Un estudio realizado en Sudamérica sobre la calidad en diferentes ciudades nos revela
que muchas ciudades subieron, bajaron y otras se mantuvieron con respecto al ranking anterior. 1. Montevideo (Uruguay) 2. Buenos Aires (Argentina) 3. Santiago de Chile (Chile) 4. Asunción (Paraguay) 5. Rio de Janeiro (Brasil) 6. Sao Paulo (Brasil) 7. Quito (Ecuador) 8. Lima (Perú) 9. Bogotá (Colombia) 10. La Paz (Bolivia) 11. Caracas (Venezuela)
CALIDAD DE VIDA: LIMA VS. PROVINCIAS
Los seres humanos tienen la capacidad de adaptarse a cualquier cambio que sucede en la vida diaria. Un gran cambio son los procesos migratorios que se dan de zonas rurales o ciudades pequeñas a las grandes ciudades. Estas grandes ciudades concentran al 50% de la población mundial y se estima que para el 2050 será el 70%. Una interrogante a este problema es ¿ofrecen estas ciudades una mejor calidad de vida? L as grandes ciudades tienen o presentan problemas que las pequeñas ciudades no tienes como son: la contaminación, la delincuencia, el tráfico, etc. Según una encuesta realizada en Lima por la Universidad del Pacifico, el 78% pasa más de una hora diaria en el tráfico, 45% más de dos horas, 24%más de tres horas, 12% más de cuatro horas, todo esto se debe a los procesos migratorios. ¿Cómo continuaran estos procesos migratorios en el Perú? No se sabe con exactitud, pero en los próximos 20 años, lima tendrá un gran crecimiento y en consecuencia de esto su calidad de vida será baja, por otro parte en las zonas rurales la calidad de vida será mejor. CONDICIONES DE VIDA EN EL PERÚ Asistencia escolar: Inicial: En el 4to trimestre del año 2017 se observó un aumento en la tasa de asistencia escolar de un 5,1% llegando a un 76,5%. Este incremento se dio en el área urbana como rural, en la urbana 5,3% y rural 4,2%. Primaria: Se observó que de cada 100 niños 90 asisten a algún grado de primaria. En la zona rural hubo un aumento de 1 punto mientras en la zona rural no es un cambio considerable. Secundaria: La tasa de asistencia a la educación secundaria se incrementó en 2,1 alcanzando a un 82,9% con respecto al año 2016. En la zona urbana 85 de 100 adolescentes asisten a la educación secundaria, en la zona rural 77 de 100. El incremento en el área rural es de 3 puntos y urbana de 1,6. Salud: El estudio muestra que incidencia de enfermedades crónicas en la zona urbana es mayor a la de la zona rural. Según la edad se percibe que la población adulta y la de adultos mayores son más propensas a padecer alguna enfermedad, por otro parte la población de 0 a 14 años presenta un menor porcentaje. El 41,6% de la población con enfermedades crónicas buscó ayuda médica y el 58,4% no lo hizo, en comparación con el año anterior subió 0,8 puntos. Identidad y programas sociales: De cada 100 menores de edad 99 cuentan con DNI, en el año anterior era 0,5 puntos menos, en la zona rural y urbana los porcentajes son bastante altos. Acceso a servicios básicos: Agua: En el IV trimestre de 2017, el 87,1% de los hogares del país consumen agua proveniente de red pública (dentro de la vivienda, fuera de la vivienda pero dentro del edificio y pilón de uso público). En el área urbana la cobertura alcanzó al 92,1% y en el área rural al 71,4%. Comparado con similar trimestre del año 2016, se incrementó la cobertura de agua por red pública fuera de vivienda y en pilón de uso público. Desagüe: En el trimestre de análisis, el 76,6% de los hogares eliminan las excretas mediante red pública de alcantarillado, principalmente hogares del área urbana, donde el 84,2% tienen cobertura de este servicio, en tanto en el área rural, adquiere importancia el acceso de los hogares a pozo séptico, donde el 22,9% de los hogares eliminan las excretas mediante este medio. DESIGUALDAD Y POBREZA El Perú es un caso de país tradicionalmente pobre, en el que se ha producido un marcado aumento de la pobreza desde fines de la década del 80, como consecuencia de la hiperinflación y las políticas de contención salarial El balance de la pobreza revela que, qué en estos cinco años, los peruanos hemos realizado avances en la creación de condiciones macroeconómicas y de institucionalidad democrática más favorables para la lucha contra la pobreza, y que las cifras muestran una relativa reducción de la misma. A partir de la mitad de la década de 1980, con la aplicación de encuestas de hogares nacionales y el enorme deterioro de la economía peruana, la atención se trasladó casi exclusivamente en la medición de la pobreza. Se tomó como unidades de análisis a las familias e individuos y se analizó la desigualdad en la distribución individual ósea personal o familiar o del ingreso y las características de la población pobre. Si bien existe un consenso sobre el impacto adverso de la hiperinflación de 1988-1990 sobre los ingresos reales, este tema no ha sido mayormente objeto de análisis. Otra cosa bien distinta es aceptar que la desigualdad y la pobreza se relacionan y que otro sistema de distribución puede erradicar la segunda, incluso sin una expansión de las capacidades productivas de un país. Reconocer la naturaleza distintiva de la pobreza como concepto permite tratarla como un tema de interés por sí mismo. El papel de la desigualdad en la prevalencia de la pobreza puede entonces considerarse en el análisis de Ésta, sin equiparar los dos conceptos. Con este argumento, Se colocó a la pobreza como un tema en sí mismo, separándolo de su estudio en conjunto con la distribución del ingreso. En el Perú la pobreza nacional bajó dos puntos porcentuales al pasar de 27.8% por ciento en el 2011 a 25.8% por ciento en el 2012, con lo que 509,000 personas dejaron de ser pobres durante el 2012, según informó recientemente el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
EVOLUCION DE LA POBREZA MONETARIA EN EL PERÚ
Uno de los principales problemas que enfrenta el Perú es el de la pobreza, que afecta a alrededor de la mitad de los peruanos. La reducción de la pobreza se ha convertido en uno de los principales objetivos nacionales, habiéndose planteado el gobierno actual la meta de reducir a la mitad la pobreza extrema en este quinquenio. Enfrentar un fenómeno requiere tener el mejor conocimiento posible del mismo, y por ello la medición de la pobreza ha adquirido una importancia mayor. Sin embargo, las dificultades que se enfrenta en esta tarea no son a menudo comprendidas adecuadamente. Se asume muchas veces las cifras como si fueran absolutas y tuvieran una gran exactitud, lo que no necesariamente es cierto.