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La mayoría de las tribus viven enteramente de las selvas, sabanas y ríos cazando,

recolectando y/o pescando. Cultivan plantas para obtener alimentos y medicinas, y también
las usan para construir sus casas y fabricar los utensilios que necesitan para el día a día. En los
huertos plantan cultivos básicos como la yuca (mandioca), la patata dulce, el maíz, los
plátanos y las piñas. Entre los animales que cazan por su carne están los pecaríes, tapires y
monos, y aves como el hocofaisán.
Algunas tribus como los matis utilizan largas cerbatanas con dardos envenenados para
capturar a las presas. Muchos usan arcos y flechas, y otros incluso armas de fuego. Los frutos
secos, las bayas y otros frutos como el açaí y la palmera de melocotón se recolectan con
frecuencia, y la miel de las abejas se disfruta con deleite.

El pescado, especialmente en la Amazonia, supone un


importante alimento. Muchos pueblos indígenas utilizan
veneno de timbó para aturdir a los peces y capturarlos.
Los enawene nawes, que no comen carne roja, son
conocidos por las complejas presas de madera
o waitiwinas que levantan cada año a través de pequeños
ríos para capturar a peces y ahumar grandes cantidades
de pescado. Su ceremonia Yãkwa está vinculada a dichas
presas y ha sido reconocida como parte del patrimonio
nacional de Brasil. Durante la estación de pesca, los
hombres enawene nawes construyen
Un puñado de pueblos, como los awás y los makus en el presas de madera para capturar a los
noroeste y algunas tribus no contactadas, son cazadores- peces. Brasil.
recolectores nómadas. Viven en pequeños grupos
familiares extensos y tan solo mantienen unas pocas
pertenencias, lo que les permite moverse por la selva con rapidez. Son capaces de erigir
refugios a partir de árboles jóvenes y hojas de palma en solo unas horas.
Como todos los pueblos indígenas, conservan en su memoria mapas mentales
increíblemente detallados sobre la tierra y su topografía, fauna y flora, y sobre los mejores
lugares para cazar. Los awás a veces salen a cazar de noche con antorchas que hacen a
partir de la resina del árbol de la maçaranduba.
Como otros pueblos indígenas del mundo, los indígenas de Brasil tienen unas profundas
conexiones espirituales con su tierra. Esto se refleja en su rica historia oral, en su cosmología,
sus mitos y rituales.
Algunas tribus toman drogas alucinógenas que les permiten viajar a otros mundos, conectar
con espíritus y curar enfermedades. Esto no ocurre de forma casual o recreativa, sino que
sucede a años de entrenamiento e iniciación.
Los chamanes yanomamis inhalan yakoana o yopo, un tabaco alucinógeno, con el objetivo
de llamar a sus espíritus chamánicos o xapiris. Los xapiris juegan un papel crucial en las
ceremonias curativas y en el reahu o festejos fúnebres, cuando diferentes comunidades se
reúnen para consumir las cenizas de sus parientes fallecidos.

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