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Universidad de los Andes

Facultad de Odontología
Maestría en Etnología
Arqueología
Lic. Carlos Camacho.
Ptga. Mary Fernanda Colmenares.

Importancia de la historia de la arqueología.

Desde el inicio de la arqueología como disciplina, muchos investigadores de las ciencias


naturales se negaron a establecerla como una disciplina seria, ya que las interpretaciones, según
estos investigadores, eran totalmente subjetivas. Hasta llegaron a llamarle “disciplina esotérica
sin ninguna relevancia” y a referirse a los arqueólogos como “seniles casanovas que se mueven
entre basura de la sociedad” (E. Hooton). Además el debate sobre la fundamentación teórica,
generó un dilema conceptual al considerarla como nuevo paradigma de la historia.

El desarrollo de los debates generados por estas discordancias, giraba en torno al tema
de la interpretación de los hallazgos arqueológicos, ya que se planteaba que la influencia de las
dinámicas sociales en el investigador no hacía confiable y objetiva estas interpretaciones, por
ejemplo, el factor nacionalista en algunos investigadores hizo que se malinterpretara y se negara
el origen de un grupo nativo y se generara un concepto errado sobre el origen de la especie
humana.

A pesar de estas consideraciones, otros investigadores aseguraban, que si bien estas


interpretaciones no eran objetivas, el análisis histórico de las piezas halladas formaba parte de
un acercamiento objetivo de la historia de nuestros ancestros. Entonces se puede decir que es
muy difícil tratar de justificar científicamente un mito que ha sido interpretado como un hallazgo
histórico, además el enfoque histórico nos da una perspectiva más precisa de las relaciones
cambiantes entre la interpretación arqueológica y el medio social y cultural, así pues, si estos
elementos interpretativos subjetivos, que de alguna manera influyen en la investigación
arqueológica, no se pueden suprimir por completo, se puede asegurar un nivel de comprensión
de lo sucedido en el pasado. Pero, gracias a estas investigaciones, los arqueólogos comenzaron
a teorizar sobre sus hallazgos, pero de manera inconsciente, haciendo así un fuerte marco
teórico sobre la cual se sostiene.

Willey y Sabloff, en su “Historia de la Arqueología Americana”, clasifica la investigación


arqueológica en cuatro períodos sucesivos, que viéndolo desde el punto de vista más práctico
se trata de un paso a paso metodológico de la investigación. Estos períodos son: Período
especulativo, Período clasificatorio-descriptivo, Período clasificatorio-histórico y el Período
explicativo. Cada uno de ellos sugiere que la arqueología ha experimentado un proceso de
condensación, donde ha dominado el proceso descriptivo y clasificatorio que el mismo
desarrollo de las teorías.

Thomas Kuhn, en su planteamiento sobre la conceptualización del paradigma de las


ciencias, decía que una teoría debe fundamentarse en una serie de parámetros, incluyendo
leyes, instrumentación y aplicaciones que ayuden a crear una “tradición coherente de la
investigación científica”. Aun así, se consideraba como una “indisciplinada disciplina empírica”,
y se recomendó que el desarrollo teórico de la arqueología se calificara de pre-paradigmático
(D.L. Clark). Tanto que existió la tendencia de calificarla como una disciplina con sub-teorías
insuficientes y desconectadas.

En esa búsqueda de la “seriedad” de la arqueología, muchos autores abogan por los


preceptos de Kuhn al considerarla como paradigma, ya que posee teorías consistentes que la
pueden definir como tal. B. Trigger, en el desarrollo del tema, pone en discusión un
planteamiento de Stephen Toulmin, el cual dice que las ciencias sociales no experimentan
revoluciones sino cambios graduales o progresiones. A pesar de esto, se puede decir que la
arqueología posee suficiente información para dar un bosquejo sobre el pasado, además la base
de datos de esta disciplina va en crecimiento y expansión, de este modo va concretando
teóricamente sus consideraciones e interpretaciones de la historia.

Mirar sólo esta parte de la disciplina es un poco ingenuo ya que, han habido muchos
arqueólogos que han fracasado, por ejemplo los naturalistas del siglo XIX, que tenían
inquietudes arqueológicas, introducían fauna a los hallazgos, para tratar de comprender algunas
características de las sociedades en cuestión, pero este tipo de investigaciones no se hicieron
rutinarias sino hasta los años setenta. Aquí podemos apreciar algunas características de los
cambios graduales o progresiones en la arqueología, dejando en claro la importancia del
carácter paradigmático de la disciplina.

Otro punto de vista, plantea que el desarrollo de la arqueología no es lineal y que


raramente es predecible. Además, estos cambios son provocados, no tanto por los hallazgos,
sino más bien por las ideas del comportamiento humano que se han formulado en las ciencias
sociales y que son reflejados en la sociedad. El resultado de este proceso no cambia la
interpretación arqueológica, sino, de lo contrario, dice: "las percepciones cambiantes del
comportamiento humano pueden alterar radicalmente las interpretaciones arqueológicas,
descubriendo información que previamente parecían sin importancia alguna".

Algunos arqueólogos plantean dudas de que su disciplina pueda ser cambiante de


acuerdo a un período u otro. Bryorny Orme, plantea que las mismas interpretaciones que los
arqueólogos del pasado ha dado, son las mismas que se puedan dar hoy, y además los cambios
que se han dado son verdaderamente insignificantes. En este caso, Bruce Trigger nos presenta
algunos ejemplos del pasado sobre las interpretaciones de algunos arqueólogos han realizado,
nos muestra que a pesar de que los cambios no sean perceptibles, se debe tener en cuenta la
importancia que tiene el marco teórico de cada período, ya que si su marco conceptual cambia,
por ende varía su significado, de tal manera que si se le presta tanta atención a ciertas ideas
particulares, sin prestarle importancia a los cambios en los contextos teóricos, puede que los
arqueólogos subestimen los cambios relevantes que son característicos de la investigación
arqueológica. Es por esto la importancia que tiene la sustentación teórica en la construcción de
un paradigma para la resolución de problemas sobre nuestros orígenes y todas sus
características.

Además de los temas anteriormente mencionados, B. Trigger refiere a Clarke y Klejn,


cuando plantean que la historia de la arqueología está sujeta por una serie de características
regionales. Además nos manifiesta que estas características se sustentan según su orientación
general y las clasifica de la siguiente manera: los colonialistas, los nacionalistas y los imperialistas
o de "visión mundial", asegurando que los cambios en la interpretación están sujetas al contexto
político de la nación. Pero a pesar de estas propuestas, la arqueología no puede ser definida por
su entorno geográfico, porque negaría la importancia que tiene el descubrimiento de ciertas
características culturales bien sea en Brasil o en Marruecos, en Japón o en Paraguay, donde la
interpretación de los resultados de los hallazgos sean similares.

Como parte del trabajo arqueológico, son distintas y múltiples las variadas disciplinas
que complementan el trabajo del arqueólogo, B. Trigger hace mención de alguna de ellas, por
ejemplo: " la egiptología y la asiriología se dedica al estudio de la epigrafía o la historia del arte
dentro de un marco histórico. La arqueología medieval se ha desarrollado como una línea de
investigación de los restos materiales que complementa el estudio basado en la documentación
escrita. La arqueología paleolítica se ha desarrollado paralelamente a la geología histórica y a la
palentología, disciplinas con las que ha mantenido y mantiene estrechos vínculos, mientras que
el estudio de períodos prehistóricos posteriores combina los datos aportados por los hallazgos
arqueológicos, con otra serie de fuentes como la lingüística, el folklore, la antropología física y
la etnología comparada". De esta manera, la influencia de estas disciplinas ha demostrado
intereses comunes suficientes para compartir numerosos conceptos interpretativos.

Cuando hablamos de lo que rodea a la arqueología, nos encontramos con perspectivas


bastante complejas, por ejemplo, Trigger nos anuncia que muchos arqueólogos afirman que las
interpretaciones de las investigaciones arqueológicas están sujetas a las condiciones sociales de
cada investigador, es por esto que, muchos de ellos son de corriente positivista, cuando plantean
que, las interpretaciones deben hacerse según las metodologías estrictas de las ciencias,
dejando de lado las subjetividades y las creencias del investigador. En períodos más recientes,
las influencias relativistas tomaron parte del curso de las interpretaciones arqueológicas,
quienes la han denominado como una empresa racional u objetiva. Muchos de éstos fueron
filósofos y sociólogos fundadores de la escuela de Frankfurt, representados por Jürgen
Habermas y Hebert Marcuse, estos pensadores proponen firmemente que las condiciones
sociales en que se ve inmerso un arqueólogo es determinante en la interpretación de una
investigación arqueológica. Así pues, otro aporte a esta posición la hace el filósofo anarquista
norteamericano Paul Feyeraben, quien anuncia lo siguiente " la ciencia no puede encadenarse
a reglas rígidas porque no existen criterios objetivos para la evaluación de teorías y que las
preferencias personales y los gustos estéticos deberían ser tenidos en cuenta a la hora de
evaluar teorías rivales" de modo que no podemos dejar que estas interpretaciones sean
evaluadas por criterios externos que no sean los mismos del investigador. Agregando a estas
observaciones, cabe destacar que muchos de estos arqueólogos, desde sus inicios han
pertenecido a capas de las sociedades medias aburguesadas. Ciriaco de Pizzicolli, uno de ellos
en pleno siglo XV, perteneciente a las sociedades clérigas, intelectuales, mercaderes,
hacendados, funcionarios públicos, entre otros (B. Trigger).

“Por tanto, parece razonable examinar la arqueología como una expresión de la


ideología de las clases medias y tratar de descubrir hasta qué punto los cambios producidos en
la interpretación arqueológica reflejan los vaivenes de la fortuna en ese grupo.” Como lo dice
explícitamente Trigger, el carácter de clase, determina la intención y el interés de los objetivos
de la arqueología. Además que la investigación arqueológica está determinada por quienes
poseen poder económico y financian la logística para realizar las excavaciones y procesamiento
de la información.

Otro detalle fundamental, es la incidencia o influencia que ha tenido las ciencias


naturales en el desarrollo de la arqueología, por ejemplo la química y la geología, en la creación
de la geocronometría o datación radiocarbónica después de la Segunda Guerra Mundial. Otro
ejemplo que nos presenta Trigger es en el análisis de polen, que ha dado información sustancial
con respecto a los cambios climáticos y ambientales en la historia.
Trigger nos explica varios elementos fundamentales en el tema de la importancia de la
historia de la arqueología, uno de ellos tiene que ver con la influencia que tienen otras ciencias
sociales en esta disciplina. “Los arqueólogos han empezado a seguir el ejemplo de los filósofos
de la ciencia y de otras disciplinas que integran las ciencias sociales, al clasificar sus teorías o
generalizaciones en categorías altas, medias o bajas.” Esta última (baja), ha sido descrita como
investigaciones empíricas con generalizaciones. “Estas generalizaciones se basan en la
observación de que algunos tipos de artefactos o atributos específicos se manifiestan
repetidamente asociadas, coincidiendo con una localidad geográfica, una fecha o un periodo
determinado.” Mientras que las teorías de nivel medio, están referidas a generalizaciones de
comparaciones entre variables que determinan una investigación y su comprobación, es decir,
se pudieran utilizar datos etnográficos para utilizar relaciones válidas entre fenómenos
arqueológicamente observables y comportamientos humanos imposible de observar
arqueológicamente.(L.Binford). Y las teorías de alto nivel, refieren directamente a reglas
abstractas que explican las relaciones entre proposiciones teóricas relevantes para el
conocimiento de las categorías principales de fenómenos (D. Clark). Es decir, como son ciencias
que estudian lo humano, específicamente al comportamiento o conducta, no hay formulaciones
teóricas que pertenezcan directamente a la arqueología, si no que involucra a las demás ciencias
sociales en general.

Finalmente, podemos concluir cuestionándonos un poco si las interpretaciones


arqueológicas realizadas en el pasado ¿constituye un elemento desfavorable en la calidad del
registro histórico? Menciona Trigger que es posible que las influencias sociales que dieron forma
a una tradición científica pasada se revelen ahora con más claridad después que las condiciones
sociales hayan cambiado, mientras que las influencias actuales son mucho más difíciles de
reconocer. Por lo tanto quedará en manos de los historiadores descubrir si las interpretaciones
de la historia dadas en el pasado posee un efecto irreversible en las concepciones actuales,
Trigger termina exponiendo que: “si esto puede llevarse a cabo, podemos esperar aprender algo
sobre la objetividad o la subjetividad de las interpretaciones arqueológicas; hasta qué punto la
arqueología puede ser más que el pasado revivido en el presente; hasta qué punto cualquier
tipo de conocimiento es comunicable de una época o cultura a otra; y hasta qué punto el
conocimiento de la historia de la arqueología puede influenciar la interpretación arqueológica.

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