, de un pueblo o de una religión, bajo el as-
efectúa el paso del Pantragicismo al Panlogismo. Lo in- pecto de su 'destino', si se quiere encontrar el acceso a su
concebible en el concepto es la antinomia, el hallazgo de método: se tiene la impresión de que se asiste al naci-
la contradicción. miento de la dialéctica". En Berna, Hegel juzgaba al cris-
tianismo desde el exterior, mientras que ahora lo capta
desde el interior de acuerdo a su destino original.
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creta sólo dentro de la cual puede profundizarse y reali- en tanto que particular, padeciendo al destino en gene-
zarse 20. La idea de humanidad de los "Aufklarer" es ral aparece como una positividad separada de la vida,
una idea que, según Hegel, no puede llegar a realizarse co~o un residuo que debe desaparecer, tr~cenderse,
y alcanzar al hombre concreto. "La única unidad vivie.Il-:---f' para que nazcan nuevas figuras "'. El pasaJe. ~e esta
te aprehensíble es, ~J!~gel, el pueblo", y no, como concepción pan trágica del mundo a una concepción pan-
para el racíonalísmo, la humanidad; y la historia será lógica, es fácil. Será suficiente descubrir en el Destino
la dialéctica de los pueblos, pues un pueblo es una en- todopoderoso y justo que arrastra a los pueblos -sus
carnación 'Coñcreta, . una realización individual del espí- individualidades históricas- la dialéctica de la idea
rit~; es~multáneamente, una totalidad y una indivi- que por su insuficiencia lleva consigo el germen de su
-aualidad. ~ta imposibilidad que tiene el amor -ese níuerte~)'
~JÍculo viviente y supra-individual-« de ampliarse in- Para caracterizar este espíritu original que se con-
definidamente, fue sentida profundamente por Cristo, vierte en un destino, daremos dos ejemplos que Hegel
cuya libertad, para permanecer absoluta y conservar la trabajó, en particular, durante sus años de Francfort:
integridad de su pureza, terminó siendo "una libertad el del pueblo judío y el del cristinanismo. De esta for-
en el vacío". "Hay, dice Hegel en la Fenomenología, una ma podremos captar la significación de lo que Hegel
extensión vacía, pero también hay una profundidad va~ denomina un espíritu y que es, dentro de la historia, un
da". Por lo tanto sólo bajo una cierta forma, con una. destino. El propio método de Hegel es difícil, es ya, en
cierta finitud, el espíritu puede realizarse dentro de un relación a las dimensiones espirituales, el método de
pueblo particular; y esta finitud es la positividad, el "comprensión" 23 que aplicaría más tarde Dilthey. Com-
destino de ese pueblo. Pero de la misma manera que prender el espíritu de un pueblo, su destino, no consis-
había, para Hegel, una positividad que era un residuo te, en efecto, en yuxtaponer singularidades históricas sino
muerto y otra viviente, así este elemento finito y con- en penetrar su sentido; el destino no es una fuerza bru-
creto, que constituye el phatos de una individualidad tal , es la interioridad que se manifiesta en la exteriori-.
histórica o de un pueblo, puede estar profundamente in- dad, revelación de la vocación del individuo. Por consi-
tegrado en su espíritu, es una totalidad donde el espí- guiente es necesario, para captar el destino de un pue-
ritu se inscribe bajo una figura particular, como una blo, realizar esta "síntesis originaria de lo múltiple" que
obra de arte puede llevar en ella lo infinito bajo las es- Hegel toma prestado de Kant, pero que aplica a las reali-
pecies de una realización limitada. Es así como es ne- dades espirituales y que entiende bajo una forma vivien-
cesario pensar el espíritu de un pueblo, el espíritu de te -un sentido-o El destino de un pueblo es así una
una religión o el espíritu de uno de esos hombres que
hacen la historia, como César o Napoleón, y que han
modelado su tiempo. Este espíritu, cuando se manifies- 21 Al considerar el Destino en lugar de la positividad, He-
gel tiene conciencia de introducir una noción .vivie~te. La
ta, se convierte en su destino, y este destino particular, positividad es algo objetivo con lo cual es ImpOSIble la
reconciliación· el destino de una manifestación de la vida
donde la vid~ misma puede reencontr arse. "El sentimien-
20 El amor es parcial, limitado, o se extiende indefinidamen- to de la vida que se reencuentra a sí misma es el amor,
t~,. pero en este caso no tiene profundidad. Esta imposi- y en el amor se reconcilia el destino", Nohl, p .. ~~3.
bilidad de un amor concreto, indefinido en extensión es ~2 Fenomenoloüia, p. 445. Ante todo Hegel concibió la to-
sin duda el punto de partida del pensamiento históric~ de talidad concreta como un pueblo, despues como Idea y al
Hegel, el que lo conduce a fijar necesariamente una di- pueblo como portador de la Idea.
versidad de naciones. 2.1 Versthehen.
unidad concreta de la cual se encuentra el germen en su
fundador. Hegel puede, así, escribir: "Con Abraham, lidades que los crearon, pero no tan profunda. También
el verdadero ancestro de los judíos, comienza la histo- Danaos deja su patria, pero era combatiendo, y lleva sus
ria de ese pueblo, vale decir que su espíritu es la unidad, dioses con él, en tanto que "Abraharn no quería amar",
el alma que rige toda su posteridad" 24. Es cierto que no llevaba consigo el dolor de esos lazos desgarrados, el
luego agrega que dicho espíritu se manifiesta bajo di- que manifiesta la persistencia de la necesidad de amor,
versos aspectos, de acuerdo a las circunstancias y las permanecía extraño a todos los pueblos que atravesaba,
modalidades de los conflictos que opusieron el pueblo no se apropiaba de la tierra mediante el cultivo. Su es-
judío a otros pueblos, pero hay allí un espíritu único que píritu, nos dice Hegel, era de hostilidad al mundo y a
es necesario comprender como tal y que constituye el los hombres. "Erraba con sus rebaños sobre una tierra
destino de ese pueblo. sin límites" 2,. Era, por lo tanto, un extranjero sobre
Muchas veces se ha insistido sobre la historia de esta tierra, y esta hostilidad hacia la tierra entrañaba
Abraham, la cual fue retornada por Hegel en distintas una hostilidad frente a los otros hombres. ¿ Qué signifi-
oportunidades 2;; deberá excusársenos por volver sobre ca para Hegel ese carácter esencial expresado al decir
el tema, pero se debe a que en esta historia de Abraham, que "Abraham no quería amar"? El amor es aquello
Hegel cree descubrir los rasgos distintivos de toda su que precede toda reflexión y lo que constituye la unidad
posteridad. Abraham había nacido en Caldea, pero su de la vida; pero precisamente mediante esta separación
primer acto es su separación de su familia y de su pue- con la naturaleza, mediante esta reflexión sobre sí mis-
blo. "Abandona su familia y su patria, y, de esta ma- mo, la cual pone un término a la espontaneidad vital,
nera, rompe los lazos del amor". "El primer acto me- Abraham ya no puede considerar a las cosas como vi-
\\;Ag diante el cual se convierte en el tronco de una nación
fue una separación que desgarra los lazos de una vida
vientes 28. Para él ellas no son sino cosas de las cuales
tiene necesidad para satisfacer su goce y asegurar su
común y del amor, la totalidad de las relaciones dentro seguridad y la de su posteridad; entre el mundo y él
de las cuales había vivido hasta entonces con los hom- sólo hay relaciones objetivas, relaciones de reflexión;
:1 bres y la naturaleza"; son las hermosas relaciones ju- pero las relaciones de amor ya no son posibles. Sin duda
i.,
veniles las que rechaza de sí 2". Queria convertirse en su este desgarramiento es un momento esencial dentro de
propio dueño, ser independiente, convertirse en para sí, la vida del espíritu y más tarde Hegel podrá decir que
de acuerdo a la terminología hegeliana, pero esta sepa- "puede decirse del pueblo judío que precisamente por
ración de la naturaleza, mucho mas radical que en los hallarse directamente ante las puertas de la salvación
otros pueblos, debía convertirse en el espíritu mismo del es y ha sido el más reprobado de todos los pueblos" 29.
judaísmo. Hay allí una ruptura -una reflexión que po- Y, en efecto, mediante esta reflexión Abraham no pue-
dría decirse total- que destruye toda relación viviente de ya considerar a Dios bajo un aspecto finito. La rela-
entre el hombre y el mundo, entre el hombre y los otros ción vivida de 10 finito y de lo infinito, que es el amor
hombres, y luego, al fin, entre el hombre y Dios. Esta como tal, está rota, las cosas no son más que cosas, y
reflexión, vale decir esta separación de la vida, Hegel
también la descubre en otros pueblos y en las individua-
27 Nohl, obra citada.
28 La belleza viviente no es posible. El empleo frecuente del
2. Nohl, p. 243. término "belleza" demuestra que Hegel piensa sin cesar
25 N ohl, p. 243; p. 371 Y sigo en una comparación entre el espíritu del pueblo judío y
20 Nohl, p. 245-246. el espíritu helénico.
29 Fenomenología, p. 204.
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55

,.-.~_ ..
Dios es el más allá inaccesible que no puede encontrarse que Moisés les hizo ver y que los magos egipcios tam-
en el seno de la vida. El carácter esencial de este espí- bién hicieron" 32.
ritu parece ser para Hegel su hostilidad frente a todos
En este análisis del espíritu del pueblo judío, que
los valores vitales: por ejemplo el heroísmo o el amor
Hegel sigue desde la historia de Abraham hasta la do-
de las comunidades humanas, pero, por otra parte, el
minación romana, encontramos observaciones profun-
descubrimiento de lo que está ligado a la reflexión, va-
das de lo que podría denominarse la hostilidad de la vi-
lores intelectuales y valores espirituales: la astucia, el
da y de la inteligencia, o,como lo dice Hegel en su pro-
deseo exclusivo de sí, y también lo sublime de un Uni-
pio lenguaje, de la vida y de la reflexión. Es esta re-
versal abstracto, de un Dios inaccesible, único. "La fuen-
flexión total lo que constituye el espíritu del pueblo ju-
te de su Dios, dice Hegel, era el desprecio frente al mun-
dío. La vida ha sido rota, sólo hay relaciones de señor y
do, y es por esta razón que sólo él podía ser el elegido" 30.
de esclavo concebibles entre los seres, pues lo infinito
Aun por esta razón el Dios de Abraham es esencialmen-
ha sido separado de lo finito. La vida ya no es inma-
te diferente de los dioses lares y de los dioses nacionales.
"Una familia puede muy bien haber dividido la unicidad nente en las cosas vivientes, pues el infinito está más
allá, se ha convertido él mismo en una cosa -el infini-
divina, pero ella deja lugar a los otros, no ha tornado
to separado- y los momentos han perdido su vitalidad,
para sí misma solamente el infinito; les concede un de-
el infinito que existía en ellos por el amor, para con-
recho igual a los otros dioses". En el Dios celoso de
vertirse en cosas reducidas a su finitud. "El espíritu
Abraham y de su posteridad, por el contrario, se en-
judío, dice Hegel, había fijado las modalidades de la
cuentra la exigencia de que sea único y de que esta na-
ción sea la única en tener un Dios 31. Pero con esta se- naturaleza, las relaciones de la vida, haciendo de ellas
cosas; no obstante no tenía vergüenza de desear esas
paración multiforme, la del hombre y la naturaleza, la
cosas como' dones del señor" :l3. De esta manera no ha-
del hombre y el hombre, la del hombre y Dios, aparece
bía desaparecido el deseo de vivir, pero, mediante la
lo que será el legalismo, el espíritu de servidumbre fren-
reflexión, había perdido su belleza y su gracia; se diri-
te a la ley que caracteriza al judaísmo. En efecto, Dios
gía sobre cosas finitas, deseadas como cosas finitas, y
sólo puede estar más allá y mediante esta separación se
este pueblo le pedía a su Dios, el señor, que le asegurara
muestra la relación de dominio y de servidumbre que es
el goce de las mismas.
10 único concebible. El hombre es un esclavo, y su Dios
es el Dios celoso y terrible que ordena sin estar presen- El destino del pueblo judío consiste en vivir eter-
te en la interioridad de su vida. Moisés, en la soledad, namente separado de Dios y de los hombres, por haber,
piensa en la liberación de su pueblo ; expone su proyec- mediante la reflexión, proyectado su ideal fuera de sí
to a los ancianos, pero para hacerlo adoptar no apela a y por haberlo cortado de la vida 34.
su odio común contra la opresión, ni a una aspiración Insistiremos menos sobre el segundo ejemplo que
hacia la alegría y la libertad, él impone la orden exte- da Hegel, sobre un espíritu y un destino, cuando du-
rior mediante medios exteriores, "mediante milagros
:<2 Idem.
&3 N ohl, p. 230.
30 Nohl, p. 247. Hegel caracteriza con mayor precisión que
34 En relación al Dios de Abraham, al destino de Abraham
Herder el espíritu del judaísmo tal como se muestra en
y al alcance de sus conceptos dentro de la dialéctica hege-
la Biblia, Herder sólo había insistido sobre una infancia
de la humanidad. liana, cf. nuestro artículo sobre los Travaux de Jeunesse
31 Nohl, p. 249. de Hegel en la "Revue de Métaphysique ... ", julio-octubre
de 1935.
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57

---'.- .._- ..
<~

.rante el período de Francfort estudia la vida de Jesús cuando señalaba que "Nuestra religión quiere elevar los
y las transformaciones de la comunidad cristiana. Je- hombres al rango de ciudadanos del cielo, cuya mirada
sús vino a reconciliar a su pueblo con la vida mediante siempre está vuelta hacia lo alto, y que, por esta causa,
el amor. Ya no se trata, como en la vida de Jesús escri- se vuelven extraños a los sentimientos humanos" 36,
ta en Berna, de oponer la moralidad, en un sentido kan- ahora reencuentra su crítica, pero ya no es exterior al
tiano, a la legalidad del antiguo testamento. La-escisión cristianismo en sí mismo sino que deriva del destino de
es demasiado radical y la moralidad aún consiste en su fundador. Es al seguir la historia de la comunidad
la obediencia a una ley, Ha un señor que se lleva en sí cristiana que llega a esta conclusión necesaria: "Es su
mismo" "", La predicación de Jesús es la predicación de destino que Iglesia y Estado, servicio de Dios y Vida,
la vida infinita mediante el amor, la supresión, en to- piedad y virtud, operación espiritual y operación mun-
dos los dominios, de la relación entre señor y esclavo. dana, no puedan coincidir". Toda la filosofía hegeliana
Trata de salvar a su pueblo, pero como su salvación co- posterior --que pretenderá apoyarse sobre el cristianis-
mo pueblo es imposible y debe enfrentarse a los fari- mo- deberá interpretar esta separación, lo cual no que-
seos y a los príncipes del pueblo, entonces sólo se dirije ría hacer el estudiante de Tübingen, para tratar de su-
a los individuos: "Renuncia a salvar a su pueblo como perarla viendo en la religión una forma aún inferior
pueblo y comprueba que Dios sólo se manifiesta a los del espíritu absoluto. Es sólo mediante la filosofía que
individuos; abandona el destino de su pueblo". Pero así la reconciliación no afecta la forma de un porvenir in-
se manifiesta el espíritu del cristianismo, el que será, determinado, sino que está presente en la actualidad del
a su vez, su destino, la ruptura del espíritu cristiano espíritu del mundo. La teoría del perdón de los pecados,
con el Estado. "El reino de Dios no es de este mundo", de la redención, sólo es en el cristianismo la represen-
"Dadle al César lo que es del César y a Dios lo que es tación anticipada de la reconciliación verdadera 0'.
de Dios". Está ruptura marcará profundamente el mun- Hegel piensa con profundidad este destino del crís-
do moderno y lo distinguirá del mundo antiguo. Desde fíanismo y descubre su fuente en la actitud de Cristo.
sus trabajos de Tübingen, como ya lo hemos señalado, "Jesús podía participar del destino de su pueblo, pero
.Hegel oponía el cristianismo, religión privada, y la re- así realizaba incompletamente su naturaleza, que esta-
ligión de un pueblo que era su ideal; pero el cristianis- ba hecha para el amor, o podía tomar conciencia de su
mo no puede ser la religión de un pueblo; en adelante naturaleza, pero entonces no podía realizarla en el mun-
lo espiritual está cortado de 10 temporal y el individuo do" 3S. Hubiera podido integrarse a su pueblo y tratar
conoce una libertad que es una huida frente a las for- de reformarlo, pero también así hubiera debido renun-
mas del mundo. Si el juicio de Hegel frente al cristia-
nismo era severo en sus primeros trabajos, cuando opo-
nía la sabiduría de Sócrates al asceticismo cristiano o 36 Nohl, p. 27.
37 Reconciliación que la filosofía debe pensar. Sobre las re-
laciones entre la esperanza cristiana y el saber filosófico,
.,~ Como hemos indicado más arriba, la oposición de la Mo- cf. Fenomenolopia, p. 456; "Su reconciliación es, pues, en
ralidad y de la Legalidad sirvió a Hegel durante su pe- su corazón, pero escindida todavía de su conciencia, y su
ríodo de Berna para oponer Cristo al Judaísmo. Ahora la realidad se halla aún rota".
moralidad kantiana es vinculada al espíritu judío. Esta mo- 3S Nohl, p. 328-329. "Para alcanzar completamente la con-
ralidad, en efecto, no es amor; ella descansa sobre la ciencia de su naturaleza, que era el amor, Jesús debió
oposición irl'eductible de lo Uniuersnl y de lo Particular, renunciar al sentimiento efectivo de éste, a su impulso
de la Ley y del Hombre, es una oposición extraña a la
vida. de hecho y en la realidad, por eso eligió- fa separación de
su naturaleza y del mundo".
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59

~-. ~"~.-':".-
ciar a 10 que constituía su verdadera naturaleza, hubie-
muerte de Cristo utilizando los conceptos trágicos del
ra tenido que aceptar un destino que le era extraño, el
destino de su pueblo. Jesús prefirió rechazar ese desti- helenismo.
Esta visión trágica del mundo, a la cual el cristia-
no y elegir el amor, de esta manera padeció el destino
nismo no escapa, porque al huir de todas las modalida-
al tratar de rechazar todo destino, pues por este mismo
acto debió separarse del mundo: "Quien ame más a su des finitas de la vida se condena a una separación, y,
por lo tanto, reconoce lo que es otro, lo que es extraño,
padre o a su madre, a su hijo o a su hija, que a mí, no
la encontramos desarrollada particularmente en Hegel
es digno de mí". El estudio que Hegel realiza aquí es
ya el que realizará del alma bella en la Fenomenolo- al final del período de Francfort. Este pantragicismo es
gít7., "', El acto de huir delante el destino, vale decir de-
\ ya reducible a una cierta forma lógica. Toda elección
lante de toda realización objetiva, es por sí mismo el es exclusión, toda afirmación particular es un destino
porque lleva consigo una negación : inclusive el rechazo
más grande de los destinos. Así, el espíritu cristiano es
lo contrario del espíritu judío. "El espíritu judío había _de toda particularidad, de todo destino, es aún un des-
fijado los modos de la vida, las relaciones de la vida, en rea- tino, porque concluye en la escisión más radical, en la
lidades objetivas, no tenía vergüenza de desear esas de la realidad del mundo y de la libertad. Pero esta dia-
léctica, al mismo tiempo qué una dialéctica de reconci-
realidades como dones del señor. El espíritu cristiano
también veía en toda relación viviente realidades obje- liación posible, la encontramos ya expuesta en el retra-
tivas, pero porque para él, como sentimiento del amor, to del alma bella. Al retomar este análisis comprende-
la objetividad era el mayor enemigo, de esta manera remos mejor el sentido del pantragicismo hegeliano de
permanece tan pobre como el espíritu judío, pero des- esta época.
precia la riqueza a cuya causa servía el judío" 40. El ju- El hombre está comprometido en el mundo y tiene
dío había reducido toda la atmósfera viviente a cosas, el sentimiento profundo de su derecho, pero si su dere-
había desgarrado el hermoso vínculo que unía el hom- cho no es respetado tiene la obligación de combatir pa-
bre a su universo, el cristiano también conoce el carác- ra hacerlo reconocer o de resignarse y padecer la vio-
ter finito de las cosas del mundo y lleva el infinito en lencia del mundo sin reaccionar a su vez. En los dos
su Corazón, pero mientras que el judío aún sirve al casos el hombre padece un destino y es apreciado den-
mundo, el cristiano trata de separarse de él, de encon- tro de una contradicción. ¿ Combate por su derecho?
trar su libertad sólo en la pureza de su amor. "El reino entonces no reconoce su derecho como un universal; lo
de Dios está en vosotros". De esta manera Cristo se ae- compromete en la realidad, y, de esta manera, lo arríes-
para de su pueblo, del cual conoce el fariseísmo, se ga; puede ser vencido; más aún, en el combate que se
. separa del Estado, al que no obstante reconoce como libra reconoce el derecho del otro a quien enfrenta. El
otra potencia, una potencia del mundo, "se separa de conflicto que opone a los individuos, y que para los pue-
todo destino", y este es, precisamente, su destino, el blos es la guerra, es el conflicto trágico por excelencia.
destino más trágico. Hegel llega a pensar la vida y la No es el conflicto del derecho y del no-derecho, o como
se dice a veces, de la pasión y del deber 41. Opone dos
derechos y también dos pasiones. De allí lo trágico de
39 Con la diferencia de que el estudio realizado por Hegei
sobre el alma bella en la Fenomenologfg, (p. 382) tiene s i Cf. en este sentido
la Fenomenología, p. 273-274. Lo trá-
un carácter más crítico. .
40 Nohl, p. 330. gico es, en el mundo griego, la oposición de la ley huma-
na, la del Estado (Creon), y la ley divina, la de la fa-
milia (Antégona).
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61
la existencia humana y de la historia de los pueblos. Pe- liarse. Sin embargo Cristo, cuya "inocencia no es incom-
ro si el hombre renuncia a combatir para afirmar su patible con el mayor pecado", reconoce su propio destino
derecho, si se resigna y padece pasivamente la violen- en esta oposición del mundo que se le ha vuelto extraño,
cia del mundo, entonces entre esta misma pasividad y y la supera por el amor, -amor fati, reconciliación del
la afirmación del derecho, hay también una contradic- hombre y de su destino mediante el amor- tal es la
ción. La contradicción es entre el concepto del derecho verdad filosófica que Hegel extraerá del cristianismo y
que debe valer y la realidad. Renunciar a combatir por que expresa, bajo una forma aún debida a la imagina-
su derecho es, en el fondo, no reconocer la realidad del ción, la resurrección de Cristo, su victoria sobre la muer-
derecho. Creer en el derecho sin realizarlo es la más te, la aufhebung y el perdón de los pecados -la unidad
poderosa de las contradicciones 42. de lo universal y de lo particular, tal como lo demostra--
La bella alma, Cristo, es para Hegel, en Francfort, rá la dialéctica de la Fenomenoloaia 4~.'
la síntesis de estas dos actitudes, la verdad de esta opo-
sición, la del coraje y la pasividad. "Es una viviente, una
libre elevación por sobre la pérdida del derecho y del
combate". De la primera actitud, la del coraje, el alma
bella conserva la vitalidad, pero ella se retira sobre sí
misma, encierra su derecho en la interioridad de su al-
ma y lo sustrae a todas las relaciones del mundo. "Pa-
ra no ver lo que es suyo en una potencia extraña, no lo
nombra más SUYQ._'3. En otros términos, el alma bella
no es la conciencia pasiva y cobarde que coloca aún su
derecho en las cosas del mundo y se muestra, sin em-
bargo, incapaz de sostenerlo; sigue siendo una concien-
cia viviente .Y activa, pero también se niega a percibir
el derecho en un lugar distinto al de la interioridad del
alma; huye del mundo para separar radicalmente lo
..f puro y 10 impuro H•
~'Itt'~erg"éf"":.S~a bella, que rechaza todo destino, vale
decir todo compromiso en el mundo, padece, como he-
mos visto, el más trágico de los destinos; en esta sepa-
ración descubre su destino y no puede llegar a reconci-

~ Hegel señala aquí el paso -tan importante para su fu-


tura filosofía_ de lo trágico a la contradicción, del pan-
tragicismo al panlogismo. Nohl, p. 284. ,
43 Nohl, p. 286. Para salvarse absolutamente el hombre se
niega. 4~ Cf. en particular la Fenomenología, p. 391. Parece que a,
H Esta separación consciente, dice Hegel, constituye la vi- partir de la Fenomenología, Hegel buscará cada vez más
talidad heroica del Cristianismo: "No he venido, dijo en la Filosofía --el pensamiento real de la reconciliación--
Cristo, a traer la paz". lo que en su juventud le pedía a la religión de un pueblo.

62
63.

,ci~S:;l'" _
~>!:"
CAPITULO IV

LA PRIMERA FILOSOFIA DEL


DERECHO DE HEGEL

Posición general de H egel, crítica del empirismo


dogmático 1

Después de los años de preceptorado de Berna y de


Francfort, Hegel es profesor en J ena desde 1.§21 hasta
1~. Allí elabora un sistema completo de filosofía que
tenemos la suerte de poseer bajo la forma de sus notas
de curso. Hace varios años J. Hoffmeister publicó, bajo
el título de Real[ilosofia, la filosofía ...4~ lª naturaleza y
la fnº-ªºfia del espíritu' elaboradas por Hegel durante
los 'años de Jena y que preceden inmediatamente a la
Fimomenología del espíritu 2. Ya conocemos una prime-

1 Cf. Rosenzweig: Hegel und der Staat; en francés el ar-


tículo de Vermeil en la "Revue de Métaphysique et de
Morale": La pensée politique de Hegel, julio-setiembre
de 1931.
2 Publicadas en la edición Lasson, Band XIX, Band XX.

65
ra lógica y una metafísica, de. ~an~ra , t~l que podemos
sezuir año tras año la formación filosófica de Hegel. la concepción orgamca del derecho que presenta Hegel
y Cuyas fuentes se encuentran sin duda en el movimiento
'" Aquí nuestro problema, ~s más limitado, sólo n~s
interesa la filosofía del espíritu y, mas concret.amenL, ..romántico, que se nos perdonará si insistimos en ellas
la filosofía::-PQ]Itica:::aé-negeJ.,~¿. En qué se con;T!erte su antes de abordar en detalle la exposición hegeliana.
ideaf{1e-Juventud, el del espíritu de un puebla, el de La idea del derecho natural profano, que tal vez po-
Volksgeist, y el de la religión de un pueblo, dur~nte. ~s- dría vincularse a la idea del derecho cristiano, se mani-
tos años que están consagrados a trasladar las intuicio- festó en el siglo XVIII bajo dos formas principales. Ella
nes primeras al plano de la reflexión? Para resolver es- sirvió ya sea para atenuar la concepción absolutista del
poder, al hacer del déspota esclarecido un servidor del
te problema nos serviremos del artículo sobr~_ eLderecho
Estado o al conducirlo a tomar conciencia de sus deberes
natural --la primera filOSQfíadel derecho de Hege~-=-
··que"pí.:i'blica en el periódico redactado en colabor~cJOn hacia los sujetos, ya sea para fundar el Estado sobre la
con Schellíng y que está destinado a expresar su Ideal soberanía popular al reivindicar los derechos de los su-
filosófico común. Este artículo -contemporáneo de un jetos. Esta última concepción es la del individualismo
sistema del mundo ético (System der Sittlichkeit) , que que triunfa en Inglaterra vinculándose a la tradición
. calvinista y, en Francia, preparando la Revolución Fran-
no fue publicado por Hegel y que permaneció sin termi-
cesa, cuya declaración de los derechos del hombre y del
nar- es una de las obras más notables escritas por He-
ciudadano es, por así decir, el manifiesto. Esta idea pe-
gel, tanto por la originalidad como por la pro~undidad
de su pensamiento 3. Es allí donde el ideal de Juven~L1d netra en Alemania, bajo la forma de un individualismo
filosófico, en las doctrinas de Kant y de Fichte 11. Es un
se expresa, por primera vez, bajo una forma reflexiva,
apriorismo moral quien funda la doctrina del derecho
y donde su pensamiento sobre el derec~o aparece en to-
natural. La razón universal es común a cada uno y el
"- da su originalidad. En efecto, por primera vez Hegel
derecho de la persona es el derecho absoluto a partir del
"./ opone, netamente y con una precisión incoI?parable, .:;¡;J
pti <í- concepción orgánica del derecho a la concepcion del =: cual toda teoría del derecho debe poder constituirse.
sólo la ea-existencia de las personas la que legitima una
Es
'51. . '.* CJi'o-'natural igualitario y universal que fue la del ~lglo
constricción destinada a hacer respetar las libertades in-
Q\ J 0' XVIII y que había sido expresado c?n una profundidad
j ~ filosófica inigualable por Kant y Fichte : OpOSIClOn,co- dividuales de todos. El Estado carece, entonces, de una
misión providencial, ~ existe para garantizar la liber-
J' J mo se ha dicho, llena de-consecuencias:- No sól~ s?bre el
tad' de sus miembros. El Estado está hecho para los in-
/ '1'):" plano teórico sino, también, sobre el plano práctico. La
dividuos que lo cóiñponen y, al mismo tiempo, es su
escuela del derecho histórico, tan opuesta al concepto
,1 racionalista del derecho natural, casi podría reivindicar obra. De allí se derivará la idea del Estado democrático,
esta obra como la de un precursor 4. En todos los aspec- servidor del desarrollo de las facultades individuales.
tos es tan neta la ruptura entre las teorías del derecho A este derecho racional, universal, igualitario, a
natural (monárquicas o liberales), que habían domina- este humanitarismo, Hegel opondrá, apoyándose sobre
las concepciones románticas, la idea de un derecho -ergá-
do hasta entonces a todos los pensamientos políticos, y
mco que reconcilia el apriorismo moral de Kant y de

3 Estos dos trabajos se encuentran en el tomo VII de la


edición Lasson Schriften. zw' Politik und Rechtsphilo- fi Sobre Fichte habría mucho que decir. El pensamiento del
sophie.' . autor del Discurso a la nación alemana y de El estado
Sin embargo Hegel se opuso posteriormente a esta escuela. comercial cerrado, es complejo a este r~specto. aquí lo
consideramos sólo bajo la forma que le dIO Hegel.
66
67
~"'--' Fichte con las realidades positivas de la historia, esta sin que esta relación sea una relación mecaruca, una re-
.•.1;' ..:+- ~daQJ;uya significación ya hemos esclarecido en lación de dependencia abstracta, sino una armonía. La
los primeros trabajos hegelianos. La fuente de su pen- idea de bella totalidad -schone Totalitat-c- es el mode-
samiento está en la idea romántica de vida, cuya impor- lo de la concepción hegeliana del Estado, es la idea que
tancia durante el período de Francfort ya consideramos; opone a la concepción utilitaria o invidualista del Estado.
pero Hegel al igual que Hólderlin buscará precursores No obstante señalamos que Hegel no renuncia a un
en 'el helenismo, un helenismo que será también el de cierto universalismo, a la idea de humanidad que, por
Nietzsche y que obsesiona el pensamiento alemán duran- ejemplo, había en un Lessing ; según la profunda ex-
te el siglo XIX. Hegel le solicita a Platón y Aristóteles presión de Brunetíero substituye el universalismo de
una concepción del Estado orgánico, la idea de una an- abstracción por el universalismo de composición. Recha-
terioridad natural del todo sobre las partes y de una za un empírismo que sería un puro relativismo histórico
~ inmanencia del todo en las partes. J-~ªI.1lll.tura y hacia el cual posteriormente se inclinaron muchas ve-
~(t con la concepción racionalista del siglo XVIII surge con ces los historiadores. Cada pueblo expresa en su género
':'")~ la.l.·deadeque la moralidad absoluta no reside y no pue- la humanidad y lo universal; así como las mónadas de
¡'\.) l-.de residir sino en la nación 6. La energía creadora de Leibnit~ expresan todo el universo bajo un modo particu-
.sr·s:. : Dios sólo se manifiesta mediante genios nacionales y ci- lar, aSI debemos encontrar en cada ..l2ueblo una. reali-
é 1,' ) .vilizacíones originales, irreductibles unas a otras y su- ~_QrS"~?ica_ del ~erecho absol~to. L;--esenda y la
~ ¡C::-\.cediéndose en la historia. Así se fragmenta el derecho malllfestaclOn (el fenomeno, Erscheinung) no están ais-
,;j'\J uno y original. Desde ese instante el derecho sólo es la ladas una de otra en la filosofía hegeliana ', sino que
N expresión de una cierta totalidad orgánica. El derecho .pertenecen a la ~sencia de la esencia el aparecer, y perte-
eterno yo no es un a priori abstracto que se opone a los nece a la esencia de la manifestación el manifestar la
pueblos concretos de la historia, él mismo entra en el esencia. Captar una en la otra, o captar la vida absoluta
campo de las realidades contingentes. Con justa razón en la multiplicidad de las formas vivientes, al estar en
se ha dicho que la idea igualitaria y universal del dere- cada una de estas la vida total, es el fin de esta filosofía
cho natural se vincula, en el pensamiento occidental, a de la cual Leibnitz, en cierto sentido, puede ser conside-
una concepción mecanicista y matemática de la ciencia; rado el precursor.
es en la idea de vida y de organismo donde se inspiran, .La idea de una organización viviente que regla ar-
por el contrario, el romanticismo y la concepción del de- moníosamente las relaciones humanas y hace del Estado
/ una .verdade~a totalidad, es una idea profunda que va a
recho orgánico de Hegel. Una actividad creadora inago-
table está en la fuente del ser, ella engendra y absorbe domma.r el siglo XIX. Se la volverá a encontrar, aplica-
sin cesar las encarnaciones diversas de la vida absoluta; da a diversos temas, en los filósofos franceses que opo-
cada una de estas encarnaciones es un pueblo, y el de- n~n l~s períodos críticos a los períodos orgánicos de la
recho sólo expresa la realización viviente que existe den- hIstOrIa; después de la revolución ellos buscan una nue-
tro de las totalidades éticas. Ya no se trata de realizar va teoría constructiva del Estado R. Aún otra consecuen-
un igualitarismo abstracto, sino de pensar la relación de
7 Cf. La lógica de Hegel "Die Ersch.einun.q", ed. Lasson,
las partes con el todo, de los miembros con el conjunto, Band IV, p. 122.
8 El Saint-Simonisme, Auguste Comte. Pero en Augusto
Comte la idea de Humanidad es muy diferente de lo que
6 La totalidad ética absoluta no es sino un pueblo, ed. Las- es para Hegel. Una comparación entre el pensamiento
son, VII, p. 371. hegeliano y el pensamiento comtiano, sería muy fructuosa.

69
68
cia de la teoría hegeliana del derecho que vamos a estu- totalidad ética, en cuyo seno adquieren su verdadero
diar, se manifiesta a propósito de su teoría del progreso. sentido. Lo que Hegel denominará más tarde el espíritu
La Aufklarung consideraba un progreso universal, una subjetivo, la psicología, la fenomenología, es considerado
marcha hacia la unidad de una humanidad siempre idén- aquí como un momento preliminar de la vida ética, de
tica a sí misma, pero todavía prisionera de los prejui- manera que el espíritu absoluto es presentado bajo la
cios de la infancia. Pero la idea no podía ser la misma forma de la comunidad política y social. La religión y
para teóricos como Herder y Hegel, que dividen la uni- el arte, que más tarde se elevarán por sobre la historia
cidad divina y ven en los pueblos realizaciones diversas del mundo y se convertirán en el espíritu absoluto por
pero que son, siempre, expresiones de la vida absoluta, sobre el espíritu subjetivo, aún están en el simple estado
"Una especie de panteísmo pluralista sucedió al monis- de vestigios; forman parte de esta totalidad que es la'
mo racionalista del Occidente", y puede incluso decirse vida ética de un pueblo. La religión es aquí religión d~ \
que '€TI sus primeros esbozos de filosofía de la historia, un pueblo. Nada hay más elevado que el pueblo, salv0..J~
Hegel piensa menos en un progreso continuo que en ya, tal vez, la historia de los pueblos. '
desarrollos diversos, en sucesiones de realizaciones tan El artículo sobre el derecho natural, que puede ser
incomparables en su género como una tragedia antigua considerado como una réplica al N aturrecht de Fichte,
y un drama de Shakespeare 9. Sin embargo la idea de elabora así esta nueva concepción del derecho según la
evolución histórica adquirirá cada vez más lugar dentro cual el derecho es un conjunto orgánico. No hay un de-
de-Tá-:YisTOn-ñegeTIana del mundo, y casi es una síntesis recho~ersal qué--péíCliÍa-trascertder el organismo éti-
de la concepción de progreso de la Aufklárung y de la co. Hegel debe oponer su método al de sus antecesores
idea de la diversidad de las expresiones del absoluto, la y tomar posición en relación a dos caminos posibles, el
que constituirá más tarde su filosofía de la historia. En del empirismo y el del racionalismo abstracto que deno-
efecto, la vida será sustituida por el progreso de la idea. mina método de reflexión absoluta. Por una parte están
El artículo sobre el derecho natural y el "Svstem las concepciones del derecho natural que se encuentran
der Sittlichkeit" se completan el uno con el otro. El pri- en los filósofos del siglo XVII y XVIII, en Hobbes, Spi-
mero está destinado a exponer una nueva manera de noza, Locke, por otra parte está el idealismo moral de
plantear el problema del derecho natural, el segundo es Kant y Fichte. Las dos primeras partes del artículo so-
un ensayo de solución de este problema de acuerdo al bre el derecho natural están consagradas a una aprecia-
método así propuesto. El "System der Sittlichkeit", al ción de estas dos concepciones divergentes "', De acuer-
igual que la "República p!atónica", es la concepción de do a una manera que será constante en él, Hegel le hace
la vida ética desde sus formas inferiores, a las que He- justicia a una y otra, las analiza para poderlas superar
gel considera abstractas, como ser las del deseo indivi- e integrarlas en su propio punto de vista. La tercera
dual, las posesiones, el trabajo y la familia, hasta sus parte del artículo está consagrada al espíritu original
formas superiores, la integración de los primeros en la de la filosofía moral de Hegel y termina con profundas
observaciones sobre la tragedia y la comedia, su signifi-
cación para la vida humana y para la filosofía de la hís-
9 Lo mismo para la historia de la filosofía. Antes de con-
siderar un progreso dialéctico de la Idea, Hegel comien-
za viendo en cada filosofía particular una manifestación
original de la razón, un pensamiento particular del Abso- 10 Ed. Lasson, Band VII, primera parte sobre el empirísrno,
luto. Cf. el estudio sobre la diferencia entre l03 sistemas desde la p. 334 hasta la pág. 346. 2~ parte sobre el idealismo
de Fichte y Schelling. moral de Kant y de Fíchte, desde la p. 346 a la p. 371.

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71
tcria !'. En una última parte Hegel muestra, por último, Schelling había hecho para la naturaleza física, Hegel
la relación que puede existir entre la teoría del derecho lo hace ahora para el mundo moral, las costumbres, la
natural y lo que se puede llamar el derecho positivo, en- vida social, la historia. También en este dominio se tra-
tre su concepción general de la totalidad ética y la his- ta de no oponer, según la manera propia de la reflexión,
toria IZ. La mayor parte de sus comparaciones están to- un dato irreductible, una "empiria" y un pensamiento
madas en el dominio de la vida. Sin duda la idea de vida puro que permanecería formal; es necesario llegar a re-
desempeña aquí el papel principal en las meditaciones conciliar, como Schelling lo había hecho para la natu-
de Hegel en Francfort, pero puede decirse que la filo- raleza, lo a posteriori y lo a priori, la intuición empíri-
sofía de la naturaleza de Schelling, en la cual Hegel aca- ca y el concepto. ~El espíritu debe poder re encontrarse a_.J(
ba de iniciarse en Jena, no hace sino reforzar esta ten- sí mismo en esta segunda naturaleza que es la natura-
dencia. Hegel todavía no ha llegado a traducir su pen- leza espiritual, la vida de un puebl2.:i Comprender no es
samiento en un lenguaje que le sea propio, el. lenguaje reflexionar y esperar sino hundirse en el objeto que se
del espíritu. Si ya afirma en este artículo que "el espí- estudia. Es necesario volver al sentido primitivo de la
ritu es más elevado que la naturaleza" porque la natu- palabra inteligencia (intuslegere) ; así es como Hegel
raleza sólo es idea para el espíritu, y sólo el espíritu es escribirá más tarde en el prefacio a la Fenomenología
capaz de reflexionarse, por otra parte no deja de ser del espíritu: "El conocimiento científico, en cambio, exi-
el discípulo de Schelling en muchos puntos. ge entregarse a la vida del objeto o, lo que es lo mismo,
La filosofía de Schelling, particularmente su filo- tener ante sí y expresar la necesidad interna de él. Al
sofía de la naturaleza, reconciliaba el dominio empírico sumergirse así en su objeto, este conocimiento se olvida
y el a priori. En tanto que la filosofía kantiana separa- de aquella visión general que no es más que la reflexión
ba radicalmente la forma y la materia, el concepto y la de saber en sí mismo, fuera de contenido" "l. Este mé-
intuición (a pesar de la conocida afirmación según la todo de intelección será el método hegeliano; él quie-
cual los conceptos sin intuición son vacíos, y las intui- re reconciliar el pensamiento conceptual, que determi-
ciones sin conceptos son ciegas), la filosofía de la natu- na y abstrae, con las exigencias de la intuición.
raleza de Schelling pretendía exponer una física especu- Es por esta razón que desde el comienzo de su estu-
lativa; no sólo quiere extraer las condiciones trascen- dio sobre el derecho natural, Hegel reconoce la legiti-
dentales del saber de la naturaleza, ser un saber del sa- midad y el valor del empirismo. Lo que es condenable
ber, sino incluso alcanzar el contenido mismo del saber, no es el empírismo puro, el del hombre de acción, tal
lo que constituía para la filosofía crítica el dominio em- vez, que capta el todo pero es incapaz de expresarlo en
pírico inaccesible al pensamiento. La filosofía de la na- una forma consecuente; sino el empirismo mezclado de
turaleza es, al mismo tiempo, un apriorismo y un empi- reflexión, el cual no es ni empirismo integral ni reflexión
rismo absoluto; es un realismo absoluto; y sin embargo absoluta del pensamiento en sí mismo. En el empirismo
ese realismo absoluto no se opone al idealismo; la na- profundo existen la intuición, el sentido interior del to-
turaleza es idea, es realización del concepto; en ella el do, "es una torpeza de la razón no poder transponer
espíritu se encuentra en sí mismo realizado. Lo que dentro de la forma ideal esta pura intuición" 14, ella
está presente como intuición, pero la razón se ha mos-
11 3" parte, desde la p. 371 a la p. 396. Nuestro análisis
seguirá el desenvolvimiento del pensamiento de Hegel en
esta obra. 13 Fenomenología, p. 36.
12 Desde la p. 397 a la p. 41e. B Ed. Lasson, Band VII, p. 343.

72 73
trado incapaz de "exponerla como idea". Es posible que puro y sus teorías. El empirismo puro, fiel a una intui-
Hegel piense aquí en los grandes hombres de acción, en ción que no logra exponer, se muestra exteriormente
los genios políticos que actúan de una manera que, en inconsecuente en relación a este empirismo dogmático
apariencia, es inconsecuente, pero que no obstante tiene que ha fijado las determinaciones y les ha dado la inmu-
.su lógica interna. Por el contrario, el empirismo dogmá- tabilidad del concepto. "Le hemos reprochado al empi-
tico, el que se eleva hasta la ciencia, edifica teorías que rismo científico la no verdad de sus proposiciones por-
podrían decirse consecuentes, pero que niegan así "la que le concede a las determinaciones la absolutividad ne-
intuición interior". ¿ En qué consiste este empírismo dog- gativa del concepto gracias a la unidad formal dentro de
mático? es un método de abstracción que no capta el la cual las transpone. Plantea estas proposiciones como
contenido en su totalidad, que separa de ésta sólo ciertos absolutas, y así expone una dominación de esas deter-
aspectos y se muestra de inmediato incapaz de volver- minaciones adoptadas sobre las otras a las que nie-
los a agrupar. Uno se encuentra de esta manera frente ga" 17, pero es en este desarrollo consecuente de la teo-
a los restos de determinaciones fijadas por el entendi- ría que "la intuición es negada como totalidad interior".
miento. La primaria unidad del todo ha sido rota y de Por el contrario, es gracias a su inconsecuencia frente a
ella sólo quedan trozos. ¿Se considera, por ejemplo, la esas determinaciones que el empirismo puro "suprime
familia, esta totalidad ética, y se quiere expresar su esen- la violencia hecha así a la intuición" pues "la inconse-
cia? Se limita a extraer ciertas determinaciones: la pro- cuencia niega inmediatamente lo absoluto atribuído an-
creación de los niños, la comunidad de los bienes, etc., tes a una determinación" '".
y se trata de reducir esta totalidad a una de esas deter- Es la oposición célebre entre la práctica y la teoría
minaciones consideradas como esencia o como ley de la lo que Hegel analiza aquí; muestra ya que esta oposición
familia 16. ¿ Se quiere definir la profunda ligazón que nace porque la práctica es impotente para expresarse
existe entre el crimen y el castigo? se trata de definir ella misma como razón, y que la teoría es incompleta; ella
el castigo por lo que constituye sólo un aspecto incom- no es suficiente teoría. Todas las determinaciones em-
pleto del mismo: la enmienda del culpable, la exclusión píricas fijadas por el entendimiento son en el fondo
de lo que es nocivo, la representación del castigo en los contradictorias; pero el pensamiento empírico trata de
otros, etc. 16. Estas diversas determinaciones, una vez evitar esta contradicción que volvería, sin embargo, a
separadas y expuestas por sí mismas, son muchas veces darle vida, y permite que se sustituya por una teoría
contradíctorfas, de manera tal que el empirismo dogmáti- consecuente, pero irreal y formal, una dialéctica real,
co sólo puede edificar teorías en las que hace desapare- pero utilizando como motor interno la contradicción.
cer los aspectos que no concuerdan con su punto de par- Hemos insistido bastante sobre este empirismo dog-
tida, elegido arbitrariamente uno entre ellos, y se es- mático cuyo error consiste en reflexionar los datos de
fuerza por sumir a los otros bajo éste. Una teoría así la experiencia de una manera insuficiente, e incluso de
construida es, por lo general, consecuente; ella se desen- reflejarlos. Hegel da dos ejemplos de estas teorías abs-
vuelve como una serie de proposiciones perfectamente tractas, elaboradas en los siglos XVII y XVIII, el del es-
enlazadas unas con otras, pero a expensas de la realidad.
De allí el conflicto siempre renovado entre el empirismo

lOOp. cit., p. 331.


16Op, cit., p. 335, p. 345.
Y ~Q~.
..í7 cit., p. 342. En otros términos, el empirismo dogmá-
.)J.to es precisamente
lo que en un sentido peyorativo se
_. ama una teoría abstracta; abstrae de la realidad una
determinación particular y pretende con ella explicar todo.
18 Op. cít., p. 346.

74
75

:"~":'~ 'C--.,

I
I

tado de naturaleza y el de la idea de naturaleza huma- una unidad exterior bajo el nombre de sociedad y de
na 19. En ambos casos se refiere a un punto de partida Estado -la totalidad aparece ( en relación al supuesto
arbitrario que se supone representa la unidad primera. .v
~/--
estado primero) como algo distinto y extraño" 21. En'
En el primer caso se hace corno el físico, que habla de !' .•~
... resumen, ~dQ es opuesto a lél naturaleza. Ahora
\j
un caos primitivo, y se inventa una ficción, un estado bien, es 'precisamente esta oposición laque--qiiíere tras-
donde los hombres serían considerados independientes cender Hegel al mostrar en el todo social, un verdadero
unos de otros. En el segundo caso se opone a la realidad organismo espiritual, al reconciliar la particularidad de
efectiva del hombre en sus manifestaciones históricas,
una posibilidad abstracta, un conjunto de facultades a
la naturaleza y la universalidad del espíritu 22.
Pero la crítica de Hegel no sólo versa sobre este
1
partir de las cuales se pretende reconstituir su estado empirismo científico que aisla las determinaciones y
actual. De todas maneras se separa las costumbres, la siempre concluye, más o menos, en la oposición del estado
historia, la cultura, la vida social y el Estado considera- de naturaleza y del Estado; también versa sobre el idea-
dos como formas más o menos contingentes de la vida lismo kantiano y fichteano, el cual, llevando la reflexión
humana, y se los opone a este estado de naturaleza o a hasta su término extremo, concluye por separar lo uni-
esta abstracción de la naturaleza humana, pero, de he- versal de toda determinación empírica. Este idealismo.;:W
cho, uede conocerse naturaleza humana por su concibe correctamente. el absoluto que el empirismo no
desenvo . . o_en a Istori8;-y-el f'Ifrincipio determi- llegaba a captar porque mazcla sin cesar la reflexión y
nante para este a priori no es lo a pósferlOrl"211:.A"st-co- el elemento empírico, pero no lo concibe, en su oposición
mopara-expticar las propiedades coñcreta¡r-al! los cuer- al empirismo, a la positividad, sino como un absoluto
pos el físico es llevado a atribuir al átomo cada vez más puramente negativo. La libertad así alcanzada sólo será
propiedades, también el teórico del estado de naturale- I la libertad de la pura reflexión, incapaz de realizarse ~e \
za debe introducir en este estado todo aquello de lo que otra manera que por la negación de toda determinació~
tiene necesidad para explicar el estado social, por ejem-
plo una "tendencia, en el hombre, a la sociabilidad". Pe-
ro si finalmente estas explicaciones, por medio del esta-
2
do de naturaleza o por la naturaleza humana, permane-
cen formales y vacías, ellas llevan a una grave oposición
entre la unidad primera (concebida como estado de na- Crítica de la filosofía práctica del idealismo
turaleza o naturaleza humana) y la unidad final (con- kantiano y iichieano
cebida corno estado social o realidad histórica del hom-
bre). Esta última unidad no es otra sino el Estado y sus Hegel quiere pensar la vida del espíritu, la vida
formas históricas, pero no puede resultar sino de una
explicación artificial. El Estado, la majestad, dice He- ética, como yida de un. pu~blol.. y es conveniente tomar
. aquí al pie de la letra esta expresión "yida del espíritu".
gel, aparece como agregado desde el exterior al estado
Ya insistimos sobre la importancia de la Idea de vida y
de naturaleza; "se plantea una armonía sin forma y
- Hegel, op. citado, p. 342.
19 Más arriba señalamos -a propósito de la idea de posí- 21
tividad- la actitud de Hegel respecto a este concepto de 22 "La idea absoluta de la moralidad, del orden ético, con-
"naturaleza humana". tiene por el contrario la identidad del estado de naturale-
20 Hegel, op. citado, p. 339. za y de la majestad". p. 342.

76 77
/;.'
.:¡

El aspecto importante de las filosofías idealistas de


la equivalencia establecida por Hegel, en Jena, entre la Kant y Fichte es haber planteado esta identidad, pero
...rid.a-y_.~ infinidad. "La omni-presencia de lo simple en su defecto esencial es no haber llegado a realizarla sino
la multiplicida'd exterior es para el entendimiento un dentro de una exigencia práctica; Fichte, que repensó
misterio", ahora bien, es esta no-separación del todo Y toda la filosofía kantiana a partir del "Primado de la
de las partes, esta inmaneneia viviente de lo uno en lo razón práctica", entendió correctamente que la intuición
múltiple, lo que constituye la infinidacL?"EI concepto de intelectual era la identidad del Yo consigo mismo, su
vida y el de infinidud son eq,üvalentes. En la Lógica unidad absoluta e infinita; pero separó esta unidad de
de J ena, Hegel piensa la infinidad como relación dialéc- la multiplicidad empírica, de la posibilidad, podríamos
tica de lo uno Y de 10 múltiple, pero en esta dialéctica decir para usar el lenguaje anterior de Hegel. A partir
Jógica puede n:cncontran;e la idea de vida. Recíproca- de ese momento la unidad sólo es, para él, un ideal que
mente, la vida es esta dialéctica, Y es la vida la que obli- debe ser, un "sollen", y este ideal se opone precisamente
a 10 que es, a la separación de lo uno y de lo múltiple,
ga al espíritu a pensar dialécticamente 23.
En el momento de abordar las filosofías de Kant y de 10 infinito y ds.Jo finito. En términos más concretos
~
Fichtc, y ol)onerlas n las filosofías empíricas que ter- puede decirse que "el mundo es lo que no debe ser para
mina de estudiar, ~el insiste precisamente sobre' la que nosotros podamos hacerlo como debe sel:) Sólo esta
'1 exigencia es para siempre sin realización y sin presen-
~'t" infinttª!lJLel cº!lcq)to~absoluto. "La infinidad, dice, es
( el principío del movímíentc Y del cambio" ~4. Porque to-
cia. Lo infinito no se encuentra en 10 finito, se opone a
éste y sólo es su negación. También en la filosofía kan-
j
-era determinución, en efecto, en tanto que finita es con-
tiana el fenómeno siempre es fenómeno, es la finitud
tradictoria. "Lo determinado no tiene, en tanto que tal,
empírica, y la crítica de la razón pura nos niega el dere-
ninguna otra esencia sino esta inauietud absoluta de no
ser lo que es" 2,'. En otros térmiños, la infinidad es el cho de tomar este fenómeno por 10 absoluto, pero tam-
~ bién nos protege de la realización de lo absoluto de una
(I alma de lo finito; es" el piíñclpio de su devenir Y de su
(
VTI!1r:1\liol;a:-ñlen, tI fin de los románticos, de Schclling y manera cualquiera. Es cierto que Fichte hace del sujeto
·t aquí t:tmbién de Hegel, es pensar lo infinito en lo finito, que piensa y quiere, en sí, el noumeno, pero al mismo
tiempo lo opone al sujeto empírico, y es esta oposición
~ .J.a unidad J~D..Ja multiplicidad, el absoluto en sus rnani-
la que el yo práctico capta como definitiva. En este re-:
Tes'ta"ctliñ"es. sumen muy esquemático pueden verse las dos actitudes
que Hegel caracteriza aquí: el empirismo y el idealismo
2:\ J. Hyppolite, Via et priee de conscience de la víe, en Re-
abstracto. En la primera el espíritu aisla determinacio-
vue de Métaphysique et de morale", 1937. nes finitas y sólo llega a una muchedumbre de leyes po-
2~ Hegel comienza SU exposición con un estudio del concepto sitivas y de principios particulares. Se liga a la positi-
de infinito, ed. Lasson, VII, p. 347. Presenta la natura- vidad como tal, sin poder aprehender en ella la vida por-
leza de "lo infinito Y de sus metamorfosis" y opone su con- que las determinaciones que piensa están fijas y aisla-
cepción dialéctica del infinito a la de sus antecesores.
25 Primera lógica de Hegcl _elaborada en J ena-, la cual das 26. Imaginemos al historiador, al sociólogo e ínclu-
es, efectivamente, una lógica de la infinitud. Jenenser
Logik, ed Lasson, p. 31. Captar una determinación limita-
da como infinita, es captarla en su inquietud por tras- 26 Por otra parte esto es siempre, para Hegel, la ciencia po-
cenderse, en su "devenir otra cosa que ella misma". El sitiva cuando se la separa de la filosofía; sobre este pun-
error de los filósofos de la reflexión consiste en colocar lo to cf. el final del artículo sobre el derecho natural, p. 391
infinito fuera de lo finito, en este caso la idea moral fue- Y sigo
ra del pueblo concreto que la encarna.
79'

78

.•
- ~)
coincidencia inmediata. Señalemos, por otra parte, que
so al teórico que extrae de la experiencia social hechos la acción sólo es posible si suponemos realizado en un
positivos y los reúne más o menos arbitrariamente sin momento o en otro esta coincidencia del yo con el yo.
identificarlos con el sujeto que piensa Y quiere. Esos he- Hay, dice Hegel, en toda acción moral verdadera una
chos o esas determinaciones parecen siempre exteriores cierta inmediatez necesaria. En los trabajos de juven-
al yo, de manera que así sólo se concluye en una necesi- tud de Hegel hemos analizado la reflexión de Abraham,
dad empírica Y no en una filosofía de la libertad. Con- la que era una separación de la atmósfera de su vida
trariamente, "el aspecto importante de la filosofía kan- primera 28. Pero en las filosofías de la reflexión, en el
tiana Y fichteana es haber tomado como punto de parti- idealismo crítico de un Kant o en el idealismo moral de
da el principio según el cual la esencia del derecho Y del un Fichte, la misma operación es realizada de una ma- -i!
deber, Y la esencia del sujeto que piensa y quiere, son nera sistemática, y la oposición propia a la reflexión no
absolutamente idénticas" 2.. Por esta causa dichos filó- puede ser ya superada. En lugar de ser un momento, del .'j..
sofos son filósofos de la Libertad. El derecho natural que Hegel no niega y sobre todo no negará la necesidad,
significa, entonces, el derecho racional, Y es con razón deviene el punto de vista esencial. Así es como la liber- A
que estas filosofías pueden ser llamadas idealismos; las tad, de la cual estos filósofos tuvieron razón de partir, "':
mismas buscan deducir de la esencia del sujeto absolu- sólo es un ideal en su sistema y no tiene existencia de o,
tamente libre las leyes del derecho Y del deber. La auto- hecho; o, incluso, ella sólo es una negación de la deter- J
nomía en Kant, el yo práctico en Fichte,expresan el mínacíón finita, de la positividad que deja siempre fue-,V li-
momento más elevado de esas doctrinas. Sin embargo ra de ella como ente a negar. Pero este "fuera", esta ex- ;f J

Hegel critica este idealismo como había criti~ado el em- terioridad, son contradictorios precisamente de la Li- ~;
pirismo anterior; no ve en él sino una filosofía de la bertad, para la cual no hay exterioridad absoluta. ~ ~
reflexión que no ha sido capaz de superar la oposición i Digamos, de una manera más simple aún, que es-)q. ~
propia a la reflexión, Y que en consecuencia sólo llega a tos filósofos de la reflexión separaron lo infinito de )0 ~ ~ lA"
una identidad formal o a una concepción negativa de la finito e hicieron inconcebible su unidad. ISi el empirís-v
mo dogmático permanecía "mixto" al mezclar una re-
libertad.
Al leer a Hegel se podría creer, muchas veces, que flexión inacabada y un empirismo incompleto, los siste-
sólo es un filósofo abstracto que juega con los conceptos mas idealistas que consideramos ahora son dualismos;
y hace malabarismos con las palabras. Sin embargo esto pero estos dualismos no oponen una determinación a
no es así, y como prueba tenemos la significación del otra, una concepción de la propiedad a una concepción
concepto de reflexión mediante el cual caracteriza a las de la comunidad de los bienes por ejemplo, ellos oponen
filosofías de las que acabamOS de hablar. Para compren- lo impuro a lo puro, la determinación a lo absolutamente
derlos bien nos parece que es necesario partir del sen- indeterminado, a lo infinito abstracto; es por esta razón
tido vulgar de la palabra reflexión. La reflexión es una
suerte de interrupción de la vida en su espontaneidad;
Hamlet reflexiona en lugar de actuar, Y la acción se 28 Precisamente hemos indicado, a propósito de la concien-
cia desgraciada, del destino del pueblo judío, la signifi-
vuelve para él casi imposible. Mediante la reflexión se- cación existencial que Hegel le concede a esta reflexión
paramos, nor una especie de retorno del sujeto a sí mis- mediante la cual el hombre renuncia a la unidad inmedia-
mo, aquello que en el devenir vital está unido, 10 que -era ta de la vida. Las filosofías de la reflexión, Kant, Fíchte,
J acobi, a quienes Hegel estudia como tales en el artículo
de Jena, Fe y saber, son las filosofías de esta separación.
27 Ed. Lasson, VII, p. 361.
81
80
que, según Hegel, tienen tanta importancia en la histo- su organización, Hegel quiere superar el momento de la
ria de la cultura. Sólo reflexionando sobre esta reflexión oposición y presentamos el mundo de la vida ética si-
se puede superar la reflexión, tomar conciencia del ca- multáneamente en su infinidad y en su realidad, como
rácter abstracto y puramente negativo de esta libertad una naturaleza que encarnaría el espíritu, un espíritu de-
infinita, y volver a una unidad dialéctica que sea la vi- venido objetivo ';0. Sin embargo la oposición no desapa-
da misma, la presencia de lo infinito dentro de lo finito rece, de manera que la unidad deviene una unidad está-
sin ser lo mixto arbitrario del empirismo. tica y sin vida; será ella la que constituye el devenir de
En la vida común se comprueba muchas veces una los pueblos y de los mundos éticos, la historia del espíritu
oposición entre la sensibilidad y la razón; es a esta opo- del mundo.
sición que las filosofías idealistas de Kant y Fichte ele- Al permanecer en la oposición abstracta las filoso-
varon a lo absoluto al fijar en ella, por así decir, los dos fías ídealistas de Kant y Fichte se condenaron, al mismo
términos. De un lado está la naturaleza, nuestra natu- tiempo, a ser filosofías individualistas," pues el punto de
raleza, que está hecha de tendencias y aspiraciones di- vista de la oposición de la razón y de la naturaleza es,
versas que encontramos en nosotros porque somos un principalmente, el punto de vista del individuo separado,
ser del mundo; del otro lado está la razón pura, el mo- mientras que el de la unidad realizada es, por el contra-
mento de la unidad infinita, y la libertad consistiría en rio, un punto de vista que supera al individuo como tal,
limitar y dominar en nosotros la naturaleza. Pero si la y sólo puede ser dado en la totalidad ética que es un pue-
comprobación empírica así hecha corresponde a una ex- blo en el conjunto de su vida. "~en un pueblo libre
periencia real, ella no podría expresar el todo de la éti- donde la razón se realiza".".
ca: "No podría ser cuestión aquí, dice Hegel, de negar Hegel precisa su crítica de Kant y de Flchte me-
este punto de vista, él corresponde a una identidad rela- diante dos ejemplos que estudia con la precisión y el lujo
tiva (vale decir a una diferencia), del ser del infinito de detalles que le son habituales. Por una parte analiza
en lo finito" 2n. Sólo importa demostrar que ese punto el universalismo abstracto de la moral kantíana para
de vista es parcial y que junto a la identidad relativa mostrar en ella el vado, y por otra el sistema del derecho
(o de la diferencia) de los dos momentos, se encuentra de Fíchte para manifestar su contradicción interna. Los
también su unidad realizada. y es esta unidad la que de- dos ejemplos son particularmente interesantes, el pri-.\ .1
be mostrar el sistema de la ética. En otros términos, los
mero por ser una crítica de lo universal abstracto CUy03 1 t>-¡Jr)
filósofos de la reflexión permanecen por así decir en el orígenes remontan, en Hegel, a su análisis de la idea de ~<'71
momento de la inmoralidad, de allí el carácter negativo de positividad, el segundo porque nos ayuda a comprender ,;
su Libertad, la que expresa la exigencia de superar ese lo que será el realismo político de Hegel y su oposición
momento, pero una exigencia condenada a permanecer sin entre el Estado real, que es al mismo tiempo realización
realidad; ahora bien, al pensar el todo de la vida ética, de la razón, "con el Estado utópico" que pueden construir
los "artífices de constitucioneS;:';

29 Ed. Lasson, VII, p. 351. "La expresión popular de esta


representación de la naturaleza ética como identidad re- 30 Este es el origen da lo que Hegel llamará más tarde "el
lativa, es la oposición de lo real, concebido como sensibi- ir "espíritu objetivo".
lidad, facultad de desear (momento de la pluralidad). con V'enomenologia, p. 210: "Los intuyo a ellos como yo, y me
la razón (momento de la unidad). La identidad relativa intuyo a mí como ellos. En un pueblo libre se realiza, por
es entonces su no_coincidencia, y la exigencia. en un de- tanto, en verdad la razón; ésta es el espíritu vivo pre-
ber ser, de su unificación". sente".

82 83
piedad es la propiedad la roni d
Ya hemos visto a Hegel enfrentarse con la idea, tan propiedad de otro". Per~, y re u~t pie ad de, que otro es la
pobre y tan mal determinada, de "natu'raleza humana". ción habría si no hubiera Pni;gun a Hegel, d contradic-
Pero el Universalismo kan tia no es aún más pobre; su- razón podría decirse: "La no-pr a. PdrodPIea1d. Con igual
prime toda determinación concreta, o ya parcialmente " S" opie a es a no .
d a d . ! se quiere saber si la propiedad debe e -propie-
abstracta, Y sólo deja subsistir una tautología, una iden- necesario no permanecer en esta d t . . , xístír es
tidad formal. Así se condena a no comprender que hay ta~r?piedad sólo tiene sentido ~:~~~n~cIOn abst:ac-
un devenir de la conciencia, de los objetos más o menos to hIstOrICO y l.!1unano El er d K e un conjun-
elaborados por el espíritu, de las representaciones más igual que el empirism'o aisla rO:n e ant. es ~?ble; al
o menos plenas de lo univers.al;, llega a la universali- este caso la propiedad- del . a determinación -en
dad pero al precio de la pérdimrde toda realidad. La "vo- nece, del contexto que le da s~~~~~~~tf al fue ella perte-
luntad pura" de la que habla Kant es, en efecto, pura, que conviene a todo .. .' e ap ica una forma
pero es absolutamente indeterminada y de ella nada pue- Es erróneamente que ~{i~:
justifica así cualquier cosa.
de extraerse. Es cierto que Kant pretende darle un con- del deber en su forma D creyo en~ontrarel contenido
tenido, pero hay allí, según Hegel, un paralogismo: "De- sistema kantiano la ide~ de hefhot S~lo nos queda en el
be poder erigirse la máxima de la acción en ley univer- da determinación un for \VO
un a pura opuesta a- to-
sal", pero, dice Hegel, la universalidad es aquí pura- sitivo, pero que de acuel~~ I:rr;~ ;~eens~ 0Jrecle ~o~o. po-
mente formal; la misma se aplica tanto a una determi- -la de ser siempre su roni CI~ e a infinidad
nación como a la determinación contraria, Y el principio negación absoluta de to~a pro ~~n~~a~IO- sólo es una
de la moralidad es así igualmente el principio de la in- Kant sólo es por otra a t pOSI IVI a , El fracaso de
moralidad. "Es sólo una torpeza, una falta de habilidad
de la razón" si se muestra incapaz de justificar median- ~s~ae~et:~o~ _~~¡v:~:~a,~1I~d~e
I~~:~~I:Cl~ e~ut~~::,~re~~..~
te dicho principio cualquier determinación y, por lo tan- noce la idea verdadeJa de~ctu~~ .~SI dIcho, tiempo desco-~,.~;"
to, cualquier acción 33. creto y viviente, siempre es:rn u, que SIempre es con- '<:-'1 y'
En efecto, consideremos el mismo ejemplo de Kant tante su infinidad al en evemr sin perder no obs- \
-un depósito que se me ha confiado-o Quiero saber si La filosofía kantia' nYa d esconoc
que Hegel se propone
' . , pensar 86, I
---' . ~
'.
debo devolverlo (y al plantearme el problema, reflexio- la abstracción de su infinidad. e el espíritu, solo cono~'" l'
nando la inmediatez de mi acción, estoy ya en el camino . El segundo eje 1 . -
de la inmoralidad). Si no lo devuelvo destruyo la idea de Fichte, citado por :~~l es el d~1 SIstema, del derecho de
depósito o, para expresar las cosas de una manera más a~ ~~ue este idealismo ha~~moo~~~nd?l el más co?secuente
general, la idea de propiedad. La determinación de la sicron, que como sab p o egar. Aquí la opo-
propiedad me da en efecto la siguiente tautología: "La pro- este sistema aparece e:~ es el punto de vista último de
, o OpOSICIonde la legalidad y de

I~2 -):n efecto, para Kant está lo universal por una parte y
U~particular por otra, sin que sea posible ninguna sínte-
34 Incluso en Winckelmann
decesores de Hegel el y
H d
~~ er, en este punto los pre-
sis entre ellos; para el espíritu hegeliano de la fenomeno- concepciones de la' Aüf~g~mcI~mo está aú~ ligado a las
logia, hay objetos más o menos elaborados por el espíritu, la historia de 1 . ar~ng. es necesano extraer de
los cuales encarnan más o menos profundamente lo Uni- o un tipo etern~s dneo'lamaH8
umv~drsadlesun canon de lo Bello,
versal. 36 El ' . umam a
esp íritu había dicho H 1 . J
33 Ed. Lasson, VII, p. 354. Sobre esta posición de la mora- se encuent:a" y por 1 t tege en. ena, es "aquello que
lidad que deviene dialéctica de la inmoralidad, cf. tam- para engendrarse a s'o ~ono se pI~rde en la exterioridad
I mi: mo, se aliena y así se salva.
bién a la Fenomenología, p. 373-374.

85
84

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':;'::;~~"7:,;;':;T:-¡;~;¡:~,'-.<'-:-~~r
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la moralidad, de una doctrina del derecho y de una doc- será más bien la del derecho objetivo, mientras que aque-
trina de la moral (N aturrecht Y Sittenlehre). Fichte par- llo a lo cual Fichte llamaba moralidad sólo será el punto
tió de la identidad del sujeto pensante y que quiere, y de vista parcial y negativo del individuo. La moralidad
del principio del deber y del derecho, tesis esencial que individual sólo expresará el punto de vista inferior del
expresa la idea de libertad; pero como el destino de estas individuo en relación al mundo ético, el mundo de las
filosofías de la reflexión consiste en fijar una oposición costumbres de un pueblo donde se unen completamente
y no poder superarla, la filosofía de Fichte debe com- moralidad y legalidad.
probar la no-identidad del sujeto concreto y de ese prin- Dijimos que el ejemplo de Hegel era interesante
cipio universal. Expresándose de una manera común pues nos ayudaba a comprender su realismo político. En
puede decirse con Fichte que "la confianza y la fideli- efecto, al estudiar el sistema del derecho de Fichte es lle-
dad están perdidas". Los hombres no actúan inmediata- vado a presentar críticas concretas muy pertinentes. En
"mente siguiendo el principio del deber y del derecho, y dicho sistema, al haberse perdido la confianza entre los
en consecuencia hay una separación de la voluntad uni- hombres, se trata, de acuerdo a una palabra célebre, de
versal (la voluntad general de Rousseau) Y de la volun- obligar a los individuos a ser libres"~ y de realizar así
tad individual. Esta separación entraña la organización la voluntad general a despecho de su posible resistencia.
de un sistema de constricción que se expresa en el mun- Pero es aquí donde surge la dificultad. La voluntad ge-
do del derecho y en la teoría del Estado de Fichte y que neral debe tomar cuerpo. Ahora bien, toda encarnación
llega incluso hasta la organización de un Estado policial de esta voluntad general es ilusoria. A causa de que Fich-
a propósito del cualHegel ironiza 80. Por oposición a es- te parte de la separación de la voluntad general y de la
ta legalidad hecha de constricción, Fichte concibe una voluntad particular, no se comprende bien de qué mane-
moralidad que expresaría la identidad del sujeto pen- " ra dentro del conjunto ellas podrán unirse alguna vez.
sante y de la ley universal. Pero esta identidad es rela- Construye una constitución que debe mostrar la realiza-
tiva pues se opone a la legalidad. La separación de la ción de esta voluntad general, pero que de hecho sólo
legalidad y de la moralidad, la una totalmente exterior puede ser un sistema inaplicable. Los gobernantes no
y la otra totalmente interior, concluye en un dualismo expresan necesariamente la voluntad general, pero tam-
cuyos dos términos son inconciliables incluso aunque no poco los gobernados la expresan; será necesario por lo
tengan sentido sino el uno para el ot~. tanto que unos limiten a los otros. Es un problema de
~ también querrá superar ésta oposición en su equilibrio; ahora bien, al desarrollar el mecanismo se ve
propio sistema del derecho. Lo exterior (la legalidad) Y que sólo puede ser una especie de movimiento perpétuo,
lo interior (la moralidad) serán conciliados en la vida de acción mútua de la base sobre la cúspide de la pirá-
concreta de un pueblo, y la cíencTi"autérlfica del "espíritu mide del Estado y de la cúspide sobre la base, Pero ese
perpetuum mobile no sería al fin de cuentas sino un per-
petuum quietum 39. La acción deviene imposible dentro
36 Hegel le reprocha al liberalismo de Fichte el llegar de
hecho a un Estado donde el' ideal sería, para la policía, del Estado pues quebraría el equilibrio e incluso el efo-
saber lo que cada ciudadano hace durante todas las horas
del día. Cf. el estudio de Hegel sobre la diferencia entre
, \ les sistemas de Fichte y de Schelling. ~s Cf. Rousseau, Contrato social.
\.17 \ Pensamiento profundo, pues al separar tan netamente 10 ::9Hegel, artículo sobre el derecho natural, Ed, Lasson, VII,
'-."legal y lo moral, se opone la vida social real y la mora- p, 364-365, donde Hegel ejerce su ironía -a veces un
lidad interior, de manera que ya no es posible reconcí- poco pesada- contra el sistema de equilibrio presentado
liarlas. por Fichte.

86 87

4t ..
ter infinito e ideal está ligado a una naturaleza es el de-
rado que preconiza Fichte no podría resolver este pro-
recho d.e es~a f!a:tur~leza particular que se ha realizado
blema. Pero la acción es necesaria y quiebra las cons- en la hlstor,!.eIEste Ideal es el de la comunidad viviente
trucciones arbitrarias de un Estado utópico. ¿No se ha y organizada, la bella totalidad ética que el estudiante
visto un ejemplo reciente en un país vecino? dice Hegel, de. Tübíngen situaba en la antigüedad griega. Hegel -es-
quien piensa ciertamente en Napoleón. cribió mas tarde una Filosofía del derecho y del Estado
No se trata de construir una utopía, un modelo del y supo darle a su pensamiento, como lo señala justamen-
Estado, el que sólo sería un mecanismo en relación con t~ su biógrafo K Rosenkranz, una expresión más pre-
la vida. El objetivo de Hegel es diferente. En todo Es-
cisa y. más sistemática, pero es en esta primera obra de
tado real existe ya la idea del Estado, Y se trata de ex-
J ena ?onde la originalidad de su concepción se manifies-
traer la, así como la vida se encuentra en el seno de todo ta bajo la forma más pura y viviente .10.
viviente. Sin duda hay Estados más o menos desarrolla-
No obstante hay una dificultad en la exposición de
dos, reflejos más o menos puros del espíritu, pero no po-
Hegel, y si no se la percibe se corre el riesgo de enten-
dría tratarse de construir una utopía, sólo de compren-
derlo mal. Al leer este artículo sobre el derecho natural
der el organismo espiritual que es presencia del infinito
y más particularmente la descripción que hace de la co-
en lo finito, manifestación concreta y positiva del ab-
munidad ética con sus estados sociales su aristocracia
soluto. militar, su burguesía y su campesinado,' uno se pregunta
Es esta tarea la que ahora se propone Hegel. La
constantemente si se trata de un ideal o de una realidad
separación de lo universal y de lo particular que presen- histórica. Por una parte Hegel se niega a construir un
tan las filosofías ídealistas será superada, pero el mo- Estado de razón que sólo podría existir en la imazina-
mento de la reflexión, de la infinidad, subsistirá siem- ción de un teórico, por otra parte su filosofía no ~s la
pre, pues el espíritu no es realización única de sí mismo de tal Estado particular que ha existido en la historia.
en un úriíco pueblo, es historia de los pueblos.v º~y.mir.
Sin cesar se plantea el problema del contacto entre esta
Esta dialéctica de la historia tendrá su lugar en el sis- representación esencial del Estado y la positividad his-
tema de Jena, al cual estudiamos en este momento, pero tórica, y pese a la última parte del artículo consazrada
debido a la influencia de Schelling será menos impor- precisamente a la noción de "positividad histórica' es
tante, nos parece, que en la filosofía posterior de Hegel.
La intuición lo conduce aún demasiado hacia el concepto,
necesario reconocer que el problema no está verdad~ra- /¡
la bella realización ética donde el espíritu se reencuen-
mente elucidado 41. f'
Hegel transpone aquí ~l plano d.€ la filosofía del"\ 'fI\.
tra sobre el devenir infinito de la historia que expresará
Estad~, la concepcion que ben~ Schelling de la obra de I(
la dialéctica espiritual original de Hegel. arte. La gran obra de arte, divina en su esencia es la ~ t:.P
organización, c?lectiva, inmenso pensamiento qU~ fre-.~
cuenta el espíritu de los hombres en todas las épocas deJ
3 c~isis social". Podría decirse que este es el punto de par-
tída del pensamiento hegeliano. Se trata de presentar:
El ideal de la comunidad organizada esta obra de arte, esta idea del Estado que permanece

Después de la refutación del empirismo y del idea- '0 K. Rosenkranz , Hegels Leben,

.-
lismo abstracto, H~eLe:x:pone su propia concepción del ., No lo será tampoco en la última Filosofía del Derecho de
derecho natural, ~el derecho que conservando su carác- Hegel, en 1821.
'-......_-_..
8~
88

-. ~...~::;~)'
..
--~~
'~:,
d~rno, y en. la Fenomenoloaia el lugar de la historia pro-
inmanente en todas las realizaciones históricas sin, no piamente dicha, y ya no solamente de la historicidad va
obstante, hacer desaparecer su sabor concreto. Nos pa- a ser mucho más importante que en este artículo sobre
rece que Hegel tomó particular conciencia de este pro- el derecho natural. El espíritu del mundo, del que los
blema en la observación siguiente: "Siempre hay una no- pueblos . son momentos, se elevará netamente por sobre
coincidencia del espíritu absoluto y de su expresión" 4~. el espíritu de un pueblo. ~o obstante lo que Hegel quíe-
No obstante para presentar incluso esta expresión abso- r~, comprender a.qUl, y presentar en una hermosa intui-
luta del espíritu es necesario no evadirse de lo concreto cion, es I~ ~sencla d~ la ~omunidad organizada que sólo
y renunciar a toda expresión, propia de los sostenedores podría e~{lstIr en la historia como pueblo, una descripción
de un cosmopolitismo nebuloso, que se extravía hasta la de. esencia que no quiere ser una utopía. Pero en el curso
abstracción de un derecho humano en general, de un Es- mismo de su presentación encontrará el problema de una
tado de los pueblos, de una república del mundo 43. En evolución histórica de esta comunidad y tendrá que te-
este caso no se alcanza la comunidad de la cual se busca
la esencia, sino sólo abstracciones' formales "que son,
nerlo en cuenta. El ciudadano antiguo y el burgués mo- ¿;
derno no están en el mismo plano. La filosofía que debe
precisamente, lo contrario de la vitalidad ética" H. Por
lo tanto es conveniente, agrega Hegel, buscar para "la
"~onral' .la necesidad" y reconciliarse con ella, no podrá
smo registrar esta transformación del espíritu del mun- Q
f
idea sublime de la ética, la bella figura que la presente do. La estructura del Estado sufrirá el contragolpe y el ~
más adecuadamente" 4". No obstante esta presentación
Estado moderno no podrá ser concebido de acuerdo al . ""
estética de la idea del Estado es por sí misma insufi- modelo del Estado antiguo. Sucederá aun que el espíritu ~
ciente.] Hegelencuentra lo concreto encarnando el dere- absoluto se elevará por ello sobre la historia de los pue-
cho eri,.J.m pueblo viviente, insistiendo sobre la historici- b.l?s para contemplarse a sí mismo en una nueva di~;~-,(
dad de ese pueblo, historicidad que se manifiesta, en ge- sien, co~o arte, religión y filosQfi.a 46. ~.
neral, ~diante la guel!.ª' Pero la exi8tencia hist/wica Erptmto de partIda .t1.éplapexposición hegeliana es
aún no e~ la plenitud de su sentido. Bajo est~ afirmación lapidaria: "Lo positivo del orden ético
la influencia de Schelling, Hegel poetiza, si uno osa de-
cirlo, su concepción del Estado; su representación del
res:,d4~ en que la total.~~~ ética absol~a ~ólo es un pue; -'f-
bld. . El pueblo es, por lo tanto, la umca encnrnaclón
mundo ético, a despecho de las indicaciones profundas concreta de la ética, no se podría, como hemos visto su-
sobre las cuales vamos a insistir, permanece muy estáti- perar el. pueblo sin que la esencia ética pierda su vitali-
co. La filosofía de la historia de Hegel no está aún sino dad y s.m ~ll:er e~ abs~~'acciones irreales. Pero un pueblo
esbozada. es una individualidad, este es el lado de su realidad con-
Era necesario insistir sobre esta dificultad pues siderado independientemente de este aspecto sólo' sería
Hegel va a tomar cada vez más conciencia de ciertas evo- un ser de razón, sería la abstracción de la esencia sin la
luciones irreversibles del Estado antiguo al Estado mo- forma absoluta y esta esencia sería precisamente por
esto, sin esencia" 4". En el sistema de Jena, que afecta
42 Artículo sobre el derecho natural, ed. Lasson, VII, p. 415.
una forma vitalista, la vida absoluta sólo encuentra la
4-J Op, cit., p. 415-416. Es necesario presentar el espíritu
absoluto bajo una forma, una figura concreta (Gestalt).
ahora bien, el cosmopolitismo es la ausencia de toda for- ~onsideraremos estos problemas en la última parte de
nuestro trabajo, "El mundo moderno: estado e individuo"
ma (Gestaltlosigkeit).
4; Ed. Lasson, VII, p. 371. .
H Ed. Lasson, VII, p. 415-416.
{8 Idern, p. 371.
.r. Idem, p. 416.

91
90

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trariamente a los filósofos del siglo XVIII que esboza- \
posibilidad de expresarse en la individualidad de los pue-
blos. Un pueblo es una totalidad ética, es una organiza- ron proyectos de paz perpétua y planes de organización '1
jurídica de la humanidad, Hegel, que asiste a las guerras
ción espiritual y por esta razón supera infinitamente al
~ hombre aislado que ,.silla puede r~.~lt~§:.l:se'Y"eJ::-ªa.-c.I.'ª!J!l.Pe~-
de la Revolución, desarrolla una filosofía de la historia ..s'
~rticipa en él, yero tambIén el pueblo es una indi-
en la cual l~_~~l~l]:.ª~~em.peña íUl-~~Lesen.cial. No v';f
vidualIdad, PorTotanto tiene en sí el momento de la ne- se trata de que la guerra sea para él resultado del odio ""
de un. pueblo hacia el otro. El individuo singular puede {.,<t
gatividad absoluta, lo que Hegel denomina en el texto
experimentar odio por otro individuo, pero no ocurre lo ¡.§
que acabamos de citar, la forma absoluta por oposición
a esencia positiva.
mismo c~~ los pu:blo~ y, por lo tanto, aquí está excluida .á ".
Ahora bien, la individualidad es unicidad y exclu- toda pasion de este tipo 5\.-La glle~ que "pone enju~ /¡
sión. Un pueblo es único en la historia, tiene un genio gOfl .Y~da del todo" es u~a ~ondición (le la "'~alud ética ~
-dé la VIda de los pueblos. Sin la guerra, y sm la ame-e] 1
~ propio, una manera de existir propia, y por esta causa se n~za de la guerra pesando sobre él, un pueblo corre el
opone a otros pueblos, excluye de sí a otras individuali-
dad es "', Así se muestra la necesidad de la guerra en la riesgo de, perd~~ a poc.~!.L.f'~n~iª.o~_e_~..!!....lib
se duerme en 10 habituar-y- se hundé en su relacion con
•eFtad,
.. l.
vida de los pueblosh ·"Mediante la identidad absoluta de
lo infinito y de lo positivo se forman las totalidades éti- _la vida materj;:tl. Por esta razón Hegel no vacila en decir
cas que son los pueblos; los pueblos se constituyen así que una larga paz puede perder a una nación. Así "la
como individuales y, en tanto que individuales, enfren- agitación producida por los vientos preserva a las aguas (
lÉ:.n a otros pueblos índividuales'w'', La relación de pue- de los lagos de pudrirse" 02. ---

010 a pueblo puede ser una relación de coexistencia, un La guerra es menos una manifestación exterior a
orden más o menos estable de paz, pero por el hecho mis- l~ vi~a de un pueblo que una necesidad Íntima. En apa-
mo de la individualidad del pueblo, de su carácter exclu- riencia la guerra proviene, no cabe duda, de la coexis-·
sivo y negativo, en un momento o en otro la relación es tencia .~e lo~ pueblos individuales, pero está inscripta en
.necesariamente una relación de guerra. La guerra es la la nocion misma de la individualidad. La individualidad
gran prueba en la vida de los pueblos. Es por ella que está determinada, y, en tanto que tal no es libre' su li-
manifiestan al exterior lo que son en el interior, y afir- bertad sólo aparece cuando niega en' sí misma t~da de-
~ man su liber~d..Q..caen en la.-esrlavitud. Es también con terminación y se une así a lo universal 53. La guerra.ea
una nega~i§n de la negación, la vida materia¡"-de lIIl" pue-
motIvo de la guerra por su pueblo que el individuo sin-
gular se eleva en cierta manera por sobre sí mismo y l5To;-mr- particularfdad positiva constituyendo precisa-
.• experimenta su unidad con el todo.
, La guerra parece explicarse por circunstancias ex- 51 Esto parece manifestarse explícitamente para Hegel me-
trañas al pueblo. El conflicto que estalla tiene cada vez diante la naturaleza misma de las armas modernas que
causas diversas y que a los historiadores les parecen más no exigen el combate de hombre a hombre.
o menos contingentes. Sin embargo la necesidad de la 52 Ed. Lasson, VII, p. 372.
guerra en general no es menos afirmada por Hegel. Con- 53 Tal es la dialéctica para la cual, al alcanzar lo individual
a lo universal, la vida finita, al ser ella misma negación
de la negación, deviene idéntica a la vida infinita. Cf.
nuestro análisis sobre esta dialéctica de la vida v de lo
49 Hegel confunde estos dos caracteres, la unicidad y la ex- viviente en Vie et prise de cOn.<!ciencede la vie dans la
clusión, en su noción de la individualidad, lo cual le per- philosophie hégélienne d'Iéna, en "Revue de Métaphysi-
mite pasar del pantragicismo al panlogismo.
que ... ", 1937.
so Ed. Lasson, VII, p. 372.
93
92
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Hegel, no es un Estado" S5. Fuerzas centrífugas consti-


mente limitaciones o negaciones. En la guerra estas ne- tuyen el obstáculo de su unidad. Padece la guerra sobre
gaciones son a su vez negadas y la libertad más elevada, 'l~-;'
,ai.; su propio territorio sin ser capaz de poner fin a sus
la que consiste en no ser esclavo de la vida, aparece. En disenciones intestinas; carece de unidad política, de uni-
l'
la Fenomenoloqia, a propósito de la comunidad ética, al m-: dad militar y de unidad financiera. Hegel lo comprueba
expresar el mismo pensamiento Hegel dirá respecto a :!;
...
con realismo y extrae la lección de los acontecimientos. Su
,
,
la guerra: "Para no dejarlos arraigar (a los sistemas) ,)
y consolidarse en este aislamiento, dejando con ello que
~' filosofía quiere ser un esfuerzo para pensar esta historia
y reconciliarse con ella. Por esta razón la concepción
...,<-»:;~
el todo se des integre y que el espíritu se esfume, el go- que propone de la libertad es una concepción heroica. El
bierno tiene que sacudirlos de vez en cuando en su inte- hombre ibre es el ue no 1 me a la muerte; a esta
rior por medio de las guerras, infringiendo
diendo de ese modo su orden establecido y su derecho
y confun- n(gación de la natura eza, en lo cua consis la a infini- :1
dad de la libertad según Fichte, Hegel le da su signifi-
,··l
de independencia dando así con este trabajo que se les cación concreta; la manifestación sensible de la libertad ',¡
impone, a sentir a los individuos, que, adentrándose en pura es 1a muerte, donde todo lo determinado, todo lo .- ~
eso, se desgajan del todo y tienden hacia el ser para, sí que es negación, es a su vez negado G6. "Este absoluto co-
~
.
,

l
inviolable y hacia la seguridad de la persona, que su, mo negativo, la pura libertad, es en su manifestación fe- -,'

:i
dueño y señor es la muerte. Por medio de esta disolución nomenal la muerte, es por la capacidad de la muerte que ..
1'"

de la forma de subsistir, el espíritu se defiende contra el sujeto se muestra como libre y como elevado por so-
,~
el hundimiento del ser allí ético en el ser allí natural Y bre toda construcción". Sólo hay esclavos porque hay- 4
conserva y eleva el sí mismo de su conciencia a la liber- hombres que han preferido la vida a la libertad 51, pero '-1
,
.,-
tad y a su fuerza" 54. Nuestro papel no es, aquí, el de des- el hombre libre es el que no es esclavo de la vida y de
preciar el juicio de Hegel sobre la nec!).Wdad espiritual ··í
'los modos de la existencia. \La virtud ética fundamental.
~e la guerra. Sólo querríamos insistir sobre la concep-
Clon herOIca de la libertad que ella implica y, de alguna
i¡;.:... ' la que hace ~ibre al hOI?bre, es por lo tanto el coraje, y
}¿,.:.I la artstocracia que considera Hegel es la de los hombres
j
manera, sobre las premisas de la filosofía hegeliana de :\~;;. libres, a la vez capaces de pensar el todo y de sacrificar ]
la historia. En primer término señalemos que el período '~~:;' .•'.:,totalmente la vida por s~ ,Puebl2J Ya diiimos que para "!
en el cual Hegel escribe y elabora su filosofía es un pe- '!~~: Hegel la guerra no se originaba en el OdIO de un pueblo
\' .~
j

ríodo histórico.~La, historia se manifiesta en él como el . .1'~~¡': bacia otro; tampoco era una condición solamente vital;
t~?/ni se trataba de asegurar la subsistencia de uno a ex-
destino de los n íviduos y los pueblos)En
tragedia de la Revolución se desenvuelve; según Hegel
una lógica implacable conduce la Revolución al Terror
Francia la
1 ~;~
i.r~
.
. '.'

.<;1
·.·.·'·I.········.
~

¡~\
G~ Cf. el estudio de Hegel sobre el estado de Alemania, ed.
que hace pesar sobre los individuos la amenaza de la . .' ,.\\ Lasson, VII, p. 3, el cual comienza así "Alemania ya no
.~I:,,/;--. es un Estado". Este estudio es uno de los más penetran-
muerte. Es necesario, en los momentos graves, que el :J;:, tes desde el punto de vista histórico que Hegel haya con-
Estado se mantenga. En Europa se suceden las guerras .'' ;-'::':-
sagrado a los problemas de su tiempo.
~<Í.o/'
y. los proyectos de paz perpétua parecen singularmente Ed. Lasson, VII, p. 372.
utópicos. "Alemania, por último, según la expresión de l~~· 66
S1 Cf. sobre esta concepción heroica de la Libertad, la cé-
lebre dialéctica de la "lucha por la vida y por la muerte", ..
en la Fenomenología, p. 115 y sig., dialéctica que es con-
tinuada por la de las relaciones entre el señor y el siervo,
G4 Fenomenología, p. 267-268. p. 117 y sigo

95;
94

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" '. ,.¡ _. ,~'-,~ : ..


).:...
;..:O.' re' l., '. ·.4.F.>;!I.: .. : •. :, •
blo ues en este caso la guerra no gánica el sentimiento de su dependencia e impide qué
per:sas de otro. pue . ~ p d '1 libertad. Sólo se podría
Q

tj
sena una manifestación e a . 1 devore la libertad.
habÍar de una lucha Y de una rivalidad debida ~ as c?n- La guerra es necesaria en la vida de un pueblo por- ~
diciones de existencia, pero entonces la n.e~es1dad .vital que sin ella el sentido del todo, de su unidad, desapare-
cÍ la guerra no sería una necesidad esp1ntual. Sl l~s cería, y la vida humana zozobraría en una naturalidad
~erras parecen presentarse bajo este aspecto en la h1S- sin espíritu. Pero la guerra tiene también consecuencias ~ "'-
foria, es, según Hegel, sólo una apanex:c1a;., su verda- nefastas sobre las cuales Hegel insiste particularmente r" . 'i
dero sentido es, por el contrario, la do.mmaclOn ~el ~~- en la Fenomenoloqia. Ella arriba a la fusión de las co- /~ ú
mento natural que siempre se vuelve invasor e impi e munidades nacionales particulares, en un imperio, como
al hombre que se eleve a la libertad. . el imperio romano, que unía a los pueblos particulares
En efecto un pueblo es una cierta ~1,aturaleza POSt- en un "Panteón" y les hacía perder su unidad particu-
tiva a la que' Hegel denomina inorgánica porque no e.s lar, su individualidad original. Tal imperio no podría
pura vida, pura libertad, Y, e.sta naturalez.a esta consti- ser un fin de la historia, así como tampoco una federa-
tuida por las necesidades físicas de losclU~adanos, los ción de estados que se propusieran asegurar una paz
trabajos de cada uno, la posesión de ciertos bienes .. Estos perpétua 59. Hegel, que admiraba 'el genio de Napoleón,
bienes obedecen a una necesidad y forman un sistema su sentido del Estado, nunca insistió, por el contrario,
de dependencia mutua que es estudiado por una ~ue~a sobre su política imperial; Napoleón fue un acumulador
ciencia, la "economía política". Hegel tiene conC1enC1a de territorios y realizó un imperio como el imperio ro-
_ del lugar cada vez más importante que le corresponde a mano. Pero tal obra se le aparece a Hegel como carente
-t' esta ciencia dentro de la fi.loso~~a social, pero insiste en de perspectiva. Es una necesidad de la vida espiritual
f ~ la necesidad de su su?ordmac~on.JTa~ vez s:a. en este
punto donde la filosofía hsgenianá mas. se d1stmg~e de
que haya pueblos particulares. El espíritu sólo se encar-
na en la historia bajo esta forma concreta. Ya desde sus
~ la filosofía de los marxistas que se dicen hegelianos. primeros trabajos Hegel insistía sobre el destino del
Hegel dice del mundo de la economía: "Lo que ~egun su amor, que consiste en no poder extenderse indefinida-
naturaleza 'es negativo, debe permanecer negativo y no mente sin perder su profundidad y su fuerza concreta.
debe convertirse en algo fijado o fijo" 58. Y agrega: "Pa- En la Fenomenología describe la evolución que conduce a
ra impedir que lo negativo se constituya par~ ~í y de- la desaparición de las ciudades antiguas dentro de un
venga una potencia independiente... el tod~ :hc~, debe imperio sin espíritu. El Estado se convierte así en lejano
mantenerlo en el sentimiento de su negatividad . En ~viduos se repliegan sobre sí mismos,
gran parte es, como se ha visto, el papel de la g~erra primera forma de la conciencia desgraciada como ya lo
que, negación de la negación, da a esta naturaleza mor- señalamos; la vida privada, el derecho privado, adquie-
ren una extensión abusiva y la libertad espiritual des-
aparece.
~8 Ed. Lasson, VII, alusión a lo que se lla.ma la ciencia de
la economía política, p. 373, los textos cüa?os se encue~- Ni el imperio, ni la federación de Estados, pueden
tran igualmente en la pág. 373. ~?- el cO~Junto lo econo- constituir la solución del problema planteado por la plu-
mico debe estar sometido a lo poliiico, De igual manera la
legislación no puede ser absolutame~te :precIsad.a por un
entendimiento abstracto, también alh existe lo mco~men-
59 Sobre el papel de la guerra, que hace desaparecer las co-
surable, y lo racional consiste solamente en, que haya
munidades nacionales dentro de un imperio, cf. Fenome:
una decisión". nologia, p. 281-282.

96 97
,J~

~ ~
1~
el "Systcm del' Sittlichkeit" y en el artículo sobre el de- .<'
.lr;,.
ralidad de espíritus de los pueblos particulares.
historia solamente la que constituirá la solución de este
Es la
recho natural de Jena, distinguirá una aristocracia mi- 'i>1
problema en la filosofía final de Hegel : "¿ Qué nos mues- Jitar y ~olítica q~e es la única verdaderamente libre, .:g 'o
tra la historia? una serie de civilizaciones y de Estados porq.ue so!o ella piensa el todo y se eleva por sobre las J"
que aparecen en el primer plano de la escena histórica, part~cu~arldad~s de las necesidades naturales; una bur- ~ ~
alcanzan su apogeo Y zozobran para no vo~ver 3: apare~er g.uesia .mdustrIal, para .la formación de las riquezas; Y{§'3 ~
jamás. .. El éxito de un Estado, su preemmencla pasaje- comerCIante, que se encierra en la vida privada la cual
ra es el triunfo de un principio espiritual que expresa el sólo busca la seguridad de la posesión y no aicanza el·
más alto grado donde ha llegado en ese momento el espí- todo, lo universal, sino de una manera abstracta -en el
ritu divino que penetra el mundo, es entonces el individuo derecho-:-; por último u~a clase c~mp~sina, que tiene en /l
quien representa lo universal, pero lo ,representa imper- su trabajo .c~ncreto un CIerto sentido mmediato del todo )
fectamente y esta es la causa de su calda, lo cual deriva y que participa de lo universal mediante el sentimiento _
de una justicia inmanente:~odi- ~U!ldamental ?e .la .~onfianz:(' Lo importante en- este aná-
lISIS es la d.!stIncIOn que hace Hegel entre una clase
cea" 60. de.J!,ombre~ lIbres y una clase de nóñibl~<C"'"Los
~sta visión de la historia de los pueblos, que conci-
lia la teoría de la diversidad de las civilizaciones origi- ?ombres hbres so~ aquetlos capaees de tener coraje en
nales y la del progreso, no está aún desarrollada en la la guerra, y que VIven en y por su pueblo. Los otros no
obra de J ena que consideramos en este momento, pero lo pueden ascender a igual pensamiento del todo. No pue-
que en ella se encuentra explícitamente es esta filoso- d~n g.ozar del todo concreto y particioar en él con con-
fía de la guerra sobre la cual hemos insistido porque es CIenCII'l.Es en esto que viven en la "diferencia". El todo
uno de los rasgos importantes del pensamiento hegelia- ~e su pueblo aún permanece para ellos como algo extra-
no. A esta filosofía se vincula la idea que Hegel se hace no que sIente,n bajo la forma del miedo, de la obediencia
del organismo social en tanto que éste se divide nece- y de la confianza, o que expresan bajo una forma abs-
sariamente J>n clases o EstadQ§ partjculares (Stánde}. tracta, en la universalidad de un derecho que permanece
La vida de hn pueblo es _una vid ,. por lo tanto como un deber ser 62. Sólo en la religión todos los hom-
supone en sí misma una iversidad. Esta diversidad está ~eg son igu9;le§....de acuerdo a una observación que He-
constituida por clases particulares que expresan cada gel !íace aau: y que desarrollará cada vez más en sus
una , en su género, el todo. Respecto a la naturaleza , de esc:Ito~ ulteriores. De esta manera el espíritu absoluto
estas clases y sobre sus funciones, Hegel adaptara su sera ~ espíritu objetivo. En la Revolución
análisis, sin cesar, a la situación contemporánea 61{!:n

puntos Hegel se opone a la burguesía liberal cuyo des a-


60 Bréhier Historia de la filosofía moderna, (Hegel). rr.o~lo comprue?a. Por sobre ella pone una aristocracia
61 En el ~rtículo sobre el derecho natural y el "System der militar o una elite de funcionarios capaces de pensar la
Sittlichkeit", este sistema corresponde a las clases reales sustancia del Estado.
de los poderes alemanes del siglo XVIII; en los cursos de 62 En el momento de la Fenomenoloqia, en 1807, el proble-
1805-1806, Hegel tiene en cuenta las profundas modifi- ma m~lor parecía ser para Hegel la posibilidad de esta
caciones de la estructura social registradas por el genio ele~aclOn de todos los individuos a esta conciencia de lo
de Napoleón. El papel de los funcionarios, al tener el Umversal. Pero tal elevación le parece imposible en el
sentido del deber, capaces de preparar Y esclarecer a la Estado. Es el fracaso de la revolución la que lo conmueve
opinión pública, se volverá preponderante. En mucho! en este sentido.

98 99

I
~~.- -.... ,_. U.======c.c ._~. __

Francesa se quisieron suprimir estas divisiones y elevar


recho positivo y el derecho natural es seme' t 1
a todos los hombres a la verdadera libertad, hacer a to- l t b . Jan e a as
dos ciudadanos pero de esta manera se olvidaba uno de iued sel p an/~, a ef sus es~rItos de juventud a prop6si-
los caracteres del mundo moderno, la importancia
vida económica y de la vida privada. El error de Rous-
de la
d er~c ~. r~
dO \ a re igron, o esenclal consiste en no oponer un
t.ural abstracto y un derecho positivo -vale
~~Ir d I~ OrIICO- concreto, La filosofía, tal como la con- ;
sea u fue considerar al ciudadano y no lo suficientemente
CI e, e e e evarse por sobre esta oposición y ap d· l'
ral propietario. En la Fenomenoloqia, Hegel presenta de honr "1 id d hi ,. ren el
.,J la siguiente manera el movimiento que concluye en la a ar , a necesi ~ IstorlC~". En efecto, el derecho
natural solo se reahza en pueblos particulares q , '
revolución: " ... cada conciencia singular se eleva de la
e~cuentran. ligados a circunstancias geográficas e ~~st~~ {~
esfera que le había sido asignada y no encuentra ya en
ricas partIculares. ~sas circunstancias no constituyen, ,f'::' ,j
esta masa particularizada su esencia y su obra... y só-
e~ general, un obstaculo para el desenvolvimiento o la . ~
lo puede realizarse en un trabajo que es trabajo total" 63.
libertad .del pueblo. Así la positividad está viviente en un ,'j"
Este será el sentido profundo de la Revolución francesa:
'pu~blo h~re. "La particularidad está en él asimilada e J
crear verdaderamente el Estado de razón donde la vo- mdlfer~~c~ada" 64. Lo propio de la particularidad -de ,/\
luntad una e indivisa de la nación esté presente en cada ~a. positividad.;., es la naturaleza inorgánica de la vida 1-'
uno. Entonces sólo habrá hombres libres, ciudadanos.
ética, pero un.a n~turaleza que ella organiza penetrán-'':/
Pero esta obra es imposible. el todo es un organismo y
dola con su VIda. ~s por esta razón que puede decirse "-
la diferencia, en el sentido técnico que Hegel le da a este
que un pu~bl0. no es sólo la noción de individualidad si- Jf..
término debe tener su lugar. El resultado de la Revolu-
no que es el mismo una manifestación única del absoluto'
ción no' será sino una modificación o un "restablecimien-
"La vital.idad ética del pueblo consiste en esto; ella afeY-'
to" del Estado. Nuevas masas deben constituirse. La ta una figura concreta (Gestalt) -en cuyo seno se en-
oposición irreductible que constituye lo trág-ico del Esta-
cue~~ra la determinación_ pero no como un elemento
do moderno, parece que aquí es para Hegel la oposición
POSItIVO, en, el sentido peyorativo de este término, sino
del ciudadano y del burgués. En su última Filosofía del
com.o . algo mtegramente unificado con la universalidad
Derecho tratará de superar esta oposición concibiendo,
y víviñcado por el1.a". Hegel expresa aún su concepción
en el seno mismo del Estado, una sociedad civil aue se- en este texto partIcularmente significativo: "Como en
~ rá,~n momento del todo, el momento de la vida eco- la naturaleza de los pólipos está contenida la vida así
l...::0mIca.
como en la del ruiseñor, así el espíritu del mundo tiene
El artículo de Hegel sobre el derecho natural ter- en cada figura particular su sentimiento de sí está más
mina con un estudio sobre la posiiiuidad. del derecho. • OScuro o más desarrollado, pero siemprs es absoluto y
El problema que se plantea sobre las relaciones del de- en ca.da pu.eblo, en sus costumbres y sus leyes, tiene su
esencia y tIene goce de sí mismo" 65 •
"3 Fenomenaloqia, pp. 344-345. Incluso Hegel dice: "En es- . . E~ verdad que la positividad tiene también una síg-
ta libertad absoluta se han cancelado, por tanto, todos nIfICaCIón peyorativa. ella designa entonces 10 que no
los estamentos sociales que son las esencias espirituales ~stá plena~ente indiferenciado, ella ,es el residuo muer-
en las que se estructura el todo; la conciencia singular o en la VIda de un pueblo. Sucede, en efecto, que en su
que pertenecía a uno de esos miembros y. quería Y, obrll:-
ba en él ha superado sus fronteras; su 'fin es el fm urn-
versal, su lenguaje la ley universal y su obra la obra B{ Ed. Lasson, VII, p. 408.
universal".
O~ Ed. Lasson, VII, p. 409.

100
101
.iJ
evolución un pueblo conserva instituciones y leyes positi- 8 sólo cuadros estéticos sino que traducen posiciones filo-
vas que ya no están en armonía con su espíritu viviente .. : sóficas de la conciencia. Pero estas posiciones no son
Hay una especie de inercia de las fo;mas ~ociales que ~ J equivalen~es .. La comedia es la elevación del hombre por
resiste al cambio necesario. Es, podría decirse, el mo- ~ sobre el destino : la tragedia, por el contrario es el re-
mento cuando la memoria va no es orgánica, cuando el ~ conocimiento del destino y su reconciliación c~n él. "El
pasado en lugar de se~ viviente se separa .dc~ presente y~ terreno de la comedia, dirá Hegel en sus lecciones de es-
se le opon-e. Estas crisis en el desenvolvimiento de los tética, está constituido por un mundo dentro del cual el
pueblos, Hegel las había estudiado en vivo ~l consi~erar, "') hombre, en tanto que individuo, se ha erigido en sobe-
durante su permanencia en Suiza, la aristocracia de:t.. rano absoluto de todas las realidades que habitualmente
Berna, o al estudiar la constitución de Wurtemberg y el-:s valen para él como contenido esencial de su conocimien-
estado de la Alemania de su época. La desgracia de los' I to y de su acción -mundo del cual los fines se destru-
períodos de transformación histórica se deb~ a que la:¡.. yen así por sí mismos en virtud de su propia inconsis-
nueva cultura no está aún absolutamente liberada del f' tencia"-. Lo cómico expresa, por lo tanto, la disolución
pasado. La positividad está así constituida por las leyeS] de todo lo que es finito; pero la conciencia individual
que se manifiestan como extrañas a las nuevas costum- que se eleva por sobre todo destino experimenta el más
~~. - te~rible de los destinos. Toma conciencia de que Dios
Estas últimas observaciones nos muestran a He- mismo ha muerto y no llega sino a oponerse al Universo
gel pensando no sólo la historicidad de la vid~ de un sin reconciliarse verdaderamente con él 07.
pueblo, sino el devenir histórico en tod.a su amplItu~ .. ~o , . Por esta causa Hegel dice que: "la tragedia es la
que constituye el motor de este devemr es la OpOS1CJOn, umca que expresa la posición absoluta". El Destino' de
sin cesar renaciente, entre la vida absoluta y las formas lo divino no consiste, en efecto, en huir de toda realiza- ¡;
uarticulares que esta vida deba tomar. Hay siempre, por ción .p~sitiva, ,sino, en m~nif~starse en lo f~nito para en- ~ - '
lo tanto una inadecuación entre el espíritu de un pueblo contr al se en el. Solo aSI existe como el heroe trágico o J"'~
narticular v elesuíritu absoluto que se uresenta en él. el espíritu de un pueblo en la historia del mundo.Lkiver-
Por esto la' historia es trágica. "La tragedia, dice Hezel, s~~ente el destino de lo finito consiste en ~"presar I!,{ ú'J
en ese mismo artículo sobre el derecho natural, es la re- dI~InO, .en mamfes,tar en. él la vida infinita, W;sta doble ~\; & ¡
presentación de la posición absoluta" 66. exigencia no podr-ía realizarse en una sínt'esis inmóvil/ J' ~
Ya hemos señalado esta ~cjón pantrá~ del en u.na ~ella totalidad que escaparía a la hístorjj, Pero ~ •(
mundo que es fundamental en Hevel ; ella es la prn era la historia del mundo es esta tensión trágica según la v(

forma.de lo que s·erá la dia~ca.Esn6sible SOrpréñder- cual la vida infinita inmanente a sus manifestaciones
-se de en~entro de un eStudio sobre el dereeho un exige de cada una de ellas una superación Incesante de
comentario de las Euménides de Esnuilo y reflexiones sí. Cada una expresa y no expresa lo absoluto. Es por
sobre 1!'l. trazedia aritivu» v la comedia moderna. Pero
esas ref'exio~es no son in'necesarias' exnreaan. nor el
contrar!o. lo oue hav rlp- m~~ nrof'nndo el') la visión del 6; Es por esta razón que el desarrollo de la comedia acom-
mundo de nuestro filósofo. Tragedia y comedia no son paña siempre al desarrollo del individualismo. La comedia
antigua es el signo de la declinación de la ciudad; la
comedia moderna, que es tan diferente, es una comedia
66 Ed. Lasson, VII, p. 388; cf. todo el desarrollo de la tra- burguesa; sobre este punto cf. ed. Lasson, VII pp.
gedia y de la comedia en la vida ética, pp. 384 a 389. 385-387. '

102 103
esto que ella muere y deviene 08. Es en esta reconcilia-
ción con su destino que el espíritu se eleva verdadera-
mente a la libertad. La dialéctica hegeliana no hará, más
tarde, sino traducir en términos lógicos esta visión pan-
trágica del mundo. La negatividad está en el seno mis-
mo de lo absoluto, el que no podría ser concebido inde-
pendientement.e de ella, como si pudiera ser al margen
de lo trágico de la historia universal. En el prefacio de
la Fenomenoloüia, Hegel le reprochará a Schelling, en
un texto célebre, haber separado precisamente lo abso- CAPITULO V
luto de la negatividad: "La vida de Dios y el conoci-
miento divino pueden, pues, expresarse tal vez como un
juego del amor consigo mismo; y esta idea desciende al
plano de lo edificante e incluso de lo insulso si faltan en EL MUNDO MODERNO
ella la seriedad, el dolor, la paciencia y el trabajo de lo
Estado e individuo
negativo" .

.Hemos intentado presentar la formación d 1


~~:~f~t~a~t~ge!~a~~, 1e~de la nociót; de espíritu e dePe:~
l ea e la comunidad orzanizada tal
~~~~e~~" e~c~entra dt:sar rollado en el "System del" Sit-
tur n e al' l~~ lo de J ena sobre el derecho na-
pun~~ ~:r~i;~<t conCep~lO? hegeliana. es aún, desde cierto
pública plat' L; an~cronIca: Es. la clydad antigua, la re-
en su siste;:I~~i a que :n~pIra directamsnta a Hegel
la vida social y ~f.ndo ético -una representación de
la historia y n f.O 1 rca qu~ flota demasiado por sobre

E 1 - .
d~ft:
;:dcoteres dll'stintfvo~e~~ ~~f~~e:t~ITct~~tem~~e~~~n~a
que e corresponde
redacción de di h brr n os anos posteriores a la
8 "Tal es la tragedia que lo absoluto desempeña etermimen-
te consigo mismo, se engendra en la objetividad, se en-
trario cad IC as o ras, Hegel adquiere, por el con-
tre el' E t ~ vez .rnavor conciencia de la diferencia en-
del D ,s ~ o ant~g~~ y el Estado moderno. Su Filosofía
trega, en esta figura suya, a la pasión y a la muerte, y el ec o definitiva se esbozará en los cursos de
se eleva desde sus cenizas hacia la grandeza".

104 105
1805-1806, los cuales preceden inmediatamente a la Fe- de l?~ria ..l!!-ª.ÜnaL.reali.st.a:'. Se sitúa en el mundo al
nomenología. Nos falta considerar esos trabajos de He- déspertar,' se enlaza con e~ porvenir, y se hace el balan-
gel sobre el Estado moderno. La noción de espíritu de ce. Es por esta razón que Hegel no podía contentarse
un pueblo, la visión trágica del mundo, que nos pare- con un ideal político y social que no correspondiera al
cieron estar en el centro del pensamiento hegeliano, no desenvolvimiento del espíritu del mundo en su época
desaparecen, pero la representación que Hegel se hará (Weltgeist) 3. --"'"

de la vida política y social corresponderá más directa- Ahora bien, uno de los caracteres del mundo mo-
mente a la historia de su tiempo '. derno es el desarrollo del individualismo bajo todas sus
Sabemos, por otra parte. que Hegel no cesó de re- formas. Después del siglo XVI el individualismo se con-
flexionar sobre los acontecimientos de los cuales fue vierte en un problema angustiante, La sociedad, las ins-
espectador; sobre Napoleón, del cual admiraba profun- tituciones políticas, el Estado, se manifiestan como
damente su sentido del Estado, y sobre las guerras del constriccionescontra las cuales el hombre no deja de
imperio, que para él no eran acontecimientos del pasa- rebelarse 4; son diques levantados contra la voluntad de
do. En un texto donde expone su filosofía de la guerra, poder del individuo; pero es necesario elevarse aún m~ O
en 1821, volvemos a encontrar tal vez los sentimientos alto. Es en el cristianismo y en la conciencia cristiana \ ~ ..)
experimentados por él mismo en 1807', luego del paso de donde se encuentran las fuentes de este individualismo, ./.:),{
las tropas de Napoleón por Jena: "Es cierto que la gue- en el principio de la "subjetividad absoluta". La divi-.I,-,
rra trae inseguridad a las propiedades, pero esta inse- sión en dos mundos de la conciencia expresada por la
guridad real sólo es el movimiento que es necesario. En frase célebre: "Dad al César lo que es del César y a
las tribunas no deja de hablarse de la inseguridad, de Dios lo que 'es de Dios" impide al hombre encontrar su
la fragilidad y de la inestabilidad de las cosas tempora- absoluto en la Ciudad terrest.r!J. El Estado sólo es una
les, pero cada uno piensa, por más emocionado que esté, realidad objetiva que se opone al saber que el individuo
que conservará no obstante lo que le pertenece; pero que tiene de su valor absoluto en sí mismo, y dicho saber,
esta inseguridad aparezca efectivamente bajo la forma por otra parte, permanece encerrado en su subjetividad.
brillante del sable de los húsares, que todo esto deje de Esta es la opinión más trágica, la cual no se encontraba
-1(
ser una diversión, y entonces esas mismas personas ins-
truídas y emocionadas que todo lo habían predicho, se n
l;/'El Estado hegeliano tal. como es presentado en la Filoso-, r~{
~ J~\
ponen a maldecir a los conquistadores, después las co- fía del Derecho es, por lo tanto, el producto de la evolu- '\! \.
sechas crecen una vez más y las charlatanerías cesan ción histórica, pero el conocimiento que el filósofo ad- '( .
frente a la seriedad de la historia" 2. Hegel decía en quiere de él no podría superar en absoluto a la historia. "f':..
J ena que "la lectura de los periódicos era una .....especie __
.....
"La tarea de la filosofía consiste en concebir lo que es, ./) \
pues lo que es, es la razón. En cuanto a lo que concierne
al individuo, cada uno es el hijo de su tiempo; lo mismo
!
le ocurre a la filosofía, ella resume su tiempo en el pen-
1 Sobre la evolución del pensamiento político de Hegel se samiento. Es una locura imaginarse que una filosofía .
puede consultar a Rosenzweig, Hegel und der Staat. So- cualquiera superará el mundo contemporáneo, como cre:Jr .
bre este mismo pensamiento político, tal como se encuen- que un individuo saltará por sobre el tiempo, franqueará
tra presentado en la Filosofía del Derecho de 1821, cf, la el Ródano".
tésis latina de J aurés: Los orígenes del socialismo ale- Una gran parte de la Fenomenología está consagrada a
mán; en ella Jaurés considera a Lutero, Kant y Fichte, este problema; cf. los capítulos sobre el placer y la nece-
Hegel y Marx. sidad, la ley del corazón y el desvarío de la infatuación,
2 Filosofía del derecho § 324; ed. Lasson VI, p. 369. la virtud y el curso del mundo, etc.; p. 208 y sigo

106 107
en la bella libertad de la ciudad antigua. El ideal de
en el mundo económico, lo que Hegel llama la Sociedad
juventud de Hegel era precisamente esta fusión de dos
civil. Por último mostraremos de qué manera el Estado,
mundos en la religión de un pueblo que era la concien-
en el sentido estricto del término, por sobre la sociedad
cia de su espíritu original, esta libertad objetiva del
civil y los grupos intermediarios -familia y corpora-
ciudadano que encontraba su voluntad absolutamente
ción-, es la verdadera realización de la libertad objeti-
realizada en su Estado. va sobre la tierra, pero de qué manera, sin embargo,
En la Fenomenología, Hegel consideró a la Revo-
hay por sobre él -o paralelo a él- un mundo del espí-
lución francesa como una tentativa para superar esta ritu absoluto dentro del Arte, la Religión y la Filosofía.
separación en dos mundos. El Estado debía volver a ser En los cursos de Hegel sobre la filosofía del espíritu, en
la expresión inmediata de la voluntad de cada uno. "El 1805-1806, encontramos explicitados por primera vez
cielo ha descendido sobre la tierra" ". Sin embargo la estos diversos puntos. La Filosofía del Derecho, en 1821,
Revolución fracasó, concluyó en el terror o en la anar- y la Enciclopedia no harán sino darle una forma defini-
quía, dos faces de un mismo fenómeno. Es Napoleón tiva, racionalizando lo que en esos cursos se presentaba
quien, de inmediato, ha fundado el Estado moderno. como un esbozo H.

La identidad de la voluntad particular y de la vo- En el "Systern del' Sittlichkeit" y en el artículo so-


luntad general, del individuo y del Estado, no puede por bre el derecho natural, Hegel cita a Aristóteles y sobre
lo tanto establecerse de inmediato, como ocurría en el todo a Platón. Sería necesario presentar la organización
mundo antiguo, sino que es necesaria una mediación; colectiva como Platón presentó su República. Pero en
permanece como verdadero el hecho de que la libertad los cursos de 1805-1806 toma conciencia de las diferen-
consiste para el individuo en elevarse a la voluntad ge- cias entre el ideal antiguo de la ciudad y el mundo mo-
neral, en particular en esta organización objetiva que derno. "En el mundo antiguo la bella vida pública era
lo sobrepasa; para Hegel el Estado no tiene nada de ar- costumbre de todos ... , era una unidad inmediata de 10
tificial, es la razón sobre la tierra, pero dicha elevación, universal y de 10 singular... una obra de arte dentro
dicha liberación, no es inmediata: hay un conflicto la- de la cual ninguna parte se separaba del todo" '. El yo
tente o manifiesto, según los casos, y el Estado moderno no se conocía a sí mismo sino en su presentación obietí- "
comprende tanto la oposición del individuo y de la vo- va, la cual era la ciudad armoniosamente organizada vJ.\';;
luntad general, como su reconciliación. Vamos a consi- según la idea de la justicia. Por otra parte esta idea no 1 ¡IJI -¡;-
derar algunos de los rasgos distintivos de este Estado
moderno, según Hegel, y sus relaciones con el individuo.
era, según Hegel, una utopía construida arbitrariamen-
te por un filósofo . ..:.;.I!+atónno expuso un ideal sino que / O
,/\ "\e: \..
.p
Ante todo insistiremos sobre la diferencia, que ahora comprendió el principio interno del Estado de su tiemt t ."
percibe claramente, entre la ciudad antigua, su ideal de po" 8. En la Filosofía del Derecho, Hegel aún dice a pro- "
juventud, y el mundo moderno. Hegel cree que debe
deducir la necesidad de la monaquía moderna por opo-
r. Sin embargo hay una evolución política importante de
sición a la democracia antigua. De inmediato veremos Hegel entre 1805-1806 y 1821, pero en relación a lo que
diversas modalidades de la oposición del individuo y del nos interesa aquí -la noción nueva de Estado, la socie-
Estado, por una parte el Estado manifestándose como dad civil, la monarquía- nuestra afirmación sigue sien-
tiranía, y por la otra la libertad aparente del individuo do verdadera, así como para la aparición del espíritu ab-
soluto diferente del espíritu objetivo, la cual se encuen-
tra por primera vez en los cursos de 1805-1806.
r Realphilosophie, 1805, XX, p. 251.
5 Fenomenolop ia, p. 343. 8 Idem, XX, p. 251.

108
109
I

es tanto el saber de sí mismo como el espíritu" l0.


pósito de la República platónica: "Platón, en su Repú-
Ahora bien, la República platónica carece de ese
blica, expone la ética sustancial en su belleza y su verdad
principio de la subjetividad absoluta; por esto "El es-
ideales; sin embargo no puede lograr el principio de
tado platónico pertenece al pasado". La República pla-
la particularidad independiente que penetra a su época
tónica era, como el Estado lacedemoniano, la disolución
en la ética social griega sino oponiéndole su Estado sólo
completa de la individualidad. Actualmente, por el con-
substancial y excluyendo de él dicho principio hasta en
trario, el individuo ha ganado la libertad interior, la li-
sus orígenes, la propiedad privada y la familia, y, a
bertad del pensamiento o la conciencia, y se 'opone a la
fortiori, en su elaboración ulterior, en tanto que libertad
~~ realidad objetiva. "El espíritu se ha purificado de la
personal, elección de la profesión, etc.... Este defecto
~-4 hizo desconocer la gran verdad substancial de su Estado
existencia inmediata y se ha elevado al saber de sí" 11.
N o obstante por esta causa ha perdido la bella libertad
~ y le hizo considerar como un ensueño del pensamiento
ética que era unidad de lo interior y de lo exterior.
g ~o abstracto, como lo que a veces se llama un Ideal. El

.~-r
?r -.)~~
Á 8 \;
principio de la personalidad

tiva que aparece interiormente


exteriormente
infinita, independiente
sí misma del individuo, el principio de la libertad subje-
en la religión cristiana y
(es decir ligada a la universalidad
en

abs-
Esta libertad interior al oponerse al orden objetivo
del Estado lo transforma. En lugar de una unidad in-
mediata de la voluntad particular y de la voluntad ge-
neral, de una expresión de la una por la otra, se encuen-
tra ante todo una oposición; el individuo se erige en
tracta) 'en el mundo romano, no encuentra su justo lu-
--L;~ gar en la forma puramente substancial del espíritu real. para sí y lo mismo hace el Estado; aparecen exteriores
-~ Este principio viene históricamente después del mundo el uno en relación al otro. Sin embargo el Estado es la
substancia del individuo, la voluntad general debe reali-
~-~ griego" u. Ahora bien, es ese principio de la subjetivi-
dad -del saber que el individuo tiene del absoluto en zarse y reconciliarse con las desviaciones individuales,

L' s~ el que ha nacido con el cristianismo e hizo con las exigencias de una libertad que en su esencia es
-que el murido moderno sea tan diferente del antiguo. infinita. La "desviación, el desorden de la voluntad sin-
"El mundo de la vida real y el del pensamiento son di- gular, deben poder ser soportados, el Estado es la astu- "
ferentes, por eso la moral (en el sentido kantiano del da" 12, Esta nota de Hegel, en los cursos de 1805-1806, I
término) se opone aletas, a las costumbres existentes". muestra la nueva concepción que tiene del Estado. La
Dentro de la religión, por último, que ya no es la religión oposición de la voluntad particular y de la voluntad ge-
de un pueblo particular, cada cual se eleva a la intuición neral, de la voluntad subjetiva y de la voluntad objetiva,
de sí como sí universal: "su naturaleza particular, su sólo es un r=omento que debe ser trascendido efectiva-
clase social, desaparecen como fantasmas, el individuo mente, pero esto no puede ocurrir inmediatamente como
en la democracia antivua, El Estado es por lo tanto la
astucia que PoI dejar libre. a los i~dividuos Ileg~, no obs- \
tan te, a realIzarse en el Juego mismo de sus libertades.,'
(~La Filosofía del Derecho, § 185, ed. Lasson, VI, p. 156.
, Una importante consecuencia que Hegel extrae de
\:.JEn el mundo antiguo el principio de la particularidad I

es la familia, los Pénates frente a la ciudad. Pero en


el mundo moderno este principio se ha profundizado; o Realphilosophie,
i 1805-1806, XX, p. ?67. La Moralidad. en
exige la libertad personal, la elección de la profesión, etc. el serr'Ido Kantiano, es definida allí como una elevación
El Estado sólo substancial de Platón ya no conviene, es S0 bre el estado social.
necesario, como dice Hegel en la Fenornenología, que "tam- 11 Idem, p. 251.

bién la substancia devenga sujeto". 12 Realphilosophie, XX, nota de la pág. 251.

110 111
este análisis, es. la necesidad de la monarquía en el Es- ideal moderno es "la universalidad dentro de..-Ia.-patfec..
tado moderno, y la desaparición de la democracia anti- ta libertad _gJrule'pena~l!wl de los JndiyiglJ()i.': El indi-
gua. Es a partir de 1805 que la monarquía comienza a vidUo es libre, busca su'Interes' prIvado, elige por sí
aparecérsele como la "constitución de la razón desarro- mismo su situación, se desarrolla por sí mismo; por otra
llada". En efecto, la democracia antigua expresaba ad- parte el monarca encarna la ley, es la ley viviente, el
mirablemente la unidad del ciudadano y de su Estado; Estado realizado bajo la forma de una voluntad perso-
era el mismo hombre quien se preocupaba de sí y de su nal. Pero la unidad del todo, lo universal, se conserva,
familia, trabajaba para sí y trabajaba para lo universal pues esta "libertad privada" concedida al individuo es
al tomarlo directamente como fin de su acción. "Tal era la fuerza y la astucia del Estado que se mantiene por
la bella libertad feliz de los griegos que fue tan envi- sobre los intereses privados y los disuelve en sí. La de-
diada en nuestros días. El pueblo está disuelto en los mocracia es, así, superada, pues en el mundo moderno
ciudadanos y constituye la individualidad del gobierno. corría el riesgo de no ser sino la disolución completa del
El pueblo está en acción recíproca consigo mismo" 13. Estado dentro de los intereses privados. Esto se ha vis-
En otros términos, en dichas democracias antiguas la to durante la Revolución francesa, donde, después de
,J. vida privada y la vida pú blica no se oponían verdadera-
'1(
haber hecho desaparecer todos los cuerpos intermedia-
f.() J. mente. La libertad del hombre privado no existía, 'pero, rios, sólo ha quedado presente la voluntad particular y
~- /~ a la inversa, la verdadera libertad, la del ciudadano dán- la voluntad general. Pero la dominación de la voluntad
\«( dose a sí mismo sus leyes, constituyendo la voluntad ge- particular engendró la anarquía y la actitud de la vo-
. ~.~ neral, era el alma de la ciudad antigua. Esta democracia luntad general exigió el Terror.
v ya no es posible; Hegel aún lo demostrará en la Feno- Hegel dirá, en la Encliclopedia: "Generalmente se
J.
~\¡ -.;..~
menología a propósito de la revolución francesa. En el tiene la costumbre de llamar pueblo al agregado de per-
mundo moderno_ el hombr~i.etario, el
sonas privadas, pero semejante agregado es el vulgus
f/( "15l:rriués, ñan adqüirído ...demasiado importancia como pa- y no el populus, y bajo esta relación la forma del Esta-
L ra ser al mismo tiempo ciudadanos. Por esta razón lo do consiste en hacer que un pueblo no exista y no ejerza
universal y lo singular se oponen en la realidad en lu- poder ni acción bajo dicha forma de agregado. Un pue-
gar de confundirse armoniosamente como en el mundo blo que se 'encontrara en esta condición sería un pueblo
antiguo. A partir de ese momento el gobierno ya no es en delirio, un pueblo 'en el cual dominaría la inmorali-
la expresión de todos, aparece como teniendo una exis- dad, la injusticia, la fuerza ciega y bruta. Sería el mar
tencia independiente,es el monarca, e incluso el mo- desencadenado, pero con la diferencia que el mar no se
narca hereditario, porque la naturaleza desempeña un destruye a sí mismo. En repetidas oportunidades, sin
papel en esta oposición, ella es la forma de esta exis- embargo, se ha presentado tal Estado como el Estado de
tencia independiente l4. Hay una separación entre los la verdadera libertad" 15.
gobernantes y los gobernados, la cual es característica Los individuos privados se oponen a lo universal,
del Estado moderno, que se expresa en la constitución al Estado. Entendido como agregado, como vulgus, un

_ ----_.__
,
monárquica; pero entre los dos extremos, el monarca y .'
pueblo carece de cultura, tiene necesidad de ser educa-
los sujetos, la unidad del todo no deja de subsistir. El
- .. .•.. ....•...... _-----
__ .. .•. do, conducido al sentido de lo universal que expresa la
verdadera libertad. Pero no posee inmediatamente ese
13 Idem, p. 249.
H Cf. sobre este punto el curso de 1805-1806, XX, p. 252. i o Enciclopedia; ed. Lasson, V, p. 452.
;~ :

112
113
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sentido, debe adquirirlo. Es por esta causa que desde


1805 Hegel hace la crítica de la teoría del contrato so- que se imponen al pueblo pese al mismo: "Todos los Es-
cial de Rousseau, o, al menos, le da un nuevo sentido. tados fueron fundados por la potencia de los grandes
En él se presenta la constitución del Estado como un hombres, lo que no significa por la fuerza física, pues
libre acuerdo de las. voluntades particulares. Cada uno muchos son físicamente más fuertes que uno solo; pero
alinea su "libertad natural" y es por medio de esta ali- el gran hombre tiene cierta cosa en sus rasgos que hace
neación que se constituye la voluntad general; sólo, a los otros hombres nombrarlo como su amo; le obede-
agrega Hegel, que esta alineación no se realiza por si cen contra su voluntad. Es contra su voluntad que la
misma pues el hombre privado no renuncia tan fácil- voluntad de él es su voluntad" 18. El papel de los gran-
mente a lo que considera, equivocadamente por otra des hombres es fundamental en la historia de los pue-
varte, su libertad. "No hay ninguna necesidad d€ qLt~ blos porque la ~untad .~ tiene necesidad de un
todos quieran la misma cosa" '0. Se presupone, no obs- instrumento hum~reali7:arse. El individualism~
tante, que la masa de individuos tiene en sí la misma de los sujetos hace nec-egatia en ciertas épocas la tiranía. .
Ella es la que salva al Estado: "Esta potencia tirá-
voluntad general. L:, voluntad general existe así en sí.
Precisamente e., necesario que pase del en-sí al para-sí, nica es necesaria y justa en tanto que constituye al f
es necesario que se vuelva efectiva. El niño es en-sí ra- Estado como este individuo efectivamente real y lo con-
zonable, pero este en-sí le es ante todo exterior, se le serva. El Estado deviene entonces el espíritu cierto de I

manifiesta bajo la forma de la voluntad de sus padres. sí mismo que se eleva por sobre el mal mismo para re- )
conciliarlo consigo" 19. /
De la misma manera la voluntad general aparece a los
hombres privados como una voluntad que les parece ex- En esta última observación HegE'I afirma que el
traña. Sin duda esta sólo es una apariencia, pero esta mal es reconciliable al nivel del Estado. Aquello que en
apariencia es un momento de la historia de todos los la vida privada aparece como mal, no lo es cuando se
pueblos que es necesario tomar en consideración. La trata de conservar y preservar el Estado 20. Desde este
.alienación de la naturaleza de la cual habla Rousseau punto de vista Maquiavelo está justificado: "Su patria
sólo se realiza mediante el intermediario de un proceso era despreciada por extranjeros, desvastada, sin inde-
histórico al que Hegel denomina ~ 6Ult1&.I.!L17• En la his- pendencia -cada noble, cada ciudad, se afirmaba como
toria de los pueblos hay momentos donde el Estado está soberana-o El único medio para fundar el Estado era
fundado o preservado por medio de grandes hombres quebrar esas soberanías particulares, el único medio
que encarnan durante un instante la voluntad general y para afirrnarss contra ellas era la muerte de los seres
---------- ---------
rebeldes y el terror de esta muerte en los otros" 21. De
igual manera, al considerar la anarquía alemana, Hegel
~x, p. 245. "La voluntad universal debe constituirse 11
pensaba algunos años antes que la fuerza de 'un gran
'-. ~artir de las voluntades individualf\s, pero este "a partir" hombre era la única que podía crear. la unidad que era
sólo es una apariencia, pues la voluntad universal es
lo que es primera, es la esencia; el Todo está antes que ~~ ~
Js:.il~
v: Gxx,
las partes, y los individuos deben conformarse con lo ~18 p. 246.
/,\Universal negándose a ellos mismos. alienándose". y; Idem, p. 246.
~'Bildung". Hegel le da un sentido muy amplio a esta (\} 20 "El poder del Estado que se conoce a sí mismo debe te-
palabra cultura; designa tanto la formación política del ,-t t. ner el coraje de comportarss de una manera tiráníca en
índividnn como su formación económica; en general su . ;)XJ caso de necesidad, cuando la existencia del Todo corre
elevación a lo Universal. peligro", p. 247.
21 Idem, p. 247.
114
115

l
/

en sí necesaria. Presagiaba a Bísmarck como agente de dos eR tanto.. que éstos se separan del grupo natural que
la historia. éS'íi--Gmilia y que no tienen aún conciencia neta de
La tiranía es así necesaria en la historia; pero sólo querer directamente su unidad substancial, el Estado 24:-)
es un momento; su papel es realizar esta alienación de Pero ya en los trabajos anteriores que hemos estudiado,
las voluntades particulares cuya acción es centrífuga y Hegel notaba esta oposición entre el mundo espiritual
que se niegan a participar' en el todo. Es una cultura de del Estado y el mundo económico, el mundo de las nece-
la obediencia, pero no se impone arbitrariamente. Su sidades y el mundo de la riqueza. En la Filosofía del
justificación es su necesidad his~ Cuando la volun- Derecho de Berlín, en 1821, la sociedad civil será carac-
tad general se r~ltUza la tiranía se vuelve superflua,' el terizada más concretamente como uno de los momentos
destino del tirano es desaparecer y el reino de la ley de la idea del Estado en un sentido amplio (el primer
puede ejercerse: "La constricción que el tirano ejerce
es la constricción de la ley en sí, pero habiendo obtenido momento es la familia, el segundo la sociedad civil, el
la obediencia esta ley ya no es una constricción extraña, tercero el Estado en el sentido restringido del término,
se ha convertido en la voluntad general sudada por to- vale decir la voluntad general consciente de sí misma).
dos". Así la tiranía es derrocada por los pueblos "con el La sociedad civil (Gesselschaft y no Gemeinschaft)
pretexto de que es abominable, infame, pero de hecho no es otra cosa que el Estado del liberalismo económi-
porque se ha vuelto superflua" 22. Si el tirano fuera sa- co 2~. A este Estado, que es el ideal para los teóricos de
bio abandonaría por sí mismo su poder, pero su domi- la economía política, Hegel le da un lugar dentro del
nación posee una violencia que todavía pertenece a la conjunto de su sistema, pero un lugar subordinado. "Si
naturaleza. Así Robespierre salva durante un momento se confunde el Estado con la sociedad civil y si se lo des-
al Estado mediante el Terror. Su fuerza, no obstante, lo tina a la seguridad y protección de la propiedad y de la
abandona porque la necesidad lo abandona. El tirano libertad personal 26, el interés de los individuos, en tan-
mismo es también un individuo y su destino es perecer
to que tales, es el fin supremo en vista del cual son uni-
cuando su particularidad no está reconciliada con lo
universal, vale decir cuando ya no es necesario para el dos, y de ello resulta que es facultativo ser miembro de
mantenimiento del Estado 2\ un Estado. Pero su relación con el individuo es total-
mente otra ;si es espíritu objetivo, entonces el individuo
En el Estado moderno se interpone necesariamen-
te, entre el individuo y el Estado, un mundo al que He- no tiene objetividad, verdad y moralidad, sino como"
gel de' . a . '1 (Die bürgerliche Gessels- miembro de él. La asociación en tanto que tal es el ver- ;l

chaf ). Es en los cursos de 1805-1806 donde toma neta dadero contenido y el verdadero fin, y el destino de los
conciencia de la existencia de esta sociedad civil que individuos es llevar una vida colectiva; y su otra satis-
facción, su actividad y, las modalidades de su conducta,
"
está constituida por el conjunto de los hombres priva-
,---_._.. ." ..•
, .

22 Realphilosophie, xx, p. 247-248.


23 Por consiguiente hay un destino de los grandes hom- u El término "sociedad civil o burguesa" sólo aparece, por
bres de la historia, comparable al de los héroes trágicos; otra parte, en la Filosofía del Derecho.
son los representantes de un pueblo o de una .época : pero 2S y del "liberalismo" sin aditamentos.
una vez cumplida su obra deben desaparecer; no es la 26 Es esta definición del Estado a partir de la sociedad
búsqueda de la felicidad la que los ha llevado al poder, civil la que combate precisamente Hegel.
SInO su "pathos", Deben realizarse incluso perdiéndose.

116 117
tienen este acto substancial y universal como punto de bertad empirrca. Por esta razón es necesaria otra forma
partida y como resultado" 27. de Estado por sobre el mundo de la particularidad. Sólo
Desde 1805 Hegel conoce la obra de Adam Smith, en la sociedad civil el hombre realiza su educación en lo
"Inquiry into the nature and cause of the wealth oí universal, se prepara para convertirse en ciudadano y
nations", que Garve tradujo al alemán. La integra a su para querer lo universal como tal. .
filosofía política, pero en· lugar de ver en esta doctrina Consideremos entonces este mundo económico tal
económica una filosofía política que podría bastarse a corno lo ve Hegel. Cada uno trabaja para sí o para su
sí misma, ve en ella más bien un momento necesario familia. La división del trabajo permite el cambio de los
pero que muestra su propia insuficiencia. En ese mun- productos y las leyes del mercado restablecen sin cesar
do económico el hombre se cree libre, trabaja y posee, la armonía a punto de romperse. El motor aparente de
ha elegido por sí mismo su profesión, trata de realizar esta sociedad es el interés individual, pero su fin inma-
su interés personal; de hecho se enfrenta en todas par- nente es la realización de lo universal. "Hay mediación
tes con sus límites, permanece en la contingencia y en de lo particular por lo universal, movimiento dialéctico
lugar de querer directamente lo universal, lo padece co- que hace que cada cual, al ganar, producir y gozar pa-
mo una dura constricción que le sería extraña. Es por ra sí, gane y produzca al mismo tiempo para el goce de
esta razón que a ese nivel el Estado aparece sólo como los otros" 29 -dura formación del hombre natural que
el Estado del entendimiento y de la necesidad. La so- es necesaria en el mundo moderno-: "Como ciudadanos
ciedad civil es una realización mediata de lo universal; d:e este Estado los individuos son personas privadas que
su armonía, como lo han visto los economistas, es el re- tienen por fin su propio interés; como el mismo es ob-
sultado de una especie de astucia. Cada cual cree tra- tenido mediante lo universal que aparece así como un
bajar para sí y, de hecho, de esta manera le da a los medio, dicho fin sólo puede ser alcanzado por ellos si
otros la ocasión de trabajar. Lo que se realiza de hecho ! ~
determinan su saber, su voluntad y su acción de acuer-
(.10 universal) y lo que es querido en cada caso (lo par- (1 , ~
do a una modalidad universal y se transforman en es-
p: t, j lab.ones ,de la ca.dena· que constituye este conjunto. Aquí
tIc.ular) son disti~tos.lNo obsta~te, contrariamente a los
prrmeros economistas, y a partir de 1805, ~egel se da
c?enta de la dure.za. de ese' mundo de la rrqueza, pre-
J
~"
¡ I~:
I

el. interés de la Idea, que no es explícita en la conciencia


de los miembros de la sociedad civil en tanto que tales,
s~ente sus cont.radIcClOnes inmanentes y las describe ea- ~,..9 I. es el proceso que eleva su individualidad natural a la
libertad formal y a la universalidad formal del saber y
SI como un profeta 28. La libertad que logra el hombre ~.
en esta búsqueda de su interés personal sólo es una li- de la voluntad, a la vez mediante la necesidad natural
y mediante lo arbitrario de las necesidades, y que otor--
ga una cultura a la subjetividad particular" 30. Ya en
27 Filosofía del Derecho, ed. Lasson, VI, 258, pp. 195-196. .!§.Qli H~l nota esta dureza del mundo económico den--
Hegel agrega, lo cual resume exactamente el fin que se tro del cual e~ hombre se forma: "La sociedad es (paral
propone: "La racionalidad consiste... en la unidad ín- el hombre privado) su naturaleza. del movimiento ele-,-,
tima de lo Universal y de lo individual... en cuanto mental y ciego del cual depende, que lo sostiene o lo su- V \
a~ contenido en la unidad de la libertad objetiva, vale de-
cir de la voluntad general substancial de la libertad sub- ~J)~P
jetiva como conciencia individual y voluntad que buscan
sus fines partirulares ... " . 29 Filosofía del Derecho, 186, ed. Lasson, VII, p. 156. b /}p
28 La descripción que en 1805 hace Hegel del mundo eco-
nómico es admirable en relación a su tiempo.
30 Idem, 187, VI, p. 157. tV

119'
prime espiritual y materialmente"". Mediante su tra-
manufacturas, trabajo indiferente, malsano y sin segu-
bajo, mediante el progreso técnico, el hombre escapa,
ridad, que no apela verdaderamente a la habilidad y a
parecería, a la dominación de la naturaleza; según la
las capacidades personales" 85. Esta clase es arrojada
expresión de Descartes, se ha convertido por él en "amo
y posesor", y este dominio es afirmado por la división de inmediato a la pobreza a causa de las incesantes va-
riaciones del mercado.
social del trabajo. El contenido de su trabajo supera su
necesidad particular. No obstante, si bien el hombre do- Entonces se pone de manifiesto la oposición más
desgarrante del mundo moderno -una oposición pro-
mina así la naturaleza mediante la potencia de su en-
pia a la sociedad civil-, la de la pobreza y la riqueza.
tendimiento y la fuerza común de la sociedad, padece
otra esclavitud, la de esta sociedad que constituye por Mediante una especie de concentración que se produce
con una cierta necesidad, la riqueza se acumula en una
sobre él lo universal. La dominación de la naturaleza,
parte mientras la pobreza aumenta en la otra. "La ri-
de una meCe8i!1ad natuml, es substituida por la necesi-.
fkld stli:ial: "El individuo no efectua sino untrabajo queza es igual a una masa que atrae hacia sí al resto".
abstracto'tv, Hegel describe las contradicciones de este "~._qllign tiene~._ªL.9.ue:._~~_J~--ªa'~ y Hegel puede agre-
gar "Esta desigualdad de la riqueza y de la pobreza se
mundo económico casi con tanta precisión como se hará
después de él en el siglo XIX. convierte en el mayor desgarramiento de la voluntad so-
cial, la rebelión interior y el odio" 36.
La habilidad partiular del individuo es el medio pa-
En la Filosofía del Derecho, Hegel señalará esta
ra mantener su existencia; puede trabajar más, pero al
contradicción de la sociedad civil: "Si se impusiera a
hacerlo el valor de su trabajo disminuye. Las necesida-
la clase rica la obligación de mantener a la masa redu- ~
des se han multiplicado y dividido, -el gusto afinado,
cida a la miseria... la subsistencia de los miserables ~
sólo el hombre se convierte, entonces, en una máquina ~
estaría asegurada sin ser procurada por el trabajo, lo .
"a causa del carácter abstracto de su trabajo el hombre?R
,~ cual sería contrario al principio de la sociedad civil y 1...
." se vuelve más mecánico, más indiferente, ~~
al sentimiento individual de la independencia y del ho- :y
tual" ,,:l. .Cada vez que la máquina puede substituir al
nor. Si, por el contrario, su vida estuviera asegurada
~ hombre, t;.tanto más formal deviene en este caso su pro-
por -el trabajo (del que se le brindara la ocasión), la
~{
"1
pia operación, su trabajo lo limita hasta convertirlo en
cantidad de productos aumentaría excesivamente, 10
~ un punto, y el trabajo
-más ...illQl1.Ó.tQ.no e~"4.
es tanto más perfecto cuanto
cual, con la falta de los correspondientes
que serían ellos mismos productores,
consumidores,
constituye preci-
j
La demanda varía de acuerdo a la moda y ciertas samente el mal, y éste no haría sino acrecentarse do-'" J
industrias deben desaparecer mientras aparecen otras, blemente. Se ve así que pese a su exceso de riqueza la /'
dejando al individuo que trabaja sometido a las con- sociedad civil no es lo suficientemente rica, vale decir !
tingencias cuyo movimiento de conjunto es ciego. La que en su riqueza no posee los bienes suficientes para
consecuencia, percibida por Hegel, PS la condena de to- ,/
da "una clase de hombres a un trabajo de fábricas y de ../
3~ Idem, pp. 232-233.
31 Realphilosophie, XX, p. 231.
36 Realphilosophie, XX, p. 233. En la Fenomenología, p.
128, bajo el título de "La conciencia desventurada", He-
"" Idern, p. 232.
38 Idem, XX, p. 232.
gel describe la rebeldía de la persona que se ve sometida
')4 Idem, pp. 232-233. a una cosa, el dinero. Se inspira en El sobrino de Ra-
ceau de Diderot; Fenomenclogía, p. 306 Y sig,

120
121
'>.,
(.\.

pagar tributo al exceso de miseria y a la plebe que en-


gendra" 37. cuales el más alto deberes ser miembros del Estado" 39.
Alcanzamos aquí el ideal de libertad que hemos estu-
Hegel no propone ninguna solución a esta ccisis
del mundo moderno. Sólo opone el cuadro de esta so-
ciedad civil al que presenta el liberalismo. La libertad
diado en los primeros
moderno es demasiado
trabajos de Hegel. El Estado
fuerte para hacerla lugar en
){
f
así lograda por el hombre no es verdadera aún cuando su seno a la división de la idea; de esta manera encie-
sea necesaria. Pero el Estado, que es "la mirada uni- rra en sí mismo a la sociedad civil, reconoce la libertad _-ti'
"j-
versal", se eleva por sobre ese mundo; es la verdad del subjetiva del individuo, la que desde el cristianismo es '.. J ~
mismo y sólo en él el hombre es libre. En la Filosofía fundamental en el espíritu del mundo, y no obstante .f' :<.<J
del Derecho Hegel sólo considera un sistema de corpo- al reconciliarse con ella la realiza y la coloca en el ser. " ~r
raciones que, al agrupar de acuerdo a las profesiones Por lo tanto Hegel admite la igualdad ideal de los hom-A ~
los diversos intereses individuales, prepara al indivi- bres, con la condición de que no conduzca a un cosmo-' o
duo para una tarea más elevada, para una participa- politismo sin significación histórica real. "Pertenece
ción más directa en lo universal, vale decir en el espí-
ritu de su pueblo. La corporación reemplaza a la familia
que ya no puede desempeñar su papel en esta sociedad
a la cultura, al pensamiento como conciencia del indi-
viduo dentro d·e la forma de lo universal, que yo sea
concebido como una persona universal, término dentro .
xf
civil. Ella se convierte en la verdadera intermediaria del cual todos están comprendidos como idénticos. El

ci .
rne el individuo y el Estado 38.
Es 'esta participación quien caracteriza la vida pa-
ra el Estado. La sociedad civil debe ser superada, ella
no es el Estado verdadero. "El Estado, como realidad
en acto de la voluntad substancial, realidad que recibe
hombre vale porque es hombre, no porque es judío, católico,
protestante, alemán o italiano. Esta toma de conciencia del
valor del pensamiento universal es de una importancia in-
finita. Sólo se convierte en un error si cristaliza bajo
la forma de cosmopolitismo paraoponerss a la vida con-
en la conciencia particular del yo universalizado, es lo creta-4e1 Estado" in. Por esto el Estado es la realidad en
•. racional en sí y para sí; esta unidad substancial es un acto de la libertad concreta. "De ello resulta que lo univer-
~ fin propio, absoluto, inmóvil, en el cual la Libertad sal no vale y no es realizado sin el interés particular, la
~ obtiene su valor supremo, y así este objetivo final tiene conciencia y la voluntad; y que los individuos no viven co-
\\ ~ un derecho soberano frente a los individuos, para los mo personas privadas orientadas únicamente hacia su in-
>J
terés sin querer 10 universal; ellos tienen una actividad
consciente de ese fin" 41)En la frase que sigue Hegel
condensa toda la síntesÍs que expresa el sentido de su
37 Filosofía del Derecho, 245, VI, p. 189. La sociedad civil
es llevada así (dialécticamente) fuera de sí misma. "Es-
filosofía política. "El principio de los Estados moder-
ta ampliación de las relaciones ofrece también el medio nOS--1Íeñe--e-Ste-·pifQé'r y esta profundidad extremas de
de la colonización a la cual, bajo una forma sistemática

n
l/
o esporádica, una sociedad civil acabada es impulsada",
pp. 190-191..~ .
"Al lado de la famili~, la corporación constituye la se- ~
39
40
Filosofía del Derecho, VI, p. 195.
Idem, VI, p. 169
gunda raíz moraT-mrr Estado, la que está implantada en I 41 Idem, VI, p. 202, 260. Como se ve la síntesis que se pro-
la sociedad civil". '~ntidad d!!l matrimonio s... el ho- pone Hegel es la de la substancia (la voluntad general no
nor profesional son" los - <tosp'ivOtesaTrededor derculll reflexionada sobre sí misma) y el sujeto (la "subjetivi-
-gIra la materia inorgánica de la sociedad civil", Filo- dad"). En la Fenomenología había definido su filosofía
sofía del Derecho, VI, pp. 193-194. de la siguiente manera: "La substancia también es
sujeto".
122
123
espíritu del mundo que se manifiesta en la historia de
dejar al principio de la subjetividad realizarse hasta
los pueblos. En los cursos de 1805-1806, más tarde en
el extremo de la particularidad personal autónoma y al la Fenomenología de 1807, la religión ya no es sólo re-
mismo tiempo devolverlo a la unid~d .s~bsta~cial J man- ligión de un pueblo, es conciencia de lo absoluto, dis-
tener así esta unidad en su prmcipio mIsmo). Es.ta tinta del desenvolvimiento objetivo de la idea en la his-
síntesis, que sería la del liberalismo y la del toteliiaris-
toria. Así la Iglesia se opone, a veces trágicamente, al
mo, ¿ es posible? Este es un problema que ~upera el ob- Estado 42. En la filosofía final de Hegel, quien quiere
jetivo de nuestro estudio. Sólo hemos querido presentar
pensar la reconciliación, a la que sólo experimenta la
objetivamente la filosofía. hegeli~na del Est~do, y en
religión, uno es llevado a preguntarse cuáles son las re-
la última parte de nuestro trabajo hacer sentir toda la
laciones del espíritu absoluto, el cual se aparece a él
complejidad y la riqueza, todos los matices de su pensa-
mismo dentro de las formas variadas del mundo del ar-
miento político. Lo que no puede negarse es la Impor-
te, de la religión y del pensamiento- filosófico.
tancia de la fi ía hegeliana del Estado para el pen-
Pero esta cuestión plantea el problema de la inter-
samiento y a vida con emporanea. ara n tros, fran-
pretación de conjunto de todo el sistema hegeliano; es
ceses, es indispensable conocer la visión del mundo de
fundamental para determinar, al fin de cuentas, el sen-
Hegel, sea cual fuese el juicio que debamos dar sobre
tido del sistema. Sin embargo supera nuestra tarea, y
la misma. ~gáfl R8gel, histel'ia-y razÓn SQ i~n
no es evidente, por otra parte, que tenga siempre en
una por la atr~ Lo absoluto, sin las formas que a ~- nuestro filósofo una solución perfectamente neta. En
fi necesariamente en la historia, sería "la soledad sin su pensamiento subsiste una ambigüedad. ~a! vez .la
vida" y la historia es aquello con lo cual debemos re-
reconciliación del espíritu subjetivo y del espíritu obje-
conciÚarnos.· st . íación. La li-
tivo, síntesis suprema de este sistema, no sea totalmen-
bertad hegelíana hemos insistido sobre ello, asciende v·
te realizable.
al individuo y ~u vida privada; es una reconciliación i
deL·~~º!!...J~ ..
~<!estino, y es~ d~~tino encue~t~a su i
expresión en la histoiia::-.-La meditación de los filósofos
.1
franceses so~rtad es de un orden distinto. I
Desde Descartes hasta Bergson nuestra filosofía parece I 1
negarse a la historia; es más bien dualísta y busca la
libertad dentro de la reflexión del suj eto en sí mismo.
No se trata de que nuestra filosofía carezca de gene-
rosidad en su concepción racionalista o mística, pero
se negaría a ver en el Estado la realización de lt;>--ªi.Y!.no
89bre la tierra, s mbién a es unidad de lo
exterior y lo interior que se expres\ en la célebre ~l'!se
de Hegel según la cual "Weltge\cHifhte ist Weltge ch-
te": la historia do es el1uib el mundo. n el
mísmó Hegel el cristianismo, a or abso u la sub-
jetividad, son lentamente integrados en un sistema que
les era primitivamente hostil. El espíritu absoluto -ar- 42 Sobre esta oposición cf. el análisis particularmente inte-
te, religión, filosofía- parece elevarse por sobre el resante de la Filosofía del Derecho, § 270. .

125
124

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,
CRONOLOGIA *.
VIDA Y OBRA DE HEGEI,.
PRINCIPALES ACONTECIMIENTOS
HISTORICOS y CULTURALES
DE ESE PERIODO.

1770 El 27 .de agosto, en Stuttgart, nace Georg- Wilhelm-


Friedrich Hegel. Lavoisier analiza la composición del
aire.
1771 Invención de la water-frame por Arkwrigth.
1773 Hegel entra en la escuela primaria. Rebelión de Pu-
gatchev. Goethe publica Goetz de Berlichingen.
1774 Goethe publica Werther.
1775 Hegel entra en la escuela latina. Watt utiliza indus-
trialmente el vapor.
1776 Se proclama la independencia de los Estados Unidos
,~ de Norte América. Adam Smith publica Investigacio-
I nes sobre la naturaleza y causas de las riquezas de
I las nacione3.
1778 Muerte de Rousseau. Buffon publica Las épocas de
la naturaleza.
1779 Invención de la mule-jenny por Crompton.
1780 Hegel entra en la escuela religiosa, el Gymnasium
L illustre.
1781 Capitulación inglesa en Yorktown. Kant publica la
Critica de la razón pura.

* La presente cronología fue tomada del libro de F'raneois


Chátelet, Hegel.

127
1782 Laclos pública LM relaciones peligrosM. trina de la ciencia; Condorcet, Esbozo de un c:uad1'0de-
1783 Muere la madre de Hegel. Lavoisier analiza el agua. 103 progresos del espíritu humano.
1784 Herder publica Ideas sobre la filosofía de la historia. 1795 Hegel, Vida de Jesús y Posición de la religión cristiana
1785 Hegel comienza a escribir en alemán y latín un dia- (ambos libros publicados en Escritos teológicos del jo-
rio intelectual. Primera hiladura a vapor. Mozart, ven Hegel, H. Nohl, Tubinga, 1907). En Francia: Cons-
Las bodas de Fígaro. titución del año III; el Directorio substituye a la Con-
1786 Muerte de Federico 11, le sucede Federico-Guillermo vención. El marqués de Sade publica La filosofía en el
11. tocador; Kant, el Proyecto de paz perpetua; Schelling.
iI" Sobre la posibilidad de una forma de la filosofía en
1787 Hegel escribe Sobre la religión de los griegos y los
romanos. Se aprueba la Constitución de los Estados
l general.
Unidos de Norte América. Se publica la 2\\ edición de 1796 Hegel, "Primer programa del idealismo alemán", dia-
la Crítica de la Razón Pura. Goethe publica Ifigenia; rio de viaje en l'Oberland. En Francia: arresto de Ba-
beuf; Arcole. Muerte de la emperatirz rusa Catalina
Schiller, Don Carlos; Mozart, Don Juan; Lagrange la
II: le sucede Pablo l. Jenner descubre la vacuna. La-·
Mecánica Analítica.
place publica Exposición del sistema del mundo; Fichte
1788 Hegel recibe el diploma de estudios secundarios (Ma- Los fundamentos del Derecho Natural; Schelling Cartas
turum). Se inscribe en el Stift de Tubinga, seminario sobre el criticismo y el dogmatismo.
de teología protestante. Escribe Sobre algunas dife-
1797 Rivoli; golpe de estado de Fructidor; muerte de Fede-
1'encias entre los poetas antiguos y modernos (tres rico-Guillermo II, le sucede Federico-Guillermo III;
textos publicados por Hoffmeister en Documentos 80-
Campo-Formio. Kant publica Metafísica de lo.s costum-
bre la evolución de H egel. Stuttgart, 1936). Kant pu-
bres; Holderling escribe Hypcrión; Chauteaubriand,
blica la Crítica de la mzón práctica; Goethe, E gmont;
Ensayo sobre la Revolución.
Schiller, La rebelión de los Paises-Bajos.
1798 Hegel es preceptor en Francfort. Escribe La nueva
1789 En Francia, Asamblea constituyente; toma de la Bas- situación interior del Wurtemberg (publicado por Las-
tilla; Declaración de los Derechos del Hombre y del son, en Escritos políticos de Hegel, Leipzig, 1913); en-
Ciudadano. tre 1798-99 escribe El espí1"itu del cristianismo y su:
1790 Hegel obtiene el grado de Magi3ter philosophiae. Muer- ~'&
destino (publicado por Nohl en el libro citado). Expe-
te del emperador de Austria, José 11, le sucede Leopol- dición a Egipto; II:¡. coalición.
do 11. En Francia se produce la constitución civil del 1799 Muerte del padre de Hegel. Escribe La Constitución de 'i
clero. Goethe publica el primer Fau3to; Kant la Crí- Alemania (publicado por Lasson, ya citado); comenta.
tica de la facultad de juzgar; Burke, Rejlexionee so- el libro de Steuart Investigación sobre los l)rincipios de :,1
¡{j
bre la r~volución francesa; W. Blake, los Libros profé- la Economía Política. Golpe de Estado de Prairial; vic-
iicos; Th. Paine, Los derechos del hombre.
'1:
toria francesa en Zürich; establecimiento del Consu-
1791 Ley de Chapelier; reunión de la Asamblea Legislativa. lado; Constitución del año VIII; el Consejo de Estado. .\~
1792 Muerte de Leopoldo 11, le sucede Francisco 11. En Fichte, El destino del hombre; Beethoven, la Sonata; I
Francia se declara "la patria en peligro"; manifiesto :~ Patética.
;1'
~I

,
de Brunswick ; comuna insurreccional de París, caída 1800 Creación de la Banca de Francia; Marengo. Volta in-
de la reyecía; Valmy; reunión de la Convención; Jem- r.>., venta la pila eléctrica. Schelling escribe Sistema del"
mapes. Goya, las Majas. idealismo trascendental.
1793 Ejecución de Luis XVI; creación del Comité de Sa- '~:. 1801 Hegel sostiene la tésis de habilitación en Jena; es nom-
~
lud Pública; el "Terror"; el "máximum", r"f~¡ brado privat dozent en la Universidad de Jena. Escribe
~,
1793 Hegel sostiene su disertación frente al consistorio del :.)c Orbitie Planetarum y Diferencia de los sistemas de t
Stift; renuncia a la profesión de pastor y se hace pre- Fichte y de Sc;helling. En Rusia advenimiento de Ale- ~
ceptor en Berna. Aproximadamente

blica Contribución...
en ese período
escribe Religión nacional y cristianismo. Fichte publi-
sobre la Revolución francesa.
jandro 1; el Concordato. Chauteaubriand,
El Estado comercial cerrado.
1802 Hegel escribe El sistema de la
Atala; Fichte,
moralidad social (Las-
~;:,
~··I,,·J·,: .

1794 Caída de Robespierre ; clausura del club de los J acobi- son, obra citada); publica con Schelling en Jena, el
nos y abolición del "maximum", Kant, La religión den- "Diario crítico de la filos0fía", donde, entre 1802-1803, f
tro de los límites de la simple Razón; Fichte. Doc- publica los siguientes artículos: 1. Sobre la esencia. de
,. ~i,

t:q
128 129
'.'.' .•..
,

la crítica füosófica; 2. De qué manera el sentido común 1816 Sublevaciones agrarias en Inglaterra. Cuvier, El remo
comprende la füosofía; 3. Relación del escepticismo con animal distribuido según su organización.
la iiloeofia; 4. Fe y saber; 5. Sobre las maneras de 1817 Hegel, Compendio de la Enciclopedia de las ciencias
tratar científicamente del derecho natural. Se produce filosóficas; publicación en los "Anales literarios de
la Paz de Amiens; Constitución del año X. Novalis pu- Heidelberg" de: Reseña del tomo III de las obras de
blica Poesías; Schelling D'iálogo sobre el principio na- Jacobi, y Sobre los debates de los Estados de Wur-
tural y el principio divino de las cosas. temberg de 1815 y 1817. David Ricardo publica Prin-
1803 -1806, Cursos de Jena (publicados entre 1923-1932, por cipios de Economía Política; Saint-Simon, La in-
G. Lasson, 3 vol). Ruptura de la paz de Amiens. J. B. dustría.
Say, Tratado de economía política. . 1818 Schopenhauer publica El mundo como voluntad y re-
1804 El Código civil; Napoleón 1, Emperador de los france- presentación.
ses; Constitución del año XII. Fourier publica Armonía 1819 -1828 Lecciones sobre la Historia de la filosofía, dic-
universal; Beethoven, Sinfonía Heroica ; Schelling, Fi- tadas en Berlín, publicadas por K. L. Michelet en 3
losofía y Religión. vol., Berlín, 1833-1836. Agitación obrera en Inglate-
1805 Hegel es nombrado profesor extraordinario en J ena. rra ("Peterloo"). El "Savannah", primer barco a
111" coalición; Ulm ; Trafalgar; Austerlitz. Schiller vapor que atraviesa el Atlántico. Keats, Odas.
publica Guillermo Tell. 1820 -1829, Lecciones sobre la Estética, publicada por E.
1806 Napoleón rompe con el Papa; fin del Santo Imperio Ro- Hotho, en 3 vol., en Berlín, 1837-1842. Revoluciones en
mano Germánico: IV" coalición; J ena ; entrada de N a- Madrid, en Nápoles, en Lisboa; agitación en Alema-
poi eón en Berlín: el bloqueo continental. nia;Congresos de Troppau y Laibach. Ampére, Elec-
1807 Hegel, La fenomenología del espíritu. Hegel toma la trodinamÍBmo.
dirección de la Gazeta de Bamberg; nace su hijo na- 1821 -1831, Principios de la filosofía del Derecho; Leccio-
tural Ludovico, quien morirá en 1831. Tratado de 'I'íl- nes sobre la filosofía de la religión, 2 vol., Berlín,
sitt.; abolición de la servidumbre en Prusia. 1832. Comienzo de la insurrección griega. J. S. Mill,
1808 Hegel es nombrado profesor y luego director del liceo Elementos de Economía Política; trabajos de Fara-
de Nuremberg. Comienza la insurrección española: en- day.
trevista de Erfurt: Bolívar toma el poder en Caracas: 1822 Hegel viaja por Bélgica y los Países Bajos. 1822·
Fichte, Discurso a la nacién alemana; Goethe, Fausto .. 1831, Lecciones sobre la filosofía de la historia, pu-
1809 -1816, Propedéutica fÜ03ófica. V" Coalición: Wagram; blicadas en Berlín, 1837. Represión en España y Por-
arresto de Pío VII. Goethe, Las afinidades electivas; tugal. Champollion descifra la piedra de la Roseta.
Schelling, Investigaciones... sobre la esencia de la li- 1823 -1831~ Hegel publica ocho artículos en los "Anales de
bertad humana. cr.itica científica". Represión policial en Prusia ; de-
1810 Insurrección general de las colonias españolas: rup- claración de Monroe. Beethoven, IX Sinfonía.
tura del bloqueo continental por parte de Rusia; crisis 1824 Gran Bretaña reconoce la libertad de México, Co-
económica en Inglaterra. Goya, Los desastres de la lombia y Argentina. S. Carnot publica La termodi-
guerra. námica.
1811 Hegel se casa con María Von Tucher, de esta unión 1827 Hegel se encuentra con Goethe; Viaja a París y en-
nacerán dos hijos, Karl e Inmanuel. cuentro con V. Cousin. Batalla de Navarino. V. Hugo,
1812 -18Hi, Hegel, Ciencia de la lógica, 3 vol. Comienzo de Cromwell.
la VI' coalición; campaña de Rusia. Byron, Childe 1829 Hegel es elegido rector de la Universidad; reencuentro
Harold. con Schelling.
1813 VII'" coalición. 1830 Independiencia de Grecia; revolución belga. Invención
1814 Campaña de Francia: capitulación .de París, abdica- de la máquina de coser. Victor Hugo, Hernami; Comte,
ción de Napoleón; comienzo del Congreso de Viena; comienzo del Curso de filosofía positiva.
la locomotora de Stephenson ; primer intento de ilu- 1831 Hegel muere de cólera.
minación con gas. W. Scott, Novelas.
1815 Los "Cien días"; Waterloo; la Santa Alianza: desa-
rrollo en Alemania de las "sociedades estudiantiles".
Lamasck, Historia natural de los animales sin vértebras.

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INDlCE \~
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/
Introducción. El idealismo hegeliano 7 1
---1

Capítulo l. El espíritu de un pueblo 17


Capítulo Il, Primera forma de la conciencia des- 1
graciada 29 I
Capítulo Ill. Razón e historia. Las ideas de positi- '~

vidad y de destino 39
Capítulo IV. La primera filosofía del derecho de ~;

Capítulo
Hegel
V. El mundo moderno (Estado e indivi-
65
1
duo) 105
Cronoloqia. (Vida y obra de Hegel. Principales '-'
¡~
acontecimientos históricos y cultura-
les de ese período) 127
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Se terminó de imprimir el 9 de octubre d~ 197(),
en los talleres gráficos de la Editorial Quetzal,.
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