Sei sulla pagina 1di 8

UNIVERSIDAD NACIONAL DE FRONTERA – SULLANA

Antes de entrar al tema de conducta moral, veremos primero que es la moral o


moralidad. La moral o moralidad que proviene (del latín mos, moris, “costumbre”) son las
reglas o normas por las que se rige la conducta o el comportamiento de un ser humano en
relación a la sociedad, así mismo o a todo lo que le rodea. Otra perspectiva la define como el
conocimiento de lo que el ser humano debe de hacer o evitar para conservar estabilidad social.

¿QUÉ ES LA CONDUCTA MORAL O MORALIDAD?

Conjunto de acciones de las que tenemos que responder justificándolas


responsablemente, tener una conducta moral significa no solo evitar el mal, sino también hacer
el bien. Ser moral o tener una conducta moral, siempre es un hecho de la vida social: familiar,
cultural, política, etc. Así, se puede afirmar que los individuos no inventan ni la sociedad ni su
moralidad.

El propio comportamiento individual, es determinado por la vida del hombre en la


sociedad, cultura, creencias, odios, amores, tienen su origen en el complejo de las diferentes
prácticas sociales.

LA MORALIDAD Y SU RELACIÓN CON LA FAMILIA

La "moralidad en la familia" se puede considerar como el conjunto de valores y normas


que regulan los comportamientos de los diversos componentes de la comunidad familiar. En
esta definición bastante amplia se incluye también el ámbito de las relaciones de pareja "ética
conyugal'.

MG. FIDEL REQUENA BARRIENTOS 1


UNIVERSIDAD NACIONAL DE FRONTERA – SULLANA

La moralidad de la familia abarca una amplia gama de relaciones, pues es la convivencia


más común, profunda e íntima de la existencia humana. De más a menos se extiende a los
siguientes ámbitos: al trato mutuo entre los esposos y de éstos con los hijos; a la relación de los
hijos con los padres y de los hermanos entre sí; a los vínculos que cohesionan a los restantes
miembros de la familia, tales como los abuelos y parientes, en general, así como a la
intercomunicación de aquellas personas que están llamadas a integrarse en la familia, cual es el
caso de los novios, etc. Este complejo y rico mundo de vínculos personales es tan íntimo, que
alcanza el núcleo de la persona misma. Por consiguiente, es claro que este valioso contorno
humano que envuelve a la familia ha de ser objeto de atención relevante por parte de la ciencia
moral.

LA MORALIDAD Y SU RELACIÓN CON LA EDUACION

En todo proceso educativo se enmarca un comportamiento ético y moral; dónde toda


educación es ética y toda educación es un acto político en el ejercicio formativo.

Si bien es cierta la educación tiene como objetivo fundamental preparar al joven para el
mundo de la vida, esto implica abordar dos dimensiones de acción o comportamiento, el cual
es a partir de uno mismo y de los demás.

La actividad educativa no solo es un acto de trasmisión o incorporación de


conocimientos y saberes, que van dentro del sentido contextual, es decir va más allá de su
especificidad técnica o de utilidad práctica; sino que también deben incorporarse el
conocimiento en un sentido ético y moral unas veces normativo y otras veces permisivos, donde
se formen personas con conciencia moral imperando siempre el respeto y de esta manera
construir y ejercer su condición de ser humano en el mundo.

Cabe destacar que en la autoformación, no hay recetas o certezas, es decir, no hay una
vía única para la formación del sujeto moral tampoco garantiza un logro como tal bien sea
individual o colectivo, simplemente existe la creatividad para afrontar incertidumbres o

MG. FIDEL REQUENA BARRIENTOS 2


UNIVERSIDAD NACIONAL DE FRONTERA – SULLANA

problemas que puedan acarrear y reconocer el límite de nuestras posibilidades; en la educación


de la formación moral es necesario sea vista desde diversas perspectivas o niveles, refiriéndose
a lo cognitivo, como el uso de la razón en el conocer y establecer orden de forma universal con
responsabilidad e involucrar la parte afectiva donde se presentan no solo el autoestima sino
también los sentimientos para actuar en determinadas situaciones con flexibilidad.

LA MORALIDAD Y SU RELACIÓN CON LA PRESION SOCIAL

Las decisiones que tomamos como propias, o la forma en que dirigimos nuestra vida,
están condicionadas por la sociedad. Todo esto es fruto de lo que es correcto hacer, lo que
creemos que debemos hacer según la opinión de la mayoría o los procedimientos que estamos
acostumbrados a percibir.

Desde la infancia sentimos una necesidad imperiosa de pertenencia a un grupo con la familia y
el grupo clase. Además, tenemos dependencia o interdependencia de estos, ya que nos aportan
seguridad e inclusión social.

Actualmente esta necesidad es cada vez mayor debido a la cantidad de grupos que existen a
partir de las redes sociales y la facilidad de conexiones a través de Internet.

Existen numerosos estudios en los que se demuestra cómo una persona cambia de opinión si el
resto del grupo tiene un parecer común aunque sea contrario al suyo. Todo ello con el objetivo
de obedecer a la conformidad social y sentirse aceptado.

Otros autores como E. Aronson o L. Festinger también probaron ciertos fenómenos de la


Psicología Social. Comparando los valores sobre un grupo, emitidos previamente de forma
individual, y posteriormente frente al grupo social, los cuales variaron notablemente.

MG. FIDEL REQUENA BARRIENTOS 3


UNIVERSIDAD NACIONAL DE FRONTERA – SULLANA

Podemos decir entonces que, frecuentemente actuamos en consonancia al grupo social


en el que vivimos, aun siendo diferente a lo que realmente pensamos. Por miedo al rechazo, por
deseo de aceptación, por falta de seguridad.

¿Es beneficioso dejarse llevar por la presión social? ¿Deberíamos de ser firmes a nuestros
principios a la hora de actuar aún en contra de la opinión de la mayoría? ¿De verdad la
sociedad condiciona tanto nuestra vida?

Sería bueno reforzar la seguridad e independencia individual, así como las propias
creencias, aun manteniendo el respeto social, pero sin olvidarnos de nosotros mismos.

LA MORALIDAD Y SU RELACIÓN CON LA CULTURA

La cultura, como la define Ralp Linton, es la conducta aprendida, y los resultados de la


conducta que son transmitidos de generación en generación a través de las obras materiales,
espirituales e intelectuales.

El impacto de la cultura en el aprendizaje es determinante y está directamente


relacionado con la conducta moral y la formación de la personalidad. En otras palabras, de la
cultura que asimilemos desde niños, en esa medida será el comportamiento del individuo en la
vida adulta.

La conducta moral, valores morales, hábitos y actitudes están determinados por el tipo
de cultura que prevalezca en el medio social.

La sociedad se fortalece cuando los patrones de conducta son positivos y altruistas,


donde los conceptos de responsabilidad, honestidad y civismo se ponen en práctica. De la
misma manera, cuando dichos patrones no son adoptados, la sociedad tiende a destruirse.

Erich Fromm en sus análisis sobre los problemas morales nos dice: la indiferencia del
individuo consigo mismo es una de las causas del problema, aunado al hecho de que hemos
perdido el sentido del significado de las cosas. Hemos hecho de nosotros mismos un

MG. FIDEL REQUENA BARRIENTOS 4


UNIVERSIDAD NACIONAL DE FRONTERA – SULLANA

instrumento de propósitos ajenos, una serie de seres autómatas, que nos tratamos y nos
experimentamos como simples objetos mercantilistas.

La crisis de valores se debe a que hemos perdido el sentimiento de la identificación con


nuestros semejantes, con la familia, con los amigos y con la autoridad. Nos hemos convertido
en un producto más que se vende al mejor postor. Por unos dólares más, traicionamos nuestros
principios, al amigo, al copartidario, un ideal, una nación.

No tenemos fe ni esperanza en nosotros mismos, en los demás, en aquello que nuestro


pensamiento puede crear: un objetivo, una visión, una misión en la vida.

Dostoievski decía: Si Dios está muerto todo está permitido, lo que quiere decir es que
la mayoría de las personas difieren solamente en que algunas llegan a la conclusión de que Dios
y la Iglesia deben subsistir al fin de mantener el orden moral, de lo contrario, todo sería anarquía
e incertidumbre.

LA MORALIDAD Y SU RELACIÓN CON LA RACIONALIDAD

TEORÍA ÉTICA SEGÚN LA CUAL LA RAZÓN ES EL FUNDAMENTO ÚLTIMO DE LA MORALIDAD.


LA MAYOR PARTE DE LOS FILÓSOFOS ANTERIORES A HUME LA DEFENDÍAN,

PARTICULARMENTE LOS GRIEGOS. EL INTELECTUALISMO MORAL SOCRÁTICO ES UN

EJEMPLO DE RACIONALISMO MORAL RADICAL. HUMÉ CRITICA EL RACIONALISMO MORAL.

Esta teoría mantiene que la distinción entre lo bueno y lo malo tiene su origen en la
razón. Para hume la razón tiene cierto papel en el tema moral; para mostrarlo comienza
señalando que la alabanza o censura moral parecen estar relacionadas con la utilidad de las
cualidades (amabilidad, veracidad, honestidad,..) o de la acción (justicia, mentira, robo)
moralmente valorada. Las acciones y cualidades se premian o se castigan en función de sus
consecuencias: si se sigue de ellas una mejora individual o social se premian, si perjudican se
castigan. Y la razón puede tener aquí algún papel pues nos enseña qué medios utilizar para

MG. FIDEL REQUENA BARRIENTOS 5


UNIVERSIDAD NACIONAL DE FRONTERA – SULLANA

conseguir lo beneficios para la sociedad. Pero hume considera que es insuficiente, y ni siquiera
lo más importante:

 es incapaz de dar fines finales a la conducta humana;

 los sentimientos son los responsables últimos de la conducta moral.

El foco de la psicología moral es el estudio de la vida mental de los agentes morales,


incluyendo aspectos tales como la naturaleza y desarrollo de sentimientos, emociones,
pensamientos, razonamiento y motivación moral. El objetivo es articular respuestas a preguntas
del tipo: ¿qué son y cómo formamos nuestros juicios morales? ¿Influyen los juicios morales en
nuestro comportamiento? y si es así, ¿de qué modo? ¿Qué motiva una acción buena, correcta,
etc. en vez de una maliciosa, incorrecta, etcétera?.

LA MORALIDAD Y SU RELACIÓN CON LA RELIGION

La palabra "religión" indica la relación del hombre creyente con el Dios en quien cree
(una relación de alianza y comunión, en la religión judeocristiana); este término se usa sobre
todo para indicar las diversas formas en que se desarrolla esta relación. Por tanto, se trata de un
concepto sobre todo histórico-cultural.

En casi todas las religiones se da una relación entre la esfera religiosa y la esfera moral,
aunque sería un error reducir el hecho religioso al hecho moral (y, peor aún, identificar fe y
religión), como sucede de hecho en no pocos creyentes y semicreyentes no especializados. Lo
cierto es que existen muchos hombres "religiosos" que viven de forma inmoral, por no decir
amoral, y hombres que viven fuera de toda religión de forma altamente moral. Sin embargo, la
moral cristiana puede definirse sin más como una moral "religiosa», ya que se basa en la alianza,
en la subjetividad de un ser humano hecho a imagen y semejanza de Dios, para el que Dios no
sólo es la fuente del ser, sino el sentido y el fin último de la existencia; y finalmente, porque el
Espíritu Santo es el artífice sacramental de la vida moral cristiana.

MG. FIDEL REQUENA BARRIENTOS 6


UNIVERSIDAD NACIONAL DE FRONTERA – SULLANA

Además, la eucaristía es el momento básico de la vida cristiana, incluso en el aspecto


moral, en su triple dimensión de memoria, acción de gracias y comunión.

Como consecuencia de una multiplicidad de factores, pero particularmente de aquel


fenómeno típico a partir de la mitad del siglo XVIII que suele llamarse "secularización», en el
mundo occidental se ha producido hoy una profunda dicotomía entre el culto y la vida, por lo
que el hecho religioso, incluso cuando conserva cierta importancia en la existencia individual,
está totalmente privatizado y tiende a situarse como un ámbito- aparte, claramente separado de
los demás (vida familiar, vida profesional, afectos, intereses...). En este fenómeno ha influido
una cierta concepción dicotomizante, en la que la religión constituía el ámbito de las "otras»
realidades, trascendentes y separadas, en contraposición al de las realidades profanas.

Reaccionando contra cierta tendencia a absolutizar el valor del compromiso y a


minimizar el de las prácticas, la teología contemporánea tiende en general a reconocer en el
culto un elemento esencial, no sólo de la experiencia religiosa, sino de la misma experiencia
humana en cuanto tal : la necesidad de celebrar es innata en el hombre. La dicotomía entre el
culto y el compromiso no sólo es artificial, sino inconsistente y contraproducente; el culto y el
compromiso, cuando se entienden rectamente, son dos aspectos diversos, pero correlativos, de
la misma actitud interior y el compromiso auténtico tiende espontáneamente a desembocar en
la oración, cobrando valor en ella, mientras que la oración desemboca naturalmente en el
compromiso y se verifica en él; a su vez, un compromiso entendido de este modo conduce a
una oración renovada.

MG. FIDEL REQUENA BARRIENTOS 7


UNIVERSIDAD NACIONAL DE FRONTERA – SULLANA

LINKOGRAFÍA

 http://www.buenastareas.com/ensayos/Cultura-y-Moral/49529493.html
 https://www.almudi.org/noticias-articulos-y-opinion/945-cultura-moral-religion
 http://www.abc.es/hemeroteca/historico-03-08-2003/abc/Opinion/la-moraL-
racional_199007.html
 http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-
filosofia/Filosofiamedievalymoderna/Hume/Hume-RacionalismoMoral.htm
 https://psicocode.com/social/la-presion-social/
 http://www.redalyc.org/html/2431/243117032007/
 http://www.abc.com.py/articulos/familia-y-moral-de-la-responsabilidad-764783.html

INTEGRANTES

1 Castillo Purizaca Gerson Omar


2 Castillo Lozano Sergio Alexander
3 Silupú Sullón Bretsy Kleyney
4 Zavaleta Munaico Diego Manuel

MG. FIDEL REQUENA BARRIENTOS 8

Potrebbero piacerti anche